Emociones Desbordándose en la Casa de los Gritos
Llevó varias cervezas de mantequilla que Severus se relajara un poco. Tener que pasar la noche entera con los merodeadores era una cosa, pero tener que pasarla dentro de la Casa de los Gritos era otra.
No había dicho mucho después de invitar a Black y Pettigrew a la Joven Orden. Los merodeadores tampoco lo habían hecho. Pettigrew todavía estaba considerando si quería unirse o no, no sintiéndose lo suficientemente confiado de que sería de algún provecho para un grupo así. Potter seguía hosco después de que a Remus se le escapara que había besado a Lily allá en tercer año, y el humor de Black había dado un giro de ciento ochenta grados después de que Severus hubiera comparado las vida de uno y otro. Incluso Remus, que había estado tan feliz después de que la poción de acónito de Severus hubiera funcionado, podía sentir que la atmósfera había cambiado, y ya no estaba agitando la cola.
'Quizá no deberías beber tanto, Snape,' dijo Pettigrew con una pizca de preocupación. 'No se te ve demasiado bien.'
'Estoy bien,' mintió Severus. 'Estoy perfectamente bien.' Una sensación de náusea bulló en su interior en el momento que lo dijo.
'Por favor, no digas que te emborrachaste por beber unas pocas cervezas de mantequilla,' dijo Potter con un resoplido.
'Está bien,' dijo Black. 'Yo también estoy un poco contento.'
'Si todos aquí vais a emborracharos,' dijo Remus irritado, 'al menos que alguien tenga la cortesía de echarme una por la garganta.'
'¿Quieres que la ponga en un cuenco para ti?' preguntó Black con una amplia sonrisa. Ante eso, Remus le lanzó a Black una mirada asesina de hombre-lobo que lo hizo saltar en su asiento. 'Sólo bromeaba, colega. Te ayudaré.'
Mientras Black ayudaba a Remus a tragar una cerveza de mantequilla, Severus se sirvió otra.
'Mirad, si todos planeamos emborracharnos esta noche,' dijo Black, 'más bien podríamos coger esas viejas botellas de hidromiel del ático.'
'Me apunto,' dijo Severus entre hipidos. 'Cuanto más bebo, menos espantoso se vuelve este lugar.'
Cuando Black se levantó y anadeó subiendo una escalera que crujía, Potter le lanzó a Severus una mirada dudosa. '¿Alguna vez te has emborrachado antes, Snape?'
'No,' dijo Severus con pereza. 'Tampoco estaba planeándolo hasta ahora.'
'¿Has tomado hidromiel alguna vez, Snape?' dijo Black cuando regresó abajo trastabillando, llevando unas botellas de color ámbar bajo el brazo.
Severus sacudió la cabeza. 'Aunque parece bueno.'
'Eso es porque lo es,' dijo Black. Debido a la falta de vasos, Black le dio a cada uno su propia botella.
'Por Lunático,' dijo Black levantando su propia botella, 'por ser el primer hombre-lobo conocido por los hombres en tragarse una cerveza de mantequilla en presencia de sus amigos. Y Snape,' añadió Black cuando sus ojos se encontraron, 'tú y yo tenemos un montón de disputas que resolver, pero no puedo evitar respetarte por lo que has hecho por mi amigo.'
A Severus lo pilló por sorpresa la sinceridad con la que Black dijo esas palabras. 'Gracias,' murmuró en respuesta, inseguro de cómo responder.
Severus descorchó la botella de hidromiel y tomó un sorbo con cautela. La bebida de sabor a miel se deslizó fácilmente por su garganta, calentándolo desde dentro. 'Esto es delicioso,' dijo Severus, sorprendido de lo bien que sabía.
'Snape,' dijo Potter bruscamente, '¿no preferirías volver al castillo?'
La hostilidad en la voz de Potter era evidente en sus palabras. '¿Y por qué haría eso?' espetó Severus en respuesta.
'Porque tu pequeño experimento ha funcionado,' dijo Potter. '¿Qué sentido tiene quedarte pegado?'
'¿Mi pequeño experimento?' dijo Severus con desprecio. '¡Mi pequeño experimento va a cambiar la vida de cualquiera que lidia con la licantropía, Potter! Es revolucionario, y con franqueza, quiero ser capaz de presenciar el fruto de mi trabajo.'
Potter le lanzó a Severus una mirada furiosa. 'No estoy negando que lo que hiciste merece la pena,' respondió enojado, 'pero no eres uno de nosotros.'
Severus no pudo evitar reír del comentario de Potter. 'Soy muy consciente de que no soy uno de vosotros, ni tengo el deseo de serlo.'
Potter se había levantado de un salto y la botella en su mano comenzó a temblar. 'Estás más borracho de lo que crees,' señaló Severus.
'No estoy borracho,' escupió Potter.
Black intentó agarrar la botella de hidromiel de Potter. 'Cálmate, Cornamenta, estás-'
'¡No!' gritó Potter. 'Simplemente no comprendo por qué esta bola de pelo grasiento tiene que pegarse. Éste es nuestro sitio. ¡No tiene asuntos aquí!'
Ante eso, Severus comenzó a enojarse. '¿Has pensado alguna vez que quizá pasar horas y horas sobre un caldero humeante puede ser la razón de que mi pelo sea tan grasiento, Potter? ¡Cómo te hace sentirte, saber que mi pelo contiene más propiedades mágicas de las que tienes en todo el cuerpo!'
Black había atrapado la botella de Potter justo a tiempo antes de que fuera capaz de arrojarla a la cara de Severus.
Severus se estremeció al verlo. 'No me digas que acabas de intentar hacer eso,' dijo, su voz temblando de ira.
'¡No te comprendo!' gritó Potter. '¡El año pasado eras prácticamente uno de esos Mortífagos, y de repente te das la vuelta y consigues ser el héroe!'
Severus se levantó del sofá, mirando a Potter directamente a los ojos. '¿Es de eso de lo que va todo esto?' gritó en respuesta. '¿Que fui capaz de ayudar a Remus de un modo que tú no podrías?'
Potter velozmente sacó su varita y la apuntó al pecho de Severus, haciendo que todos en la habitación retrocedieran.
'Hazlo entonces,' dijo Severus sombríamente. 'Lánzame un hechizo como siempre has hecho cada vez que sientes que me pongo en tu camino.'
Potter no hizo un movimiento, pero tampoco bajó su varita.
'Debe ser bonito,' dijo Severus, incapaz de contenerse, 'tenerlo todo en la vida entregado en bandeja de plata.'
'¡No me entregan todo en bandeja de plata, Snape!'
'Oh, ¿en serio? Porque hasta ahora parece que la única lucha que has conocido es que una chica no quiera salir contigo. ¡No conoces la lucha, Potter! ¡No conoces la lucha como yo lo hago! ¡O del modo que Black lo hace, o Remus, y aunque no sé mucho de Pettigrew, seguro como el infierno que no proviene de los mismos antecedentes privilegiados que tú!'
'¡Por qué debería respetarte después de toda la magia oscura en que te metiste!'
'¡NUNCA PEDÍ TU RESPETO!' gritó Severus, completamente tentado de sacar también su varita. '¡Mezclarme con las artes oscuras no es el error de nadie salvo el mío!'
'¿ENTONCES POR QUÉ LAS USABAS CONTRA NOSOTROS?' la voz de Potter se elevó con la de Severus.
Si Potter quería la verdad, Severus pensó para sí mismo, podría darle la verdad. 'Llegué a Hogwarts,' dijo con voz llena de emoción, 'pensando que después de todos esos años de vivir en un lugar miserable, finalmente tendría un hogar, y entonces vosotros cuatro idiotas, llegasteis también, ¡y me lo arruinasteis!'
Severus golpeó violentamente contra la mesa la botella que había estado agarrando. 'Desde el primer día, no habéis sido nada más que una sombra acechante, preparados para arrastrarme hacia abajo cada vez que estaba comenzando a subir.' Un nudo había comenzado a formarse en la garganta de Severus, y se esforzó por luchar contra las lágrimas. 'Así que no esperéis que me disculpe, por cada vez que yo intenté arrastraros hacia abajo conmigo.' Sin otra mirada, Severus agarró la botella de hidromiel de la mesa, se dio la vuelta y cerró de un portazo la puerta de la habitación detrás de él.
Se desplomó contra el muro y se llevó las manos al pelo. Una parte de él no podía creer que después de todos estos años, las bromas que los merodeadores le habían gastado todavía estuvieran molestándolo hasta este día.
Se secó una lágrima, deseando en silencio haber escuchado a Potter y simplemente haber regresado al castillo después de ver que su poción de acónito tuvo éxito. Podía escuchar débiles voces hablando al otro lado, pero no se molestó en escuchar y tomó un trago de la botella, esforzándose por no deslizarse a un ataque de pánico. Luchando con fuerza contra el pánico que se estaba elaborando en su interior, casi se tragó toda la botella, tratando de bloquear la voz en su cabeza que lo estaba volviendo loco.
No supo cuánto tiempo estuvo sentado allí, pero un leve rascar en la puerta lo sacó de su trance.
'Soy Remus,' dijo Remus desde detrás de la puerta. '¿Puedo entrar, por favor?'
'Lo que sea,' fue todo lo que Severus fue capaz de decir.
Remus luchó por abrir la puerta, logró entrar y volvió a cerrarla con un empujón de su pata.
'No se te ve demasiado bien, Severus,' dijo Remus cuando sus ojos se encontraron.
'Gracias por ser honesto,' respondió Severus con gran dificultad.
'No es que tenga mucha opción en ese tema,' dijo Remus. 'Y además, beber no es la solución para ninguna cosa. Tú entre todos deberías saberlo.'
'Sin andarnos por las ramas, ¿verdad?'
'¿Puedes hacerme un favor, Severus, y tumbarte en la cama?' preguntó Remus con preocupación.
'No,' dijo Severus tajante.
'No puedes arrastrarte a un rincón y esperar a que el dolor desaparezca,' dijo Remus. 'No funciona así.'
'No puedo ponerme en pie.'
'¿Por qué no?'
'Vomitaré.'
'Entonces me sentaré contigo,' dijo Remus, tumbándose con torpeza sobre sus cuatro patas.
'¿Qué están haciendo ahí afuera?' preguntó Severus, inseguro de por qué lo hacía siquiera.
'Sirirus y Peter siguen hablando con James,' dijo Remus. 'También está disgustado.'
'¿Por qué Potter me odia tanto, Remus?' preguntó Severus en voz baja.
'Según sus palabras, porque existes,' dijo Remus, 'pero no puedo evitar pensar que tiene que haber más que eso.'
'Nunca pedí existir,' dijo Severus mientras sentía una sensación agria subiéndole por la garganta.
'Nadie lo hizo nunca,' dijo Remus, poniendo las patas sobre las piernas de Severus.
Las lágrimas se acumularon en sus ojos. 'No quiero estar aquí.'
'No puedes regresar al castillo en este estado,' dijo Remus. 'Sólo espera hasta mañana.'
'No quiero estar aquí,' repitió Severus. 'Este lugar… lo odio… lo odio tanto.'
Severus, incapaz de luchar más contra el pánico, comenzó a estremecerse violentamente.
Remus se levantó y sacó una manta de la cama con la boca, echándosela por encima a Severus lo mejor que pudo.
'No te lastimes, Severus,' dijo Remus con temor en los ojos, y volvió a tumbarse a su lado. Remus forzó la cabeza entre los brazos de Severus para hacer que dejara de tirarse del pelo. 'Sólo agárrate a mí.'
Severus envolvió los brazos estrechamente alrededor del cuello de Remus y enterró el rostro manchado de lágrimas en su pelaje.
'Lamento tanto lo que te hemos hecho, Severus. Si tan sólo hubiera sabido el daño que causaría.'
