¡HOLA MIS BELLAS!

Lo primero, pediros disculpas por la tardanza en publicar, pero he estado suuuuuuuuuper ocupada estos días y no tenía el final bien "hilado".

Necesitaba dar alguna pista, para el siguiente capítulo, y quería que se mantuviera el suspense. Espero haberlo conseguido.

Diana Sabat Molina: ¡Bienvenida! Aunque has insultado terriblemente a mi Bella (emojis de llanto y guiño) Me gusta que este personaje te haga sentir. Eso es lo que pretendo, que los personajes transmitan algo (aunque sea odio... ¡jajaja)

Nacygov: En España se dice "Cae antes un mentiroso que un cojo" (pero la idea es la misma) Si... la verdad es que a la pobre Bella (si, realmente es víctima en esta historia) le ha caído todo en su boca... No quería ser vampiro y se está transformando en uno de a pocos.

Nydiac10: Gracias a ti, guapa.

alicecarolina11: Aunque todas sois "Liga pro Edward" y tiene parte de víctima, es el que lo está enredando todo. Le manda señales confusas y a veces, terribles, a Bella... (si, muchas veces yo misma quisiera lanzarlo a una hoguera, ¡jaja!) Y ella, es la que ha pasado por situaciones traumáticas en cuestión de unos pocos meses. Edythe es una pequeña manipuladora... pero su fin no es malo. Queda explicado en este capi. Y siiiiiiiiiii... ¡Go Emmet!

NaNYs SANZ: Claro que todos apoyan a Bella. Ella es todavía humana, no quería saber nada de vampiros y le ha tocado una hija que lo es a medias y ella misma, está convirtiéndose en una sin tener la opción de elegir si quería transformarse o no. Y claro que es el fin del mundo... Bella solo quería una vida "normal y humana" y ahora está sentenciada a vivir para siempre. Los Cullen son antiguos y ahora toca darle apoyo a Bella para que se integre en la familia.

Jade HSos: Gracias por tus palabras... A mi también me da pena, porque a esta historia le queda muy poquito. Pero si, luego retomaremos la protegida y espero que pronto, pueda publicar nueva historia. Bella necesita poner orden a todas las sensaciones y sentimientos que tiene dentro de si, y que le han llegado sin tiempo de asimilación.

PaolaValencia: Pregunta demasiado directa... ¡jajajaja! si te contesto a eso, no es que haga spoiler, es que tras contestarte, tendría que poner... "FIN" y dar la historia por concluida, ¡jajajaja!

Isis Janet: Edythe está como loca maquinando e ideando como hacer que sus papis se junten. Veremos a ver si lo consigue...

Adriu: Es un encanto de niña... Aunque a veces parece un poco manipuladora, su fin es muy noble y lleno de amor.

cavendano13: Tu, que eres una comentadora de hace tiempo mía... Me parece raro que no leas entre líneas … (emoji de guiño) No es que sean orgullosos... Tienen miedo. Están aterrados el uno del otro. Han saboreado y experimentado el amor más puro y romántico que pudieran imaginar, y del anoche a la mañana todo se complicó. Bella no es así con Edward solo por haberla engañado en su momento, si no porque lo ama, pero tiene miedo de ese amor... Miedo de lo que es ser vampiro, y de los sentidos y el don, de Edward. Y ahora, añadimos, que ambos están asustados, pq siguen enamorados el uno del otro, pero creen que el otro no. A mí también me encanta la relación entre Emmet y Bella.

invitada: La comparación con Santa Claus ha sido divertida... He de reconocerlo, ¡jaja! Y eso de berrinchuda, me ha encantado esa palabra! La introduciré en mi próximo fic, te lo prometo, así que estate atenta.

MIL GRACIAS POR COMENTAR Y PONER TANTO SENTIMIENTO Y ATENCIÓN A LA HISTORIA Y A SUS PERSONAJES. DE VERDAD QUE ESTOY MUY AGRADECIDA DE VUESTRO TIEMPO.

A ver, chicas... creo que muchas sois muy jóvenes y veis la vida desde la perspectiva que da eso, la juventud. Y esta Bella refleja un poco como actuaría una mujer más madura... (aunque os parezca infantil). Creo que que he puesto mis ideas de "mujer adulta" sobre este personaje y os cuesta entenderlo (que es normal).

Os adelanto una cosa: La Bella del fic que estoy escribiendo (puse un adelanto en la página de Facebook) os va a gustar mucho más. Es más juvenil, más... "perfecta" (que para cosas serias y problemas reales, ya tenemos la vida "real" (¿no os parece?)

Pero he de reconocer que me encanta ver como esta Bella os enfada... ¡jajajajaja!


CAPÍTULO 50


Habíamos calculado llegar bien entrada la noche, para que nadie reconociese los coches, y así mantener todo el tiempo posible en secreto nuestra vuelta.

Por lo que dejamos la visita a casa de Charlie para el día siguiente.

Al llegar, Edythe estaba dormida; Edward la cargó y la llevó a la única habitación donde había cama. Que sería la mía… La nuestra.

Dormitorio que estaba justo en frente de la de Edward. ¡Cómo no!

Resople cuando fui consciente de la "coincidencia".

·

- ¿Te incomoda que mi dormitorio esté frente al tuyo? - Susurró para no despertar a Edythe, mirándome muy fijo. Muy intenso.

- No. ¿Por qué debería? - Le pregunté en respuesta con tono contestón. - Además, tu no duermes. - Seguí con el mismo tono "respondón".

- Ahora tu, duermes muy poco. - Respondió de inmediato, mirándome arrogante.

Ambos nos mirábamos como titanes, retándonos.

Edward bufó, y sin más palabras, siguió su tarea de acostar a Edythe.

Yo lo acompañé y entre los dos, la arropamos. Le dimos besos de buenas noches y salimos del dormitorio.

- Creo que sería buena idea que vinieras a una expedición de caza… - Su ofrecimiento hizo que el aire se me atorara en los pulmones. - Podemos ir solos, sin que nadie lo sepa. Ni siquiera Edythe. - Negué enérgicamente con la cabeza.

- No quiero beber sangre - Solté con asco, arrugando la cara. Pero también predominaba un sentimiento: Miedo. Y estaba segura de que Edward lo había captado.

- Puede que no seas consciente de tu necesidad, que te parezca que no lo necesites, que te de asco, pero creo que si que deberías tomarla. - Me habló suavemente. Yo lo miraba como si le hubiera salido una tercera cabeza - Se que algo te pasa con la comida, algo que te preocupa y te disgusta. Llevo desde que despertarse fijándome, observándote comer - mis ojos se abrieron, atónitos. - Y te tocas la garganta… demasiado a menudo. - Abrí la boca, pero no conseguí decir nada. - No tienes porque ocultarlo, ni pasarlo mal…

- Edward… no. - moví mis manos negando - No necesito nada. - Intenté controlar las notas de pánico en mi voz. - El tema de la comida me frustra porque he perdido gusto. - Expliqué por millonésima vez. - Pero gracias por tu preocupación. - Edward se quedó descolado ante mi agradecimiento.

- Tu bienestar es vital para Edythe, y si yo puedo ayudar a que nuestra hija sea feliz… - Soltó, haciéndome hervir la sangre.

- Pues no te preocupes. - Solté de forma afilada - Ya me cuido yo sola. Tu solo debes mirar por Edythe… Dejé de ser una carga para ti hace mucho. - Lo miré fijamente, destilando rabia. Y esforzándome en ocultar mi dolor. Edward achinó los ojos, fue casi imperceptible, y casi al mismo tiempo, su rostro se llenó de desdén.

- Me alegro de haber dejado claro esto, así no tengo que estar perdiendo tiempo contigo, - mi corazón se saltó un latido, y casi caigo infartada - y puedo dedicarlo a Edythe.

Con las mismas, se giró y me dejó allí plantada.

Mi pecho subía y bajaba descompensado, debido al tremendo disgusto. Ese rechazo, me dejaba claro que nunca habría un "nosotros" otra vez.

·

Aunque mis actos pudieran parecer contradictorios, ya que parecía que no quería un acercamiento con él, pero solo era una forma de autoprotección.

Pero tras recordar como me habló cuando sufrí "el ataque" y posterior cambio, y sumando lo que acababa de decirme, estaba todo claro entre nosotros.

Durante esa noche, estuve pensando en que haría ahora con mi vida. Sería una Cullen, ya que mi hija lo era, y Carlisle me había dejado claro ese aspecto; viviríamos con la familia, porque era lo más conveniente, pero yo debía tener un plan para mi misma.

Edythe solo tardaría un par de años en realizar el cambio completo; ser una adulta y poder hacer otro tipo de vida, así que yo necesitaba tener objetivos.

Cuando controlara mis nuevas capacidades, reharía de algún modo mi vida. Buscaría trabajo y podría hacer una vida a parte de los Cullen… ¡No! no iba a seguir mintiéndome… Lo que debía hacer, o por lo menos intentar, era sacarme a Edward de mi cabeza.

E iba ha hacerlo desde ya.

Mis horas de sueño se habían acortado al mínimo, ya que aunque cuando me acostaba se sentía exhausta, solo dormía tres o a lo mucho, cuatro horas; pero me despertaba descansada y llena de vitalidad.

De madrugada, aun no había ni amanecido, me desperté repleta de esa nueva vitalidad. Me duché y bajé a la cocina a tomar un café. La casa estaba sumida en un agradable silencio.

·

¿Dónde estarán todos metidos?

Justo me estaba preguntando eso, mientras degustaba mi café, ya que que había comprobado que era lo único que conseguía saborear, Jasper entró en la cocina.

- Buenos días, madrugadora - saludó de forma agradable, con una suave sonrisa en sus labios.

- Buenos días. - Le devolví el gesto.

- Siéndote sincero - Comenzó a decir mientras tomaba asiento frente a mi - se me hace extraño que casi no duermas - Su sonrisa se hizo más notoria, dándole un toque divertido. Yo incliné la cabeza, siguiendo las maneras divertidas.

- Aunque solo duermo tres o cuatro horas, nunca me había despertado tan descansada y vital. - le respondí sincera.

- Eso es por la ponzoña - me miró con ojos cuidadosos.

- Lo sé. - Asentí, dejando salir un suspiro.

Guardamos silencio unos instantes.

- ¿Dónde están los demás? - Pregunté curiosa. - Hay mucho silencio en la casa.

- La mayoría han ido a cazar. Desde antes de ir a San Francisco, no habíamos vuelto a alimentarnos. - Asentí. - Aunque Emmet y Rosalie están llegando. - Fruncí el ceño intrigada por su seguridad. - Los escucho, y siento sus emociones. Están a unos cuatrocientos metros. - Abrí los ojos alucinada.

- ¡Guau! Menudo alcance. - Alabé. - Yo no escucho tan lejos… - rodé los ojos divertida. - Lo máximo que llegué fueron 41 metros. - Incliné mis hombros. - Y mi sensibilidad auditiva bajó hasta escuchar sonidos a 12 Hz. - Medité unos segundos. - Contando que lo normal es escuchar a partir de 2o Hz y hasta los 17 metros… No me puedo quejar de la mejora - Gesticulé de forma un tanto exagerada, ya que de pronto me sentí un poco agobiada con el tema.

- Lo sé. - pestañeé sorprendida - Todos estábamos atentos a esas pruebas - sus ojos mostraron cierta vergüenza. - Todos nos alegramos de que te hayas tomado tan bien… Tus "nuevas mejoras" - señaló. - Temíamos que te deprimieran.

Bajé la cabeza, no pudiendo aguantar la intensidad de sus ojos. Sabía que él podía captar algún sentimiento "robado", mientras Edythe dormía. Mi escudo se había fortalecido con el cambio, pero aun tenía ciertas grietas y él las aprovechaba.

Al haber tanto silencio a nuestro alrededor, pude sentir a Emmet y Rose acercarse.

- Ya llegan - Anuncié.

- Si. Entonces están a 41 metros - gesticuló divertido, intentando obviar mi incomodidad.

- Voy a salir a correr - Jasper frunció la boca, aguantando una carcajada. - ¿Qué?

- Estás comenzando a hacer cosas de vampiros, Bella. - contuve la respiración. - Correr, es una forma de liberar el exceso de energía que tenemos. Los humanos dicen, bajar la adrenalina. - Apreté los labios uno contra otro, y asentí.

- Podéis… - mi mirada se fue hacía el piso de arriba.

- Vete tranquila. Edythe estará bien cuidada, no te preocupes. - Jasper se acercó un poco, y bajó su voz - Edward está en casa, pero te está dando espacio - Me alzó las cejas cómplice. Asentí con un suspiro.

No quise decir nada más, para no darle pie a seguir con la conversación.

·

Sabía que era una actitud absurda, rozando lo infantil, pero el que ellos me consideraban "casi" una igual, se me hacía angustiante. Pero no encontraba explicación para ese sentimiento.

·

Me puse ropa cómoda que encontré en el vestidor de la habitación; ropa que habían dejado allí Rose y Alice, incluso Esme.

Salí por la puerta principal, rezando no encontrarme con nadie, como así fue. Ahora que captaba todo con más claridad, sabía que ellos estaban dándome espacio para no agobiarme.

Estiré el cuello y las piernas, pero noté que mis músculos no necesitaban "calentarse", así que con cuidado, comencé a trotar.

Sabía perfectamente mi destino, y tras las pruebas físicas que había realizado con Carlisle, sabía que tenía capacidad de sobra para llegar.

Me metí dentro del bosque, teniendo la carretera de referencia. Sentía que me orientaba bien, pero no confiaba, aun, en mis habilidades y temí perderme si me introducía demasiado hacía el interior. A parte de que aún era de noche; solo unos finísimos reflejos de luz, anunciaban el nuevo día.

Empecé despacio, pero enseguida comprobé como mis músculos pedían más movimiento, y como todo mi sistema comenzaba a funcionar en una perfecta sintonía.

Tras 20 minutos corriendo, si… ¡20! había llegado a la casa de Charlie… A mí casa.

La vi desde atrás, todavía cubierta por algunos árboles; mi pulso que se había mantenido rítmico y casi no se había agitado por el ejercicio, si lo hizo en ese instante, por el estrés de comprobar los daños de los que me había hablado Jake.

·

·

- ¿Se ha ido a correr? - Preguntó pasmado Emmet. Jasper asintió.

- Tiene muchísima… - Carlisle suspiró - ponzoña, en su organismo. Necesita quemarla, o su temperamento podrá con ella.

- Pues genio no le falta. - Musitó Rose con tonito, ganándose varios asentimientos.

- ¿Sabéis a donde a ido, verdad? - Edward entró en el salón, reuniéndose con todos.

- Por supuesto. - Contestó Esme. - El sufrimiento que reflejó cuando Jacob le informó de los daños de la casa, fue estremecedor.

- Debí tener eso en cuenta - Se culpó Emmet - No tenía que haber salido a cazar hoy, suponiendo que ella querría ir a ver la casa en cuanto despertara.

- Tranquilo cariño. Seguramente ella quería ir sola.

- Edward… - Solo por la forma en que Carlisle pronunció su nombre, este suspiró agotado. - El que tenía que bajar con ella, debías ser tu.

- Papá… No quiere que me acerque a ella, por nada de este mundo.

- ¿Estás seguro de eso? - Contestó Jasper, lanzándole un alzamiento de cejas a su hermano.

- Jasper… Se que el deseo sigue ahí, no necesito tu don para darme cuenta. - Rodó los ojos - Pero si tienes algo que decir, este es el momento. - Soltó molesto Edward - Porque estoy perdido respecto a Bella.

- Sabes que no la capto, y ahora, aunque Edythe esté dormida, su escudo se ha potenciado. Solo consigo sentir algo… muy levemente. - Relataba Jasper frustrado - Lo único que tengo en claro es que está agobiada, por todo; y hay algo en este nuevo cambio que la ha afectado bastante. Y respecto a ti, ya te he dicho que sigue queriéndote, pero… - inclinó los hombros. - No puedo decirte más, no he conseguido captar nada más.

- Se que sigue queriéndome… - susurró - No es solo deseo lo que hay tras sus ojos, pero… Ahora, ya no es suficiente. - Su voz sonó como un lamento. Triste y agotado.

- Edward - Volvió a llamarlo Carlisle - Deberías bajar. Tú. - Lo miró fijamente, no dándole opción a réplica.

Edward no quería volver a discutir con Bella, por nada de este mundo, y claro que deseaba bajar él, a consolarla, ya que sabía que ver la casa derruida, sería duro para ella.

Pero tenía clarísimo, que estaban tan a la defensiva mutuamente, que la más mínima chispa, ardía como el más escabroso incendio entre ellos.

- Papá - Edythe bajó sigilosa hasta el salón. - Debes ir con mamá. - Suspiró - Ya se que bueno… ella y tu… - Frunció la boca en un gesto vergonzoso - Pero te necesitará. Se siente perdida, y sola… - Arrugó la frente en una mueca que rompía el alma.

- Tranquila cielo - Edward se acercó a su hija y la abrazó. - No dejaré que tu madre se pierda.

- No lo permitas. - Edward negó rotundo.

·

Todos estaban perdidamente enamorados con Edythe. A parte de que ella era casi un milagro, su carácter dulce y sonriente los tenía rendidos a sus pies. Pero Bella, era mucho más consciente de su hija que el resto de la familia.

La pequeña Edythe, gracias a su don, era una pequeña manipuladora; no en un sentido malo, pero era consciente del efecto que evocaba en su familia, concretamente en su padre, que se derretía por ella, por lo que lo manejaba, direccionándolo hacía su mayor objetivo:

Que sus padres volvieran a estar juntos.

Sabía, porque se lo había sentido a su madre muchas veces, que ella seguía enamorada de su padre y, de Edward había captado exactamente lo mismo.

A Bella no podía manejarla igual, ya que no claudicaba a sus encantos como Edward, menos ahora que se parecía más a ella que antes, por lo que su último recurso era su padre.

·

Edward no lo pensó más y se lanzó a correr bosque a través, ya que él si se orientaba perfectamente.

Le llevó mucho menos de esos 20 minutos, ya que no se habían cumplido los 6 y ya estaba en el bosque detrás de casa de los Swan.

No le hizo falta agudizar sus sentidos, ya que un gimoteo llegó a sus oídos y a su corazón:

Bella estaba llorando desconsoladamente a pocos pasos de su posición.

Ella, efectivamente, estaba en un lateral de la casa, postrada de rodillas en el suelo, con sus manos tapándose el rostro y su espalda se convulsionaba por los jadeos.

·

- Bella… - Susurró, pero lo suficientemente alto como para que los finos oídos de ella, lo escuchara.

La espalda de Bella se paró medio segundo, tensa al saber a Edward a su espalda, cuando la respiración volvió, lo hizo un poco más suave.

El simple hecho de tener a Edward allí, la había calmado de una forma milagrosa y que no sabía explicar.

- Bella… - Volvió a llamarla, ahora ya a su lado. Estiró la mano, con intención de tocarla, pero no sabía si sería bien recibido, por lo que la bajó. - Lo siento…

Edward alzó la vista y efectivamente el lateral de la casa, ambos pisos, estaban completamente destrozados.

Las lluvias habían arrasado parte del dormitorio de Charlie y el salón. Se podía perfectamente arreglar, Emmet se encargaría de ello, pero por lo que lloraba Bella, eran por sus recuerdos y su pérdida de opciones.

Se veía que alguien había estado limpiando la zona, los lobos, supuso.

·

- ¡Oh, Edward! Está destrozada… - Hipó con gran sentimiento.

Se levantó, y tras cuatro días, lo miró a la cara; a los ojos.

A penas tenía lágrimas en su rostro, pero este, estaba congestionado por la llantina. Esa imagen rompió las barreras y las autoprotecciones en Edward, el cual la tomó de un brazo y la estrechó entre los suyos.

La sensación de estar así, abrazados, fue brutal para los dos. Miles de sentimientos y sensaciones los recorrió de pies a cabeza.

No habían sido conscientes de la extrema añoranza que se tenían, hasta ese momento.

Bella se aferró a su espalda con fuerza, apoyando su cabeza en el pecho silencioso de su vampiro.

Edward la apretó contra él, de forma posesiva, moviendo sus manos a lo largo de la espalda de ella, y apoyando la mejilla en su coronilla.

- Si Charlie pudiera verla, así… ¿Qué pensaría de mí? - Volvió a tomar la palabra ella, tras casi un minuto en silencio, disfrutando ese momento, no queriendo que se rompiera nunca.

- No ha sido tu culpa… La estructura estaba debilitada… - Edward no pudo seguir, ya que Bella lo interrumpió.

- Es mi culpa por irme. - Edward no supo qué decir. - Si hubiese estado aquí… - Bella separó la cabeza de su pecho y lo miró a los ojos.

- Si hubieses estado, podrías haber resultado herida… - Su voz suave y dulce y sus ojos brillantes - Incluso Edythe, porque cuando se derrumbó, la niña ya había nacido, y tu estarías, posiblemente, viviendo aquí.

Ambos se quedaron mirándose con gran intensidad. Sus barreras estaban bajadas, y sus sentimientos a flor de piel. Era el momento…

Ellos lo supieron, mirando al otro.

Edward alzó la mano y le acarició la mejilla con gran ternura, ella cerró los ojos y ladeó su cara, para ejercer más fricción en esa caricia tan anhelada.

Cuando los abrió, la cara de Edward estaba más cerca, mucho más cerca. Tanto, que pudo degustar el sabor de su boca.

- Edward… - Envolvió su nombre en un suspiro de rendición y repleto de sentimientos.

Y a Edward, solo le faltó ronronear.

Ambos acercaron sus rostros, recortando el camino a lo que sería su final de cuento de hadas.

El beso estaba hecho.

Edward esperó que ella acortara ese último centímetro, no por orgullo, si no para saber que lo deseaba tanto como él. Necesitaba que estuviera segura; segura de él y de sus sentimientos por ella.

Bella comenzó el movimiento, ya tenía los labios entreabiertos, para recibir los de Edward. Tan anhelados, tan deseados…

Entre cerró los ojos, justo cuando comenzaban a rozarse. Fue solo un leve, levísimo roce, pero ya se sentía mojada, hambrienta por ese vampiro que robaba su, ahora, escaso sueño…

·

- ¿Bella?

Ambos dieron un paso hacía atrás, sincronizados. Ambos se miraron con cierta sorpresa… rozando el temor. Al separarse así de sopetón, sintieron como si hubiesen salido de un sueño.

- Bella… Soy Jacob…

Bella tragó hondo y sus ojos cambiaron a una disculpa; Edward asintió.

- Jake… Estamos aquí, por la parte de atrás. - No gritó, ahora sabía que no era necesario.

- ¡Ey, Bella! - Saludó emocionado Jake, hasta que vio a Edward a su lado.

Aunque se habían separado, seguían estando demasiado cerca, para ser correcto entre personas "sin relación de pareja". - ¡Oh…! - Exclamó sintiéndose extraño. Algo le decía que había interrumpido algo.

- Hola Jake - Bella se apartó de Edward, y se acercó a Jacob con una gran sonrisa. - Te he echado de menos. - El lobo sonrió ante esas palabras, y ambos se fundieron en un sincero y "amistoso" abrazo.

Pero el término "amistoso" no fue registrado por Edward, el cual solo vio como la mujer de su vida, se lanzaba a los brazos del lobo, con muchos, muchísimos menos remilgos, que el simple echo de acercarse a él.

Los celos lo fulminaron.

- ¡Joder! Estás helada... - La miró con su rostro pícaro. Bella rodó los ojos mientras reía traviesa.

- Ya que estás acompañada, te dejo. - Los cortó Edward, con voz fría como aire glaciar. - Ya te apañas tu sola para volver, así que te veo en casa.

Y sin esperar a que ella contestara nada, se esfumó. Se volatilizó.

Bella se mordió el labio, angustiada.

- ¿Pasa algo? - Bella lo miró con ojos llenos de dudas. - He interrumpido algo, ¿verdad?

- No te preocupes… - Bella se recompuso como si nada hubiese ocurrido.

- Sabes que tienes mil cosas que contarme, ¿no? - la miró de lado, fingiendo estar molesto. Ella asintió con entusiasmo.

Aunque Jake también la había mentido, y también guardaba un secreto "importante", lo veía más humano; sobre todo porque su corazón latía. Con él, todo era fácil. Divertido.

Parecía que las responsabilidades, quedaban delegadas a un lado cuando Jake estaba cerca.

·

·

Se sentaron en unos troncos caídos, dentro del bosque, ya que Bella no olvidaba que debía permanecer escondida a los ojos humanos, ya que así, no tendrían que irse a la Isla.

Bella le fue narrando a Jake todo lo vivido en los meses que estuvo fuera y él la escuchaba fascinado por el relato.

Aunque hubo partes que pusieron los pelos de Jake de punta, se contuvo de poner muecas desagradables o comentarios que resultaran ofensivos.

- Bueno… Y ahora… ¿Qué? - le preguntó tras hacer, ambos, un silencio reflexivo.

Bella solo supo inclinarse de hombros, porque no sabía ni ella misma cual era la contestación correcta a esa pregunta.

Jake, observando el silencio y la frustración que emanaba de Bella no la presionó más y cambió de tema.

- ¿Vas a arreglarla? - Le preguntó señalando la casa. - Hay que invertir mucho dinero en ella…

- Eso es lo de menos - Respondió una voz a sus espaldas. - Veamos los daños. - Emmet le lanzó una sonrisa cariñosa a Bella, y un alzamiento de cabeza, amistoso, a Jacob.

Bella le dedicó una sonrisa llena de ternura y amor sincero, y ambos se fundieron un abrazo fraternal.

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Los tres estuvieron observando con detenimiento los daños y todo lo que había que arreglar.

- Dame un par de días para conseguir todo lo necesario y me pondré con ello. - Sentenció el vampiro seguro. Bella solo sonrió y Jake pestañeó sorprendido.

- ¿Lo vas a hacer tu solo? - Preguntó el lobo asombrado. Emmet asintió. - ¿Y no crees que puede resultar un poco raro? - Lo miró con intención. - La casa está algo alejada pero, tienes vecinos, que aunque estén a unos cien metros, les llamará la atención las obras.

- Eso es verdad… Será algo raro que la arregles tu solo y… que la tengas lista en cuestión de unos días. - Apoyó Bella.

- Mis colegas y yo, te ayudaremos. - soltó Jake animado. - Eso resultará más normal.

- ¡Estupendo! - A Emmet le fascinaba pasar tiempo con los lobos; les parecían una especie de lo más atrayente y fascinante.

Tras discutir los materiales que necesitarían, y decirle a Bella donde estaban las cosas que habían conseguido recuperar, los tres se despidieron.

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Bella y Emmet fueron a través del bosque, caminando. De está forma, Emmet le iba enseñando a Bella como orientarse y que fuese por esa ruta, que era más rápida y más discreta.

- Cuéntame más sobre lo que te pasó. Cuando Rosalie te encontró y Carlisle te convirtió. - Emmet sonrió igual que un niño, y comenzó a narrarle su historia.

Bella iba fascinada con su historia, y más detalles relativos a la familia que Emmet iba explicándole, cuando de pronto se detuvo, observando algo a su derecha.

- Qué bonito es eso. - Murmuró. Emmet frunció la boca en un gesto entre divertido y tierno. - Y muy tranquilo.

- Es el árbol de pensar de Edward. - soltó mirando hacía Bella discretamente. No quería perderse la cara de pasmo que pondría… Como así fue.

- ¿Árbol de pensar?

- Estamos a más de 500 m de la casa. Es la distancia suficiente para estar "solo" - apuntilló con los dedos al aire. - Si nos concentramos y estamos atentos, podemos escuchar un poco más lejos, igual pasa con su don. - Explicó a una atenta Bella. - Todos, en algún momento, necesitamos un poco de soledad… De silencio.

Bella se quedó pensativa, reflexionando sobre las palabras de Emmet.

Se veían felices con su condición, encantados, sería la palabra correcta; pero dedujo por el comentario de Emmet que en el fondo, también tenían sus momentos de frustración debido a sus capacidades.

·

Al llegar, Carlisle los recibió en el hall, y se entretuvieron con él hablando sobre el estado de la casa Swan; entraron al salón, donde Esme, Jasper y Alice se incluyeron en la conversación.

Eso hizo que la entrada fuese menos tensa, ya que Bella se sentía algo "rara" tras el momento que escenificaron Edward y ella.

Pero por suerte, parecía no haber rastro de él.

- Edward y Edythe se han ido a cazar. - Esme se acercó a ella y la informó sobre Edythe al observar como Bella parecía buscarla.

- ¡Ah! Vale… Genial. Pues voy a aprovechar a darme una ducha… Aunque a penas, pero aun sudo - Sacó la lengua casi en gesto de disculpa.

·

Se demoró en el baño, casi a propósito. Se había dado cuenta de que si ya se hacía tarde, todos estaban entretenidos en sus cosas, y eso le daba a ella margen para poder cenar, casi nada sin que tuviera que dar explicaciones sobre su falta de apetito.

Cuando bajó, fue directa a la cocina, de donde le llegaba el olor a comida recién preparada; Esme ya la tenía perfectamente puesta en una fuente, lista para servir.

Así que tomó unas servilletas de papel y volcó un par de cucharadas en ella, la envolvió bien y luego puso un poco en un plato.

Con todo el sigilo del que fue capaz, se fue al baño que había al lado de la cocina y lanzó lo que llevaba en la servilleta por el váter.

Volvió a la cocina y con esfuerzo, se tomó lo poco que tenía en el plato. Bebió un poco de zumo de naranja, lavó el plato y el vaso y se fue al salón como si tal cosa.

Bella creyó que había sido sigilosa, y que nadie había notado su "hazaña", pero eso fue lo más lejos de la realidad.

Todos, se percataron de lo que había hecho con la comida, y todos se lanzaron miradas preocupadas ante semejante echo.

·

·

- Carlisle… ¿Podríamos hablar un momento? - Le preguntó al patriarca desde la entrada del salón.

- Por supuesto. - Él se levantó tranquilamente, posando el libro que leía en una mesita auxiliar.

- Cuatro cientos metros, Bella - Jasper le alzó las cejas, y ella le devolvió un gesto divertido con sus labios.

- No necesito tanto… No es algo privado. - Señaló. - Podemos hablar ahí detrás - señaló la estancia, donde estaban los ordenadores; que ellos usaban de despachos colectivos. Carlisle pestañeó confuso, pero asintió sin dudar.

Tomaron asiento, uno al lado del otro, y Carlisle esperó a que Bella comenzara a hablar.

- Verás… ya que vivimos todos juntos, y Edythe está cuidada por todos, - Carlisle asintió - había pensado en volver a estudiar. - Carlisle no pudo disimular la sorpresa. No hubiese pensado en que Bella le fuese a decir algo así.

- ¡Oh! Me alegro. - Le sonrió animado - ¿Medicina? - Ella asintió con una gran sonrisa en los labios. - Estupendo.

- Querría poder matricularme en octubre. Tengo que comprobarlo, pero muchas de las asignaturas que tengo de enfermería, me convalidan con medicina.

- Supongo que puedas matricularte en segundo directamente, porque las asignaturas de primero, a excepción de una o dos, son las mismas que enfermería. - Confirmó él. - ¿Has pensado en alguna universidad en concreto? - Negó. - Yo me decantaría por Harvard o la Johns Hopkins. Son las mejores en medicina. Creo que sería más conveniente Harvard, por el tema del clima. En Boston, tienen un clima bastante parecido a Forks.

Carlisle ya estaba barajando las opciones, para mudarse toda la familia y así acompañar a Bella.

- Carlisle - lo cortó - Preferiría hacer la carrera a distancia… Asistir a lo que sea imprescindible. - Carlisle frunció el ceño, pero asintió sin hacer ninguna pregunta.

- Necesito ir a Port Ángeles, para solucionar el tema de la herencia de Charlie y así poder hacer uso del dinero - lo miró con una ceja alzada.

- Claro… ¿Quieres que te acompañe?

- Si no fuese molestia… - Suspiró - No quiero, ir… sola.

Carlisle se inclinó hacía la chica, y le tomó una mano.

- Bella… ya no estás sola. - la miró fijamente - No tienes que sentirte así, nunca. Siempre nos tendrás para lo que necesites. Pero… me siento honrado de que me hayas elegido a mí para esto. - Ambos compartieron una mirada llena de afecto.

Por supuesto que Carlisle iba a ayudarla a solucionar el tema de la herencia, pero Bella estaría loca si pensaba que él iba a dejarla gastar un solo centavo de ese dinero.

Ella era una Cullen, y lo sería en todo.

·

El resto de los presentes se miraron complacidos por esa conversación. Sobre todo, por ver que Bella quería retomar su vida de una forma normal, pero esa petición, sobre estudiar a distancia… Ellos solo habían usado esa opción en contadas ocasiones y por su naturaleza.

¿Por qué Bella no querría asistir presencialmente a la universidad?

Algo le pasaba; algo que ella no quería compartir con ellos.

Su confianza en la familia, ahora, debía ir forjándose poco a poco. Pero les dolía que ella estuviera pasando algún malestar, y que no lo compartiese con la familia.

Cuando Edward y Edythe llegaron, Carlisle y Bella estaban haciendo comprobaciones sobre el tema de las asignaturas y que requisitos pedían para estudiar a distancia.

Bella ya había levantado la cabeza antes de que entraran, y Carlisle le dedicó una mirada cómplice por como ella gestionaba sus nuevos sentidos.

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- Hola. - Saludó cantarina Edythe llegando hasta su madre para darle un beso. - ¿Qué hacéis?

- Bella le ha dicho a Carlisle que quiere volver a estudiar. Medicina. - Le susurró Alice a Edward en cuanto entraron y la niña se separó de él. - Creo que es muy buena señal.

Edward se mostró sorprendido ante eso, frunciendo el ceño con sospecha. Alice lo miró confusa ante su gesto.

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Varios datos en este capi.

¿Cómo veis a Bella?

¿Está contenta o no con sus nuevas habilidades?

Y... ¿Por qué creéis que quiere estudiar a distancia?...

MIL BESOSSSSSSS!