Harry Potter pertenece a JK Rowling.
Star Wars pertenece a George Lucas (y a Disney)
Harén de Harry.
HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.
SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.
Capítulo 58: Batalla en el Ministerio
Confiando ciegamente en Harry, Hermione, Daphne, Padma y Susan, abandonaron a hurtadillas el colegio, con tal de dirigirse al Ministerio de Magia, solo para ser seguidos por Neville y Hannah, ¿Cómo se enteraron?, no lo sabían.
Pero su ayuda, fue muy buena, para realzar la moral del grupo.
— ¡Harry! —le llamó Neville, cuando llegó, al salón principal. — ¿Qué pasa?
—Ryddle, tiene a Sirius en la Sala de las Profecías, del Departamento de Misterios —resumió Harry.
—Iremos con ustedes —dijeron el Gryffindor y la Hufflepuff, Harry solo asintió.
—Vamos al bosque prohibido —dijo Padma, guiando al grupo.
— ¿Por qué iremos al bosque? —preguntó Hermione.
—Tomaremos los Thestrals e Hipogrifos, para salir de aquí y dirigirnos a Londres —resumió Padma, aquello pareció ser un buen plan.
—De acuerdo —dijeron Neville y Hannah.
Sin poderlos hacer volver, pues ambos tomaron la decisión de ayudar a Harry, fueron hasta el bosque, donde montaron los Hipogrifos y Thestrals, con Hermione, yendo en el mismo Thestral que Harry, y ya que los caballos sabían a donde querían ir ellos, Susan, Harry y Hermione, guiaron a los demás, hacía Londres, hacía el Ministerio de Magia.
Al llegar a su destino, Neville, los guio hasta una cabina telefónica.
Harry colocó el Knut y descolgó el teléfono, llevándolo a su oído. «Bienvenidos al Ministerio de Magia» dijo la operadora. «Por favor, diga su nombre y el motivo de su visita»
―Harry Potter, Hermione Granger, Padma Patil, Daphne Greengrass, Susan Bones, Neville Longbottom y Hannah Abbott, estamos aquí para salvar a alguien ―un montón de chapas aparecieron, cada una con el nombre de un miembro del grupo y se las colocaron en las camisetas.
«Harry Potter en Misión de Rescate»
«¿A dónde desea ir?» preguntó la operadora.
―Sala de Profecías ―dijo Harry.
«Noveno piso: Departamento de Misterios: Sala de las Profecías, por favor cuelgue» Así lo hizo y la cabina se hundió en el suelo, como si se tratara de un elevador, los minutos pasaron, hasta llegar al fondo. «El Ministerio de Magia, les desea un buen día» Descendieron del elevador y tomaron camino, mientras buscaban la sala de las profecías.
―Ryddle, me está guiando, no nos perderemos ―dijo Harry, antes de perder el equilibrio, y ser sujetado por Hermione y Neville.
― ¿Estás bien? ―preguntó Neville preocupado.
―Lo estaré, por aquí ―dijo él. ―Saquen sus varitas, vamos a encontrarnos con los Mortífagos ―todos obedecieron, mientras seguían a Harry.
El pasillo, era iluminado, con antorchas de fuego azul blanquecino. Atravesaron una puerta, la única de aquel pasillo.
Al pasar, comenzaron a ver puertas, en el nuevo pasillo.
―Recuerdo... las estanterías, muchas estanterías y esferas de cristal, con un humo blanco dentro ―dijo Harry, contándoles su visión/sueño, aunque ahora todos sabían, que era una trampa, causada por la Legeremancia de Voldemort.
Tardaron un largo rato, en llegar a la puerta correcta. ― "Harry, por aquí" ―susurró Hannah.
Harry tuvo otra visión, y gruñó, apretando los dientes y las manos. ― "Es Ryddle... el muy cabrón, nos ha guiado a una trampa" ―susurró. ― "Ah enviado a sus Mortífagos, para asegurarse de que alguien tome esa maldita Profecía"
― "Estamos listos, para hacerles frente, Harry" ―dijo Hermione.
― "Pasillo noventa y siete" ―susurró Harry. ― "Neville, Hannah, Padma, vayan por el otro lado, para así acorralar a los Mortífagos, usen todo lo que les enseñé, cada hechizo que se les ocurra, úsenlo absolutamente todo" ―el chico pelinegro y la rubia, asintieron y atravesaron, el pasillo que estaba ante ellos, hasta el otro lado, y siguieron buscando el pasillo noventa y siete.
― "Harry, por aquí" ―dijo Susan, cuando llegaron al pasillo.
― "¡Harry, mira!" ―dijo una asombrada Daphne, al leer el nombre de su novio, en una etiqueta de una esfera de cristal.
S.P.T a A.P.W.B.D
Señor Tenebroso a (?) Harry Potter
― "Lo veo" ―dijo Harry, antes de sacar su capa invisible y colocársela encima. ―Eres un pésimo mago tenebroso, ¿sabías Lucius? ―Dijo en voz alta, entonces, Lucius Malfoy salió de la nada, agarrándose el cuello, y otros Mortífagos aparecieron, ante los jóvenes, preguntándose donde estaba Potter, mientras que no podían ayudar a Malfoy, quien comenzaba a ponerse rojo.
―Te lo dije el año pasado, en el cementerio ―Malfoy comenzaba a dar patadas, su rostro estaba aún más rojo, y comenzaba a arañarse la garganta, Harry aflojó solo un poco, el agarre. ―No respetas al lado oscuro, crees infantilmente, que el lado oscuro te sirve, que obedecerá cada uno de tus caprichos. Nosotros servimos al lado oscuro, no al revés. Hermione, transforma las esferas en cuchillas, y luego usa un Oppugno. ―Ordenó Harry, y los Mortífagos abrieron sus ojos, pero ya era tarde, la transformación masiva, fue aún más rápida, gracias a que Hannah, Neville y Padma, obedecieron.
― ¡Oppugno! ―exclamó Hermione, apuntando a los Mortífagos, antes de que el grupo al completo, fuera mandado a volar, por Harry, quien literalmente volaba por el aire, quedando sobre la castaña. ―Si fuera en otra situación, esta posición no me molestaría, cariño.
―Totalmente de acuerdo, nena ―dijo Harry sonriente, antes de ponerse de pie.
― ¡Potter, entrega la profecía! ―ordenó Malfoy.
Harry sonrío, y solo con la Fuerza, hizo levitar su sable de luz, Hermione lo imitó, Padma el suyo, lo mismo con Susan y Daphne. ―Arrójenlos contra ellos, y enciéndanlos con La Fuerza ―ordenó.
Círculos negros, anaranjados, azules, verde, verde aguamarinas y amarillos, fueron contra los Mortífagos, pero solo Lucius logró reaccionar, al arrojar un Expelliarmus, desviando las armas, pero, aun así, escuchó el grito de Rabastan, cuando su pierna fue cortada, mientras que Dolohov y Travers, fueron decapitados, Gibbon se salvó con un Expelliarmus, estúpidamente Nott usó un Protego, solo para ser cortado por la cintura, los círculos volvieron a ellos, y los sobrevivientes, vieron a Potter con una Katana de hoja negra y otra naranja.
Susan un sable de hoja curva de color amarillo.
Daphne tenía empuñaba una vara larga, que en la punta tenía algo parecido a un tridente azul.
Padma tenía una Kopesh verde.
Hermione con una rara espada azul.
―Pierden ―dijo Harry, mientras que apagaba sus Katanas y estiraba su mano, mismo gesto copiado por Hermione, Padma, Daphne y Susan, mandando a los sobrevivientes, pero también a los fallecidos, a volar, bastante lejos. ―Hora de irnos. ―Todos asintieron.
― ¡Obscuro! ―exclamó Susan, lanzándoles vendas, las cuales se atarían alrededor de los ojos de los Mortífagos.
Abandonaron esa habitación, como alma que lleva el diablo, para luego ingresar en una, donde Hannah casi vomita, ¿la razón? Había cerebros dentro de frascos.
Padma tuvo una idea y abrió la puerta. ―Corran, se están acercando ―dijo sonriente, el grupo, extrañado así lo hizo, ella también corrió. ―Alohomora ―la puerta se abrió. Los Mortífagos sobrevivientes ingresaron por la puerta, y corrieron dentro, cuando los vieron a la lejanía. ― ¡Oppugno! ―los frascos fueron hacía ellos, siendo golpeados, en algunos casos, por los vidrios de los frascos o por las tapas y bases de metal de los frascos, ocasionándoles serios daños a sus enemigos.
― ¡Expulso! ―exclamó Neville, desde el fondo, el hechizo rosó la oreja de Padma, quien corrió hacía sus amigos y la explosión, hizo volar a sus enemigos, pero también a los cerebros, los cuales volaron hacía los Mortífagos, en algunos casos, sus tentáculos se aferraron a brazos o piernas o incluso a sus cuellos.
―Hora de irnos ―ordenó Harry, y todos corrieron fuera de allí, al volver su mirada, los Mortífagos aun luchaban contra las criaturas. ― ¡Diffindo! ―exclamó, mirando hacia atrás, solo un segundo. Sonrió, al escuchar un grito, el grupo siguió su camino, hacía el ascensor que los había bajado hasta allí, mientras que escuchaban, detrás de sí, a los Mortífagos acercándose lentamente, por estar magullados o por los cortes.
― ¡El ascensor, ya era hora! ―se alegró Neville, el grupo completo entró, mientras que veían a los Mortífagos, ir hacía ellos.
Harry y Hermione, estiraron sus manos y liberaron un pulso de la Fuerza, que pasó desapercibido para Hannah y Neville, cuando el ascensor comenzó a elevarse, y no vieron como los Mortífagos se tropezaron, volvieron al piso principal, donde estaba La Fuente de los Hermanos Mágicos.
El ascensor volvió a bajar, y varias explosiones provenientes de las chimeneas se encendieron y aparecieron los miembros de La Orden del Fénix, cosa que hizo suspirar al grupo, hasta que sonó el ascensor y los Mortífagos aparecieron.
― ¡No les entreguen la profecía, corran...! ―trató de ordenarles Sirius, pero Harry estiró su mano, cuando vio a los Mortífagos, arrojar varias Maldiciones Asesinas y Explosivas, las maldiciones se quedaron en el aire, igual que el año pasado, en el cementerio.
―No la entregaré, Sirius ―dijo Harry. ―Ataquen ―Pero, cuando los miembros de la Auténtica Defensa Contra las Artes Oscuras, vieron a los miembros de La Orden del Fénix, luchar con patéticos Expelliarmus, todos los jóvenes bufaron. ― ¡Fumos Nigrum! ―un humo negro, rodeó a los Mortífagos.
― ¡Diffindo! ―exclamó Hermione, disparando al humo negro.
― ¡Depulso! ―exclamó Padma, apuntando al mismo lugar.
― ¡Confringo! ―exclamó Hannah.
― ¡Reducto! ―exclamó Neville.
Daphne usó el maleficio de aliento pimienta.
Harry dejó su brazo estirado y se escuchó un grito de dolor, que les caló los huesos a todos.
Los gritos de los Mortífagos, resonaron en los oídos de los miembros de la Orden del Fénix, cuando el humo se fue aclarando, vieron a muchos de los Mortífagos fallecidos, solo Lucius y Nott, seguían vivos, pero muy malheridos.
― ¡¿Qué estaban...?! ―comenzó a chillar Molly Weasley, al ver los cadáveres, mirando fijamente a los jóvenes, quienes no parecían sentirse culpables, por las muertes, que acababan de provocar.
― ¡¿Qué estábamos pensando nosotros?! ―preguntó Harry enfadado, dejando muda a la matriarca Weasley. ― ¡¿QUÉ ESTÁN PENSANDO USTEDES?! ―preguntó, ahora mirando a todos los miembros de la Orden del Fénix, con el ceño fruncido. ― ¡¿QUÉ CREEN USTEDES, ¡¿QUE ES ESTO?! ―preguntó ―Hermione, tienes que lograr escabullirte, tienes que acercarte a ellos y disparar a la Profecía, un Confringo o algo, tenemos que destruirla, antes de que llegue Ryddle. ―Dijo telepáticamente, la castaña se movió sin que nadie la notara. ― ¡¿CREEN QUE ESTO ES UN JUEGO?!
―Escúchame, mocoso... ―comenzó Nymphadora, dando un paso al frente, no permitiría que un adolescente, ni siquiera Harry Potter, les hablara así.
― ¡ESCÚCHAME TU A MÍ, PATÉTICO INTENTO DE JUSTICIERA! ―Le interrumpió enfadado― ¡¿QUÉ ES ESO DE ATREVERSE A PLANTARSE ANTE LOS MORTÍFAGOS Y USAR EL DESMAIUS Y EL EXPELLIARMUS?! ―Preguntó, ninguno de los adultos contestó. ― ¡¿ES QUE ACASO PIENSAN, ¡¿QUE LOS MORTÍFAGOS VAN POR ALLÍ, ¡ATACANDO DE ROSITAS, ¡¿COMO SI FUERAN HIPPIES?! ¡LES RECUERDO A TODOS, QUE ESTAMOS EN MEDIO DE UNA PUTA GUERRA...! ―Un rayo de luz anaranjada, llegó hasta Harry, pero el Confringo, no lo hirió, golpeó la profecía, que cayó de su mano, rodó y fue destruida.
Hermione, usó el truco de la Fuerza de implante de recuerdos, para hacerle creer a Bellatrix, que ella había intentado dañar a Harry, pero apuntó mal y destruyó la profecía.
«El único, con el poder de vencer...»
Y la profecía se perdió.
― ¡Harry! ―gritaron todos, incluso Hermione, quien nuevamente se movió sin que nadie lo notara, hasta donde estaba su novio.
― ¡Mierda, pude haber perdido la puta mano! ―chilló, mirándose la mano e incluso moviendo los dedos.
― ¡BELLA! ―Chilló una voz estridente, que parecía venir desde ningún lugar. ― ¡¿QUÉ HA PASADO?! ―Y Voldemort apareció.
―A... Amo... ―gimoteó la mujer, ahora asustada. Sintió a Ryddle entrar en su mente, y lo vio. Vio como atacó a Harry, pero lo único que logró, fue destruir la profecía. ―Yo... yo intenté atacarlo... intenté... intenté... ―las lágrimas inundaron sus ojos.
―Mis supuestos "mejores" Mortífagos, derrotados por Potter y sus amiguitos, ¡Y HAN DESTRUIDO LA PROFECÍA...! ―fue lo último que logró decir Ryddle, antes de que una mano invisible le ahorcara, y él cayera al suelo, mientras sujetaba su garganta, en un inútil intento por respirar.
―Si el líder es patético, es lógico, que también lo sean, los subordinados. ―Dijo Harry, caminando hacía el Mago Tenebroso, que ahora estaba de rodillas e intentaba respirar, antes de recibir una poderosa patada en el rostro, que a cualquier otro, como mínimo, le hubiera roto la nariz. ―Me tienes harto, Ryddle, has agotado mi paciencia ―los miembros de la Orden del Fénix, vieron incrédulos, como Harry tenía a Voldemort a sus pies, literalmente, lo tenía a sus pies, y parecía a punto de desmayarse. Lo vieron ser elevado en el aire, antes de que los relámpagos escaparan de la mano de Harry, y electrocutaran al lord oscuro, que tantos problemas había causado, hace ya quince años a Inglaterra, las luces escapaban del cuerpo del hombre, mientras que, por momentos, incluso se veía su esqueleto en negro. ― ¡JAMÁS DEBERÍAS, ¡DE HABERTE ACERCADO A MI FAMILIA, ¡NI A LA DE NEVILLE, RYDDLE! ―Finalmente, Harry liberó la garganta del Lord Oscuro, solo para que, de su otra mano, escapara una llamarada, mientras que los gritos del Lord Oscuro, se escucharan. ― ¡DEBERIAS DE HABERTE LARGADO, DEL PUTO CONTINENTE! ¡DEBERÍAS DE HABERNOS DEJADO EN PAZ, PATETICO INTENTO DE SEÑOR OSCURO! ―Parecía un sueño, no podía ser real. Eso era lo que pensaban los miembros de la Orden del Fénix, al ver a Harry Potter, torturar a Voldemort, con piromancia y electromancia.
― ¡Harry! ―gritó Dumbledore, cuando vio a Harry sacar su varita.
― ¡Incarcerous! ―exclamó Harry, y unas cuerdas ataron al lord oscuro, que estaba muy cansado y a Harry, también se le notaba cansado. Varios, pero no todos, vieron como algunas secciones del cabello de Harry, se volvieron blancas. ― ¡Desmaius! ―y Voldemort cayó al suelo. ―Esto... es lo... negativo... del lado oscuro... algunos poderes, te dejan... seco.
― ¡HARRY, DETENTE! ―gritó Dumbledore.
― ¿Por qué? ―preguntó él, acercándose al Voldemort desmayado y estirando su mano. Harry se revitalizó, gracias a Ryddle.
Las chimeneas se activaron e ingresó Fudge, seguido de muchos otros miembros del personal.
― ¡¿Pero que...?! ―preguntó, al ver el cuerpo. ― ¡ES... ES...!
―Voldemort. ―Completó Dumbledore, por el Ministro.
