Esté capítulo contiene fragmentos del manga.
Capítulo 65. Lakewood
La habitación estaba espectacular, todo muy limpio, ordenado y decorado para la ocasión. No se como encontré el valor de bailarle a Albert pero lo hice, la verdad que nunca me he considerado una excelente bailarina pero al parecer a él le gustó y verlo disfrutar de mis movimientos me basta para sentirme satisfecha, lo que si se es que actitud para hacer las cosas si tengo y siempre he tenido, que no seré muy inteligente por supuesto que no, pero lo que he aprendido de la vida es que aveces las cosas se consiguen más fácil con una sonrisa. Claro en estos momentos yo tengo estampada una enorme sonrisa de felicidad en el rostro por compartir mi vida con el hombre de mis sueños, para que me proporcione muchos abrazos, caricias, besos y demás expresiones de afecto que existen.
Yo lo veo tan hermoso y perfecto que es muy fácil estar con él, nuestra relación fluye de forma natural y espontánea, podría decir que el don de mi esposo es llevarme al cielo cuántas veces a él se le antoje y yo solo gozó de lo que me da.
Luego de nuestra entrega en el sofá, Albert me depósito sobre la cama, él me empezó a observar a detalle mientras se me aceleraba el corazón, sus dedos se pasearon por mis tobillos provocándome pequeñas descargas eléctricas en el cuerpo, cuando empieza a tocar mis pantorrillas cierro los ojos, me acaricia los muslos mientras yo me retuerzo en la cama, me muerdo los labios cuando él está cerca de mi entrepierna y doy un gemido involuntario al sentir sus dedos juguetear con mis labios vaginales. Me deja con ganas de más para pasar su mano por mi vientre, siento rosar las yemas de sus dedos por mis pechos, después de eso se alejó de mí para traer el recipiente de frutas, Albert decoró mi cuerpo con fresas bañadas en chocolate, él intentó comerlas pero fracaso al momento en el que yo lo invite a posicionarse en medio de mis piernas, puedo ver como su respiración se vuelve agitada, sus manos se pasean por mi cuerpo sin control, su boca atrapa la mía en un beso apasionado, recorre mi cuello con sus labios al mismo tiempo que entra en mí, yo estoy gustosa de tenerlo encima mientras alboroto su cabello rubio. Esta sensación de placer cada vez es más intensa, Albert me hace gozar hasta perder la cordura, tengo la piel tan sensible que sus caricias me hacen sentir el éxtasis. Estoy agotada pero eso no impide que lo contemple para después besarlo hasta quedarme dormida abrazada al amor de mi vida.
Al siguiente día desperté al lado de mi esposo, lo observó a detalle sintiendo mi pecho llenarse de alegría, me acerque a darle un beso mientras siento sus manos tomar mi cintura, sus dedos se clavaron ligeramente a mis costados provocando un gemido placentero en mí, tenerlo desnudo me impulsa a subirme sobre él a horcajadas. Nos besamos tanto que perdí la noción del tiempo y el espacio.
Cuando nos bañamos aproveché para deleitarme la pupila y para besarlo bajo la regadera.
No puedo apartar mi vista de Albert, y la verdad que no quiero dejar de contemplarlo por que me gusta el panorama, Albert es tan apuesto con ropa cómoda e informal, soy tan afortunada de que sea mi esposo. Me encantan sus ojos, hasta me pierdo en el azul de su mirada, me gusta enredar mis dedos en su pelo suave y dorado. No puedo evitar acercarme a él para abrazarlo, para provocarlo, para ofrecerme en bandeja de plata y de esa manera poder disfrutar de sus manos recorrer mi cuerpo deseante de caricias, lo mejor de todo es que él me corresponde y me toma en sus brazos para hacerme suspirar con todo su ser.
En la casa no había servidumbre por eso me atreví a ser una total descarada y coqueta con mi esposo.
Después de cocinar y comer salimos a pasear por los jardines de la mansión de lakewood, lugar especial de mi príncipe por que aquí vivió su infancia junto a su padre, su hermana Rosemary y Antony, de este lugar Albert a de atesorar recuerdos de esa época en el que su hermana lo cuido como a un hijo. Suspiro pesadamente al ver las rosas que me hacen recordar a Antony, en silencio las contemplo mientras una lágrima amarga resbala por mi rostro, Albert me seco sutilmente la gota salada con sus dedos mientras yo pensaba en las dulces Candy, luego escuché que él decía —nunca me imaginé que Antony nos dejaría tan joven
Le contesté con pesar —no pude hacer nada para ayudarlo
Albert no hablo, se quedó callado por unos instantes luego con una mirada triste dijo — Antony jugaba siempre con Rosemary en este jardín, era adorable... Mi hermana decía que había dado a luz a un ángel y estaba orgullosa de eso... Luego del parto, su enfermedad empeoró. Ella estaba preocupada por él aún en el momento de morir
Los recuerdos surgen de golpe oprimiendo mi pecho, recuerdo cuando lo conocí como también sus palabras "las flores mueren para renacer aún más hermosas", " las personas mueren para renacer más bellas en los corazones de las personas que las recuerdan"
Luego dije con tristeza — lo extraño tanto...
—yo también
Con una sonrisa triste comenté — tal vez crees que soy muy sentimental
Pero él respondió con gran seguridad —¡no!... La separación definitiva de los seres queridos siempre duele por más de que pase el tiempo
Albert me abrazo y me dio un tierno beso en la frente, luego continuamos caminando agarrados de la mano hasta llegar al portal de piedra, pude ver como la hiedra la cubría casi en su totalidad, Steer mi querido inventor se que está bien pero aún así lo extraño, en ese instante Albert afianzó su agarre en mi mano y supe que él tiene los mismos sentimientos que yo.
Luego llegamos a la orilla del río y cuando vi el cisne exclamé con sorpresa —en el portal de agua hay...
Luego corrí al mismo tiempo que gritaba con entusiasmo —¡Es el bote de Steer!
Al llegar observé el cisne a detalle y pregunté —pero... ¿Cómo paso?
Albert contestó —lo encontré en la bodega y lo reparé... Desafortunadamente no pude arreglar la fuente
—mejor... Así no nos mojaremos
Mi rubio acomodo el bote para después subir, luego me ofreció la mano y dijo con cierta coquetería —te invitado a dar un paseo
Sin pensarlo acepto su propuesta y me subo al cisne junto a mi príncipe.
Continuará...
