01 de Octubre, 1994, 04:02 am.
Severus suspiró complacido cuando Remus le rodeó la cintura con un brazo y enterró su rostro en su cuello, aún dormido. No entendía por qué se había despertado, pero ciertamente no tenía ganas de salir de la cama y de la calidez que su pareja y las mantas le daban. Todo este año estaba siendo terriblemente complicado, y cualquier mínimo momento de comodidad, Severus lo iba a aprovechar al máximo.
Se acurrucó contra Remus y comenzó a acariciar el brazo que lo rodeaba, mirando el techo de la habitación. No quería volver a dormir, menos siendo que tendría que levantarse en la próxima hora, pero en realidad tampoco estaba tan entusiasmado de perderse en sus pensamientos. Toda la tranquilidad que pudo haber reunido a lo largo de los años se iba destruyendo lenta pero seguramente. Supone que, en otro momento de su vida o viéndose en otra situación, no le hubiese importado y hubiese hecho lo que tenía que hacer; pero ahora, las cosas eran distintas: Severus tenía una familia, tenía tres adolescentes a su cargo (por más que Tom no piense en sí mismo como un maldito adolescente), tenía a su pareja, quien estaba dispuesto a luchar junto a él y, básicamente, tenía toda una vida que deseaba proteger de las manos de cualquiera que intentara quitársela.
Levantó una ceja, divertido, cuando Remus gruñó (gruñó) contra su cuello, su brazo apretándolo aún más y sus dedos posiblemente dejando marcas en su cintura los próximos días (fuerza de hombre lobo, algo así). Podría ponerse una crema que fácilmente quitaría las huellas, pero a Severus no le interesaba. Cualquier cosa que le recordara que, en realidad no había caído en un extraño coma mágico los últimos trece años y que no se había inventado toda una realidad donde era feliz y tenía una vida, era completamente bienvenido.
Entonces, sí, tal vez se estaba perdiendo en sus pensamientos, y últimamente no eran exclusivamente sobre estar feliz de que sus hijos estaban durmiendo por lo que él y Remus tenían aproximadamente una hora para disfrutar del otro. Eran de sus dos hijos mayores, uno que al parecer creyó que todo el peso del Mundo Mágico había caído exclusivamente en sus hombros, mientras que el otro era un ex-Señor-Oscuro en rehabilitación. Merlín bendiga a Teddy, cuyo mayor crimen oscila entre haber dejado que un perro del doble de su tamaño durmiera en su cama y posiblemente lo aplaste mientras durmiera, o cambiarse el cabello de color todos los días.
Ser padre no debería ser una tarea tan, pero tan exhausta, pero al parecer nadie sabía qué decir cuando se trataba de ser el padre del llamado salvador del mundo mágico, un adolescente (ex) Señor Oscuro y un niño que amaba pintar su cabello de colores cada día cada vez más llamativos.
De todos modos, Severus sabía perfectamente que si alguien le ofreciera la oportunidad de descansar más por las noches, de disfrutar de tardes tranquilas y vacaciones relajantes, sin correr detrás de tres niños que necesitaban todo el apoyo posible de una u otra forma, la respuesta era muy fácil: no.
Severus no cambiaría el ayudar a esos tres niños a tener una buena vida por un poco de tranquilidad; Severus no cambiaría despertarse demasiado temprano algunas mañanas solo porque Teddy había decidido despertarlo a él y a Remus con el gran perro y risas contagiosas por unas vacaciones decentes; Severus no cambiaría su vida, a su familia, sólo por un poco de paz vacía. Definitivamente no iba a hacerlo, en especial no con Tom tratando de ser feliz sin el peso de la locura sobre él; en especial no con Harry luchando día tras día para ganar una guerra que definitivamente no debería ganar solo; en especial no con Teddy acostumbrándose a la idea de tener una familia que lo ame; en especial no con Remus, que había tardado tantos años en acostumbrarse a la idea de que no era un monstruo y, sorprendentemente para él, podía ser feliz.
En especial con él mismo, que se había acostumbrado a terminar las clases y tener un hogar cálido al cual volver y una familia a la que cuidar.
—Para ser un oclumante poderoso, tus pensamientos son lo suficientemente fuertes como para despertar a todo Slytherin— la voz grave y baja de Remus hizo sonreír a Severus mientras el hombre lobo se acurrucaba aún más, casi subiéndose completamente a su pareja—. ¿Qué sucede?
—Solo pensando.
—Merlín nos salve— murmuró Remus, ganándose un pequeño golpe en su espalda, y rió dejando un beso sobre el pecho de Severus—. ¿Pensamientos pocos bonitos, supongo?
—Complicados, principalmente— Severus suspiró y apretó a Remus aún más—. Últimamente, siento que todos estos años van a terminar explotando en mi cara y no puedo hacer nada para detenerlo— Remus se quedó callado mientras lo escuchaba y Severus lo apreció—. No... no me gusta esta sensación, ¿sabes? Harry va a terminar yendo a la guerra y muriendo en ella, y eso es posiblemente contra lo que más he luchado desde que me enteré de la profecía, pero todo lo que hice parece ser tan inútil que ni siquiera es molesto, solo malditamente patético. Ni siquiera puedo ayudarlo de manera significativa cuando el Señor Oscuro vuelva, porque desde que Harry terminó bajo mi tutela, mi papel de espía terminó por completo. Yo puedo defenderme, tengo al Señor Oscuro tan estudiado como fuera posible, ¿pero Harry? ¿Tom? ¿Teddy? ¿Tu, Remus? Todos corren peligro y no hay nada...
—Hey, hey, tranquilo, cariño, respira— Remus se había sentado a su lado y tenía una mano sobre su rostro, acariciando su mejilla. Severus frunció el ceño pero aún así tomó una respiración profunda—. Eso es. Tranquilo, muñeco— Severus lo miró con molestia, pero Remus sólo se sentó con la espalda contra la cabecera de la cama y lo atrajo hacia su pecho—. No te molestes conmigo, lo has estado pensando tantas y tantas veces que me sorprende que hayas ignorado lo más importante.
—¿Y eso es?— Severus preguntó con molestia, aunque se relajó en el abrazo de su pareja y cerró los ojos.
—Estamos en esto juntos, Severus— Remus susurró, como si fuera un secreto—. Y así como Harry no tiene que cargar el peso de la guerra por sí mismo, tú tampoco tienes que hacerlo. Entiendo que quieras proteger a los niños y maldición si yo no quiero lo mismo, pero aunque sé que eres una fuerza a la que temer, quiero que sepas que no estás solo. Y aunque la guerra se cierne sobre nosotros, y las guerras no se ganan sin pérdidas, confía en mí cuando digo que moriré antes de dejar que mi manada salga lastimada.
—Remus...
—Mi manada, Severus, es lo más importante que tengo— Remus obligó suavemente a Severus a mirarlo, y cuando vio los ojos negros mirándolo, volvió a repetir—. Lo más importante. Y así como tú harás lo que tengas que hacer, yo también lo haré. Para proteger a los niños, para protegerte a ti— suspiró cuando Severus escondió el rostro en su pecho y besó su cabello—. No dudes de ello nunca. No dudes de mí.
UHD
30 de Octubre, 1994, 20:31pm.Con los alumnos de todos los colegios establecidos ya alrededor del Gran Comedor y todos los profesores, directores y algunos miembros del Ministerio en la mesa principal luego de la cena, Harry sonrió cuando Dumbledore se levantó y todos se callaron casi como si hubiesen sido silenciados con magia. El director se detuvo delante del Cáliz flameante y sonrió a todos. Harry casi podía sentir en su propia piel la emoción nerviosa de todos.
—Ha llegado el momento de dar comienzo al Torneo de los Tres Magos— el comedor se llenó de aplausos alterados y gritos emocionados. Harry juró ver a los gemelos Wesley preparando algo, y cuando miró a Ron, él solo se encogió de hombros. Dumbledore esperó hasta que se calmaran antes de volver a hablar—. El señor Crouch, director del Departamento de Cooperación Mágica Internacional y el señor Bagman, director del Departamento de Deportes y Juegos Mágicos, nos acompañarán en la duración del torneo, al igual que el profesor Karkarov y Madame Maxime. Entre los cinco, estaremos en el tribunal que juzgará a cada campeón en su trayecto hacia el final.
En un momento, Draco se había separado del grupo de Slytherin y se sentó al lado de Harry.
—Padre dijo que Crouch no estaba emocionado con esto y que si no fuera tan cobarde, posiblemente mate a Dumbledore en algún momento por pura frustración.
Harry miró al hombre en cuestión, encontrándose con la mueca molesta, ojos cansados y hombros hundidos. Sí, ese definitivamente no era un hombre emocionado. Se pregunta si siquiera puede ser capaz de sentir esa emoción, en especial cuando los alumnos aplaudieron nuevamente y Crouch se encogió sobre sí mismo. Le sonrió a Draco y volvió a ver Dumbledore.
—...compiten tres campeones, cada uno representando a su escuela. Los campeones pasarán por tres pruebas donde se los medirán en aspectos diferentes: sus habilidades mágicas, su osadía, sus dotes de deducción, y, por supuesto, su capacidad para sortear el peligro.
El Gran Comedor estaba en un silencio absoluto, y Harry se obligó a no reírse para no romper el ambiente. Él realmente no estaba tan emocionado con el Torneo, pero definitivamente lo estaba apreciando, en especial desde que Draco le dijo que todos iban a tener bastante tiempo libre ese año.
—El Cáliz estará ubicado en el vestíbulo, accesible a todos aquellos que quieran competir. Todo aquél que quiera proponerse, tiene que escribir su nombre y el de su colegio en un trozo de pergamino con letra bien clara, y echarlo al Cáliz— Dumbledore explicó, y con una mirada sobre sus anteojos de medialuna hacia donde estaban los Gryffindors, añadió: —. Para asegurarme de que ningún estudiante menor de edad se rinda a la tentación, trazaré una raya de edad alrededor del Cáliz, por lo que no podrá postularse ningún alumno menor a diecisiete años.
Harry rió al escuchar el grito indignado de los gemelos y el aliento de sus compañeros de clase de distintas casas. Incluso había algunos Slytherin que miraban con lástima a los gemelos. Estaba bastante seguro de que los gemelos, aunque no ganasen el Torneo, ambos entrarían como campeones por pura terquedad y la magia los secundaría, y ciertamente harían las cosas el doble de entretenidas.
Desconectó al director cuando empezó a hablar sobre la responsabilidad de presentarse y frunció el ceño al ver que el profesor Moody recién se unía al resto de los profesores. El hombre era, en el mejor de los casos, un lunático total.
Su papá le había dicho una vez que Moody era muy paranoico, aunque con motivos reales luego de haber sido traicionado en la primera guerra contra Voldemort por varios espías, pero que, al parecer, había empeorado desde la última vez que lo vio. Además, al parecer se había dado a la bebida, ya que cada vez que era posible, tomaba un trago de su petaca que lo acompañaba a todos lados.
Harry no estaba tan emocionado con la clase de Defensa que Moody daba, y aunque preferiría mil veces las clases prácticas, hasta él sabía que no se podían hacer hechizos seguros solo pronunciando las palabras, y mucho menos agitando las varitas contra tus compañeros. Neville ya terminó en la enfermería tres veces por Defensa, y varios alumnos posiblemente tenían algunos moretones al salir de clase. A pesar de que ni Severus ni Lucius parecían felices con el hombre, Dumbledore había restado importancia y aludido a que el hombre lo había pasado mal, pero era inofensivo.
Harry lo dudaba, y Teddy le había dicho que el hombre parecía centrarse en los alumnos mayores para las clases prácticas cuando le preguntó, por lo que Harry aunque sea estaba aliviado de que su hermano menor no estaba tan expuesto. Tom, quien tenía clases particulares con todos los profesores, por su parte había dicho que el hombre parecía controlarse cuando estaban solos, y lo atribuyó al hecho de que posiblemente creía que Tom no podría superarlo en un duelo.
De todas formas, Harry estaba más que feliz por mantenerse alejado de Moody.
—Oye— Harry se volvió hacia Draco y le sonrió al encontrarse con los ojos grises. Draco le devolvió la sonrisa suavemente, aunque levantó una ceja—. ¿Todo bien?
—Sí— Harry asintió y luego se encogió de hombros—. Sólo pensando en todo el trabajo que hay que hacer para evitar a Moody.
—Siempre está la Sala de Menesteres para que nos ocultemos— Draco le guiñó un ojo.
—Son asquerosos— Ron se metió en la conversación, con una mueca de asco mientras los veía, aunque volvió su atención rápidamente hacia el Cáliz mientras Draco se reía y Harry se sonrojaba un poco.
Sí, el Torneo definitivamente iba a ser algo bueno, en especial con la Sala de Menesteres existiendo y Draco a su lado.
—Mañana por la noche, luego del banquete de Halloween, el Cáliz nos devolverá los nombres de los tres campeones a los que haya considerado más dignos para representar a sus colegios. Eso es todo por ahora— Dumbledore abrió los brazos y sonrió grande—. ¡Suerte a todos los participantes, y que Merlín los acompañe hacia la victoria!
Harry ignoró los aplausos y gritos emocionados a su alrededor a favor de sonreírle a Draco y tomar su mano, recibiendo en respuesta una sonrisa divertida y cariñosa.
UHD
sí, usé las líneas canónicas de dumbledore, tiren las piedras los que no hayan pecado
alguien sigue la historia aún o están tan perdidos como yo lol
y oh boy, el drarry se intensifica
mamá querida lo que me va a tocar editar cuando la historia termine, que por cierto ahora que tan amablemente sacan el tema a colación, posiblemente queden 10/15 capítulos, y no sé si estar triste o alegrarme así que sólo voy a sentarme en silencio.
espero estén bien y feliz cumpleaños por si acaso( ‿ )
