Todos los personajes son de la serie Star Vs Las Fuerzas Del Mal, de la creadora Daron Nefcy, lo único de mi autoría es la historia aquí presentada


Les presento el final alternativo. Debido a que se deben de resolver varias cuestiones se publicarán varios capítulos. Para disfrutar este otro final, se debe de ignorar el epílogo, el prólogo y el capítulo final, así que esta trama empieza justo después del XXV-B cuando Moon regresa al castillo.


Una chica de cabello oscuro y símbolos de tréboles en las mejillas estaba jugando con los guantes que llevaba puestos. Se encontraba recargada en una pared cerca de una puerta cerrada, y cuando ésta se abrió, ella se enderezó rápidamente al mismo tiempo que bajaba más manos y mostraba una postura digna de una princesa.

De la puerta salió una mujer rubia de cabello largo y trenzado acompañada de un joven que se movía con elegancia detrás de ella.

— Eclipsa, ¿Qué te trae por acá? — Preguntó la mujer, mientras el joven que la acompañaba la hacía mala cara a la chica.

— Sí, y con esas fachas… — Agregó él. La princesa contuvo la respiración en un intento de no caer en sus provocaciones.

— Jushtin, madre, lo logré… — Dijo, mientras la ansiedad volvía a ella y su rostro comenzaba a adquirir cierto rubor. — Logré crear Vida.

Ambos se le quedaron mirando atentamente.

— ¿Vida?

— Sí, Vida. He creado un ser autónomo con mi magia.

Ambos se vieron preocupados por dicha revelación.

— Hermana, te adoro, pero no sólo te vistes como una bruja, actúas como tal, ¿Qué carajo haces en tus tiempos libres?

La joven dio un paso atrás cuando escuchó aquello y bajó la mirada.

— Sólo estoy haciendo investigaciones… la magia nos da un poder que podemos utilizar de diversas formas, muchas más de las que conocemos.

La mujer vio fría a la chica.

— Enséñame tus manos — Dijo firme, y entonces la chica se estremeció — Sin guantes.

Eclipsa con algo de temor precedió a hacer lo que su madre solicitaba, a pesar de que lo quería hacer lento sabía que no podía, así que no sólo se quitó los guantes sino que se levantó las mangas de su vestido. Su piel no era de color normal, sino que tenía un color morado brillante.

— Han aumentado las secuelas — Señaló su madre — Lo que estás haciendo está mal.

— ¡No, no está mal! — Se defendió ella mientras volvía a cubrirse — Simplemente es un efecto secundario.

— ¡Secundario! — Se burló Jushtin. — ¡Se nota a leguas que estás jugando con algo prohibido! ¡Con magia oscura y prohibida! ¡Bruja!

Eclipsa miraba a los dos personajes que tenía enfrente, cada uno la atacaba de diferente forma y no sabía cómo darles a entender su punto.

— ¡No es cierto! ¡No soy bruja! Simplemente estoy investigando, soy una científica. ¡Esto lo estoy haciendo por el bien del pueblo!

— Si te interesaría el pueblo, ya hubieses estado casada. — Señaló su hermano mayor. — Ese es tú único trabajo.

— Lo sé — Respondió ella enojada — Pero aún no, no es necesario. Puedo hacer más cosas aquí estando sola en el castillo, que siendo el simple adorno de un irrelevante príncipe.

— Eclipsa, ya lo hemos hablando — Dijo su madre — Te tienes que casar para la próxima primavera. — Por el calor que pasaba a través de la ventana, se podría percibir que era verano, le quedaban menos de doce meses a la joven para conseguir pareja.

— ¡No es justo! — Replicó — ¡Jushtin no tiene la obligación de casarse como yo!

— Es porque seré Reina. — Dijo él divertido — Tú no serás nada, debemos de asegurar tu futuro para que mis sobrinos tengan techo para dormir y una mesa para comer. Es lógico.

— Más lógico sería que yo no tuviese descendencia para quedarme aquí en el castillo. No necesitamos una alianza con ningún otro Reino, puedo quedarme soltera.

— No, no, no — Dijo él mientras negaba con el dedo y lo posicionaba finalmente en su nariz. — Tú tienes que tener descendencia porque alguno de mis sobrinos me sucederá en el trono. Eso de tener hijos no es mucho de mi agrado.

— ¿Y quién me lo ordena? — Eclipsa estaba molesta.

— Tu hermano mayor por dieciséis años, ah, y tu futuro Reina.

Eclipsa se lanzó a golpear a su hermano, sin embargo fue detenida por un brazo rápido y ágil de su madre.

— No. — Dijo la mujer.

— ¡Eso no es justo! ¡Qué él tenga a sus propios hijos! — Gritó frustrada y con la mirada brillosa. — ¿Por qué tengo que ser yo?

— Porque así nos aseguraremos que el o la próxima Reina tenga nuestra sangre. Con un hombre nunca es posible saberlo, su pareja puede mentir con respecto a su paternidad, sin embargo con las mujeres es distinto, no importa quién sea el padre, ella siempre será la madre; la dinastía sigue perdurando.

Eclipsa veía furiosa a su familia, ella no quería hacer nada de lo que decían, ella estaba ahí para demostrar su poder y ganarse un poco de autonomía y respeto, aunque lo único que había conseguido fueron insultos y el recordatorio que ella podía controlar cualquier magia, más no su destino.

Se retiró dando media vuelta, mientras su hermano le susurraba lo bastante fuerte a su mamá "Sí de aquí a otoño no consigue pareja, la comprometemos con Shastacan, es el único que podrá soportar su carácter".

Cuando estuvo lo bastante retirada de su familia para dejar de escuchar su charla, se recargó de nueva cuenta en una pared mientras temblaba de enojo. Y después, sorpresivamente comenzó a salir un humo negro de su frente.

— ¿Qué ocurre? ¿Hicieron algo malo? — Preguntó el ser que había salido de ella y se había compactado en una bola de luz oscura. Eclipsa levantó la vista para observar a su acompañante.

— No… creo que no. Sólo me recordaron ciertas cosas que no quiero hacer.

El brillo del esférico comenzó a cambiar.

— ¿Y porque te fuerzan a hacerlo?

— Porque está en las reglas.

— No entiendo — Dijo él mientras sus cambios de color parecían más constantes — Sí los Mewmanos crean sus propias reglas ¿Por qué prefieren que sean desagradables? ¿Qué sentido tiene?

Eclipsa soltó una pequeña risotada acompañada de lágrimas. Se limpió las lágrimas de sus ojos pero se percató que seguía lagrimeando.

— Es por eso que te creé — Dijo ella — Porque quiero que señales todo lo sinsentido que veas en el reinado de Jushtin.

— ¿Deseas que me quede con él? — Ella le dedicó una mirada de disculpa.

— Es lo único que puedo hacer por él y por el Reino. Él vive en su burbuja de lujos y sé que no tomará buenas decisiones, sin embargo como el centro de esa burbuja es mi madre, ella no le pondrá un alto, deseo que seas tú quien lo haga, al ser un ser autónomo deberá hacer caso a tu criterio.

—Pero ni siquiera le interesó conocerme. — Agregó él. — No me agrada.

—Él es… especial. Pero no es una mala persona, simplemente dice lo que piensa… sin tener consideración por los demás.

— La consideración debería ser uno de los valores primordiales para poder ser Reina.

— ¿Ves por qué te necesita?

Gracias a la plática, Eclipsa había logrado distraerse y tranquilizarse, aunque aun así su rostro se veía desanimado. Por lo que se dio unos cuantos golpes en las mejillas para poder reanimarse.

— Pero no te pongas así… vamos a vernos con alguien que estará encantado de conocerte.

Ella se obligó a sonreír y entonces dando unos pasos confusos, llegó al jardín de Rosales, su jardín favorito y espacio secreto.

— ¿Plantas? — Preguntó el ser que en todo momento la estuvo siguiendo. — ¿Hablas con las plantas?

— O con alguien que está oculto en ellas — Dijo mientras le guiñaba un ojo y entonces ella se sentó de piernas cruzadas. Rápidamente a su lecho llegó un monstruo, uno de tamaño miniatura.

— Vida, te presento a Globgor — Dijo ella con una sonrisa sincera — Globgor, Vida.

El pequeño monstruo hizo una reverencia y entonces se alejó de Eclipsa, lo suficiente para poder crecer al tamaño de ella.

— Woooow — Dijo el ser.

— Interesante ¿No? Su habilidad natural es hacerse más grande, pero con un poco de magia y estudio, logré que él también pudiese reducir su tamaño a voluntad, algo muy útil para alguien como él.

— Eres increíble — Dijo él. Globgor se sonrojó. — ¿Puedo? — Preguntó él.

— ¿Eh?

— Quiere entrar a tu mente — Explicó la chica — Cuando está dentro de ti puede comprender un poco más de las emociones y puntos de vista mundanos, es un ser lleno de curiosidad.

— ¿Eso es bueno?

— Quiero que tenga un gran extenso punto de vista para que pueda ser un consejero para mi hermano.

El monstruo analizó su oración.

— Supongo... ¿Qué está bien? — Muy apenas había terminado la oración y entonces Vida entró en su mente, desapareciendo. Eclipsa miraba el hecho asombrada.

— ¿Qué tal? — Preguntó — ¿Sentiste dolor? — Globgor negó.

— Nada. — Respondió — De no ser porque me dijo que entraría no me hubiese dado cuenta, no sentí nada, y me siento normal.

— ¡Genial!

— ¿Genial?

— ¡Sí! Ahora que está en tu mente, podrá sentir tus emociones e intenciones, eso lo hará más sabio.

— Entonces ¿Qué hago?

— Nada, platiquemos. — Dijo ella simple — Con una plática normal será suficiente.

El monstruo asintió.

— Bueno… ¿Cómo te fue? ¿Lograste impresionar a Solaria y a tu hermano? — Ella bajó la mirada.

— Ni un poco. Me recordaron que tenía que estar comprometida para la primavera — Dijo triste — Y confirmé mis peores miedos, sólo quieren que esté casada para que tenga hijos y así ellos gobiernes después.

— ¡Eso es un abuso! — Señaló Globgor mientras se ponía de pie. Eclipsa lo detuvo con sus manos para que volviese a sentarse. — De donde yo provengo nunca nos obligaríamos a hacer algo tan ruin.

— Lo sé, lo sé — Dijo ella sin soltar su agarre — Sólo que allá tú eres un Rey.

— ¡Y tú aquí eres una princesa!

— Una princesa tiene menos jerarquía que una Reina.

— Pues conviértete en Reina, Jushtin no será capaz de gobernar con la mentalidad que tiene, rétalo a un desafío por el trono.

Ella negó con la cabeza.

— Él es mayor que yo, desde niño fue educado para ser gobernante, yo... fui un accidente. No fui planeada, y las clases y etiquetas ya se las habían enseñado a él. Sería hacer un retroceso de dieciséis años en que me educaran a mí, es por eso que no soy candidata.

— Puede que no sepas muchas cosas, pero tienes unos valores muchos más firmes y soberanos que los de él. Lo demás lo podrás aprender con el tiempo.

Eclipsa se sentía en un dilema, ella sabía que lo que decía su acompañante era verdad.

— Aun así… no puedo. Mi destino es ser algo bonito y ser la madre de los próximos herederos. — El rostro de Globgor era un poema, muchas emociones se mostraban en sus seis ojos.

— ¿Y sí…?

— ¿Sí?

El detuvo la oración a la mitad, luego la vio a ella firmemente a los ojos, y después rompió el contacto.

— Nada, lo que te hacen es humillante.

Ella sólo se limitó a asentir, y ambos se quedaron callados cabizbajos, cada uno pensando en sus propios problemas.

Después de un rato así, en silencio. Vida salió de la frente de Globgor.

— Vaya… eso fue muy educativo. — Soltó, y para ese punto ni el monstruo ni la princesa recordaban que él se encontraba con ellos. — Me gusta hacer esto, la mente es muy interesante.

— ¿No importa si es de un Mewmano o un monstruo? — Preguntó Eclipsa. Él negó.

— En lo absoluto, la mente funciona igual con los dos.

— ¡Te lo dije! ¡Somos iguales! — Le dijo ella a Globgor, que seguía perdido en sus pensamientos.

— Ah, sí. Tenías razón. — Respondió él cabizbajo.

Eclipsa lo sujetó del hombro en un intento de animarlo, aunque antes de hablar con él, Vida volvió a interrumpirlos.

— Creo que iré al pueblo. — Anunció — Allá hay mucha gente y podré mejorar mis habilidades y conocimiento.

No esperó a que alguno de los dos le respondiera, el estar en la mente del monstruo no sólo le hizo comprender su lógica, sino también sus sentimientos, y entendió que debía dejarlos solos para que pudiesen arreglar sus asuntos.

Faltaba poco para el amanecer y Eclipsa estaba dormida sobre el escritorio de su habitación con un montón de papeles y tinta esparcidos desordenadamente. Su cabeza estaba recargada sobre sus brazos y su espalda estaba en una postura que le decía que le dolería al día siguiente.

— ¿Eclipsa? — Dijo Vida, que acaba de llegar a su habitación cruzando la ventana. — ¿Eclipsa? — Volvió a preguntar mientras admiraba el desorden. Poco a poco, la chica comenzó a despertarse.

— ¿Vida?

— Sí, hola. — Respondió él — Ya volví.

Ella al analizarlo bien, se volvió a enderezar mientras se quitaba los rastros de saliva y lagañas que tenía su rostro.

— ¡Volviste! — Dijo ella, con una voz un poco más normal — Por lo que más quieras, me asustaste, creí que te habías perdido o algo peor. Hasta estaba creando un hechizo para invocarte y hacer que regresaras.

— ¿Hechizo de invocación? — Ella un poco más tranquila, tomó las hojas en las que estaba apoyada y se la mostró.

— Me faltaron pulir unos detalles pero me quedé dormida antes de probarlo… que bueno que regresaste solo.

El color de Vida cambió.

— Sí, el estar en el pueblo hizo que me diera cuenta de muchas cosas.

— ¿Verdad que es interesante? — Dijo ella mientras se desabrochaba el vestido y se iba directo hacia su cama, no se pondría el pijama, estaba demasiado cansada y desvelada.

— Es horrible — Dijo él — La gente está desesperada, los monstruos también. A pesar de vivir sus vidas día con día, ellos están ansiosos de presenciar algún milagro, todos tienen problemas, unos más que otros, pero todos tienen. Jushtin no podrá resolver ni una cuarta parte de sus inquietudes.

Para ese punto Eclipsa ya estaba en su cama acomodada entre sábanas.

— Todos, incluso hasta yo deseamos un milagro. — Dijo con la voz adormilada y los ojos cerrados.

— ¿Incluso tú?

— Hmmmm — Respondió ella como gesto afirmativo. — A pesar de que no quiero retar a un duelo a Jushtin por el trono…. me gustaría que de alguna forma yo lograse ser Reina. Así… podría hacer lo que me gusta sin miedo a la crítica, y por supuesto… me casaría con el hombre al que amo.

Vida se percató que ella no usó la palabra Mewmano.

— Todos tienen sus dilemas ¿Eh?

— Hmmmm — Ella dijo, más dormida que despierta.

— ¿Y no habrá una forma en que yo pueda resolver aquello? ¿Una forma de cumplir sus deseos? — Preguntó, aunque para ese punto Eclipsa no lo escuchó.

Al día siguiente Eclipsa estaba almorzando en su habitación.

— ¿Qué haces? — Preguntó Vida, que ya había visto hacer eso con la gente del pueblo.

— Comiendo. — Contestó ella, un poco malhumorada por el desvelo de anoche.

— ¿Qué comes?

— Comida.

— ¿Para qué?

— Para tener energía.

— ¿Energía?

La joven se giró para mirar con cara de pocos amigos a Vida, aunque al hacerlo, recordó que él era un ser mágico que no tenía necesidades fisiológicas como las de ella.

— La energía… es eso que… nos da energía. La capacidad de movernos, hablar, pensar. Sin energía nosotros morimos.

— Pero yo no he comido ¿Por qué no he muerto?

— Porque tú eres un ser mágico, tu no necesita comida para vivir.

— ¿Y qué necesito?

Eclipsa lo pensó por un momento ¿Qué necesitaba un ser como él?

— Magia. — Respondió ella — En cualquiera de sus presentaciones.

— ¿La magia tiene presentaciones? — Ella hizo su desayuno a un lado, hablar de magia era algo que la apasionaba.

— La magia está en todo: la luz del sol, los alimentos que comemos, el viento que sopla durante las tardes. Sin embargo, también hay otras cosas que contienen magia, los sentimientos por ejemplo.

— ¿Sentimientos?

— Sí. Alegría, tristeza, enojo, frustración. Los sentimientos hacen que tanto los Mewmanos como monstruos tomen acciones dependiendo de cómo se sientan, eso, relativamente hablando, es magia.

Los colores de Vida cambiaron.

— Entiendo, entonces me alimento de los sentimientos.

— ¿Eso crees?

El revoloteó pro toda la habitación.

— Sí, es por eso que cambio de color cuando estoy con diferentes personas, sentía que era una reacción a lo que decían, pero en realidad me estaba alimentando.

Eclipsa sonrió, Vida llevaba apenas cinco días con ella y ya estaba reconociendo su propia esencia.

— Creo que tiene lógica. — Explicó — Cuando te cree, te puse una curiosidad innata por el comportamiento humano, creo que esa necesidad se transformó en lo que necesitases para vivir. Aunque no quieras involucrarte, necesitas hacerlo para sobrevivir.

Vida siguió revoloteando.

— ¿Y por qué a veces siento que lleno más otras veces?

— ¿Llenas?

— Sí, los sentimientos, a veces los percibo más en unas ocasiones que en otras.

Eclipsa comenzó a pesar.

— ¿Me das un ejemplo?

— Cuando platico contigo tus sentimientos son demasiado transparentes para mí. Sin embargo cuando estuve con el pueblo, si bien identificaba como se sentían, no me hacían cambiar de color como tú lo haces.

Ella se tocó la barbilla y dejó que pasara un momento de silencio.

— Tal vez… conmigo fue porque ya has estado en mi mente y con los demás no.

— No, me pasó lo mismo con Globgor ayer.

Eclipsa siguió pensando.

— ¿No será porque tú me provocante los sentimientos? Tú hablas conmigo, tú evocas mis sentimientos, tú te alimentas de ellos. Puedes reclamarlos porque aparecieron directamente gracias a ti.

— ¡Y eso haría que yo buscara involucrarme más con los Mewmanos!

— Por supuesto, tiene mucho sentido — Afirmó ella, mientras comprendía las grandes cosas que hizo con su magia.

— Wooow — Soltó él — ¡Ya quiero volver a involucrarme con alguien más, quiero estar consciente de que me estoy alimentando!

Eclipsa sonrió, era como un niño para ella.

— No sería tan mala idea que lo hicieses — Añadió — Tu eres un ser mágico creado con magia, valga la redundancia. Me pregunto si podrás controlar la magia aunque sea levemente. Es algo muy posible.

Vida comenzó a cambiar de colores.

— No sé qué estoy esperando.

— Yo tampoco, adelante, sólo con la condición de que llegarás a tiempo el día de hoy.

— Igual y me retraso y así compruebas sí estuvo bien tu hechizo de invocación. — La retó mientras desaparecía. Ella después de negar con la cabeza divertida, por fin se enfocó en terminar su desayuno.

….

Habían pasado semanas desde que Eclipsa había creado a Vida y comenzaba a llevarse muy bien con él. Jushtin y su madre aun no querían conocerlo, pero estaba segura que pronto lo harían, y cuando fuese así, ya no lo dejarían irse. No le importaba, él todos los días aprendía más y más de la comprensión humana.

— En el Reino, hay dos tipos de gobernantes — Le explicó ella a Vida, que seguía renuente de trabajar para su hermano — Los primeros son los que siguen las reglas a como dé lugar, es muy fácil ser una Reina así porque simplemente sigues las reglas y te olvidas de tu entorno. Los segundos son los que al sentir el poder, modifican las reglas a su gusto para conseguir lo que quieren. Yo quiero que el siguiente gobernante sea un equilibrio, que sea respetuoso de las reglas, pero que las rompa cuando sea necesario, por el bien del pueblo obviamente.

— Jushtin es del segundo tipo. — Indicó él, parecía que con cada día que pasaba, él lo detestaba cada vez más. — No será buen Reina, es demasiado vanidoso.

— Madurará…

— Tiene más de treinta años, creo que ya ha pasado suficiente tiempo para que madure. — Rebatió.

Ella negó.

— Cada Mewmano y monstruo crece a su ritmo, no seas tan duro con él.

— Lo sé, pero tú eres muy diferente. Ni él teniendo 80 años podrá equipararse contigo ahorita. Además, eres innovadora y te preocupas por los demás, ayudarías bastante a que el pueblo tenga menos desesperación, eso sin contar que eres la única de tu familia que se preocupa por los monstruos.

— Ese no es mi destino. — Contestó ella. — Debemos de entenderlo, no lo podemos cambiar.

— Pero la magia puede cambiar cosas, yo soy mágico, puedo hacer un cambio, un milagro.

Ella sonrió triste, sus sonrisas eran así la mayoría del tiempo.

— Yo te cree como un consejero no como un genio que puede cumplir deseos — Le explicó — Tu poder de controlar magia es mínimo. No puedes almacenar tanto poder. Sería imposible para ti, por no decir doloroso, crear magia de donde no la hay.

— Pero… hay otras formas… — Intentó ser positivo.

— ¿Cómo cuáles?

— Los principios de alquimia — Mencionó Vida mientras sus colores cambiaban — Ley de equivalencia. Puede que yo no pueda crear algo de la nada, pero si tengo todo lo que se requiere para realizar un hechizo, lo podría hacer, ya que no crearía algo, sólo lo transformaría.

— Tú también necesitarías un pago.

— Los sentimientos de la persona a la que le cumpla su deseo — Respondió — Me alimentaría de ellos, sería un alimento fuerte porque yo estaría provocando aquellos sentimientos de alegría y esperanza, todos ganamos.

— Es demasiado peligroso. — Dijo ella mientras bajaba la mirada. — No te expondría a hacer algo como eso.

— Tú lo has dicho, mi naturaleza es tener curiosidad por los demás. Y la curiosidad me llama para resolver sus problemas.

— Sí, pero hay un destino, y ese destino no puede ser quebrantado, no importa la intervención que hagamos, lo único que crearías serían falsas esperanzas.

— Es una felicidad.

— Felicidad momentánea. — Contestó Eclipsa firme. — No podemos jugar con los demás, debemos de dejar que vivan su vida.

— ¿En la miseria? ¿Con agonía y desesperación?

— Por eso te creé — Dijo ella con la voz firme, se estaba enojando — Debes de solucionar esos problemas, pero no con tu intervención, sino con tu consejo, por eso es necesario que estés al lado de Jushtin cundo reine.

Vida por un momento no comprendió a su creadora.

— Como digas — Soltó él, aunque no estaba resignado.

….

Pasaron los meses, llegó el invierno, y con ello una cena formar entre Eclipsa y Shastacan. Era un hecho, estaban comprometidos y se casarían en cuestión de meses.

El hombre era incluso mayor que Jushtin, fácil le llevaba a Eclipsa más de 20 años, era un señor gordo y malhumorado, y ella le tenía pavor, era demasiado desagradable imaginar una vida a su lado.

— Estás desesperada por un milagro. — Le dijo Vida mientras veía como ella se arreglaba para una de sus tantas citas forzosas. Ella estaba a nada de quedarse sin labios a causa de estárselos mordiendo de ansiedad.

— Estoy nerviosa porque Globgor no ha aparecido, ¿Le habrá pasado algo? ¿Habrá pasado algo en la guerra? — Preguntó más para sí misma que para él — No puedo dar un paseo cuando siento que se me está ocultado algo.

Vida vibró, una de sus nuevas cualidades. Él sabía porque el monstruo no había vuelto al castillo, y nada tenía que ver con la guerra.

— ¿Enserio quieres que te responda?

Eclipsa se giró hacia él fastidiada.

— Te está gustando esto de condicionar mis preguntas ¿No?

— Tú me creaste para servir a la Reina con sangre Butterfly. Contigo no tengo ninguna obligación porque eres Princesa. Si quieres la respuesta a una de tus preguntas, puedo pedir algo a cambio como consideración. Es justo.

— Estoy pensando en que tal vez si tengas material para ser algún geniecillo. — Señaló. Aunque después de unos segundos de silencio, decidió ceder. — ¿Cuál es el precio?

— Te lo dejaré fácil; yo te respondo una pregunta, tú me responder una a mí.

— ¿Qué tal íntima es?

— ¿Qué tan preciso quieres que sea con mi respuesta?

— Con una pista basta, pero que sea una buena pista.

— Entonces será una buena pregunta.

Eclipsa rodó los ojos, sabía que Vida hacía ese tipo de cosas por su propia necesidad. Él comprendía muy bien los sentimientos Mewmanos, pero no podía comprender por qué, si alguien se sentía mal, actuaba de una forma muy diferente a como él lo esperaba. Vida conocía los sentimientos, pero el Orgullo, el Amor y la Tristeza eran algo que aún le constaba identificar por su complejidad. Así que si ella le contestaba, igual aunque a sí misma se mintiese, él podría comprender más su personalidad debido a las diferencias entre su pensar y su decir.

— Trato. — Dijo ella.

— La razón por la que él viene no es por una guerra. La razón provino de la última charla que tuvieron.

— ¿La última charla que tuvimos? Sólo mencioné mi compromiso.

Vida dejó que un ojo le brotase (otra de sus nuevas habilidades) y entonces se atrevió a mirarla.

— ¿Entonces porque fue? — Preguntó irónico. Ella lo pensó por un momento y luego se sonrojó.

— No es cierto… Él… nunca me dijo nada.

— Puede que sea un guerrero y un monstruo, pero conoce tu posición, aunque seas Princesa sigues siendo de la realeza, los tuyos odian a los suyos, moriría si se atrevía a hacerte algo y alguien se enteraba.

— Y como yo no hice nada él tampoco lo hizo. — Respondió con lágrimas en los ojos.

— Ahora qué sabes esto ¿Planeas escapar con él?

— ¿Qué?

— ¿Planeas escapar con él?

Eclipsa reaccionó, esa era su pregunta de pago.

— No… yo… no sé. — Respondió nerviosa. — ¿Necesito pensarlo?

— ¿Qué?

— ¿Todo?

Eclipsa decidió cancelar su cita debido a un malestar sorpresivo: permaneció encerrada en su habitación y pidió que nadie le molestase, ni siquiera Vida.

Pasada la media noche decidió invocar al ser mágico.

— ¿Qué paso? — Preguntó él. — ¿Qué necesitas?

— Un consejo.

— Adelante.

— He… resulto mi dilema… seguramente es la decisión más extraña de todas, pero no se me ocurre nada más.

— ¿Cuál es?

— Adoptaré dos niños huérfanos. Un Mewmano y un Monstro. Eso hará que Shastacan se aleje de mí por mi decisión tan precipitada, y eso hará que Globgor se acerque porque los dos niños serán el ejemplo de que podemos unir a las dos razas, él verá que mi intención de reunirnos será sincera.

— Es estúpido.

— Pero podría funcionar.

….

A escondidas de su hermano y su madre, Eclipsa mandó buscar niños huérfanos, fácilmente encontró a la Mewmana, una bebita a la que llamó Festivia, y aunque el monstruo fue más difícil de conseguir, consiguió un bebé Septarsis, una especie sumamente peligrosa que haría que su intención de unir a las razas era sincera sin discriminación.

Cuando su madre y Jushtin se enteraron no dijeron nada, sólo le advirtieron que ella se arrepentiría en menos de un año, y a Shastacan sólo le mencionaron de la niña, cosa que le alegró porque al parecer tampoco estaba muy emocionado en tener intimidad con ella, que por su edad podría ser su hija.

El plan estaba arruinado.

Eclipsa se movía de un lado para el otro cuando vio por la ventaba que comenzaba a derretirse la nieve del invierno. La primavera se acercaba.

— Esto me está mareando. Tus gritos internos junto con los de los monstruos que mueren en la guerra y los Mewmanos que tienen frío y nada para comer, me llaman de una forma demasiado desagradable. — Dijo Vida.

— Buenos días — Respondió ella.

— Estoy harto — Dijo él. — Quiero que se callen.

Ella lo ignoró.

— Por primera vez siento que yo también quiero un milagro. — Dijo él al sentirse despreciado.

— No tengo tiempo para tus quejas.

— Ni yo para las tuyas, tu boda será en menos de un mes. Decidiste aceptarlo, aférrate a tu decisión.

— No lo entenderías, no es tan fácil.

— Para mí si lo es.

Eclipsa se fijó en los dos bebés que yacían dormidos en sus cunas.

— Los involucré de una forma tan tonta.

— Estabas desesperada.

— ¿Qué haré con él? Shastacan lo mandará matar apenas se entere de su existencia — Dijo mientras se refería al pequeño Septarsis. — Yo podría interferir, pero Jushtin le apoyaría sin dudar.

— ¿Quieres una respuesta?

— ¿La tienes?

— ¿Crees que te la ofrecería si no la tuviera?

— ¿Cuál es? — Preguntó ella con los ojos brillosos, no había dormido nada esa noche.

— ¿No me vas a preguntar el precio?

— De momento no es necesario. — Eclipsa estaba desesperada, él lo podía sentir, y podía sentir como sus sentimientos le alimentaban.

— Hay un libro: epifanías de la bruja del bosque. O como yo le digo, libro de profecías. ¿Sabías que tu madre tuvo una hermana que se exilió en el bosque porque se volvió loca? Bueno, no estaba tan loca, simplemente tenía visiones del futuro constantes que la hacían desconocer su realidad. Es un diario más que un libro, pero está muy bien organizado, tal vez encuentres algo de utilidad ahí.

Eclipsa vio por la ventana, ese libro era su única esperanza.

— ¿Cómo sabes de él?

— Solaria se lo contó a Jushtin días atrás, la guerra está empeorando. Ellos también están desesperados, tanto así que están considerando ir a buscar el libro y pedir finalmente que me entregues a ellos. Me quieren usar como un espía.

La chica sintió un escalofrío.

— No, tú no fuiste creado para eso. No pueden arruinar tu fin. — Él cambió de color.

— Debo de obedecer a la Reina de Sangre Real. Si Jushtin me lo pide lo tendré que hacer, y memorizaría muy bien los planes enemigos, mi mayor motivación es la curiosidad.

— Pero los dañarás, a Globgor incluido.

— Él será mi Reina, comprendo los sentimientos más no los poseo, yo deberé de obedecer según su voluntad.

— No lo voy a permitir, debo de conseguir ese libro primero, ¿Dónde está?

Vida vibró.

— Ese es el pago, deberás traerme ese libro porque también lo quiero leer yo.

….

Cuando Eclipsa se encontró con el libro que estaba oculto dentro del bosque, había comprendido con gran dolor las exageradas consecuencias de una guerra durante el invierno. En su viaje encontró cadáveres sepultados por la nieve, el de niños incluidos, y eran tantos que incluso llegó a preguntarse si los padres de su bebé no estarían debajo de ella. La escena era demasiado triste, con razón Vida se quejaba de su suplicio.

Estaba perturbada, esas emociones eran demasiadas para ella, así que en vez de regresar al castillo con el libro, decidió leerlo ahí mismo. Deseaba olvidar la imagen de los cadáveres congelados aunque fuese por un momento.

El libro, tal como Vida previno, era un diario y estaba escrito a mano. Ella se pasó los comentarios de su tía sobre su día a día y fue directo a los sueños que ella anotó, las profecías.

Leyó bastantes hasta que encontró un título que le llamó la atención:

"La estrella de los 5 picos: Las cinco herederas que decidirán entregar su corazón a alguien de distinta sangre".

"5 Princesas habrá en total, tal como los 5 picos de una estrella, los 5 elementos que nos rodean y los 5 sacrilegios que hay que evitar.

Su corazón desgarrará muchas creencias, pero ¿Quién las puede culpar?

El tiempo pasa, cada vez más rápido una de la otra, sus sentimientos van a resonar.

Amor, atracción, desilusión y deseo van de la mano con su pareja.

5 familiares que amaron de la misma manera aunque no haya queja.

Lazos rotos al igual que corazones, más no se podrá obviar. Ya fue visto y ahora solo quedará esperar"

"El primer pico es de los Reyes de la Indiferencia; el sentimiento de no valer como ser vivo.
Porque si no importas, podrás hacer lo que deseas debido a que tus acciones no serán tomadas en cuenta.
Pero la sangre, al igual que la magia, pesa, y más cuando se trata de la realeza.
No podrán huir, por más que lo quieras evitar y menos cuando tienes a alguien que se dejó guiar.

El inicio y el fin."

"El segundo pico es de los Reyes del Aplazamiento; el hecho de postergar tus sentimientos para hacer felices a todos menos a ti.
Porque el tiempo corre, y el silencio será para siempre cuando alguien no habla.
Tu podrás esperar pero ¿Otros?
El amor y la desesperación por parte de ambos será su condena, por no seguir lo que se les ordena.

El amor puede ser invisible."

"El tercer pico es de los Reyes del Egoísmo; porque la inocencia es un sacrilegio cuando éste daña a quienes están en el abismo.
Amar no es del mal, pero sí cuando por él decides actuar sin más.
Princesita, no seas tan impulsiva, la vida es más difícil que escribir en cursiva.
Habrá corazones heridos, más de las personas con la que tenías lazos unidos.

Resultado de un vínculo"

"El cuarto pico es de los Reyes del Orgullo; Porque el orgullo causa daño cuando se transforma en ira, en este caso una ira que no les pertenece.
Su unión será la más seductora y la más tormentosa, me parece.
Los descendientes de malas decisiones, ¿Podrán identificarlas cuando ni se conocen a ellos mismos?
Marionetas de algo más grande que los territorios de los cinismos.

No se puede evitar el destino."

"El quinto pico y el último es el de los Reyes de la Doblegación; Princesita ¿Por qué te rindes cuando no tienen ninguna traición?
No dejes que tu pasado y las reglas definan tu persona, no hay nadie encadenado.
Tendrás que aprender rápido, lo que debes hacer y lo que te ha oxidado.
Experiencia es lo que te rodea pero ¿Lo sabrás aplicar cuando la situación te marea?

Una nueva oportunidad"

Nunca, desde que Vida le mencionó el libro, pensó que ella estaría descrita en esas palabras. No se imaginó que habría alguien más que ella que pudiese enamorarse de un monstruo, esas palabras a pesar de sonar atemorizantes le reconfortaban, tal como decía, no se podría escapar del destino, ¿Y si el destino le decía que ella sería Reina y podría enamorarse de un monstruo? Sufriría, por su puesto, pero por lo que decían esas palabras, habría un fin y una nueva oportunidad.

Tal vez dependía de ella que el ciclo comenzara a avanzar, no comprendía en qué podía aplicarse a ella la frase de "valorar la vida" y "dejarse guiar" pero algo le decía que era ella el primer pico en esa estrella tan esperanzadora. Si se había sentido siempre como un objeto secundario sabía que ya no lo sería más, porque ella sería Reina.

Ya de mejor humor, volvió a leer varios poemas parecidos, y sintió un vuelco en el corazón cuando se encontró con el poema de Festivia:

"El inicio de la mentira, la Reina del Corazón Solitario".

"A ella le gusta el brillo y la luz de las estrellas.

Las rosas de oro y los anillos de diamantes.

Nada duele con cosas brillantes.

Ella era el alma de la fiesta.

Empieza con todas las bebidas.

Parece encajar, perfectamente.

Pero la vida no siempre fue de rosas.

Necesitas caer para despertar y ver.

Y ella dice:

No necesito estar en la fiesta.

No necesito ser amada por todos.

Y ella sabe que está bien.

Bailar con su propio ritmo.

Y ser la Reina de un Corazón Solitario"

— Hija, lo lamento tanto. — Dijo mientras tomaba el libro y regresaba al ía parcialmente lo que tenía que hacer, Festivia estaría sola por un tiempo y se perdería, pero después sería una buena Reina, estaba segura de eso.

….

Poco antes de llegar al castillo, Vida apareció ante Eclipsa en su carruaje.

— ¿Qué tal el viaje? — Preguntó.

— Horrible, hay demasiada muerte. — Contestó la joven — Ahora entiendo porque te quejabas de su suplicio. Te debo una disculpa.

— Disculpa aceptada. — Dijo él con simplicidad. — De todas formas, por el momento se han callado las voces. La tuya incluida. Parcialmente. Algo tramas.

Ella sonrió.

— Creo que ya tengo la respuesta a aquella pregunta que me hiciste durante tanto tiempo… Te digo que sí, me escaparé con Glabgor.

Él vibró.

— No será necesario.

— ¿Disculpa? — Una vibración, proveniente ahora del carruaje hizo que Eclipsa se pusiese alerta.

— Verás… Cumplí mi deseo — Respondió. Ella se bajó inmediatamente del carruaje ¿Qué rayos había deseado para él mismo? Al admirar su entorno pudo ver con horror lo que había hecho.

Su castillo estaba totalmente destrozado.

Y no sólo eso…

Tirados frente la puerta principal… se encontraban los cuerpos inertes de su madre y su hermano.

— Sorpresa… ahora eres una Reina.


¡Actualización semanal y temprana! ¿Sorprendidos? ¡Yo también más con semejante cantidad de palabras! Historia de origen ya fue el deseo de Rasticore. Y woow, simplemente woow.

Muchas gracias a todos los que aún me leen, y más estas lindas personitas que se tomaron la molestia de dejarme un rw:

Sugar: ¡Shippealos con toda confianza! Y vamos a continuar :D:D:D:D:D:D

Fan Hinata: ¡Una historia de origen! Ya sólo quedan unas cuantas cuestiones y se entenderá de lleno las motivaciones de tan singular villano.

Opiniones, criticas, sugerencias, amenazas de muerte ¡Todo en los reviews!

Nos leemos~~