Disclaimer: The Owl House y sus personajes son propiedad de Disney y Dana Terrace, y al igual que los personajes que hacen cameos, ninguno me pertenece. El propósito de esta obra no es otro que el de entretener.


El Regreso de los Atroces

—¿¡Qué sucede aquí!? —Eda exigió saber apareciendo frente a Noro y Luz, antes de que entraran al salón de la cadena en las catacumbas del coliseo. La Owl Lady estaba acompañada por su hermana y por el profanador de magia, siendo este último el único que no parecía dispuesto a luchar.

—Uno de nuestros dioses quiere hablar con tu aprendiz, bruja —Noro respondió liberando su sable pálido, podría considerarse una amenaza, pero entre los salvayi no hay mayor elogio que ser reconocido como una amenaza por la campeona de su pueblo—. No interfieran.

Pese a la orden de la voivoda, ni Eda ni Lilith bajaron la guardia o se apartaron, en su lugar se dispusieron a luchar al crear círculos de magia. Eda se envolvió en flamas doradas que formaron una silueta alada a su alrededor, mientras que Lilith sólo cubrió sus garras con fuego azul.

—Yo quiero hablar con este dios —Luz habló interponiéndose entre las tres poderosas damas, quienes sólo así bajaron sus armas, pero no su guardia.

—Nada de eso, Luz —La Owl Lady prohibió de inmediato, golpeando la base de su cetro en el suelo, generando un impacto imponente para luego encarar a su aprendiz—. La crueldad de los salvayi es enorme ¿Qué esperas que uno de sus dioses te diga? ¿Cómo sabes que no intentará devorarte?

—... —Luz sólo bajó la mirada. Ciertamente volvió a ser imprudente al sugerir eso, podría ser racista asumir que todo lo concerniente a los salvayi es brutal y cruel, pero si es una deidad de esa cultura, las sospechas de Eda no se quedaban fuera de lugar.

—¿¡Qué quiere tu dios con Luz!? —Eda le exigió saber a la voivoda, quien no se hizo menos para responderle.

—Ni lo sé, ni me importa —Noro le respondió poniendo su mano sobre el hombro de la Owl Lady, un común forcejeo salvayi con el que implícitamente llamas inferior al otro si no puede moverse por tu mano en su hombro, pero Eda no tuvo problemas en apartarla—. ¿Tienes miedo de que tu aprendiz no pueda manejarlo?

—No voy a arriesgar su vida por una tontería de tus dioses —La furiosa Owl Lady respondió serena, sin caer en la provocación de la voivoda.

—Eres más sabia de lo que imaginé, Edalyn —Noro sentenció con una sonrisa que no mostraba ningún tipo de hostilidad—. Pensé que serías más impulsiva con tu nuevo... viejo poder, me alegra saber que no, después de todo, de eso depende nuestro acuerdo.

—¿Acuerdo?

—... —Por su parte, Fragu se mantuvo al margen de la discusión, las conocía lo suficiente como para saber que querían pelear y que no podría detenerlas, por lo que hizo un discreto círculo mágico dorado para proteger a Luz, y sólo por si acaso, protegería su mente con una barrera onírica.

—¡Pierdes el tiempo! —Una gruesa y tosca voz se escuchó sólo en la mente de Luz, provenía del salón de la cadena del odio y al hablar, todos los ruidos se apagaron.

La aglomeración de cadenas en el centro del salón ceremonial se comenzó a retorcer y encoger, hasta tomar una figura humanoide que parecía una mujer de piel negra, calva y cubierta por una túnica igual de oscura de la que emergía un torrente de brea negra.

Luz sólo la contempló avanzar hacia ella, Eda, Lilith, Fragu y Noro habían desaparecido, sin duda algo sucedía, pero no podía hacer nada.

Pese a lo sombría que era o al hecho de que era una encarnación de un dios salvayi, lo que más llamó la atención de la humana eran sus orejas redondas y que estaba armada con un cincel de color negro que, al golpear el aire formó un símbolo, por su estética se podía deducir que era una runa antigua, pero desconocida por la humana.

—¿Qué? —Luz sólo se mostró sorprendida al ver las nubes oníricas que presenció cuando entró a la mente de Willow ¿Había formado un mundo onírico con una runa antigua? ¿Tan poderosas son? Poco importaba, la cadena del odio estaba frente a ella, pero de sus ropas ya no escurría brea negra.

—Rompimos su piel, derramamos su sangre... ¡Llenamos de miedo su alma! —La cadena del odio sentenció en un grito frenético que hizo a la humana ponerse su capucha para cubrir sus oídos, tanto por la fuerza de sus palabras, como por el chirrido de su voz que la hizo cerrar sus ojos. Al abrirlos vio que había aterradoras cadenas negras extendidas hacia la infinidad, parecían estar desgarrando las nubes oníricas de forma tortuosa, eso explicarías los tenues siseos que, al escucharlos más detenidamente parecían gritos.

—¿¡De quién hablas!? —Luz gritó empuñando su cetro onírico para atacarla, jamás fue violenta o agresiva, pero tal era el dolor en su cabeza y miedo abrumándola, que no podía quedarse sin hacer nada, pero no pudo atacarla, pues el cincel de la cadena del odio se clavó en su herramienta, anulándola totalmente.

—De la tierra debajo de nosotros, del cielo sobre nosotros ¡De los dioses a nuestro alrededor! —La diosa salvayi volvió a gritar con una furia apabullante, pero esta vez no hubo chillido ni dolor—. ¡Somos armas! ¡Somos atroces! ¡Danos un amo!

—¡No te daré nada! ¡Este es mi hogar! —Luz gritó invadida por una furia feroz, acto seguido apartó el cincel de esta enemiga y no dudó en atacarla con un proyectil de luz explosiva que la deidad recibió de lleno en su cabeza. Antes de cualquier otra cosa, la humana se dispuso a activar toda la luz volátil de su cetro, destruir su cuerpo onírico sería su boleto de regreso al mundo de los despiertos, pero un golpe del cincel de la cadena redujo su cetro a cenizas, al igual que sus posibilidades de salir del mundo onírico.

—¡Te daré más dolor que al mundo antiguo! —La cadena del odio interrumpió con furia al tiempo en que las nubes en la infinidad eran brutalmente despedazadas por las cadenas generando un chillido tan desgarrador que la mente de la humana llegó a quebrarse, haciéndola llorar. Tanta desolación onírica no era algo que un ser natural debiera presenciar, pero poco importaban esas suposiciones, en el aquí y en el ahora, todas la deidad lanzó sus oscuras extremidades contra la humana.

—¡Ah! —Luz gritó de terror, en su desesperación pensó en torcer su propio cuello, pero no tenía suficiente valor pese a que sabía lo que pasaría cuando las implacables cadenas la alcanzaran, pero fue entonces que un muro de fuego dorado apareció frente a ella.

—¡No eres bienvenida en este mundo! —Una voz sentenció desde un portal en lo alto. En la mente de Luz parecía familiar, pero no en el tono de esfuerzo que mostraba. Pese a la sentencia de dicha figura, muchos estruendos se escucharon del otro lado del muro de fuego, la cadena golpeaba con furia el escudo que protegió a su enemiga—. Ven, Luz.

Sin esperar por aprobación, la humana se consumió en el fuego dorado, no sin antes ver como las furiosas cadenas destrozaban la magia que la protegió. Realmente se había salvado de un destino aciago, o eso esperaba estando en una sala llena de pilares de piedra gris esculpida en la forma de hermosas doncellas, pero al final y en todas direcciones se veían las doradas nubes oníricas.

—Estuvo cerca... ha —La misma voz sentenció finalizando con un ahogado cansancio en el que la figura encapuchada cayó de rodillas al suelo.

Sin pensárselo dos veces, Luz se apresuró en su ayuda, pero cuando intentó levantarlo sólo lo atravesó, seguía en su forma onírica, pero eso no fue lo que la hizo abrir sus ojos de par en par por la sorpresa.

—A diferencia tuya, yo entré al mundo onírico con mi forma física, pero aprecio la intención, Luz —El emperador Belos sentenció levantándose por si mismo—. Y lamento que hayas tenido que presenciar esa... atrocidad.

—¿¡Pero qué demonios está sucediendo!? —Luz exigió saber en un exabrupto, estaba respirando cada vez más rápido y parecía al borde de un ataque de pánico—. ¿Por qué me salvaste de nuevo? ¿¡Qué demonios tramas!? ¿¡Por qué actúas tan misterioso!?

—... —En silencio, Belos activó su cetro y ante su resplandor, las nubes comenzaron a moverse. Los sueños de Luz sufrieron un daño terrible por la presencia de algo tan horrendo como la cadena del odio y no es algo que él toleraría.

Después de unos instantes Luz se calmó, sus sueños y su mente habían sido restaurados.

—Yo... gracias por salvarme —La humana apreció en un tono sorprendentemente calmado—. ¿Porqué ayudar a una criminal del imperio?

—No hay criminal que merezca lo que... eso iba a hacerte —El regente sentenció caminando imponente hacia Luz, pero se notaba un desperfecto en su postura, estaba cojeando, gesto que Luz rápidamente notó—. Imagino que te preguntarás por la cadena del odio salvayi.

—... —Luz sólo asintió, pero rápidamente otra duda más aterradora apareció en su mente—. ¿Hay más como ella?

—Si —Tajante, el emperador respondió usando su cetro para que un trono se levantara en el suelo de la sala onírica, sitio donde se sentó y luego levantó un segundo asiento para Luz—. Pese a que los salvayi la adoran como a una deidad, su naturaleza dista mucho de los dioses reales, y su poder los excede.

—¿Más poderosa que un dios? —Luz preguntó sorprendida y aterrada—. ¿Cómo es posible?

—Es un arma —El emperador habló haciendo una ilusión de las mismas cadenas aterradoras alrededor de hermosos orbes de luz multicolores, junto a la cadena emergieron venas y también aglomeraciones de garras afiladas que formaban tentáculos—. Las atrocidades fueron creadas en la edad divina para masacrar a los dioses que forjaron el mundo y su belleza.

—¿Es el corazón de las pesadillas? —La humana preguntó al reconocer las venas que se adueñaron de Hexside durante el baile del Grom.

—¿Por qué el triste viajero porta-sueños no abre sus ojos? —La respuesta del emperador fue críptica, y mantuvo el total interés de la humana, en especial al ver que se refería a la estrella sollozante—. Por miedo, lo último que Ilait vio fue al corazón que atormenta el sueño y las almas destrozando a sus hermanos con una crueldad tan apabullante y horrible que jamás volvió a abrir los ojos en su triste viaje por el firmamento, pero aún busca dar dicha otorgando vida a las fantasías e historias de quienes no temen mostrarlas.

—Eso es... —Aunque Luz quería sentirse enternecida por la voluntad de ese dios, sólo podía sentirse triste por aquello que le tocó ver.

—Cientos de historias así se dieron durante la guerra de los atroces —Belos añadió haciendo que las cadenas, las venas y los pilares desaparecieran de su ilusión, en su lugar se mostró una amalgama de luces simplemente preciosa, las estrellas divinas de la creación: los dioses del mundo antiguo.

Luz pudo reconocer a la luna de las invocaciones, pero lejos de sentirse feliz, sentía miedo, no quería saber qué le hicieron durante esa guerra, y menos por ser la responsable de que un ser como el llamado corazón que atormenta el sueño y las almas estuviera libre.

—¿Cómo los dioses vencieron a esas armas? —Luz preguntó con cierta esperanza, si el mundo sigue existiendo debe ser por que cayeron derrotados.

—Muriendo —La respuesta del regente volvió a ser tajante, pero esta vez hizo que Luz sintiera frío en su pecho al ver cómo las sombras tomaban lugar entre las hermosas estrellas que parecían ser destrozadas—. Más de la mitad de los dioses yacían muertos y pisoteados antes de que siquiera supieran que estaban en guerra.

En la explicación el emperador se puso de pie y elevó su mano, mostrando el símbolo del imperio, pero también se veía el emblema salvayi, y otros más que Luz reconocía por los recuerdos que Eda tenía en su casa.

—¿Sabes cuan preciosas son las culturas, Luz?

—¿Las culturas? —La humana preguntó confundida, es una palabra bastante ambigua que no le generaba una idea clara—. ¿Qué tiene que ver?

—Tu idioma, tus pasatiempos, tu ropa, como caminas, tus dioses... incluso lo que consideras correcto o equívoco —Belos explicó mostrando una ilusión de la capital de su imperio en el sur del mundo, dejaría en ridículo los mundos medievales fantásticos que tanto le gustaban a Luz—. Todo aquello que no es instinto es cultura, y la propia realidad las valora más de lo que te puedes imaginar.

Ante esa sentencia, un ojo se abrió en medio de la nube estelar, pero no parecía normal, su pupila pera un emblema dorado muy extraño.

—Las culturas son preciosas, incluso la de los dioses, y la misma realidad va a protegerlas —Cuando el emperador terminó de hablar, la constelación agonizante se había partido a la mitad, rebelando un inmenso humanoide en medio de la guerra—. El campeón de los dioses, el que los protegería de su destino aciago. Tal era su poder por sobre los dioses, que sólo bastó que empuñara su mano para que todas las estrellas muertas se aplastaran, aprisionando a las atrocidades menores y formando la superficie de este mundo.

—El titán... —Luz apreció simplemente deslumbrada por lo que veía, el cálido resplandor de las estrellas se había tornado en un furioso rojo que se elevó junto al titán, quien caminaba por la naciente corteza del mundo hacia lo que parecía ser una montaña, a su paso nacía la vida, aún entre las atrocidades se veía el verde naciente.

—Pero la realidad misma falló —Con tristeza en la voz del emperador, un resplandor rojo nació de la montaña y un palpitar se sintió en la ilusión, acto seguido la cabeza del titán se tornó oscura—. Los enemigos del titán liberarían las mayores profanaciones que nuestra hermosa creación presenciaría. El corazón del tormento fue el primero en responder, manifestándose en la mente del poderoso, y en una tortuosa muestra de poder, sus venas se extendieron por el interior del gigante.

El oscuro resplandor del corazón del tormento envolvió al titán para luego infectar a las demás estrellas con uno de los elementos más abundantes y peligrosos: el miedo, un pavor descontrolado que los consumía más rápido que cualquier enfermedad, pero una estrella se cubrió con un resplandor dorado y enfrentó a la corrupción tenebrosa del corazón.

—Inspirados por el valor del primero, las demás resplandecientes se inundaron de un onírico dorado con el que plantaron cara al corazón del tormento, logrando aprisionarlo en el mundo onírico —Nuevamente la ilusión volvió a distorsionarse, pero no era otro palpitar o algún problema con la magia, sino que la magia representaba lo que sucedió en tan fatídico evento—. Ya conoces ese grito.

—La cadena... —Con un escalofrío recorriendo su espalda, Luz apreció al ya familiar dios salvayi.

—Tan desgarrador fue su grito que incluso el titán sintió que sus huesos se quebraban, viéndose forzado a llevar sus manos a su cabeza. Naturalmente la cadena vio su apertura y se dispuso a empalarlo, pero el valiente astro volvió a plantarle cara al atroz, logrando desviar la punta que buscaba el corazón del titán, pero no sin antes quedar marcado por una gigantesca runa antigua... las mismas que tú usas, Luz —Belos se detuvo para ver a Luz, aunque no le gustaba ver que se entristecía por aquello que estaba viendo, pero en su gran esquema debía conocer el origen del mundo—. Habiendo perdido su luz de esperanza, y sabiendo que ya estaban infectados por el pavor, antes de consumirse los dioses restantes se unieron al titán dándole un poder lo suficientemente grande como para impactar contra la cadena del odio generando una explosión lo suficientemente poderosa como para reducir la montaña a un cráter. Con una fuerza cataclísmica en su puño, el titán avanzó contra la atrocidad, pero esta formó una runa antigua con su cuerpo y las fauces porta-plaga de locura desenfrenada tomó su lugar, una atrocidad hecha para pudrir y destrozar hasta el último rescoldo de los dioses.

Después del golpe final del titán, la magia ilusoria del emperador se desvaneció.

—El poder del titán chocando contra la plaga de locura quebró el norte del mundo y lo inundó en un océano hirviente —El emperador finalizó dando lugar a un silencio sepulcral.

Sin duda había sido la clase de historia más emocionante que Luz habría tenido, pero también la más triste. No era un origen épico o majestuoso en el que la luz se sobrepuso a la oscuridad y dio origen a un mundo hermoso, era una historia donde un odio irracional por los dioses desató una destrucción sin precedentes, y saber que incluso en las hermosas estrellas quedan cicatrices de tan terrible guerra simplemente era triste.

—¿Qué creó al titán? —Luz preguntó abrumada por lo que acababa de ver.

—El titán era el campeón de los dioses, nacido del aterrado deseo de los dioses por seguir existiendo ¿Entiendes por qué debo desaparecer la cultura salvayi? No son la única cultura que adora las atrocidades. La cadena del odio busca volver, el corazón del tormento aunque libre, sigue sellado, y sólo es cuestión de tiempo antes de que las demás atrocidades busquen liberarse así como la cadena.

La humana volvió a tener un escalofrío, de sólo imaginar qué haría algo tan monstruoso como el dios salvayi si quedaba libre se le helaba la sangre.

—Si huyera al mundo humano... ¿Estaría a salvo? —Luz preguntó casi entre lágrimas.

—¿Sabes quiénes crearon a la cadena del odio y a las demás armas atroces? —Belos preguntó poniendo su mano en la espalda de Luz, quien lo miró con una leve expresión de esperanza—. Los llamamos ru'manot, "orejas redondas" en la lengua de los dioses, y ya te imaginarás dónde acabaron.

—Humano... —Luz dedujo rompiendo en llanto. Durante el Grom vio la runa gigantesca de la que nació el corazón del tormento, esas armas atroces eran runas, igual que su cetro—. Yo ¿Crearé monstruos como ese?

—Vi tu determinación cuando luchaste contra mi aquelarre, no tienes el odio que hace falta para crear algo así de aberrante —Belos sentenció de forma cálida, y llenando de esperanza a la humana, quien incluso mostraba admiración—. Decidí darte la oportunidad de redimir a tu especie, por eso te permití permanecer en este mundo.

—¿Quieres que yo... detenga a ese monstruo?

—Y a todos los demás, Luz —El emperador añadió usando su magia para deshacer el enlace onírico, no sin antes entregarle a Luz su cetro onírico—. No te pediré que te unas a mi causa, pero tú y yo sabemos que las armas atroces deben desaparecer.

—Este es mi mundo ¡Y no dejaré que agonice! —Fue la sentencia final de la humana. Aunque Belos siempre usó su máscara, a Luz le pareció ver una leve sonrisa en él.


—¿Eh? —Luz tuvo un leve espasmo al volver a ver a Eda y Lilith discutiendo con Noro, quizá fuera por el arte alquímico de la voivoda que no estaba temblando de miedo o aliviada por haber escapado de ese mundo onírico, pero la humana estaba llena de determinación después de lo que había visto y escuchado.

—He mantenido esta información en secreto de todos salvo Fragu, Likarra, Lemm y ahora, ustedes dos —Noro sentenció mirando de reojo a Lilith, naturalmente no estaba del todo convencida de compartirle esa información a alguien que alcanzó el rango de comandante en el aquelarre del emperador, pero bastaba ver su corto plumaje (que parecía piel normal) para comprobar su convicción—. Muy bien, hace un mes descubrimos que hay un hechizo de borrado de memoria en masa activo en los siete reinos demoniacos, por lo que sabemos, está activo desde hace sesenta años con el objetivo de eliminar las culturas de nuestros pueblos para lograr la unión cultural con el imperio mágico.

—... —Para Luz no fue una sorpresa, el emperador se lo había dicho en el mundo onírico, pero no pensó que lo intentaría de un modo tan pacífico.

—Suena plausible, hace poco escuché a kiki... a la asesora imperial hablando sobre el día de la unidad —La bestial bruja apreció intrigada—. ¿Quieres que investiguemos eso?

—Lemm y Fragu están en eso, presiento que les vendría bien ponerse más al día —La voivoda explicó mirando a Fragu, quien se puso a su lado bastante contento—. El profanador de magia a avanzado mucho en su investigación, descubrió que en el palacio imperial, al igual que en las mansiones de los nobles del imperio el hechizo no tiene efecto y, después de la pelea de ayer la cultura salvayi estará más viva que nunca, si el hechizo aumenta su influencia sabremos que el gran imbécil está detrás de esto.

—¿Y vas a iniciar una guerra por las viejas costumbres? —Eda preguntó encarando fieramente a la voivoda, con una simple pregunta puso a todos de su lado, pero debía hacerlo.

—Si fuera un alfa de legión, mi respuesta sería un si, los salvayi somos extremadamente violentos. Pero soy la voivoda, y debo asegurar la prosperidad de mi gente... y una guerra no acaba en prosperidad —Incluso en una respuesta tan empática, Noro no dejaba de escucharse imponente—. Por eso no llevé a mi legión a rescatarte a Bonesborough, la mera presencia de mis leviatánidos habría cobrado cientos de vidas.

Para Luz sin duda fue una sorpresa, considerando lo violenta que se vio la cadena del odio, cabría esperarse que la voivoda simplemente intentara matar a Eda, pero tanto por su conducta actual como por su conversación anterior, no parecía estar bajo el control de la cadena ¿Qué pasaba con los salvayi? ¿Acaso la cadena no los puede controlar?

—Cuanta serenidad —Lilith apreció sin reservas, la voivoda estaba despertándole cierta admiración—. ¿Qué harás si es Belos el responsable del borrado de memoria?

—Ahí es donde entran ustedes: destruyan la fuente de ese poder, con el apoyo total de los salvayi yo destruiré el cadáver del titán y forzaré al gran imbécil a declararnos una guerra en la que nadie lo apoyará, expulsaré a su aquelarre de mis islas y su cabeza decorará el coliseo —La sentencia de Noro fue demasiado serena, pero la malicia con la que hablaba era palpable—. Les ofrezco un terreno cerca del coliseo y bajo su protección, un empleo bien remunerado junto a Fragu y Lemm, y el estatus de protegidas del voivodato a cambio de sus servicios.

Sin duda la propuesta de la voivoda no sonaba mal, pero considerando lo que Eda había expuesto, tampoco las terminaba de convencer.

—Entrega un salvoconducto de conscripción de traidores al comando flama azul —Lilith interrumpió, tomando por sorpresa a Eda y a la voivoda.

—Entonces sí te importan tus tropas... pese a todo —La voivoda sentenció con cierto aire de tristeza, cosa que llamó la atención de Eda.

—Son mis hermanos de armas, desobedecieron órdenes para protegerme, no los voy a dejar a su suerte —La bestial bruja sentenció con alegría en su corazón, y su respuesta fue, sin duda, inesperada: una sonrisa de la voivoda, quien extendió su puño, la forma en la que los salvayi cerraban tratos, pero Eda bajó el puño de la voivoda.

—El apoyo al aquelarre del emperador sigue creciendo, incluso entre los civiles salvayi —La Owl Lady habló manteniendo su seriedad, cosa que estaba asustando a su alumna, tanto por la furia de Eda, como por la idea de una guerra, y más después de conocer las intenciones de uno de sus dioses—. Cuando comiences a destruir el cadáver del titán todo el aquelarre del emperador te caerá encima, y aunque puedas vencer y que Lili rescate a sus hombres, sólo acabarás arrasando todo el voivodato. En lo que a mi concierne, no eres mejor que Belos para la gente que vive en la isla.

Un silencio monumental se hizo lugar luego de las palabras de la Owl Lady, quien naturalmente estaba lista para enfrentar a la voivoda, pero nuevamente se llevó una sorpresa al sólo verla sonreír.

—Veo que también te afectó el borrado de memoria —Noro sentenció entretenida, para luego mirar a Lilith—. ¿Algo que decir sobre la masacre de la edad salvaje?

—... —Esa simple pregunta dejó a ambas hermanas Clawthrone con la boca cerrada.

—Incluso antes de su traslado oficial a la isla del titán, el emperador ya tenía estas tierras en su mira, asumimos que el borrado de memoria ya estaba activo desde mucho antes ¿O de qué otro modo explicas que nadie lo ha culpado o se ha rebelado por la cuasi erradicación de las brujas? —La voivoda preguntó deshaciéndose de su espada y acercándose a Eda sin la más mínima protección—. Si fuera mi deber, yo haría lo mismo que el gran imbécil... más cruelmente claro, pero no, mi deber es con los salvayi ¿Qué garantías tengo de que no le sucederá lo mismo que a las adoradas brujas?

De sólo escuchar su traslado oficial y su codicia por las tierras de la isla, Luz dedujo qué planeaba Belos, o al menos especular que, o quería revivir al titán, o tomar su poder, no es descabellado si llega el momento de enfrentar a las armas atroces, pero sabiendo de la masacre de las brujas salvajes... algo no le dijo.

—Tengo amigos salvayi y en el imperio, sólo sé que si te ayudo, van a morir —Eda insistió con fuerza, aunque no tuviera argumentos reales para contrariar la lógica que Noro le había planteado seguía firme en su postura, por lo que se volteó para dirigirse a la salida—. Vámonos, Luz.

La humana siguió a su maestra, no sin antes dedicarle una triste mirada a Noro.

—¿Qué harás tú? —La voivoda le preguntó a Lilith, quien sólo la miró con tristeza.

—Me separé de mi hermana por razones muy estúpidas... —La bestial pelirroja respondió con tristeza, no era tan ingenua como Eda y sabía que Belos pronto haría su próximo movimiento, razón de sobra por la que perder el apoyo de una de las pocas personas que puede plantarle cara a Belos era especialmente difícil, pero había algo más importante—. Yo... sólo quiero recuperar mi tiempo con ella.

Lilith se dispuso a seguir a Eda, pero fue detenida por la voivoda sujetando su hombro.

—Si conoces al imbécil, debes saber que tu postura pacífica no durará mucho, mi trato seguirá en pie para cuando entres en razón —Noro finalizó adentrándose en el salón de la cadena del odio.

—Yo... las escoltaré a la salida —Fragu sentenció con una sonrisa tan rara como habitual.


En medio de una oscuridad casi absoluta, un par de ojos de pardas pupilas se abrieron expresando sorpresa.

—Buscan liberarse... —Una voz femenina madura sentenció al tiempo en que distintos tatuajes comenzaron a brillar alrededor de sus ojos—. ¿Están volviendo?

Sin perder tiempo, la figura humanoide se levantó de una plataforma de piedra totalmente cubierto por seda, las mismas que le estorbaron y se enredaron con su capucha al ponerse de pie, pero poco le importó, pues se encaminó hacia otro destino: una gran puerta de piedra en uno de los muros.

Al hacer contacto con la estructura, esta rebeló una inmensa runa antigua en color dorado que rápidamente desapareció, haciendo que todas las protecciones y sellos que protegían la puerta se desvanecieran y sin estos no fue difícil abrirla.

La sala interior consistía en un puente sobre un abismo cuyo fondo no se podía ver, pero tampoco es que fuera lo importante. La guardiana centraría toda su atención en las raíces que colgaban de la oscuridad, o al menos las que no estaban muertas.

—Corazón que atormenta el sueño y las almas, Il'Visakr ¿Sigues reacio a decirme quién te sacó del mundo onírico? —La mujer habló formando un cincel de cristal dorado que extendió hacia una enredadera púrpura que parecían venas. Al hacer contacto con ella esta fue recubierta por un de escudo de luz verde agua que parecía protegerla, pero de igual modo se retorció.

—Me deleitaré con tu sufrimiento, guardiana —Una voz se escuchó en la mente de la mujer al tiempo en que un resplandor carmesí tomó lugar en el interior de las venas colgantes.

—... —La guardiana sólo respondió con silencio. Que pudiera hablar evidenciaba lo mucho que el sello de las armas atroces se había debilitado en el corazón del tormento. Al retirar el cristal, las venas volvieron a su reposo colgante, una práctica tan antigua como arcaica que data de la creación de dichas armas y se usaba para comprobar el estado de la voluntad de las armas atroces, no se podía dejar algo así de poderoso a sus anchas—. Tan agradable como siempre.

Ignorando el funesto deseo de la atrocidad mayor, la guardiana siguió avanzando por el puente vigía, un lugar que sobrevivió al cataclísmico final de la guerra de los atroces, y por donde todas las armas de los ru'manot marcharon antes de salir a la guerra, no sin antes dejar una encarnación de sus esencias para monitorear su estado.

La próxima raíz estaba muerta, por lo que la guardiana no le dio importancia y continuó. La próxima raíz era muy diferente, pertenecía a un arma menor, pero no por eso dejaba de ser una amenaza, su aspecto era el de una enredadera de pilares de piedra gris elegantemente tallados. Al acercar el cristal dorado no hubo reacción alguna, dicha arma atroz no tenía voluntad, lo que era un alivio, pues tampoco estaba sellada. Aunque fuera un descubrimiento interesante, no era aquello que convocaba a la guardiana a ese lugar, por lo que prosiguió al siguiente: el más intimidante de todos, una aglomeración de miles de pequeños dientes afilados que tampoco tenían un sello.

—Ni siquiera el inmenso, tampoco la muerte pudieron detener tu hambre, fauce porta-plaga de locura desenfrenada, Nor'koarn. Pero alguien pudo —La guardiana apreció con cierto malestar al seguir viendo que esta arma atroz tampoco tenía su sello.

Las fauces porta-locura no eran un arma atroz menor, estaba al nivel de la cadena del odio y del corazón de las pesadillas, pero a diferencia de estos, nada sellaba su poder, si el arma atroz llegaba a concebir un sólo pensamiento podría causar un destrozo de nivel cataclísmico en su ubicación real, pero no lo haría mientras su voluntad permanezca bajo control. Algo o alguien extremadamente poderoso había arrebatado la voluntad de las fauces y seguramente estaba utilizando su poder, pero no era algo que la guardiana no supiera y, diligente en su deber, continuó con su revisión hasta encontrar la anomalía que buscaba.

—No grites, por favor—La dama habló en burla mientras limpiaba su oído derecho. Con su aire de superioridad examinó la encarnación de la cadena, confirmando sus sospechas: el sello estaba resquebrajado, pero un leve y familiar dorado requirió toda la atención de la mujer, quien a penas vio un vapor dorado la guardiana tomó su cetro plateado y activó una runa antigua con la que deshizo la entrada al mundo onírico que la cadena había formado—. Te veo emocionada ¿No, cadena que une el corazón a la brutalidad, Nakra'Rukr?

Pese a que se había burlado, la guardiana rápidamente entró en consciencia de lo que eso podría significar y rápidamente su confiada sonrisa desapareció.

—¿¡Otro ru'manot en la isla!? —La guardiana dedujo aterrada, fue entonces cuando sus ojos se abrieron de par en par al darse cuenta de lo que pasó "Bajé mi guardia".

Las nubes doradas de su mundo onírico rápidamente se resquebrajaron en el desgarrador grito de la cadena del odio, pero esta muchacha no era la guardiana de los atroces por nada, y aunque cualquier otro ser habría colapsado por semejante daño a su espíritu, esta chica se mantuvo en pie y usó su cetro para desvanecerse y escapar del mundo onírico. Ya de nuevo en el mundo de los despiertos, la mujer se envolvió en una luz dorada y en un veloz vuelo salió del puente.

De regreso en la puerta, la dama volvió a activar los sellos para luego caer de rodillas con su mano tapando su boca y con sus ojos llenos de lágrimas.

—¡Los sellos deberían durar otros mil años! ¿¡Por qué tuvo que venir otro ru'manot!? —La guardiana maldijo con furia, aunque ya no importaba. La mera presencia de ese extranjero ya hizo un daño irremediable, pues la cadena había despertado y con todo su poder no demoraría en liberarse—. Entre la cadena, el que esclavizó a las fauces y que el corazón fue liberado... si quedara algún dios le rogaría para detenerlos.

La muchacha se dijo a sí misma bastante agobiada, su tiempo como guardiana de las armas atroces le había apartado del mundo, pero de igual modo se puso de pie y tomó otro camino en la extraña caverna, esta vez había muchas más telas de araña en su camino.


Un episodio con muuuuuuuchas revelaciones. :D
Llevaba mucho tiempo con la naturaleza de este mundo ya concebida, y finalmente lo pude poner en un episodio. :D Aunque no pensé que sería Belos quien lo diría. xD
¿Qué les pareció la historia del mundo? Los humanos antiguos fueron los que crearon las armas que masacraron a los dioses, pero ¿Por qué algunas están selladas, incluida la cadena del odio?

Si se consideran los crímenes que las armas atroces cometieron contra el propio mundo, ciertamente la adoración de los salvayi por uno de esos seres suena aberrante, pero no sólo por prejuicios, sino que esa misma deidad estuvo a punto de capturar a Luz y torturarla para la eternidad ¿No les suena a un ser que debería ser adorado, sino que eliminado?

Belos sí que se lució salvando a Luz de su destino ante la deidad salvayi. Aunque fue honesto en su deseo de eliminar a las armas atroces de la existencia misma, claramente no le dijo todo a Luz ¿Cuáles serán sus verdaderas intenciones? ¿Qué papel jugarán Eda y Lilith en el gran esquema que decidirá el destino de los mundos?

De más está decir que Noro y su voivodato no conocen la verdadera naturaleza de la cadena del odio, y por si acaso, los demás dioses salvayi también son armas atroces menores, pero no cambiarían su religión si la llegaran a conocer esa verdad, incluso se harían más fanáticos. xD

¿Qué sucederá con esta guardiana de tan temibles seres? Descúbranlo en el próximo episodio. :D

Respondiendo al review:

J0nas Nagera: Gracias por el buen ánimo. :D ¿Volverás a intentar leer héroes y villanos? Que vergüenza por mi escritura de ese tiempo. xD Siéndote franco me demoré en este cap por que me inspiraste a escribir un posible prólogo para un remake de esa historia, por si quieres reconsiderar leerla por lo pronto. xD Ya volviendo con este fic, y en especial por la conversación de las hermanas, quizá sea raro, pero como ambas son adultas, creo que tienen la madurez como para no hacerse más problemas de los necesarios, como fue el caso de Klauss y Jesper cuando este último da la idea de la navidad y tras un exabrupto de carácter sentimental, uno simplemente va a disculparse, muy similar en madurez a como Eda y Lilith se reconciliaron. :) Noro y Luz... Incluso a mí me asustaba un poco la redacción, no quería faltar a las personalidades de ninguna, y con la personalidad de Noro, simplemente habría matado a Luz si esa humana no fuera tan... Luz. xD Incluso yo me sorprendí de que se llevaran tan bien. xD Pero quería hacer el contraste de Noro y Camilia a los ojos de Luz, y claro, de Oro con Luz a los ojos de la voivoda, y aunque esta última parecía intimidar a la humana, en ninguna ocasión lo hizo a propósito (salvo cuando le dijo que no la tratara de "usted"). xD Pero en general respetó sus opiniones y aunque Luz le levantó la voz e incluso la contradijo, no fue en esas ocasiones cuando Noro se puso agresiva, pero Luz... ella sí que quedó afectada por haber recibido el punto de vista de otra madre, hasta cierto punto sintiendo envidia de Oro por tener una madre así de cumplidora, pero todo eso pasó a segundo plano con el conflicto que acabo de plantear. xD

Sin más que escribir, nos leemos en el próximo episodio. :D