¡Hola a todos!

Ya sé que últimamente me he atrasado, la excusa de ahora fue que tuve que formatear mi computadora porque estaba lentísima y de por si me da flojera, con herramientas a la velocidad de una tortuga me da aún más.

Pero en fin a quien le importan mis problemas, los dejo con la primera parte de esta capitulo, sí, primera parte (Y-Y)

Capitulo anterior:

Con que una sortija. —suspiró Astrid, recordando las palabras de Heather, pero no sólo las que le había dicho horas atrás, sino las veces que le había recordado que antes ellos dos solían usar esas sortijas y cuyo paradero seguía desconociendo.

¿Dónde estarían esas sortijas?

Capítulo 56.

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Cumpleaños.

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Parte 1

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24 de febrero 2020

Inicio de la semana y de normalidad para la familia Haddock-Hofferson, después de pasar el fin de semana entre festejos y descansos llegó nuevamente el momento para seguir con la rutina, claro estaba que sólo uno de los integrantes vería un cambio en sus actividades debido a la retirada de cierta jardinera…

—Astrid, ¿estás segura de que no quieres contratar a alguien más para que te ayude con el invernadero? —preguntó Hiccup al mismo tiempo que le ayudaba a Zephyr a servirse un poco de jugo.

—¿Y confiarle todo lo que tengo y lo que ocultamos? —insinuó esta con ironía, mientras ayudaba a Nuffink a untar mermelada en un pan tostado.

Toda la familia se encontraba compartiendo mesa en la cocina, incluyendo a los guías que, en su forma de humanos, observaron con interés la plática que se avecinaba.

—Bueno, no es necesario que a quien se pudiera contratar contarle ese "pequeño" detalle, sólo vendría a ayudarte con el invernadero, ahora que lo has expandido me consta que se requiere más trabajo, además ¿no tenías planeado buscar un lugar para hacerlo aún más grande?

—Sí, así es, pero no te preocupes, yo puedo sola. Por el momento no quiero involucrar a ninguna otra persona como involucré a Heather. Además, tengo mi magia, tal vez sea hora de que la use más.

Hiccup se encogió de hombros, viendo que de una forma u otra no ganaría, como solía pasar.

—¡Hey! y no se olviden de mí. —se escuchó una tercera voz.

Los hechiceros al girarse vieron que la sonriente Alúmini se apuntaba así misma, dando a entender que ella estaba disponible para dicho puesto.

—¡Cierto! —exclamó Astrid chocando sus puños. —Cuento con el apoyo de Alúmini.

—Eh… pero… —dudó Hiccup.

—Pero ¡¿qué?! —bramaron Alúmini y Astrid al mismo tiempo, lanzándole una mirada aterradora al hechicero.

Hiccup sudó en frio, así como Toothless que ya se conocía bien ese lado temperamental de su hembra, mientras que Stormfly y los niños se reían discretamente de ellos.

—No, na-nada. —titubeó Hiccup en son de paz. —Sé que Alúmini es de mucha ayuda, pero…

Las féminas lo volvieron a fulminar con la mirada, en especial la albina.

—¡Ya suéltalo, Hiccup! —ordenó esta berrinchuda.

El hechicero tragó saliva.

—Es que… siendo sincero, Alúmini, lo que Heather hacía no era algo sencillo—respondió nervioso pero sincero. —Es decir, ella ayudaba con las siembras y las cosechas, llevaba las cuentas y los inventarios, también se hacía cargo del control de plagas, manejaba la mitad de la cartera de clientes y además acompañaba a Astrid a las entregas o a veces hasta lo hacía sola, prácticamente ella fue la que manejó todo lo del invernadero desde que despertamos del hechizo.

Astrid ya no mencionó nada, le constaba que todo lo que había dicho su novio era verdad, ella prácticamente había aprendido de su amiga a cómo manejar su negocio después de que decidió dedicarse a este. En cuanto a Alúmini, cuando escuchó todo aquel listado de actividades echó para atrás su defensiva y bajando la cabeza reconsideró lo que implicaba "trabajar de verdad" en el invernadero, después de todo ella era una dragona y hasta hacía poco tiempo se había empezado a interesar en las actividades humanas, sin dejar de lado tampoco esa parte de dragón que la caracterizaba.

—Pues… de cualquier manera yo creo que Alúmini lo hará bien ¿verdad?

La albina levantó la mirada, viendo que pese a todo Astrid parecía querer confiar en ella, por lo que, animada por ella asintió y lo reafirmó.

—¡Haré mi mejor esfuerzo!

—¡Esa es mi chica! —brindó Toothless con su vaso con jugo hacia lo alto.

Acto que enseguida imitó Astrid, los niños, Stormfly y finalmente Hiccup que, aunque estaba un poco inseguro, depositó también su confianza en la albina.

Alúmini no pudo cubrir el sonroso que todo aquello le provocó y enternecida se sintió con más ánimos de empezar, aunque al ver a su pareja, también se preguntaba cuando le llegaría su momento como dragona. Después de haber formalizado con Toothless estaba muy a la expectativa de que pronto también se tendría que hacer cargo de su propia familia.

—Oigan… ¿puedo decir algo?... —se escuchó la tenue voz de Zephyr que despertó a la albina de sus pensamientos y que calmó el alboroto del resto de los adultos.

—Sí, hija… ¿qué pasa? —preguntó Hiccup.

—Sólo quería preguntar que ¿qué haremos este fin de semana?

—¿El fin de semana? —frunció Astrid el entrecejo.

—¡Sí! Mami, ¿qué ya se te olvidó? ¡Tenemos dos cumpleaños que celebrar! —exclamó la niña divertida.

—¡Sí! ¡Más fiestas! —aplaudió Nuffink emocionado.

La sorprendida Astrid rápidamente se volvió hacia un calendario que tenía a un costado del refrigerador y cuya hojita indicaba era "24 de febrero". Quedó boquiabierta, el sábado sería el cumpleaños de Hiccup y el domingo sería el suyo, lo había olvidado por completo.

—Ah… es cierto, ya es este fin de semana.

Escuchó decir a Hiccup quien al verlo parecía que por un momento también lo había olvidado, aunque no por completo como le había pasado a ella.

—Pues… ¿qué tal si lo celebramos el domingo? ¿Astrid? —la miró.

—Eh… ¿El domingo? Eh… ¡sí! Me parece bien.

—¡NOOOO! —se quejó Zephyr. —¡Así no se vale ahora!

—¿Por qué no? —disintió Hiccup confundido.

—¿Pues por qué va a ser? —se escuchó la risueña voz de Stormfly. —Hiccup, recuerda…este año es bisiesto.

—¡Cierto! ¡Hiccup, ahora te toca celebrarlo en tu día! —apoyó igualmente Toothless.

—Así que se harán DOS festejos de cumpleaños. —le siguió Alúmini de cómplice.

—Ay, amigos, pero trabajo en sábado y Astrid también. —refunfuñó Hiccup, viendo todo muy complicado.

—Ah, pero Astrid puede hacer una excepción por ese día y tú sales en la tarde, así que podemos empezar cuando llegues y darle a la fiesta hasta que se lleguen las 12 de la noche para después celebrarle a Astrid. —opinó Toothless, imaginándose una gran fiesta.

—¿Hasta las 12 de la noche? —se quejó igualmente Astrid.

—Ash… Astrid, sólo puede ser un ratito en la madrugada, dormimos y cuando amanezca le seguimos… ¿qué te parece?

Hiccup lo pensó, mientras que Astrid vio todo muy complicado.

—Sí, digan que sí, por favor. — insistieron también sus dos hijos.

Y una vez que estos se unían a los guías no había poder humano que pudiera con todo ese montón de caritas tiernas.

—Ush… ¡está bien! —aceptó Astrid, rendida a las tiernas miradas.

—¡Bien! ¡pues no se diga más! —aplaudió Stormfly. —¡Haremos dos fiestas de cumpleaños sorpresa!

—¿Sorpresa? Pero si ya todos sabemos que haremos algo. —comentó Hiccup confundido.

—Bueno, pero no saben qué se hará exactamente porque… —hizo una pausa. —¡Toothless, Alúmini, los niños y yo nos encargaremos de organizarla!

—¡¿Qué?! —gritaron todos los adultos ante la idea de la nadder.

—¡Me parece divertido! —la apoyó Zephyr con el pulgar arriba.

—¡Yo te ayudo! —concordó igualmente Nuffink.

—Sí, creo que podemos con eso… ¿Alúmini? —vio Toothless a su pareja.

—Eh…sí, aunque nunca he organizado una fiesta, menos dos.

—¿No es mucho trabajo para ustedes chicos? —preguntó Hiccup inseguro.

—No, pero sí me ayudaría mucho su patrocinio.

La nadder burlonamente extendió sus manos hacia ambos hechiceros, puesto que lo único que le faltaba precisamente para organizar una fiesta era el famoso y poderosísimo "dinero".

Los hechiceros suspiraron agotados ante tremenda directa, pero de cualquier modo cada uno sacó de sus respectivas billeteras cierta cantidad de dinero que le otorgaron a la nadder para que llevara a cabo sus planes, y mientras esta contaba lo que le habían dado, les recordó el último punto y tal vez uno de los más importantes.

—Ustedes sólo encárguense de sus respectivos regalos, recuerden… era tradición.

Y lanzándoles un guiño la coqueta guía se levantó de la mesa y convocó a los demás guías para que la siguieran al igual que con los niños que apresuradamente se terminaron su desayuno para poder unírseles.

Una vez que los hechiceros se quedaron a solas en la cocina, Hiccup sólo rio al ver a todos alborotados por el tema del cumpleaños, mientras que, de lado de Astrid, esta se sintió con un gran peso sobre sus hombros, particularmente cuando se vio el brazalete que Hiccup le había dado en navidad y también al recordar el árbol que le había dado el año pasado como conmemoración a su hijo perdido.

Como siempre, él era un gran obsequiador mientras que ella apenas y podía corresponderle de la misma forma, pero para esta ocasión se empecinó a que tenía que dar un regalo que realmente fuera significativo y no sólo ocurrencias de último momento.

—Bueno… creo que ya es hora de llevar a los niños a la escuela.

Despertó sobresaltada al escuchar que Hiccup se levantó de la mesa para llevar los platos sucios al fregadero.

—Ah, no te preocupes, yo lo hago. — se levantó ella y rápidamente cambió de lugar con él. —Tú ve que los niños lleven todo lo necesario para la escuela.

—Está bien, te lo agradezco.

Con un besito en la frente, Hiccup se despidió de ella, pero antes de salir de la cocina se detuvo en el umbral de la entrada.

—Mmmm… Astrid, tal vez llegue un poco tarde hoy.

—¿Eh?

—Sí. —se giró hacia ella rascando su cabello. —Ya sabes, cambiaron de puesto a Dagur y probablemente haya cambio de asignaciones y eso.

—Ah… "Mentiroso" —pensó, reconociendo ese movimiento de manos en su novio, lo que le dio a sospechar que algo ya estaba tramando. —Está bien. —le respondió con una risita fingida, pues ella también necesitaba tiempo para pensar en lo que le daría.

Mientras tanto, en la mente del nervioso, pero aparentemente tranquilo Hiccup.

"No me creyó, pero no creo que sospeche lo que tengo planeado, y creo que trama algo"

En la mente de ambos

"Sea lo que sea Hiccup Haddock/Astrid Hofferson…

¡TE SORPRENDERÉ CON MI REGALO!"

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Minutos después, la mayoría de los integrantes de la familia ya se habían marchado de su hogar para acudir a sus respectivas labores, mientras que en casa comenzaba un nuevo desafío tanto para Alúmini como para Astrid.

Siendo prácticamente el día número 1 sin Heather, Astrid tomó el rol de maestra y comenzó con el entrenamiento.

—Lo primero que debemos de hacer cada mañana es revisar cada uno de los plantíos de lo que se tiene planeado vender, lo que ya está, lo que faltaría y/o lo que puede tener algún problema.

—¿Problema?

—Sí, debemos revisar que la cosecha no tenga plaga, alguna mancha, golpe o mal olor, debemos procurar que todos nuestros productos luzcan 100% frescos.

—Oh… y yo que pensé que sólo metían todo en la canasta y asunto acabado.

—No, es algo tardado y laborioso, pero creo que tiene su propio encanto y es, digamos, lo más sencillo para empezar, además de regar las plantas y quitar la mala hierba.

—Oh ya veo. Entonces empecemos.

Entre las dos comenzaron a revisar un lote de tomates cherry que habían cosechado la mañana del sábado y de uno a uno revisaron que no tuviera desperfectos, Alúmini tenía que aprender a descartar los buenos de los malos, lo que se podía ir y lo que no, mientras tanto, a un lado suyo, Astrid vigilaba que lo hiciera bien y al mismo tiempo que actualizaba el inventario.

Sin embargo, siendo el primer día con la actividad, la luminosa falló en la detección de calidad un par de veces lo que trajo como consecuencia que les estuviera tomando más tiempo del que regularmente era.

—No. Ese si está bueno, se puede vender. —calificó Astrid uno de los tomatitos cuando la luminosa quiso descartarlo por estar medio deforme.

—Ay, no sé cómo le haces… para mi si no están bonitos no son comestibles. —suspiró Alúmini agotada.

—Ya lo entenderás con la práctica… ¿qué tal si tomamos un descanso? Iré a la cocina para ver que se me ocurre para hacer de comer.

—¿Tan pronto?

—Ya es medio día. —señaló Astrid al cielo.

—¡¿Qué?! ¿Tanto he tardado?

—Eh… más o menos… sí.

—Ahh… Astrid, debiste apurarme.

— No te preocupes, más vale un trabajo bien hecho a uno mal hecho, relájate, una vez que Nuffink regrese de la escuela trataré de aventajarle con lo demás.

—Parece que soy más un estorbo que ayuda. Heather no se tardaba nada haciendo esto. —se siguió lamentando la albina. —Creo que Hiccup tenía razón.

—Alúmini está bien. —comprendió Astrid. —Es tu primer día, pero… igual, si quieres, ayúdame con lo que sabes, y en los tiempos libres te enseño una que otra cosa con la que me puedes ayudar ¿Te parece?

La albina se sintió un poco desplazada, pero negocios eran negocios y por su orgullo Astrid no se podía atrasar por estarle enseñando, por lo que sin más asintió rendida pero dispuesta a seguir aprendiendo.

No diciendo más acompañó a la pareja de su amo adoptivo al interior de la casa, donde como siempre la ayudó con algunas cosas para la hora de la comida, al menos en eso si se sentía de gran utilidad.

Le gustaba ese momento del día, ya que encontraba ciertamente gratificante ver que Astrid fuera tan entregada y dedicada a la comida de sus hijos y a su "novio", verla siempre la hacía alucinar con el momento en que ella tuviera a sus propias crías, a quienes imaginaban rodeándola desesperadamente cuando llegara de obtener su comida, claro esta que, en su imaginación, ella era una enorme dragona quien regurgitaba toda la comida para su montón de críos, incluido Toothless.

Tal vez ese sueño pronto se le concedería, sonrió al recordar lo que ya había pasado, sólo era cuestión de esperar o si no ¿por qué no? Intentarlo de nuevo.

—¿Por qué sonríes?

Se sobresaltó espantada al escuchar la voz de Astrid y rápidamente su pálida piel se coloró en un intenso rojo.

—Eh… por nada. —respondió nerviosa.

Astrid la vio con cierta picardía al mismo tiempo que le ofrecía un vaso con agua fresca.

—¿Te pasó algo bueno? — se sentó frente a ella, con otro vaso con agua.

Alúmini se mordió sus labios y apretó el vaso con nerviosismo.

—¿Pasó algo con Toothless?

—Por… ¿por qué lo dices?

—Mhm…—se encogió Astrid de hombros. —Por nada en especial, es sólo que desde el sábado que fue la boda tienes cierto brillo en tu rostro y no sólo en tu forma humana se te nota, también cuando estás en tu forma de dragona.

—Ahh… ¿en serio?

Astrid sonrió.

—Sí, me recuerdas a mí cada vez que Hiccup y yo…—se sonrojó. —Bueno, me imagino que sabes a lo que me refiero.

Alúmini enrojeció aún más y se puso tan nerviosa que el vaso entre sus manos comenzó a vibrar.

—Astrid…—bajó Alúmini la cabeza, completamente apenada.

—Entonces… ¿ya pasó? —intuyó esta con una sonrisa.

La albina asintió.

—Me alegro mucho por ti.

—¿En serio?

Levantó Alúmini la mirada.

—Sí. Has postergado por mucho tiempo algo que tú anhelabas sólo por cuidar de Hiccup, de los niños y… de mí, así que ya era tiempo de que vieras por ti y lo que querías, realmente te lo mereces y también Toothless que, aunque es algo despistado, te quiere mucho.

—Sí, así es, gracias Astrid.

—¿Y qué han planeado? O más bien ¿cómo es para los dragones? Sólo sé lo básico en cuanto a… ya sabes, la reproducción desde el punto biológico, pero no de la perspectiva de un dragón.

—Pues no es algo que se piense mucho, no al menos como los humanos que tienen que buscarse un doctor o comadrona o elegir tenerlo en casa o en un hospital, comprarle ropa, utensilios y eso, creo que sólo lo hacemos y actuamos de acuerdo al instinto, pero…

—¿Pero?

—Ahora que lo mencionas, ciertamente no tengo el conocimiento desde el punto biológico, es decir sé cómo se hacen los dragones y lo que conlleva, pero desconozco los tiempos. Es decir, por ejemplo, un bebé humano tarda 9 meses en nacer.

—Veamos…—pensó Astrid. — con respecto a eso creo que a partir de que… bueno, tú sabes, dos dragones se juntan… son aproximadamente 90 días para la formación del huevo o los huevos de dragón.

Alúmini tragó saliva, comenzando a sentir ansiedad dentro de su ser y se preguntó si estando como humano afectaría algo de ese proceso.

—Después, cuando la dragona pone los huevos son otros 6 meses más de incubación.

—¡Oh! Es lo mismo entonces que un bebé humano ¿verdad?

—Sí, pero… hay algo más Alúmini. —mencionó Astrid con seriedad.

—¿Qué?

—Tengo entendido que para que un huevo de dragón eclosione, se necesita también una pizca de la magia del padreo o la madre a quien se le entregará dicho huevo para que sea el guía de su respectivo hijo, de lo contrario el huevo no crecerá y se convertirá en una roca.

—¡¿Cómo?! —Se levantó Alúmini asustada. —¡Eso no lo sabía!

—Calma, es lo que yo sé o lo que me enseñaron más bien en la academia, pero no estoy 100% segura de que eso se tenga que hacer forzosamente, tú sabes como son los hechiceros, tienden a hacer que todos los demás seres vivientes giren en torno a ellos. Tú cuando viviste en el santuario ¿no viste criaderos o algo así?

—Ahora que lo mencionas es cierto, generalmente al nacer uno permanece muy poco tiempo con la madre, después de que esta se va prácticamente uno se queda solo, como en mi caso ya que mi amo no nació, pero en otros casos me tocaba ver como los dragones sólo esperaban a ser recogidos por sus amos o los padres de estos o por ejemplo Toothless que acompañó desde su huevo a Hiccup desde que este estaba en el vientre de su madre.

—Ya veo, pero creo que no debemos de adelantarnos, pienso que lo mejor sería que hablaras de esto con Toothless y también con Hiccup, él después de todo es hijo de la guardiana y también por un tiempo se encargó del santuario, tal vez él sepa qué hacer.

—Sí, creo que sería lo mejor. Gracias Astrid, otra vez.

La rubia negó con su cabeza.

—Somos familia y estamos para apoyarnos. ¿Verdad?

La albina sólo asintió con una suave sonrisa que ocultaba una decepción al saber que, aunque un dragón madurara, no era tan libre después de todo, no si al final también tenía que entregar a su familia al servicio de los hechiceros.

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Más tarde en ese mismo día, Astrid no tuvo oportunidad de pensar en el obsequio para Hiccup, pues entre enseñar a Alúmini y también darle vueltas al asunto sobre el tema de sus deseos, atender lo atrasado y a Nuffink una vez que llegó de la escuela, el tiempo se le pasó volando y para cuando apenas consideró descansar un poco Zephyr llegó de la escuela con los guías restantes y su día en el invernadero tenía que darse por terminado.

—¡Hola mami! —llegó Zephyr, dándole un fuerte abrazo una vez que bajó del lomo de Toothless.

—Hola! ¿Ya tan rápido? —le respondió esta cansada.

—¿Rápido? —repitió Stormfly. —Ya son más de las 6 de la tarde.

—Sí, lo sé… se me pasó muy rápido.

—Y aún no termina. —dijo Toothless, dando una risita. —¡Alúmini, acompáñame!

La mencionada y la cual, trataba de apoyar aún, aunque fuera un poco en el invernadero se acercó confundida a su pareja.

—¿Qué pasa?

—Nos toca ir a comprar ciertas cosas para unas "Fiestas sorpresas" —respondió este nada disimulado.

—¡Ah, sí! Así lo acordamos Alúmini. —explicó Stormfly.

—Hoy vas con Toothless a buscar lo que se necesite para la fiesta de Hiccup, mañana me acompañarás a mi para buscar lo de… —señaló a su ama, la cual veía tan extraño que hablaran como si ella no estuviera. — Total, el chiste es que nos turnemos de manera de que un guía se quede vigilando la casa.

—Por mi pueden ir los tres si quieren de una vez, no hay problema. —opinó Astrid.

—Astrid, se supone que tú no debes de escuchar nada. —rio Stormfly.

La rubia rodó los ojos.

—Está bien, vamos Zephyr… veamos que te encargaron de tarea.

—Sí, mami. Adios Toothless, adios Alúmini.

—Yo creo que iré a ayudarlas, que se diviertan. —se despidió también la nadder, dando media vuelta para seguir a su ama.

En cuanto Toothless, una vez que se vio sólo con su pareja la tomó de la mano y la incitó a seguir.

—¿Nos vamos?

Alúmini asintió con una sonrisa, pero luego, cuando recordó la conversación que había sostenido con Astrid se volvió a inquietar.

—¿Qué pasa?

—Toothless, hay algo de lo que debemos hablar. —le respondió con seriedad.

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Martes 25 de febrero.

Un nuevo día y como rutinariamente pasaba, los hechiceros se levantaron al compás del sonido del despertador del celular que fue apagado rápidamente por Hiccup.

Astrid fue la primera en levantarse y como tal se estiró en la cama para quitarse lo entumido del cuerpo, a diferencia de Hiccup que después de apagar en el celular, volvió a envolverse entre las cobijas.

"Eso le pasa por llegar tarde" —pensó.

Había resultado ser verdad cuando Hiccup el día anterior le dijo que llegaría tarde, lo que no esperó es que fuera a ser tan tarde, pues cuando llegó los niños prácticamente ya se habían ido a dormir. No cuestionó sus motivos, él solito se los contó mientras ella le hacía algo de cenar.

Resultó ser cierto que a Dagur lo habían ascendido a capitán del departamento de detectives y que, con su nuevo rango, también le otorgó a él el ficticio cargo de "especialista en código egni", con el cual ahora tenía mayor libertad para actuar y también con el cual le darían misiones más peligrosas.

"Mientras no te disparen de nuevo, por mi está bien, sólo cuídate mucho" —fue su comentario para él, después de felicitarlo.

Después, Hiccup le contó que, para celebrar esas nuevas asignaciones, Dagur se lo llevó a él, a Mala y otros compañeros a celebrar en un bar.

Astrid rio, Hiccup le comentó que sólo se había tomado un par de cervezas, pero por lo que veía habían sido suficiente para causarle resaca, lastima por él.

—Hola, hola… ya es hora de despertar. —le susurró al oído, cuando vio que no tenía la intensión de levantarse de la cama.

—Ya voy. —respondió este perezoso.

—¡Anda! Date un baño rápido, yo me encargo de los demás. —le insistió Astrid, dándole besitos en el lóbulo

Con dichas caricias, Hiccup sintió cosquillas lo que hizo que el sueño se le esfumara más rápido y no queriendo quitar tan dulce sensación, se movió rápidamente para atrapar a su novia.

Dando una vuelta, se posicionó encima de ella, atrapando sus manos entre las suyas, Astrid ni siquiera peleó, sólo miró curiosa que su novio parecía examinarla, al mismo tiempo que sentía como este acariciaba de una manera muy peculiar los dedos de su mano.

—¿Qué pasa?

Hiccup sólo le sonrió.

—Nada. ¿no te gusta? —le preguntó, mientras acariciaba y enredaba sus dedos entre los suyos, con movimientos tan sutiles que de cierta forma la excitaban.

—Sí, pero…

—¿Pero? —frunció él el entrecejo.

—Se hace tarde.

Y con un empujón se lo quitó de encima para cambiar de posición.

—Vamos Haddock, para la otra te levantas más temprano. —le dijo al oído.

El sonrojado Hiccup iba a replicar, pero cuando tuvo la intención de someterla otra vez, Astrid con un movimiento rápido se le quitó de encima y bajó de la cama. Le lanzó un besito al aire y burlonamente salió de la habitación.

Hiccup se quedó con una cara de incrédulo y por supuesto lamentó que se le hubiera agotado el tiempo.

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Nuevamente como todos los días, todos los integrantes de la familia tomaron su desayuno con tranquilidad. El tema de conversación fue nuevamente el del ascenso de Dagur por lo que Astrid tuvo que escuchar de nuevo la historia hasta que finalmente llegó la hora en que la mayoría se fuera.

—Hoy… llegaré tarde, otra vez. —Le dijo Hiccup tal cual lo había hecho el día anterior.

Astrid se extrañó por un momento, pero después de pensarlo reconsideró que probablemente Hiccup realmente no había tenido tiempo para el "regalo", lo que en conclusión le indicó que ambos estaban a la par.

—Claro, no hay problema. —se despidió ella con una sonrisa fingida, pues esperaba ganarle la partida.

"Astrid, esto no es una competencia" pensó después.

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Durante el día de trabajo nuevamente se atascó enseñando a Alúmini la cual, pese a su inteligencia, no parecía comprender del todo sobre el negocio lo que hacía que se tomaran más tiempo del debido, aunado a eso, Astrid también se sentía que estaba distraída pues en la menor oportunidad que tenía para no pensar en la albina y en el invernadero, recordaba el extraño pero excitante masaje de manos que le había dado Hiccup.

Se miró entonces la mano, aquella en cuya muñeca colgaba el brazalete que su novio le había dado en navidad, al quedársele viendo por tanto tiempo comenzó a creer que algo más le hacía falta entre sus dedos, especialmente en el anular.

"¿Una sortija?" —pensó, aunque de inmediatamente se avergonzó al reconsiderar lo que conllevaría tener uno puesto.

"—Que cosas dices Heather. Yo… estoy bien así y… bueno, Hiccup no sé… tampoco me lo ha propuesto…

Bueno, tal vez debas proponérselo tú. —sugirió la jardinera con una sonrisita."

Sus mejillas se coloraron al recordar la sugerencia de Heather, pero ¿y si tenía razón? ¿Y si ella se lo proponía? Pero para eso debía encontrar aquellos benditos anillos con los que se habían casado años atrás.

"¡Eso es!" — pensó con una sonrisa. —"Encontraré esos anillos y con eso…" —se apenó. —"Si él quiere, podría ser ese un regalo", pero para eso tengo que encontrar esos anillos. ¡ya sé! aprovecharé que no hay nadie para buscarlos, de seguro se encuentran en alguna parte de la habitación."

Dispuesta a buscar aquellas sortijas, Astrid dejó su cuaderno de inventarios y se preparó para salir del invernadero, pero…

"¡Ahhhhhh Aaaaaastrid, ayuda!"

El grito de Alúmini casi le saca el corazón.

Al girarse vio que la aterrada y llorosa albina se había encontrado con una maceta que tenía unos gusanos con un singular color amarillo con franjas negras, se le hizo extraño ver a la dragona aterrada con los insectos, pero al reparar en la apariencia de estos se imaginó que era porque estos parecían pequeñas anguilas (seres que causaban pavor a los dragones).

Dando un suspiro cansado vio que no había más remedio que auxiliarla por lo que dejó su plan de lado para seguir atendiendo el negocio cuyo trabajo se iba acumulando cada vez más.

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06:15 p.m.

Final del día laboral y otra vez se había quedado con trabajo acumulado, estaba agotada. Astrid comenzaba a sentir la presión de no tener a una empleada con experiencia, pero para no dejárselo mostrar a Alúmini, sólo le decía que no se preocupara y que tendrían mas oportunidad al día siguiente.

Por parte de Alúmini, captaba a la perfección que más que ayuda para Astrid se estaba convirtiendo en un estorbo, pero dado que Astrid no se lo decía directamente la hizo creer que esta insistiría hasta que aprendiera como se debía, por lo cual creyó que también debía ser reciproca y no tirar la toalla antes de tiempo.

—¡Hola mami, Alúmini! —saludó Zephyr desde lo alto, cuando Stormfly y Toothless llegaron de traerla de la escuela.

Al aterrizar y dejar que la niña bajara del lomo del furia, ambos dragones se transformaron en humanos.

—¿Estás lista Alúmini?

Invitó inmediatamente Stormfly, señalando el exterior pues era su turno de hacer las compras "secretas" para la fiesta de cumpleaños "sorpresa".

—Ah, sí… —se apresuró a ir la decepcionada albina con ella, pensando que al menos en eso no debía de fallar.

En tanto Astrid, ya ni siquiera se preocupó en preguntar que planeaban, el día anterior ya había visto como Toothless y Alúmini al llegar ocultaron algos carteles, adornos y globos en uno de los armarios, además que compraron ciertos ingredientes para hacer un "cordero a las finas hierbas", suponía que para su festejo Stormfly optaría por el "pollo marinado al horno".

—Está bien, diviértanse y cuídense mucho. Yo mientras iré a ver qué tanto tiene esta niña de tarea—se despidió con simpleza de ellas y como todos los días de escuela se retiró con su hija al interior de la casa.

—Cualquier cosa manden sus notas mágicas, no se alejen demasiado. —pidió Toothless antes de retirarse también al interior.

Dada las instrucciones ambas dragonas sólo asintieron y finalmente se retiraron de la casa rumbo al centro comercial.

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Con Toothless jugando con Nuffink y con Zephyr haciendo la tarea, Astrid retomó nuevamente la idea de buscar las dichosas sortijas de matrimonio que supuestamente Hiccup y ella portaban siempre antes de despertar del hechizo.

Comenzó con su habitación, buscando primeramente en el alhajero que contenían casi en su totalidad joyas que había adquirido durante el hechizo, lo único nuevo que tenía (cuando lo guardaba) era el brazalete que le había dado Hiccup, así como unos pendientes que había comprado para la boda de Heather.

A pesar de que había abierto y cerrado dicho alhajero muchas veces lo revisó una y otra vez, queriendo cerciorarse de que realmente hubiera pasado por alto la existencia de dichos anillos, pero después de sacar todo y volver a poner cada joya en su lugar se rindió a la idea de que pudieran estar guardados ahí.

Por lo que empezó a buscar en los cajones, aquellos que ya llevaba abriendo y cerrando más de un año; sin embargo, le gustaba imaginar que de repente encontraba los anillos en el fondo de alguno de estos, pero la realidad es que no había nada.

Entonces miró hacia el ropero, aquel que tenía tanto ropa de Hiccup y de ella, como quería estar 100% segura se dispuso a sacar lo que fuera necesario para encontrar esos anillos, pero apenas sacando el primer bloque de ropa se encontró con una peculiar cajita plateada.

Verla, le estrujó el corazón y dejando de lado la ropa que había sacado la tomó con cuidado.

La abrió y con melancolía admiró a Cielo, el arma de su madre. Ya habían pasado semanas desde que la habían encontrado en la guarida del titiritero y le seguía causando intriga como Skip la había obtenido, aunque por otra parte se alegraba el haberla recuperado, aunque fuera por coincidencias del destino.

—¿Mami?

Astrid emitió un pequeño grito ahogado y rápidamente se volvió a la entrada de la habitación, en donde se asomaba la curiosa cabecita castaña de Zephyr y por el otro lado la cabellera rubia de Nuffink.

—Eh… ¿qué pasa Zephyr? ¿Tienes dudas con la tarea? Nuffink ¿qué pasó con Toothless?

—Yo ya terminé la tarea. —entró la niña a la habitación.

—Y Toothless ya se quedó dormido. —la siguió el niño. —¿Qué es lo que haces, mami?

—Sólo observo algo, vengan, acérquense.

La niña rápidamente asintió y se acercó presurosa para subir a la cama y sentarse al lado derecho de su madre, mientras que Nuffink se sentó de lado izquierdo.

Astrid entonces les mostró la caja y su contenido, hasta la fecha no les había mostrado a sus hijos lo que habían encontrado en la guarida del titiritero debido a la peligrosidad de las armas y/o artefactos, pero tratándose de algo que correspondía a la familia (de lado de los Hofferson) creyó que no habría problema.

—¿Qué bonito? ¿Qué es? —preguntó Zephyr maravillada.

—Esta es un arma mágica, se llama Cielo. —presentó Astrid. —Era el arma de mi mamá, es decir de su abuela "Brianda"

—¿Era? —repitió Zephyr, captando inmediatamente algo.

—Sí, desafortunadamente mamá murió cuando tenía 6 años.

Ambos niños bajaron la cabeza en señal de no saber qué decir.

—A ella le hubiera encantado conocerlos, ¿saben? Ella compuso la canción que a veces les canto.

—¿La de "Estarás en mi corazón"? —preguntó Zephyr.

—Sí, la compuso cuando estaba embarazada de mi hermano Fare.

—¿Fare? —repitió Nuffink.

Astrid se mordió los labios, en todo el tiempo que llevaba conviviendo con sus hijos después de despertar del hechizo, (y al parecer también antes de despertar) jamás les había hablado sobre su familia; sin embargo, estando ya en ese momento, consideró que no tenía porque ocultar más esa parte de ella.

—Sí. —respondió. —Fare es mi hermano menor ¿y sabes qué, Nuffink? Tú me recuerdas mucho a él cuando estaba pequeño, la diferencia es que él tiene ojos azules como los míos y una mirada un tanto aterradora, en cambio tú tienes los hermosos y tiernos ojos de tu padre.

Nuffink se apenó por el cumplido y agitó sus pies contra la cama.

—¿Y cómo es el arma mágica de él? —preguntó.

—¡Oh! Su arma en realidad es un escudo, pero es realmente hermoso e impresionante y crea barreras protectoras muy poderosas, Fare lo llamó "Himmel" que en lenguaje antiguo significa también Cielo.

—¡Wow! ¿Y es el único hermano que tienes? —siguió curioseando Zephyr mientras admiraba el arma de su abuela.

—No, tengo también una hermana que es mayor que yo por 6 años, se llama Camicazi, ella al igual que Fare y yo también tiene el cabello del mismo color, así como el color de ojos. Ella es un poco más alta que yo y heredó la suave mirada de mamá, aunque también tiene su carácter. Por cierto, ella tiene un hijo que se llama Eret Jr., así que también tienen un primo.

—¡Wow! ¿en serio? —exclamó Zephyr alucinada.

—¿Y también tiene un arma? —cuestionó rápidamente el pequeño. —¿Y cómo es el arma de tu hermana?

Astrid rio.

—Bueno, de Eret Jr. no sé, porque la última vez que lo vi era apenas un bebé supongo que ahora debe de tener como 10 u 11 años, pero en cuanto a Camicazi, ella posee una guadaña que es como un hacha, pero con un báculo más alargado y una navaja más delgada. —explicó con ademanes. —Con ella crea corrientes de aire que te golpean como si fueran cuchillas y te paralizan por completo.

—¿Y cómo se llama su arma? —preguntó Zephyr.

—"Sora" cuyo significado en el oriente del mundo oculto también es "cielo".

—Oh… entonces es "Sora", "Himmel" y "Sky" … ¿Les pusieron esos nombres a sus armas por la abuela?

—Sí, así es Zephyr. Cada uno de nosotros honramos a nuestra madre de esa forma, nombrando a nuestras armas como la de ella, claro que en diferente lenguaje.

—¡ahhh! que bonito… ¿y tu papá? —preguntó ahora Nuffink.

—Eh… ¿mi papá? —titubeó Astrid, recordando repentinamente algunos buenos momentos con este, pero también los malos.

—Sí. ¿cómo es el abuelo, mami? —le preguntó también Zephyr.

—Oh… él se llama Axel. —respondió muy apenas. —Y bueno, él es un hombre enorme y tosco, de él mis hermanos y yo sacamos el cabello rubio y los ojos azules. Nadie sacó el hermoso cabello negro de mamá o sus ojos castaños. Su arma en sí, es sólo una pequeña joya que tiene incrustada en un anillo, pero que lo ayuda a disparar una gran cantidad de egni que puede lastimar de gravedad al enemigo. Él llamó a dicha joya como "rubí de sangre"

—¡Wow! Suena a que el abuelo es genial… me gustaría conocerlo algún día y también a mis tíos y primo. —dijo Zephyr imaginándose a la familia de su madre, así como a sus respectivas armas.

"Dudo que ellos los quieran conocer" —pensó la cabizbaja Astrid para sus adentros.

—¿Y mami el arma de la abuela qué hace? —preguntó nuevamente Nuffink, señalando a la que estaba en la caja.

—Eh… bueno, en realidad… no lo sé, ella solía decirme que no sabía en realidad lo que hacía, pero lo que sí recuerdo es que ella solía colocarla así…

Astrid tomó el arma con forma de alas de la caja y con cuidado se la colocó detrás de la oreja como una especie de ornamento que captaba todo su perfil y llegaba hasta su boca.

—¡Wow, que bonito! Es como si fuera un micrófono, como las que usan las artistas en los conciertos. —comentó Zephyr notando aquella peculiaridad.

—¿Cómo?

Reaccionó Astrid al considerarlo, cuando repentinamente saltaron chispas del arma cerca de su oreja.

—¡Ah!

—¡Mami!

Se alejaron ambos niños de ella con tremendo chispazo.

—¿Estás bien? —preguntó Zephyr.

—Eh… sí, es sólo que… mejor me lo quitaré. —respondió Astrid, pero en cuanto trató de quitarse el arma de su madre, esta nuevamente reaccionó ahora arrojando una corriente eléctrica que le lastimó la mano. —pero ¿qué…

De pronto, el arma comenzó a reaccionar más, creando diversos rayos que comenzaron a expandirse a su alrededor y también a dispararse por toda la habitación.

—¡Mami!

Gritaron los niños al ver que Astrid se dejaba caer por el dolor provocado por la corriente eléctrica que la estaba envolviendo.

—¡Váyanse de aquí! —les gritó esta, tratando de soportar el dolor que el arma le estaba provocando.

Los niños dudaron en irse, pero cuando un rayo más intensificado salió disparado, ellos salieron huyendo clamando por ayuda.

—¡AYUDA! ¡TOOTHLESS!

El dragón que apenas escuchando los primeros gritos despertó, ya se encontraba corriendo escaleras arriba cuando se encontró con los niños.

—¡¿Qué pasa?! ¿Qué pasa? —gritó alarmado.

—¡No lo sé! ¡Mi mamá! ¡Algo le pasa a mi mamá! —gritó Zephyr, señalando hacia la habitación donde se podía apreciar cómo se alumbraba parpadeantemente por los rayos.

Toothless alertado, rápidamente corrió para averiguar qué era lo que pasaba, pero apenas llegando al umbral no pudo entrar puesto que los rayos comenzaban a salir de la habitación. Tanto él como los niños sólo alcanzaron a ver como Astrid, de rodillas en el suelo, trataba de soportar aquel poder cuando repentinamente se empezó a envolver de luz y esta comenzaba a expandirse amenazadoramente.

Viendo aquello, Toothless se transformó en dragón y envolviendo a ambos niños entre sus alas, los alejó del umbral, cuando de repente se escuchó un tremendo estallido.

Sin embargo, pese al tremendo ruido, el furia no sintió nada más que la incertidumbre de no saber si todo a su alrededor había explotado, pero cuando abrió sus alas y miró hacia atrás vio que el corredor estaba completamente intacto. De la habitación de Astrid, ya no se percibía ninguna luz.

—Mami…

Al escuchar a los niños chillar, rápidamente volvió a su forma humana y pidiéndoles que esperaran cerca de las escaleras, él se aventuró a ir a la habitación.

Lentamente se acercó y cuidadosamente asomó la cabeza, la habitación estaba como si nada o eso le pareció, hasta que notó el brazo de Astrid del otro lado de la cama. Asustado, rápidamente fue asomarse, encontrándose a la hechicera desmayada en el suelo.

—¡Astrid! ¿qué te pasó? ¡Astrid despierta! —la zarandeó con sutileza.

En la entrada de la habitación, los niños que ya no pudieron esperar, se asomaron para ver qué estaba pasando y en cuanto vieron a su madre desmayada rápidamente acudieron con ella.

—¿Qué le pasó? —chilló Nuffink.

—Tranquilos, tranquilos… ella sólo está dormida. —trató de calmar Toothless, aun meciendo a Astrid entre sus brazos.

—¿Dónde está Cielo? —cuestionó Zephyr llorosa, al notar que no estaba el objeto que le había hecho daño a su madre.

—¿Qué cosa?

—El arma de mi abuela, mamá se lo había puesto.

Toothless no comprendió lo que decía, pero al revisar ambos costados del rostro de la hechicera no vio nada, estaba completamente intacta.

¿Qué era lo que había pasado?

Continuará.

Sorry por la demora, este capitulo que pensé que sería corto (siempre digo eso) se alargó más de la cuenta, pero estoy agregando todos los detalles que quería y que serán importantes para futuros capítulos.

Probablemente este agregando demasiado información, pero como digo cada cosa tendrá su importancia en el futuro.

Y por cierto. ¿qué opinan de que Astrid les haya contado a los niños sobre su familia?

Agradecimientos para:

BlackWolf19, Maylu Liya y Amai do: muchas gracias por su apoyo, espero seguir leyéndolos.

A los favoritos, seguidores y anónimos muchas. Saludos.

05 de abril de 2021