Harry Potter pertenece a JK Rowling.
Star Wars pertenece a George Lucas (y a Disney)
Harén de Harry.
HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.
SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.
47: La Fuerza, imposible de comprender para los magos.
Un nuevo día, comenzaba en la casa Black. Y el día anterior, alguien como Harry Potter, quien carecía de estima hacía Albus Dumbledore, tuvo que verse rodeado de los adoradores del director (también llamados "Orden del Fénix")
― ¡Harry tesoro, el desayuno! ―llamó alguien. Una mujer. Harry no sabía quién era. Suspiró, y se limitó a sonreír, al recordar la serpiente y el anillo, pues ambos eran Horrocruxes y de ambos habían surgido fragmentos del alma de Voldemort, esta batalla, estaba casi ganada. Suspiró. ―Harry, el desayuno se enfría.
― ¡Voy bajando, disculpen! ―dijo con el Sonorus. Hacer magia sin varita, no era tan difícil, si contabas con varios libros, sobre el tema y tenías conocimiento básico de realizar hazañas sin varitas, como lo era, el implementar La Fuerza. Usó diversos encantamientos para: limpiarse, bañarse y vestirse, aunque fuera con sus ropas Jedi, menos la toga. Finalmente bajó y se encontró con la señora Molly Weasley, en la cocina, su esposo Arthur en el sillón de la sala, Sirius esperaba el desayuno en el comedor, junto a los gemelos, Ginny y Ronald, también estaban allí. La red Flu se activó y entraron las gemelas Patil, Padma besó a Harry en los labios y luego entraron Hermione Granger y Susan Bones, quienes eran acompañadas por Amelia Bones.
Susan y Hermione, besaron a Harry, y luego saludaron.
―Buenos días, Harry ―saludaron las tres chicas.
―Buenos días, chicas ―saludó Harry, para luego desviar su miraba. ―Buenos días, Parvati, perdona el que tu hermana me salude así de... efusiva.
―Tranquilo, sin problemas. ―Dijo Parvati, sin mostrarse celosa.
―Por cierto, Parvati: ¿Qué hay de ese chico de Durmstrang? ―preguntó Susan, mientras reía.
―No me interesa románticamente, solo fui con él, al baile, eso es todo. ―Dijo lacónicamente, la hindú.
― ¿Cómo entraron en la casa? ―preguntó Ron Weasley, mirando a sus compañeras de clases, con los ojos entrecerrados, él tenía entendido, que solo los miembros de la Orden del Fénix, podían ingresar a la casa, y que estaban protegidos mágicamente, pero, aun así, ellas entraron gracias a la red Flu.
―Al conocer dónde queda la casa, las personas que necesiten ingresar, podrán hacerlo. Para esas personas, el Fidelio no existe ―explicó Hermione. Ron, la miró con el ceño fruncido y asintió.
―Hubiera esperado, que Zoe estuviera aquí ―dijo Harry, mientras veía a sus alumnas en la Fuerza/intereses románticos, tomar asiento. ―Quería disculparme con ella, quizás... quizás fuimos, muy crueles.
―Le explicamos, el funcionamiento del Mundo Mágico, de forma demasiado cruel. ―Aceptó Susan, suspirando y con sus emociones ahora, más tristes.
―El año pasado, noté algo extraño en Zoe. Pero, con todo lo del Torneo, no tuve tiempo que tratar de avisarles, chicas ―dijo Harry, pensándolo un poco.
― ¿Qué sentiste? ―preguntó Padma, interesada.
―Oscuridad ―dijo él. ―Pero es una oscuridad, la cual solo puede ser aprendida, de parte de un Sith, y yo lo sé, gracias al maestro Athric Kevazz, quien me enseñó esto mismo.
Los adultos miraban confundidos, a los jóvenes.
―Harry, ¿dices que... se lo enseñaron? ―preguntó Hermione preocupada. Harry asintió. ― ¿Cómo es posible, que un Lord Sith, pudiera comunicarse con ella, enseñarle en los caminos de la Fuerza, y que nosotros no lo supiéramos?
― ¿Y si ingresó en el colegio? ―preguntó Padma preocupada.
Parvati miró a su hermana. ― ¿Cómo iba alguien, a ingresar al colegio, sin que Dumbledore lo notara, con la gran cantidad de encantamientos y barreras del colegio? Tú eres la lista, tú eres la Ravenclaw.
Harry, sabiendo que los adultos los escuchaban, decidió decirlo en voz alta, y luego no responder a ninguna pregunta, que sabía que llegaría, vieron los platos del desayuno, aparecer ante ellos. ―La Fuerza y la Magia, solo se diferencian en una cosa, Parvati ―dijo Harry, pensándolo un poco más. ―La Fuerza, toma la energía natural del ambiente o de la atmosfera, y la fusiona con tu energía física y espiritual. La magia, es únicamente tu energía física y espiritual, actuando. Solo con este componente extra, un usuario de la Fuerza, podría ingresar prácticamente, a cualquier lugar protegido por magia, como si dicha magia, no existiera. Solo... solo es una teoría, pero: creo que los usuarios de la Fuerza, aun sería afectados, por un ataque dirigido a ellos, pero no por... por ejemplo: magia que repelería a un Muggle o Mago. Puedes arrojarle un Diffindo y matarlo con un corte, o puedes desarmarlo con un Expelliarmus, y si no es lo suficientemente versado, en los caminos de la Fuerza, podrías incluso quemarlo hasta la muerte, con un Incendio, etcétera, pero, si es muy versado, entonces serías superado.
Hermione le enseñó una sonrisa. ― ¿Y qué me dices de ti, gran maestro Jedi, gran maestro Sith? ―preguntó.
Harry le enseñó una sonrisa. ―No soy un maestro, Hermione, en ninguna de las dos órdenes. Para ser un caballero se tiene que finalizar un entrenamiento en la academia y luego ser convertido en un Padawan, bajo el mando de un caballero. Y así mismo, para el bando Sith, se comienza siendo un adepto del lado oscuro, después, te vuelves aprendiz y finalmente te haces maestro. Aunque claro ―su sonrisa creció. ―Estos tres, son los que nos dejó Darth Bane. Soy un semi-Padawan Jedi y un semi-aprendiz Sith. Y por más que respeto la Regla de Dos de Darth Bane, que fue lo que salvó a la Orden Sith, de su completa extinción, jamás asesinaré a sangre fría a Athric, él es como mi padre.
―Gracias por la explicación de los rangos, Harry ―dijo Susan sonriente. ―Pero ellas se refieren, a lo que hiciste en el cementerio. Detuviste en el aire, tres Maldiciones Asesinas, usando la Fuerza.
―Tuve que concentrarme demasiado, para lograr eso, Susan, Hermione ―dijo, primero mirando a una, y luego a la otra. ―Es la técnica "Tutaminis" o absorción de energía. Ese fue mi plan original, absorber la magia, que componía las maldiciones, pero en el último segundo, solo las detuve en el aire y las diluí, para luego contraatacar. Es, en realidad un poder neutral. Bien podría yo, haberme encerrado en un campo de la Fuerza. Pero lo que hice, fue recubrir mi mano y frenar el avance de las maldiciones, luego, usé una sencilla transformación, para cambiar la... forma de la magia de maldición, a magia neutral. No la disipé, la absorbí, me recargué de magia, pues en ese momento, ya estaba muy exhausto. ¿Por cuánto tiempo más, vas a seguir allí oculto, Albus? ―todos miraron a Harry con extrañeza, quien miró a una esquina y estiró su brazo, como si sujetara... quizás un vaso invisible, hasta que escucharon, algo caer en la sala, una capa de invisibilidad se hizo a un lado, y Albus apareció, sujetándose la garganta, como si un ser invisible, lo estuviera ahorcando, hasta que Harry relajó su mano, y Albus, comenzó a respirar agitadamente.
―Vaya... Harry... entonces... sabias... que... yo... estaba... aquí ―dijo el hombre, mirando a su alumno Slytherin, asombrado.
―Lo sabía ―dijo él.
― ¿Qué fue eso? ―preguntó Molly, caminando hacía el anciano director, y ayudándole a ponerse de pie. ― ¡Que le hiciste a Albus, muchacho!
―Ahorcamiento de la Fuerza. Un poder del lado oscuro, algo que yo mismo tuve que aprender a hacer. ―Sonrió, recordando algo con cariño. ―El maestro Athric Kevazz o "Darth Kaft", podría ser un Lord Sith y uno muy poderoso, pero... me tomó un cariño paternal, y siempre vigiló, que mis poderes en el lado oscuro, si bien me hicieran poderoso, se negó a enseñarme, o a permitir que me enseñaran, los poderes más letales de la Fuerza oscura, así que yo mismo, tuve que aprenderlos, tuve que hacer muchas maromas y trucos, para aprender algunas, de las cosas más peligrosas, y que más podrían empujar a una persona, hacía el... vacío del lado oscuro. Pasé varios años en el... lugar de entrenamiento de los Sith, hice una bella amiga, y luego el maestro Kaft, me llevó con la maestra Sheda Obaset, ella ya había sido mi maestra en el lado luminoso, me enseñó mucho, pero aprendí aún más, durante mi estadía en Coruscant. Vi... como el amor lograba, que dos enemigos se dejaran de pelear y se unieran. Vi, como hicieron a un lado aquellas diferencias, que los señalaban como una persona luminosa u oscura. La maestra Obaset, me enseñó muchas cosas, ellos me enseñaron el Mundo Mágico, me enseñaron el Callejón Diagon y el Knockturn, compramos mis cosas, estuve aprendiendo magia, en un lugar muy lejano.
Aquellas palabras, hicieron enfadar a Dumbledore. La pluma de Ravenclaw, solo podría enseñar la posición de un futuro alumno, si es que este se encontraba en algún lugar del Reino Unido, y el Ministerio de Magia, solo podría intervenir, ante algún tipo de brote de magia accidental, si es que ocurría en el territorio del Reino Unido.
¿Qué era Coruscant?
Dumbledore trató de usar la Legeremancia, pero los escudos de Oclumancia de Harry, eran tan avanzados, que empujaron su onda legeremántica, contra su propia mente.
Darth Vadrix, les había enseñado lo que era la Fuerza Mental, para ingresar en una mente, o para impedir que otros, ingresaran en sus mentes.
― ¿Continuamos el entrenamiento, Harry? ―preguntó Hermione.
―Por los siguientes tres días, chicas: veremos lo que pueda entregarnos, la biblioteca Black, luego veremos qué más podemos aprender en La Fuerza, pues para eso, ya tendremos tiempo, al salir del colegio ―dijo Harry.
Las chicas asintieron, y se retiraron, junto a Harry.
― ¿Por qué no vas con ellos, Ronald, te podría ser útil? ―preguntó Molly, sonriendo.
― ¿Estudiar en vacaciones? ―gruñó enfadado, mientras seguía comiendo. ―No gracias.
Mientras que Molly, perdía las últimas esperanzas, de que sus hijos pudieran acercarse a Harry Potter, (o más específicamente, su hija se acercara a él).
En la biblioteca Black, Harry, Hermione, Parvati, Padma y Susan, aumentaban sus conocimientos en la magia, revisando diversos libros, y los cuatro (recordemos que Parvati no es parte del Harén de Harry), seguían explorando los alcances de la Fuerza, de los libros de La Senda del Jedi y El Libro de los Sith.
En la casa Granger, Zoe estaba en el patio, aumentando sus conocimientos en el lado oscuro de la Fuerza, alimentándose con un odio casi irracional, hacía la anticuada sociedad mágica inglesa, y lentamente, dándole más cabida a Tulak Hord, en su alma, quien muy lentamente, iba tomando el control sobre su ser.
Al mismo tiempo, el Ministro Fudge, comenzaba a perder la razón.
Comenzaba a entremezclar, la realidad y sus propias imaginaciones; iba a perjudicar permanentemente, a los alumnos de Hogwarts, solo para intentar quedarse en el poder, que supuestamente Albus Dumbledore, quería arrebatarle. Albus era ya era el director de Hogwarts, el Jefe de Magos del Wizengamot y el Jefe Supremo de la Confederación Internacional de Magos.
¿Por qué motivo, no llegaría también a desear tener, el mandato del Ministerio de Magia Británico?
