I.
Carl esperó pacientemente a que la mujer cruzara por el pasillo de las verduras. Era una mujer hermosa si se detenía a envidiar al desgraciado. Tenía la piel morena pero discretamente morena, como cuando uno se torna al rosa con el sol. El cabello lacio sedoso, la suavidad podía verse de lejos. Y se movía con la elegancia de un edecán en entrenamiento con el dinero suficiente como para no saber elegir las verduras apropiadas en un supermercado convencional.
Luego de pagar en la caja se levantó las gafas de corazón y puso las bolsas en el carrito. Carl se acercó a ella en el estacionamiento mientras acomodaba las compras en la cajuela.
— ¿Jacqueline Hyde?
Jackie apenas tuvo tiempo de reconocerlo. La golpeó en la cara y la subió a la cajuela. Se metió al coche y comenzó a conducir lejos del supermercado. Carl no podía creer lo sencillo que había sido. Miró su libreta donde estaba la fotografía de Jackie junto con la de Brook y dibujó un tache sobre la de Jackie.
