Harry Potter pertenece a JK Rowling.
Star Wars pertenece a George Lucas (y a Disney)
Harén de Harry.
HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.
SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.
Capítulo 54: El maquiavélico plan de Hermione.
Una noche, mientras vigilaba la sala de las profecías del Ministerio de Magia, para la Orden del Fénix, Arthur Weasley fue atacado por uno de los pocos Mortífagos, que seguían libres y fieles a Voldemort.
Quizás, si Harry Potter, siguiera siendo un Horrocrux, hubiera existido la opción, de que él viera al Mortífago, a través de sus ojos.
Quizás, Harry Potter podría haber advertido a Snape, y él hubiera advertido a Dumbledore.
Quizás, Arthur Weasley podría haber sido descubierto desangrándose, gracias a los fieles a La Orden del Fénix, y ser llevado a San Mungo.
Pero, en este universo, nada de eso pasó.
...
— ¡WEASLEY, DESPIERTA! —la voz de la profesora McGonagall, sacó a Ronald, de su sueño de llegar a ser, un muy famoso jugador de Quidditch.
— ¿Qué ocurre, profesora? —gruñó enfadado, asustado y sobresaltado.
— ¡Pronto Weasley, ve a bañarte y vístete! —ordenó la mujer, el chico, en cambio, miró el reloj.
— ¡Son las 3...!
— ¡Profesora, ¿Qué ocurre?! —interrumpió George, llegando.
— ¡Arthur, su padre, fue atacado, ahora mismo está en San Mungo! —dijo la profesora, en lo que llegaban Fred y Ginny, quienes se habían enterado muy rápido, y todos los Gryffindor masculinos, de quinto año, se quedaron petrificados, ante tal noticia. —Deben de ir, a la oficina del Profesora Dumbledore, de inmediato.
— ¡Sí, señora! —dijeron todos los Weasley.
Cuando llegaron a San Mungo, solo fue para encontrarse a su madre, en un mar de lágrimas, trataron de consolarla. El ver a sus hijos allí, otorgó una diminuta llama de calma, a su corazón.
Hasta que Fred preguntó por su padre, sobre si podía pasarlo a ver.
Ella negó, repetidamente con la cabeza. Y, sin saber cómo decirlo, con más tacto, solo les dijo, que Arthur había fallecido, a causa de estrangulamiento y un corte en la garganta, que lo terminó desangrando.
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La Slytherin de cabellos negros, recibió una carta llena de angustia y dolor, por parte de su pequeña y bella novia.
Leyó incrédula, sobre la muerte del señor Weasley.
Imaginó el rostro de su amada, convulsionado en el dolor.
Le escribió una carta rápida y precisa:
"¿Estás en tu casa, o en el hospital?, mándame la respuesta, voy para allá"
La respuesta, no tardó en llegar:
"Sabes como es mi madre, sabes cómo piensa ella "Slytherin = Mortífago", lo último que necesito ahora, es que piense mal de mí, y de ti, sin siquiera conocerte. Pero gracias, por buscar venir"
"¡PUES ME IMPORTA UNA MIERDA, LO QUE ELLA PIENSE DE MI, ¡ERES MI NOVIA, ¡Y SÉ CUANTO ME NECESITAS AHORA MISMO, ¡ASÍ QUE DIME, DONDE ENCONTRARTE!"
Pero Ginny, jamás le envió una respuesta, su siguiente carta, fue un bello y muy realista dibujo de ellas, besándose.
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En su oficina, Albus Dumbledore, no sabía qué pensar exactamente, sobre lo ocurrido.
Pero la verdad, era que Arthur Weasley, en esos momentos no le importaba mucho. Sabía que Severus, podría encontrar una cura o algo útil. Desenfundó su varita, y la agitó, en un hechizo no-verbal, y una llama dorada, surgió de la punta de la misma. Entonces, comenzó a entonar un encantamiento, en mantra, la llama, fue haciéndose de mayor tamaño, hasta que tuvo el tamaño de una pelota de baloncesto, entonces, murmuró otro encantamiento, y un circulo de fuego plateado, surgió de la varita, la agitó dos veces más, y una parte minúscula de ambas llamas, salieron de la más grande y del círculo.
Las llamas, se deshicieron en el aire. Y esperó, a que las dos pequeñas llamas, pudieran cumplir con su cometido: Espiar a Harry Potter.
Por años, él había manejado la hipótesis, sobre un fragmento del alma de Voldemort, en el interior de Harry. Ahora, tenía el conocimiento de que justamente eso, eran los Horrocruxes, que era así como Voldemort había sobrevivido por tanto tiempo.
―Pero... ―se dijo ―Si Harry aun es un Horrocrux, y.… si acaso, Tom ha controlado a alguno de sus hombres, o si fue él mismo, a matar a Arthur, ¿Harry no hubiera podido verlo? ―Estaba nervioso, Tom parecía estarse moviendo, muy lentamente. Demasiado, para el gusto del viejo, quien confiaba, tener todas las piezas de ajedrez, que necesitaba, y estaba listo, para iniciar el contraataque, contra Voldemort, cuando el momento llegara.
A la mañana siguiente, algunas noticias asombraron a todos, y tomaron a Fudge, con la guardia baja.
MORTÍFAGOS, ESCAPAN DE AZKABAN.
Y diez fotografías, se veían allí, junto con sus nombres.
Bellatrix Lestrange, Antonin Dolohov, Augustus Rockwood, los hermanos Rodolphus y Rabastan Lestrange, Kalen Mulciber y Johann Travers.
Neville y Susan, estaban igualmente nerviosos, y alterados.
Harry y las chicas, (gracias a Hannah, la novia de Neville), descubrieron que los padres de Neville, fueron torturados hasta el estado vegetal, por Bellatrix, cuando Neville nació.
Los padres de Susan, fueron asesinados, por algunos de los que escaparon, pero al mismo tiempo, entre lágrimas, les dijo orgullosa, que sus padres, lograron matar a al menos, tres de sus atacantes y malhirieron para la posteridad a Travers y Mulciber.
Harry invitó a Susan a una cita, en los jardines, para que no pensara en eso, y todo el día trató de alegrarlo.
Por los pasillos, los alumnos miraban a Harry, con una mezcla de recelo, esperanza y respeto.
Muchos, comenzaban a creer (aún más que antes), en que Harry enfrentó a Voldemort y los Mortífagos, mató a varios de ellos y los torturó, en el cementerio.
Estaban confundidos y temerosos, debido al escape de los Mortífagos, y no les quedaba más, que recurrir a la única explicación lógica: Harry decía la verdad, y Voldemort rescató a sus hombres, para reabastecer sus filas, luego de la masacre, ocasionada por Harry.
Pero no solo, los alumnos susurraban y creaban teorías, lo mismo hacían los maestros, en los pasillos, e interrumpían sus conversaciones, al ver pasar a algún alumno.
―Si Umbridge está en la sala de profesores, ya no pueden hablar con normalidad, y tienen que acabar, hablando en los pasillos, entre susurros ―dijo Hermione, encontrando toda la situación, de los maestros susurradores, divertida.
Padma, quien estaba a su lado, lanzó una carcajada divertida. ―Es verdad. Espero que esto, le enseñe a Fudge. Creo que... ―su sonrisa, fue disminuyendo.
― ¿Qué crees, Padma? ―preguntó Hermione, tomándola delicadamente, por el brazo derecho.
―Creo que... Fudge va a reforzarlo todo, ¿sabes? Es decir: Él niega que Ryddle resucitara, a pesar de todo. Y para esto, es que está Umbridge aquí, entonces, esto significa, que tarde o temprano, mandará otro de los estúpidos decretos ―gruñó Padma.
Y pronto, lamentó tener la razón.
― ¿Es que acaso, no podías predecir, que me volveré Ministra de Magia o algo así? ―preguntó Hermione, entrecerrando los ojos de forma acusatoria, contra Padma, quien saltó en su lugar e inconscientemente, se encogió, donde estaba parada.
Decreto Educacional #26
Se prohíbe a los maestros proporcionar a los alumnos, información que no esté estrictamente relacionada con las asignaturas que cobran por impartir.
Los miembros del grupo de estudio de Defensa Contra las Artes Oscuras, estaban felices. Aunque ese decreto estuviera allí, seguía siendo un triunfo para ellos, el saber que tarde o temprano, Fudge tendría que admitirlo todo.
Así mismo, cuando Umbridge trató de castigar a Fred y George, por jugar naipes explosivos, Lee, gritó desde el fondo de la clase: ― ¡Los Naipes explosivos, no tienen nada que ver, con la clase profesora! ¡esa información, no está relacionada con la asignatura!
Desde antes de navidad, Hagrid parecía haber perdido los nervios, y les comentó a todos, como Umbridge lo puso en periodo de prueba. Afortunadamente, él ahora seguía los consejos de Hermione, y ahora les había enseñado un Crup: Un perro Jack Russell Terrier, de cola bífida.
Les enseñó un grupo de hadas, que habitaban el bosque prohibido, y había desde hadas pequeñitas, estilo Campanita/Tinker Bell, del cuento Peter Pan; hasta hadas de estatura humana, y ellas aceptaron danzar para los alumnos, y contarles leyendas, sobre su raza.
Aun que todos opinaban, que lo estaba haciendo muy bien, Hagrid se veía nervioso y a veces, parecía perder el hilo, de lo que les enseñaba.
Aun así, el hecho de que Hagrid, repentinamente comenzara a tratar, con criaturas inofensivas y verdaderamente, educativas, hacía que Umbridge se irritara bastante.
A Harry, le alegró comprobar, que todos los alumnos de la ADCAO, estaban redoblando sus esfuerzos, por aprender los hechizos, que les enseñaba.
Y, cuando las clases (ya fueran normales, o del ADCAO), llegaban a su fin, Harry recibía masajes, caricias o besos de Daphne, Hermione, Padma y Susan, cosa que le ayudaba, a no caer presa del estrés, debido al escrutinio y la furia de Umbridge.
Incluso Zacharias Smith se veía redoblando, sus esfuerzos dentro del ADCAO.
Pero Neville, de la noche a la mañana, tuvo una mejora abismal, en todo tipo de encantamientos y hechizos.
En la siguiente salida a Hogsmeade, Harry y Padma, fueron llevados, por medio de cartas, a la tienda de Té de Madame Pudipíe, e incluso tenían una mesa con todo tipo de decoraciones románticas. El Slytherin y la Ravenclaw, se sonrieron y después, tomaron asiento, dando paso a una cita, donde estaban seguros, de que había algo más, y ese algo más, no tardó en aparecer: Eran Hermione y Rita Skeeter, la última, escribió lo que ocurrió en el cementerio, pero dijo que no iría a manos del Profeta, sino al periódico del padre de Luna Lovegood.
Harry Potter, da su testimonio, sobre: La Noche del Cementerio
Por Rita Skeeter.
La noticia, dio la vuelta al colegio, y ocasionó que un nuevo Decreto Institucional, fuera sacado, pero Harry temió ante aquello, hasta que Hermione se lo dijo: ―Las clases son una cosa. Otra cosa, son las noticias del escape de los Mortífagos de Azkaban, y ahora, la noticia de lo ocurrido en el cementerio. Harry: Estamos colocando a Fudge contra las cuerdas, lo estamos arrinconando, lentamente. ―Confesó Hermione.
Decreto Educacional #27
Cualquier estudiante, que sea visto con un ejemplar de la revista El Quisquilloso, será expulsado del colegio.
Por el contrario, Hermione estaba feliz. Todo aquello, parecía seguir algún tipo de macabro plan suyo. ― ¿Cuánto creen que tarde Fudge, en sacar un Decreto, donde impida a los padres y alumnos, comunicarse por vía lechuza? ―todos temieron ante esto.
― ¡Lo hará pronto! ―temió Susan.
―Exactamente. Tarde o temprano, nos prohibirá algo así ―dijo Hermione, relajada. ―Nos quitarán, prácticamente todos nuestros derechos. Y entonces... ―enseñó una sonrisa maquiavélica. ― ¿Qué hará, por ejemplo, tu tía? La jefa del Departamento de Aplicación de la Ley Mágica, no recibe cartas de su sobrina. ―Miró a Daphne. ―El Lord de la casa Greengrass, no recibe cartas de su hija. ―Se cruzó de piernas, y les dio una oscura mirada. ― ¿Y cuando vengan a investigar, lo que ocurre?, ¿y cuando sepan, que los decretos, están violando nuestros derechos más básicos, como personas y estudiantes? Fudge, tendrá al Wizengamot, en su contra, antes de lo pensado.
Todo esto, formaba parte de un maquiavélico plan, que Hermione de alguna forma, había armado y lo estaba haciendo funcionar.
