Azul Eléctrico

Nubes

Escuche golpes en la puerta que me despertaron súbitamente y cuando abrí los ojos lo primero que vi fue el rostro de Kakashi con la máscara puesta, estaba acostado boca arriba con los brazos abiertos detrás de él y me tomo un segundo darme cuenta de que estaba abrazándolo y no estaba en una almohada como pensaba, sino recargada en su pecho.

Estaba bastante cómoda a pesar de todo, tanto que considere volver a dormir pero los sonidos seguían golpeando la puerta con una inusual insistencia.

—¡Buenos días mi eterno rival!— gritó la inconfundible voz de Might Gai entrando a la casa

—¡Gai!— gritó Kakashi que desperto y salto de la cama de un solo movimiento

Me senté en la cama despacio mientras él salía de la habitación rápidamente cerrando la puerta detrás de él mientras yo me quede aún adormilada, sentada en la cama donde hasta hace un momento estábamos los dos.

—Kakashi traje el libro que me prestaste.— anunció Gai

—Ah, gracias.— dijo Kakashi desinteresadamente

—Déjame guardarlo y quizá vea otro que me interese.— dijo Gai con una voz que se acercaba a la habitación donde estaba

Y mi ritmo caridiaco se disparo despertándome casi tan súbitamente como Kakashi ¡El librero estaba en esta habitación! Si Gai me veía aquí habría problemas.

—¿Porque tienes la puerta cerrada? Tú siempre dejas todo abierto.— se quejó Gai

—¡Déjame el libro a mi!— gritó Kakashi

—¿Porque no quieres que entre?— preguntó Gai

—Esta hecho un desastre.— mintió Kakashi

—Te conozco de toda la vida y tú eres ordenado, además sabes que me da igual.— dijo acercándose aún más

—Dame el libro y yo lo guardaré.— le pidió Kakashi

—¿Qué estás escondiendo?— dijo Gai insinuosamente

—Nada.— mintió Kakashi de nuevo

—Si no es nada entonces voy a entrar.— dijo acercándose aún más

Me quede hecha piedra sentada en la cama, a ese paso Gai-sensei iba a entrar y yo tendría que salir por la ventana como una ladrona. Tome mis cosas y suspire mientras intentaba abrir la ventana y ellos seguían hablando. Entonces mire con atención la ventana ¡maldita sea! estaba sellada, respire frustrada, el plan de salir por la ventana estaba cancelado, no podía simplemente esconderme bajo la cama porque a pesar de no tener Chakra Gai no dejaba de ser uno de los Jounin más destacables de la aldea y si quisiera encontrar una simple aguja en la habitación la encontraría sin duda alguna.

—¡Ya sé quién esta en esa habitación!— alegó Gai

—¿Ah sí?- dijo Kakashi pero pude notar nerviosismo en su voz

—¡Es la chica con la que pasaste la noche, Ero-Kakashi!— gritó Gai divertido

—Es cierto Gai, por eso no puedo dejar que pases.— dijo Kakashi intentando salvar la situación

—Bueno pero al menos dime quién es.— pidió Gai

—Eso no es de caballeros.— se quejó Kakashi

—Vamos, te conozco de toda la vida.— se quejó Gai —¿es Anko?— preguntó susurrando, aunque era obvio que de todas maneras su conversación llegaba hasta este cuarto

—Eso fue hace tiempo Gai.— se defendió Kakashi

Me quede pensativa, quien seria esa tal Anko de la que hablaba el Jounin verde.

—Voy a segur diciendo nombres hasta que me digas quién de ellas es.— anunció Gai

—Vamos, no seas tan infantil.— se quejó Kakashi

—Saori, Harumi, Oyiko, Haisa, Yumi, Yuriko, Yuma, Yukari, Yoko, Akame, Hikari, Mizumi.— dijo Gai —rápidamente —¿No es ninguna de ellas?— preguntó sorprendido un momento después al ver que Kakashi no le daba ninguna respuesta

—No sé cómo te enteraste de lo mío con todas ellas.— Contesto Kakashi molesto

—Es porque soy tu mejor amigo.— dijo Gai presumiendo —De hecho me sorprende que traigas a una mujer a tu casa.— dijo sorprendido

—¿A qué te refieres?— preguntó Kakashi

—Si no me equivoco nunca las traes a tu casa, por lo general es en un hotel.— dijo Gai pensativo

—Cállate Gai.— dijo Kakashi rápidamente —Dame el libro y vete.— le dijo molesto

—Bueno, te dejo para que disfruten.— dijo Gai entre risas y salió del apartamento cerrando la puerta detrás de el

Se escucho como Kakashi puso el cerrojo en la puerta principal y supe por sus pasos que se iba acercando a la habitación principal, no sabía qué hacer cuando llegará después de haber escuchado lo que Gai acababa de decir.

—Lamento que escucharas eso.— se disculpó entrando por la puerta

Yo solo me quede en silencio, realmente no sabia que decir, sentí que no me correspondía decir nada porque había terminado oyendo una conversación sobre su vida intima.

—No hay problema, voy a preparar algo para desayunar.— dije saliendo de la habitación en dirección a la cocina, tenía que salir de ahí de alguna manera y ahorrarme la incomodidad

—Te acompaño.— dijo saliendo detrás de mí

Maldije en mi interior, había intentado salir para que no viera mi sonrojo pero en lugar de eso me siguió hasta la cocina. Suspiré y abrí el refrigerador analizando que podría cocinar. Saque los ingredientes para preparar rollitos de huevo y fruta. Kakashi sacó el sartén, una tabla de picar, platos y un par de cuchillos.

—Déjame a mí la fruta.— me pidió y asenti

Después tomó la fruta y comenzó a picarla con tranquilidad mientras yo cocinaba el huevo para después ponerlo en la tabla y cortarlo propiamente.

Unos quince minutos mas tarde estábamos en el comedor con el desayuno frente a nosotros.

—Itadakimasu.— dijimos al mismo tiempo mientras comenzábamos a comer

—¿En qué estás pensando?— preguntó Kakashi divertido

—Nada.— dije sorprendida de que se diera cuenta de lo que estaba haciendo

—Si me lo dices te escucharé y te lo explicaré.— dijo sin dejar de mirarme

—Anko— dije y pude sentir el sonrojo subiendo por mis mejillas —Y todas las demás.— dije mirando a otro lado

—Eso.— dijo Kakashi riendo por lo bajo —Creo que no hay mucho que explicar.— dijo divertido

—No sabía se que hubieses tenido tantas novias.— dije sorprendida

—No eran mis novias, de hecho, jamás he tenido novia.— dijo desinteresadamente

Lo mire sin creerle ni una pizca y pareció darse cuenta.

—¿Qué?— preguntó quitándose la máscara para comer pero seguía con su ojo cerrado

—Un exitoso Jounin mundialmente reconocido, atractivo y de 26 años que jamás ha tenido novia.—dije incrédula

—No es tan difícil de creer.— dijo riendo

—Como tú digas.— dije negando con la cabeza

Terminamos el desayuno calmamente y después nos sentamos en la sala un momento a mirar televisión sin decir nada.

—¿Me permites tu baño?— pregunté

—Claro.— contesto sin dejar de mirar el televisor

Sali de la sala y después de tomar mis cosas entre al baño que era de color blanco con una enorme tina, tanto así que era más apropiado decir que era un jacuzzi. Me desvestí y entre a la tina mientras esta se llenaba. Me di cuenta de que cabían perfectamente dos personas y me sonroje. Kakashi nunca había traído nadie a su casa, pero esa tina era bastante apropiada para una noche para dos. Me bañe tranquilamente y al salir me cepille el cabello que decidí dejar suelto de nuevo y me vestí. Cuando salí del baño Kakashi seguía mirando la televisión así que me senté a su lado y platicamos un rato.

—Siempre he tenido una duda sobre ti.— confesé

—Dímela.— pidió Kakashi mirándome con su único ojo abierto

—¿Porque siempre tienes el ojo con la cicatriz cerrado?— pregunté

—Para no gastar Chakra.— explicó mirándome

—¿Podrias enseñarmelo?— pedí

Se giró para que lo observará mejor y abrió lentamente su misterioso ojo y en cuanto me di cuenta de cómo era desee nunca habérselo pedido. Era un Sharingan con tres aspas, justo como el de Sasuke aunque este no era de un rojo tan brillante como el del Uchiha, sino un tono rojizo un poco mas apagado. Me dolió el corazón inmediatamente y las lágrimas llegaron hasta mis ojos e hice un esfuerzo por no permitir que salieran de ahí.

—Ya es hora de que me vaya.— anuncie tomando mis cosas con la mirada en el suelo, no podía seguir bajo la mirada de aquel Sharingan más tiempo, sentía como si me apretaran los pulmones dejándome sin aire —Gracias por todo.— dije rápido haciendo una reverencia y saliendo del apartamento sin darle oportunidad que me detuviera.

—Naruko.— lo escuche llamarme pero ya había cerrado la puerta.

Mire al cielo intentando no llorar pero el panorama entero se veía bastante triste, las nubes cubrían completamente el cielo y no tardaría mucho en llover. Corri rápidamente hasta llegar al lago, me arrodillé en el pequeño puerto que había en el y sentí las pesadas gotas de lluvia cayendo sobre mi, pero más allá de eso aun sentía el pesar de un par de hermosos ojos color sangre.

Llore despacio un rato hasta que me di cuenta que debían ser tarde y Naruto probablemente estaría preocupado. Me puse de pie y me trague mis lagrimas caminando a casa.

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xoxo