Azul Eléctrico

Disculpas

Cuando desperté me di cuenta de que había llorado hasta quedarme dormida porque tenía esa extraña sensación de estar cansada y con los ojos hinchados, aún habiéndome levantando un par de minutos atrás. Mire por la amplia ventana para encontrarme con el principio del amanecer, debían ser alrededor de las 5:00 AM pero no podría conciliar el sueño de nuevo. Con resignación me peine en una coleta alta y baje hasta la cocina con cuidado de no hacer ruido, abrí la alacena, saque un pequeño y elegante frasco de vidrio traído desde el país del del té y comencé a calentar agua.

Quince minutos después estaba en la terraza de mi habitación que daba hacia la calle principal de Sunagakure sentada sobre una amplia silla color arena, vestida aún con mis pijamas y un taza de té caliente en las manos.

Mire el amanecer apenas iniciado y deje salir un largo suspiro ¿Cuándo será el día que podría dejar de pensar en Sasuke a cada paso que daba? Lo que me hizo recordar la discusión con Kankuro la noche anterior y sentí un pequeño dolor en el pecho.

Y como por arte de magia sentí su presencia detrás mio.

Buenos días Naruko.— dijo Kankuro despacio

Buenos días Kankuro.— dije aún sin perder de vista el amanecer sobre la arena

Fui a tu cuarto anoche, justo después de que discutiéramos.— dijo Kankuro sentándose a mi lado pero aún así no lo mire —¿Sabes? Ese viaje debió ser verdaderamente agotador, tú siempre tienes un sueño muy ligero y cuando llegue a tu habitación para disculparme ya estabas profundamente dormida.— dijo mirando el amanecer también —Estabas llorando, llorando entre sueños.— dijo y soltó un pesado suspiro —Repetías su nombre una y otra vez, es lo único que decías y lo decías a gritos.— Dijo

Nos quedamos en silencio, definitivamente había soñado con Sasuke, pero era casi una rutina hacerlo, lo que no sabía era que hablaba dormida y pensándolo bien, quizá Naruto me hubiera escuchado alguna vez pero si así fue nunca me dijo nada. Kankuro se acercó hasta estar a un par de centímetros de mí y pasó un brazo por encima de mis hombros pegándome a él en un cariñoso abrazo.

Lamento todo lo que dije, lo de Sasuke y lo de no tener padres.— dijo poniendo su brazo izquierdo en mi pierna —Sasuke es alguien a quien realmente valoras e independientemente de lo que yo piense de el.— dijo y nos miramos a los ojos —No debí hablar así de alguien tan cercano a ti, no lo volveré a hacer, te lo prometo.— dijo y finalmente lo abrace de vuelta

Te perdono.— acepte finalmente

Gracias Naruko.— dijo abrazándome más fuerte

Nos quedamos juntos un rato más hasta que el sol hubiese salido casi completamente. Kankuro de puso de pie entrando a la casa y se volteó para hablarme antes de cerrar la puerta de cristal que unía a la terraza.

Prepare un picnic para nosotros y Temari, será a las afueras de la aldea un par de horas después del medio día.— dijo animado

¿Es un Picnic de perdón?- -pregunté riéndome

Si Naruko, es un picnic de perdón.— dijo finalmente y se fue riendo ante la idea.

Me quede un rato más, después me bañe, me vestí con unos Jeans y una simple playera azul cielo. Me peine con un par de coletas altas.

Salí de la casa con esperanza de que el soleado desierto me devolviera el bronceado que había perdido en el hospital y camine por las calles tranquilamente. Después de unos quince minutos sentí como un par de presencias me flanqueaban y cuando giré mire detrás de mí encontrándome con los dos Anbu y finalmente pude ver lo que había debajo de su chaqueta; una armadura gris en el pecho, sobre una camisa negra y con pantalones del mismo color, además de una cinta atada un poco más arriba de la rodilla, una guardia de metal en el brazo y guantes.

Buenas tardes.— los salude mirándolos a la cara

Buenas tardes Naruko-san.- saludo el de la máscara de oso

Nuestro deber es cuidarla Naruko-san.— dijo el de la máscara de pájaro

Sinceramente pensé que habían vuelto a la aldea.— dije mirándolos

Debemos escoltarla de regreso.— aclaró el pájaro —Además de protegerla en la aldea.— señaló

En la aldea no hay necesidad.— aclare —¿De verdad van a quedarse hasta que me vaya? No sé cuánto tiempo me quede, bien podría tardarme semanas; al fin y al cabo este es mi hogar.— dije

Lady Hokage nos dio una misión, no es nuestra decisión cuánto tiempo estaremos aquí, solo cumplimos sus órdenes directas.— explicó el pájaro

De acuerdo.— dije asintiendo —Si requieren algo no duden en comunicármelo, mi padre lo resolverá.— ofrecí

Si, Naruko-san.— me agradeció el Oso y un pestañeo después desaparecieron

Los Anbu en general parecían seres misteriosos, pero siempre parecían tener algo de magia en la suavidad de sus movimientos, como si todo estuviera calculado y a cada segundo estuvieran cumpliendo con un perfecto horario, llegando y yéndose tan invisible e insonoros como una sombra.

Seguí pensando en los Anbu hasta que llegue al hospital. Entre por las amplias puertas y enseguida el olor a medicina me inundó, todo era blanco como cualquier hospital pero al ser de la aldea de la arena la recepción tenía algunos disimulados detalles en color arena. Hable con la recepcionista y un segundo después llamó a Yuki a la puerta. Llego aquella chica bajita con cabello morado perfectamente cortado por encima de los hombros, piel clara sin ser pálida, unas pequeñas pecas que le adornaban la nariz y un par de ojos marrones que mostraba curiosidad y perfecciónismo, Yuki era una persona increíblemente organizada e inteligente pero su baja estatura hacía que pareciera una niña a pesar de su carácter maduro. Yo era pequeña también, de hecho Yuki era tan solo 7 céntimos más pequeña que yo, pero me hacía sentir más alta a su lado, ya que estando al lado de Sakura me convertía automáticamente en la niña pequeña del grupo.

Naruko-chan.— dijo sonriendo mientras avanzaba hacia mi haciendo ruido con sus zapatos blancos a juego con su uniforme de medicina.

Yuki-Chan.— dije sonriendo de vuelta

Me dijeron que querías verme ¿Te lastimaste otra vez?— preguntó con sus ojos curiosos

Esta vez no.— dije recordando —He venido a saludarte únicamente.— dije mirándola

Es cierto.— dijo acomodándose las gafas, era una especie de tic que tenía —Te has ido a vivir a Konohagakure.— dijo mirándome con curiosidad —¿Cómo has estado allá?— preguntó

Te lo cuento todo si vienes conmigo por un helado.— dije sonriendo

Siempre sabes como salirte con la tuya.— dijo sonriendo mientras le avisaba a la recepcionista.

Salimos por la puerta principal y caminamos un par de calles hasta su heladería favorita, pedimos un par de conos y nos sentamos en las bancas multicolores del establecimiento.

¿Cómo vives allá?— preguntó ajustándose las gafas

Vivo con mi hermano, ha sido bastante sencillo pasar el tiempo con el.— dije mirando al cielo del mismo color de los de Naruto.

¿Tienes un hermano?— preguntó Yuki sorprendida

Es mi gemelo.— dije mirándola, había olvidado que nadie más sabía de ello

Pensé que únicamente tenias a la familia que te había adoptado.— dijo sorprendida

Solo tengo a Naruto.— dije pensando en mis padres

Lo siento.— se disculpó Yuki mirando al suelo y negué con la cabeza

No te preocupes, no es como si no tuviera una familia.— dije intentando animarla

Cierto.— recordó —Cambiando de tema, no me imagino cómo es tu hermano.— dijo sonriendo

Ya te dije que es mi gemelo, Dattebane.— dije riendo

Entonces es un chico rubio de ojos azules con una piel ligeramente bronceada y tres marcas a cada lado de las mejillas.— dijo adivinando

Exactamente.— dije sonriendo

Probablemente es un muy guapo.— dijo sonrojándose

No sabría decirte, supongo que no puedo verlo así porque es mi hermano.— dije imaginándome la cara de Naruto

¿Y tiene novia?— preguntó Yuki sonrojada

No pero…— dije recordando a la ojos perla

¿Pero qué?— preguntó nerviosa

Hay una chica que esta perdidamente enamorada de él, Hyuga Hinata, es increíblemente amable, sencilla y tímida pero estoy segura de que daría la vida por mi hermano.— dije recordando a Hinata

¿Y crees que saldrían juntos?— preguntó Yuki curiosa

¿Sabes? Con tan solo ver cómo lo ama Hinata-Chan, podría apostar que el destino encontrará la manera de reunirlos, es ese tipo de amor.— dije suspirando

Ya veo.— dijo Yuki acomodándose las gafas —De la manera en la que amas a Gaara-sama.- dijo mirándome

De esa manera.— mentí

Terminamos nuestros helados mientras hablábamos de todo lo que pasaba en la aldea desde que me había ido, pero Yuki pasaba la mayor parte del tiempo en el hospital así que no sabía mucho más de lo que yo sabia.

Te extrañaba muchísimo Naruko.— dijo sonriendo

Yo también.— dije mirándola

Hemos hablado por horas y parecen minutos.— dijo acomodándose las gafas

¿Qué hora es?— pregunté preocupada

Dos y cuarto.— dijo mirando su reloj de mano

¡Mis hermanos me esperan!— grite poniéndome de pie —Nos vemos después Yuki-Chan.— grite despidiéndome

Iré un par de días a Konohagakure, quizá nos veamos allá.— dijo despidiéndose