Harry Potter pertenece a JK Rowling.

Star Wars pertenece a George Lucas (y a Disney)

Harén de Harry.

HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.

SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.

Capítulo 67: La Batalla Final.

― ¿Dónde está Albus? ―fue la pregunta de la profesora McGonagall, a los restantes profesores, pero todos negaron. Minerva, pensó en qué hacer: Harry Potter había llegado hace algunos minutos, a la Sala de Profesores, con un par de Mortífagos desmayados, desangrándose y a uno de los cuales, parecía faltarle una parte del torso, los había levitado, y luego los había torturado, para que dijeran lo que estaba a punto de ocurrir.

―No lo sabemos, Minerva ―dijo la profesora Sinistra, la profesora de Astrología, algo preocupada.

―Debemos sacar a los alumnos de primer, segundo y tercer año ―ordenó Minerva. ―Filius, necesito que los lleves a la cabaña de los gritos, y la encantes, para que no sepan que están allí y para que no sufran daños.

―De inmediato, Minerva ―dijo el profesor de Encantamientos. ―Volveré aquí, tan pronto como pueda.

―Minerva ―dijo Horace ―He convocado a varios miembros de la Orden del Fénix, y a muchos egresados. ―Se puso nervioso. ―Claramente, muchos fueron parte de...

―Del club Slug, tranquilo, no pasa nada ―dijo Minerva, Slughorn se calmó.

La puerta se abrió, dejando ver a una adolescente de cabello rubio y ojos grises. ― ¿Qué hace aquí, señorita Lovegood? ―preguntó la profesora Charity Burbage.

―Profesores, los centauros están de nuestro lado y están frente al colegio, listos con sus arcos. ―Comunicó ella. ―Así mismo, muchos miembros de La ADCAO, estamos listos para combatir. Hola Harry... ¿Qué son estos?

Harry entró, seguido por cuatro criaturas monstruosas bípedas. ―Algunas creaciones alquímicas, creaciones mías. Están listas para atacar a los Mortífagos, no sabrán lo que les cayó encima.

― ¿A quiénes atacaron, Potter? ―preguntó el profesor Slughorn, al ver a las criaturas, con los dientes manchados de sangre y también las garras delanteras.

―Mortífagos, que ingresaron en el colegio, por medio de un Armario Evanescente, que estaba en la Sala de Menesteres. ―Dijo Harry. ―Lo descubrí, por medio de una visión, hace algunos meses, descubrí que los Mortífagos intentarían también atacar por dentro del colegio, así que incubé a estas criaturas, y también coloqué un circulo rúnico, en la sala de objetos perdidos.

― ¿Qué hizo ese círculo rúnico, señor Potter? ―preguntó McGonagall.

―Los aprisionó contra el suelo, como si fuera el hechizo Collosho, y luego las runas de fuego y electricidad, se activaron. ―Contó Harry. ―Bloqueé el armario evanescente, si las cosas se ponen feas, podríamos escapar, usándolo.

―Destruya ese armario, Potter ―ordenó McGonagall.

―Sí señora ―dijo Harry. ― ¿Tenemos un plan?

―Los Centauros se han unido, a la protección del colegio y las Acromántulas, defenderán su hogar ―dijo Hagrid.

Harry asintió sonriente y sacó una moneda de su bolsillo.

―Bien, tenemos algo. ―Dijo McGonagall. ―Han acorralado a los Mortífagos y a... Voldemort, en Hogsmeade, son la Orden del Fénix y, según los informes, muchos Aurores, también combaten a los Mortífagos. ―Minerva salió de allí, para dar las ordenes, a los alumnos. Ya casi no había alumnos que fueran Mortífagos, o que siguieran la causa dentro de Slytherin; pues muchos, salieron en quinto año, cuando sus padres perecieron o fueron capturados, tras el combate del Ministerio.

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Harry sintió una presencia, viniendo desde la torre de Astronomía, abrió los ojos, con incredulidad, para luego comenzar a levitar en el aire, gracias a La Fuerza, y descendió las escaleras, para luego volar, hacía la torre. Él sabía, que, gracias a la moneda, los miembros de su grupo de estudio del año pasado, ahora estarían alertas, incluso si no sabían, lo que pasaba. Empleó la magia, para hacerse más veloz y ligero. ― ¿Qué ha ocurrido? ―se preguntó. La Fuerza le envió un aviso, algo estaba por ocurrir en la Torre de Astronomía. Llegó a la torre, tras un largo camino, ascendió por las escaleras, y encontró a Ron y Ginny Weasley, agitados y a Dumbledore casi desmayado. Lanzó un Desmaius No-Verbal, contra los Weasley.

― ¿Harry? ―preguntó Dumbledore, mirando al chico.

―El mismo ―dijo Harry.

―Profesor, ¿Qué ha ocurrido? ―pero Harry no quería que le contestara, usó la Fuerza para verlo: Vio como Dumbledore, se llevó a Ron y Ginny a una cueva, donde bebió una poción, que ahora lo estaba matando lentamente. Pero incluso desde antes, desde el inicio de ese año, él había sido maldecido, por un grupo de sirvientes de Voldemort, todo por no querer matarlos, y estaba muriendo lentamente, por ambos. El plan había sido, que Severus (quien era un espía de Dumbledore, pero quien ahora de nada le servía, estando en Azkaban), lo hubiera matado, se hubiera ganado la lealtad de la varita de Sauco y luego matara a Voldemort. ―Traeré al profesor Slughorn.

―No, Harry, tranquilo Severus viene para acá ―dijo Dumbledore, pues había enviado a algunos miembros de La Orden del Fénix, a buscar donde estaba Snape, pues antes de que Azkaban fuera asaltada en 1995, por Voldemort, el Ministerio, envió a que varios de los más peligrosos presos, fueran llevados a una prisión desconocida, para casi todos.

―Ya veo ―dijo Harry, quien sintió a Snape subiendo las escaleras.

― ¿Potter? ―preguntó Snape sorprendido. ― ¿Qué haces aquí, Potter?

―Tranquilo, Severus ―dijo Dumbledore.

―Estoy preparándome para acabar con Ryddle, profesor Snape ―dijo Harry, cuyo ojo derecho, se volvió amarillo. ―El día de hoy, será un gran cambio en la historia de la Inglaterra Mágica, el día de hoy, Voldemort morirá. ―Snape asintió. ―Pero también, será el fin de una era. ―Extendió su mano y ahorcó a Dumbledore con la Fuerza. ―Los líderes de la luz y de la oscuridad, morirán esta misma noche. ―Snape no habló, solo miró horrorizado, como el supuesto Faro de la Luz, ahorcaba al líder de la Luz, acabando con su vida lentamente. ―Porque yo tengo, el último Horrocrux de Tom Ryddle, y cuando este sea destruido, él también morirá.

― ¡Detente, Potter! ―gritó Snape, logrando reaccionar. ― ¡Flipendo! ―Harry fue enviado hacía el lado, pero eso no evitó que Harry siguiera ahorcando a Dumbledore, hasta lograr que se desmayara.

― ¡¿Qué cree que está haciendo?! ―gruñó Harry, antes de empujar a Snape, con la Fuerza, mandándolo a volar, para luego usar Fuego de la Fuerza, quemando al desmayado Dumbledore, matándolo. En realidad, no quería hacerlo, pero tenía entendido, que la única forma de conseguir la Varita de Saúco, era matando al anterior portador. Ahora, él era el dueño de la Varita.

― ¡POTTER! ―Gritó Snape horrorizado, ante los actos de Harry.

―Esto tiene que acabarse. Tenemos que acabar con esto, desde su raíz. ―Dijo Harry, hablando desde su conocimiento Jedi/Sith. ―Si la luz surge, la oscuridad surgirá también, para equilibrar la balanza. Además... Usted estuvo dispuesto a matarlo, pero ahora, la Varita de Sauco es mía ―extendió su mano y la varita, llegó a ella. ―Acabaré con Tom y sus Mortífagos, que aun intentan ingresar en el colegio. Usted elige, profesor. ¿Morirá como un traidor a la Orden del Fénix, por haber intentado matar a Dumbledore...? ―Sonrió, cruelmente. ― ¿o morirá como un Mortífago? ―Snape no sabía qué pensar, hasta que Harry lo desarmó con un Expelliarmus no-verbal, a lo cual Snape levantó sus manos, se aproximó al profesor, y leyó su mente, mediante La Fuerza, antes de hacerlo caer desmayado. Snape cayó hacía atrás, directo hacía su muerte. Se retiró de allí. ― "Uno de los líderes y el espía, han muerto... aún falta el otro líder" ―susurró, para sí mismo.

Harry bajó las escaleras, transformó físicamente la Varita de Sauco, en su varita, cuando llegó al segundo piso, se encontró rodeado de alumnos de Ravenclaw y Gryffindor, allí se unió a los otros Slytherin, y todos se acomodaron en sus puestos. ―Las evacuaciones, serán supervisadas por el Señor Filch y la señora Pomfrey. Prefectos, cuando os avise, organicen sus casas y guíen a sus alumnos al Sauce Boxeador, verán una abertura, la cual los guiará a la Casa de los Gritos, la cual ha sido mágicamente protegida.

― ¡¿Y si queremos luchar?! ―preguntó Ernie MacMillan, con varita en mano.

―Si son mayores de edad, pueden quedarse ―dijo McGonagall. ―Hemos colocado las protecciones, alrededor del castillo, por favor, si van a pelear, busquen sitios estratégicos...

Entréguenme a Harry Potter ―dijo la voz de Voldemort, en las cabezas de todos. ―Y no les haré daño. Entreguen a Harry Potter, y no dañaré la escuela...

¿Quieres callarte, Tom? ―gruñó Harry, usando la telepatía de La Fuerza. ―Voy en camino, para acabar con tus aliados, si es que tanto lo quieres. ―Todos se quedaron en silencio. ―Después de todo: Maté a tus Mortífagos, el año pasado, ¿o no? Así como maté, a los Mortífagos, que estaban tratando de salir de la Sala de Menesteres. ―Harry se giró hacía McGonagall. ―Profesora, usen el Fiendfyre, creen un anillo de fuego, alrededor del colegio, y usen todo truco que conozcan. Ahora mismo, lo que menos nos debería de importar, es la moral, ¿entiende?

―Todos están autorizados, para usar todo lo que conozcan, incluso el Avada Kedravra ―ordenó McGonagall, los que lucharían asintieron, así lo harían, se prometieron a sí mismos. ―Lo que menos esperarán nuestros enemigos, es que busquemos, literalmente matarlos. Seguramente, Voldemort piensa, que el colegio al completo, está de acuerdo con la línea de pensamiento del profesor Dumbledore, y de La Orden del Fénix, quizás piense, que vamos a usar el Expelliarmus y Desmaius, pero jamás pensará, que vamos a ir, de frente y con poder, en su contra. ―Todos asintieron. ―Si consideran, que usar la Maldición, es demasiado, una Bombarda o un Confringo, bien colocados, tendrían que bastarles, a nuestros enemigos. ―Todos asintieron, y McGonagall, junto a otros maestros, comenzaron a considerar, algunos puntos clave, desde donde podrían atacar a los Mortífagos.

―Señor Longbottom ―dijo la profesora Sprout. ―Necesito de su ayuda, arrojaremos las Mandrágoras, contra los Mortífagos.

― ¡Harry! ―llamó Hermione, llegando al lado de su novio. ― ¿Ya destruiste el Horrocrux?

―Aun no ―dijo él, yendo hacía el cuarto piso.

― ¡¿Por qué aún no lo has destruido?! ―preguntó histérica.

―Quiero que me vea hacerlo ―dijo Harry, con una sonrisa depredadora, antes de cerrar los ojos. ―Chicas, usen magia y usen los trucos de La Fuerza, que conozcan, acabaremos esta guerra, esta misma noche.

― ¡Bien! ―gruñó Hermione furiosa, mientras iba a su posición.

Harry rápidamente, fue a la torre de Astronomía. Alguien había convocado o construido una caja, a modo de sarcófago para Dumbledore. Desde allí, levitó con la Fuerza, parándose en el techo, y convocó al lado oscuro, dejándose inundar por las emociones de la tristeza, el miedo, y en especial la ira, los relámpagos comenzaron a surgir, llamados por él mismo, desde los electrones de su cuerpo, los rayos surgieron lentamente, hizo girar su muñeca, una y otra vez, hasta crear un anillo de rayos, el cual fue alimentando cada vez más, haciéndolo más y más grande, bajó la mirada, y vio luces viniendo desde el bosque, vio a las criaturas combatiendo a los Mortífagos, justo antes de ver morir a algunos centauros, y ver salir a los primeros Mortífagos, esto último, gracias a la luz de la luna, muy bien posicionada.

Decidió esperar, antes de arrojar su ataque, así que con su otra mano...

Negó con la cabeza, y atacó de frente, arrojando la tormenta de relámpagos, contra los Mortífagos, y fue preparando un segundo ataque. Vio los hechizos, que comenzaban a volar desde el interior del castillo. Una sonrisa apareció en sus labios, levitó y volvió a ingresar, para ir a continuar con la defensa del colegio.

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Las tropas de Voldemort, comenzaban a ser golpeadas, desde varios puntos del castillo, con muchos hechizos, que él ni se esperaba, que los alumnos usaran, desde hechizos que los mandaban a volar (Expulso o Flipendo), hasta hechizos/maleficios y maldiciones, que causaban daño real (Oppugno, Orbis, Orchideus, Reducto), además de las flechas de los centauros. Los Mortífagos fueron atacados por los centauros, o por los unicornios, quienes usaron sus cuernos como armas, las Acromántulas con su veneno y seda, mientras que los Mortífagos trataban de superar el Bosque Prohibido, para llegar a Hogwarts.

Voldemort rugió enfadado, sus tropas habían recibido un buen daño, tanto en Hogsmeade, como ahora que habían atravesado hasta el colegio, y los alumnos, estaban dispuestos a luchar.

Los Mortífagos comenzaron a atacar, pero no era solo arrojar maldiciones, contra la fortificación milenaria, que estaba ante sus ojos. Era también, enfrentarse a las criaturas mágicas que los rodeaban, además de que sus enemigos, estaban a cubierto, y ellos estaban desprotegidos, así que, en cualquier momento, podrían acabar por recibir un daño enorme y morir.

Voldemort rugió furioso, y lanzó una esfera violeta, de núcleo blanco, que golpeó contra las protecciones mágicas e invisibles del colegio, destruyéndolas.

Miró hacía arriba, cuando los Dementores, iban a ingresar al colegio, en medio del vuelo, pero diversos Patronus los enfrentaron. Volvió su mirada al frente, y sus Mortífagos invocaron el Protego, cuando eran atacados, por una salvajada de hechizos, hasta que alguien, lanzó el Confringo, y entonces, la maldición asesina, acabó con la vida de uno de los Mortífagos.

Un segundo Confringo, que los hizo correr, en busca de protección, y un ejército de estatuas de soldados, salieron por las puertas de la escuela, que se abrieron con un rechinido, entre las estatuas, cinco criaturas monstruosas, les seguían.

Los Mortífagos, comenzaron a responder ante los soldados de piedra, solo para ser atacados por las criaturas cuadrúpedas, que les desgarraron y mordieron, entonces, las criaturas del bosque, volvieron al ataque.

Los Mortífagos estaban acorralados, más hechizos y maldiciones les llovieron encima. Los Mortífagos atacaron a las criaturas y estatuas, solo arrojaban una maldición ocasional, y era solo para dispersar a los alumnos, y que dejaran de atacarlos, para tratar de defenderse de las criaturas y estatuas, pero solo conseguían acabar muriendo, y cada vez eran menos.

― ¡Harry Potter! ―dijo Voldemort, cuando vio a Harry, llegar ante él. ―El Niño-Que-Vivió, viene a morir...

―No Tom, este es tu final ―aseguró Harry, antes de sonreír. ― ¿Te gustó mi tormenta de relámpagos? Mis sabuesos de Tindalos y mi circulo rúnico, masacraron a tus Mortífagos que trataron de atacarnos, desde la Sala de Menesteres.

Voldemort hizo una mueca de furia, y Harry movió la barbilla, una seña de que mirara hacía atrás, los Mortífagos estaban muertos, solo quedaba Voldemort. Y los alumnos y maestros, fueron saliendo del interior del colegio, listos para luchar, contra el último de los Mortífagos, contra su líder. ― ¡POTTER! ―Chilló furioso, mientras levantaba su varita, y el Avada Kedravra, salía hacía Harry, todos se hicieron hacía los lados, para esquivar la maldición, cuando Harry también la esquivara, así lo hizo.

¡Diffindo! ―exclamó Harry, Voldemort le esquivó y soltó un grito de dolor, cuando uno de los sabuesos de Tindalos, le mordió en una pierna. ― ¡Diffindo!

¡Expelliarmus!

¡Confringo!

¡Expulso!

¡Impedimenta!

Una cacofonía de encantamientos, hechizos, maleficios y maldiciones, comenzaron a caer sobre Voldemort, quien esquivaba como podía, pero era demasiado para él, no vio el Diffindo (de Neville y Hannah), que acabó por degollarlo, ni la Bombarda (de Harry y Susan), que acabaron por bañar a Harry, quien era el más cercano a Voldemort, en sangre.

Con eso resuelto, Harry extendió su brazo derecho, y el último Horrocrux llegó a él. La Diadema de Ravenclaw, y de forma totalmente anticlimática, invocó el Fuego Maldito, un humo negro se vio y un grito se escuchó, el último Horrocrux fue destruido.

Voldemort, estaba oficial (y extraoficialmente) muerto.

La era de horror de Voldemort y de sus Mortífagos, había terminado.