De antemano les pido disculpas por las faltas de ortografía que pudiera haber.

Añadiré "pensamientos" y POV

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: - creo que esto podemos tomarlo como cambios de lugar o algo así xD.


CAPITULO 47 AGUJERO

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POV Anika

Tanto Tsuna como yo nos habíamos quedado helados ante la escena, Yamamoto estaba justo delante de nosotros con la katana incrustada en su pecho y atravesándole. Las gotas de sangre comenzaron a resbalar por el filo de esta y pronto a dejar marca en el suelo.

-¡Yamamoto!

Tsuna despertó del trance y fue hacia él justo en el momento que su cuerpo se desplomaba hacia enfrente, cayó en un sonoro golpe como si un saco fuera arrojado a la tierra.

Un quejido más se escuchó, Jean dio unos pasos hacia atrás tambaleándose, parecía no creer lo que había ocurrido. Podía ver el hilo de sangre salir de donde presionaba con las manos. No había dado en el pecho, tal vez en el último momento trato de alejarse, pero no fue tan rápida y solo consiguió que el golpe fuera hacia uno de los lados; sin embargo, eso no significaba que fuera menos peligroso, tal vez no la mataría al instante, pero la atravesó y ahora estaba herida y perdiendo sangre.

Vio a Tsuna acercarse y noté el pánico en su rostro, oscuridad, lo hizo una vez más, pero a diferencia de antes, fueron solo unos segundos que le permitieron huir. Podía ver la marca de sangre en el piso, era un animal herido en ese momento.

-¡Yamamoto!

Corrí hacia Tsuna que se encontraba con el guardián de la lluvia, lo había colocado de lado, la katana seguía en su lugar, tal vez estaba tratando de que no perdiera demasiada sangre.

-Necesita un médico.

-Pero no hay nadie cerca.

-Ryohei, con sus llamas podría darnos algo de tiempo hasta que llegue el médico.

-Iré a buscarlo

Me puse de pie para ir a buscarlo cuando una mano me detuvo; el pelinegro nos observaba tratando de soportar el dolor.

-Deben ir tras ella.

-No voy a dejarte.

Tsuna estaba alterado, molesto, preocupado y asustado. Eso trajo viejos recuerdos, yo había sostenido a Natsume mientras moría, esa desesperación de no poder hacer nada, te hace sentir tan inútil. El movimiento en mi estomago hizo que tratara de tomar la compostura. Me coloqué a su lado.

-Debemos ir por ayuda.

-No voy a morir, no deben tardar en alcanzarnos, pero, si esperan, ella llegará con Alberth y será demasiado tarde.

-No puedo dejarte solo.

-No me estas dejando solo Tsuna, somos amigos, solo es un cambio de jugador mientras descanso. Les he dado una oportunidad para ganar, no la desperdicien.

Yamamoto cerro los ojos, estaba pálido por la herida, Tsuna aún lo sostenía. Por la expresión que tenía estaba tratando de tomar una decisión.

-Yo haré lo que tú decidas.

Observaba al azabache y luego a mí. Lo coloco en el piso tratando de no lastimarlo.

-Gokudera está cerca, ellos lo ayudaran, Jean esta herida, es nuestra oportunidad.

- ¿Estás seguro?

-Si, Yamamoto nos dio una oportunidad y sé que los demás vienen hacia acá, debo confiar en mi familia.

Tsuana estaba soportando, era obvio que no quería dejarlo, pero la mirada que tenía me hizo seguirlo.

POV Zero

Observé como la tonfa pasó a un lado de mi cara e hizo un enorme agujero en el árbol, me alejé unos pasos de él cuando el segundo golpe llegó.

Era rápido, fuerte y agresivo, no le importaba mucho lo demás, tal parece que lo único que quería era pelear y comprobar quien era el más fuerte; una pelea así no era prudente en ese momento, implicaba un desgaste y pérdida de tiempo, tiempo que no tenía.

Volvió a los golpes, uno tras de otro, no podía quitármelo para atacar, recurrí a una técnica vieja, pero eficaz, tomé un poco de tierra y la arrojé a forma de distracción, esos segundos me permitieron tomar distancia, las llamas rodearon la espada y dejé ir el golpe, tres ráfagas de luz salieron en su dirección.

El pelinegro se preparó, pero las ráfagas pasaron por encima de él, eso lo confundió, pero todo fue claro ante el sonido de los árboles cayendo y entonces lo aprisionaron.

El sonido de entre los arbustos me alertó, Jean apareció, su mano cubría una gran herida que chorreaba sangre tan roja como su cabello.

-Ya vienen.

-Estas sangrando mucho.

-Dime algo que no sepa.

Corrió hacia la cueva, era hora de la última parte del plan.

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POV Gokudera

Chrome estaba rendida, Ryhoei le ayudó para que no cayera.

-Parece que ese fue el último.

Habíamos logrado eliminar a todas esas criaturas, sin embargo, hace unos instantes un fuerte ruido había llegado de más adelante, en dirección donde el Décimo fue.

-Debemos seguir, espera aquí y descansa.

Chrome negó y se puso de pie.

-yo también voy.

-Estas agotada.

-Aún puedo pelear.

Era obvio que no se quedaría, a pesar de lo que aparentara a simple vista, Chrome era decidida y valiente, siempre lo había demostrado en todas las batallas, no se quedaría a esperar, no me quedó de otra más que asentir y avanzar.

Fueron unos minutos hasta que llegamos a una zona abierta, por cómo se encontraba el lugar, podíamos saber que se había llevado una pelea ahí.

-¡Miren!

Ryohei fue el primero en correr, lo seguimos y aceleramos el paso cuando vislumbramos lo mismo.

Había bastante sangre sobre el piso.

-Tú…idiota

-Aún tiene pulso.

-Las llamas del sol, hay que extraer la espada.

Tomé la espada y la saqué de un tirón. Yamamoto se quejó al instante. Mientras el peliblando controlaba la hemorragia.

-Podían despertarme más amablemente.

-No tienes derecho a quejarte cuando no tuviste cuidado.

-… lo siento,

- ¿Y el Décimo?

-Fueron detrás de Jean, logré herirla, pero no lo suficiente para frenarla aquí.

-¿Qué hacemos?

Necesitaba atención urgente, el Décimo no lo dejaría sino estuviera seguro de que llegaríamos por él, solo me quedaba confiar en que estarían bien, además Hibari estaba con ellos, tenía que asegurarme de cuidar a los demás.

-Bien, salgamos de aquí, Chrome, adelántate y llama para que traigan un auto.

Chrome asintió y corrió hacia la salida

-¿Los dejaremos?

-Por ahora es lo mejor que podemos hacer para ayudarles.

Tomamos entre los dos al pelinegro y con cuidado avanzamos hacia la salida. Cuando quedaban solo unos cuantos metros un fuerte estruendo detrás de nosotros nos detuvo. Al girarnos observamos con horror como los árboles caían y el centro del bosque era tragado por un enorme agujero.

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POV Tsuna

Había un ligero rastro de sangre en la tierra y logramos ver como unos cuantos arboles caían más adelante.

-Tsuna…si las cosas se pusieran mal.

-No vayas a decir que te deje porque no lo haré.

-…entonces, por favor ten cuidado.

Salimos a la entrada de una cueva, los rastros de una pelea yacían en ese lugar, algunos árboles estaban golpeados y podía asegurar que Hibari había hecho esas marcas. ¿Pero dónde estaba?

Se escuchó un ruido de la cueva.

-Están adentro, supongo que nos esperan. Es más que claro que es una trampa.

-No necesito la intuición para saberlo.

Anika dejo salir sus llamas y preparó sus armas, yo hice lo mismo, llamé a Natsu para tener listo el manto en caso de ser necesario.

-Iré por delante.

Avanzamos hacia la cueva, estaba completamente oscuro por dentro, ni las llamas de luz podían alumbrar el camino, el sonido de las piedras era lo único que teníamos por ahora.

-Espera.

Acerqué la meno y sentí la pared áspera del fondo.

-Ya no hay más camino.

-Imposible

Ella también palpó la pared confundida, ya no había más camino.

-¿Se fueron?

-No, siguen aquí.

"Pero ¿dónde?"

Un rápido escalofrío me recorrió, quise moverme más rápido, pero en unos instantes la tierra debajo de nosotros comenzó a temblar, fueron unos segundos cuando el suelo a nuestros pies estallo y comenzamos a caer.

-¡Anika!

La tomé antes de que cayera junto a las rocas, se aferró a mí mientras trababa de subir, pero era imposible con la cantidad de piedras cayendo sobre nosotros.

-¡Cuidado!

Una explosión sobre nosotros derribó una parte enorme de tierra, nos cubrí con el manto mientras caímos.

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POV Anika

El polvo me llenaba los pulmones, por suerte habíamos quedado entre unas rocas que crearon un espacio seguro o de otra manera nos habrían aplastado.

-¿Estas bien?

Asentí

-Gracias a ti, me salvaste.

Se puso de pie y me tendió la mano para ayudarme, tal parece que habíamos caído varios metros.

-Planeaban sepultarnos aquí.

-¡Abajo!

Tsuna me tomó del brazo y tiro de mi hacia el suelo cuando un proyectil paso por encima de nosotros.

Levanté la mirada y entre el polvo pude identificar dos siluetas.

-Zero.

Mi hermano se encontraba en un área libre de escombros, Jean estaba a su lado, aun podía ver la sangre, aunque pareciera se las había arreglado para detener el sangrado.

-¿Dónde está el Noveno?

-¿Dónde está Alberth?

-Solo lo veras con un intercambio, pero sino traes al Noveno eso no pasará.

-Abre los ojos. ¿No te das cuenta de que ella te está manipulando?, te ha estado mintiendo todo este tiempo. ¡Ella es la culpable de la muerte de nuestros padres, de nuestra gente!

-Pareces algo desesperada inventando cosas, hermanita.

-Se que no puedes confiar en mí, pero tampoco deberías hacerlo en ella, debes percibir algo, debe haber alguna inquietud.

Zero negó ante mis palabras, no quería escucharme o más, ni siquiera iba a intentar escuchar.

-Está corriendo el tiempo, sino tengo al noveno, entonces tendré que hacer llegar mi mensaje de otra manea.

Sus ojos fueron hacia Tsuna, era obvio lo que pensaba, si mataba al Decimo Vongola sería un fuerte golpe tanto para Nono, como para la mafia.

-No lo harás, si tratas de tocar a Tsuna, primero tendrás que pasar sobre mí.

-¿De verdad lo amas tanto como para protegerlo?, alguien como él, como ellos.

-Vongola ha destruido a muchos…pero también a salvado a otros, los odias, pero eres igual a ellos…somos igual a ellos, hicimos lo necesario para sobrevivir.

-Por culpa de ellos, sino hubieran asesinado a nuestra gente, a nuestros padres…recuerda esos gritos, las personas que conocías, la gente que te apreciaba, los niños con lo que jugabas, todos, ejecutados sin la más misera piedad. ¡¿Cómo quieres que olvide eso?!.

Zero llegó contra mí como si un rayo me hubiera golpeado, sentí mis piernas hundirse bajo mis pies y las rocas alrededor impactar contra las paredes.

En la mirada de mi hermano solo pude encontrar odio, pero en vez de verlo de la misma manera, solo podía sentir tristeza y pena, sería igual si no hubiese encontrado a Alberth, a Tsuna, a los demás, estaría llena de rabia y rencor, no tendría algo que amara, que cuidar, algo que me diera felicidad.

-Lo sé, lo que hicieron fue horrible, pero…no voy a dejar que lastimes a quienes no tienen la culpa, y mucho menos, a las personas que amo, así que, si tengo que pelear contigo, no me voy a contener.

Las llamas irradiaron de los dos, la luz era cegadora desde el momento que nuestras armas chocaron entre sí.

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POV Tsuna

No quería apartar la vista de la pelea, pero debía haber alguna otra forma de detener a Zero, y la única manera era hacer que Jean hablara. Se había mantenido alejada, pero con cautela, a pesar de estar viendo la pelea sentía su mirada cuidadosa en cuanto hiciera un movimiento extraño.

No había necesidad de disimular, volé hasta llegar donde ella.

-¿Quieres un mejor lugar para disfrutar la pelea?.

-Quiero que la detengas.

-No pretendes que me meta entre esos dos, ¿o sí?.

-Sabes a lo que me refiero.

-No lo sé.

Sus palabras fueron igual de frías y cortantes que la mirada que me lanzó.

-¿Vas a pelear contra una pobre moribunda?. Estoy herida y sangrando, estoy indefensa.

-Eres todo menos indefensa, dejar de jugar – liberé mis llamas y la pelirroja soltó una carcajada.

-¿Piensas atacarme?, tú no eres así, aunque…abandonaste a tu pobre amigo, tal vez deba empezar a dudar de lo que eres o no capaz. ¿murió? ¿Quieres venganza?, o, ¿lo abandonaste mientras se desangraba?

Estaba tratando de provocarme, ¿Para qué?, no tenia idea, pero no iba a caer en su juego.

-Entiendo porque Primo jamás se fijó en alguien como tú.

Un ligero tic, trató de ocultarlo al instante, pero aquello había removido algo.

-¿Primo?, no sé de quien hablas.

-¿No?, la persona por la cual causaste un genocidio, ¿eran tantos tus celos?, es por eso que quieres poner a Zero contra Anika, ¿verdad?, estas celosa, estas molesta porque jamás serás como ella, porque siempre va a ser mejor que tú y porque siempre será elegida sobre ti. Porque si ella existe tú no vales nada.

El metal de las garras pasó tan rápido a mi lado que apenas tuve tiempo de esquivarlo. Las llamas brotaron de su cuerpo y liberé las mías, al contrario que con las llamas de la luz que parecían danzar, las llamas del cielo y la oscuridad chocaban entre sí, se repelían la una a la otra.

-¿Qué tiene de bueno?, la razón porque la amas es mera ciencia, sus llamas se equilibran, pero, ¿me pregunto si será lo mismo cuando se tiñan de negro?.

-¿Qué?

-¿No te parece extraño que hablen de personas con llamas de luz y no de oscuridad?. ¿Crees que nacemos siendo malos? Mis llamas y las de mis padres, fueron luz, pero los sentimientos, las acciones, el deseo por dejar de ser puro, Giotto los amaba, a esos seres de luz, ¿Por qué no podía solo verme a mí?, ¿Por qué tenía que competir?, yo lo quería, aborrecía la luz, así que rechacé mi luz, se hicieron oscuras.

-Imposible.

-Lamentablemente no todos soportan eso, es doloroso, te quemas y si se apoderan de ti, solo te devoraran. La luciérnaga ha perdido mucho, me pregunto que necesito para que por fin sean oscuras, ¿la muerte de su padre?, ¿de su amado?, ¿su querido hermano? O mejor los tres.

Señalo hacia un lugar donde una masa oscura se formó, del interior el rostro de Alberth salía, estaba vivo, pero inconsciente.

-También debe disfrutar el espectáculo

-¡Estas loca!.

La ataqué y esquivo, aunque su fuerza había disminuido; probablemente por la perdida de sangre, cada golpe que me lanzaba era igual de letal.

Lanzó un golpe cargado sobre mi y golpeo las rocas sobre nosotros; varios fragmentos comenzaron a caer.

-Oscuridad.

Fui encerrado en uno de sus campos, no podía ver nada, pero podía escuchar como los fragmentos de roca caían alrededor. Sino fuera por la intuición, habría quedado aplastado por uno de ellos.

-Deja de esconderte.

Me hice aun lado sintiendo solo la rafa de viento y como un poco de la tela de la ropa era cortada. Repitió la acción, y otra vez.

No podía quedarme ahí dentro, la oscuridad era su dominio.

-Natsu.

La busqué, traté de encontrarla y entonces.

-¡Burning Axle!

El golpe destrozó el domo donde estaba, pero Jean había calculado bien el lugar y se encargó de esquivarlo, mientras el proyectil iba directo a Zero.

Por suerte, tuvo el tiempo suficiente para esquivar, pero el estruendo causo que el agujero donde estábamos se volviera aún más inestable.

-Parece que te equivocaste de objetivo.

Jean llegó a mi y me arrojó contra una de las paredes.

-¡Zero!.

Escuché la voz de Anika cuando Zero se alejó de ella aprovechando el caos de las rocas. Jean y Zero intercambiaron lugares, el rubio venia hacia mi y la pelirroja iba por Anika.

Traté de levantarme, pero el golpe de Jean aun tenia efecto sobre mí. Logré girarme a la izquierda al momento que la espada descendió.

-No te resistas, lo haré rápido.

-No caigas en su trampa, Jean…

-Ella no me esta obligando a hacer esto, es mi deseo matarte.

-¡Detente hermano!, ¡No lo hagas!.

-No tenemos que pelear.

-Entonces no pelees.

-¡No!.

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POV Anika

No podía pasar, Jean me bloqueaba cualquier intento de escabullirme.

Pude ver como la espada de mi hermano se bañó en luz y descendió con fuerza. Tsuna se cubrió y el filo golpeo directamente en el centro de los guantes. Una explosión de energía alejó de Zero del castaño, el brillo me cegó por un momento.

"Tsuna"

Estaba tratando de forzarme a ver, pero la fuerza de la luz me obligaba a cerrar los ojos.

-Giotto.

Ese fue un susurro de la pelirroja, tuve que soportar unos segundos hasta que por fin pude ver y a un lado de Tsuna, como cada vez que había peligro, Primo Vongola.