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Una adaptación a Crepúsculo por Redana Crisp.


Disclaimer

Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer. La historia a Rainbow Rowell. Yo sólo los mezclo y juego con ellos. Queda prohibida la reproducción total o parcial de este trabajo, que solamente es publicado en Fanfiction / . / Net.


Capítulo 45

Edward ahora cenaba en la sala de descanso a la misma hora todas las noches, pensando que podría aumentar sus posibilidades de ver a Bella. Siobhan agradecía la compañía. Le gustaba tomar su descanso a las nueve en punto. Siempre traía un sándwich de pavo en pan blanco y compraba una Slice Diet (1) de la máquina.

— ¿Tu novia te hace esas enormes cenas?—preguntó una noche, ya que él estaba calentando un plato de pizza de espinacas y papas.

—Las hace mi mamá —dijo. Tímidamente.

—No me extraña que estés tan grande —dijo Siobhan.

Tomó su plato del microondas y lo miró. Realmente era un gran pedazo de pizza. Había oído a gente decir que su apetito disminuía cuando se ejercitaban mucho, pero él estaba más hambriento que nunca. Había empezado a llevar bananas al gimnasio por lo que tendría algo para comer en el coche tan pronto como se fuera.

—Debe ser buena cocinera, tu madre. Siempre huele como un restaurante lujoso cuando estás aquí.

—Definitivamente. Es una gran cocinera.

—Nunca he estado mucho en la cocina. Puedo hacer pastel de carne, chuletas de cerdo y cazuela de frijol verde, pero Liam tenía que cocinar para sí mismo si quería algo elegante. ¿Qué es eso? Parece un sándwich gigante.

—Es pizza —dijo Edward—. Corteza doble, espinaca y papa. Creo que es algo italiano. ¿Te gustaría probar un poco?

—Si estás ofreciendo —dijo Siobhan ansiosamente. Él arrancó un trozo de su pizza para ella. Aún había quedado mucho en su plato.

—Oh, está bueno —dijo Siobhan después de un bocado—, y ni siquiera me gusta la espinaca. ¿Eres italiano?

—No —dijo—, principalmente alemán, un poco irlandés. A mi madre solamente le gusta cocinar.

—Qué suerte —dijo, tomando otro gran bocado.

— ¿Tienes hijos? —preguntó Edward.

—No. Liam y yo nunca tuvimos hijos. Supongo que hicimos lo mismo que hace todo el mundo, pero nunca pasó nada. En esos días, si no tenías niños, no tenías niños. No ibas al médico para ver quién era el responsable. Mi hermana estuvo casada por quince años antes de quedar embarazada. Pensé que también podría pasarnos a nosotros, pero nunca se dio…Solo así, supongo.

Ambos masticaron en silencio. Edward no confiaba en sí mismo para hacer más plática. No había querido hacer una pregunta tan personal.

—Mi madre hizo pastel de zanahoria esta mañana —dijo—, y me dio demasiado. ¿Quieres dividirlo?

—Seguro, si estás ofreciendo.

Estaban terminando su pastel cuando una joven entró en la sala de descanso. Edward se sentó muy derecho hasta que la reconoció como uno de los editores de texto, la pequeña chica que le había ofrecido el pan de banana. Ella le sonrió nerviosamente.

—Eres el chico de T.I., ¿correcto? —preguntó. Él asintió con la cabeza.

—Siento interrumpir tu cena. Tratamos de llamar a tu oficina, pero no estabas allí. Un par de nosotros no podemos acceder al servidor. Estamos en una especie de fecha tope. Lo siento—La chica miró a Siobhan—. Sé que están en descanso.

—No te disculpes conmigo, cariño —dijo Siobhan— No será la primera vez que un hombre me haya dejado por una mujer más joven.

Edward ya estaba de pie.

—Está bien. Déjame ver si puedo ayudar.

—De verdad lo siento —dijo la chica mientras caminaban hacia la sala de redacción.

—Está bien —dijo—, de verdad. Es mi trabajo.

—Siento haberte llamado el chico de T.I. No sé… Nadie en recepción sabe tu nombre.

—Respondo a chico de T.I. No te preocupes por eso.

Ella asintió, incómodamente.

—Pero mi nombre es Edward—dijo, sosteniendo su mano hacia ella.

—Un placer conocerte —dijo ella, aliviada, estrechándole la mano— Soy Janne.

Ahora estaban en su computadora.

— ¿Me puedes mostrar lo que está haciendo? —preguntó él.

Ella se sentó e intentó iniciar sesión en el servidor. Surgió un mensaje de error.

—Eso pasa cada vez —dijo ella.

—Es una solución fácil —dijo él, inclinándose para tomar el mouse. La mano de ella aún estaba allí. Ambos manos saltaron, y sintió que se ruborizaba.

Si ésta era la forma en que actuaba en torno a una chica por la que no estaba en absoluto atraído, ¿cómo iba a actuar si alguna vez tenía que arreglar la computadora de Bella? Podría vomitar encima de ella.

—Tal vez debería sentarme —dijo. Janne se levantó y él se sentó en su silla. Estaba tan alta, sus pies no debían tocar el suelo.

Ella estaba de pie detrás de él, y estaban prácticamente a la misma altura. En contra de su voluntad, Edward pensó en Tanya.

Tan pequeña que podía recogerla con un brazo. Tanya, que se acurrucaba junto a él en el Drive-Thru. Tanya, bailando lentamente con la mejilla sobre el tercer botón de su camisa.

—Allí tienes —dijo a Janne—, estás dentro. Eso no debería volver a ocurrir. Pero llámame si lo hace. O… Supongo que sabes dónde encontrarme. ¿Me has dicho que alguien más estaba teniendo problemas? —Edward ayudó a que otros dos editores se conectaran a la red. Cuando se alejaba, Janne estaba junto a una impresora. Era bonita, de un modo deslucido y sin pretensiones.

—Oye —dijo—, Edward.

Se detuvo.

—Solemos comer alrededor de estas horas —dijo ella— en nuestros escritorios. Los viernes, ordenamos pizza. Deberías venir y pasar el rato. Quiero decir, no es que no quisieras comer con Siobhan. Ella es realmente agradable.

—Claro —dijo Edward, imaginándose a sí mismo pasando el rato arriba, luego, miró nerviosamente a la parte posterior de la sala de redacción—. Gracias.


1 Slice Diet: Soda con sabor a frutas.

Ah, verdad? Nuestro Edward sigue sorprendiendonos con sus raíces alemanas e irlandesas. Ah y esta Jane no es Jane, es Janne. Ya verán por qué. Tuve que adaptar un chiste.

Vayan al sig cap!