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Una adaptación a Crepúsculo por Redana Crisp.


Disclaimer

Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer. La historia a Rainbow Rowell. Yo sólo los mezclo y juego con ellos. Queda prohibida la reproducción total o parcial de este trabajo, que solamente es publicado en Fanfiction / . / Net.


Capítulo 47

— ¿De qué te estás riendo? —preguntó Siobhan, hurgando en los canelones. Se entusiasmó cuando Edward le dijo que había traído suficiente para los dos.

—No me estoy riendo —dijo Edward—. Estoy sonriendo, como una persona normal.

—Creo que esto tiene que ver con una chica.

Edward rio y dio un mordisco.

—No te culpo. Esa Janne es un bombón. He notado que le gustas.

—No es Janne —dijo Edward con la boca llena.

— ¿No es ella? —Preguntó Siobhan—. ¿Entonces quién es?

—No lo sé —dijo, siendo honesto.

—Bueno, Janne no está tan mal. Es una chica inteligente. Y saludable. Come muchas zanahorias.

—Ella no es mi tipo —dijo Edward, sintiéndose alegre. Estúpidamente alegre. ¿Qué significaba realmente en el gran orden del Universo que Bella lo había visto, que había estado celosa…?

Significaba que la chica en la que pensaba todo el tiempo y que más le gustaba en el mundo también estaba pensando en él.

—Oh, ¿no lo es? —preguntó Siobhan.

—Es demasiado bajita —rio Edward.

—Vaya, que quisquilloso. Dime, ¿qué clase de queso pone tu mamá en esto?

—Parmesano—dijo Edward.

—Hmm. Huele horrible, pero sabe delicioso.

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El día siguiente era sábado, y Edward tenía el gimnasio para él sólo. Tenía su elección de caminadoras y revistas fitness para hombres. No que pudiera leer ahora mismo, no podía concentrarse en nada. No podía dejar de pensar en el mensaje de Bella. Bella.

Le gustaba.

Ella no lo conocía pero, le gustaba. Pensaba en él de forma física. Pensaba en cuanto espacio ocupaba él en el mundo. Y estaba celosa.

¿Cuándo una chica estuvo celosa por él? Tanya no, pensó, sacudiendo su cabeza al pensar en ella, tratando de sacudirse ese pensamiento.

Bella no lo conocía a él. No eran celos reales. No era nada real. Pero podría serlo. A él le gustaba ella, y a ella le gustaba él. Bueno, le gustaba su apariencia, y eso era un buen comienzo. Debía haber una manera de que él pudiera hacer que algo pasara, arreglar algo para estar cerca de ella, tratar de llamar su atención o conocerla.

Estaba corriendo más rápido que la caminadora. Le subió la velocidad para evitar tropezar.

Bella tenía novio, eso era un problema. Pero, claramente lo suyo no era una relación sana (Edward y Seth pasaban más noches de fines de semana con su novio que ella).

Podía pasar por el escritorio de Bella cuando sabía que ella estaba allí. ¿Qué si funcionaba? ¿Y qué si a ella le gustaba? ¿Realmente le gustaba? Jamás podría decirle acerca de los correos. Él tendría que guardar eso como un secreto. Incluso si se casaban y tenían hijos.

¿La gente no tiene secretos como esos todo el tiempo?

Uno de los tíos de Edward no supo que su esposa había estado casada antes hasta su funeral, cuando sus tres ex maridos aparecieron…

Edward tendría que decirle a Bella. Pero no podía decírselo. No funcionaría. Esto era estúpido. Pero aun así… ella pensaba en él. Estaba celosa.

Edward tenía tanta energía luego de la caminadora que caminó hasta la habitación de pesas. No había nadie ahí, y la instructora estaba leyendo una revista.

—Disculpe —dijo—. ¿Tengo que reservar antes para usar el banco de pesas?

Ella dejó su revista.

—Normalmente si—dijo ella, mirando la habitación vacía—. Pero hoy no.

Su nombre era Zafrina, y estudiaba nutrición. Edward no sabía que la nutrición era un objeto de estudio.

Ella era musculosa y estaba muy bronceada. Pero era extremadamente paciente. Y siguió asegurando a Edward que no se veía como un idiota.

Le ayudó a crear un programa de levantamiento, y escribió todo en una carpeta especial.

—Una vez que te acostumbres a esto, definitivamente deberías intentar agregar más masa —dijo Zafrina—. Podrías volverte realmente grande. Puede decirse por el tamaño de tus codos.

— ¿Mis codos?

—No hay grasa en el codo —dijo ella—. Así que es una buena manera para evaluar la estructura ósea, qué tan grande el cuerpo se puede volver. Yo tengo codos de pequeños a medios, así que estoy muy limitada. Nunca seré competitiva.

Edward le agradeció a Zafrina sinceramente cuando terminaron, y ella le dijo que la buscara si se aburría con su programa. Sintió dolor por todos lados cuando caminó hacia su coche. Siguió intentando mirar sus codos, pero era un poco inútil sin un espejo.

Esa noche, cuando llegó a casa de Garret y Kate, Kate lo recibió en la puerta. Podía oír a la gente discutiendo en la sala de estar.

— ¿Ha comenzado ya el juego?

—No, estamos esperando a que Carlisle salga del trabajo. Garret y Alec están jugando a las cartas de Star Wars (1) mientras nosotros esperamos. ¿Juegas?

—No, ¿es divertido?

—Sí, si quieres gastar el dinero de la universidad de tus hijos en un juego de cartas coleccionables.

— ¡Nuestros hijos tendrán becas! —gritó Garret desde la sala de estar—. Edward, ven a mirar. Estoy aplastando a la rebelión bajo mi talón.

—No —dijo Kate, sonriendo—. Ven a hacerme compañía. Estoy haciendo pizza.

—Claro —dijo Edward, siguiéndola hasta la cocina.

—Tú puedes cortar las cebollas —dijo ella—. Odio cortar cebollas. Me hacen llorar, y una vez que lloro, empiezo a pensar en cosas tristes, y luego no puedo parar. Ven, dame tu chamarra.

La cocina ya olía a ajo. Kate tenía los ingredientes de la cena, y todo lo demás, desparramado en la mesada. Ella le alcanzó un cuchillo filosoy una cebolla.

—Sólo haz un espacio. —El apartó dos sacos de papas, una jarra de vino tinto, y una máquina para hacer yogurt. Este es el tipo de chica que mi madre quería que trajera a casa, pensó mientras se lavaba las manos. O este es el tipo de chica que ella querría que yo llevara a casa si querría realmente que yo trajera una chica a casa.

Una chica como esta, que prepara su propio yogurt y amamantara mientras está hablándote de algo que leyó en un libro de hierbas medicinales.

Observó a Kate haciéndole un plato de pasas y rodajas de plátano a su niño.

¿Qué podría su madre encontrar de malo en Kate?, se preguntó. Seguro algo. Bree diría que Kate sonreía demasiado y que debería usar un brasier más ajustado.

Cortó la cebolla en cuadrados regulares y comenzó con los tomates. Sus brazos todavía se sentían raros por todo el levantamiento y su cara se sentía extraña por todas las sonrisas.

—Estás diferente, Edward—dijo Kate, haciendo más espacio en el mostrador para extender la masa. Ella lo miró como si estuviese haciendo matemáticas en su cabeza— ¿Qué es?

Él se rio con ganas

—No lo sé. ¿Qué es?

—Estás diferente —dijo ella—. Creo que has perdido peso. ¿Has perdido peso?

—Probablemente —dijo—. Estoy yendo al gimnasio.

—Hmmm —dijo estudiándolo mientras amasaba la masa. —Eso es algo. Pero no es eso… tus ojos están más claros. Estás más alto. Luces como si estuvieses en la flor de la juventud.

— ¿No es eso algo que le dirías a una chica de dieciséis años?

— ¿Tiene esto algo que ver con una chica de dieciséis años de edad?

—Claro que no —dijo, riéndose de nuevo—. ¿Dónde podría incluso conocer a una chica de dieciséis años de edad?

—Pero es una chica —dijo Kate entusiasmada—. ¡Es una chica!

— ¿Quién es una chica? —preguntó Garret mientras caminaba. Fue hacia el refrigerador y tomó dos cervezas—. ¿Está Edward embarazado?

Edward sacudió su cabeza ante Kate, lo que, él sabía, la hizo más curiosa.

— ¿Has terminado de aplastar a la Rebelión? —preguntó ella. Garret frunció el ceño.

—No —dijo Garret malhumorado, caminando de regreso a la sala de estar—. Pero voy a.

— ¡Es una chica! —susurró Kate tan pronto como Garret se había ido—. ¡Nuestras oraciones han sido escuchadas! Dime todo acerca de ella.

— ¿Has estado rezando por mí? —preguntó Edward.

—Por supuesto —dijo—. Rezo por todos los que nos importan. Además me gusta rezar por cosas que parecen posibles. Hay tantas cosas por las que rezo que seguro Dios no se da abasto. Es gratificante rezar por algo que realmente pueda pasar. Es algo que me hace seguir adelante. A veces, sólo rezo por una abundante cosecha de calabacitas o por una buena noche de sueño.

— ¿Así que crees que es posible que yo pueda conocer a una chica? —se sintió muy agradecido al pensar que Kate estaba rezando por él. Si fuese Dios, él escucharía las plegarias de Kate.

—La chica —sonrió Kate—. Más que posible. Es probable incluso. Dime acerca de ella.

Quería. Quería decirle a alguien. ¿Por qué no Kate? No podía pensar en alguien que fuese menos crítica.

—Si lo hago —dijo Edward—. No puedes decirle a nadie. Ni siquiera a Garret.

Su cara cayó.

— ¿Por qué no? ¿Estás en problemas? ¿Es un secreto malo? Oh, mi Dios, ¿estás teniendo un amorío? No me digas que estás teniendo un amorío. O rompiendo la ley.

—No estoy rompiendo la ley… —dijo—. Pero puede que haya empleado una ética cuestionable.

—Tienes que decirme ahora —dijo ella—. O sólo me va a volver loca.

Así que le conto todo, desde el principio, tratando de no tocar las partes de la historia que lo hacían sonar turbio, pero tratando de no restarle importancia tampoco. Al final, Kate había hecho rodar con nerviosismo la primera masa de la pizza fina como papel de calcar.

—No sé qué decir —dijo ella estrujando la masa de nuevo en una bola. Él no podía leer su cara.

— ¿Piensas que soy horrible? —le preguntó, seguro que sí.

—No —dijo ella—. Oh no, por supuesto que no. No sé cómo podrías leer los correos electrónicos de las personas sin leerlos en realidad, si ese es tu trabajo.

—Pero no debería haber leído el de ella —dijo—. No hay manera de evitarlo.

—No —Kate frunció el ceño. Incluso su ceño parecía que quería ser una sonrisa—. No, esa es la parte complicada. ¿Realmente, nunca la has conocido? ¿Sabes cómo es su aspecto?

—No —dijo Edward.

—Hay algo muy romántico en eso. Toda mujer quiere un hombre que se enamore tanto de su alma como de su cuerpo ¿Pero, qué si la conoces y no piensas que es atractiva?

—No creo que me importe como luce —dijo Edward. No es como que él no hubiese pensado en ello. No es que no fuese emocionante en una manera extraña, no saber, imaginar.

—Oh, eso es incluso más romántico —dijo Kate.

—Bueno —dijo Edward que sintió que se había librado muy fácilmente—. Sé que es atractiva. Su novio es el tipo de chico que sale con mujeres atractivas. Y sé que ha tenido otros novios…

—Aun así es romántico —dijo Kate—, enamorarse de alguien por quien es, lo que dice y lo que cree. En realidad, es mucho más romántico que su enamoramiento por ti, lo que tendría que ser casi completamente físico. Podrías no ser nada como ella piensa que eres.

Edward nunca lo había pensado así.

—Oh, no es que ella estaría decepcionada —dijo Kate, tranquilizándolo—. ¿Cómo podría estarlo?

Me conformo con que piense que soy guapo —dijo Edward.

—Lo lindo nunca ha sido tu problema, Edward.

Entonces, Edward no supo que decir. Kate sonrió y le dio dos pimientos verdes

—Tu problema —dijo ella—. Por lo menos en el sentido inmediato, es que debes dejar de leer el correo de esta mujer.

—Si paro, ¿crees que podría intentar conocerla?

—No lo sé—dijo Kate estrujando la masa de nuevo—. Tendrías que decirle acerca del correo electrónico, y puede ser que no sea capaz de superarlo.

— ¿Podrías superar algo como eso?

—No lo sé… Parecería bastante extraño. Garret me robó mis dados un verano, para tener algo mío que mantener cerca de él durante las vacaciones. Los llevaba en el bolsillo. Eso parecía algo romántico, pero un poco raro y esto es más raro que eso. Tendrías que decirle como has ido a los conciertos de su novio y como pasas por su escritorio. No lo sé.

Dibujando remolinos rojos, Kate usó salsa de tomate en la masa, directamente con los dedos.

—Tienes razón —dijo Edward. No importaba que Kate no fuese tan crítica como Bree o su madre o cualquier otra persona con la que podría haber hablado sobre Bella. No había nadie a quien él podría contar, nadie que el respetase, que le dijera que eso iba a funcionar

—Supongo que lo arruiné en el momento en que decidí seguir leyendo sus correos electrónicos. La cosa es, realmente nunca decidí eso. No fue como una decisión formal.

—Solo piensa —dijo Kate, poniendo la primera pizza en el horno—. Si nunca hubieses leído su correo, ella aun así estaría enamorada de ti. Aun así estaría chismorreando acerca de ti con su amiga. Eso debería hacerte sentir bien.

No lo hizo.

Esa noche, Edward jugó su personaje tan descuidadamente que el pobre enano perdió tres dedos y fue maldecido con ceguera. Edward comió demasiada pizza, bebió dos grandes jarras de cerveza de la casa de Garret, y durmió incómodamente en el sofá.

La mañana siguiente, Kate le preparó avena e intentó convencerlo de que aprovechara aquel impulso vital, que lo canalizara hacia un objetivo más sano.

—Recuerda —dijo ella—. "No todos los que vagan están perdidos".

Él le agradeció por el desayuno y por todo lo demás y se apresuró a salir, esperando que ella no viese lo irritado que estaba. Le parecía una frase tan vacía… Aunque fuera una de sus frases favoritas de El Señor de los Anillos (2).


1 Star Wars: Es una franquicia compuesta primordialmente de una serie de películas concebidas por el cineasta estadounidense George Lucas en la década de 1970.

2 El Señor de Los Anillos: Es una novela de fantasía épica escrita por el filólogo y escritor británico J. R. R. Tolkien. Convertida también en una franquicia de películas.

¿Y? ¿Qué les parece Edward finalmente contando su secreto a alguien? Y usando pesas... A mí me parece lo más tierno del mundo. Hoy tocó actualización simple. Nos leemos el miércoles con una doble (:

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