Atención este capítulo puede contener algunas escenas con contenido sexual explícito. Leer bajo su propia responsabilidad.

Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.

Mirando fijamente el techo en la obscuridad, el mismo viejo sentimiento y vacío en tu corazón. Porque el amor viene despacio y se va rápido. Bien, la ves cuando te quedas dormido, pero nunca la tocas y nunca se queda. Porque la quisiste demasiado y te zambulliste demasiado profundo. Bien, sólo necesitas la luz cuando se está consumiendo, sólo echas de menos el sol cuando empieza a nevar. Sólo sabes que la quieres cuando la dejas marchar... Y la dejas marchar – Let her go, Passenger.

Tarble se asombró cuando conoció a su cuñada, la consorte de Vegeta y princesa de los saiyajines.

Kale era una mujer poderosa y muy hermosa. Vio con buena aprobación el nivel de pelea del pequeño heredero.

—Me alegra conocerte, Vegeta me habló de ti y de Chard, y no mentía realmente ambos son excepcionales, me siento honrado con ustedes en la familia.

Fue su mesurada y agradable respuesta, que sin caer en el sentimentalismo intentaba congraciarse con su cuñada y su sobrino.

Después de todo, hasta hace unos días sólo sabía que contaba con un hermano en algún punto del universo pero nada más y de pronto ahora tenía a su hermano, una comunidad pequeña de Saiyajines sobrevivientes que iba a conocer y ahora una cuñada que sería una hermana para él y un sobrino.

De pronto, Vegeta harto de esa farsa pues realmente se seguía sintiendo molesto con Kale, una vez viendo que las presentaciones fueron hechas simplemente dio media vuelta y los dejó ahí.

Kale por primera vez fue distinta a cómo solía ser y en vez de mostrarse soberbia y caprichosa, fue amable y atenta con su nuevo cuñado, después de todo le interesaba conocerlo más para entender si sería amigo o enemigo.

Vio la cara de duda de Tarble ante el actuar de su hermano y sonrió — No lo tomes personal, así es tu hermano, tiene muchas cosas en que pensar y responsabilidades, aunque no lo parezca está muy feliz de haberte hallado.

La voz de la saiyan transmitía empatía y eso hizo sentir mejor al joven Saiyajin, sabía desde antes de conocer a su hermano que seguramente tendría una carácter difícil, pero le alegraba saber que a su lado tenía una Saiyajin que no solo era hermosa y fuerte también era comprensiva, orgulloso vio que su hermano había sabido escoger bien a su compañera.

—Ven, haremos el recorrido en la nave y te enseñaré cuál será tu habitación durante el viaje.

Escuchó la melodiosa voz de su cuñada quien esperaba alegre a que él la acompañara.

Fue de esta forma que el príncipe menor se vio feliz caminando en compañía de su amable cuñada. Y a pesar de todo, seguía consternado pues notó una indiferencia total de Vegeta por su consorte.

Aunque esto le llamó la atención solo observó todo, al final nunca vivió rodeado de saiyajines y debía aprender a manejarse correctamente como uno para evitar generarle alguna vergüenza a su hermano...

Iban rumbo al próximo planeta con el que cerrarían un tratado, Vegeta se hallaba en la cámara de gravedad portátil que había acondicionado, donde comenzó a entrenar junto a su hermano para medir el nivel de pelea de éste.

Dejó que Tarble se le acercara en la lucha cuerpo a cuerpo y cuando ya casi lo tenía cercado Vegeta se volteó golpeándolo rudamente, Tarble que no vio el rápido movimiento de su hermano sintió cuando el aire salió de su cuerpo y solo fue capaz de procesar que había sido lanzado, sintiendo el impacto de la pared de la cámara al chocar contra esta.

— Estoy impresionado hermano tu nivel es asombroso— decía emocionado el menor de los príncipes.

En cambio Vegeta estaba de malhumor por la

pérdida de tiempo que estaba teniendo al tener que entrenar con Tarble.

«Mas decepcionante no puede ser, Nappa se encargará de él»

Pondría al calvo saiyajin a cargo del exhaustivo entrenamiento de su hermano para mejorar su ridículo nivel de pelea.

—Cuando lleguemos a la base asignaré tu entrenamiento, tu nivel es patético cualquiera de los Saiyajines de primera clase te puede vencer.

Comentó asqueado el saiyan mayor. A lo que rápidamente su hermano hizo una reverencia para decir — Haré lo necesario para mejorar, no tendrás motivo de vergüenza.

El más joven de los príncipes realmente quería poder mejorar su desempeño para que su hermano pudiera ver un igual en él y no sólo la vergüenza familiar por su bajo nivel de pelea...

Vegeta estaba frustrado. Por más que intentaba lograr un vínculo con su hijo, fallaba en conectar con él, simplemente no conseguía crearlo.

No entendía si se debía al nulo interés que sintió por el crío y Kale durante el embarazo de ésta. Pues a diferencia de Trunks con quién estuvo en constante comunicación desde el vientre de su madre, al pequeño Chard lo conoció ya teniendo meses de nacido.

«No lo entiendo, es mi heredero, es el nuevo príncipe de la raza, es más fuerte que Trunks, y sin embargo Trunks es más rápido que él, más ágil. Chard tiene la estampa saiyajin, pero Trunks tiene mi carácter...»

Sí, el príncipe estaba confuso a pesar de querer evitarlo a cada momento comparaba al pequeño heredero con su primogénito, lo cual no ayudaba a que las cosas mejorasen.

Miró con detenimiento a su pequeño hijo, a pesar de ser más joven era más alto que Trunks, más fuerte en el ki pero algo lo inquietaba.

Recordó como el pequeño semisaiyan lo retaba durante los duros entrenamientos a los que lo sometió no importando que lo que le fuera exigido pudiera exceder sus fuerzas. Lo que no lograba sacar en Chard.

«Tiene el orgullo de todo saiyajin, pero la fortaleza y carácter de mi semilla corren por Trunks...»

Sonrió con amargura, sintiendo la molestia e incomodidad crecer en él.

«Que idiotez, es solo que es más joven en edad, pero demostrará que es más fuerte, su madre es saiyajin como yo, es imposible que no sea así.»

Siguió aferrándose a esa idea, aunque en el fondo empezaba a cuestionarse si realmente Chard iba a tener todas las cualidades para ser nombrado el heredero.

Quitó esos ridículos pensamientos de su mente y decidió comenzar de nuevo a entrenar al crío, empezaría con poner pequeños niveles de gravedad aumentada, en mucho menor cantidad de la que usó con el pelilila.

Poco a poco vio el avance en su cachorro y a pesar de que el pequeño acabó con el duro entrenamiento, no logró mantener el ritmo de entrenamiento esperado y demoró más tiempo del que debiera en hacerlo.

—¡Vamos! ¿Eso es todo lo que puedes hacer? Pareces un cachorro de tercera— fue la forma ruda en que le hablaba al pequeño crío.

Chard estaba molesto y cansando, pero sabía que debía acabar el entrenamiento, sin rebatir nada más y tragándose las ganas de llorar que tenía, el pequeño crío se paró tambaleante, intentaba golpear la mano de su padre, pero su cuerpo se sentía pesado.

Intentó saltar para después verse aprisionado por la gravedad en el suelo, se levantó como pudo, pero sus ojos reflejaban el cansancio y la frustración que sentía.

Vegeta seguía presionando al pequeño niño, pero este no respondía a ninguno de los insultos que le daba.

— ¿Te rendirás tan fácilmente? — Su voz sonó ruda, el pequeño por más que quiso evitarlo se quejó — Cansado papá — Mientras se dejaba caer sobre sus rodillas agotado.

— ¡Levántate ahora mismo mocoso! No eres ningún insecto de tercera clase eres un príncipe saiyajin, ¡Compórtate como tal! — fue la dura reprimenda del saiyan mientras el pequeño crío intentaba con todas sus fuerzas hacer lo que su padre le indicaba, pero el cansancio pudo más haciéndolo caer al suelo.

Esperaba ver la mirada enojada de reto, de claro desafío que proyectaría Trunks al ver a su padre reírse de él de esa forma, pero nada pasaba. Cansado por la falta de reacción en su hijo, decidió que era suficiente. Así que apagó la cámara de gravedad y sin más salió de esta.

Dejó que Tooma se llevara al niño, había perdido varias horas con él sin lograr un avance significativo, no al menos al nivel que había obtenido en Trunks en menos tiempo. Recordó el ultimo día que lo vio antes de su partida:

"... Después de la confrontación con la peliazul, ésta se fue furiosa a dormir al cuarto del pequeño infante, Vegeta se quedó solo en la habitación que compartían durante varias horas, hasta que sintió el ki de ambos: Bulma y Trunks relajados, decidió ir a verlos un rato, a pesar de lo que sucedió al momento de llegar y lo que le había dicho a ella, realmente sentía una revolución en su interior exigiéndole desmentir las duras palabras lanzadas a la peliazul; aun así las cosas eran como tenían que ser y no había marcha atrás.

No sabía cuánto tiempo llevaba ahí viéndolos dormir, cuando de pronto se percató que el crío estaba despierto.

Trunks vio a su padre, el pequeño estaba extrañado de verlo ahí y lo miró con duda. A decir verdad, la situación vivida cuando llegaron lo confundió mucho, apenas tenía dos añitos de edad por lo que no terminaba de entender el mundo que lo rodeaba, hasta hace unos meses su mundo se reducía a la CC, donde vivían sus amorosos abuelos, su dulce madre y su regio padre.

De pronto su mundo se expandió y empezaron a viajar por lugares diferentes, que la pequeña cabeza infantil no era capaz de dimensionar, la confusión para el pequeño llegó cuando bajaron de la nave y llegaron a ese nuevo lugar, sintió muchas presencias hostiles, con él y con su madre, pero parecía que no lo eran con su padre.

El pequeño de inmediato se puso en guardia, pero veía que su papá evitaba que se les acercaran y por eso no se sintió atacado.

Notó a su madre alterada a partir de ese momento y siguió así cuando entraron de nuevo a la nave hasta que se durmió. En su infantil inocencia, no entendía bien lo que sucedía.

Vio los negros ojos de su padre mirarlo tranquilamente antes de escuchar su fuerte y firme voz hablar en un susurro:

—¿No quieres dormir mocoso? — la voz de su padre era tan baja y tan diferente a la que escuchó cuando hablo con los demás que sentía de inmediato protección.

—Baño, papá— fue todo lo que dijo, y el guerrero lo levantó en brazos para evitar que despertara a su madre.

Por algún motivo para Vegeta el tener eso minutos con Trunks lo aliviaban un poco. Qué al menos uno de ellos dos no lo mirara con frialdad y desprecio lo alivió más de lo que creía, y sin saber porque decidió tratar de transmitir lo más que podía al crío.

—Trunks, estaré fuera varios meses, tú y tu mamá estarán protegidos aquí. Pronto empezarás a entrenar, cuando regrese mediré tu fuerza y serás más fuerte... ¿Cierto?

La mirada profunda y seria del saiyan podría haber sido implacable de no ser por un brillo en la misma que, aunque él no notara tenía cada vez que miraba a su pequeño hijo, quien emocionado dijo:

—Sí papá

Trunks en su inocencia infantil no había podido entender todo el pandemónium ni las reacciones de rechazo de la gente que conocieron cuando llegaron ahí, pero la mujer que estaba cerca de su padre no le gustó para nada, y a pesar de que veía siempre la mirada de reto de su padre y que lo escuchaba decir que no debía de temer, en su infantil inocencia el pequeño no entendía por qué, pero el temor crecía en él.

—Mami y yo, contigo a viaje, ¿Sí? — Preguntó el pequeño semisaiyan, esperanzado de volver a salir de aventura con sus papás como habían estado haciendo.

Sin poder evitarlo algo se removió dentro del frío saiyan, por más que trataba de mantener a raya esas molestas sensaciones que se agolpaban en su pecho no podía, volteó a ver hacía la cama donde seguía dormida la peliazul, lo sabía pues su ki se mantenía en reposo.

Y sin poder evitarlo cargó abrazando a su cachorro, mientras él se sentaba en el suelo, sabía que no había marcha atrás. Y a pesar de todo, esos ojitos azules que lo miraba de la misma forma retadora que él tenía, que brillaban con esperanza... lo desarmaba, no quería que la luz también se apagara en ellos, no podría soportarlo...

—No voy de vacaciones Trunks, estaré lejos porque hay cosas...que hacer, ¿Cuidarás a tu mamá en mi ausencia?

El pequeño emocionado, entendiendo que su papá le pedía algo importante, confirmó entusiasmado.

—¡Sí, papá!

Con una sonrisa dibujada en los labios, que el príncipe no se había percatado que tenía, acostó al pequeño crío. Y se quedó ahí, acompañándolos hasta que lo vio dormirse. Se quedó todavía ahí con ellos mientras soñaban y hasta que vio que ya era casi la hora de partir.

Sabía que las cosas debían ser así, pero el que lo supiera no le evitaba sentir un dolor en el pecho que cada vez era más difícil de controlar, pero había tomado una decisión y ahora había que asumir sus consecuencias..."

Suspiró al recordarlo, no lo entendía Chard era de raza 100% saiyajin, no había forma en que Trunks tuviera mejor desempeño, cuando el ki de Chard era más fuerte, y aun así sentía el orgullo crecer al recordar cada entrenamiento con el crío y su obstinada y testaruda forma de retarlo, aunque el entrenamiento lo superara.

Necesitaba dejar de pensar en ellos, no era fácil y menos con la ojiazul. Por si fuera poco, Kale buscaba insistentemente en tratar de meterse en la cama del príncipe y a pesar de lo hermosa que era, simplemente Vegeta no estaba tan seguro de que ceder fuera lo mejor en estos momentos.

Cada día que pasaba era una tortura para el guerrero. Las pesadillas habían vuelto y soñaba cosas cada vez más horribles todas relacionadas con la científica y tenia el presentimiento que estas se harían más terribles si decidía yacer Kale.

El príncipe se encontraba atribulado. No entendía porque el sentimiento por la científica no se iba, por el contrario, cada día crecía generándole mayor estrés e incomodidad.

El tiempo mientras llegaban al segundo planeta lo usó para pensar correctamente lo que había pasado, puesto que sus pesadillas no cedían y de pronto empezó a sentir incertidumbre.

Vegeta frunció el ceño, esperaba encontrarla a su regreso, aunque era demasiado testaruda cuando quería, temía que la científica hubiese decidido marcharse, pues de ser así... Se vería en la necesidad de cumplir la amenaza que le había hecho para amedrentarla y evitar que ella hiciera una tontería como querer escapar.

«¿Acaso sería capaz de desobedecerme? Si se atreve hacerlo...»

De solo pensar que ella hubiera decidido huir, le generaba un desasosiego que, como si fuera una mala hierba iba creciendo dentro de él, pues en esto momentos no estaba seguro de si en verdad sería capaz de cumplir su amenaza, nada relacionado con esa maldita mujer era fácil para él.

Desde el momento en que vio como el brillo de esos dos diamantes se apagaban dejando frialdad en su lugar algo se le clavó en el pecho, comenzó a cuestionarse si ella sería capaz de perdonarlo. De pronto sintió la aprehensión invadirlo y muy en el fondo de su ser, deseó con todas sus fuerzas tenerla a su lado.

Sin querer aceptarlo en voz alta, su interior gritaba pues solo quería acabar con estos compromisos para regresar y buscar la forma de poder ver a la humana de nuevo...

Tooma se encontraba nervioso, el príncipe le había dado la clara orden de monitorear que el curso

de navegación se mantuviera correcto y que solo interrumpiera su entrenamiento si era de vida o muerte.

Normalmente no se le ocurriría intentar molestarlo; de no ser por la comunicación recibida de aquel cuadrante cercano, en específico de un sistema solar muy cerca de ellos en estos momentos: El sistema cardenal solaris, que le había dejado perplejo.

Sabía que eso no entraba dentro de la categoría "de vida o muerte" pero, de ser cierto lo que decía el mensaje, existían mas saiyajines con vida.

«Vamos Tooma piensa, si voy ahora con Vegeta me va despedazar...»

El saiyan estaba nervioso prefería que le amputaran la cola antes de ir con el príncipe Saiyajin.

Si algo sabía es que era prácticamente un suicido interrumpir los entrenamientos del príncipe. Analizó sus opciones y comenzó un monólogo en solitario.

— Si esto es verdad, sería algo grande e importante— rebobinó el mensaje y volvió a escucharlo.

—Sí, definitivamente puedo catalogarlo como algo importante pero no de vida o muerte.

Suspiró, hubiera deseado que Tottepo o Caulifla fueran los que estuvieran en esa nave en lugar de él, reconocía que era el menos brillante de ellos.

Consideró decirle a Kale, pero antes de madurar la idea, recordó lo impredecible y caprichosa que solía ser y si de todas formas lo iba a regañar prefería que fuera el príncipe a ella aunque eso significara morir pulverizado.

De pronto sonrió para si mismo, había otra opción,

caminó decidido hacia la habitación del príncipe menor.

— ¿Estás seguro de esto?— Preguntaba serio Tarble. La mirada negra penetrante del príncipe menor hizo sudar al guerrero. Tooma se asombraba del enorme parecido entre los príncipes. Al menos en apareciencia.

Y a pesar de eso, prefería enfrentarse al príncipe menor, estando ambos en la sala de mando, repitió la grabación con el mensaje, el joven saiyan sonrió, al escuchar el mensaje, de ser cierto entonces la cantidad de saiyajines incrementaría y sabía que eso pondría de muy buen humor a su hermano.

De inmediato envió a Tooma por Kale en lo que él iba por Vegeta.

Aunque al principio el príncipe interrumpió de mala gana sus actividades, al ver la emoción reflejada en la cara de su hermano supo que algo importante había ocurrido.

Estaban impactados, el mensaje decía que existían 4 Saiyajines más que querían poder vivir en el planeta con ellos.

—¿No será una trampa? — Preguntaba sereno Tarble a pesar de la emoción inicial no podían bajar la guardia.

—No lo sabemos, la única forma de averiguarlo es conociéndolos, manda un mensaje confirmándoles que los veremos en el planeta Zerk.

Fue lo que serio comentó Vegeta, mientras Kale emocionada sonreía y seductora se acercaba a él y lo abrazaba con coquetería.

—Poco a poco nuestro pueblo está juntándose. El sueño por el que has estado trabajando se está haciendo realidad príncipe.

Decía coqueta mientras en la alegría del momento le robaba un casto beso a Vegeta para luego separase en forma sensual de él.

Tarble emocionado sólo deseaba poder contribuir a la causa para hacer que los Saiyajines resurgieran de las cenizas, viendo con buen agrado a su cuñada y a su hermano...

En un sistema solar cercano un grupo de Saiyajines esperaban noticias — ¡Finalmente contestaron! — Emocionado el joven Saiyajin dijo.

—¿Estas seguro que sea buena idea? — desconfiada la guerrera comentó, no podía evitarlo, les había costado tanto sobrevivir al holocausto de su raza que simplemente no podía creer que finalmente su príncipe había sobrevivido y que en verdad existiera una comunidad de Saiyajines.

—No seas tan desconfiada, yo creo que pronto por fin tendremos un planeta al cual llamar hogar — volvió a decir el joven Saiyajin.

La peli negra guerrera solo torció sus ojos en señal de fastidio, le molestaba que el otro saiyan fuera tan alegre y optimista, sentía una fuerte atracción por el pero ni por eso iba a pasar por alto su fastidioso optimismo nada digno de un guerrero.

El saiyan que también sentía interés por la guerrera solo dijo—No seas así Pepper, vas a ver que las cosas van a salir bien, estoy seguro que el príncipe nos aceptará— Optimista abrazaba juguetonamente a la fémina.

Mientras otros dos Saiyajines los miraban entretenidos —Será mejor que la sueltes o serás saiyajin muerto antes de llegar a ese planeta querido hermanito... — Le decía alegre la otra Saiyajin; al igual que su hermano se sentía optimista, porfin tendrían un lugar donde vivir y dejarían de ser unos parias nómadas...

Era de noche cuando despertó alterado, había visto a la hechicera de los ojos azules morir atravesada por un rayo. Eso lo despertó agitado.

«Maldita pesadilla... ¡Maldita sea! ¡Maldita mujer! ¿Por qué no puedo dejar de pensarla?»

Se sentó en la cama frustrado, mientras con su mano se masajeaba las sienes, un sudor frío lo bañaba. Sonrió con amargura, luchaba contra eso que se arremolinaba en su pecho, no iba aceptarlo.

«¡Maldición!»

—Tsk— Siseó de mala manera mientras golpeaba su almohada con el puño.

«Que patético me he vuelto, Todos los días recibo un informe por parte de Nappa de las actividades de ella y el crío, no va a hacerme lo mismo siempre, no me importa nada más que su inteligencia y la fuerza del crío, eso es todo»

Se sentía furioso por no dominar aun sus pesadillas, ella no debería estar ahí, ese no era su lugar.

Volteó a ver la hora, no era ni la media noche. Habría podido dormir escasas dos horas y media cuando la pesadilla lo despertó.

Toc, toc.

Alguien llamaba suave a la puerta. Cansado se levantó a abrir, de pronto vio aparecer a una sensual saiyajin que entró contoneándose provocadoramente, vestida con una fina tela de gasa transparente que dejaba ver todos sus atributos.

A pesar de que Kale era realmente preciosa y que todo su cuerpo destilaba lujuria y sensualidad, el príncipe no estaba de humor para eso. Sin embargo, ella iba dispuesta a todo.

De pronto, ella se pegó sensualmente a su cuerpo y lo abrazó coquetamente, el saiyan solo dijo rudamente:

— ¿Qué es lo que quieres?

Pero ella llevaba un objetivo bien definido y no se amedrentaría por su forma de hablar.

— Shhh — silenciándolo, poniendo su suave y coqueto dedo sobre los labios del príncipe.

— ¡Ahh! Príncipe, solo quiero ayudarte, has estado muy estresado. Déjame cumplir mi función a tu lado, déjame relajarte — fue todo lo que ella dijo antes de abordar sus masculinos labios.

A pesar de todo, el aroma que destilaba la hermosa saiyan, el brillo de sus ojos implorando ser tomada, esos sensuales labios tentándolo, hicieron efecto por un instante incitándolo a caer en la seducción.

— Déjame ayudarte...— Fue la dulce súplica que salió de esos provocativos labios, antes de abordar de nuevo la varonil boca del guerrero.

El besó empezó lento y comenzó a hacerse cada vez más intenso, la lengua del príncipe ingresó a la ávida boca de esa sensual fémina, su olor provocativo le pedía que se entregara a ella, el saiyan decidió aceptar esa súplica sensual.

Pero tan pronto profundizó el beso y pegó a la mujer a su cuerpo, corroboró el amargo hecho de que no podía hacerlo: No olía ni sabía cómo ella, como la mujer terrícola que ya consideraba suya.

En cuanto ese pensamiento llegó a su mente se congeló:

«¿Pero qué demonios?, Ella no es más que una simple humana...»

Con una sonrisa petulante se dijo así mismo

«No es nada... no significa nada para mí...»

La furia por sentir que a pesar de lo que se decía así mismo, ella no dejaba de atormentarlo; hizo crecer su desesperación.

Abrazó con más fuerza a la saiyajin, y pronto la ansiedad se apoderó de él cuando empezó a comprender algo que le hizo un nudo en el estómago: por más que lo intentaba simplemente no podía.

Intentó separarse del beso, pero la saiyajin previendo ese intento, intensificó más el mismo y comenzó a masajear la entrepierna del guerrero.

La grácil mano de la hembra saiyan se introdujo dentro del pantalón del guerrero, atrapando dentro de su palma la endurecida carne del varón.

Ella lo miro deseosa, su sexo comenzaba a palpitar excitado de tan solo haber tomado el miembro del hombre entre sus manos.

El toque provocativo de la mujer podía encender a cualquier guerrero. Y más a uno de la raza saiyajin, su sangre era caliente, y clamaba cuando no estaba en la lucha en tomar a una mujer hasta saciarse.

La sensualidad del guerrero era mayor de la que esperaba, su masculinidad erecta recibía las seductoras e incitantes caricias de esa provocativa mujer hecha de bronce y de fuego, mientras profundizaba el beso, haciéndolo fogoso e intenso.

En un principio el príncipe se obligó a seguir su juego y continuó besándola, recorriendo con sus manos las seductoras formas de su consorte.

Una de sus varoniles manos exploraba sus senos, tocándolos, recorriendo con sus dedos el contorno de estos, deleitándose, apresando entre las yemas uno de los pezones erectos de la mujer, mientras con la otra abrazaba con fuerza la sensual cintura de la saiyajin.

Pronto sus besos comenzaron a bajar por el seductor cuello de la hembra, mientras la escuchaba gemir de placer, su voz salía como súplica, mientras la respiración entre cortada de la fémina y esos ojos encendidos de deseo le pedían que la hiciera suya una vez más.

Escuchó la voz sensual y suplicante — Por favor príncipe hazme tuya... — mientras el néctar secreto de la mujer comenzaba a inundar con sus esencias el ambiente.

Un recuerdo como si de un deja vu se tratase, lo golpeó, recordaba esas mismas palabras con otro tono y otra cadencia en la voz, y por más que su ser en rebeldía no quería aceptarlo de pronto cayó en cuenta del horrible hecho de que le gustara o no, la hechicera de los ojos azules se hallaba arraigada en su memoria.

Su alma no hallaba sosiego ni paz en el sabor de los besos de la saiyajin, no olía ni sabía cómo ella ni eran sus dulces suaves y frágiles formas las que encontraba al explorar ese firme, musculoso y bien torneado cuerpo de la guerrera.

Su cuerpo y alma exigían, clamaban por un cuerpo, pero no era ese que se pegaba al suyo ahora. Su alma en agonía solo buscaba por aquella que, esclavizándolo lo liberaba.

Buscaba las níveas, sensuales y núbiles formas de ese ser elemental, frágil y efímero que aguardaba en el planeta base.

Para su desgracia sintió nuevamente desazón y la amargura llegar a él. Puesto que confirmó la espantosa verdad que ya sabía. No podía, aunque quisiera no podía tomar a nadie más.

Ella no era la humana, su ninfa provocadora, la heshia de los cuentos del planeta Vegita. No era ella, no era Bulma, no era aquella mujer débil y sensual que lo retaba y lo hacía rendirse ante su osadía. No era la mujer que, aunque negaba en voz alta; su cuerpo clamaba como su verdadera mujer.

«¿Mi mujer?»

Volvió a besar con intensidad a Kale, para reconfirmar el amargo hecho de que sus besos ardientes no lo encendían, ese toque sensual no conocía los puntos de su cuerpo que lo prendían al instante.

Ese aroma dulce de la saiyajin no era el aroma sensual, atrevido y atrayente de la hembra terrícola, y lo peor de todo; que al besarla buscaba desesperado en esa boca, el sabor de la osada científica terrestre.

¿Desde cuándo considerada así a la ojiazul? No podía no era correcto, su mujer era Kale, él así lo quiso, debía obligarse a aceptar ese hecho.

Pero su pecho latía fuertemente y no por la mujer que ahora tenía entre sus brazos. Si no por la que se hallaba ausente, a la que dejó sola en un planeta desconocido, rodeada de sanguinarios guerreros, solo con la compañía de su pequeño hijo.

«No puede ser, no debería ser así...»

Hubiera sido más sencillo aceptar ese simple hecho, que el príncipe de todos los saiyajines consideraba como su mujer no a la hembra saiyajin que tenía en sus brazos y a la cuál marcó... Sino a la que dejó de lado, a aquella mujer osada de raza débil, pero de inteligencia superior y carácter de cuidado.

Y por más que quisiera engañarse ese hecho no cambiaría. No quería buscar en otros labios a la mujer de los ojos azules; pues, aunque lo intentara, no lograría jamás reemplazarla.

Y ese simple y sencillo hecho que le aterrorizaba aceptar, esa simple certeza se instaló en forma inamovible dentro de él, como un cáncer que se extendía por todo su ser, generándole incertidumbre.

Y a pesar de seguirlo negando, muy en el fondo lo sabía. La mujer de los ojos azules le importaba más de lo que él quería aceptar, le aterraba ponerle el nombre a ese sentimiento, pero al menos tuvo que aprender a convivir con el hecho de saber que era más importante para él que solo por ser su científica, ese simple hecho se instaló en él como una verdad inefable.

El príncipe salió del embrujo de seducción de Kale, reaccionó y levemente comenzó a separarla de su cuerpo. La saiyajin no se dio por vencida y volvió a abrazarlo. Sin embargo, en esta ocasión él no cedió y se separó por completo de ella. No seguiría cometiendo más errores.

—Vegeta— dijo Kale enfadada, haciéndolo detener de su huida pero aun dándole la espalda.

— Tenemos un trato y debemos cumplirlo, no te pido que me ames, quieres tener un harem para satisfacer tus impulsos está bien, pero tú y yo somos pareja y debemos aprender a convivir como tal, yo estoy cumpliendo mis deberes, y tú no...

La voz de Kale se escuchaba tranquila, mientras cuidadosamente externaba su sentir, estaba desesperada y buscaría la estrategia que fuera necesaria con tal de poder afianzar su lugar.

Las manos de Vegeta se cerraron en puños, estaba enojado.

— No me interesa revolcarme contigo Kale, me has dado un hijo, tu lugar como mi pareja está asegurado.

—Me marcaste Vegeta, yo no puedo hacer lo mismo que tú, solo tú puedes ser mi pareja, no me interesa si quieres conservar tu juguete ¡Hazlo! Pero debes de cumplir conmigo también— La voz de la saiyan era un suave ronroneo.

El príncipe aún dándole la espalda cerró los ojos, estaba cansado y frustrado pero sabía que era cierto lo que decía. Aún así se rehusaba, el acuerdo fue darle la gloria de la corona, compartirla y que gobernasen juntos y él no pensaba darle más que eso.

Cansado, no quería aceptar ni así mismo el terror que lo embargaba al entender que la humana estaba haciendo estragos en su interior y que estaba perdiendo la batalla por sacarla de su sistema.

Sin decir más ni dar una explicación, atribulado por el peso de la verdad descubierta, decidió abandonar la habitación, dejando a una Kale muy molesta por ser nuevamente rechazada.

Al no poder seguir durmiendo el saiyan prefirió ir a entrenar un rato. Así hacía tiempo en lo que la saiyajin dejaba su habitación y con el cansancio del entrenamiento esperaba poder dormir otro rato alejando al menos por unas horas las constantes pesadillas...

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¡Holi a todos! Sé que en estos momentos estás posiblemente bastante molest@s con este cap y quieran golpear al Saiyajin y a un a servidora de pasada.

Ojo consideren mientras están separados estamos viendo que va pasando con cada uno pero las cosas van simultáneamente.

Arriesgando a recibir muchos tomatazos de su parte cuéntenme, ¿Cómo les pareció el cap? Me encantaría saber sus opiniones y quiero agradecer por sus comentarios y votos de corazón gracias.

Aprovecho para contestar rápidamente los saludos:

AR tendo: Paciencia iremos viendo poco a poco cuál es su plan... lo más importante que lo logre!!

Belen .b189: Sería genial que lo viera y luego huyera no? Yo también quier que se gane la lealtad de todos ellos para que vea el muy tonto del Saiyajin la pésima decisión que tomó.

NalleXF y Airyisabel: mil gracias x leer :3

XXlalalulu: aww gracias!! Y si ya se qué onda con este dramon que parece novela mexicana de horario estelar por lo dramático que es jajajajajajaja pero espero te vaya gustando :3

Calay: Siiii es lo que más Amé de Bulma tenerla al momento de la verdad no como alguien débil ni como alguien que solo quiere venganza perse sino como alguien fuerte que busca lo mejor para ella y para Trunks

Invitado Mila: Mil graaacias x leer y comentar, sii Vegeta merece un escarmiento últimamente siento en mi una relación amor odio con el por cómo se ha portado, veamos qué tal le va con sus desiciones

Beccamarins: gracias x tu coment me encantan tus análisis, yo también amé a Trunks y esa relación madre hijo qué hay entre Bulma y el es tan hermosa. Tus teorías son bien interesantes podría haber algo semejante, veamos qué pasa!!!

Saludos y mil grax x leer