Capítulo 64. Nuestra noche de bodas

Al estar en el coche mi dulce Candy me besó con intensidad, disfruto cada roce de sus labios, rodeó su cuerpo con mis brazos para perderme en el acto. Después le abrí la puerta del copiloto para que se acomodara, luego rodeé el coche, antes de manejar me quite el saco y la pajarita para colocarlos en el asiento trasero.

En el trayecto veo como mi esposa se queda quieta, parece que está dormida y empiezo a entonar una canción escocesa, pero estaba equivocado por que al escucharme ella volteo a verme para decirme que le gustó la canción mientras que yo solo sonreí complacido.

Al llegar a la mansión de lakewood nos dirigimos a nuestra habitación, abrí la puerta para entrar, después empecé a prender las velas y darle un poco de luz al lugar. Mi rubia preciosa estaba explorando el cuerpo como si fuese una chiquilla, entre aplausos y asombro ella gritaba de la emoción — ¡wooow! se ven deliciosos los chocolates

—tambien hay dulces de leche

Candy tomo una golosina, se lo comió y luego exclamó — está delicioso, me encantan los chocolates

—que bien

Luego mi esposa se acercó a la cama para decir con dulzura — ¡Que bonito! Esta hermoso... Son nuestras iniciales hechas con pétalos de rosa, rodeados por un enorme corazón. Creo que voy a llorar de la felicidad y es tu culpa

La abrace y le contesté — jajaja me gusta verte feliz... Quieres que te ayude a quitarte el vestido

Con cierta timidez ella contestó—si por favor

Despacio baje el cierre para que la prenda resbalara lentamente por su cuerpo provocando en mi cierto desenfreno en mi respiración al tenerla en ropa interior, ella al darse cuenta de lo que provocaba en mi empezó a sonreír y, dijo de forma divertida mientras doblaba el vestido y lo ponía en una silla —¿Te gusta lo que ves?

Embobado le contesté —eres hermosa... Claro que me gusta lo que veo

—que pregunta tan absurda, Jajaja jajaja Si tú mismo escogiste el ajuar

— sí, lo hice personalmente

—tienes un buen gusto...

Me acerque a mi rubia y empecé a besarla, ella me quitó el chaleco mientras que yo acariciaba su espalda, cuando iba a llegar a su trasero Candy me detuvo impidiendo que siguiera con mi recorrido, me miró con cierto reproche, luego me guió hasta el sofá para decirme con coquetería— ponte cómodo mi amor

No sabía que esperar de mi esposa pero la obedecí, mientras que ella se recargaba en una de las columnas de la cama, la vista si que era deslumbrante: las medias la hacían verse sexy, el camisón interior no lograban cubrir sus nalgas dejándome ver sus bragas, se paró derecha, flexionando una de sus piernas, sus manos recorrieron lentamente su cintura, sus pechos, el cuello y las dejo reposar por arriba de su cabeza, sabía que me estaba torturando y me sonrió con descaro. Sin soltar la columna ella se paró con los dos pies y empezó a deslizarse despacio de arriba hacia abajo cerrando los ojos, haciendo muecas y ruiditos de placer, luego empezó a mover despacio las caderas al mismo tiempo que me mandaba besos en el aire, yo simulaba capturarlos para depositarlos en mi corazón o en mi rostro, me gusta la interacción que tengo con mi bella dama por que es divertida y al mismo tiempo es apasionada. Más tarde empezó a caminar hacia mi contoneándose, al estar cerca de mí, dio media vuelta mostrándome su trasero respingón mientras lo movía con cadencia, ella empezó a frotar sus nalgas en mi entrepierna provocándome pequeños mini infartos, se acomodo de tal manera que me restregaba su culo en mi mástil mientras que me ofrecía su cuello y me masajeaba el cabello alborotando algo más que mi pelo. Sin pensarlo dos veces empecé a morder su cuello al mismo tiempo que mis manos se pasaron por sus generosos pechos para luego llevar mi mano derecha a su vulva, podía sentir su humedad tras las bragas, empecé a acariciar su entrada por encima de la tela con movimientos circulares de forma lenta, no hay prisas por que tenemos toda una vida por disfrutarnos, puedo percibir como mi esposa se estremece con mis caricias, cuando introduzco mis dedos por debajo de la ropa interior ella empieza a convulsionar, con la respiración entrecortada mi bella dama se quitó el camisón, el sostén y las bragas, luego se volteo para quedar a horcajadas frente a mí, me despojo de la camisa luego me bajo la cremallera de los pantalones para liberar a la bestia, mi dulce Candy lo trata con delicadeza y dulzura tanto que le dio unos besitos con esos labios de tentación mientras que yo tensaba la mandíbula para no eyacular tan rápido. Solo veía como sostenía mi pene en sus delicadas manos para introducirlo en su entrada, después mientras me cabalgaba ella se deshacía de su elaborado peinado, verla gozar, escucharla gemir mi nombre era demasiado, no tuve otra opción que perderme en un placentero orgasmo y gritar su nombre tan fuerte que estoy seguro que mis empleados me habrían escuchado de estar laborando ahí, por suerte les dí una semana de vacaciones.

Mientras descansaba me quite los zapatos y los pantalones, luego tome en mis brazos a mi princesa, la deposite en la cama, le puse algunos chocolates por encima de su cuerpo mientras que ella reía, pero dejo de reír para empezar a suspirar por los besos que le daba, mentiría si dijera que comí todos los chocolates por que no lo hice, Candy se veía preciosa pero los chocolates me empalagarón rápidamente por eso solo comí el primero mientras besaba un pezón de mi amada, los otros cayeron al suelo, la verdad que no se donde quedaron por que teniendo a mi amada debajo de mí practicando para hacer unos angelitos no iba a prestarle atención a unos simples caramelos.

Después de la entrega de cuerpo y alma quedé agotado, solo abrazo de cucharita a la dueña de mis quincenas, le doy un beso en el cabello mientras siento como ella se acomoda entre mis brazos para dormir en nuestra noche de bodas.

Continuara...

Dejo este capítulo por aquí como por descuido y me voy despacio sin hacer ruido😶