Capítulo 47: Almas Gemelas
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La besó, con fervor, con pasión. Le quitó cada pizca de oxígeno que era capaz de contener, ella gimió ante las caricias de su hombre, se dejó complacer enteramente.
—Link— susurró su nombre, lo apachurró entre sus brazos y sus piernas.
Sus intimidades estaban plenamente unidas en ese abrazo mortífero de lujuria. Él gruñó por lo bajo aun tratando de mantener esa unión perfecta, aunque llevaba ya así bastante y ni con toda la magia del mundo habría podido quedarse así por más tiempo de lo debido. La naturaleza reclamó por si misma el fin de aquel acto.
Zelda río de manera tímida, acarició los cabellos y la espalda de su chico haciendo que éste por fin soltara a la intimidad que había mantenido prisionera más de lo debido.
— ¿Qué haces, mi corazón?, pidiendo regalo tan temprano, ¿no piensas dejarme salir hoy de la cama?
—No
Nuevamente soltó una risita, lo besó tiernamente mientras Link se acurrucaba en su pecho y volvía a dormir tranquilamente.
Pronto él sintió que ella se movía pero la aprisionó evitando que se escabullera de la cama.
—Zel... son vacaciones— rechistó con muchísima pereza.
—Es tardísimo, Link.
—Ñooooo— gruñó cuando ella finalmente consiguió escaparse
Zelda negó con la cabeza. Aunque para Link tenía sentido el querer quedarse otro rato acostado, había pasado en vela correteando a las creaturas de Twili, lo único que deseaba era dormir y pasar más tiempo con su mujer.
Zelda volvió sobre sus pasos cuando vio su carita triste, le enterró un beso en el cuello aunque después volvió a huir para que no la cogieran.
— Está bien. Quédate ahí, iré a preparar el desayuno... ammm, casi más bien comida.
—Zel.
—Duermes mucho Link.
Él se viró boca abajo para evadir el regañó.
"Prométeme que iremos con Saria"
Le había hecho jurar. Era normal que a esas alturas la preocupación de ella creciera, tenía miedo de que el cansancio excesivo de su pareja tuviera origen en alguna enfermedad escondida.
Le miró descansar. De momento dejó eso de lado.
—Ay mi corazón...— susurró.
Lo amaba demasiado como para evitar sentirse de esa manera.
Salió a la cocina. Revisó su móvil.
—Y Midna ¿Tú en donde te metiste?
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En el mundo del crepúsculo se respiraba una momentánea paz, las nubes naranjas y ambarinas se movían lento junto con una brisa que desde hacía tiempo comenzaba a volverse cada vez más y más helada conforme se acababa la estación cálida de ese mundo. Crepúsculo tenía solo dos estaciones; cálida y fría, llovía poco y casi nunca hacia demasiado viento. No como en otoño del mundo de la luz, en donde la corriente arrastraba todo en un baile caótico y sin sentido.
Un castillo enorme se erigía al centro del mundo y dentro de él los largos pasillos decorados con barroco guiaban a la joven Twili que desde hacía días había regresado ahí por cuenta propia. Los pasos de Midna sonaron pesados, se le había pasado el mal humor que había dejado su enfrentamiento contra Zilant y su grupo de mogmas, aun sentía que cada día odiaba un poco más a aquellas creaturas, pero con el pasar del tiempo los recuerdos de su cautiverio fueron exiliados de su cabeza. Link había sido amable, no la habían torturado ni nada por el estilo, tenía que admitir que era el único calabozo decente en el que había estado.
Dejando ir esos pensamientos se encaminó a donde estaba "Él". El susodicho tutor la había mandado a llamar.
Recorrió el largo camino recto de farolillos incrustados en mármol; aun a esas horas permanecían apagados. A medio recorrido topó con un Twili nuevo. Jamás le había visto, estaba recargado en la pared en posición relajada, con la mirada libre, perdida en la nada.
— ¿Eh?— Midna lo miró, él la miró a ella, le saludo en un guiño coqueto de sus ojos amielados casi casi como si hubiera querido seducirla.
A Midna simplemente le escurrió una gota de sudor frío por la nuca. ¿Quién era ese?, a primera vista le pareció simpático, y al cruzar con él percató un aura que le hizo sentir muy cómoda. No obstante no debía perder el tiempo en un extraño, le ignoró por ese segundo y prosiguió con su camino, una liviana brisa se coló por uno de los ventanales, el cabello naranja y corto del otro Twili se movió con ligereza mientras observaba como aquella chica desaparecía en la oscuridad del castillo.
...
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Cuando Midna entró en la sala del trono, ahí estaba "Él", recto, altivo, hegemónico. Era el rey de ese mundo, pero no por derecho sino por el hecho de haber cogido ese sitio por la fuerza. Midna no recordaba nada de eso, desde que tenía memoria él siempre había sido el rey, aunque...
Bajó la mirada, su memoria se remontaba a lo mucho a los últimos siete casi ocho años, antes de eso creía siempre haber vivido encerrada en el lúgubre calabozo que se enterraba en las entrañas de aquella construcción centenaria. Odiaba eso y por eso odiaba a los mogmas, porque las creaturas le habían recordado aquella terrible época de su vida.
Los encapuchados que la habían abandonado también estaban ahí.
—Teniente, sigue viva— espetó uno con cierta burla.
Lo miró con desdén aunque después su atención terminó en otra parte.
Zant el gobernante habló entonces.
—Queridos... aliados
Engulló aire y retomó la postura.
—He de decir que me siento desilusionado, ¿Cuantos hombres?, ¿cuantas bestias?... ¿Cuánto de algo se necesita para matar a un simple mocoso?
Los tres guardaron silencio. Midna volvió a maldecir a Link y a su buena suerte. La verdad era que tampoco deseaba matarlo, la felicidad de su amiga Zelda dependía de eso. Pero ahora que las cosas se habían complicado ya no sabía cómo sacarlo del camino sin que hubiera repercusiones mayores.
—En fin, puedo ver por sus rostros que aún no tienen ni idea. Hoy se une a nuestro equipo un nuevo integrante.
Hizo pasar al nuevo, era el Twili que Midna había visto en los pasillos, se había ataviado la parte posterior de su capucha así que ahora era casi imposible verle el rostro.
—Zac y Patra quiero que se separen.
— ¡Qué!
—Zac de ahora en adelante cuidaras al nuevo. Se llama Blackavar, no tiene habilidades mágicas pero es un élite del combate. Enséñale todo lo que ocupa.
Zac que era el más alto de los encapuchados gruñó. Blackavar arrugó el ceño e hizo una mueca.
—En cuanto a ti Midna, dejaras tu misión en solitario, carga a Patra y termina lo que dejaron empezado en el otro mundo.
— ¡Pero!—rechistó.
— ¡Silencio!, volverás al calabozo si desobedeces.
Resignada agachó la mirada con miedo. Jamás había podido ir en contra de aquellas órdenes por mucho que estas le molestaran.
—Es todo. — clamó en voz imponente.
Se dio la vuelta.
— Me niego— sonó una voz solitaria.
Los otros tres Twili sintieron escalofrío. Que osadía. Midna lo miró con una mezcla de sentimientos, admiración y lastima por igual.
Zant se detuvo en seco.
Blackavar mantuvo su postura.
—Ese Twili no me gusta, es un hechicero y no tiene nada que enseñarme. Además...— miró a Zac y volvió a fruncir el ceño, se notaba que le había caído mal nada más de tenerlo ahí al lado.
—También me niego— finalmente Midna habló, no sabía de donde había sacado ese valor, quizás simplemente era la atmósfera que se había creado, pero además, odiaba a Patra, lo odiaba más que a cualquier cosa, incluso más que al calabozo.
— ¿Si, Midna?— habló Zant, su voz golpeó sus sentidos, a pesar de ser calmada era muy amenazante.
—Prefiero seguir sola.
—Tu rebeldía me asombra. Pero me siento de buen humor. No obstante no estás aquí para hacer lo que se te venga en gana. —Se viró hacia el nuevo. —Blackavar, no conoces las reglas, pero ambos tienen suerte, realmente estoy de buen humor. Ve con la teniente.
Los ojos de Midna se abrieron como platos. Que rayos, no sabía si había metido la pata, pero ya no se atrevía a contradecir a su maestro dos veces.
Finalmente Zant los echó fuera de su sala, Zac y Patra soltaron risas burlonas.
—Buena suerte niñera— soltó Patra.
—Definitivamente prefiero al nuevo antes que a ti, pedazo de basura— respondió despectivamente.
El otro Twili gruñó y se acercó de manera amenazante, era la última vez que permitía que "esa Twili de clase baja" le insultara de aquella manera. Era tiempo de darle su merecido.
Midna lo encaró sin miedo. También estaba harta.
Patra se acercó a regañadientes, pero entonces Blackavar le metió el pie y Patra fue a dar al suelo de manera torpe y muy ridícula.
—Éste Twili tampoco me gusta. — espetó.
Midna soltó una risotada al verlo en esa posición ridícula, se río tanto que terminó por agarrarse el estómago.
—Grandisimo...— Zac quiso vengar a su amigo, pero Blackavar esquivó el golpe y el otro Twili también termino por caer de manera ridícula.
Midna terminó por no poder contenerse y hasta se le salió una lagrimita después de tanta risa.
—Oye, tú me agradas— dijo al nuevo.
Blackavar le sonrío otra vez de forma coqueta.
—Teniente— respondió, de manera atenta y respetuosa, le hizo una reverencia y se puso a su servicio.
— ¿Cómo era?
—Blackavar, mi señora.
—Mmmh, dime Midna, señora suena extraño. ¿Tú no pareces de aquí?
—Soy de Symphony.
—Oh, el reino vecino
Se fueron charlando por el pasillo. Zac y Patra quedaron ahí tirados gruñéndose el uno al otro por haber pasado dicha vergüenza.
—Maldito nuevo, me las va a pagar caro.
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En el mundo de la luz, el medio día casi había llegado.
Zelda sirvió el desayuno, suspiro. Había mucho silencio en la casa. No obstante, era un silencio agradable, la presencia de Link llenaba cualquier vacío o resquicio en donde la soledad había querido anidarse.
El joven Hylian llegó en sigilo y atrapó a su pareja por la espalda, ella río con timidez ministras su amado le besaba el cuello y sus manos la hacían prisionera nuevamente.
—Link. Mira nada más la hora. ¿Si sabes qué día es hoy?
Link puso su carita boba, río con nerviosismo, ¿acaso olvidaba algo?, con discreción miró el calendario, "21 de diciembre" no recordaba haber agendado nada para esa fecha. Aunque era el inicio del invierno en Hyrule, encendió el televisor y después se sentó a la mesa, pasaron algunos cuantos comerciales, de pronto de la nada salió un pequeño kyu simpático.
—/No lo olviden amigos. Mañana comienzan oficialmente los Twilight GAMES, espero que hayan comprado sus boletos con anticipación.../
Su mirada se volvió un poco triste, había tenido tantas ganas de entrar a ese torneo junto con Zelda, pero Ryuuji se había roto y así sin más lo habían descalificado en automático. Su compañera le acarició la cabeza con un amor desmedido y entonces su atención se perdió del televisor para perderse en los ojos zarcos de ella.
—Mi corazón. ¿Vas a acompañarme afuera?
Él sonrío, recorrió su silla para estar más cerca, y se dejó caer en su pecho que era suave y esponjocito.
—A donde guste mi diosa. Soy todo suyo.
Le ordenó terminar su desayuno, aunque esa parecía ser la tarea difícil de todos los días, Link era demasiado vago, prefería quedarse mirándola que perder el tiempo comiendo, bueno nadie podía culparlo, había pasado más de cinco años intentando robarla por cualquier medio posible y no pensaba desperdiciar ni un segundo ahora que le pertenecía.
.~*}{…..}{*~.
Y por más que lo pensaba, no le encontraba nada especial a la fecha, aunque Zelda estaba más atenta de lo normal, lo llevó al centro comercial y le eligió ropa nueva, pasaron al cine y vieron una película que desde hacía tiempo ambos esperaban, siguieron su recorrido por el parque y terminaron sentados bajo el árbol de flores violáceas, estaba un poco apagado debido a la estación pero aun así lucia muy hermoso
Ahí contemplaron algunas horas el cielo, las nubes estaban más esponjosas de lo normal y aunque el viento ya era frío, el sol emanaba una calidez agradable.
Cuando se hizo tarde Zelda lo tomó de la mano y juntos caminaron a casa. Nuevamente como siempre que acontecía un similar, Link deseó que todos los días de su vida fueran de aquella manera, tranquilos y ordinarios, llenos de felicidad y del amor que solo le sabia brindar su joven diosa.
—Oye Link, yo...
Cruzaban la fuente de Hylia cuando Zelda se detuvo. Link se viró para darle la atención debida, pero entonces fue atrapado, ella aprisionó sus labios contra los suyos y le dejó enganchado entre ese tierno y a la vez apasionado beso.
— ¿Si?— respondió todo atolondrado, definitivamente lo habían dejado fuera de batalla.
—Te amo— musitó, rodeó con sus brazos la cintura de su hombre, y recargó su cabeza contra su pecho.
—También te amo, Zel. Especialmente hoy, no sé porque pero hoy te amo aún más.
—Eres tan despistado, Link. — rechistó con una traviesa sonrisa, dio dos paso en reversa, golpeó sus palmas e invocó algo.
El objeto apareció sobre su cabeza, cayó por inercia y finalmente descansó sobre sus manos.
Link abrió los ojos como platos.
— ¡Ryuuji!
Era su espada, la que tanto le había acompañado en todas sus partidas de TG*
—Es una réplica, la original ya no tenía remedio.
Entonces Link la tomó entre sus manos, era cierto, ésta se sentía un poquito más pesada y la empuñadura no tenía ni un rastro de desgaste.
—Feliz cumpleaños, Link. Mi pequeño lobito del invierno.
—Rayos, Zel.
—Rayos, Link, de verdad no puedo creer que seas así de despistado.
Estaba súper avergonzado y de verdad se le notaba en la cara, a Zelda le pareció tierno verlo todo colorado.
La realidad era que se había quedado sin palabras, no sabía como pero Zelda siempre lo sorprendía.
—Espero que te guste tu regalo, me costó mucho convencer a Hatoru para que me ayudará a conseguirlo.
—Me encanta. Gracias.
—No se compara en nada con el que tú me diste. — dijo bajando un poco la mirada.
— ¿Bromeas?, es increíble— se echó la espada a la espalda y atrapó a su novia en un tierno abrazo.
—Te adoro, Link... quisiera darte el mundo entero.
—Tú eres mi mundo entero, no tienes idea de lo feliz que soy a tu lado.
—Quizás sí. Yo soy plenamente feliz a tu lado.
Ambos soltaron una risita.
—La verdadera sorpresa es, que conseguí reactivar tu puesto en el torneo de mañana.
— ¡De veras!
— ¡Sí!
Nuevamente se río al ver su carita emocionada. Seguramente serían unas vacaciones divertidas.
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Continuara...
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NA.:TG: abreviatura para Twiligth GAMES.
Comentarios del Capitulo:
parece que Midna encontró su propio "compañero de juegos", un Twili misterioso que no pose ni una pizca de magia, mas adelante veremos que clase de secretos se guarda este personaje.
Mientras tanto en el mundo de la luz esta por comenzar el torneo de TG, seguro que Link y Zelda la lian a lo grande jajaja xD.
