CAPITULO 51
—¿Qué tipo de encargo quieres hacer hoy?, últimamente hemos hecho muchas subyugaciones.
—Justo pensaba en otro trabajo sobre eliminar monstruos para seguir practicando con la ballesta.
—¡Jajaja!, mi lince quiere hacerse todo un ballestero nato, me agrada tu motivación.
—Espero que haya una recompensa por esa motivación a la noche.
—Oh, que gato tan coqueto.
El dúo de aventureros se encontraba frente al tablón de madera del cual se tomaban su tiempo para escoger su siguiente trabajo, los Sapien aventureros de alrededor miraban a los dos con simple curiosidad.
—Esos dos si que se llevan sumamente bien.
—Son compañeros y parejas, es lo más normal que podría ver.
—Pese a no ser un Sapien, ese tal humano empieza a parecer un buen tipo.
—Si, escuche que ese lince y él ayudaron a salvar a una indefensa zorra de un grupo de goblins.
—También salvaron al herrero Torke de un grupo de bandidos, incluso él maestro herrero me lo dijo cuando fui a su tienda el otro día.
—Oye, ¿qué es esa cosa que carga el lince que acompaña al humano?, parece un arma, pero nunca he visto una de esas antes.
Los rumores de las obras de estos dos no pasaron desapercibidos, las acciones del humano y su compañero Sapien se extendían por la ciudad, y el gremio de aventurero estaba atento a cada hazaña nueva de estos dos, más por supuesto del propio Isaac.
—Aquí hay un encargo para aventureros de nuestra categoría -El humano lo señala con su dedo.
—"Necesito ayuda con mi huerto, plaga de monstruos la atacan por las noches, necesito quien las venza y repele" -Leyó Kailo aquel trabajo —Un encargo de guardia, y sin duda lidiaremos con monstruos, además una recompensa de 250 Divitys es justa y buena.
Cuando se disponían a comunicarle a la coneja del mostrador sobre que trabajo tomarían, la entrada del gremio es abierta de golpe, ingresando un Sapien felino, un caracal herido en el brazo, quien llega sumamente agitado y cansado.
—¡A-ayuda!... monstruo peligroso… un… un… ¡un general orco anda suelto!.
Cuando el caracal pronuncio con todas sus fuerzas el nombre de aquel monstruo, un escalofrió se hizo notorio en los aventureros presentes, el herido Sapien cae de espalda al suelo, quedando inmóvil. El humano le socorre, se agacha poniendo su oído en el pecho del felino.
—No está muerto, solo inconsciente, ¡que alguien le traía algo para beber y una venda para esa herida! -Pidió el humano.
El Sapien rata del mostrador de bebida es quien actúa ante la petición de Isaac, trayendo algo para beber al felino quien mostraba indicios de sed, el muchacho lo noto, pero lo que más le preocupaba era aquella herida en su brazo.
—Estará bien, el gremio nos encargaremos desde aquí -Le aseguro el Sapien rata que atendía el mostrador de bebidas —Actuaste de inmediato, bien hecho, muchacho humano.
—Gracias, simplemente no podía dejarle en tal estado y no hacer nada.
La respuesta sincera del humano hizo que la rata lo tomara positivamente con una sonrisa, mientras le daba de beber al inconsciente Sapien.
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El caracal fue tratado con una venda en la herida, cuando recupero la consciencia, fue llamado a una sala en donde una persona importante del gremio le esperaría para una importante platica.
—Es un honor estar ante el maestro del gremio de Arquion -El caracal mostro sus respetos con el agachar de su cabeza.
—No es necesario la formalidad, levanta tu cabeza por favor.
Un león de robusta melena y pelaje blanco se encontraba sentado, tenia su propio escritorio y atendía asuntos administrativos desde allí, llevaba puesto un grueso manto marrón con uno de sus pectorales al descubierto y calzaba suelas de cuero. Sobre la pared una gruesa espada de 140 centímetros hecha de bronce.
Una cicatriz bajo su ojo izquierdo y otro en su mejilla derecha eran señales de heridas de combate, un cuerpo fornido de que se mantenía en constante forma y una manera serena de hablar con un carisma de simpatía, le hacía alguien idónea para un puesto de liderazgo.
—No todos los días me encuentro ante, el "poderoso colmillo Galaz".
—Esos tiempos quedaron en el pasado, ahora me dedico a liderar este gremio.
Aquel león alguna vez fue un aventurero que alcanzo un elevado reconocimiento y estatus en sus días donde era conocido como "poderoso colmillo Galaz", su dominio extraordinario en el arte de la espada pesada y su confiable arma del cual consiguieron realizar numerosas hazañas, son muestras y legado de este veterano luchador.
—Sabes porque te he traído aquí, ¿verdad? -Pregunto al maestro de gremio Galaz.
—Si, antes que nada, permítame presentarme, soy Koah, un aventurero recién ascendido a categoría III hace solo unos pocos días.
—Dime Koah, lo que dijiste, el "general orco", ¿es real?.
El caracal se pone a temblar de solo pensar en ello, y sentía un dolor punzante de la herida vendada.
—Si… soy un aventurero oriundo de esta ciudad, todo comenzó cuando acepte un encargo dejado por un noble de la ciudad de Tabae -Relata Koah.
—(Esa la ciudad vecina más cercana a Arquion).
Tabae era una ciudad más grande que Arquion y con más antigüedad, de hecho, Arquion se construyo primero como un pequeño pueblo de pasada para que descansaran viajeros, comerciantes y aventureros. Luego el poblado creció hasta convertirse en una pequeña ciudad reconocida por el país de Athias, la población de Tabae es cinco veces más grande que la de Arquion.
—El encargo viene originalmente de un noble de Tabae, pero mando a que también lo publicaran en el gremio de Arquion, ese trabajo me llevo a las zonas montañosas de Alpia, allí conocí a un grupo de tres aventureros de Tabae, quienes también tomaron ese trabajo.
—¿Ese trabajo era para aventureros de todas las categorías?.
—Si, la recompensa era lo suficiente grande como para que ellos me permitieran formar parte de su grupo y cobrar juntos una vez se haya concluido, pero luego… luego…
Recuerda aquel momento en que huyo de los goblin y orcos, estos le persiguieron con intentos de asestarles proyectiles de una honda y flechas de arcos, el caracal sale de los límites de las zonas montañosas de Alpia, encontrándose en un campo abierto. Se tropieza y con temor cree que es su fin, hasta notar algo sumamente increíble.
Los orcos y goblin que le perseguían, no salían de las zonas montañosas de Alpia, estaban allí, parados, mirándole fijamente entre gruñidos, al encontrar lo suficiente lejos del rango de arqueros y honderos, estos perdieron interés en el Sapien y se marcharon. Koah relato de principio a fin los sucesos ocurridos, hasta su inminente escape para poder informar al gremio de aventureros.
—Entiendo, ¿sabes que categoría eran esos aventureros que te acompañaban?.
—Dos eran de categoría IV, y el lobo que lideraba el grupo era de categoría V.
—Ya veo.
La preocupación de Galaz se hizo realidad, que aventureros de tales categorías fueran vencidas por un grupo de monstruos como orcos y goblin, suponen sin duda un acontecimiento preocupante. De por si ya era extraordinario oír que goblin y orcos cooperaban con increíble sincronía entre ellos, lo que confirmaba entonces la existencia de un monstruo responsable de ello.
—(Sin duda apunta a ser un general orco… que problemático) -Fueron los pensamientos cargados de frustración del maestro del gremio.
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En el salón principal del gremio, el bullicio entre todos los aventureros era causa de la charla que estaba en boca de todos sobre el general orco, la mayoría estaba en alguna mesa, charlando sobre el tema con inquietud e intranquilidad, tomando alguna copa que calmara esa sensación de nervios que ocasiona de solo pronunciar a aquel monstruo.
—Todos están hablando sobre eso -El humano parecía perdido ante el tema —Oye Kailo, ¿por qué todos están tan alarmados por ese tal general orco?.
—¿¡No lo sabes!?, oh… es cierto, me olvide que como no eres de este mundo, desconoces algunos temas -Kailo expreso —La sola existencia de un general orco… es un acontecimiento de tiempos oscuros.
—¿Tiempos oscuros?.
—Un general orco, es considerado una calamidad capaz de arrasar con ciudades.
—¿¡Que!?, ¿¡son tan poderosos!?.
—Son capaces de controlar y liderar un numeroso ejército conformados por orcos, goblin e incluso se dice que también trols.
—¿Trols?, diablos… sí que suena una locura…
—La última vez que se registró la presencia un general orco, fue hace como 70 años… y pensar que otro surgiría y parece que esta cerca de nuestra ciudad, esto es terrible…
Isaac comprendía a la perfección las palabras de su amigo Sapien, aquel monstruo que estaba en boca de todos no era una preocupación cualquiera, pues se trataba de una criatura considerada una amenaza capaz de aniquilar ciudades enteras, el humano no pudo evitar sentirse preocupado ante lo que acaba de descubrir.
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Ubicado en una cueva desconocida, dentro de una celda iluminado por antorchas, despierta un desnudo lobo, era el mismo aventurero del grupo de los cuatro Sapien que se adentró a las zonas montañosas de Alpia.
—Lugar desconocido… desarmado… y dentro de una celda, mierda, me capturaron.
El lobo se percataba de inmediato de su situación, mira a su alrededor, no había nadie y la celda era un tamaño para que en promedio tuviera espacio para 15 prisioneros máximo, de repente oye pisadas venir en una dirección, dos orcos cargando una antorcha cada uno se acercan, pero no eran solo ellos, un tercero los acompañaba a sus espaldas.
Los orcos se detienen frente a la celda donde se encontraba cautivo el lobo, se hacen a un lado para permitirle el paso a aquel tercero que acompañaban, la criatura mira fijamente al Sapien.
—Vaya visita que tengo, ¿debería decir que es un placer conocerle?... general orco…
La aclamada calamidad se encuentra frente al capturado aventurero lobuno, ¿cuáles serán sus propósitos con el Sapien?.
Continuara…
