Capitulo 59: Weiss – Ataque Imprevisto
Había resultado ser un magnifico día. Todo el tema con respecto al cumpleaños fue un éxito. Hace mucho que no la pasaba tan bien, incluso con la idea de cualquier tipo de atentado en su cabeza.
Se sentía segura con Ruby, y aunque le molestase verla tan seria, tan metida en su papel, al menos pudieron tener buenos momentos todas juntas. Se divirtieron, y eso era lo importante.
Tomaron un taxi que las llevaría a su departamento, ya que no podían confiar en el chofer ni que este supiese donde se dirigían. Ruby parecía desconfiar de todos y todo, incluso se mantenía con su revolver cargado, lista para apuntar si alguien daba un paso en falso. No podía evitar sentirse cálida al notar la preocupación de esta, siendo normalmente relajada con esos asuntos.
La iba a proteger.
El taxi las dejó afuera del edificio.
Se sentía tranquila al pisar el pavimento, sabiendo que el conductor del auto no la secuestro o algo similar. Bueno, un secuestro no sería típico de su padre.
Eso la hizo pensar en su infancia.
Las máscaras sonrientes, los halagos, los regalos y las falsas preocupaciones.
Recordó cuando iba a su cuarto, bañado en la oscuridad, y temía que aquellos enemigos de los que su padre siempre hablaba en las comidas, que estos se acercasen lo suficiente para irrumpir en sus aposentos, en su closet, bajo su cama, y le hicieran lo que les hacían a diferentes personajes de la compañía, vengándose. Temía por su vida, incluso recordaba situaciones difusas, donde fue ella la víctima, pero no era lo suficientemente mayor para tenerlo nítido en su memoria. La violencia, el agarre en su muñeca, los gritos, el personal de seguridad golpeando puertas, disparando a quemarropa.
No podía ser consciente de todo aquello, y por una parte, lo agradecía. Tuvo que ir a terapeutas desde muy joven, no quería pensar que debía hacerlo incluso desde los cinco.
Ahora miraba en retrospectiva, ¿Habría sido también su padre culpable en aquel entonces?
Un disparo la sacó de su ensimismamiento.
El simple sonido hizo que el miedo la perforase, haciéndola cerrar los ojos como una reacción en cadena, su cuerpo descomponiéndose.
Aquel trauma que seguía permanente en su mente, cuerpo y alma. La cicatriz en su estómago empezó a arder de inmediato, como un recordatorio, el recuerdo de un ataque que pudo terminar con su vida. El recuerdo de que era humana, débil y mortal. El recuerdo de que podía morir.
No quería morir.
Se abrazó a sí misma, viéndose envuelta en el pánico, sintiendo su corazón latir enloquecido en su garganta, cortándole la respiración. Esperaba que sus brazos lograsen evitar que una bala perforase su corazón, que la despojasen de la tierra de los vivos. Era irracional, pero el miedo, la volvía irracional. Su cuerpo solo temblaba, solo se envolvía en si mismo, sin hacer nada más. Ni siquiera tenía un atisbo de conciencia para tirarse al suelo o hacer algo útil.
Se sentía inútil.
"En el tejado, nueve en punto."
Escucho la voz de Ruby retumbar en sus oídos, sobrepasando aquel eco nublado que la cegaba, luego sintió los brazos rodeándola, sintiéndose protegida.
Estaba viva, estaban vivas.
No había dolor, solo la sensación adormecedora del miedo carcomiéndola.
Mas disparos evitaron que abriese los ojos, el sonido siendo el culpable de las reacciones involuntarias de su cuerpo temeroso, pero finalmente abrió los ojos, curiosa ante el sonido metálico de las balas contra una superficie desconocida. Al parecer estaba superándolo, poco a poco.
Se vio detrás de un auto, usándolo de escudo, uno de los brazos de Ruby seguía en su cuerpo, rodeándola, protegiéndola. Notó sus ojos plateados, su ceño fruncido, sus labios moviéndose con euforia, mas no era capaz de oír nada.
Tenía la sensación de que no fue el disparo en su abdomen el que le quitó la habilidad de oír en aquel entonces, tal vez era solo el miedo el que la hacía enfocarse solamente en aquellos sonidos peligrosos para su humanidad.
Debería considerar el agendar una cita con su terapeuta, otra vez.
Ruby observaba atentamente hacía todos lados, sus ojos profesionales escaneando todas las zonas a su alrededor, su vista de águila observando con detenimiento en cada esquina. Ambas estaban resguardándose lo suficiente para no recibir un disparo, pero esta parecía ser lo suficientemente temeraria para provocar al destino y encontrar al francotirador mientras asomaba su cabeza, quedándose al descubierto.
Si estaban en los tejados debían de ser francotiradores.
Sintió que el pánico se escapó por unos segundos de su cuerpo al pensar en que Ruby tenía las mejores calificaciones en ese tipo de armas, lamentablemente no podía llevar un arma de esas dimensiones escondida tras su espalda. Podía imaginar su molestia al no tener a su querido rifle y poder deshacerse ella misma de aquellos inmorales.
Notó una sonrisa engreída en los labios de Ruby, su mano izquierda manipulando su revolver.
Iba a intentar disparar, lo sabía. No lograría disparar si realmente se encontraban en los tejados. Ahora sus dos manos agarraban el revólver, lista para atacar. Sin darse cuenta tomó las manos de la chica, sabiendo que lo que sea que fuese a hacer sería demasiado descuidado. Esta solo le sonrió, su rostro lleno de confianza.
"Sabes que no te dejaré sola ni un segundo."
La escuchó decir, sus oídos misteriosamente capaces de escucharla sobre el ruido de los disparos.
Y estos, en ese instante, comenzaron a decaer.
Ruby llevó su mano a su intercomunicador, sonriendo.
"Espero confirmación."
Un disparo sonó diferente al resto, más potente, tanto así que resonó por sobre cualquier otro sonido en aquel campo de batalla.
Así, los disparos fueron callados por otros, que parecían más poderosos, más resistentes.
Ese debía ser su equipo de seguridad.
Luego solo escuchó una serie de disparos, que fueron como una ráfaga, mientras que los disparos certeros se acallaron por completo. Sin embargo, esta ráfaga era estruendosa, cercana.
Ruby apretó los dientes.
"Solo queda uno."
Dijo con un tono molesto, para luego observarla, aquellos ojos parecían decirle algo, mas no pudo captarlo del todo.
Iba a hacer algo.
Podía escuchar la ráfaga de disparos, tal vez de una ametralladora si es que no estaba equivocada, y parecía estar cerca, en el suelo al menos. Una ráfaga de balas llegó al auto en el que estaban, destrozando los vidrios, resonando con fuerza al encontrarse con el material duro de este.
Ruby iba a salir a enfrentarlo, lo sabía.
Entonces sintió los labios de ella en los suyos, en un beso rápido que la dejó sin aire ante la tensión y la obvia sensación de despedida que dejó en su piel.
Iba a decir algo, pero no pudo. Ruby tan rápida como siempre era, como se enorgullecía de ser, saltó de su lugar, disparos hacía su dirección, pero no parecía importarle en lo más mínimo. La vio deslizarse sobre el capó del auto que las protegía, sin el menor interés en protegerse, y como si lo hubiese tenido fríamente calculado, la ráfaga se detuvo, al parecer había vaciado por completo el cargador y no había nadie que supiera más de armas que Ruby Rose, así que era de esperarse que estuviese contando cada una de las balas que salía por el arma.
Un solo disparo.
Escuchó uno solo y sabía que ese sonido era el del revolver de Ruby. Tan certero y tan poderoso como el de los rifles que despacharon al resto de sicarios.
Lo siguiente que escuchó fue el peso muerto caer, junto con el replicar del arma al rebotar contra la acera.
"Confirmo caída del quinto sujeto. ¿Cómo está la situación ahí arriba?"
Ruby comenzó a hablar, la pudo notar al mirar a través del auto, sin vidrio alguno, con sus puertas abolladas y su interior destrozado. El revolver seguía en su mano, y su cuerpo seguía en vigilia.
Luego de unos momentos de perpetuo silencio, esta se acercó, su cuerpo más calmo, sin tanta tensión.
"Perímetro asegurado. Buen trabajo. Ahora llamaré a la policía, mantengan sus posiciones."
Su primer acto instintivo fue lanzarse a los brazos de Ruby, la cual se removió ante lo abrupto del movimiento, pero de todas formas la abrazó de vuelta. Se quedaron unos momentos ahí, aunque tal vez fue solo cosa de un segundo.
Estaba tan cerca del auricular de la pelinegra que pudo escuchar la voz de uno de los miembros del equipo de seguridad.
"Señorita Rose, debería llamar a una ambulancia para usted."
Ruby se puso tensa de inmediato.
Entonces la realidad le cayó encima.
Hubo un disparo que parecía certero apenas bajaron del taxi, cerca de sus cuerpos, y ella solo pudo encorvarse y protegerse a su propia manera, pero cabía la posibilidad de que fuese Ruby quien se interpusiera y la salvase.
Se alejo de inmediato, observándola. Los ojos grises parecían mirar a cualquier lado menos a ella, y se notaba considerablemente nerviosa.
"Este equipo parece preocuparse demasiado. Estoy bien."
Dijo finalmente, su rostro observando con el ceño fruncido hacía el lado donde tenía el auricular.
"Donde."
Cuando sus miradas fueron ineficaces, porque la menor se adhería al plan de ignorarla, tuvo que hablar. Su voz sonando más fuerte de lo que planeaba, pero al menos Ruby la observó, arrepentimiento en sus ojos.
Luego de unos momentos, soltó un suspiro, alejándose un poco, dejando ver su cuerpo.
Notó de inmediato como había un agujero en su ropa.
No se demoró ni un minuto en levantar las capas y vislumbrar lo que sería una herida.
"Te pusiste chaleco bajo la ropa."
Las palabras salieron por su boca sin ser consciente de ello.
Ruby nunca usaba protección, nunca, o al menos jamás la había visto usar nada así en todo el tiempo que pasaban juntas, y vaya que se habían desnudado la una a la otra, y jamás de los jamases notó ninguna protección de ningún tipo.
Ahora podía notar la bala incrustada en el chaleco antibalas, y una de sus manos se fue de inmediato a ella, y apenas tocó el objeto, Ruby dio un salto, una mueca de dolor en su rostro.
"¡Eso no es estar bien!"
Ruby soltó otro suspiro pesado.
"Que estoy bien, la bala era muy potente, el trauma me lastimó, pero estaré bien, no perforó eso es lo importante."
"¿El que?"
Ruby dejó caer sus hombros, sabiendo que no iba a despreocuparse con facilidad. Sabiendo que tendría que responder por sus actos impulsivos.
"La deformación que genera la energía de la bala en el chaleco, si genera una deformación más profunda, recibiré más daño. Por suerte estaba bastante alejado, debió generar un trauma considerable para causarme daño, pero de más cerca pudo haber sido fatal. Menos mal pude detenerla en el chaleco."
Sonrió al escucharla hablar así, y le llegó la nostalgia, aquellos tiempos, hace un año, cuando Ruby no conocía nada sobre los edificios de la ciudad, y cosas tan simples en su vida común que para ella eran totalmente desconocidos. Era una chica isleña que ni siquiera estaba acostumbrada a las construcciones altas o pomposas. En aquel entonces debía explicarle todas las cosas y en realidad en ese tiempo decirle idiota era parte de su día a día.
En armamento y balística era lo único de lo que hablaba con pleno conocimiento, y bueno, de videojuegos.
Llevó sus manos al rostro de la chica, su piel hirviendo bajo sus palmas. Le dio un rápido beso, tal y como la menor la besó a ella hace solo unos momentos.
"A la próxima que hagas algo así de temerario, te mataré."
Ruby soltó una risa, para luego fruncir el ceño al ver su abdomen adolorido comprometido en la acción. Siguió sosteniéndola. Podía notar su incomodidad. Habían salido de esa, podía oír las sirenas acercarse, así que por el día, estaban a salvo.
Ya no le quedaba tiempo, debía moverse, pronto. Pero por ahora, solo quería asegurar que ese 'trauma' no dejase secuelas en su novia, porque sin ella, no iba a poder seguir con esa batalla. La necesitaba a su lado si quería dar los pasos que necesitaba dar.
"¿Realmente te vas a quedar a mi lado, Ruby?"
Los ojos de Ruby brillaron intensos, su rostro calmándose, olvidando el dolor por el que estaba pasando.
Su ceño se frunció en determinación, y su manera de asentir estaba llena de confianza.
"Ninguna bala me lo va a impedir, Weiss."
Iban a destruirlo de una vez. Este juego estúpido había llegado demasiado lejos.
Iba a ir por el jaque mate.
Capitulo siguiente: Diana – Frustrantes galletas.
Jaja, Jacques, jaque)? okno
Ay, si supiesen hace cuanto tiempo tengo escrito este capitulo se sorprenderían. Así que me alegro de haberlo subido y hacerlos sufrir por un rato. Digamos que los otros dos bandos estarán más tranquilos estas navidades, Weiss en cambio la tendrá un poco más tenso, pero vamos, todo por un bien mayor.
A mediados de mes empezaran unos arreglos aquí en mi casa, más bien, el segundo piso va a morir, así que espero ser capaz de tener internet para subir capitulo y esas cosas, así que eso, un aviso.
Nos leemos pronto.
