Azul Eléctrico
40. Calma
Pasó un mes hasta que salí del hospital, mi estancia me pareció muy larga pero estaba segura que de no haber sido por Hinata me hubiera parecido una eternidad. Tan pronto como Neji dejó el hospital volvía a visitarme tanto como lo hacía Hinata y siempre parecía contento de verme. En cuanto a Naruto ninguno de los dos tenía permitido salir de la habitación pero eso no impedía que la mayoría de las noches uno de los dos durmiera en la cama del otro. El trato que tuve con Kakashi después de esa tarde no mejoró desde aquel fatídico día. No importa cuánto me hablara, no podía mirarlo sin recordar fervientemente esas palabras que me dijo, no porque fuera la primera vez que me gritaba, sino porque eran terriblemente hirientes y dolorosamente ciertas.
El día que nos dieron de alta a ambos dejamos el hospital como alguien que deja atrás una gran carga, pero teníamos que admitir que haber estado ahí tanto tiempo nos había hecho salvarnos de la inminente realidad: la ausencia de Sasuke.
Cuando llegamos a la casa estábamos aún en silencio, era un extraño pacto de tristeza, como si entendiéramos que las palabras no llenarían el vacío que el Uchiha había dejado en ambos. Entramos pesadamente y como era de esperar la casa estaba algo empolvada por nuestra ausencia. Y un momento después me gire para darme cuenta de que habían llegado Chouji, Shikamaru, Kiba, Shino, Lee y Neji.
—Naruto-kun, Naruko-san.— saludo Lee sonriendo
—Hai.- dijimos al mismo tiempo pero no disimulamos el pesar que sentíamos
—En cuanto nos informaron que salieron del hospital vinimos corriendo.— dijo Kiba sonriente, tan ajeno al sentimiento que a mi hermano y a mí nos inundaba
—Venimos a invitarte a comer.— dijo Chouji a Naruto
—También estas invitada.— dijo Shikamaru
Neji me miró esperanzado, en ese mes Neji se había vuelto algo cercano a un amigo íntimo, Nunca hablábamos de temas indecorosos y las bromas siempre eran sencillas, las tardes con Neji eran justo como lo era el: agradables y simples. Pero le agradecía profundamente que no me dejará sola todas esas tardes, al principio me visitaba con la excusa de que tenía citas médicas y sólo había venido de paso pero con el tiempo dejo de esconder los motivos e inclusive de vez en cuando me traía girasoles, ya que a su parecer, eran las flores más hermosas.
Naruto sonrió, le consolaba saber que a pesar de que su mejor amigo se había ido aún tenía buenos y leales amigos que lo querían. Para Naruto tener amigos parecía algo muy importante, algo necesario y me hacía feliz ver que los tuviera.
—Vamos a comer, dattebayo.— dijo Naruto entusiasmado
—¿Vienes?— me preguntó Kiba con su canina sonrisa
—No gracias, tengo mucho que hacer en casa.- respondí disculpándome pero Shikamaru me miró como si no me creyera, era demasiado inteligente y nada podía pasarle por alto.
—Bueno, nos vamos Naruko.— se despidió Chouji con prisa
—Saben que chicos, me voy a quedar con Naruko.— dijo Neji y todos lo miraron extrañados -No es caballeroso dejarla sola.- dijo convencido de que esa era la razón
—Bueno, si no quieres comer está bien pero si no nos vamos ahora nosotros no tendremos tiempo de hacerlo.— dijo Kiba y Akamaru ladro dándole la razón
—De acuerdo.— concedió Shikamaru —Nos vemos luego.— dijo despidiéndose de Neji y todos lo siguieron
Vimos cómo se alejaban mientras reían de un chiste que había dicho Naruto y de un momento a otro Neji y yo nos quedamos solos. No era extraño estar con Neji pero no era común quedarme a solas con el en mi casa.
—Entra.— le dije a Neji mientras cruzaba el umbral de la puerta
—Hai.— asintió mientras me seguía
Avanzamos a la sala en silencio y había una cálida luz iluminando la habitación.
—¿Puedes esperarme un momento?— le pedí a Neji y él asintió.
Entre a mi cuarto y busque entre mi ropa un simple kimono azul oscuro de seda. Solté mi cabello de las dos coletas que las enfermeras amablemente me hicieron y lo dejé caer por mi espalda. Me puse la primera playera que encontré y unos jeans lo mas rápido que pude para volver a la sala y no dejar a Neji sólo mucho tiempo.
En cuanto entre Neji me miró un momento y luego bajo la vista sonrojado, lo cual solo me hizo reír y le hice señas a Neji de que me siguiera.
Camine hasta la cocina y para mí desilusión también estaba empolvada. Haciendo caso omiso del polvo por el momento comencé a hervir agua. Neji se recargó en una de las paredes de la casa con incomodidad, se le veía bastante nervioso a decir verdad.
—Creo que ya me voy.— dijo mirándome con sus ojos perla
—¿Porque?— pregunté confundida, acababa de llegar
—Me he invitado a tu casa.— dijo avergonzado
—Siempre eres bienvenido.— dije riendo —Además, no querrás dejarme sola.— dije intentando convencerlo de que se quedara
—Gracias.— dijo mirándome aún avergonzado
Saque un trapo y comencé a limpiar la cocina detalladamente. Cuando me giré Neji estaba sacando un trapo y me imitaba limpiando la cocina.
—No tienes que hacerlo.— dije y sentí como me sonrojaba extrañamente
—Es un placer ayudarte.— dijo con sinceridad y deje que lo hiciera.
Cuando el agua estuvo lista ya habíamos terminado la cocina y también la sala, a decir verdad Neji había hecho la mayoría del trabajo. Prepare té, llene la tetera, la puse en la bandeja, tome dos tazas y las lleve a la sala donde Neji me esperaba pacientemente, mirando la nada con esos bonitos ojos blancos, sus largas pestañas, esas facciones definidas que nunca me había tomado el tiempo de mirar con atencion, su piel blanca sin un solo rasguño, su expresión que llenaba de paz toda la casa y su extenso y oscuro cabello que le llegaba hasta la mitad de la espalda atado con un simple listón oscuro.
De pronto un pensamiento me cruzo la mente, Neji me quería, si yo lo quisiera mi vida podría transcurrir tal y como era en ese preciso momento: Nos volveríamos Jounin, quizá nos casaríamos y viviríamos en el distrito destinado a los Hyuuga, quizá tendríamos una familia, no, Neji seguramente querría una familia y yo como una buena esposa le daría uno o dos hijos con singulares ojos blancos y cabellos rubios, me retiraría a ser una simple civil para cuidarlos y me vería en la misma situación que ahora, sirviéndole té a Neji en una apacible tarde. Mi vida transcurriría de la manera en la que Neji era: Simple y agradable.
Me asusto que mis pensamientos llegaran tan lejos por sí mismos pero era cierto, esa vida podía ser mía si así lo deseaba y en ese momento Neji dejó de mirar a la nada y en vez de eso me miró como si fuera una obra de arte, sacándome de mis pensamientos. Y le sonreí de vuelta.
—Contigo las cosas siempre son iguales.— dije calmada entre mientras me sentaba frente a él poniendo la bandeja en la pequeña mesita de te.
—¿Qué quieres decir con eso?— dijo extrañado como un niño pequeño
—Contigo todo es.— hice una pausa y sonreí —Agradables y sencillas.— reconocí mientras le servía té con delicadeza.
—Espero no aburrirte.— dijo sonrojándose mientras tomaba la taza de té
—Para nada.— dije mientras me servía a mi
Conversamos tranquilamente por un par de horas, me hablaba de cómo había conocido a todos en la academia, de los exámenes chuunin y de las batallas que se libraron después.
—Estar contigo es un sueño.— dijo Neji con una mirada tranquila
—¿Qué quieres decir con eso?— dije imitándolo y se dio cuenta de sus palabras y de lo que acababa de decir, bajo la cabeza sonrojado.
—Es como si estuviera en otro mundo, todo pasa tan agradablemente que no te das cuenta del tiempo que transcurre.— dijo aún mirando el suelo
Estaba a punto de contestarle y en ese momento escuche como llegaban todos los chicos por la puerta con pasos torpes y masculinos, entre risas.
—Y el sueño se acabo.— dijo Neji con una mirada fastidiada, no había que ser un genio para saber qué le hubiera gustado seguir a solas.
—¿Qué sueño?— preguntó Lee entrando a la sala seguido de todos los chicos
—Naruko.— dijo Kiba sonriendo y luego me miró un momento —Nunca te había visto con el cabello suelto.— dijo mientras seguía mirándome
—Es cierto, se te ve bien.- dijo Chouji amigablemente mientras se sentaba a mi lado
—Esa playera que traes como del tono de azul que siempre usa Sasuke ¿no?— preguntó Lee y baje la cabeza, mientras todos los demás reprendían a Lee con la mirada.
—Bueno, creo que deberíamos ir organizando todo.— dijo Shikamaru cambiando el tema
—¿Organizar que?— preguntó Neji
—Vamos a hacer una Pijamada y estas invitado, dattebayo.— dijo Naruto sentándose al lado de Chouji
—¿Cuándo?— preguntó Neji
—Hoy.— dijo Chouji
—¿Dónde?— preguntó Neji aún las confundido con el nuevo plan
—Aquí.— respondió Shino hablando por primera vez
Neji se quedó algo confundido mientras comprendía que estaba sucediendo.
—Si se dan cuenta de que Naruko sigue aquí ¿no?— preguntó Neji con obviedad
—No se detengan por mi.— respondí —Me quedaré un rato y luego me iré a casa de Ino.— mentí
—Será divertido, deberías quedarte.— me invitó Kiba -Al fin y al cabo es tu casa.— explicó y Akamaru ladro en respuesta
—Igual todos aquí somos solamente tus amigos.— señaló Shino
—Bueno, a Neji le gustas y.— dijo Lee que iba a seguir hablando pero todos lo miraron y Neji se apresuró a golpearlo en la cabeza.
Lee seguía atontado por el golpe mientras que Neji se soltaba el listón del cabello y con él amordazaba al pobre Lee.
—Intenta quitártelo y te mato.— lo amenazo Neji —Ya has dicho suficientes estupideces hasta el momento.- dijo molesto.
Lee se limitó a mirar a Neji y se resignó a quedarse en su lugar mientras todos los demás reían pero yo solo podía mirar a Neji con el cabello suelto, se veía incluso más guapo que antes.
Me puse de pie alejándome de esos pensamientos mientras recogía la bandeja y me la llevaba a la cocina dispuesta a preparar más té. Mientras escuchaba las risas al otro lado y se calentaba el agua me puse a pensar en lo que haría después de que saliera de la casa: me iría caminando al distrito Uchiha y después iría al lago a rezar para que Kamisama protegiera a Sasuke, la idea de que algo le podía haber sucedido llevaba bastante tiempo rondando mi cabeza y me mataba de preocupación e impotencia el pensar que yo no podría saberlo o ayudarlo, por eso se me había ocurrido ir a hacer lo que cualquier esposa en espera de su marido Shinobi podría hacer en mi situación, rezar con la esperanza de que este volviera sano y salvo. Después de eso iría a casa de Sasuke y pasaría ahí la noche.
Cuando termine de trazar mi plan mentalmente el agua ya estaba lista así que prepare té y puse en la bandeja suficientes tazas para todos.
Llegue en silencio a la sala mientras todos hablaban animadamente. Les serví té a todos y después me senté al lado de Chouji.
Lee al parecer ya había sido desatado pero el cabello de Neji seguía suelto, me costaba trabajo no mirarlo a hurtadillas porque era tan raro verlo asi. Kiba iba a tomar su taza de té pero en ese momento sonó un aullido a lo lejos y giro la cabeza alerta al sonido pero en su descuido había golpeado la taza de manera que el té caliente salió lanzado directamente a Neji quemándolo y manchando su playera.
—Perdón viejo.— se disculpó Kiba
Neji se quitó rápido la playera blanca con el té caliente encima pero su pecho aún estaba rojo y mojado. Corrí rápido a la cocina por un pañuelo de tela y volví rápidamente poniéndome al lado de Neji mientras pasaba la tela por su abdomen sin darme cuenta. Un par de segundos después capte lo que estaba haciendo y me aleje dejándole el pañuelo en las manos. Me quede unos minutos más en la sala mientras la conversación continuaba como si nada hubiera sucedido pero aún mirando al suelo podía sentir la mirada de Neji.
—Ya es hora de irme.— anuncie poniéndome de pie —Hasta mañana chicos.— me despedí alejándome hacia mi habitación
—Hasta mañana.— logre escuchar en coro a los chicos.
Tome una pequeña mochila y metí la ropa para el siguiente día. Me vi tentada a salir por la ventana solo para recordar cuando Sasuke y yo lo hicimos pero los chicos se darían cuenta si me iba así sin mas así que mejor salí por la puerta.
Era ya de noche, más o menos las diez y las calles aún estaban encendidas mientras la gente hablaba animadamente caminando o dentro de algún restaurante o bar. Camine despacio apreciando la aldea de noche, segui en silencio hasta el distrito Uchiha y de ahí al lago. Llegue hasta el y la tristeza llego. Me arrodillé frente al lago y me dispuse a comenzar a rezar cuando de un momento a otro sentí una familiar presencia detrás mío.
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Volvi a leer la historia completa y aunque hay muchas cosas que cambiaria si la escribiera hoy, voy a dejarlas asi para que conserven la esencia de la trama, solo cambie un par de errores ortograficos y de coherencia ademas de ahora Sasuke tiene 16 y Naruko 15, porque me parece mas apropiado
