Point Place, Wisconsin.

Domingo 02 de Marzo de 1992.

Casa de Steven y Jackie Hyde.

Hyde y Jackie habían estado toda la mañana en el jardín, según el dueño de la casa porque las flores no se iban a revivir solas. Kelso sospechaba que esos dos estaban ocultándole algo todavía más grande que el sexo salvaje de la noche anterior, pero no tenía forma de comprobarlo. Cuando volvieron adentro había algunas cosas que todavía no quedaban claras, así que decidió importunar a la pareja y distraerlos de los mimos matutinos por un segundo.

—Ustedes dos. —llamó. Hyde se estaba lavando las manos para quitarse la tierra y Jackie estaba bebiendo agua.

— ¿Qué?

— ¿Hay algo que quieran contarme?

Hyde miró a su esposa y tuvieron una conversación telepática.

—No— le contestó al final — Nada ¿por qué?

—Esta mañana recibí una llamada. Más bien, Donna. Donna recibió una llamada.

— ¿aja?

—Parece que no se ha reportado a su trabajo.

— ¿Y eso que?— dijo Jackie — Ninguno de nosotros lo ha hecho.

—Ya hablamos de todo esto, Kelso. Donna no tiene que contarnos que es lo que hace con su vida privada.

—Creo que bajo estas circunstancias, todos deberíamos contarnos lo que ocurre en nuestra vida privada. Te recuerdo que hay uno de nosotros que sacó la evidencia de este sótano.

Hyde suspiró frustrado.

— ¿En serio sigues con eso? De acuerdo, a ver… ¿Qué pasa en tu vida privada? ¿Te estas divorciando? ¿Brook conoce a la mujer con la que te estas acostando?

— ¡STEVEN!— lo regañó su esposa

— ¿Qué? Si él puede preguntarnos, nosotros podemos preguntarle a él. ¿No eres tú quien estaba hablando de contar nuestra vida privada?- se dirigió al más alto.

—No nos vamos a divorciar pero ya no estamos juntos así que no creo que le interese la mujer con la que me estoy acostando más de lo que te pueda interesar a ti, pero dime, ya que estamos en eso… ¿Jackie sabe de las mujeres con las que has estado en este tiempo? Jackie ¿Hyde sabe de Glenn, tu casero?

Hyde y Jackie se evitaron avergonzados.

—Eso creí— sentenció Kelso y bebió del agua de Jackie.

—Bueno, estábamos separados entonces. — se excusó Hyde

—Si — dijo Jackie — Además mi casero me acosaba, nunca acepté salir con él.

— ¿Entonces cómo es que te perdonó tantas rentas, era muy amable?- Presió Kelso.

Hyde arqueó una ceja.

—Jackie es mi esposa Kelso, deja que yo me preocupe por eso.

Kelso le sonrió.

—Entonces es verdad. Están juntos de nuevo.

—Para ser justos nunca nos separamos de verdad. — dijo Hyde. Jackie le sonrió.

Fez y Eric volvieron de la oficina del ayuntamiento.

—No hay ningún movimiento acerca de Carl.- Dijo Eric- No se ha acercado y si no me recuesto en el sillón por las próximas 6 horas, voy a desmayarme.

—No tan rápido, Forman, estamos en un interrogatorio. Kelso cree que nos va a servir de mucho saber con quién te acuestas.

— ¿Qué?

—Solo digo que desde ahora no puede haber secretos entre nosotros.- se explicó Kelso. —Hyde se tiraba ancianas casadas para tener un lugar donde pasar la noche y trabajaba de codo a codo con los indocumentados. Jackie era mesera en una cafetería de paso y se acostaba con su casero para pagarle la renta. Mi esposa y yo nos separamos por que le fui y le soy infiel. Fez conduce un taxi como los otros inmigrantes y se gana la vida en un club de apuestas. ¿Cómo te ha ido a ti?

Eric levantó la vista y trató de leer las expresiones de sus compañeros.

— ¿Bromeas?

Hyde se encogió de hombros.

—Pues… —empezó a hablar Eric — Trabajo como secretario de fondos de la compañía para la CVN, la empresa del padre de Buddy. Me comprometí hace poco y arrollé un perro que luego adoptamos, se llama Han… solo…

Jackie y Hyde se rieron.

—Bueno, estoy haciendo campaña para ser el vicepresidente de fondos.- Fez aclaró la garganta

Kelso entrecerró los ojos.

— ¿Nada turbio? ¿Algo que debamos saber?

—Estoy seguro de que mi prometida va a dejarme luego de todo esto.

—Algo es algo — sopesó Hyde.

— ¡STEVEN!

— ¡Solo trato de ayudar!— se defendió Hyde

Donna tuvo la mala fortuna de abrir la puerta en ese momento.

— ¡BIENVENIDA! — vitoreó Kelso. — Adelante, ponte cómoda, roja.

— ¿Sucede algo?

—Nos estábamos preguntando donde has estado y a dónde vas cada vez que saltas a una nueva exploración y te desapareces. — le dijo Hyde. — Y aquí Kelso está seguro de que tienes algo que ver con el extorsionador y piensa que tú y yo entregamos la información a la policía. Y ya que yo sé y estoy seguro de que no fui yo, eso me deja una opción.

—Entonces, déjenme ver si lo entiendo - Musitó Donna - ¿Me están acusando de algo?

—Somos precavidos— asintió Jackie.

—Creo que hemos tenido esta discusión antes ¿no? Yo les expliqué, sin que necesitara justificarme con ustedes, que se trata de mi…

—De tu trabajo… si — la interrumpió Eric — ¿Por qué no nos dices la verdad? eso lo volvería potencialmente creíble.

—Caramba, debo ser la única que tiene vida personal.

—Así es — dijo Kelso — Tú y Hyde.

Hyde cerró los ojos con hartazgo.

— ¿Qué es lo que te inquieta Kelso? ¿Por qué no somos directos?

—Te seguí en una de tus visitas a la camioneta verde y te escuché hablando con un desconocido. Le dijiste "ellos no sospechan nada".

Jackie se separó alarmada de su esposo.

—¡Steven!

Hyde la miró y luego a los demás, el juego estaba llegando a su final. Sería más sencillo que estuvieran al tanto.

—De acuerdo, abriré la boca. Ya que insistes. —Los demás lo miraron con atención. Hyde caminó hacia el mini bar y comenzó a prepararse una bebida. —Hace un par de años entregue al cartel de Ritchie a la policía, luego de recibir amenazas en prisión. Regano me ofreció un trato para conseguir la dirección de Jackie y mantenerla lejos del cartel. Trabajo con ellos desde entonces. Ellos me cuidan la espalda y yo a ellos.

—En otras palabras eres un soplón. — acertó Eric. Hyde lo miró de solsayo con una mueca.

—Antes de que salgan corriendo… esto no tiene nada que ver con el asunto de Polly.- aclaró.

—Hyde — lo atacó Donna — eres un soplón que trabaja para la policía ¿Cómo se supone que debemos tomarnos algo sí?

—Si yo quisiera entregarlos a la policía me estaría entregando también. No tengo muchas ganas de volver a ese lugar. Tengo muchos enemigos ahí. Empezando por Ritchie. Todavía tengo sueños turbios con ese coche rojo.

—Steven, ¿Por qué no me lo dijiste?— presionó su mujer — Pudimos ayudarte. ¿Fue por eso que no me buscaste?

—No estaba seguro de que la policía pudiera protegerte si me acercaba a ti. Y no te lo dije porque Kelso dijo que alguien entregó la información a la policía, sabía que si se los decía iban a tenerme contra la pared.

—Y no te equivocaste— saltó Kelso y se acercó peligrosamente a su amigo pero Eric se interpuso — ¡Traidor!

Hyde respiró un tanto intranquilo y buscó consuelo en su esposa.

—Yo no lo hice, Jackie.

—Él no lo hizo — dijo Jackie.

—Deberíamos darle de palos — sugirió Kelso.

—Es tu turno, Donna —Interrumpió, Eric. — ¿A dónde vas cuando sales corriendo?

Entonces se hizo el silencio. Kelso le tiró su vaso a Hyde y Donna aprovechó para salir corriendo. Todos salieron tras ella. Kelso iba adelante porque tenía piernas largas y atléticas. Hyde iba hasta atrás porque se entretuvo recogiendo su trago y sirviéndose otro. Jackie cortó camino atravesando por el campo y Donna brincó la cancha para perderse tras la malla pero Kelso la alcanzó y forcejearon. Kelso se quedó el suéter pero Donna logró huir y la perdieron de vista. Kelso rodó por el pasto con la chaqueta de Donna.

— ¡Se fue! — maldijo.

Eric tomó aire junto a la cancha.

— ¡Sí que corre! — espetó agitado.

Hyde llegó caminando con calma hasta el campo y se sentó junto a su esposa. Jackie se acomodó sobre sus piernas como cuando eran jóvenes y sentían la necesidad constante de estar encima el uno del otro.

— ¿De qué me perdí?

Kelso negó con la cabeza.

—Donna es la soplona. — Le dijo — Siento haberte culpado.

Hyde suspiró.

—No pasa nada.

— ¿Aun amigos?— preguntó Kelso

—Hasta la muerte. — contestó Hyde y chocaron los puños.

—Se nos escapó — replicó Jackie acomodándole el suéter a su esposo. — ¿Qué vamos a hacer ahora?

Eric se levantó y empezó a alejarse caminando.

— ¡¿A dónde vas, Forman?!

— ¡ESTO NO TIENE CASO! —Les gritó caminando para atrás — ¡ME VOY A CASA A ESPERAR A LA POLICIA!

— ¿Sabes qué?— Hyde reflexionó— Tiene razón. Nos merecemos esto. Tarde o temprano iba a suceder.

— ¿De que estas hablando?— Kelso se exaltó. — ¡No podemos darnos por vencidos! ¡Tengo dos hijos!

—Lo sé, viejo. Lo siento. — le dijo Hyde. Kelso se apachurró en su lugar resignado. Jackie se abrazó a su esposo y los tres se quedaron ahí sentados procesando el final.


Eric caminó hacia la torre de agua. No estaba seguro de adonde se dirigía o de si siquiera le importaba, solo quería alejarse. Para su sorpresa Donna ya estaba ahí.

— ¿Cómo supiste donde encontrarme?

Eric se encogió de hombros.

—No estaba buscándote.

Donna suspiró.

—Sabía que un día tendríamos esta conversación.

Eric se quedó callado.

—No le dije nada a la policía, me uní al programa de tutores de "ten un hermano mayor" para estar cerca de alguien…

Eric la miró desconcertado.

—De Alex.- Dijo ella.

— ¿Alex?

—Sé que hay muchas cosas que debimos hablar en el pasado pero… no hubiera hecho ninguna diferencia.

— ¿Has estado huyendo para ver a un niño?

—No es cualquier niño, Eric…

Eric esperó impaciente.

—Es mi hijo.

A Eric le tembló el menton.