Harry Potter pertenece a JK Rowling.

Star Wars pertenece a George Lucas (y a Disney)

Harén de Harry.

HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.

SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.

Capítulo 60

En aquellos momentos, Harry estaba acostado en su cama, mientras se debatía, sobre lo que debía de hacer.

Volvió su mirada al periódico, donde estaba una nota, de parte del ministro, admitiendo la resurrección de Ryddle, y le habían pedido su recuerdo, para saber sobre lo ocurrido, en el Cementerio.

Se veía la fotografía en movimiento, de cuando vio resurgir a Ryddle, del interior del caldero, en el cementerio de Little Hangleton y luego, el combate en el Ministerio, con una leyenda por encima, que rezaba: «Él ha vuelto» El periódico, daba un reportaje, sobre lo ocurrido en el cementerio, hace casi dos años, sobre la resurrección de Ryddle, como él asesinó a los Mortífagos que se presentaron. Y también de la batalla en el Ministerio, y una especulación muy asertiva, acerca de la existencia de la Sala de las Profecías, y acerca de que se buscaba, una Profecía, que indicaba que Harry, era el único capaz de vencer a Tom.

—En esos momentos, en los cuales no sabes cómo sentirte. —Dijo una voz femenina, que hizo a Harry sonreír.

—Hola, Susy —dijo Harry, pasándose una mano por los ojos. —Es verdad. Es como... estar en un punto, en el cual no puedes retroceder, ni tampoco avanzar.

— ¿Qué te dice la magia? —preguntó Susan, acariciándole el hombro. — ¿Qué te dice, la Fuerza? Eres quien más medita de entre todas nosotras —sonrió. —Ni siquiera Padma, medita tanto como tú, en busca de una respuesta.

Harry asintió. La investigación de los Horrocruxes, y su intento por forzar sus recuerdos y descubrir el otro u otros posibles Horrocruxes, lo estaban agotando mentalmente. —Solo... solo deseo, dar con los restantes Horrocruxes, y ya después, buscaremos una forma de demostrar que está muerto. Estoy agotado, pero... —enseñó una sonrisa. —El Gryffindor en mi interior, quiere acabar esta batalla, tomar la nave y volver a la galaxia... donde me espera, otra guerra, que se está desarrollando ahora mismo.

— ¿Qué ha pasado? —preguntó Susan, preocupada.

—No sé... vi a la Federación de Comercio, aliándose con un lord Sith muy extraño, al parecer, están rearmando sus fuerzas, quieren causar caos en la Galaxia y acabar con la Republica —explicó Harry, recordando sus sueños, antes de suspirar. —No sé, en qué creer. Y no. No es que esté debatiéndome, entre ser un Jedi o un Sith... o un Mago —Susan y él sonrieron. —No sé, qué camino es correcto. Los Jedi aprueban la paz, y aprueban no matar, pero... primero arrestarían a los líderes de la Federación, y luego ellos de alguna forma escaparían de prisión, y el conflicto se reiniciaría.

Susan solo le acarició el cabello. —Cuando terminemos nuestra educación mágica, y luego de que obtengamos, algo de práctica, en el mundo mágico laboral... te prometo, que iremos a ayudarlos.

—Gracias —dijo Harry, para entonces girar su cabeza, llevar una de sus manos, a la nuca de Susan y delicadamente, acercarla a sus labios, dándole un beso.

Noticias, sobre como Fudge admitió la resurrección de Voldemort, estaban en el periódico.

Noticias de la destitución de Fudge, su desacreditación y el odio presentado por la Comunidad Mágica.

-/-/-/-

Mientras iban al Callejón Diagon, para comprar los útiles y libros de sexto año, Harry vio a Theodore Nott, cruzar, hacía el Callejón Knockturn. Frunció el ceño, miró los libros en su mano y los metió en su baúl, empequeñeció su baúl y siguió al chico. Ya se haría cargo del Ministerio, quienes seguramente le enviarían una amonestación, por hacer magia, siendo todavía un menor de edad.

Siguió a Nott, quien ingresó en un negocio llamado Borgin & Burkes, una tienda de magia oscura. Se paró en un callejón, y se acercó a una puerta, abriéndola con la Fuerza, era similar a la asfixia, pues tenías que estirar tu brazo, y que tu mano tomara la forma deseada: como si agarraras el cuello de tu víctima. O en este caso, como si agarrara la manija de la puerta, y la hizo girar lentamente, usando ahora el hechizo Reparo, se encargó, de que las bisagras no chirriaran, se colocó la Capa de Invisibilidad, la cual siempre se aseguró de mantener cerca de él, e ingresó sigiloso, en el negocio, se acercó a la puerta, pero solo descubrió, que Nott quería reparar algo, que no podía sacarlo del lugar donde estaba, y quería que Borgin aun así, lo ayudara, o que le indicara qué hacer. Tomó nuevamente su varita, y rápidamente, usó el Desmaius contra ambos, se acercó a Nott e ingresó a su mente, gracias a La Fuerza, descubriendo la existencia de la Sala de los objetos perdidos, en la Sala de Menesteres, y la existencia del armario Evanescente, así como la fecha, en la cual Nott, atentaría contra Dumbledore y en la cual Voldemort atacaría el colegio. Gruñó y usó el Obliviate en ambos, para que olvidaran, siquiera, que habían sido atacados, los puso de pie él mismo, con la Telequinesis de la Fuerza, los curó ligeramente y los hizo despertar, mientras que él escapaba.

Decidió, que necesitaba mucha más información, aun así, ya iba pensando, en escribir una carta, al Ministerio de Magia, o bueno: a Amelia Bones y al jefe de la oficina de Aurores, pero necesita más información: ¿Cuándo iba Nott, a usar el armario? Y ¿a qué hora?

Cuando tuviera esa información, enviaría la carta a madame Bones.

Dumbledore no le agradaba, pero no lo dejaría, morir así sin más. Le pondría de sobre aviso, y si descubría que era él, pues muy mal.