Yuma estaba realmente nervioso y avergonzado. Pues su mejor amiga había tocado esa zona especial solo para saber si lo que dijo era verdad, descubriendo que, sin más ni menos, los hechos estaban ahí. No era que le molestara. Para nada. Pero eso le hizo sentir timidez, pues ahora parecía un extraño bajo el microscopio.
Mira por otro lado, una vez que considero que había sido suficiente agitación fue que con voz autoritaria los hizo callarse.
-¡Chicos basta ya! ¡Lo que hacen solo esta perjudicándolos a ambos!-Exclamo señalando a su hijo. Quien solo le miro como diciendo "¿De verdad?"
Kotori fue la primera en calmarse. Seguida de Cathy. Los varones siendo los más afectados, pues sus caras estaban pálidas y ligeramente sudorosas. Sus gargantas lastimadas por los gritos y sus uñas ya amenazaban con llegar solo a la cutícula de tantas veces que las mordieron. La bella Dama les miro detenidamente y suspirando fue que ayudo a esos chicos que la estaban pasando peor.
La peliverde junto a la chica gato solo se sentaron a cada lado del embarazado, contemplando a la nada. Era como si sus sueños hubiesen sido destrozados solo con saber eso. Yuma entonces dando un par de respiraciones fue que logro calmar sus nervios, y mirando a cada una de sus amigas, fue que les tomo de la mano, logrando llamar su atención.
-Kotori, Cathy... ¿Están bien?-Cuestiono claramente preocupado. Las mencionadas entonces le miraron. Expectantes. Como si viesen a alguien nuevo, pero al mismo tiempo no. Era extraño. Por no decir. Irreal. Pero... Ahí estaba. Su amigo de cabello negro y rosa esta justo delante de sus ojos. Con mirada preocupada y ropas distintas por su delicada situación.
Kotori y Cathy fue entonces que se miraron mutuamente. Preguntándose con la mirada que debían hacer. Basto solo un par de segundos para que ambas llegaran a una resolución. Y esta vez, con delicadeza, ambas abrazaron al embarazado. Mientras lágrimas salían de sus ojos.
-¡Yuma! ¡Felicidades! ¡Lo mereces amigo mío! ¡Lo mereces!-Exclamo Kotori entre hipeos.
-¡Es cierto Yuma! ¡Mereces eso y más! ¡Mereces ser feliz! ¡Yuma!-Imito Cathy.
De esta manera. Yuma supo que podía estar tranquilo. Pues sus reacciones les dejaba ver su aceptación y resignación. Pues no era sorpresa de nadie que aun dentro de ellas guardaban una esperanza vana de estar con él. Así que correspondiendo torpemente aquel incomodo abrazo, fue que les hizo saber lo feliz que estaba por ello.
-¡Gracias Kotori, Cathy! ¡Son las mejores amigas que he tenido!-Las mencionadas asintieron. Siguiendo derramando lágrimas por tal noticia. Mientras Mira, con mucho esfuerzo había logrado calmar a los varones. Los cuales ya se encontraban mejor. Aunque el color pálido seguía en sus rostros. Acercandose fue entonces que cada uno soltó unas palabras de confusión y felicitación.
-Yu-Yuma, Felicidades amigo...-Menciono Tetsuo aun afectado, logrando llamar la atención del mencionado y de las dos chicas.
-Sí... Felicidades Yuma...-Susurro Todoroki. Tratando de asimilar el escenario al frente de él.
-...Felicidades... Supongo... Ura~...-Hablo Tokunosuke antes de mirar de pronto al embarazado, dejando salir aquella duda que aquejaba a los varones- ¿Eso... Eso quiere decir que incluso nosotros corremos la misma suerte? Digo. ¿Nosotros también podemos...?-
-¿Qué? ¡No!-Interrumpió Yuma al ver por donde se dirigía su amigo- ¡Por supuesto que no! Esto solo es... Como un milagro entre yo y Astral... Ustedes no...-Un suspiro de los varones se escuchó de pronto, y entonces entendiendo por qué estaban tan mortificados, fue que les hizo señas para que se acercarán un poco más-Chicos... Será mejor que les expliqué ¿Cierto?
-¡Por favor!-Pidieron los tres al unísono. Ganándose una mirada divertida de aquella bella Dama que les miraba de manera cariñosa.
Cathy y Kotori dejaron de abrazar a su amigo para después limpiar sus lágrimas, queriendo estar atentas para lo que fuese que explicara Yuma. Y entonces, haciendo un circulo mucho más íntimo, fue que el embarazado comenzó a hablar. Los colores subiendo a su rostro. Sin notar como es que la cúpula encima de ellos comenzaba a agrietarse.
-.-.-.-
Cathy y Kotori miraban un poco avergonzadas a su amigo. Mientras los varones le pedían más y más explicaciones. Invadiendo sin querer la privacidad de Yuma. El cual de inmediato miro a su madre en busca de ayuda. Quien de inmediato entendió el mensaje.
-¡Chicos!-Llamo con suavidad Mira. Y sonriéndoles posando uno de sus dedos con delicadeza sobre sus labios fue que les menciono-Esas cosas no se preguntan...
Tetsuo. Tokunosuke y Todoroki miraron a la bella Dama. Y alcanzando a comprender el peso de sus propias acciones fue que rápidamente se disculparon con su amigo.
-Lo sentimos-Mencionaron al unísono. Yuma entonces pudo respirar. Y notando como el ambiente iba tornándose agradable, fue que hablo una vez más.
-Esta bien. Esta bien... Solo... Solo déjenlo así...-Murmuro un poco avergonzado.
-Entendido...-Hablo Tetsuo. Y mirando entonces a su amigo una vez más fue que con alegría exclamo- ¡Yuma! ¡En ese caso tendrás a un duelista muy fuerte!
-Oh. Es cierto- Apoyo Todoroki. Contento por caer en cuenta sobre ese pequeño gran detalle-¡Tú y Astral son excelentes duelistas. Fuertes y poderosos! ¡Puede ser un gran campeón a futuro!
-¡Eso es verdad! Puede ser alguien tan grande que incluso puede igualar a las leyendas del Duelo Ura~!-Exclamo de igual manera Tokunosuke. Sonriente. Imaginándose a un futuro probable ante sus ojos. ¡El podía ser su mánager! ¡Sí, esa sería una gran entrada para muchos beneficios!
Kathy y Kotori miraron a sus amigos. Y frunciendo su seño fue entonces que ambas tomaron la palabra.
-¡No los escuches Yuma! ¡Ni si quiera sabemos si será niño! Hn. Bien podría ser una bella y hermosa Duelista. ¿Te imaginas? Será la primera mujer en llegar hasta el campeonato invicta-Menciono orgullosa la peliverde. Mientras recibía un asentimiento de su rival.
-¡Es verdad! Aun no podemos dar las cosas por sentadas. Yuma no ha dicho si es niño o niña. Así que hay muchas posibilidades que sea una linda Duelista... De preferencia que le gusten los gatos...-Dijo Cathy, susurrando lo último.
Yuma les miro a cada una y después a sus amigos, solo para dejar salir unos segundos más tarde una sonora y linda carcajada. Su sonrisa siendo lo más bello que sus amigos habían visto. Los cuales al poco tiempo le siguieron, contagiándose de la buena energía de su amigo en espera.
La aceptación podía verse ahora en sus rostros. Y entonces aquellos amigos, asintiéndose de vez en vez, fue que posaron sus manos encima de las de Yuma. Mirándolo con determinación.
-¡Yuma! Siempre estaremos contigo. Felicidades por ese Duelista que tendrás-Menciono Tetsuo. Siendo seguido por Tokunosuke.
-Sí. Se feliz Yuma, estaremos aquí para ti, para Astral y para su hijo Ura~
-No te olvides que somos tus amigos ahora y siempre-Dijo Cathy regalándole una de sus mejores sonrisas.
-¡Yuma! Te queremos mucho. Y es por eso que te ayudaremos en lo que necesites. Siempre-Hablo Kotori. Imitando a su rival. Mostrando así su apoyo incondicional.
-¡En resumen! Estamos contigo Yuma-Termino Todoroki. Mientras los demás sonreían al embarazado. Quien dejo salir un par de lágrimas. Feliz y contento de saberse rodeado de personas tan valiosas.
-¡Chicos! ¡Digo lo mismo! Astral y Yo siempre les procuraremos. Estaremos cuando lo necesiten. Estoy agradecido con ustedes. Gracias...-Y eso fue la pauta para dar un cuidadoso abrazo grupal.
Mira les observaba un poco alejada. Sonriente de que todo saliera bien. Y tomando una última foto al momento fue que se acerco. Contenta de escuchar a tan lindos chicos apoyar a su hijo en esa travesía.
Un par de minutos fueron suficientes para los amigos. Los cuales comenzaron a buscar al rededor. Esperando encontrar al único que faltaba para el abrazo. Yuma lo noto de inmediato y sonriendo, fue que tomo la palabra.
-Astral se quedo en el Mundo Astral... No pudo venir ya que algo bastante bueno se atravesó... Pero les envía Saludos...
Los chicos entonces miraron de nuevo a su amigo. Y comprendiendo que ahora ellos eran importantes para aquel mundo fue que le dejaron ser. (Sabiendo esto por Kotori, quien se los dijo antes de que Yuma llegará a la Tierra). Y entonces queriendo pasar a lo siguiente en sus planes para festejar al embarazado, fue que le tendieron la mano. Listos para llevárselo a un buen restaurante cerca.
Yuma les miro. Estirando poco a poco su mano. Feliz de saberse apoyado y querido. Dejando de lado aquellos miedos que alguna vez le atormentaron. Y apenas rozando la mano de Kotori, fue que lo escucho. Un crujido lo suficientemente fuerte. Justo arriba de ellos.
Después de eso. Todo pareció ir en cámara lenta.
Su sonrisa se borro. Al igual que la de sus amigos. Su madre corrió tomándolo en brazos. Y con esfuerzo, le hizo moverse de ahí. Mientras escombros caían justo en el lugar donde antes estaba. Kotori y Cathy fueron protegidas por los varones. Los cuales recibieron el mayor daño de los escombros que botaron hacia ellos.
Las personas al rededor al mirar aquello, fue que comenzaron a correr en dirección a la salida. Donde sin saber. Estaba siendo bloqueada por un extraño campo de energía color rojo. Impidiéndoles el paso. Ocasionando reacciones violentas en las personas asustadas que deseaban salir. Las cuales comenzaron a golpear aquella extraña pared. Más sus intentos eran en vano. Pues ningún rasguño fue percibido después. Para su horror descubrieron que la barrera era inquebrantable. Gritos desesperados se escucharon en seguida.
Yuma noto entonces como es que distintos guardias se acercaban a él y a sus amigos. Los cuales ahora estaba levemente heridos y confundidos. Dirigió su mirada a la zona ahora descubierta. La cúpula había colapsado, y con ello el techo a su alrededor. Su cuerpo entonces se tenso. Y sintiendo como es que su madre seguía abrazándolo fue que la miro.
Su rostro siendo fruncido en un seño confundido y enojado. Mientras con insistencia movía una de sus piernas, la cual dejaba salir un poco de sangre. Un vidrio le había alcanzado. Yuma entro en pánico ante esto. Queriendo ayudar fue que le pregunto.
-¡Mamá! ¡¿Estas bien?! ¡Tenemos que parar la sangre!
Mira observo a su hijo. Y tratando de calmarlo negó con su cabeza. Dejándole momentáneamente de abrazar tomo con fuerza su vestido, arrancando un pedazo de tela. Atándolo con rapidez a la zona dañada.
-No... Esta bien Yuma. Estoy bien...-El mencionado le miro no muy convencido. Pero asintió. Confiando en ella.
Los guardias que se acercaban en su dirección por alguna razón comenzaron a detenerse hasta que simplemente colapsaron. Dejando salir un hilo de sangre por las comisuras de sus bocas. Alertando de esta manera a madre e hijo. Quienes se alejaron rápidamente, hasta que Yuma recordó a sus amigos.
-¡Espera! ¡Espera mamá! ¡Faltan los chicos! ¡¿Donde es que...?!-Estaba por voltear hasta que una voz gruesa y maliciosa se presento.
-¡Tsukumo Yuma! ¡De nada servirá que huyas de mí presencia! ¡Estas atrapado en este infierno conmigo!
Madre e hijo se detuvieron de golpe. Y girando sobre sus talones fue que le vieron. El antiguo Sr. Heartland estaba ahí. De pie sobre los escombros, orgulloso de sus acciones. Siendo custodiado por lo que Yuma pudo reconocer. Era un Caballero. Pues su cabello violeta y su piel roja, así cono la armadura que portaba, le gritaba que así era. Eso sumado al aura que dejaba ver. Tan oscura y densa.
Mira, en un intento de proteger a su hijo, se poso delante de él. Acaparando entonces la mirada del recién llegado. Quien de inmediato la reconoció.
-Mira... Tsukumo-Susurro. Bajo. Como si aquel nombre le quemara la garganta.
La mencionada en ningún momento flaqueo. O se dejo impresionar, pues así como él, ella reconoció al incauto que se atrevía a dañar a su hijo y nieto. Más apretando sus labios y frunciendo aun más su seño, fue que le reto.
-¡Imbécil! ¡No lograrás nada! ¡¿Me escuchaste?!-Exclamo. Siguiendo con su postura.
Hatorando entonces le miro con detenimiento. Antes de que sus ojos fuesen ocultos por sus lentes. Y dejando salir una carcajada siniestra fue que volvió a hablar.
-¿De qué estas hablando? Una bella Dama como tu no debe estar aquí... Protegiendo a un fenómeno... ¿Sabes qué? Te haré un favor-Menciono mientras chasqueaba sus dedos. Haciendo que el Caballero detrás se abalanzara en contra de la bella Dama. Quien solo abrió sus ojos ante lo que venía.
El filo de una espada se escucho después, y entonces esperando el golpe, fue que Mira cerro sus ojos. De esta manera ignorando como es que se hijo se interponía entre ella y el ataque. Kotori y los demás vieron esto con horror. Y gritando a su amigo fue que comenzaron a correr en su dirección. Lamentándose estar demasiado lejos.
No podían alcanzarle a tiempo.
Mira escucho esto y volviendo a abrir sus ojos, fue que con horror noto como es que su pequeño era atravesado en el pecho con una filosa espada larga. Sus manos de inmediato subieron a su boca, conteniendo un grito de horror.
-¡Yuma!-Fue lo único que escuchó la bella Dama antes de que su hijo cayera al suelo. Sus ojos abiertos y su boca en una expresión temerosa.
Aquel Caballero observando como su orden fue cumplida, fue que con brusquedad saco aquella espada del pecho de su victima. La cual ahora estaba siendo acunado por su madre. Quien lloraba desconsolada.
-¡Yuma! ¡Yuma! ¡Resiste Yuma! ¡Yuma!
Aquellos amigos que venían corriendo a lo lejos se detuvieron por un instante al ver tal escena. Preguntándose con enojo, ¿Cómo? ¿Cómo era posible que después de una gran noticia ahora pasaba una tragedia? ¿Cómo maldición? ¡¿Cómo?!
Mira tomaba a su hijo en sus brazos. Y queriendo ayudar a curar la herida fue que miro en la zona antes cortada. Notando un hecho sin precedentes. Pues no había herida. No había sangre. No había siquiera una rasgadura en la ropa. ¿Qué estaba pasando?
El Caballero noto esto. Y frunciendo su seño fue que volvió a alzar la espada en contra de sus víctimas. Queriendo dar el segundo golpe, acercandose fue que algo más le detuvo. Pues ahora un látigo le sostenía sus manos, mientras una naginata blanca le cortaba el camino a su espada. Girando un poco su vista pudo notar entonces a dos fieros Guerreros que le estorbaban.
Un bella Ángel y un Doppelganger entraban a escena. Los cuales jalaron de inmediato sus armas. Alejando con brusquedad aquel Guerrero. Quien salió volando hasta toparse con los escombros. Sacudiéndose fue que retomo su postura, plantándose al frente de su Amo. Quien observaba esto con molestia.
-¡Ja! Debí suponer que tenías más cartas bajo la manga estúpido mocoso... Pero esta bien, por que yo también tengo las mías...-Menciono con arrogancia. Dando a su Caballero aun más habilidades, que solo aumentaron su poder. Aquella aura que le rodeaba haciéndose aun más grande.
Los Guerreros al ver esto, no dudaron en dejar salir su propia aura, alzando sus armas esperando cualquier movimiento para comenzar a atacar. El Caballero por su parte, una vez que recibió aquellos bugs. Fue entonces que mirándolos con furia, se abalanzo en contra de sus rivales. Ocasionando un choque de metales y energías. Las cuales hicieron el lugar temblar. Vidrios siendo rotos, así como decoraciones que estaban demasiado cerca.
Gritos más se escucharon. Las personas aun trataban de alejarse de todo aquello. Buscando refugio en alguna tienda. Mientras aquellos amigos fueron brutalmente lanzados contra una pared cercana como consecuencia. Aturdiéndolos.
Mira se abalanzo contra su hijo. Tratando de protegerlo con su cuerpo. Ocasionando que varios cristales y concreto le lastimaran severamente en la piel expuesta. Haciéndola sangrar un poco. Hasta que aquella batalla entre Guerreros y Caballeros se alejo un poco más.
Yuma después de salir de su shock inicial, fue que sus ojos retomaron su brillo y su preocupación. Y tomando a su madre en brazos fue que le hizo saber que estaba despierto y a salvo. Mira le observo, y con lágrimas en los ojos no dudo en preguntar.
-¿Estas bien? ¡Yuma! ¡Por favor dime que estas bien!- El mencionado entonces asintió. Y sonriéndole para tratar de tranquilizarla fue que la hizo levantarse un poco. Ambos quedando sentados en el suelo de manera incomoda.
-Estoy bien mamá. Estoy bien. Mírame. Por favor...-Pido Yuma al ver a su madre buscar alguna herida más en su cuerpo. La bella Dama entonces hizo lo pedido. Y notando la sonrisa de su hijo, fue que se calmó momentáneamente. Abrazándolo fue que le hizo saber su preocupación.
-¡Yuma no vuelvas a hacer eso! Creí... Creí que...-Fue bajando su voz hasta ser solo un murmullo. El embarazado correspondió el abrazo. Más recordando cómo es que funcionaba aquella protección fue que la preocupación y la angustia volvieron a él una vez más.
-Mamá debemos salir de aquí. ¡Debemos irnos mamá!-Exclamo alterado. Llamando la atención de la bella Dama. Quien le tomo de sus hombros para que se tranquilizara.
-¡Calma Yuma! ¿Qué esta pasando? Dime por favor...
-Astral...-Menciono de pronto- Astral... La protección de Astral esta activa... Todo lo que intente dañarme ira a él. Todo. Incluyendo el ataque con la espada...-Una lágrima bajo por su mejilla y mirando a su madre exclamó- ¡Astral esta herido! ¡Mamá! ¡Mamá debemos...!-
-¡Oh! ¡Maravillosa noticia has dicho Yuma Tsukumo!- Hatorando interrumpió aquel momento. Provocando que madre e hijo le miraran con horror- Así que si deseo matar a Astral... Solo debo atacarte cuantas veces pueda ¿No?
Yuma sintió un escalofrío recorrer su espalda. Y entonces tomando a su madre de manera brusca fue que comenzó a correr lejos. Tratando de alejarse.
-¡No importa cuanto corras Yuma! ¡Te encontraré y los mataré a los tres! ¡Tú, Mira y Astral perecerán bajo mi mano!-Menciono con regocijo el antiguo Sr. Heartland. Comenzando a correr tras sus víctimas, más de pronto ahora su cara estaba por estrellarse contra el piso. Y soltando un sonoro grito fue que hizo voltear a madre e hijo. Los cuales se toparon con la mejor escena que alguna vez vieron, pues Kaito había llegado triunfante con más refuerzos. Aterrizando con violencia encima de su perseguidor.
-¿Por que mejor no te metes con alguien de tu calibre? ¿He? Maldito idiota-Menciono el cazador volviendo a patear la cabeza de su ahora rival y obstáculo a vencer.
Un par de helicópteros fueron suficientes para sacar a Kotori y los demás, mientras las personas al rededor comenzaban a salir esperanzados. Yuma daba las gracias a su amigo con la mirada al igual que la bella Dama. E intentándose acercar fue entonces que todo volvió a tomar un giro caótico.
Kaito sintió como le tomaron con fuerza de su tobillo. Y levantándolo fue que lo arrojaron de nuevo al suelo. Se descuido. Y ese fue su error. Pues ahora Hatorando lo tomaba con su forma Varian. Una forma parecida a un insecto. Un aura oscura le rodeaba así como una espantosa sonrisa.
-¡Kaito!-Exclamo Yuma al ver a su amigo ser dañado. Más contra todo pronóstico, Kaito pudo zafarse a tiempo antes de ser arrojado a una de las paredes tambaleantes a su alrededor. Y mirando con furia a su contrincante fue que llamo a su mejor carta insignia. Un poderoso dragón de ojos brillantes apareciendo casi de la nada. Con un fuerte rugido que hizo temblar el lugar.
-Hn... ¿Esa es tu mejor respuesta Kaito?-Cuestiono el antiguo Sr. Heartland con clara burla antes de estirar sus brazos a manera de triunfo- ¡Pues bien! ¡Qué esta es la mía!- De esta manera haciendo sobresaltar al cazador. Pues, ¿Cuantas trampas tenía el muy maldito?
Yuma y su madre solo se acercaron con cuidado al cazador. Y siendo protegidos por el mismo, fue que esperaron expectantes el momento para poder salir lo más rápido posible.
-Kaito... ¿Estas bien?-Preguntó Mira al chico levemente herido. Quien al verle solo le sonrió.
-Sí. No se preocupe. He pasado por peores momentos... Yo-
Fue interrumpido por un leve zumbido. El cual paso a ser realmente fuerte. Provocando un temblor con bastante magnitud en el lugar. Las paredes comenzaban a tambalearse, los estantes en las tiendas a caerse y cientos de cosas a moverse. Todo ante la sonrisa siniestra del causante de esto. Hatorando.
-¡Jajajaja! ¿Qué es más importante para ti Kaito? ¿Qué es lo que mas aprecias Yuma? ¡Veámoslo a continuación! ¡Jajajajaja!-Exclamo dejándose envolver en un aura mucho más densa y oscura. Activando los aretes protectores de Yuma, los cuales dejaron salir su propia aura, envolviéndolo al momento.
Kaito y Mira colocaron sus brazos tratando de defenderse. Mientras gritos agónicos se escuchaban lejos de ellos. Pues había personas que ya habían sido lastimadas por los escombros que caían sobre ellos. Otras habían entrado en un ataque de pánico y muchos otros trataban de alejarse de ese lugar, siendo brutalmente detenidos por la extraña barrera que seguía en pie. El ambiente era desgarrador. Más Kaito estaba acostumbrado a lidiar con algo como esto. Y entonces parándose con determinación fue que tomo su comunicador, analizando que la única salida. Era por arriba.
Justo por donde él entro.
-¡¿Qué estupideces dices maldito loco?!- Exclamo a su contrincante, quien ya se estaba perdiendo en tanto poder, y girando su vista, observo a su amigo- ¡Yuma!-Llamo con exigencia- Necesitamos que tus Guerreros no estén peleando cerca de la única salida que tenemos-Señalo al lugar indicado, dando a entender con esas palabras lo que quería hacer. El mencionado asintió con seriedad.
-Entiendo... ¡Ema! ¡Hayato! ¡Alejen la pelea al centro del lugar!-Los nombrados giraron momentáneamente sus cabezas y asintiendo. Ema tomo a su contrincante con su látigo. Lastimándolo en el proceso, y queriéndolo azotar contra el suelo, Hayato se abalanzo también junto al Caballero. De esta manera alejándose de aquella única entrada y salida. Haciendo un gran cráter en el suelo.
-Bien- Exclamo Kaito antes de tomar su comunicador entre sus manos- ¡Saquen a todos de aquí! ¡Tomen los helicópteros que hagan falta! ¡Muévanse! ¡Ya! ¡Ya! ¡Ya!
Ordeno. Y de pronto al menos otros cinco helicópteros aparecieron, en donde comenzaron a bajar aun más soldados envueltos en negro. Y apoyando a los que ya estaban en el lugar. Fue que comenzaron a evacuar a la gente que estaba más cerca o en peligro. Comenzando a ganar terreno ante el panorama desolador.
-¡Vamos! ¡Orbital!-Llamo Kaito una vez más. Y notando como un par de alas hechas de metal se acercaban a él, fue que tomo a Yuma y a Mira entre sus brazos. Alzándolos sin mucho problema- ¡Andando! ¡Salgamos de aquí!
Madre e hijo se vieron sorprendidos. Más al ver a ese chico tratando de protegerlos con todo lo que tenía, fue que se permitieron sonreír. Tomándolo levemente de su cuello. Mientras aquellas alas llegaban a pegarse a la espalda del cazador. Ayudándolo a alzar en vuelo. Lejos de su contrincante y causante de tanto caos.
Yuma entonces vio como las personas inocentes involucradas comenzaban a ser menos en el lugar. Y sintiéndose apenas un poco aliviado. Fue que de pronto lo escucho una vez más.
-¡Tsukumo Yuma! ¡Si no vienes haré que los involucrados mueran de inmediato!-Aquellas palabras siendo una condena para todos. Pues de la nada. Un Caballero más salía de entre las sombras. Uno femenino. Su armadura cubriéndole con destreza mientras una sonrisa oscura adornaba sus labios. Ella era la causante de la barrera y los anteriores colapsos.
-¿Qué?-Fue lo único que pudo soltar Kaito antes de comenzar a sentirse mal. Al igual que Mira. Los cuales iban perdiendo poco a poco el color natural de su piel. Siendo el único intacto el embarazado. Quien de inmediato noto como es que todas las demás personas iniciaban a colapsar. ¿Qué estaba pasando?
Kaito entonces con toda la voluntad que pudo, fue que llamo a su carta insignia. El cual rugió antes de volar hasta él. Atrapándolos a tiempo. Pues madre y cazador habían perdido ante la extraña habilidad de la Caballero. Yuma les tomo. Mientras Orbital volvía a su forma original. Colocando entonces los primeros auxilios al par colapsado. Dando rápidamente un diagnóstico.
-Están envenenados... ¡Ese monstruo esta envenenando a todos!
-¡¿Qué dices?!-Soltó de pronto Yuma. Angustiándose ante tal noticia. Entendiendo el alcance de las palabras del antiguo Sr. Heartland.
Esto estaba empeorando con creces. El menor entonces observo a su alrededor. Los soldados comenzando a caer, al igual que civiles, su madre y amigo siendo rápidamente atendidos por las configuraciones mecánicas de Orbital 7. Sus Guerreros ahora dividendose para atacar a sus enemigos. Los cuales podían hacerles frente sin demasiado problema. Sus rostros cansados y heridas infligidas por lo intensa de la batalla. Y por último el antiguo Sr. Heartland riendo como un loco desquiciado.
Un par de lágrimas bajaron por sus mejillas. La impotencia de saber que todo esto era más por su causa... Se sentía solo. Si tan solo Astral estuviese ahí. Astral... Esperen un momento. Si él no estaba siendo afectado por el veneno. ¿Entonces? Que él supiese solo los aretes le protegían de auras malignas o energías que podían dañar a su bebé y a él. No contra otros ataques. Y si eso era así... Sus ojos se abrieron de golpe. ¡Astral estaba recibiendo todo aquello!
Sus manos se posaron en su boca. La cual dejaba salir sollozos. ¿Por qué nunca encontraban tranquilidad? ¿Por qué siempre tenían que sufrir de esa manera? ¿Por qué?... Tenía que hacer algo al respecto. Tenía que... Tenía que moverse. ¡Debía recordar quien era y que representaba para muchos! ¡Su bebé y su amado dependían de lo que fuese hacer! ¡Era ahora o nunca!
Limpió sus lágrimas con brusquedad. Y ordenándole a Orbital 7 que siguiera cuidando a su madre y a su amigo, fue que se lanzo sin miramientos a la batalla. Si el Sr. Heartland quería jugar sucio. El también podía hacerlo. Sus ojos mostrando una increíble determinación.
Una luz intensa comenzó a brillar. Lastimando a Hatorando y secuaces. Sanando a todos los presentes. Mientras Yuma bajaba al suelo con lentitud. Un bello cetro de color blanco y hermosas joyas incrustadas siendo el causante de todo aquello. El cual culminaba en un diseño de un par de alas extendidas en la punta. Dejando ver una extraña carta que se dividía y se volvía a juntar casi en un ciclo sin fin. Sus ropas siendo cambiadas por un par de túnicas blancas y largas las cuales eran adornadas con símbolos en oro y plata. Yuma ahora era lo más parecido a un Dios en toda regla. Más sabiendo que aquel uso de su cetro estaba más que prohibido. Una vez que termino de sanar a todos fue que lo hizo desaparecer de sus manos. Volviendo a portar sus antiguas ropas.
El par de Guerreros al notar esto, no dudaron en aprovechar a atacar a sus contrincantes debilitados. Los cuales cayeron al suelo. Siendo la Caballero la primera. Negando de esta manera su extraña habilidad. Liberando aquel lugar.
Los soldados que notaron esto. De inmediato evacuaron a los rezagados. Yéndose ellos también. Mientras el dragón de su amigo rugía con fuerza, llevándose a su Amo y a su madre que recién despertaban. Quedando solo en el lugar él, sus Guerreros y sus rivales.
Hatorando al ver como su plan comenzaba a fracasar. Fue entonces que volvió a tomar cartas en el asunto. Sacando una más, la cual fue absorbida por el mismo. Dándole un aspecto desagradable. Los aretes de Yuma brillaron con más fuerza. Protegiéndolo del aura que emanaba aquel ser.
-¡No! ¡No dejare que mi plan falle! ¡No otra vez! ¡No sabes cuanto he sufrido por esto! ¡Así que no dejare que te salgas con la tuya! ¡Tsukumo Yuma!
Los Guerreros se posaron delante de su Reina con valentía. Más fueron arrojados con fuerza hacia los lados. Provocando que el edificio comenzara a colapsar. Y entre tantos escombros que caían, Kaito y Mira notaron como un espantosa aura oscura comenzaba a envolver a Yuma. Tomándolo de rehén. Forzándolo a pasar un extraño portal que se abrió debajo de sus pies.
El embarazado noto esto. Y viendo como los aretes de su amado tomaban más fuerza para protegerlo. Hizo lo primero que Astral amablemente le enseñó si esto alguna vez pasaba. Con esfuerzo junto sus manos, y con sus dedos, hizo un extraña cruz. Haciendo que un aura de color azul le rodeara. Mientras Hatorando enojado terminaba de arrastrarlo por aquel portal.
-¡¿Qué estas haciendo?! ¡¿QUÉ ESTAS HACIÉNDO?! ¡TSUKUMO YUMA!
El mencionado entonces sonrió. Y con fuertes palabras le encaro.
-¡Adelantando tu final maldito idiota! ¡Astral! ¡Lo demás depende de ti cariño!-Exclamo. Mirando el cielo. Siendo envuelto por el aura azul y por último el aura oscura. Haciéndolo desaparecer junto a Hatorando.
Haciendo el lugar colapsar. Ante la horrorizada mirada de Kaito y Mira. Quienes no pudieron llegar a tiempo para rescatarlo. Sin notar como es que un Doppelganger escurridizo, se trasformo en luz. Uniéndose de esta manera a su Reina. Dejando atrás a la Ángel. La cual miraba esto con angustia. ¡Estaba pasando! ¡Su pasado estaba repitiéndose!
-.-.-.-.-
Astral después de exclamar aquello a los demás Varians y a sus acompañantes noto con horror como su pecho iba llenándose de sangre. La cual era absorbida por su ropa. Shark de inmediato fue en su ayuda, siendo seguido por sus Emperadores.
-¡¿Qué esta pasando?! ¡Astral estas herido! ¡Astral!-Exclamo aquel Rey Varian mientras ayudaba a su amigo a hincarse en el suelo. Siendo ayudado por III.
-Es-Esto es...-
-¡Déjame curarte!-Menciono con angustia Durbe mientras se acercaba al peliblanco. Alzando su mano, la cual era cubierta por un aura dorada. Más Astral le tomo fuertemente de la misma, negándole con su cabeza.
-No. Por favor no...
-¡¿De qué diablos hablas?! ¡Estas herido maldición!-Exclamo de nueva cuenta Shark al ver la negativa de su amigo. Quien con esfuerzo le miro con seriedad. Aguantando el dolor.
-¡No! Es-Esto es un hechizo de protección... ¡Estas heridas son originalmente para Yuma! ¡Si me curas harás que regresen a él!
-¡¿Qué?!-Dijo Vector acercandose a su rival. Al cual de inmediato tomo en brazos. Llevándolo fuera de aquella sala ante la mirada sorprendida y angustiada de los presentes- ¡En ese caso no te rindas! ¡Sí te rindes voy a matarte! ¡¿Me escuchaste?!
Astral entonces se permitió sonreír ante el apoyo de su rival. Y asintiendo fue que hablo.
-Como si esto me fuese a matar... Yuma esta en peligro. Debemos ir a ayudarle...
-¡Lo sé! ¡Maldición! ¡Lo sé!... Pero se que no lo lograré sin ti... Te sabes muchos trucos que pueden ayudarnos. Así que ayúdate primero a ti mismo, que nosotros haremos lo que nos toca...
El peliblanco sonrió, antes de comenzar a toser de manera mucho mas sonora. Dejando salir mucha más sangre que antes. Haciendo que Vector diera zancadas más largas. Dirigiéndose al ala medica del Palacio, siendo seguido de cerca por III, Byron y los demás Varians. Que miraban la escena con angustia.
Esto aún no terminaba...
