Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.

Sólo quiere una vida para su bebé, todo por su cuenta, nadie vendrá, tiene que salvarlo. Ella le dice: ¡Oh, amor! Nadie te va a hacer daño amor, voy a darte todo mi amor, nadie importa como tú... Ella le dice: Tu vida, no será como la mía, crecerás y tendrás una buena vida, voy a hacer lo que tenga que hacer... - Rockybye, Clean bandit ft Sean Paul & Anne Marie

Se miró al espejo para darse valor y ánimos, bien el juego había comenzado y había un plan que realizar... Caminó pausadamente hasta encontrarse con aquella inocente mirada que la veía embobado mientras comía. La mirada azul de la mujer chocó y se fundió en la otra mirada océanica.

La suya era la de un mar en aparente calma, la del niño era la pureza del cielo terrestre.

— Es hora Trunks, en cualquier momento vendrán por nosotros. — Lo abrazó y juntos fueron esperar al guerrero que los escoltaría a sus actividades diarias.

En todo su tiempo de vida como guerrero y mano derecha del antiguo rey y ahora como mano derecha del príncipe saiyajin, había visto de todo. El conocía todas las situaciones que había pasado el rey anterior y que a pesar de lo que dijeran, que era frío y despiadado y que la reina nunca le importó, no era así.

A pesar de que nunca lo dijo, sabía del dolor que vivió el rey Vegeta al perder a su reina. Y aún con toda la experiencia que tuvo con el rey, el príncipe era un enigma más difícil, un rompecabezas más complejo que su padre.

Para Nappa que el príncipe haya traído una concubina con él le hablaba de sus ganas de mantener con los pies en el piso a su consorte, se notaba que la concubina era hermosa y seguramente era bastante placentero para su príncipe, le constaba lo poco afecto que era Vegeta a visitar los asteroides de placer, era muy quisquilloso en eso.

De la mujer terrícola no esperaba nada más que lo que había ya pasado, que los mirara con odio, se notaba que no estaba por su propia voluntad, no esperaba más de ella. Es por eso que, cuando llegó como cada día y en vez de sus habituales caras de asco, la vio recibirlo alegre y sonriéndole lo desconcertó demasiado.

Las semanas anteriores ella solo lo veía con desagrado y odio, pero allí estaba esa extraña mujer, dándole una sonrisa de oreja a oreja esperándolo alegre como si fueran amigos, no dijo nada y la guió, de pronto la peliazul rompió el habitual silencio que existía en los recorridos hacia el laboratorio.

— Otro hermoso día en el paraíso ¿Eh?— Risueña decía.

El saiyan solo frunció más el entrecejo pero no opinó nada.

Con su nuevo plan formulado, lo primero que Bulma tenía que hacer, era comenzar a conocer al enemigo, y empezar a hacerse de aliados. Y para eso necesitaría que la dejaran de ver como un pedazo de bistec, primeramente.

Por lo que durante una semana no hizo más que sonreírle y comenzar a ser más amable con el calvo saiyajin, quien después del tercer día ya no se sentía tan extraño al verle esperándolo con su enorme y hermosa sonrisa y no se sorprendió cuando ella comenzó a sacarle plática y a ser más agradable.

Cuando la peliazul notó que el saiyajin ya no la miraba con sospecha decidió dar un paso más que la acercara a su plan:

— ¿Cómo va tu día? — alegre la científica preguntó.

— Igual que el día de ayer— fue la hosca respuesta.

Sin dejarse amedrentar por el saiyan, la ojiazul continuó su charla.

— ¿Y que hacen mientras no está Vegeta aquí?—. Una sonrisa cálida e inocente iluminó el rostro de la humana.

Para el saiyan seguía siendo sospechosa su actitud pero llevaba tantos días haciendo eso que decidió contestar escuetamente.

— ¿Qué más? Entrenar — Su voz denotaba un poco de incredulidad por la pregunta, pues para el guerrero era demasiado obvio eso.

Muy contenta por ver que estaba logrando hacer hablar a ese reticente Saiyajin prosiguió su inocente charla.

—Oye Nappa... he notado que uno de los proyectos de la base es relacionado con buscar la forma de hacer que mejoren su rendimiento y logren incrementar más rápidamente su poder y nivel de pelea, sé que normalmente esto ocurre más rápido a través de los senkai, pero... Podría ayudarlos a entrenar en condiciones un poco más extremas para que no tengan que esperar hasta tener uno y subir de nivel, ¿Qué dices?

La peliazul pudo ver que el saiyajin sopesaba lo que había dicho. Cuándo de pronto la miró dudando, entrecerrando los ojos y con voz acusadora dijo:

— ¿Por qué de repente ahora nos quieres ayudar? No has hecho más que mirarnos con odio desde que llegaste, ¿Qué tramas, terrícola?

Bulma que ya esperaba su duda, sonrió más – ¡Oh, vamos Nappa! Si voy a estar aquí lo mejor será que nos llevemos mejor ¿no? Además, escuché que tú tienes experiencia entrenando saiyajines pequeños, y aunque sé que cuando regrese Vegeta de su viaje tu entrenarás a su "heredero", si yo te ayudo ahora a ti y a Radditz, a cambio quiero que tú me ayudes a que Radditz sepa como entrenar a mi hijo y que me dejen participar con mis inventos para que mejore. A su vez yo los ayudaré con inventos que les ayuden a mejorar su rendimiento en la pelea, ¿Qué dices, tenemos un trato? — Fue lo que la ojiazul dijo extendiendo su manos para cerrar el acuerdo.

Realmente, a Nappa la hembra terrícola lo intrigaba en demasía, desde que la vio por breves instantes en la tierra había llamado poderosamente su atención y en un inicio cuando la vio llegar junto con su príncipe, supuso que la hembra era muy buena en la cama como para que Vegeta siendo como era decidiera conservarla, no solo a ella sino también a la deshonra de crío que tenía.

El olor que la mujer emanaba era demasiado tentador y sus formas gráciles invitaban al pecado, además esos ojos azules eran muy vivaces, cambiaban constantemente y se volvían fieros a pesar de ser de raza débil, los tentaba, los provocaba.

Confiaba que un día que el príncipe se hartara de ella, le permitiera ser el primero en poseerla, era tan atractiva que no le importaba esperar y tener las sobras que el príncipe le dejara.

Sin embargo, cuando la vio en el laboratorio y se percató de lo capaz que era, comprendió que, como siempre Vegeta no hacía las cosas por capricho, la hembra era valiosa, no solo por lo que tenía entre sus piernas, sino por su cerebro.

Y si parte de esos beneficios, aunque sea los de grado científico podían ser aprovechados por ellos, al menos para aumentar su fuerza y evitar con eso las constantes golpizas de su príncipe, que cuando se frustraba los castigaba por no estar a su altura, entonces él no se negaría a la ayuda que la científica ofrecía, después de todo él sabía que Vegeta quería que Radditz entrenara al cachorro mestizo.

Aún así como todo Saiyajin, sabía que cuando algo se escuchaba demasiado bueno para ser verdad, probablemente es que lo fuera. Así que andándose con los pies de plomo dijo con tono desconfiado:

—No estoy seguro de saber que es lo que tramas terrícola, pero no me importa averiguarlo.

La ojiazul quien ya esperaba la renuencia del guerrero, decidió cambiar de estrategia.

— ¡Vamos Nappa! ¿No me digas que tienes miedo de un ser tan débil?— petulante le decía.

Al calvo guerrero le agradaba la valentía de esa terrícola, era graciosa y no sabía si era muy astuta o muy bocona.

El guerrero se cruzó de brazos y dándole una sonrisa socarrona solo comentó — Piensa lo que quieras humana, me tiene sin cuidado, no me interesa lo que traigas entre manos, seguramente será una tontería. No perderé mi tiempo contigo.

Fue la forma burlona en que él confirmó su falta de interés en los planes de la científica, esperaba que ella se enojara y se metiera indignada al laboratorio.

Cuándo ya daba media vuelta para dejarla ahí frente a la puerta de ese lugar, la irritante voz alegre de la hembra lo detuvo.

— No pierden nada con mi propuesta, si no les gustan simplemente se van, ¿Qué tendrían que perder?

Nappa volteó irritado, receloso — ¿Y desde cuando nos quieres ayudar terrícola, que ganas con esto?

¡Habla claro!

La ojiazul torció los ojos al cielo, necesitaba toda la paciencia del mundo para no perder la compostura y terminar gritándole a ese idiota Saiyajin, respiró profundamente pues necesitaba de todas sus dotes histriónicas para que él le creyera.

— Bien, te diré que es lo que pienso y porque quiero ayudarlos— Dijo en tono resignado la mujer, como si la estuvieran obligando a decir un obscuro secreto.

—Ya entendí que voy a vivir una larga temporada en este lugar, y no quiero vivir peleándome con ustedes toda la vida, soy científica y solo una humana y mi bebé es mitad saiyajin e hijo del más fuerte de ustedes el príncipe de su raza, así que necesita un entrenamiento adecuado que yo no le puedo dar. Ustedes me ayudan, y yo les ayudo...

El Guerrero sonrió, la mujer era bastante lista. Aún así no le dejaría saber que le había realmente interesado su propuesta.

—Solo dices tonterías humana— mientras volvía a avanzar para alejarse de ahí.

— Es una oferta buena la que te propongo, sería muy bueno para ti que Vegeta regresara y viera el avance en tu desempeño, no necesitas contestar ahora, piénsalo. Si deciden aceptar pasen tú y Radditz a verme antes de la comida, los estaré esperando aquí en el laboratorio — fue su sencilla réplica.

Emocionada ingresó al laboratorio, la primera fase de su plan estaba en proceso. Miró con resignación a la otra científica, a pesar de que Suzuke era un ser amable, no la dejaba acercarse a ella mucho, no le seguía la plática ni le permitía conocerla más.

La ojiazul sabía perfectamente que Suzuke estaba a la defensiva, sin preguntarle se daba cuenta el miedo que le tenía a Kale. Lo tuvo claro desde el principio, su compañera del laboratorio sería un hueso difícil de roer, pero ella buscaría la forma de quebrar esa barrera.

Por mientras se había ido colando a toda la información de Suzuke quién, aunque le informaba las cosas, tenía la firme impresión que ocultaba mucho más de lo que le informaba. Y aunque no había encontrado aún qué era lo que le ocultaba, Bulma le hacía creer que confiaba en todo lo que la tsufuru-jin le reportaba, tarde o temprano encontraría qué eran esos proyectos exclusivos que tenía con Kale.

Desconfiaba ampliamente de la simia de circo esa y tenía perfectamente claro de que la maldita no iba a dudar en acabar con ella y con Trunks a la primera oportunidad que tuviera.

—¿Cómo va tu día hoy?— preguntó inocente la ojiazul. La otra científica la miró con recelo como usualmente pasaba cada que le dirigía la palabra.

A pesar de todo le contestó —Todo normal, lo usual que hacemos aquí.

Bulma se sorprendió usualmente terminaba ignorada después de su amable saludo, al parecer hoy podría ser su día de suerte en verdad —¿Has tenido avance en la cámara de recuperación?

Escuchó un suspiro prolongado de la científica Tsufur —Ahhh, ¡Nada! aún me hacen falta unos materiales pero no he podido ir por ellos, ahora estoy arreglando el satélite 4 que volvió a fallar.

Decía entre resignada y frustrada.

—Ve ahora y acaba el satélite mañana — sugirió la ojiazul tratando de ser empática.

— Imposible, Nappa dijo que era urgente para Vegeta hablar con él en la noche y sin ese satélite la

comunicación posiblemente fallará.

Para Bulma fue curioso ver a Suzuke frustrada; por lo general nada la sacaban de su eterna calma excepto cuando era amedrentada por un Saiyajin violento como Nappa, en ese momento la ojiazul se dio cuenta de la oportunidad de oro que tenía y que no pensaba desaprovechar.

— Mira yo tengo que estar todo el día aquí, tengo unos reportes que entregar y Nappa vendrá por ellos poco antes de ir a comer, yo me encargo del satélite y tú ve a lo tuyo, si te atrasas más con la cámara de recuperación seguramente tendremos ambas problemas.

Suzuke no era un ser desconfiado por naturaleza, sin embargo debido a quién era la otra científica y el mucho odio que parecía tenerle Kale, desconfiaba de todo lo que la humana le dijera.

Sin embargo, esta vez realmente necesitaba ir y sabía que lo que la terrícola decía era verdad. Suspiró derrotada, y decidió aceptar la oferta.

— Bien, te explico rápido los errores que he encontrado para que continúes la reparación remota...

Para cuando los saiyajines llegaron al laboratorio, la inteligente peliazul había mandando con alevosía y ventaja a la otra científica a traer los materiales y minerales que le faltaban, a una locación varios cientos de kilometros alejado de la base, así no la tendría cerca.

No confiaba en nadie y menos en ella quien intuía era los ojos y oídos de Kale en esa base.

Bulma estaba muy contenta, pues aparte de obtener el espacio para hablar en privado con los guerreros, adicional había obtenido el acceso a los satélites de comunicación, oportunidad que no desaprovecharía.

Usó ese tiempo a solas dentro del laboratorio para instalar un virus que le permitiría controlar varios sistemas, entre ellos el sistema operativo que poco a poco iría descomponiendo los satélites, así ella los podría ir reemplazando por los suyos y de esa forma controlar la comunicación y volver irrastreable cuando ella al fin pudiera contactar a la única persona que podría ayudarla en planear y preparar su escape...

Radditz estaba curioso, intrigado; la hembra le parecía todo un enigma, y le fascinaba verla, no era el único, podía percibir que despertaba la misma curiosidad y deseo en todos los saiyajines, incluso había cachado más de una vez al siempre retraído Paragus mirarla y recorrer impúdicamente el cuerpo de la mujer.

Todos la deseaban, y todos pensaban lo mismo, debía ser toda una experiencia fornicar con ella, para lograr que alguien como Vegeta le permitiera tener a ese crío vergonzoso y no eliminarlos, lo cuál generaba mayor deseo sobre ella.

Cuando Nappa le dijo que tenía una propuesta por parte de la científica, su mente calenturienta pensó en mil escenarios. Todos ellos sexuales, pensaba pedirle a Nappa ser el primero, no confiaba que el otro no fuera a matarla en un descuido y se quedara sin juguete antes de probarlo.

—¿De verdad quiere proponernos algo? — cuestionó alegre al otro saiyan.

—Eso fue lo que dijo— señaló irritado Nappa por la obviedad que preguntaba el saiyan. Comenzaba a fastidiarse, sabía que su compañero normalmente era algo estúpido pero normalmente no llegaba a tanto su estupidez.

—¿Cuál crees que sea su propuesta?— emocionado preguntaba mientras un fastidiado Nappa solo gruñó de mala gana — lo descubriremos al hablar al rato con ella, idiota.

Cuando llegaron con la ojiazul, el pelinegro se sentía muy excitado, la miró con lascivia descarada mientras ella se agachaba a recoger al niño del suelo.

Nappa que adivinó su pensamiento se rió del pobre diablo, se iba a llevar tremenda desilusión además que, luego hablaría con él. Por mucho que la desearan, tendría que ser uno completamente imbécil y desear morir para pensar en siquiera poner un dedo encima de la concubina de su príncipe.

Nappa se perdió un momento en sus cavilaciones, había comprobado ya lo valiosa que era la mujer como científica y a pesar de eso, algo lo perturbaba.

Vegeta había sido demasiado enfático en que nadie le tocara absolutamente ni un pelo a la mujer, pues de ser desobedecida su orden, la sangre de todos ellos correría si la lastimaban o la tocaban siquiera, lo mismo con el crío.

"... —En mi ausencia estarás a cargo de todos estos imbéciles— comentó con hastío el príncipe.

—Cómo ordenes Vegeta — Fue todo lo que el saiyan dijo pues no era nada inusual a lo que sucedía normalmente, él era su segundo al mando.

—Una cosa más, la científica está bajo tu entera responsabilidad. Tanto ella como el crío, nadie absolutamente nadie puede ponerles un dedo en cima, de ninguna forma.

El Calvo guerrero sin prestar demasiada atención solamente replicó —Claro Vegeta, notificaré a todos que ella como la otra científica son propiedad de la realeza, y deben de mantenerse alejados de ellas.

En un rápido movimiento Vegeta ya tenía tomado del cuello a Nappa mientras una mirada salvaje y malvada se reflejaba en él.

—No me estás escuchando sabandija, déjame te lo explico de otra forma, si la científica es molestada de cualquier forma, alguien la ofende de alguna manera, o la mira de alguna forma que la dañe, bañaré con la sangre de esa escoria el suelo pero también correrá la tuya. No quiero escuchar que ella o el crío han sido dañados o molestados de alguna forma, él único que dispone de ellos soy solo yo... ¿Quedó claro?

Nappa sorprendido iba a quejarse de que le exigiera algo así, él prohibiría a todos acercarse, pero no podía estar pendiente de la hembra y del bastardo a cada momento.

Con dificultad por la forma en que Vegeta lo apretaba dijo —Príncipe haré lo que ordenes informaré a todos, pero no puedo garantizar su seguridad, es un ser muy frágil...

La mirada de Vegeta estremeció al saiyajin mayor al notar la obscuridad reinante dentro de esta, en ese momento supo que no le estaban dando opción, debería hallar la forma de mantener con vida e intacto el frágil juguete de su príncipe, así como al bastardo que tenían.

—Como ordenes Vegeta — fue su escueta respuesta y con eso el agarre de la mano del peliflama se relajó, parecía que no habría nada más que decir pues el guerrero comenzaba a caminar en retirada, cuando de pronto se detuvo y dio una última sentencia.

—Algo más... delante del crío se dirigirán a él por su nombre, Trunks. La científica trabajara para mí y me importa demasiado los proyectos que realizara conmigo, no quiero escuchar quejas de su parte porque lo ofendan, además espero un reporte de ambos diariamente...

Sin esperar respuesta de Nappa, el príncipe decidió marcharse..."

Sí, definitivamente esa actitud de Vegeta era rara, él conocía a su príncipe, justificó su actitud pensando que seguramente actuaba de esa forma porque quería mantener contenta a la terrícola, para que la colaboración fuera mayor, pues hasta Nappa reconocía lo buena que en verdad la mujer parecía ser con la ciencia, asumió que el motivo tras esa orden solamente era eso.

Técnicamente lo dejó a él que era el segundo al mando y el más fuerte después de Vegeta a cargo de la base, pero sobre todo de proteger a la científica.

Al poco tiempo de la partida, notó que el actuar de Vegeta muy, muy inusual. A él jamás le importó nada. Sin embargo, cada vez que hablaban le preguntaba a detalle por la hembra, en un principio el calvo saiyajin creyó que el príncipe solo quería saber con respecto a los avances científicos y se enfocó en eso, pero vio que pronto se desesperaba y su interés se enfocaba en saber todo lo que ella hacía en detalle.

"...— Y esos son todos los avances que ha tenido la terrícola con los proyectos actuales.

Nappa detuvo su reporte al ver la falta de interés del príncipe. Y más se sorprendió con el cambio de tema.

—¿A que hora termina la humana sus labores?

Nappa aunque sorprendido por el cambio tan abrupto de conversación solo dijo — una hora antes del ocaso.

— ¿Qué hacen ella y el crío después de acabar en el laborario?

La pregunta lo sorprendió pero decidió comenzar a detallar las actividades que tenían ellos..."

Si no fuera porque hablaban de Vegeta, del príncipe saiyajin más sanguinario que habían tenido, él hubiera pensado que tal vez el peliflama estaba involucrado de alguna forma más fuerte que solo para satisfacer su deseo sexual con la mujer.

Pero hablaban del saiyajin más salvaje y cruel que había existido, eso JAMÁS podría suceder. Nappa no tenía el tiempo para demorar pensando en ese asunto así que, asumió que simplemente era cuestión de orgullo, al final a nadie le iba a gustar que tocaran sus juguetes, además ese era uno muy valioso por su inteligencia y sumamente frágil.

Decidió no darle más vueltas al asunto, simplemente ahora se enfocaba en dar un resumen general de los avances científicos y a informar las diferentes actividades que la científica y el crío hacían, con más detalle. Desde que hizo eso notaba que su príncipe se alteraba y enojaba menos con él.

Salió de su ensimismamiento al escuchar la melodiosa voz de la fémina terrestre:

—¡Qué bueno que vinieron! Muy bien ya tengo lo que será lo primero que podrán usar para su entrenamiento, pero primeramente quiero saber que tienen planeado para el entrenamiento de Trunks— decía una decidida peliazul mientras cruzaba los brazos y esperaba paciente la propuesta de Nappa.

El calvo saiyajin sonrió antes de decir —Primeramente, necesito medir el nivel de pelea del mocoso — fue su desdeñoso cometario.

—¿Puedes hacerlo ahora? — preguntaba alegre la científica. Nappa sonrió antes de decirle — ¡Por supuesto que no! Quiero que nos des los aditamentos o no haremos nada.

Bulma sabía que de sus habilidades para convencerlos dependía los siguientes pasos de su plan, así que se plantó con las piernas abiertas, los brazos a las caderas y alzando la barbilla altaneramente dijo — No, si no estoy de acuerdo con el entrenamiento no les daré nada, ese fue el trato, tómenlo o déjenlo — Dijo viéndolos a los ojos.

Radditz se sentía sumamente intrigado y cautivado, habían tratado con miles de razas débiles y no conocía a ninguna que no se amedrentase al verlos, y ahí estaba esa hembra terrícola, hablándoles sin una pizca de miedo y revelándose, lo excitaba. Se dio cuenta que él sí quería saber qué era eso que tenía por ofrecerle.

— Nappa ¿Por qué no medimos el nivel del crío? No nos tomará nada de tiempo — intervino él, realmente quería congraciarse con la mujer, era demasiado tentadora y quería buscar la forma de tenerla de su lado.

Nappa lo sopesó y supuso que eso no cambiaba mucho la situación, llevaron al pequeño Trunks a una habitación de entrenamiento, esperaban que el pequeño llorara a la primera caída o empujón.

Sin embargo, al ver Trunks que querían jugar con él, se emocionó.

A pesar de que el chiquillo no expresaba mucho sus sentimientos pues en eso se parecía a Vegeta. El pequeño extrañaba mucho a su padre y a las veces que habían entrenado juntos, así que lo tenía demasiado alegre saber que alguien más jugaría con él de la forma que jugaba con su papá.

Nappa con la experiencia que tenía de haber sido quien entrenara de pequeño a Vegeta sabía cómo hacerlo, comenzó a retar al niño, para sorpresa del saiyajin, el pequeño resultaba bastante firme y rápido para la escasa edad que tenía y sobre todo para ser solo un simple híbrido.

La forma de entrenarlo no era cómo se haría con un saiyajin adulto, al final era muy pequeño empezó a retarlo para ver su rapidez y destreza mental y ver que tan fuertes golpes para su edad el pequeño podría dar.

Empezó a obligarlo a correr, a saltar, medir los golpes que Trunks daba con sus puños y patadas.

— ¡Alcanza el pañuelo mocoso!— en forma burlona lo retaba Nappa mientras sostenía este a una altura bastante alejada del pequeño. Mientras Radditz a su lado simplemente se reía.

Trunks se dio cuenta de que brincando no lograría lo que le pedían, esperaba que le pusieran en la cámara como hacía su papá que lo hacía sentirse pesado y le dificultaba caminar. Sin ese obstáculo sólo tenía que centrarse en cumplir lo que le pedían.

En su infantil cerebro no entendía cómo lograr atrapar lo que le pedían, estaba muy alto y por más que lo intentaba al saltar no llegaba y caía pesadamente al suelo.

De pronto el pequeño tuvo una gran idea, se alejó y corrió para darse impulso, Nappa ya se burlaba de él, sosteniendo el pañuelo en alto mientras predecía el golpe que se terminaría dando el pequeño al caer y que seguramente lo haría llorar, aunque habría que reconocerle que hasta hora no lo había hecho.

Trunks comenzó a correr, de pronto, cambió de dirección; así al llegar se aventó sobre Radditz quien no lo esperaba y comenzó a subir por su espalda hasta llegar a su cabeza, y con un grito se aventó desde ahí consiguiendo arrancarle de las manos el pañuelo a Nappa, cayendo pesadamente.

A pesar del dolor por la caída no hizo más que un pequeño ruido de dolor antes de pararse triunfal con la sonrisa soberbia tan típica de su padre mostrando el pañuelo que le había quitado al mayor quien lo veía asombrado.

El mismo Radditz que solo veía el entrenamiento se sorprendió, realmente era impresionante para un crío de su edad haber sido capaz de hacer una estrategia así para lograr el cometido impuesto.

Aún así, ambos no dijeron nada. sin embargo, la científica detectó la mirada de desconcierto y de asombro en esos dos saiyajines.

¡Ella lo sabía! Su hijo se ganaría el respeto de esos guerreros a pulso, tarde o temprano reconocerían a su hijo como un descendiente digno del príncipe y se tragarían cada uno de los improperios que en su momento dijeron sobre su pequeño.

El calvo saiyajin continuó el entrenamiento, guiando al pequeño peli-lila, intentaba medir ahora la fuerza de los golpes del pequeño.

— ¡Golpea mocoso! — gritaba Nappa, queriendo intimidar con su hosca voz al pequeño —¿Eso es todo lo que tienes que dar? Qué vergonzoso será para tu padre saber que eres muy débil.

Fue su mezquina forma de burlarse. El pequeño niño estaba cansado, llevaba más de una hora con el calvo saiyan donde lo molestaba y lo obligaba a hacer cosas demasiado extremas para su tierna edad y que lo cansaban mucho, además de los golpes y heridas que se hacía tratando de lograr terminar cada reto.

— ¡Mocoso cobarde! — dijo burlón Nappa, mientras empujaba a Trunks quien perdió el equilibrio y cayó pesadamente al suelo.

A pesar de todo, sólo era un bebé, ese golpe más el cansancio y el dolor de todos los golpes recibidos hasta ahora lo hicieron sentir que era demasiado, no quería pero se sentía frustrado, un quejido salió de el mientras trataba de contener las lágrimas para no llorar frente a esos guerreros.

—¡Oh! Mira eso Radditz el crío va a llorar— su tono burlón y condescendiente lastimó al pequeño, mientras escuchaba al otro saiyan reírse fuertemente

—Ja, ja, ja. Que vergonzoso es, no durará ni medio día en un entrenamiento y pensar que íbamos a decirle a Vegeta que lo entrenaríamos. Lo siento humana el cachorro es demasiado blando. — Entre risas despectivas hablaba Radditz.

Esto fue demasiado para el pequeño quien con lágrimas en los ojos sintió el enojo crecer en él y se lanzó con un grito rápidamente sobre un Nappa que en esos momentos estaba desprevenido, golpeando con más rudeza de la esperada por el saiyan, lo que generó que en un reflejo involuntario Nappa lo aventara más fuerte de lo que pretendía, el pequeño impactó contra la pared.

— ¡TRUNKS! — fue el grito angustiado de la ojiazul.

Bulma asustada corrió en su dirección, desde que vió como lo "entrenaban" el enojo creció en la peliazul, quien tuvo que morderse la lengua para no insultar a esos malditos monos por cómo le hablaban a su pequeño niño, pero no podía arruinarlo y ella sabía que sería duro para su hijo y que no había otra solución.

Pese a todo, al verlo impactarse contra la pared, no pudo reprimir más su angustia — ¡Trunks, mi amor! ¿Estás bien?—Un lastimado Pelilila se levantó, muy enojado dándole al calvo saiyajin una mirada fiera retándolo.

Por un momento el guerrero se quedó frío, sintió un deja vú cuando vio a ese pequeño híbrido retarlo así,

recordó cuando entrenaba a su príncipe; cuando éste era un niño y llegaba a golpearlo con más fuerza de la necesaria, el reto en la mirada era exactamente el mismo que veía ahora en el pequeño crío.

El parecido era asombroso, de pronto Trunks detuvo el avance de su madre, quien angustiada pretendía abrazarlo.

— ¡No mamá! — Fue todo lo que dijo antes de lanzarse contra Nappa nuevamente.

El saiyajin asombrado vio en su radar que el nivel de pelea del pequeño se elevó asombrosamente casi al doble de lo que tenía antes, y como no estaba preparado para eso el pequeño le lanzó una patada al abdomen que, si bien no lo lastimó demasiado, era demasiado fuerte para un niño que escasamente tenía su edad.

Eso hizo sonreír al calvo saiyan. Volteó a ver a Radditz, quien serio ahora prestaba la misma atención que él al crío.

No cabía duda, iba a ser muy entretenido el ayudar a entrenar al cachorro bastardo de su príncipe, al parecer igual que la madre era una caja de sorpresas...

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¡Hola! Lo sé este cap es muy tranquilo comparado con los anteriores pero era realmente importante. Vamos viendo ahora del lado de la científica que comienza a echar andar su Plan. ¿Logrará llevarlo a cabo antes de que Vegeta vuelva ? ¡Me encantaría saber sus opiniones :).

Rápidamente contestó sus mensajes:

Calay: Yo también quiero matarlo !!!! Y si le guste o no esas interacciones con Trunks nos dejan ver que no es tan indiferente a su hijo como quisiera él.

XXlalalulu: jajajajajaja literal así le cantarán jajaja

Belen.b189: Siiii le guste o no está mas que atormentado y cuando vuelva posiblemente su tormento será peor... jajaja y si se lo merece!!!! Con respecto a Kale, de acuerdo ojalá entendiera, pero dudo mucho que lo vaya a hacer... ella me preocupa siento que puede ser peligrosa... Y de Chard es un bebé que me da sentimientos encontrados el no tiene la culpa de las fechorías de su madre, pobrecito además le exigen demasiado y solo es un bebé. La culpa es de Vegeta por hacerse expectativas enormes y para colmo exigirlas al Niño equivocado :(

Beccamarins: No me canceleeees :( jajajajaja Ya se yo fui la primera en odiar a Kale tan encima de vegeta... pero de que otra forma el se iba a dar cuenta de que nada más no es Kale la que quiere a su lado? De los nuevos personajes veamos que va a pasar con ellos en los próx cap :O . De tus teorías lo que te puedo decir es que los personajes nuevos tendrán su parte de n esta historia ;) . Y de la teoría dos... interesante...