Fragmentos copiados del último libro de Candy Candy

Capítulo 63. Mi esposo

Después de la ceremonia religiosa nos sentamos en una gran mesa que estaba en el patio, disfrutamos del clima agradable y, del bello paisaje formado por los árboles verdes y un cielo despejado, la mesa estaba cubierta por un mantel blanco que tenia flores bordadas con hilo plateado, encima posaban dos arreglos florales que lo adornaban, uno en cada extremo, la mesa contenía gran variedad de platillos como: la ensaladilla de centollo con caviar de salmón y toviko, crema caliente de foie, vieiras, langostinos y bogabante, de burrata , pularda rellena de foie y setas, manzana, ciruelas y uvas pasas, lomo de bacalao con pibil de cebollinos acompañado de berberecho y perlas de mango, solomillo de vaca con foie a la plancha con salsa de setas y boletus, había tanta comida que no sabía por donde empezar, fui prudente al consumir la cantidad adecuada de alimentos pero no tuve éxito con el postre a pesar de tener la mirada acusadora de Albert en mi persona, podía ver de reojo como mi príncipe se divertía mientras que yo introducía a mi boca pequeñas porciones de pastel deleitandome por su exquisito sabor dulce.

Cuando volteé a ver a Albert le sonreí como él me sonreía, tome un poco de pastel con la cuchara y se lo ofrecí, mi esposo me derrite con su mirada tierna, mientras él comía el postre yo aproveche para acariciarle el rostro.

Más tarde, después de comer, mis madres empezaron a contar anécdotas sobre mi infancia, yo quería interrumpir a la señorita Pony para que no contará aquella ocasión cuando amarre a los patitos con un lazo en el cuello para que no perdieran a su mamá, pero antes de evitar que continuará hablando Albert me abrazo con cierta fuerza alrededor de mi cuerpo, después escudriñó mi cuello con su nariz, me dió un beso perezoso en mi mejilla y por último me pidió amablemente que le trajera un vaso con agua, él es tan gentil que acapara toda mi atención haciendo que me olvidará de la señorita Pony.

De regreso al patio pude escuchar como mi madre terminaba de narrar la anécdota mientras que todos reían, pero ya no me importaba, en lo único que me podía concentrar era en ver el rostro perfecto de Albert, se ve tan feliz, sus ojos brillan con luz propia, su sonrisa es tan hermosa que es digna de la primavera, me acercó a él, le entrego el vaso con agua mientras que Albert toma con sutileza mi mano para acercarme a él, no puedo apartar mis ojos de su mirada, toma el vaso y se lo lleva a la boca para tomar el agua, después pone el vaso en la mesa para capturar mi cintura de manera posesiva y pegarme a su cuerpo, mi príncipe me sentó en sus piernas mientras mi corazón latía de prisa, es tan agradable tener su cuerpo muy pegadito al mío.

De pronto George comienza a hablar captando por completo mi interés — pues William cuando era pequeño también hizo muchas travesuras

Albert reía bajo como tratando de ocultar sus diabluras mientras que George continuaba diciendo —él llevaba animales a la mansión de Lakewood, en una ocasión encontramos una familia de armadillos en su habitación, ya imaginarán a su tía Elroy, se puso furiosa, ¡Ah! También adoptó un ratón ... Pero la ves en la que me lleve un gran susto fue cuando lo ví jugando con una serpiente, en esa ocasión William debía tener unos seis años más o menos y entre sus manos sostenía la serpiente como si se tratara de un gatito manso y adorable

Yo estaba riendo a carcajadas al imaginarme enojada a la tía Elroy, pero si me preocupe un poco al saber que mi Albert convivía con serpientes, cuando vi su rostro para reclamarle él dijo —los armadillos son adorables cuando son pequeñitos

—Pero las serpientes son peligrosas— le contesté

—Hmmm solo algunas son venenosas, pero sabiendo la manera correcta se sostenerlas son inofensivas

—¿ Cómo es que sabes tanto sobre los animales?

—Hmmm no lo sé, solo pasó, la naturaleza me fascina, la disfruto, llega un punto en el que me siento en armonía con ella, de pronto todo fluye y aparece la magia, las ideas, los conocimientos, actuó como por instinto, por corazonadas y todo sale bien, la naturaleza impone respeto, aveces es implacable pero no me da miedo, al estar cerca de ella siento paz y tranquilidad, como si yo fuera parte de ella

Sus palabras me tranquilizan y me hacen admirarlo por completo, sin duda mi esposo es un ser sabio, a su lado me siento segura y protegida, se que sus brazos siempre están disponibles para resguardarme de los sinsabores de la vida.

Más tarde, al bailar el vals con mi príncipe el día de mi boda es un acto que jamás olvidaré, es un hermoso recuerdo que perdurará por siempre en mi memoria, él es tan galante y yo la niña huérfana hoy me he convertido en una princesa a su lado, es un caso insólito como de ser una revoltosa ahora soy una verdadera dama, claro está que soy una dama auténtica, con personalidad propia sin tratar de ser algo que no soy.

Más tarde lancé el ramo y fue a parar en las manos de mi hermana, como si el dedo de Dios ya hubiera escrito que la próxima en casarse sería Annie. Ella estaba sorprendida y feliz al mismo tiempo, y dijo — ¡wooow! jamás me gano nada... Pero, al parecer Archie dejara de ser soltero

Todos reímos, hasta el aludido que bromeó diciendo al mismo tiempo que guiñaba un ojo —dejare de ser soltero pero jamás dejaré de ser coqueto

Annie con fingido enojo lo miro con cierta dureza en su mirada y habló —te estaré vigilando Archibald Cornwell

Archie se acercó a su novia y pronunció estás palabras — preciosa jamás dejaré de ser coqueto con mi futura esposa— después le dió un beso pequeño en los labios, se ven tan lindos juntos, con esta escena romántica yo solo puedo suspirar por que se respira amor en el hogar de pony.

La fiesta continúo, debería estar agotada por bailar tanto, se que quizás las ojeras están apareciendo en mi rostro pero no me siento cansada, al contrario tengo mucha energía para seguir disfrutando de la noche con la gente que amo. Mi príncipe acercó su boca a mi oído y me dijo dulcemente — permíteme un momento... Ya vuelvo, no tardó

Al escuchar sus palabras lo abrace más fuerte y le pregunté indignada —¿Qué puede ser más importante que yo en mi boda para que te atrevas a dejarme sola?

Él me miró tiernamente y me contestó—nada puede ser más importante que tú en nuestra boda

Sin poder ocultar mi sonrisa dije— lo sé... Pero me gusta escuchar cuanto me amas

—te amo más que a pouppe... Y con eso ya dije mucho

—jajaja que romántico eres

—claro contigo a mi lado soy todo un poeta... Como todo ya está aclarado, espérame aquí unos minutos, no te me vayas a perder

—jajaja ¿Y dónde se supone que iría a esta hora?

—no lo se, pero es mejor prevenir que lamentar por que tú eres impredecible, aunque así como eres te amo

—hmmm aunque me digas cosas bonitas no te voy a soltar

—eso significa que estoy en un gran aprieto

—pues tal vez puedas sobornarme para obtener una libertad temporal

—hmmm.. ¿Dime cómo podría conseguir un poco de libertad?

—utilice su imaginación señor Andrew

Albert me abrazo de una manera provocadora deslizando lentamente sus manos firmes sobre mi espalda hasta llegar a mis caderas mientras que yo sentía como mi respiración aumentaba, mis ojos se dilataron al mismo tiempo que el acercaba sus labios a los míos para simplemente acariciarlos con ligereza, que agonía la mía sus besos no llegaron a pesar de que yo estaba preparada para recibirlos, incluso me pare de puntitas, cerré los ojos y con mi boca busque sus labios, pero lo único que conseguí fue escuchar su voz que decía —dime como puedo sobornarte

Yo para ese momento ya había perdido la noción del tiempo y del espacio, como pude conteste —con muchos besos

En ese preciso instante sentí su aliento sobre mi rostro, lo esperaba con ansias pero no me besaba, abrí un poco los ojos y ahí estaba él observandome con gran detenimiento como si estuviera admirando mi persona, este pensamiento me pareció un poco vanidoso de mi parte que empecé a sonreír al mismo tiempo que mi esposo me acariciaba las mejillas y susurraba —tu sonrisa es la más linda que he visto en toda mi vida

—te estás tardando mucho en sobornarme

Por fin sus labios se unieron con los míos en un beso delicado, suave y armonioso mientras él decía —me gusta tomarme el tiempo para admirar tu belleza por que eres una rosa hermosa que merece ser tratada con finura, cortesía y respeto

—si mi príncipe

Luego de unos instantes maravillosos mi esposo deshizo el beso y me dijo — no tardó, espérame

—vez, aquí te espero

No tardó mucho tiempo cuando él apareció de nuevo, tomo mi mano y sin darme explicaciones me jalo haciendo camino entre la gente, al llegar al auto le pregunté —¿Qué tienes en mente?

Me tomo en sus brazos y me contestó —la noche de bodas señora Andrew

Con sorpresivo asalto me apodere de sus labios para besarlo con deseo y después le dije— me gusta como suena

Mi príncipe me abrió la puerta de copiloto y me invitó a subir mientras le decía —deberiamos de avisar que ya nos vamos

—ya le avisé a Archie para que no se preocupen por nosotros

—hmmm ya es muy tarde ¿Dónde vamos?

Luego de tomar asiento Albert se dispuso a manejar al mismo tiempo que me comunicaba — es sorpresa

—dime a donde vamos que tengo mucha curiosidad

—a lakewood

—me gusta la idea

—no se diga más... Pongámonos en marcha

—gracias mi amor por este paseó en carro a lakewood

Su contestación fue solo una dulce sonrisa. A pesar de que era de noche, en el trayecto pude apreciar las flores y murmuré —el lupino azul forma dos ríos en el camino

Albert me escucho y dijo — eso pasa por la inflorescencia de las ramas, en esta temporada también florece la Susan de ojos negros

—son de color amarillo con centro negro

—especificamente tienen cinco pétalos

—son tan diferentes pero cada una tiene su propia belleza... Sabes otra flor que me gusta es la flor de encaje

—es una obra de arte hecha por la naturaleza, parece espuma blanca

—si aunque se parece al cilantro

—claro... Por que pertenece a la familia del perejil

—con razón su parecido...

—¿Qué pasa? ¿Por qué de pronto esa sonrisa de satisfacción?

—es que sabes diferenciar las plantas, hay algunas personas que a todas las llama hierbas

—comprendo lo que dices... Me pasa lo mismo, aveces me siento incomprendido por que cada flor tiene sus propias características como también tienen nombre y por lo regular las personas generalizan llamándoles simplemente hierbas... Jajaja he intentado no ser tan quisquilloso por que ciertamente yo suelo tener una afición desmedida por la naturaleza, sería injusto exigir que tengan los mismos conocimientos ya que todos somos diferentes y cada persona tiene sus propios gustos

—jajaja es que aveces eres exasperante señor Albert... pero así te amo

—yo también te amo Candy

Albert no sabe lo que ocasiona con sus palabras que siento como mi pecho se llena de felicidad al escucharlo decir que me ama, con una sonrisa boba me quedo mirándolo por unos instantes mientras él está concentrado en manejar, después veo por la ventana el paisaje nocturno, disfrutando del viento fresco que soplaba en el carro con todos los vidrios abiertos. De pronto empiezo a escuchar su voz melodiosa interpretando de manera soberbia una canción popular escosesa, estoy en éxtasis disfrutando de la canción mientras Albert sigue conduciendo. En la última estrofa mencionó "gràdh ort, gràdh ort, gràdh ort". Cuando volteé a verlo no pude evitar decirle —cantas precioso

—pense que estabas dormida

—no puedo dormir... Quiero disfrutar cada instante a tu lado por que mi vida contigo es mágica

—me da gusto saber que eres feliz

—este es el mismo camino que yo..., Hace mucho tiempo de eso, el día de mis 13 años, llena de esperanza por una nueva vida y al mismo tiempo arrepintiendome por no haber sido adoptada por los Leagan... Este camino, lo tomó de nuevo hoy pero está vez con el príncipe de la colina

Albert me dedico una mirada molesta, después continúe hablando con un fingido arrepentimiento—oh, perdón, ¡No lo diré más! A mi lado el tío abuelo William

Mi esposo achicó los ojos y solo dijo —¡Candy!

—jajaja ¡Re oh!... No te molestes, imagina mi emoción, mi pequeño Bert eres mi esposo, a que suena bien ¡Verdad!

—si es fantástico

Luego de un rato pasamos frente a la residencia Leagan y Albert mencionó que estaba ocupada.

Cuando llegamos a la propiedad Andrew en lakewood, mi rubio bello abrió el portón para poder entrar a la casa, ya en la puerta principal él me cargó en sus brazos para cumplir con la tradición de los recién casados.

Continuara...

Mil disculpas por la tardanza y por las faltas de ortografía