Marimar, bonita soy, au.

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RinMakoto. Los Generales en Saint Seiya por lo general tienen un poder similar a los Caballeros Dorados más débiles, por lo que tienen un pequeño problema las chicas, aunque por el momento habrá que esperar que viene.

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El Redentor 777. Ramón le prestó la armadura de Sagitario a Shinonome para que pudiera pelear, pues sí, las batallas se ponen mejor cada vez más.

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Sin más, comencemos…

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Jan de Caballo marino estaba luchando contra Nozaki y Shinonome las cuales habían teniendo algo de problemas ya que su poder parcia exageradamente fuerte, cosa que no era muy común con los Generales de Marina de Poseidón.

Shinonome estaba en problemas ya que el poder del Caballo marino era algo superior al suyo, aunque esta vez, una nueva arma llegó al sitio y era la Armadura Dorada de Sagitario, siendo enviada por Ramón desde la superficie para ayudarlas.

La vestimenta divina envolvió el cuerpo de la peli azul, aun así, se puso encima de parte de su armadura de Pegaso, mientras que se miraba como la chica ahora parecía un caballero de alto rango.

- ¿Cómo demonios tienes una armadura dorada? – dijo el General Marino el cual solo quedó atónito - ¡¿no se supone que solo eres una Saintia?!

- Sí lo soy, pero de igual forma no me importa, una persona importante me depositó la confianza de usar esta Armadura para poder combatir y derrotarte.

- Yo me pondré de pie también – Nozaki se puso de pie al lado de la peli azul – aunque mi cuerpo duela sigo siendo una guerrera de Athena.

- Pobres idiotas, lo único que encontrarán aquí es la muerte – dijo el peli blanco mirando a las dos chicas y este solo elevó su cosmos - ¡aunque te hayas vestido con esa armadura, no te servirá de nada Pegaso!

- Eso lo veremos – Nozaki y Shinonome elevaron sus cosmos mirándose fijamente para empezar la batalla.

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De nuevo en la superficie…

- ¿Ramón? – Claudia miró como su amante se levantaba de la cama y solo iba afuera de la habitación y miraba el cielo lluvioso.

- Claudia, hay algo que debemos hacer.

- ¿Por qué te pones así? ¿Pasó algo?

- Necesito llamar a alguien – con eso, el chico elevó un poco su cosmos mientras buscaba a cierta persona hasta que encontró su energía - ¿me escuchas?

- ¿Eh? ¿Ramón? ¿Qué pasa?

- Asuka, necesito que me hagas un favor – dijo el chico mentalmente hablando con la Mahou Shoujo.

- ¿Qué pasa?

- Necesito que vengas aquí y lleves una cosa al mundo submarino donde las chicas y Hibiki están peleando – decía el peli azul.

- ¿Y que necesitas?

- Necesito que lleves una de las Armaduras Doradas al templo submarino – con eso, la de ojos azules quedó anonadada – sé que es difícil de explicar, pero es algo de vida y muerte, eres alguien que necesito para esta misión.

- S-Sí, iré allá de inmediato, de suerte estoy cerca de aquí – dijo la chica para dejar de hablar con el joven y solo se escuchó el silencio.

- Gracias Asuka – suspiró el chico mientras veía los pilares en donde estaban las Armaduras Doradas.

- Amor, me estás asustando – dijo la mexicana mirando a su amante.

- No te preocupes cariño, solo estoy planeando algo para ayudar a las chicas, no solo se trata de enviarles Armaduras doradas, necesitamos algo de lógica.

- ¿De qué hablas?

- Solo existe una armadura que puede ayudar a todos allá – dijo el chico – y es la Armadura de Libra.

- ¿Libra?

- Sí, por eso le pedí a Asuka que viniera a hacerme el favor de llevarla a los demás – la declaración de Ramón llamó la atención de la peli negra la cual, aunque habían hecho las paces con Asuka y las demás Mahou Shoujo, quedó extrañada por eso.

- ¿Por qué Asuka? Podría hacerlo yo o alguno de los chicos, incluso puede Esperanza – dijo la chica.

- Con Asuka tengo planeado otra cosa, ya verás que será.

- Bien, confío en ti – dijo la chica abrazándolo por detrás mientras él solo sonrió.

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- ¡Meteoros de Pegaso! – exclamó Shinonome al General Marino el cual logró esquivar a duras penas.

- ¡Eso no funcionará Pegaso! – exclamó el peli gis saltando sobre todos sitios, pero llegó un momento en el que fue atacado de frente por la otra Saintia.

- ¡Garras de Oso! – la rubia lanzó dos ráfagas de aire las cuales se manifestaron como las garras de un oso, cosa que el General logró detener, aunque de igual forma le costó bastante.

- Maldita.

- Nozaki, déjame pelear a mí, quiero derrotarlo – dijo la peli azul.

- Pero Shinonome-san, tu…

- No te preocupes, estaré bien, no confiaré 100% en el poder de la Armadura de Sagitario, sé que necesito luchar con mis propias manos.

- Bonitas palabras, pero no harán que cambie de decisión de asesinarte Pegaso – el General preparó su ataque de nuevo para acabar con la peli azul - ¡Mueran de una vez Guerreras de Athena! ¡Vientos huracanados!

- Ya recuerdo – Shinonome buscó detrás de su armadura y encontró lo que parecía ser el arco y flecha de Sagitario – lo tengo.

- ¡Mueran!

- ¡Nozaki, detrás de mí! – exclamó la chica mientras que la Saintia de Osa mayor obedeció eso, y solo miró como la Saintia de Pegaso ponía la flecha dorada en su arco y apuntaba hacia el General.

- ¿Puedes usarla Shinonome-san?

- No lo sé, pero mi antecesor Seiya de Pegaso la usó varias veces, así que intentaré hacerlo – la chica miró como el General lanzó su ataque y esta la peli azul no tuvo más opción que lanzar la flecha dorada hacia el enemigo. La flecha había sido dada al Caballero de Sagitario desde la era mitológica la cual era capaz de asesinar dioses, pero esta solo se usaba en casos de emergencia, pero la peli azul pensó que esto era necesario - ¡adelante!

Con eso, Shinonome lanzó la flecha y esta atravesó con todo el poder dorado el ataque de los Vientos Huracanados y finalmente llegó hacia donde estaba el General atravesándolo en la zona del pecho y el tipo terminó siendo arrastrado hasta chocar con el enorme Pilar que defendía, pero este no sufrió ninguno daño, aunque el General si ya que su Scale se destruyó con el impacto y este solo cayó al suelo casi moribundo.

- ¿Q-Que demonios?

- Funcionó – dijo la peli azul suspirando – realmente lancé la flecha de sagitario.

- ¿Qué pasó con Caballo Marino?

- Creo que lo vencimos – Pegaso se acercó al tipo el cual estaba mirando al cielo marino mientras parecía que estaba en las últimas por el flechazo recibido.

- N-No puedo creerlo… me dieron y me… vencieron – decía Jan mientras veían fijo a las Saintias – realmente… son poderosas.

- Ahora destruiremos el Pilar para que el mar baje y podamos salvar a todos – exclamó la peli azul mientras cargaba su cosmos - ¡vamos Nozaki!

- ¡Sí! ¡Garras de Osa Mayor!

- ¡Cometa de Pegaso! – ambos ataques fueron directo al Pilar y todo el sitio se iluminó cuando tocaron la enorme estructura, pero a los segundos de haberse quitado la luz, se miró algo impresionante, el Pilar no tenía ni un rasguño - ¿Qué?

- N-No le afectó ningún ataque nuestro.

- Era de esperarse de Saintias como ustedes – río Jan en las últimas – no podrán destruir los Pilares… con sus cosmos tan bajos, ni siquiera usando las Armaduras Doradas… ven que ni siquiera la flecha de Sagitario pudo con él… están perdidas.

- ¿Cómo destruimos esto? – preguntó la rubia al tipo.

- Ustedes jamás lo harán… al final, nosotros los Generales de Poseidón… ¡triunfaremos! – fue lo último que dijo el peli gris antes de caer al suelo muerto dejando bastante sorprendidas a las dos chicas.

- Mierda, ¿y ahora que hacemos? – se preguntó la Saintia de Pegaso mirando el pilar - ¡lo atacaré de nuevo!

- Espera Shinonome-san, no creo que sea buena idea, ya viste que ni siquiera la Flecha de Sagitario pudo con esto.

- ¿Qué hacemos entonces?

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Mientras tanto en otro lado…

Se miraba a dos figuras correr bastante rápido por una gran llanura del lecho marino, aunque una de ellas llevaba una caja de Pandora en la espalda de color dorado la cual llevaba el dibujo de una balanza dorada.

- Gracias de nuevo por acompañarme Kurumi.

- No iba a dejarte sola Asuka-san – sonrió la enfermera. Cuando Ramón le dijo a Asuka que le hiciera un favor, se refirió mandarles la Armadura de Libra a las chicas, pero Kurumi no dejaría sola a la peli gris ya que pensó que necesitaría sus poderes curativos, pero de igual forma sabía que podría ser peligroso ya que eran unos combatientes bastante fuertes.

- Espero encontrarme con alguna de ellas, aunque también espero no tener que combatir porque… - en eso, la de ojos azules se detuvo al igual que su amiga castaña y solo miraron hacia todos lados – sentí algo.

- ¿En serio?

- Así es, y no es un cosmos amigable.

- Vaya, vaya, tenemos invitadas y vaya que son lindas – exclamó una voz desde un punto alto.

- ¿Quién anda ahí?

- No me creo que haya chicas tan lindas, pero de igual forma miro que llevan algo de gran valor – río uno de ellos mirando como la chica de cabello gris llevaba el armamento dorado – si no quieren morir es mejor que se rindan y entreguen la Armadura Dorada.

- Ni creas que haremos esto, esta armadura necesita ser llevada hacia donde están las Saintias de Athena peleando.

- Pues entonces morirán – río el tipo el cual luego se reveló y mostró su verdadera cara – parece que no saben que es este rango ¿verdad?

- T-Tu eres…

- Para que me miren mejor que nunca – la persona se quitó el casco y mostró que en realidad era una chica de cabello rubio y ojos verdes la cual llevaba una Scale Dorada, lo que significaba que era alguien de alto rango del ejército de Poseidón.

- Mierda, eso es…

- Así es, soy Imka, uno de los 7 Generales Marinos, General de Lymnades.

- ¿General de Lymnades?

- Así es, soy aquella que protege el Pilar del Océano Antártico – la chica elevó su cosmos al máximo mostrando como su poder era bastante grande – aunque miro que no son Caballeros de Athena.

- Somos Mahou Shoujo, no somos guerreras de Athena.

- Ya veo, así que solo son unas niñitas que a lo mejor ni un cosmos bueno poseen – río la General mientras lanzaba velozmente un cuchillo hacia las dos chicas, pero Kurumi lo bloqueó con su escudo mágico.

- No creas que somos víctimas fáciles, hemos entrenado y tenemos el poder similar que alguien del rango de un Caballero de Athena, en especial, de los más altos – dijo Asuka algo molesta.

- No serán presas fáciles por lo que miro, tengo que decir que es una vista deprimente – suspiró la General – pero no importa, lucharé contra ustedes por esa Armadura Dorada, esa será tomada por mí y se la daré a mi señor Poseidón.

- ¡No lo permitiré! – exclamó la peli gris mientras que le dejó la caja de Pandora de la armadura Dorada a su amiga mientras que ella iba hacia donde estaba la General la cual solo retrocedió un poco hasta que Asuka no pudiera verla.

- Ten cuidado Asuka-san.

- ¿Dónde estás? – preguntó la peli gris mirando hacia todos lados de la pequeña colina a la que subió, pero luego de un momento de ver para ver si encontraba a la General, se topó con alguien más, pero de igual forma se transformó en Mahou Shoujo y solo tenía enfrente su karambit por si necesitaba pelear.

- ¿Por qué me apuntas con eso Asuka? Me asustas – la voz llamó la atención de Asuka y esta solo quedó pensando sobre que era.

- Se me hace familiar esa voz – suspiró la chica - ¿Quién eres?

- ¿No me reconoces Asuka? – la figura se mostró ante ella y la peli gris quedó callada cuando supo quién era – hola de nuevo hija.

- ¿M-Mamá? – preguntó la chica totalmente anonadada – p-pero… ¿Qué haces aquí?

- ¿No te alegra de verme?

- S-Sí, claro que me alegro de verte – Asuka había perdido a sus padres cuando tenía 12 años, fue luego de la gran guerra en México y luego de ser castigada por las autoridades del mundo mágico que ella volvió a Osaka y sus padres fueron víctimas de unos terroristas los cuales luego derrotaría, pero siempre quedó con aquella espina de no haberlos protegido, por eso es que, al ver a su madre, se emocionó bastante – no sabes cuánto me alegro de verte.

- Yo igual, ven y dame un abrazo – la mujer la cual era físicamente parecido a su hija extendió los brazos y Asuka se dejó llevar por el sentimiento de volver a ver a su progenitora y aceptó el gesto.

- Hija – la mujer sonrió, aunque luego se formó una mueca de malicia y en menos de lo que canta un gallo, sacó un cuchillo y se lo clavó en la espalda la cual solo gritó por el dolor y no entendió porque pasó eso.

- ¿M-Mamá? – exclamó la chica cayendo de rodillas en el suelo por el dolor y algunas lágrimas caían de los ojos de la peli gris - ¿P-Por qué?

- Porque no soy tu madre – río la mujer para después mostrarse como la General de Lymnades – solo soy Imka, ni creas que te dejaría ir así de simple Mahou Shoujo.

- ¿P-Por qué hiciste…?

- Puedo cambiar de forma y mostrarme como una persona importante para la persona la cual esté enfrentando, en ese caso, pude ver en tu corazón poseías a tus padres, aunque de igual forma lo hubiera hecho con tus amigas fallecidas o con el chico que amaste en el pasado.

- T-Tu… - en eso, la peli gris miró como la General se acercó a donde tenía el cuchillo clavado y la rubia comenzó a jugar con este moviéndolo y enterrándolo al mismo tiempo causándole más dolor a la de ojos azules la cual gritaba.

- ¡Asuka-san! – en eso, apareció Kurumi mientras que observó cómo su amiga estaba siendo torturada por la General - ¡deja a Asuka-san!

- Vaya, otra chica la cual podría matar lentamente – sonrió la rubia mientras se alejaba de Asuka.

- ¡Asuka-san! – Kurumi llegó a donde estaba su interés amoroso y solo miró la herida que la había hecho la General, sacó su remedio mágico y la curó al instante - ¿estás bien?

- Sí, gracias Kurumi – la peli gris se puso de pie y miró de mala manera a la General – realmente hay cosas que no me gustan, pero que usaras la imagen de mi madre, realmente me molesta y eso no lo perdonaré.

- ¿Cómo es que se recuperó tan rápido? – exclamó la chica rubia por lo bajo – esa chica realmente es bastante peligrosa ya que cura las enfermedades y heridas al instante, debo deshacerme de ella.

- ¡Aquí voy! – Asuka se lanzó hacia la General la cual esquivaba sus ataques incluso sacó us uñas las cuales se volvieron largas y filosas.

- No creas que eres la única que pelea usando armas – dijo la rubia tratando de darle un golpe a la chica, pero esta era intervenida por el karambit de la Mahou Shoujo, ambas chochando con sus poderes, aunque Kurumi quiso ayudar a Asuka, esta fue detenida por esta que la dejara luchar.

- Eres fuerte.

- Lo mismo puedo decirte Mahou Shoujo, pero déjame decirte que la Armadura Dorada la tomaré para que no se pueda usar.

- Sobre mi cadáver.

- ¡Eso lo veremos! – la chica se escabulló de parte de Asuka y solo se digirió hacia Kurumi, pero esta reaccionó a tiempo dándole un golpe en el estómago a la General la cual retrocedió - ¿Cómo?

- No creas que soy débil solo por parecer alguien que cura, sé artes marciales y combate mágico, así que no soy débil.

- Malnacidas – con eso, la General solo suspiró molesta y elevó un poco más su cosmos mientras que detrás de ella mostraba la imagen de las Lymnades, las cuales eran un tipo de ninfas que vivían en lugares de agua dulce – esto no se quedará así, la próxima vez que me las encuentre, juro que las mataré.

- ¡Espera! – Asuka se lanzó a atacarla, pero esta se esfumó en una gruesa capa de humo que ella misma lanzó para huir – mierda, se fue.

- Lo siento Asuka-san.

- No te preocupes, no tienes culpa de esto, yo me descuidé por creer que veía a mi madre, realmente no creí que esa tipa tuviera esa habilidad y es que yo también me confié bastante.

- Asuka-san.

- No importa, realmente creo que necesito mejorar eso, así que solo vayámonos, hay que entregar la Armadura – dijo la peli gris y sin más, ambas se fueron hacia donde pudieran sentir algún cosmos, hasta que finalmente sintieron una cierta cantidad de cosmos llegando de algún lado.

- ¡Por allá!

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- ¡Meteoros de Pegaso! – exclamó Shinonome lanzando varios ataques hacia el Pilar el cual estaba desprotegido porque el General estaba muerto al haberlo derrotado, pero los ataques de la Saintia de Pegaso no hicieron ningún efecto.

- ¿Cómo es que no le hace nada?

- Intentaré lanzar la Flecha de Sagitario – dijo la peli azul mientras trataba de lanzar la flecha de nuevo, pero esta vez no era la misma flecha bañaba en cosmos dorado, solo era una flecha normal y no hacia ningún efecto – mierda, creo que como no manejo el séptimo sentido, no hace ningún efecto, solo Maldonado puede hacerlo con normalidad.

- ¿Qué haremos? – preguntó Nozaki preocupada – no podemos derribar el Pilar, la Flecha de Sagitario no funciona, nuestros ataques tampoco le hacen ningún daño.

- ¿Qué mierda podemos hacer? – preguntó Shinonome por lo bajo y luego de pensarlo un poco, se le vino algo a la mente por las memorias de Pegaso – necesitamos la Armadura de Libra.

- ¿La Armadura de Libra?

- ¡Oigan! – dos voces se escucharon de fondo y solo miraron como es que venían las dos Mahou Shoujo.

- Son Otori-san y Mugen-san.

- ¿Qué hacen aquí? – preguntó Pegaso mirando a las dos chicas - ¿y que traes detrás?

- Es lo que nos ayudará a ganar esta Guerra – dijo la peli gris mostrando la caja de Pandora – es la Armadura de Libra, con ella, destruirán los Pilares.

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Continuará…