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El hombre de hierro sonrió con felicidad al ver a sus hombres, las batallas han estado excelentes.

Un par de muertos, pero la excitación de tomar las vidas, deshonrar a los nobles.

Le hacía recordar a la rebelión de Pike.

El hombre sonrió melancólico.

Y miro a su alrededor.

La fortaleza estaba en llamas.

Sus hombres salían con oro, joyas en sus manos.

Otros ya preferían la carne, y traían colgadas de sus hombros a mujeres, nobles y plebeyas.

Esposas de Sal.

Recompensas de la guerra.

-El precio de hierro- susurro él con felicidad.

Miro atentamente a lo que antiguamente se llamaba las islas del escudo.

Euron lanzo un bufido.

-Vaya escudo, no duro ni un ataque estos debiluchos- musito mirando la fortaleza en llamas.

-Los Hewett, resultaron ser unos donnadies, el viejo fue apresado, mientras disfrute a su bastarda – rio Euron.

La bastarda de Humfrey Hewett, Falia Flores fue tomada como recompensa, por el.

Era una mujer razonablemente atractiva con sus diecisiete años.

Euron el dejo en su cama, quizás la convertiría en esposa de sal.

O solo la mataría.

No le importaba realmente.

El primer ataque al Dominio estaba hecho.

Ahora solo quedaba disfrutar de sus recompensas, y luego otra casa caería, y otra, y otra.

-Creo que lo mejor será atacar una de las fuerzas del dominio…Si porque no, estoy preparado…Los Tarly caerán- pensó él.

-Y luego todo el dominio pagara el precio de hierro- termino él con una sonrisa.

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Ned Stark maldijo a Euron.

Todo se venía abajo ahora.

Dos frentes, mas la guerra contra los Lannister.

Euron atacando el dominio.

Los perros de Tywin dominando Dorne.

Y los ataques contra el reino de los ríos por parte de los Lannister.

-La división de poderes debe ser hecha- escucho a Robb.

Miro a sus hijos.

Rickon escuchaba, lo que se decía, estaba algo distraído. Había dejado a los Mormont, como escoltas y guardias del bastión de tormenta.

Bran había vuelto con el solo propósito de informar a su padre directamente de la situación en la tierra de la tormenta, había subido un nivel en el viaje, estaba en nivel 25 con 7 puntos de habilidad.

Robb había hablado con su esposa y con Margaery, estas parecían llevarse relativamente bien, no como sus esposas, Catelyn y Ashara. Pero Ned creía que serian un buen matrimonio compartido.

-Al parecer no volverás a la tormenta- le dijo a Bran.

Este lo miro.

-Podría pedir hombres ahí- le aclaro él.

Ned lo miro pero no decidió nada de eso.

-Ahora mismo, debo ir a Dorne, mi casamiento con Ashara me da poder político, protegiendo a los Dayne de sus enemigos- informo él.

-En ese caso, por más que mi compromiso con Lady Margaery sea solo hablado, sigue dándome ciertos derechos sobre el dominio- índico Robb.

Ned cabeceo.

-No derechos, pero si, ciertas prioridades- aclaro él.

Bran cabeceo.

-Mejor que yo vaya con Robb, mi cercanía al reino de la tormenta, me puede dar ventaja para con los nobles, el hecho de que mate a Melisandre que quemo vivos a varios de los soldados del dominio, me podría ayudar también- indico Bran.

Ned lo pensó unos momentos antes de cabecear.

-¿Y los nobles que no apoyan a Gendry? – pregunto Robb.

Bran sonrió con ironía.

-Arya está limpiando la tormenta mientras hablamos- dijo él.

Los demás lanzaron un suspiro de frustración.

Ned negó con la cabeza.

-Dejare a Aegon a cargo del ejército y las defensas del reino de los ríos- dijo Ned.

Robb cabeceo.

-Es hora de que gane prestigio- dijo él.

Bran asintió.

-Entonces iré con Robb, al Dominio y Rickon ira contigo a Dorne- termino el chico.

-Es lo mejor- dijo Ned.

Sus hijos desaparecieron.

Ashara llego hasta el.

-¿Debo ir contigo?- pregunto ella.

-No, nuestra boda está hecha, los Dayne deben saberlo, te prefiero aquí, no confió en todos nuestros hombres, Cat es inteligente, pero creo que tú podrás ayudarla en las negociaciones- dijo él.

Ashara cabeceo.

-Me parece bien- dijo ella.

Ned no dijo nada por unos momentos.

-Aegon debe estar preparado, Sansa, será una reina, como una Santa le va bien, y es mejor política que yo- informo él.

-Sansa está a salvo, tanto Catelyn como yo, nos encargaremos de que sepa lo que debe hacer- le dijo ella.

Ned asintió.

-Hace mucho que no voy a Dorne… ¿Crees que me recuerden?- pregunto con algo de diversión.

Ashara alzo una ceja.

-Te recordaran-

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Jon miraba con paciencia las olas del mar mientras se dirigía a su último destino.

Sus enemigos.

Quienes atacaron.

Quienes pagaron a otros por hacer el trabajo sucio.

Bravos.

-Una vez termine, volveré a Valyria- susurro él.

O eso esperaba.

Estaba preocupado por las cosas en Meeren.

Su última información, es que Robb partió a Poniente con Jorah.

Algo extraño.

Jorah no se iría del lado de Daenerys.

A menos que esta se lo ordene.

Lo que significa que las cosas en Meeren deben a ver acabado o deben estar relativamente bien.

Pero algo le incomodaba en eso.

La muerte de Oberyn Martell fue un golpe duro.

Jon se entero de la rebelión en Dorne, pero nada más.

Planeaba eliminar a los traidores dorniense cuando termine en Bravos y tenga suficientes hombres.

Pero algo le decía que su familia se encargaría.

Se mordió los labios ante la falta de información.

Su padre tenía cancelado el equipo.

Arya no le decía nada.

-La próxima vez que suba de nivel, pondré a Robb en el equipo…Así me dirá las cosas el mismo- pensó el chico.

Robb era más comprensivo que su padre.

Al menos eso esperaba.

Su estadía en Valyria les hizo ver los cambios entre los dos, pero seguían siendo cercanos.

-Su majestad, estamos a dos horas de nuestro objetivo- dijo un soldado.

-Muy bien, prepara al mensajero-

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Rhaenys puso una rosa en la tumba.

A su lado estaba su tía y hermana-esposa.

Esta apoyo una mano en su hombro.

Del otro lado, sus primas las serpientes de arena, Obara y Nymeria Arena quien depositaba las dos rosas blancas sobre la tumba.

La caída de Oberyn les dejo un mal sabor.

Más allá de que la muerte de su padre era algo terrible, la forma en que murió aun mas, no un legendario combate contra la montaña.

Ni siquiera contra un guerrero.

Contra un vil mercenario que fue pagado por un imperio que nada tenía que ver con él.

Un sacrificio noble.

Salvar a su hija de un cuchillo volador contra ella.

Pero igualmente.

Injusto.

No pudo vengar a Elia.

Eliminar a la montaña.

O a Tywin.

Pero lo harían por él.

-Les hare pagar tío…Lo prometo- musito ella.

Las serpientes no dijeron nada.

Se despedirían de su padre a su forma.

Obara con su lanza en los enemigos de los Martell.

Nymeria con su encanto, embaucando a los enemigos hasta que paguen por lo que hicieron.

Rhaenys considero que sus primas se asegurarían de que Oberyn tuviera la paz que se merecía.

-Debo salvar Dorne- musito ella.

-Los Stark ayudaran, posiblemente lo estén haciendo ahora- dijo Daenerys.

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Tyrion Lannister camino por los mercados con su escolta, la muerte de Oberyn Martell fue un golpe duro, pero él no fue a despedirlo.

No porque tenga algo en contra.

Por respeto.

Era un Lannister, sin duda Oberyn hubiera preferido que se encuentre lejos de su tumba.

Tyrion pensó en los días anteriores.

La derrota de los mercenarios de Yiti fue vitoreada por la ciudad.

Oberyn recibió honores, más allá de cualquiera que puedan darle en Poniente.

Pero Tyrion sabía que eso a él no le importaba.

Oberyn era pasión con pies.

Quería venganza.

Justicia.

No honores.

Negó con la cabeza y se fijo en la gente en el mercado.

-Mira esta copa de cristal- escucho el Gnomo.

Giro para ver a los ciudadanos.

Miro con curiosidad a una chica, de unos diecisiete a veinte años.

La mujer le parecía similar por alguna razón.

Rubia, de estatura baja, con ojos grises.

Tyrion noto que eran rasgos extraños para Meeren.

-¿Por qué me parece tan familiar?- se pregunto él.

Miro a la rubia con el hombre, y sintió un malestar en su estomago.

-Se parece a Tysha- musito confundido.

Se quedo unos momentos, hasta que la joven salía del local con su pareja y los siguió a lo lejos.

Llegaron hasta una casa de puertas marrones.

Una mujer los esperaba ahí.

De unos cuarenta, esbelta de cabello oscuro con algunas canas.

Tyrion sintió que se asfixiaba con solo verla.

-¿Tysha?-

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Jon escucho atentamente a sus hombres.

Se encontraba a unos quilómetros lejos de Bravos.

En mar abierto.

Envió una carta al banco de hierro.

Un ultimátum

Como había mandado en Qarth.

O Robb en Pentos.

Política de guerra.

-Personalmente los incineraría y punto, pero así es la guerra- pensó él.

Sabía que no se iban a rendir.

No eran capaces de aceptar que perdieron.

A Jon poco le importaba.

Una vez el banco de hierro este destruido, una vez que termine con Bravos, obtendría también los recursos de sus bóvedas.

Oro y tesoros que se habían acumulado durante miles de años.

Deudas de miles de señores.

Por más que esta guerra seria por un ataque en su contra.

Sus recompensas serian algo que ayudaría a mantener a cualquier ejército en las próximas guerras.

Un soldado entra en el cuarto.

Jon lo ve acercarse.

-No hay respuesta del banco, pero buques de guerra se aproximan- dijo este.

Jon cabeceo sin sorpresa.

-Bravos cierra sus puertas, Valyria las abre- informo Jon.

Los demás lo vieron.

Este se levanto de su asiento.

-Con su marina lista. Valyria toma eso como respuesta de Bravos…Prepárense-

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Un par de días es lo que habían pasado desde la muerte de Oberyn.

Sus primas se quedaron así como su escuadrón de Dornienses como soldados de Rhaenys, o protectores.

Daenerys acepto eso.

Rhaenys pasaba mucho tiempo con Nymeria, se sentía a gusto con la chica, mientras que Obara no paraba de entrenar.

-Su majestad- escucho él.

Ella giro y vio a un soldado.

-Un lord de Yiti ha venido- dijo este.

Rhaenys llego al cuarto de reuniones y vio a Daenerys conversar con un hombre de apariencia Yitiana.

-Oh Rhaenys, te presento a Xuan Xing- le dijo la reina de Meeren.

El hombre se paro e inclino como saludo.

-Lord Xing, vine de parte de Xian Lee, el rival político del actual emperador de Yiti- dijo ella.

-Oh- murmuro confundida.

-Nuestros pueblos se han matado por bastante tiempo- dijo el hombre.

-No fue Meeren o Valyria quien ataco- dijo ella.

El viejo cabeceo.

-El emperador, es un viejo, sin nada que perder, no se preocupa por su pueblo, mientras tenga ganancias- le dijo este.

-¿Y Xian Lee lo hace?- pregunto ella.

El viejo cabeceo.

-No quiere guerra, no quiere esclavitud. Xian Lee es un buen hombre, y ama a su pueblo- le dijo esta.

-¿Viene a negociar en su nombre?-pregunto ella.

El hombre cabeceo.

-Nuestros hombres regresan a casa derrotados, el emperador humillado, el pueblo con temor- dijo él.

-Todos los ingredientes perfectos para una rebelión- dijo Rhaenys.

-Rebelión es una palabra muy fuerte- aclaro el hombre.

-¿Cómo lo llamaría?- pregunto ella.

-Cambio de líder- le dijo él.

Daenerys rio ante lo que dijo.

-El problema es que si intervenimos, le dará un mal nombre a Xian Lee, no podemos ganar su corona- le dijo ella.

Rhaenys se mostro confundida.

-¿Y qué quiere negociar?- pregunto ella.

Daenerys sonrió.

-Existen varias formas de ayudar, militar, Política…y no olvidemos la más popular económica- dijo ella.

Rhaenys alzo una ceja.

-Como la reina lo dijo, el futuro emperador quiere pedir un crédito- dijo él.

-No somos un banco- le aclaro ella.

Daenerys cabeceo.

-Sí, pero cederles algo de capital, podría ayudar a Meeren, y una vez el nuevo emperador sea coronado, las leyes de Valyria serian acatadas por el nuevo gobierno de Yiti- dijo ella.

-Sin contar que rembolsaremos todo lo pedido en un periodo de cinco años con un 5% extra- termino el hombre.

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FIN DEL CAPITULO