Miraculous Ladybug pertenece a Thomas Astruc, ZagAnimation, Disney y TF1, hago esto sin fin de lucro.

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Je Suis

Por Mimi chan

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Capitulo 41

Parte VIII

Sanar

Los sueños son engañosos sabes, porque hay cosas que has soñado en un momento de tu vida y estas segura de que es lo único que desearas durante todo lo largo de ella. En ese momento el anhelo es tan intenso, tan fuerte y tan puro que parecía completamente inamovible, pero el tiempo sigue su curso, la vida propia sigue su curso y tus sueños deben cambiar, tu propia vida debe cambiar porque sí no lo hace, te da la impresión de que algo no es como debe ser.

Ella había soñado con aquel momento de mil maneras distintas, había visto ese momento en su imaginación mas veces de las que podía soñar, en mil escenarios distintos y la única cosa que nunca había variado había sido su respuesta, siempre había dicho que si, siempre había estado completamente segura de que quería que él le hiciera esa pregunta y ella solo respondería que sí y entonces serian felices para siempre pero ahora… la verdad fuera dicha no estaba completamente segura que responder.

Adrien estaba allí, con su cabello revuelto, desnudo de la cintura para abajo con una expresión mortalmente sería en su rostro. Y ella lo miraba solo sin saber que hacer.

— Yo… — dijo con esfuerzo – no puedo responder esa pregunta en este momento.

— ¿Por qué no? – dijo contrariado.

— Porque no somos solo tú y yo en este momento Adrien, nuestras vidas son otras a… — dijo llena de dudas — a la vida que teníamos, cuando yo solo te hubiera dicho que sí sin dudar.

— ¿Todavía tienes algo que aclarar? – dijo con un tono apremiante — dímelo, lo haremos ahora mismo.

— Aun tengo cosas que resolver, sí — respondió ella – pero no contigo, quiero estar segura esta vez de lo que hago, antes de dar un salto del que no pueda regresar.

— Ese salto ya lo diste, Marinette – dijo él con cierta desesperación – lo dimos los dos anoche.

— Aun así – dijo ella incomoda – necesito pensarlo.

— No quiero que lo pienses – le respondió con cierta violencia, no entendía que es lo que tenía que pensar.

— Creo que hemos tomado demasiadas decisiones precipitadas en nuestra vida, Adrien – dijo controlando su tono, no le gustaba que la acorralaran — no nos hará daño pensar por lo menos una de ellas.

Adrien se dejó caer en la cama a su lado y se llevó las manos al rostro, ¡Oh dios!, esperaba que no se pusiera a llorar en ese momento o le rompería el alma.

— ¿Cuáles? – dijo sin mirarla a la cara – ¿Cuáles son las decisiones que quieres tomar?

— Debo resolver cosas – dijo de nuevo.

— ¿Qué cosas? – insistió él.

Marinette suspiró, conocía demasiado bien esa actitud de Adrien, se había planteado un reto, un objetivo y no dejaría pasar aquel duelo sin encararlo de frente y con toda la carne al asador.

— Yo no funciono bajo presión, Adrien – dijo decidida, no iba a dejar que él la persiguiera esta vez.

— Que lastima porque yo no funciono de otra manera – dijo respondiendo al reto.

— Pues tendremos que llegar a algún punto medio – dijo ella sin abandonar su postura — porque no voy a dejar que me acorrales de nuevo.

Marinette se levantó de la cama buscando su ropa por la habitación, la recogió y entró al baño, dejando al joven de cabello rubio solo.

Adrien hizo un verdadero esfuerzo por quedarse en ese lugar y no seguirla, por no presionarla. Tenía que aprender de su pasado, tenía que ser diferente esta vez, ella tenía razón, nunca se habían detenido a pensar en nada en el pasado, siempre habían ido en pos de todo solo por la emoción del momento y eso en todas las ocasiones, es lo que lo había echado todo a perder. Él lo sabía, incluso en su trabajo como detective cuando se había arrojado sin pensar, era cuando las cosas realmente se habían descarrilado hasta estrellarse contra alguna pared sin control. Así que se quedo allí son moverse hasta que ella regresó con el rostro lavado y con su ropa puesta.

— Debo irme – dijo colgándose su bolso al hombro — Louis…

— ¿Puedo ir contigo? – dijo él levantándose de la cama – no tardare más de cinco minutos, lo prometo.

— ¿Puedo tomar un poco de café?

— Adelante, estás en tu casa.

Marinette lo vio ir al baño esta vez sorprendida, había esperando un round dos saliendo del baño pero él no había insistido… bien no había insistido por el momento, pero sabía que quería la respuesta a esa pregunta lo antes posible, pero si algo había aprendido a través de esos años era ser mas prudente.

Caminó a la pequeña cocina del departamento encontró enseguida la cafetera y el café instantáneo, puso suficiente café para los dos y mientras este se hacía pensaba en lo que tenía que hacer a continuación. Necesitaba el consejo de Kagami, era sin duda la primera persona con la que necesitaba hablar.

— Esto es algo que Tikki seguro te dijo muchas veces, ¿verdad?

Marinette casi dio un salto cuando abrió una puerta de un armario buscando una taza y encontró a Plagg recostado sobre una rueda de camembert.

— Plagg, mon dieu – se llevó una mano al pecho y aspiro profundo antes de tomar una taza sobre la cabeza del pequeño espíritu negro de la destrucción – Tikki me dijo muchas cosas.

— Las almas gemelas se seguirán no importa que, están destinadas.

— Sí, me lo dijo – Marinette llenó su taza de café y sintió un golpe autentico de nostalgia. Seguramente si su kwami se hubiese quedado a su lado como Plagg lo había hecho con Adrien no habría tomado tantas decisiones estúpidas. Tikki siempre tenía un consejo sabio – aunque me dijo también que nuestras decisiones importan, que podemos escoger.

— Seguramente te dijo eso cuando decidías a quien escoger, el gato, el músico, o el bobo.

— Pues sí – para que ocultarlo, la mayoría de esas pláticas las había tenido cuando hacía años había salido por primera vez con Luka – la extraño.

— No más que yo – dijo el pequeño espíritu de pronto con ojos cristalinos – ha sido mi compañera por miles de años, estos años, físicamente lejos de ella… me han hecho sentir incompleto.

Marinette no supo que decir. Incluso ella se sentía conflictuada por el hecho de que Adrien decidiera conservar su miraculous. Viendo a Plagg así, podía casi adivinar como estaría también Tikki y sintió pena por la pequeña criatura que había sido su aliada y amiga.

— ¿Qué crees que sería lo que me diría Tikki en este momento?

— Creo que eso ya lo sabes.

Sí, lo sabía. En ese momento el joven detective regresó vestido con un traje negro, quizá un poco demasiado elegante para su trabajo.

— Te dije alguna vez que el negro te queda muy bien – dijo dando un trago al café sin azúcar y tendiéndole una taza.

— Nunca, My lady – dijo recibiendo de sus manos otra taza - pero le agradecere a mi padre que me siga enviando todos los trajes de sus colecciones.

— Seguro solo habría hecho que tu ego hiciera un viajecito a la luna – dijo con una amplia sonrisa sinceramente divertida.

— La verdad – dijo con una amplia sonrisa – creo que habría alardeado eso todo un mes.

Marinette solo sonrió, podía imaginar perfectamente a Chat presumiendo sus músculos en su traje negro, repitiendo hasta el cansancio "entonces te gusto de negro, ¿verdad my lady?"

— Bien – dijo él sin abandonar su postura relajada – si no quieres casarte conmigo…

— Adrien…

— Por el momento – siguió hablando – al menos si querrías ser mi novia ¿verdad?

Marinette lo miró entre sorprendida y divertida. Adrien no se rendía, nunca se rendía y la verdad fuera dicha no quería que él lo hiciera de todos modos.

— Sí, supongo que probar con noviazgo no nos haría daño.

Adrien no lo pensó un segundo mas, soltó su taza de café y fue a ella para rodear su cintura y poner un beso en sus labios, un largo y profundo beso que una vez mas les robó la respiración.

[...]

— Así que, ¿Qué piensas?

— Que solo era cuestión de tiempo – dijo la joven de larga cabellera castaña.

Marinette miró a Kagami con un poco de fastidio. Una parte de ella sabía que iba a decir justo eso, pero la verdad había esperado equivocarse. Kagami sacó una tanda de suaves toallas de la secadora en la lavandería que estaban las dos, ella tomó una y empezó a doblarla con diligencia. Kagami había regresado hacía poco de Japon, y retomado su vida. Bien, todo lo que Michael le permitía de su tiempo que parecía querer monopolizarlo todo.

— ¿Qué esperabas que te dijera amiga? – dijo Kagami mientras también doblaba las toallas blancas y tibias – desde que Adrien reapareció en tu vida, sabía que en algún momento estarían juntos de nuevo.

— ¡Eso no es cierto! – dijo Marinette algo enojada, ella había hecho todo lo posible porque no fuera así – yo…

— Sí, yo sé que trataste de que eso no pasara – dijo Kagami con una semi sonrisa – pero Marinette, aunque la mitad del tiempo no me gusta reconocerlo, ese chico… — suspiró profundamente – es tu destino.

Marinette no respondió nada, no le decía nada que ella no supiera también, sabía perfectamente que la vida le ponía a Adrien Agreste una y otra vez en su camino y bien debía de ser por algo, ¿No?

— Tú lo amas – dijo Kagami, por supuesto sin tono de pregunta, sino como el hecho que era, y como otro hecho sin discusión agregó – y Adrien te ama a ti, así que…

— Y todo lo que paso – quiso replicar su amiga.

— ¿Tienen alguno de los dos algún resentimiento aun guardado? –Preguntó Kagami sin abandonar su trabajo.

— Yo no – respondió Marinette solo acariciando la mullida toalla.

— Y estoy segura que Adrien tampoco – dijo con aquella seguridad que parecía nunca abandonar a la joven esgrimista — porque si no, bien solo no estaría pidiéndote matrimonio.

Marinette se quedó en silencio, no había nada más que agregar después de todo. Kagami terminó de ordenar la ropa recién lavada y tomó por los brazos a su mejor amiga.

— Marinette – dijo con un tono de voz cálido — ahora puedo decirte sin temor a equivocarme, que el amor solo se encuentra una vez, que es algo que no veo como podría repetirse o encontrarse en más de un ser humano, es un sentimiento tan grande que el alma se te acabaría si tratas de repetirlo con mas de una persona, y si tú ya encontraste a la persona que amas, no puedes dejarla ir.

No había nada como que te arrojaran una verdad a la cara de vez en cuando. Ella sabía eso, había vivido cinco años sin siquiera volverlo a ver y aun así lo que había sentido en aquel momento y lo que sentía ahora no era realmente diferente, así que significaba que era real. Miró a la cara a su mejor amiga y ella sonreía, ella sonrió igual, realmente no había nada más que decir.

— ¿Te quedas a comer? – dijo animada — hoy tenemos unas enchiladas de muerte, Angy tiene muy buena mano para la comida mexicana.

— Me gustaría – se excusó — pero Adrien esta esperándome en casa con nuestro hijo.

Kagami puso su mejor sonrisa, un brillo especial iluminada sus ojos. Amaba a su amiga, había sido siempre una persona importante en su vida y de verdad la quería, había deseado tanto tiempo, había orado tanto por que este momento llegara, por que ella fuera feliz.

— Que lindo suena eso ¿No amiga? – dijo emocionada.

— Sí – dijo con una amplia sonrisa Marinette, era sin duda una frase a la que le gustaría acostumbrarse – suena realmente bien.

[...]

Cómo le había dicho a Kagami fue directo a casa. En el jardín estaban Adrien y su hijo montando un nuevo modelo, esta vez era un modelo de casi un metro del Apolo XI, Marinette se preguntó de pronto si Adrien no estaba formando un futuro ingeniero o algo por el estilo. Apenas la vio, Louis corrió a su encuentro como siempre con un abrazo, que ella recibió encantada.

— Mamá, papá es tan waiii – dijo con entusiasmo – trajo la nave que viajo a la luna.

— ¿En serio? – dijo Marinette cargando a su hijo y caminando en dirección donde Adrien estaba junto al modelo.

— Bueno es un modelo a escala – dijo el joven detective con una sonrisa — pero realmente se eleva, tiene un motor y todo.

Marinette miró un poco alarmada, el enorme – en comparación con otros modelos – juguete que había traído esta vez.

— Sí, la llevaremos a central park y la haremos funcionar desde una distancia muy segura – agregó el joven de cabello rubio solicito al ver la expresión de la joven madre – sin un solo peligro.

— ¡Pero eso no será tan emocionante! – se quejó el niño aun sostenido por su madre.

— Es eso o nada – dijo con decisión el joven.

— Esta bien – dijo el chico que corrió donde él estaba cuando su mamá lo bajó de sus brazos – ¡Ya quiero verlo, va a ser tan cool!

Marinette miró con atención a los dos chicos más importantes de su vida allí juntos trabajando. Se unió a ellos mientras leían con atención un mapa de ensamblaje.

— Louis… — lo llamó su mamá.

— Sí, Marinette – dijo el chico sin abandonar su trabajo.

— Mamá – insistió Marinette, era demasiado raro que su hijo insistiera en llamarla por su nombre de pila.

— Pero Sasuke puede… — su mamá solo lo miró con una ceja levantada – si mamá.

— Dime, ¿Te gustaría que papá viviera aquí con nosotros? – dijo mientras miraba a Adrien detener todo movimiento y concentrar toda su atención en las dos personas a su alrededor – ¿Qué fuéramos como los demás papas?

— Cantidad – dijo el niño emocionado – sobre todo por que yo sé que tú quieres mucho a papá.

— Y ¿cómo sabes eso? – preguntó Marinette.

— Porque siempre lo miras como Ponyo mira a Sasuke – respondió el pequeño enseguida — cómo si quisieras hacerlo pequeñito y meterlo en tu bolsillo y llevártelo contigo, tú nunca mirabas así a tu novio Felix, pero a papá sí. Y papá te quiere también.

— ¿En serio? – preguntó de nuevo Marinette deseando saber que mas había observado su hijo.

— Sí – dijo respondiendo lleno de inteligencia — Él te mira como Haku miraba a Chihiro cuando caían en el cielo, como si quisiera llorar porque nunca más va a verla otra vez y no quisiera que eso pasara. Y yo digo si papá te quiere y tú lo quieres, ustedes deberían ser novios de nuevo.

Marinette miró a Adrien que estaba solo ligeramente sonrojado. De nuevo se preguntó porque algo que era tan claro para un niño de 5 años no lo era para ellos. Adrien la miró, tal y como su hijo acababa de decir, como si fuera algo precioso y entonces no tuvo mas dudas.

Equivocada o no.

Oui, je vais t'épouser.. – dijo mirándolo a los ojos y asombrada vio como de hecho esas lagrimas que el chico guardaba bajaron por sus mejillas.

— Mamá – dijo el chico alarmado cuando vio a su papá llorar – que le has dicho.

Marinette no tuvo tiempo de responder antes de que Adrien literalmente saltara sobre ella y la besara como si su vida dependiera de eso. Escuchó a Louis bailar y cantar a su alrededor y pensó que después de todo, quizá no estaba equivocada, que el sueño de toda su vida estaba cumpliéndose finalmente.

Fin capitulo 43

08 de abril de 2021

4:36 p.m.

Nota de autora: Que triste empezar a despedirse de una historia, me he divertido cantidad con Je suis pero todo lo bueno acaba, solo falta un pequeño epilogo y nos vamos.

Bueno… existe una pequeña historia alterna de Cole y se me ocurre otra de Felix, pero no sé si les interese, si me lo dejan en un review sabré si les interesa… y ya casi 200 reviews aquí, ¡BARBAROS! Los quiero.

Tata

Mimi chan