El dios de los mares está furioso.

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RinMakoto. Kurashiki está batallando con todo lo que tiene y los elementos pueden ser vitales aquí y Akane la tiene difícil, pero aquí verás algo diferente con ella.

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El Redentor 777. Los Generales son bastante fuertes, así que las cosas no se verán tan fáciles para ellas y Kurashiki la tiene algo complicada, aunque la Armadura Dorada veremos que pasará.

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Sin más, comencemos…

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Mientras los demás peleaban entre sí, las cosas no marchaban nada bien en la superficie en varias de las regiones de la tierra, sin embargo, en otras, el agua estaba bajando en otras partes de la Tierra.

Sin embargo, Poseidón, desde su trono solo miraba el cielo marino el cual parecía estar bajando.

- ¿Lo están haciendo de nuevo esos Caballeros de Athena? – el dios de los mares solo gruñó un poco, pero se calmó rápidamente – no importa, esta vez los Generales han estado bendecidos por mi poder, por lo que no será nada fácil derrotar a los Generales.

Con eso, el dios solo esperaba la derrota inminente de los Caballeros, aunque las cosas parecían ir a otro lado ya que las cosas no marchaban nada bien.

El General de Caballo Marino había caído ante el poder de Shinonome y ahora varias de las Saintias seguían batallando contra los Generales.

Con Akane, esta se encontraba bastante lastimada por las heridas causadas por la General de Crisaor y su lanza dorada.

- ¿Qué pasa Delfín? ¿Eso es todo lo que tienes?

- No, aun puedo pelear – decía la castaña levantándose – no me daré por vencida solo por eso.

- Bueno, si tú quieres morir, entonces lo haré, pero mi lanza de Crisaor te hará pensar lo mucho que te importa la vida.

- Vamos pues – Akane cargó cosmos en sus piernas y solo se dirigió hacia la General - ¡Maelstrom Celestial!

- Eso no funcionará conmigo – dijo molesta la General, pero en eso, esquivó por poco el ataque de la Saintia de Delfín y justo cuando la chica pasó por encima de la Saintia, esta clavó su lanza en la espalda de Akane la cual dio un grito algo fuerte.

- Mierda.

- Pues parece que la chica calmada no es tan fuerte, será aburrido matarte, por lo que no te mataré y solo te dejaré morir – la chica seguía empujando la lanza en la espalda de la castaña la cual solo gritaba de dolor, pero la General lo hacía con tal de no darle en un punto vital – yo, Alisha de Crisaor, soy más fuerte que tu Saintia.

- S-Serás… - la castaña seguía sufriendo por el dolor tan intenso, pero este no la mataría, simplemente la haría sufrir bastante.

- ¿Qué te pasa? ¿Por qué no te defiendes? ¿Acaso ese es todo tu poder? ¡Haz algo! – la chica seguía torturando a la pobre Akane la cual trataba de liberarse, pero nada le salía – ya para que seguir, al final de todo terminarás muriendo desangrada.

Con eso, la General de Crisaor solo sacó la lanza de la espalda de Akane la cual tenía bastante herida esa zona. La luchadora del ejército de Poseidón solo se retiró al Pilar mientras que la castaña suspiraba algo pesado por las heridas causadas por la lanza.

- ¿P-Por qué no me puedo levantar por estas heridas? ¿Cómo es que… me han ganado así? – decía por lo bajo Akane tratando de ponerse de pie, pero de igual forma las heridas le causaban un dolor fuerte - ¿Por qué es que soy débil?

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Kurashiki y Nagisa seguían batallando chocando sus podres, cosa que dejaban bastante sorprendida a las dos Saintias de Cisne y Corona Boreal ya que parecía que en cualquier momento alguna de las dos moriría.

- ¿Quién crees que gane?

- Ni idea, ojalá que lo hiciera Kurashiki ya que con ella tendríamos el triunfo asegurado, pero con esto, creo que está difícil.

- ¡¿Ya te rendirás Fénix?! – exclamó Kraken mirando a la peli roja la cual, aunque estaba vestida con la Armadura de Acuario, esta solo seguía resistiendo los ataques de la General.

- Pues resulta que no, no lo haré hasta que te haya derrotado, por lo que la única forma de detenerme, es matarme.

- Pues tus deseos son órdenes.

- ¿Qué? – la rubia congeló los pies de la peli roja al tocar el suelo, por lo que la detuvo y evitó que siguiera su escabullimiento.

- ¡Ejecución de la Aurora! – Nagisa lanzó su ataque hacia Kurashiki la cual recibió de lleno el ataque y la mandó a volar por el cielo.

- ¡Maiko / Kurashiki!

- ¡No me rendiré! – gritó la chica la cual aterrizó de pie y cargó su cosmos en sus manos - ¡recibe las llamas calientes del Fénix! ¡Alas ardientes del Fénix!

- ¡Polvo de Diamante! – exclamó Nagisa y las dos chicas siguieron atacando poderes entre sí.

- Mierda, esto es malo, aun me pregunto porque es que tengo la Armadura de Acuario cuando ni siquiera doy ataques de hielo.

- ¡Este es el final para ti Fénix!

- Mierda – justo en ese momento, el cuerpo de Kurashiki se envolvió con más cosmos, con uno que desconocía totalmente, pero que le daba fuerza y eso fue el momento en el que, por alguna razón, su fuego tomó una forma bastante rara, aunque este se miraba de lo más normal, para Kurashiki era algo extraño - ¿Qué es esto?

- ¿Qué? – la General de Kraken llegó a sentir como el fuego de Kurashiki parecía que dejaba de ser caliente a ser helado.

- ¡Fénix, ataca! – gritó la peli roja y las flamas que lanzaba llegaron hasta Nagisa la cual no se quemó, sino que congeló sus extremidades.

- ¿Qué demonios pasó?

- ¡Maiko, eso fue increíble! – dijo Yoshimi sonriendo bastante - ¿Cómo hiciste eso?

- No lo entiendo – la peli roja se miró las manos y de estas salía vapor, pero no del fuego, sino que parecido al del hielo cuando se evaporaba - ¿Por qué solté hielo?

- Serás malnacida, ¿a poco la Armadura Dorada te ayudó?

- No lo sé, no tengo la menor idea – Kurashiki solo miró directo a la rubia – pero si eso me ha ayudado, lo agradezco bastante ya que así he logrado llegar más alto que tú.

- Jódete.

- No entiendo cómo es que el hielo salió del fuego.

- A lo mejor es la habilidad de la Armadura que se mezcló con tus habilidades – dijo Aoi mirando a la peli roja – quizás fue por eso y hace que tu fuego ahora sea helado.

- Podríamos decir que ahora el fuego de Maiko es tan frio que quema ¿verdad?

- Sí.

- ¿Fuego tan frio que quema de otro modo?

- ¡No me ganarás con eso! – exclamó Nagisa yendo a atacar a la peli roja, pero esta de la nada lo logró esquivar y como si saber de ese nuevo poder se tratara, la velocidad y reflejos de Kurashiki aumentaron bastante y la General no le daba ningún golpe - ¿Cómo es posible?

- ¡Ave Fénix! – gritó la chica lanzando su fuego, pero este en vez de quemar, solo congeló a la General.

- ¿C-Como es posible? – Kraken miraba como su cuerpo estaba inmovilizado por el hielo y de ahí, Kurashiki solo se acercó a ella.

- Estás acabada, ya es hora de rendirse.

- No lo creo, aunque pierda, el Pilar será imposible de tirar, necesitando solo unas armas las cuales sean capaces de tirarlo y para cuando las hayan encontrado será demasiado tarde, la tierra se habrá inundado, así que suerte con su misión jajaja.

- ¡A un lado Maiko! – gritó Yoshimi y esta solo miró como sus compañeras cargaban cosmos preparándose para disparar en cualquier momento.

- Chicas.

- ¿Lista Aoi?

- ¡Lista Yoshimi! ¡Lágrimas Enjoyadas!

- ¡Polvo de Diamantes! – ambas chicas lanzaron sus ataques hacia la rubia la cual recibió de lleno los dos ataques destruyendo el hielo que había hecho Kurashiki y mandando a Nagisa rumbo al Pilar en el que se estrellaría y destruiría parte de su Scale, dejando siempre al Pilar sin ningún rasguño. La chica caería al suelo inconsciente.

- ¿La matamos?

- No, dejémosla así, lo importante es destruir el Pilar, pero no entiendo como lo haremos.

- ¿Si usamos nuestros cosmos?

- ¿Acaso no escucharon lo que dijo Kraken? Necesitamos armas especializadas en esto y ya saben que armas necesitamos – las demás asintieron – si tuviéramos las armas de Libra sería más fácil.

- ¡Chicas! – las demás miraban como varias de las chicas llegaban a donde estaban, pero les sorprendió bastante que hubiera alguien que venía una vestimenta dorada.

- ¿Un Caballero Dorado?

- No, ¿esas no son las Mahou Shoujo?

- Sí, es la ex de Ramón si no me equivoco – dijo Yoshimi.

- ¿Kurashiki-Senpai? – dijo Nozaki mirando a la peli roja la cual poseía la Armadura de Acuario.

- Nozaki-san.

- ¿Por qué viste la Armadura de Acuario? – preguntó Shinonome mirando a la peli roja.

- Yo debería preguntarte lo mismo Shinonome-san, ¿Por qué llevas la Armadura de Sagitario?

- Una larga historia.

- También debería decirlo por ella – Aoi miró de reojo a Asuka - ¡¿tú eres la ex de Maldonado-kun verdad?!

- S-Sí, pero como digo siempre, solo soy Asuka Otori.

- Así es, ella es su ex, ya no deberían mencionarlo – decía Kurumi algo molesta, pero trató de disimularlo.

- Lo siento, pero es que solo de ella nos acordamos como su ex – río un poco Yoshimi poniendo más avergonzada a Asuka.

- Dejando a un lado todo, los Pilares solo se destruirán si usamos las armas de Libra y parece que solo obedecen a Otori – Shinonome miró a la peli gris la cual asintió y sacó una de las espadas doradas y la apuntó hacia la enorme edificación.

- ¿Sabe usar las armas de Libra?

- Sí – en eso, miraron como Asuka apuntó hacia el Pilar y sin más lanzó una ráfaga de aire la cual se estrelló en el Pilar destruyéndolo ante la mirada de las 3 Saintias que pelearon contra Kraken.

- Increíble.

- ¡Eso fue genial ex de Ramón!

- ¿P-Podrían dejar de decirme su ex?

- Dejando a un lado el gran acto que hizo la ex de Maldonado…

- ¡Dejen de decirme su ex!

- Lo importante es que se derribó el Pilar del Océano Antártico – dijo Nozaki mirando el resto del Pilar el cual ya no estaba.

- De igual forma creo que hemos hecho mucho, aún quedan 5 Pilares y creo que las demás deben estar luchando.

- Sí, es lo más probable.

- Con las armas de Libra comandadas por la ex de Ramón, tenemos todo ganado.

- Por favor dejen de decirme su ex – decía la peli gris con un aura deprimente sobre ella.

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Akane se había levantado a duras penas mirando el Pilar mientras el sangrado que salía de sus heridas seguía, pero eso no le impedía seguir batallando.

- ¿Eh? – Alisha miró hacia atrás y solo miró como Akane cargaba su cosmos - ¿y es que aun quieres seguir luchando a pesar de tus heridas? ¿Por qué te resignas de una vez Delfín?

- Porque tengo que hacer y es derrotarte, lo hago por mis amigas, mi tierra y mi diosa – la castaña la miró – no me rendiré.

- Entiéndelo, conmigo solo encontrarás la muerte, mejor ríndete.

- No lo haré, no soy una debilucha y tampoco cederé ante alguien como tú – rugió molesta Akane, cosa muy rara en ella.

- ¡Pues entonces muere! – la General solo trató de atacar a la Saintia, pero esta comenzó a esquivar los ataques del arma de la chica, aunque tenía que admitir que las cosas no iban nada bien con ella ya que la falta de sangre le estaba afectando.

- Parece que no podré seguir así por mucho tiempo – pensó la castaña mientras en una de esas la lanza de la General quedó clavada en el costado derecho de su cuerpo, el mismo sitio en el que había sido herida hace unos momentos atrás – n-no.

- Te dije que no servía de nada.

- No… aunque me duela y sangre, no me daré por vencida – gritó la castaña la cual cargó su cosmos en sus piernas - ¡Maelstrom Celestial!

- No me hagas reír… - la General no terminó de hablar ya que sintió como las burbujas de agua le dieron con bastante fuerza en la cara y la mandó un poco atrás mientras se recuperaba rápidamente - ¡maldita mocosa! ¿Cómo es que tienes fuerza para lanzarme ese ataque?

- Es porque tengo fuerza de voluntad para continuar batallando, eso es todo – dijo Akane mientras se tomaba su costado herido y solo miraba como la sangre le escurría de ese lado.

- Solos estás atrasando tu muerte – sonrió de forma malvada la General - ¡te la daré de inmediato!

- ¡No lo harás malnacida! – gritó molesta Akane, algo muy extraño en ella ya que normalmente ella era muy calmada, pero esta cosa era demasiado para ella - ¡ahora yo te venceré!

- Deja de joderme pequeña puta – la General cargó su lanza y solo la tiró hacia la castaña la cual la esquivó a duras penas - ¿Qué?

- ¡No me dejaré joder esta vez! – la castaña llegó al rostro de la General y solo miró como una gran cantidad de cosmos se concentraba en las piernas de Akane.

- ¿Qué es esto?

- ¡Maelstrom Celestial Full Power! – gritó la chica mientras le daba en todo el rostro con su ataque y esta solo se a dar en el Pilar de golpe destruyó su Scale y con un enorme sangrado en el rostro, no cabe mencionar que estaba muy malherida.

- ¿C-Como?

- ¡Toma tu lanza de regreso! – gritó la Saintia mientras tomaba el instrumento y lo lanzaba con fuerza hacia Alisha la cual no pudo reaccionar a tiempo y la lanza terminó clavada en el pecho de esta dándole muerte al instante – l-lo logré, derroté a un General.

La castaña cayó al suelo por las heridas, sin embargo, aún no se daba por vencida en cuanto a completar la misión se refería.

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En la Isla de la Rosas…

Tsubasa y Kudo recién se levantaban aun con el dolor agudo que sintieron cuando comenzaron el ritual de Lazos Rojos, aunque cabe decir que resistieron el primer ataque, el dolor seguía impregnado en sus venas.

- ¿E-Estás bien Tsubasa? – preguntó el joven el cual tenía sangre en su boca la cual había vomitado durante las últimas horas.

- A-Aun me duele mucho todo el cuerpo, pero puedo esperar a que se me baje el efecto – dijo la castaña mientras se levantaba lentamente, aunque el cuerpo le ardía con fervor, aun así, lo aguantaba. Cabe decir que ella estaba igual que Kudo, con sangre en la boca luego de haber vomitado.

- Límpiate un poco la sangre.

- Tu deberías hacerlo igual, tienes sangre en la nariz, en los oídos, creo que salió por todos lados.

- Igual tu – con eso, los dos rieron un poco mientras a la vez no sabían cuánto había pasado, el efecto de la sangre envenenada de Piscis los hizo caer inconscientes.

- Por cierto, Kudo-kun, ¿seguiremos con esto verdad?

- Tsubasa… realmente no deberías continuar con esto, te saldrás bastante lastimada – dijo el peli negro mirando fijamente a la Saintia de Equuleus – la sangre de Piscis terminaría de…

- Kudo-kun, ya dije que seguiré el mismo camino contigo, aunque esto sea doloroso, aun así, quiero hacerlo, sé que mi sangre al final se convertirá en sangre envenenada, pero el riesgo es enorme y eso no me importa – la castaña solo se fue a donde estaba el frasco de la sangre de Piscis, lo tomó y solo lo dirigió a donde estaba su amigo peli negro – sigamos con esto.

- Tsubasa.

- Ya lo dije Kudo-kun, cuando me metí en esto prometí seguirte, aunque me mires así y mires como estoy ahora – la chica se señaló su ropa y la Armadura que llevaba puesta. Cabe decir que todo estaba lleno de sangre la cual había caído de sus bocas – estoy bastante bien.

- De igual forma no creo que sea necesario.

- Vamos – la castaña de ojos azules se volvió a hacer la herida en la que se había metido la sangre de Piscis – sigamos con el ritual.

- Ni modo, no tengo modo de decirte que no – río el chico mientras se levantaba. Ambos se miraron un poco antes de volver a meter sus dedos en la sangre de Piscis lo cual al instante hizo que sintieran el dolor infernal que habían estado sintiendo desde hace horas antes de que iniciara la batalla contra Poseidón.

- ¡Maldición, esto duele, lo había olvidado! – la Saintia cayó al suelo mientras que Kudo solo tomaba el frasco y lo ponía a un lado mientras caía al mismo lado que su amiga castaña, ambos retorciendo mucho del dolor.

- ¡Mierda, ¿Por qué demonios esta cosa arde como los mil demonios?!

- ¡M-Mi sangre! ¡Me quema la sangre! – ambos seguían en lo suyo, aunque igual como la vez anterior, vomitaban sangre y también le salía de varios de los orificios del cuerpo, aunque llegó un momento en el que Kudo brilló con un cosmos dorado, aunque solo fue por un instante.

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Rafael había llegado de nuevo a Satogahama luego de pasar un momento con su novia y sus amigas, siempre diciéndole que lo llamara por si algo pasaba.

- ¿Cómo crees que les vaya a las chicas? – preguntó el peli negro a su amigo castaño.

- A lo mejor algo difícil, pero elevando sus cosmos al máximo lo lograrán.

- Por cierto, ¿y Ramón y Claudia?

- No lo sé, hace rato que no miro a Claud.

- No me hagas caso, pero siento que deben estar en su habitación – Rafael guío a Joan a donde debía estar su hermana mayor y cuando llegaron, los presentimientos de Rafael fueron ciertos.

La puerta estaba entreabierta y ambos chicos solo escondieron sus cosmos y se asomaron a ver y lo que miraron realmente los dejó pensando.

- ¿Entonces usted es un shinobi del mal? – preguntaba Claudia la cual estaba con su vestimenta de Mahou Shoujo.

- Sí, lo siento, pero mi trabajo es mi trabajo y es mi deber hacer esto – ahora fue Ramón el cual estaba con sus vestimentas shinobis.

- Lo sé, pero debo impedir que haga eso.

- ¿Cómo lo harás?

- Pues… - la morena se acercó al peli negro y lo empujó a la cama y solo se subió encima de él como avisando que iban a hacer algo y efectivamente, el ambiente entre ambos se estaba poniendo bastante caliente y más cuando se frotaban con fuerza, como estimulándose.

- Parece que tu hermana quiere ir con todo – susurró Rafael.

- Claud, no me lo creí de ti.

- Ya sé lo que haremos, como sé que esto es roleplay y lo hacen para hacer el acto más placentero, vamos a joderlos – sonrió el peli negro y se alejó un poco para elevar su cosmos - ¡Ramón! ¡Claudia! ¡Vengan rápido! ¡Hay una emergencia!

- ¿Qué demonios haces?

- ¡¿Qué mierda pasa?! – ambos salieron de la habitación, aunque con ciertas cosas. Ramón con la ropa desarreglada al igual que su cabello, Claudia estaba igual que él, solo que la parte de su pecho estaba algo descubierta, por lo que solo se tapó.

- Dejen de hacer sus cosas, al menos cierren – río Rafael huyendo de la escena - ¡corra Joan! ¡Corre perra corre!

- ¡Me voy a la mierda!

- Ustedes – ambos chicos solo miraron molestos a los dos mexicanos que huyeron del sitio, la morena fue la primera en correr tras ellos - ¡Carlos, te voy a castrar y haré que mi sobrino no tenga hermanos! ¡Eso te lo ganaste por interrumpir mi momento intimo! ¡Ramón y yo no hemos tenido sexo, ya déjennos tener intimidad!

- ¡Rafael Alférez, espero que le expliques a Yumi que no tendrá hijos porque te voy a castrar también! – con eso, tanto Ramón y Claudia siguieron a esos dos que posiblemente si eran atrapados, no serían buenas noticias para sus futuros descendientes y todo porque a ambos morenos nos los dejaban tener su momento.

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Continuará…