DONDE MAS DUELE
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Regresando del bar más cercano, horas más tarde, Runeard estando borracho le pregunta a Vik, mientras yace sentado y recargado en la puerta de su oficina – Joder amigo. ¿En qué mes estamos? ¿He hecho alguna tontería estos últimos días?–.
Sumamente confundido el pelirrojo, Vik le informa con algo de pena – ¿Tontería? Qué va... Lo tuyo ha sido una pendejada directa. Y nos has jodido bien–.
Runeard estando recargado en la puerta, escucha el momento en que alguien toca la puerta.
Al levantarse lentamente y débilmente, Runeard logra abrir la puerta, y al hacerlo, ve a la joven Helena, la cual aún se encuentra en la mansión.
Al ver a Runeard, le pregunta con algo de seriedad y confusión – ¿Runeard? Soy Helena. ¿Dónde está Vik...? Lo necesito–.
Parpadeando y tambaleándose por el alcohol que previamente había consumido, Runeard, deja pasar a la oficina a la joven, dejando que está última vea a Vik.
Vik al verla entrar a la joven, no duda ni un segundo en preguntarle de manera premeditada – Dime, Helena. ¿Qué necesitas?–.
Haciendo una pausa la chica, le confiesa algo aterrada – Vik, oh Dios. Se trata de Gothel–.
Ante su confesión, Vik al instante se alarma.
Sabiendo que el mensaje que había leído no era en vano, sino que directamente, Gothel lo amenazó a él y a la joven Helena, Vik decide tomar cartas en el asunto.
– ¿Cómo conoces a Gothel?– le pregunta al instante, no sabiendo como era que sabía que Gothel andaba por ahí.
No restándole importancia a como sabía de la pelinegra, Helena le dice – No importa eso por el momento–.
Negando un poco lo que vaya a suceder, la joven le aclara lo que verdaderamente paso con Runeard anteriormente, y con algo de miedo – Por el amor de Dios, Vik, nunca he hecho nada estúpido con Runeard. Solo somos amigos, que ya es más de lo que tenemos tú y yo– agrega mientras le enumera – Nunca me llamas; casi nunca nos vemos y…– no logrando terminar de enumerarle algunas cosas a Vik sobre su relación con este último, es interrumpida por el mismo trigueño antes mencionado, quien le pregunta algo molesto y evadiendo esa enumeración – ¿A dónde quieres llegar?–.
Soltando un suspiro pesado ante su evidente pregunta, la chica le contesta con algo de negación – Solo quería decirte que los matones de Gothel me han estado siguiendo– y añade mientras sus ojos voltean a mirar hacia otro lado – Y como quiero que volvamos a salir, quiero que nuestro bebé este a nuestro lado, una vez que nazca. Intento evitar que me maten–.
Después de informarle y confesarle lo necesario, nuevamente Helena hace una pausa, en tanto piensa que más decirle.
Ya con algo en mente, le dice con un resoplido – Necesito volver a la mansión–.
Asintiendo y resistiéndose a creerle, Vik le pregunta con algo de perplejidad y duda – ¿Gothel ha enviado gente a lastimarte?–.
Rodando sus ojos, la joven le dice casi rogándole – Por favor, llévame a casa y deja de ser idiota. Te amo. Sabes que no les puedo cantar sus verdades yo solita–.
Ahora sí creyéndole, Vik al instante le informa con rapidez – Esta bien–.
Dispuesto a llevarla hasta su residencia o mansión, Vik se encamina hacia la salida de la oficina de Runeard.
Mientras abandona la oficina del pelirrojo, decide preguntarle una última cosa a este último – Runeard, ¿Me echas una mano...?–.
Mareado e innegablemente incapaz de estar cuerdo, el susodicho pelirrojo al final no le responde. Dejando a Vik solo y teniendo que lidiar con la joven.
Al no recibir respuesta de este último, Vik le dice como última cosa – Bueno olvídalo–.
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Dirigiéndose Vik afuera de la mansión de Runeard, y en compañía de la joven Helena, al instante y con rapidez se dirigen al carro más cercano que tiene la mansión del pelirrojo.
Yendo dentro del vehículo e iniciando el largo viaje de vuelta a casa, Vik rápidamente observa a la joven embarazada y en eso, mentalmente, enaltece que la chica sea sumamente hermosa – ¿Helenita?–.
Al llamarla, la joven lo voltea a ver, mientras le pide que el vehículo avance un poco lento – Vik, vamos a casa…–.
Durante el largo camino de vuelta a casa, Helena toma la mano de Vik y la posa en su vientre abultado y evidentemente grande.
Mientras lo acaricia suavemente, la chica le dice con total tranquilidad y confianza – Aún recuerdo cuando me entregué a ti, Vik. Esa noche fue la más hermosa que tuve en mi vida–.
Recordando la vez que hicieron el amor ambos, la chica blanquea sus ojos al recordar como el trigueño la penetró, siendo desde su punto de vista de la joven, algo verdaderamente acogedor y sumamente placentero.
– Quisiera olvidar esa noche– le pronuncia en respuesta, Vik, siendo que desde el punto de vista del hombre, la situación por un lado fue también acogedora pero muy comprometedora para el futuro que tuvo la chica.
Mordiéndose el labio, la chica le dice con más calma y felicidad – Extraño mucho cuando me tocabas, Vik, extraño también tenerte en mi interior–.
Ante su comentario, el trigueño no puede evitar querer taparse los oídos pero no lo hace, sin embargo, si se encoje en hombros mientras la observa – Todo esto espero salga, bien– le comenta, mientras niega y reniega de la situación que en el pasado vivió con la chica.
Dignándose a observarlo nuevamente, Helena lo ve hundirse en lo que aparenta vergüenza.
Mientras lo observa, lo vuelve a llamar, pero de forma más breve y sin más que agregarle – Vik–.
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Recorriendo ya una gran distancia considerable y estando cerca de su residencia; logran avistar a tres individuos.
Estos tres aparecen bajo las órdenes de la joven Gothel, quien los mando para que lastimaran a la joven Helena.
Observando al trío de enemigos, Vik rápidamente y con antelación, le avisa a la joven, que se refugie en la parte trasera del vehículo – ¡Cúbrete ahí atrás, yo me encargo de ellos!–.
Al bajar y encargarlos, uno de los maleantes le dice con mucha agresividad – Tú noviecita se va a morir–.
Negando ante lo que dijo el malvado sujeto, Vik lo líquida con un cuchillo, y en tanto le pronuncia – Ya lo creo–.
Al instante, asesina a los otros dos hombres con su enorme navaja, tipo militar.
Una vez muertos, regresa al vehículo y retomando su posición como conductor, le informa a Helena que todo está despejado.
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Al llegar a casa, el primero en bajar del vehículo es Vik quien rápidamente auxilia a la joven y consigue en ese preciso momento, ayudarla a bajar del carro.
Estando ya en el suelo y mostrándose muy cansada, la joven le agradece mientras se encamina hasta la entrada de la mansión – Gracias, Vik. Te veo dentro de poco–.
Finalizando así la ayuda hacia la chica.
Cansado un poco, al igual que la susodicha chica, Vik decide mejor verificar si no hay ninguna correspondencia en su correo.
Al revisar su correo se encuentra con un mensaje de Gothel, el cual indica que supo que el mismísimo trigueño le salvó la vida a la joven Helena. El mensaje que encuentra dice, "Gothel: has sido muy dulce. Volveré a verla muy pronto a tu noviecita…".
Sabiendo con esto, la pretensión de vengarse de parte de la pelinegra, Vik suspira y al instante se pone a pensar en lo que deberá hacer en caso de que la joven pelinegra intente algo en su contra.
No cansado aún y sabiendo que tardará en atacar Gothel, Vik decide emprender el rumbo y una nueva misión, hacia una dirección desconocida…
Una dirección de un tal John Protector.
Terminando así este capítulo.
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Notas del autor:
Próximo capítulo, aparece mi OC.
Saludos.
