Él es Poseidón.
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RinMakoto. Sabiendo como es Tsubasa, era más que obvio que no dejaría solo a Kudo y sí, sufrirán ya que la sangre de Piscis al inicio es un dolor inenarrable y ahora, la Guerra Santa inicia.
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El Redentor 777. Por el momento Hibiki querrá obtener su venganza y con lo de Tsubasa y Kudo, créeme, es algo difícil al inicio, pero luego se entiende. No te preocupes, apenas hace 2 años empecé a ver Caballeros del Zodiaco por lo que hay muchas cosas que no sé aun, amigo, empecé a ver anime hasta que estaba en penúltimo año de la secundaria. Lo de la sangre de Piscis es que ambos harán su sangre venenosa, con una sola gota podría matar a una persona con solo tocarle la piel. Bueno, con el pasar del tiempo seguiré explicándolo.
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Sin más, comencemos…
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La batalla daría inicio, pero el problema era que debían ir al templo submarino, pero no podían saber cómo llegar ahí.
Llegando a la Academia Kogetsu, estos entraron sin darse cuenta de que no había nadie, pero de igual forma, pensaron que podían encontrar algún portal en la escuela.
- ¿Están seguras de que podemos entrar aquí? – preguntó Hibiki al lado de las otras 9 Saintias.
- Podemos hacerlo, si es por el bien de la humanidad lo haremos, de suerte no había nadie dentro, así que no nos meteremos en problemas.
- Está bien – con eso, recorrieron el sitio hasta dar con la sala del Consejo Estudiantil en la que estuvieron días antes, por lo que, al llegar, miraron que estaba cerrada, pero esto no era nada para ellas ya que, sin problemas, abrieron la puerta.
- ¿Hay algo? – todos buscaron dentro si había una puerta o algo, pero no había nada, no podían sentir la presencia de algún portal al templo de Poseidón.
- No, nada.
- Jajajaja.
- ¿Y esa risa?
- ¿Creen que las dejaríamos pasar así de fácil? – exclamó la voz la cual parecía ser Tsubaki Kousaka hablándoles desde otro sitio.
- ¿Kousaka-san?
- ¡Oye, si querías batalla aquí estamos! – exclamó Yoshimi - ¡ven y muestra la cara!
- No las dejaría pasar tan fácilmente – río la rubia aun hablando – a ver si encuentran el camino a los imperios de nuestro Emperador Poseidón. Aunque para no ser mala, les daré una pista.
- ¡Habla!
- El mar es la respuesta, no hay ningún portal en la Academia para el cual puedan acceder, el mar es un portal, pero dudo que puedan usarlo, así que, solo disfruten viendo como la Tierra se inunda poco a poco.
- ¡Maldita!
- ¿Qué hacemos? – preguntó Tomoe bastante preocupada.
- El mar es el portal – susurró Nozaki recordando las palabras de la rubia de Kogetsu - ¿no se refiere a que debemos ingresar al mundo de Poseidón a través del mar?
- Es lo más probable Nozaki-san – dijo Kurashiki – la pregunta es, ¿Cómo?
- No pudimos bucear hasta el fondo, no sabemos dónde está ubicado en sí el Templo Submarino.
- ¿Y si se pudiera crear el portal en el mar? – preguntó Akane a lo que las demás se le quedaron viendo.
- ¿Crear el portal en el mar?
- Pues no es mala idea – dijo Hibiki – creo que, si mal no recuerdo, escuché que los Caballeros anteriores ingresaron a los dominios de Poseidón en las aguas de Asgard, por lo que, si vamos al mar más cercano, podríamos a lo mejor crear un portal que vaya hacia allá.
- No es mala idea Inoue – dijo Shinonome – según la memoria de Seiya de Pegaso, pasó eso mismo, pero ellos pudieron ir porque se decía que en Asgard había un portal directo a los terrenos de Poseidón, pero puede funcionar ya que si tratamos de ir a Asgard nos tomaría unos 3 días y no tenemos tanto tiempo.
- Entonces, debemos ir al mar más cercano y con eso, crear el portal que nos lleve al templo.
- Necesitaremos a Alférez-san, Ramón-san y Fábregas-san para esto – dijo Nomi y con eso, el grupo se fue de la Academia mientras que volvían a Satogahama, esto más para poder decir sobre la situación.
De suerte, los 3 latinos se hallaban afuera entrenando un poco, por lo que cuando volvieron, explicaron la situación.
- ¿A eso van? Ya me imaginaba que no jugarían limpio.
- Que se puede esperar de gente como ella Rafael – dijo Ramón – después de todo, ¿Cómo podemos hacer que ellos ingresen a ese mundo?
- No tengo idea – dijo Joan – yo solo puedo transportarme hacia la colina del Yomotsu o a la entrada del Inframundo, pero no a otros reinos.
- Aguarden – todos miraron al peli negro el cual se quedaba pensativo por un momento – si mal no recuerdo, según cuentan, el mar es un portal, entonces, si usamos cosmos en él, podríamos crear uno al Templo submarino.
- Puede servir Alférez-san – dijo la Saintia de Fénix – pero la cosa es… ¿funcionará?
- Nos arriesgamos a eso – dijo Joan – pero puede funcionar si lo probamos.
- Solo nos queda llegar al mar – dijo el hondureño - ¡Daisuke!
- ¡Voy! – exclamó el peli rosa llegando rápidamente al sitio - ¿no se supone que ya se habían ido? ¡¿No me digan que perdieron?!
- No seas idiota – el peli azul le dio un golpe detrás de la cabeza – necesitamos que nos lleves hacia el mar.
- ¿Al mar? ¿A cuál?
- Que sea a las costas del Océano Pacifico – con eso, el peli rosa asintió y levantando las manos llevó a todo el grupo de inmediato a las costas de Japón las cuales eran bañadas por el Océano Pacifico.
- ¿Cómo fue que llegamos rápidamente? – preguntó Aoi.
- Daisuke puede usar el poder de la transportación hacia donde quiera, no solo puede hacer hacia el Yomotsu – explicó el hondureño y el Caballero de Cáncer solo se infló el pecho con orgullo.
- Para ser pervertido, eres útil.
- ¿E-Eso fue un halago?
- El mar está horrible – dijo Rafael mirando como existían olas grandes con mucho viento y a eso se le sumaban las lluvias.
- ¡Una gran ola! – exclamó Akane mirando una enorme masa de agua la cual se acercaba a la costa.
- Déjenmelo a mí – Joan solo miró de reojo a la ola, tomó algo de aire y sin más, gritó - ¡Detente maldita ola!
- ¿Qué fue eso? – preguntó Tomoe y se quedó callada cuando miró como el grito del mexicano castaño fue directo al gran cuerpo de agua el cual se desintegró - ¿Q-Que?
- ¿Destruiste la ola solo con tu voz?
- Concentré mi cosmos en el grito y eso hizo que la ola se desintegrara, así de fácil es.
- Volviendo al asunto, creo que se me ocurre alguna idea – todos miraron a Rafael el cual seguía pensativo - ¿Por qué no hacemos eso mismo?
- ¿Qué cosa?
- Lo del grito.
- ¿Vamos a gritar?
- Es solo una idea que se me ocurre – dijo el peli negro – si gritamos concentrando nuestros cosmos en nuestros gritos, podríamos abrir alguna grieta que los lleve al templo de Poseidón.
- Hagámoslo entonces.
- Bien – con eso, los chicos se pusieron a cargar cosmos mientras que las Saintias y Hibiki solo miraban.
- ¿G-Gritarán con fuerza usando sus cosmos?
- Eso parece.
- ¿Listos? – preguntó Rafael ya teniendo bastante aire en los pulmones al igual que Ramón y Joan y sin más, soltaron todo lo que tenían.
- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhh! – un fuerte grito triple se escuchó mientras que a Rafael lo envolvía un aura blanca, a Ramón solo se transformaba con su vestimenta shinobi y Joan adoptaba su apariencia de Súper Guerrero.
- ¿Q-Que cosmos es este? – exclamó Shinonome mientras solo veía a los 3 chicos elevar más sus cosmos, aunque eso no fue lo más impresionante ya que se miró como el grito de los 3 hacia que una parte del mar brillara y con eso, se formó un pequeño remolino en la superficie del mar.
- Eso es…
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Templo Submarino.
- ¿Puedes sentir eso? – preguntó Yuko mirando a Tsubaki la cual solo frunció el ceño mientras tenía una paleta en la boca.
- Maldición, no debí decirles sobre el mar, pero pensé que no tendrían el poder suficiente para poder abrir un portal en el mar.
- Se supone que solo los dioses tienen el poder para abrir un portal a los imperios de nuestro Emperador Poseidón.
- Esto es extraño – decía la rubia – a poco…
- ¿A poco?
- Creo que esos 2 intervinieron en esta batalla – Tsubaki se cruzó en su mente la imagen de Ramón y Joan ya que los recordaba porque según los demás, ellos eran los más poderosos – también fueron ellos los que lanzaron esa energía, realmente son peligrosos.
- ¿Crees que esos dos puedan darnos problemas si intervienen?
- No lo harán, somos más fuertes que ellos, así que estaremos bien Katou.
- Suenas confiada Kousaka-san.
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De vuelta en la superficie…
- ¿Abrieron el portal? – exclamó Akane mientras veía un pequeño remolino luminoso en la superficie de la playa.
- ¡Ahora, entren!
- ¡S-Sí! – exclamó Nomi - ¡ahora, entremos!
- ¡Por Athena! – sin más, los 10 guerreros entraron al remolino, el cual los guiaría a su enfrentamiento directo con el ejército marino, pero durante el trayecto, todos se separaron debido al efecto del mismo remolino, siendo mandados hacia todos lados del océano.
De eso, pasaría 1 hora hasta que se dieran cuenta de donde estaban ya que el viaje los dejó algo atontados.
El reino submarino tenía la peculiaridad de tener el mar en el cielo, como si esta fuera este mismo, aparte de que todo el sitio poseía oxígeno respirable a pesar de estar técnicamente bajo el agua.
Como se dijo, los 10 que fueron a batallar fueron enviados a distintos lugares del mar por la fuerza del remolino, por lo que estaban divididos.
Hibiki y Tomoe habían quedado juntos en alguna parte del océano, aunque no entendían que había pasado.
- ¿E-Esto es el fondo del mar? – preguntó el peli humo mientras veía sus alrededores y solo veía que estaban sobre lo que parecía ser arena marina, aparte de que todo el lugar tenía rocas con corales y algas.
- Había escuchado sobre este sitio, incluso me imaginé que sería de otra forma – Tomoe fue la que siguió – es sorprendente.
- ¿Por qué es que podemos respirar bajo el agua? – preguntó el chico.
- El agua es respirable, no entiendo porque, pero esto nos dará más ventaja.
- No te confíes Inoue-san, puede pasar cualquier cosa – dijo la peli negra y sin más, los dos solo se dirigieron mirando todo a su alrededor.
- ¿Hacia dónde debemos ir?
- Ni idea, pero creo que solo deberíamos seguir nuestro instinto.
- A lo mejor y…
- ¡Cuidado! – con eso, ambos solo esquivaron un ataque que había ido hacia ellos, cosa que los tomó por sorpresa y sin más, procedieron a ver hacia todos lados para ver de dónde venía el ataque.
- ¿Quién fue el que hizo eso?
- No sentí su cosmos hasta que estuvo cerca – exclamó la Saintia – no sé de donde salió.
- Kawakita-san – Hibiki presenció cómo venían varios soldados rasos los cuales eran el eslabón más bajo dentro del bando del ejército de Poseidón – vienen varios de los mismos que acabó Joan el otro día.
- Dijo Alférez-Senpai que también se encontró con varios de estos cuando fue a defender a su novia, aunque creo que eran más bien tritones – la peli negra miró como venían varios de estos – Inoue-san, mantente alejado de esto ya que puede ser peligroso.
- No Kawakita-san, me quedaré a batallar como un Caballero, esa fue la principal razón por la que vine.
- Se ven fuertes Inoue-san, no te recomiendo que lo hagas.
- ¡Cuidado! – el peli humo miró como una lanza de estos tipos iba directo a la Saintia, aunque esta no se inmutó y solo la tomó sin esfuerzo – guau.
- Es de cobardes atacar por la espalda y más usando armas – la Saintia de Osa Menor miraba al responsable de lanzarle eso – si vamos a pelear que sea a puño limpio.
- Vaya, vaya, parece que esta chica es muy interesante – dijo uno de ellos – y el chico es tan cobarde como para que una mujer lo defienda.
- ¡Cierra el pico!
- ¿O qué? ¿Le vas a decir a tu perra de caza que te proteja? – la provocación del soldado no le gustó mucho a Hibiki el cual se estaba conteniendo para darle su merecido, pero este se trataba de contener.
- ¿Perra de caza? Para tu información no soy nada de eso, pero si quieres pelear – Tomoe se puso en pose de combate – entonces hagámoslo.
- ¡Ataquen a esa ateniense! – exclamó el soldado raso y sin más, varios se lanzaron hacia los dos chicos. Tomoe como era más especializada en combate, esta solo se enfrentó a muchos los cuales no podían contra la Saintia.
- ¡Maten a ese insecto! – varios de los soldados se dirigieron al peli humo el cual solo tragó algo de saliva, pero recordó su entrenamiento y solo se puso a tratar el poder del cosmos en su interior.
- El cosmos… recorre mi cuerpo… y eso me hace… ¡fuerte! – la energía dentro de Hibiki explotó y eso lo hizo ganar más fuerza y se puso a batallar con los soldados, derribando varios en el proceso – guau.
- ¿Q-Que demonios pasó aquí?
- Inoue-san – Tomoe se impresionó por esto, pero esta solo siguió batallando con varios más de los soldados rasos mientras que el de ojos azules también lo hacía del mismo modo.
Unos minutos después, varios de estos se estaban empezando a retirar por temor a caer derrotados ante el poder de los dos guerreros atenienses, sin embargo, la peli negra no se las dejaría tan fácilmente.
- ¡Puño Polar de las 7 Estrellas! – exclamó Tomoe mandando varias estrellas fugaces las cuales impactaron en varios soldados de Poseidón los cuales no pudieron resistir los ataques de la chica.
- ¡Tomen esto! – Hibiki a puro golpe limpio derribó a varios de los soldados rasos los cuales se impresionaban de que tuviera bastante fuerza.
- ¿C-Como es posible?
- Me subestimaron por débil, pero ahora les callaré malditos caras de bacalaos – con eso, el peli humo estuvo masacrando a varios soldados hasta que parecía que no habían quedado más.
- Parece que acabamos con todos – dijo Tomoe mirando a su alrededor.
- Creo que sí, mejor sigamos hacia allá.
- Sí – cuando solo daban unos pasos, estos se detuvieron al sentir los pasos de alguien y más cuando su cosmos se sintió acercándose a ellos - ¿Quién anda allí?
- Así que ustedes son los que han derrotado a todos esos soldados rasos – una figura iba apareciendo frente a los chicos los cuales solo se pusieron en pose de combate.
- Responde, ¡¿Quién eres?!
- Esa no es forma de hablarle a alguien que está en la elite del ejército de nuestro Emperador Poseidón – se seguía escuchando la voz - ¿no es así, basura ateniense?
- Preséntate ahora.
- Qué más da – con eso, los dos miraron como por encima de una gran roca se asomaba una figura la cual vestía una vestimenta de color naranja, aunque con algunos retoques de color dorado en ellos. Su Armadura era distinta a las de los Caballeros de Athena. Esta cubría casi todo el cuerpo de la persona con grandes hombreras, además de llevar un casco el cual tenía lo que parecían ser aletas de color dorado - ¿Qué acaso no me recuerdan? En especial tu… Inoue.
- Ahora entiendo – exclamó por lo bajo el mencionado peli humo – se trataba de ti, Kousaka.
- Así es, pero tal y como miras, no soy alguien simple como creen – la chica se quitó el caso y efectivamente mostró que era Tsubaki Kousaka la que estaba debajo de esa armadura.
- ¿Esa es la Armadura de élite del ejército de Poseidón?
- Cuanta ignorancia hay en el mundo, en especial con los Caballeros de Athena – río la rubia – para tu información, Osa menor, estas no son armaduras como las que visten ustedes, estas son Scales.
- ¿Scales? ¿Escamas?
- Así es, soy Tsubaki Kousaka, General Marina de Dragón Marino – la chica solo elevó un poco su cosmos mientras detrás aparecía la imagen de lo que parecía ser el Monstruo del Lago Ness.
- Kousaka – el peli humo apretó duro sus puños mirando a la rubia la cual seguía desprendiendo un cosmos bastante fuerte.
- Un General Marino con todo y su vestimenta… nunca creí ver uno frente a mis ojos.
- ¿Tanto poder te sorprende? – dijo riendo un poco Tsubaki – bueno, entonces espero que tengamos una buena lucha cuando llegues al Pilar del Océano Atlántico.
- ¿Pilares?
- Sí – la chica miró hacia el horizonte – son los 7 Pilares que sostienen los 7 mares de la superficie. Sé que, durante la batalla del siglo XX, los Caballeros de Athena dirigidos por Seiya de Pegaso lograron derribarlos, pero la voluntad de nuestro señor Poseidón los hizo volver a la normalidad, ahora, al igual que en el siglo XX, si quieren que la Tierra se salve, deberán derribar los Pilares, así como lo hicieron los Caballeros en la antigüedad, pero suerte con ello.
- ¿Cómo los derribamos?
- Suerte con eso, ustedes deberían saberlo, pero les digo que no podrán – río la rubia la cual en un abrir de ojos, apareció frente a Hibiki. Este, aunque era más alto que la General, el poder que poseía ella era mucho más elevado que el estado actual del peli humo – Inoue, espero verte batallar, si es que llegas vivo.
- Lo haré. Ya verás que te derrotaré cueste lo que cueste.
- Ya veremos – Tsubaki dirigió su mirada hacia la peli negra – tú también, Saintia de Athena.
- Como defensora de la Tierra, te derrotaremos como sea necesario y devolveremos el planeta a su estado normal.
- Eso no creo que suceda – sin más, la rubia se subió de nuevo a la roca y solo miró a Tomoe y Hibiki por un momento hasta que puso sus manos en forma de triángulo (así como Tenshin Han cuando hace el Kikohu) y solo lo dirigió hacia los chicos – a ver si lo aguantan.
- ¿Qué?
- ¡Triángulo de la Muerte! – con eso, el ataque se manifestó como varios triángulos de cosmos los cuales impactaron en ambos chicos y sin más, ambos fueron lanzados a una gran altura y estrellados contra el suelo haciendo que sintieran un gran dolor en todo el cuerpo y a la vez, escupieron un poco de sangre de sus bocas.
- M-Mierda… eso dolió.
- Parece que no pudieron resistir mi Triángulo de la Muerte, el cual es representado por el Triángulo de las Bermudas que se halla en el Océano Atlántico al que represento – Tsubaki solo se dio media vuelta y antes de irse, miró de reojo a Hibiki el cual parecía estar enfocado más en ayudar a Tomoe que al mismo – hubieras sido una gran pareja mía si hubieras decidido entrenar más a mi lado.
- Ni loco me uniría a ti de nuevo.
- Como quieras. Te espero en el Pilar del Océano Atlántico, si es que sobrevives – con eso, la rubia desapareció del sitio dejando a ambos chicos con el primer ataque en esta nueva guerra contra el dios de los mares.
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Continuará…
