Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.
Quizá la culpa es mía por no seguir la norma, ya es demasiado tarde para cambiar ahora. Me mantendré firme en mis convicciones, reportaré mis posiciones. Mi destino es el que yo decido, el que yo elijo para mí... — A quién le importa, Alaska y Dinamara.
Después de la magnífica demostración de Trunks, Nappa y Radditz estaban más que dispuestos a negociar.
—Muy bien humana aceptamos el trato, empezaré a entrenar a tu cachorro y Radditz estará conmigo para que sepa cómo debe seguir después el entrenamiento — complacido dijo el calvo saiyajin al ver el excelente desempeño del pequeño crío durante su prueba.
Bulma estaba muy feliz con el desempeño de su pequeño niño, jamás lo dudó; ella sabía de su potencial. Sin embargo, no quería que Kale se enterara, así que decidió arriesgarse en intentar mantener el entrenamiento lo más reservado posible.
—Este entrenamiento debe de quedar entre nosotros, nadie debe de enterarse o no hay trato.
Radditz miró con incredulidad a la hembra, tenía demasiado coraje y valor para intentar ser ella quien pusiera los términos, soltó una risa burlona al escucharla, lo mismo que Nappa.
—No digas estupideces humana, todo lo que pasa en esta base es reportado a Vegeta y el crío es su descendiente, si aceptamos el trato es porque sabemos que él estará de acuerdo con que se le entrene — burlón la miraba divertido.
La científica estaba frustrada, hubiera preferido que ese arrogante saiyajin no supiera, suspiró con frustración. Sabía que no había opción al final estaba en su territorio.
—Bien, entiendo el punto pero que Vegeta tenga que saber no quiere decir que los demás deban saberlo también, mi oferta sigue en pie, los ayudaré siempre que nadie más que el príncipe saiyajin sea informado de los avances de mi hijo.
—¿Sabes? Eres demasiado fastidiosa para ser una simple terrícola, tal vez necesitas que te eduquemos...— decía fanfarrón el pelinegro mientras se acercaba demás a ella la miraba en forma lasciva y su cola se envolvía en la diminuta cintura de la fémina terrestre.
Molesta por su atrevimiento lo agarró fuertemente de la cola encajando sus uñas en esta —¡Quita tu asquerosa cola de mí, mono estúpido!
—¡Argh!— fue el grito de dolor del pelinegro quién al sentir la dolorosa presión soltó en automático el golpe que fue rápidamente interceptado por Nappa antes de que impactara sobre la frágil mujer, aplastando de forma inmediata al saiyan contra el suelo.
—¡Mami! — gritó asustado Trunks quién de inmediato se lanzó en ataque y se fue sobre la cara de Radditz, mientras un aprisionado pelinegro era incapaz de defenderse y Nappa intentaba con la mano libre agarrar al pequeño crío pero era demasiado rápido y no lograba atraparlo.
Trunks enojado al no poder seguir atacando la cara del pelinegro, se fue directo sobre la cola del saiyajin mordiéndola fuertemente.
—¡Ahhhhhhhhhh! — Fue el segundo grito de dolor del saiyan, mientras Nappa asombrado rápidamente tomaba al chiquillo, mientras el pequeño enojado gruñía a Nappa intentando soltarse.
—¡Basta Trunks! — Gritó la ojiazul, quién asustada fue corriendo a quitar a su hijo de las manos del calvo guerrero, el cuál a su vez liberó a Radditz.
El pelinegro una vez viéndose libre y recuperado del sorpresivo ataque a su cola, y ya levantado del suelo, miró con enojo hacia la peliazul y el crío. Pero antes de poder decir algo, Nappa se le fue encima golpeándolo rudamente contra la pared.
—¡IDIOTA! ¿Qué parte de, no tocas ni un pelo de la científica terrestre no has entendido?
Radditz molesto solo exclamó — Sólo quería asustarla un poco no pensaba hacerle nada, la maldita hembra y el crío tienen demasiadas agallas, ¡Sino fuera por Vegeta los aplastaría como insectos por atacar mi cola!
Bulma sabía que era ahora o nunca para comenzar a ganarse su lugar, decidió usar eso para chantajearlos:
—Bien Radditz, perdonaré tu atrevimiento y no le diré a Vegeta que intentaste tocarme, siempre que acepten ambos, no decir nada del entrenamiento de mi hijo ni del avance que vaya teniendo en sus entrenamientos, a nadie más que a mí y a su padre. Si me entero que le dicen a alguien más, entonces me encargaré de que Vegeta sepa lo que intentaste hacer.
Radditz quien estaba bastante molesto porque la débil mujer lo quisiera chantajear solo espetó — No te creas tanto humana, solo eres un juguete del príncipe, cuando se aburra de ti, nos dejará tenerte, deberías ser más inteligente en como te diriges a nosotros.
Una mirada de reto altanera se vio en el rostro de ella quién al más puro estilo de Vegeta decidió ser la que ahora los pusiera en jaque.
—Tal vez tengas razón, pero resulta que sigo siendo su favorita y no le gustará saber que pusiste tu patética cola sobre mí...
—Sólo estás alardeando, sabes que no le importas en lo más mínimo — Decía el saiyan de larga cabellera mientras petulante se reía de ella.
—¿Quieres ver qué opina? Hey Nappa, en la noche que hables con Vegeta dile que mañana necesito hablar con él.
Nappa alarmado evaluó a la mujer, por un momento pensó al igual que Radditz que simplemente estaba fanfarroneando con eso, pero algo en su mirada decidida lo hizo dudar, además su compañero era un imbécil, no pensaba recibir un regaño del príncipe solo por la inmadurez del otro saiyan.
— Aceptamos el trato humana, nadie más que el príncipe y tú serán informados del avance de tu cachorro. — Fue la sencilla réplica de Nappa, mientras Radditz lo veía incrédulo.
—Ahora hablemos de eso que prometiste a cambio de ayudarte — Decía ecuánime Nappa, ansioso por cambiar de tema.
—No tan rápido — Decía una confiada ojiazul, este era el momento para ganarse el respeto de esos dos y eso pretendía hacer.
— Antes de hacer negocios necesito confiar en ustedes y ahora no confío en Radditz, o me pide una disculpa a mí y a Trunks y promete no volver a ponerme un dedo encima o el trato se cancela y hablaré con Vegeta de lo que pasó — Decía muy segura de sí misma la científica, mientras con una mano cargaba a su pequeño y la otra la ponía en su cadera.
Nappa estaba divertido con lo que veía, a cada minuto le agradaba más la mujer, realmente era osada, ya entendía porque a Vegeta le había gustado conservarla como su juguete personal, la mujer tenía un carácter atrayente.
El pelinegro tenía tensa la mandíbula mientras rechinaba los dientes, seguía incrédulo que esa insignificante humana se atreviera a retarlo así. Sí, era bastante hermosa y su olor muy atrayente, pero necesitaba que alguien la pusiera en su lugar, y el maldito crío también era tan arrogante, odiaba admitirlo, pero le recordaba mucho al príncipe en su infancia.
Se detuvo a ver con más detalle al pequeño niño, se percató que este lo miraba con la misma cara retadora de su príncipe, por un momento sintió que era Vegeta quien lo veía y lo retaba a través de esa mirada azul de enojo, lo que empezó a ponerlo nervioso.
Si la maldita hembra cumplía su palabra y le decía a Vegeta, estaba seguro que, mínimo se quedaba sin su cola; adicional a que moriría fulminado.
Radditz estaba furioso y más porque veía la cara divertida de Nappa, quién se burlaba de su desgracia. Él, un guerrero de clase alta estaba siendo chantajeado por una insignificante y debilucha mujer terrícola.
—No tenemos toda la tarde Radditz — un divertido Nappa lo molestaba.
—Grrr, ¿En serio pretendes que haga eso humana? No iba a tocarte realmente, ¡Era una maldita broma! — trató de hacerla entrar en razón, él no se rebajaría a tanto.
— Pues yo no me reí... ¿Tú te reíste acaso Trunks? —le preguntó insolente la mujer a su hijo — ¡No mami! — decía muy enojado, mientras fruncía el ceño furioso.
El saiyan suspiró resignado, agradecía que no había nadie más, pues era bastante malo el tener que disculparse con el hijo bastardo de su príncipe y con esa mujer, encima de todo esto debía ser enfrente de Nappa, quien se encargaría de recordarle su humillación cada que pudiera.
—Lamento haberte molestado humana, prometo no volver a hacerlo. Ni a ti ni al crío los molestaré ¿Contenta? — dijo a regañadientes el guerrero.
—Mmmm no parece que sea de corazón tu disculpa — Decía divertida la ojiazul, — ¿Tú le crees Trunks?— Preguntó divertida haciendo la humillación del pelinegro más grande.
—¡No! ¡Tu insetooo! — Decía aun muy enojado Trunks con sus manitas furtemente cerradas en puños.
Nappa estaba realmente estupefacto, el crío era una réplica de Vegeta, el mismo carácter y temple, estaba seguro que, si la científica se descuidaba se soltaría y se le iría de nuevo encima a Radditz.
— Puedes hacerlo mejor Radditz, Trunks no se ve muy dispuesto a perdonarte — Dijo burlón a su compañero, hurgando más en la herida.
El saiyan de larga cabellera suspiró resignado, no habría de otra, debía de buscar la forma de lograr que el pequeño crío lo perdonara, seguramente si él lo hacía la humana lo haría.
«Maldito cachorro arrogante»
Fue lo que molesto pensó, suspiró resignado al percatarse que si el crío era la mitad de orgulloso de lo que Vegeta era, no tendría más opción de disculparse realmente.
—Lamento haber molestado a tu mamá no volverá a pasar — dijo serio el saiyan mirando al vástago de su príncipe.
El pequeño Trunks le dio una profunda mirada evaluadora que puso los vellos de punta al otro saiyan y lo impresionó, pues hasta en esas acciones era muy parecido a su padre.
— ¡Mami no se toca Inseeto! — Un beligerante Trunks mostraba sus dientes y señalaba enojado a Radditz, el pequeño niño tenía muy presente que su padre lo había dejado a cargo de cuidar de su mamá y eso haría, no le importaba que lo regañaran por no entrenar con el pelinegro como su mamá se lo había pedido, si el saiyajin no prometía dejarla en paz él no se separaría de ella.
El saiyan pelinegro estaba impresionado era como ver a Vegeta de niño, sabía que el crío hablaba en serio, él podía ver las fluctuaciones en el ki del pequeño con su localizador, lo cuál era increíble pues era algo muy formidable de hacer para un niño tan pequeño.
— Te doy mi palabra Trunks, no volveré a molestar a tu mamá — decía Radditz asombrado mientras extendía su mano. — ¿Amigos? — Decía Radditz mientras seguía con su mano extendida esperando que el cachorro decidiera aceptar.
El pequeño niño se tomó un largo momento viendo a los ojos al otro saiyan, evaluándolo. Ninguno de ellos lo entendía, pero el pequeño estaba realmente asustado.
Nunca su madre y el se habían quedado solos realmente en un lugar desconocido como ahora, y las presencias del resto de los Saiyajines eran atemorizantes, el quería ser más grande y fuerte como su papá para poder cumplir con su promesa de cuidar a su mamá, pero solo era un bebé, y el miedo causaba estragos en su pecho.
Delante de los adultos no lloraría, pero le aterrorizaba que alguien se quisieran llevar a su mamá lejos y se quedara solito.
Desde que comenzaron a viajar el pequeño Trunks comenzó a vivir una serie de experiencias y sensaciones nuevas que jamás había vivido. La adrenalina por la aventura y la felicidad lo embargaron, todo era juegos y risas.
Sin embargo, durante el trayecto cuando llegó a ver a su mamá herida aquella vez que la gran nave donde viajaban estaba cayendo conoció por primera vez el miedo, que como un cáncer se extendió dentro de él y no lo había abandonado aún.
En su infantil inocencia no entendió que fue lo que pasó, solo recordaba que vio a su mamá en el suelo lastimada y un gran miedo lo cubrió, afortunadamente su padre estaba ahí y se hizo cargo de la situación y de hacer que su mamá estuviera bien de nuevo.
Ahora estaban solos en un lugar extraño con gente atemorizante que parecían por momentos querer lastimar a su mamá, su papá le había pedido que la cuidara, pero él era solo un pequeño niño, como pudo Trunks puso su mejor ceño fruncido, moría de miedo pero no lo dejaría ver.
Imitó lo mejor que pudo la postura de su papá y así con el enojo en la cara miró al saiyan a lo ojos, y de esta forma decidió darle su manita al adulto, cerrando así el trato.
Bulma estaba impresionada, si alguno de esos dos granujas tenía duda antes, ahora les había quedado más que claro que Trunks era legítimo descendiente de Vegeta.
Ella misma se asombró de lo parecido que podía ser su pequeño niño a ese desgraciado saiyajin, suspiró resignada por mucho que quisiera jamás podría odiar a ese mono desconsiderado, al final su pequeño había heredado su carácter y era una copia fiel de este.
—¡Bien! Si Trunks está de acuerdo en perdonarte, lo haré también — Una sonrisa amable se extendió por el hermoso rostro de la humana.
Sus ojos azules refulgieron —Ahora sí, empecemos a negociar —Mientras seguía sonriendo, pues feliz sentía que había dado un gran paso para la armónica convivencia con esos saiyajines.
— Adelante te escuchamos, ¿Qué tienes para ofrecer a cambio de nuestra ayuda, terrícola? — fue la simple pregunta de Nappa mientras se recargaba contra la pared y la veía divertido.
— A cambio de su ayuda con Trunks, les daré en un principio esto — Fue lo que dijo la mujer mientras sacaba de su bolso unas muñequeras y espinilleras inteligentes, las cuáles eran vistas con sospecha por los saiyan.
— ¿Acaso nos quieres ver la cara de idiotas? — Un molesto Nappa replicaba, eso realmente no parecía gran cosa para tener que desperdiciar tiempo en el crío.
Al ver la cara de incredulidad ellos, la peliazul decidió actuar antes de que se arrepintieran.
— ¡Oh Vamos Saiyajines! Antes de que digan algo pruébenselas.
Ambos se las pusieron de mala gana y con escepticismo, pronto se dieron cuenta de que los artefactos les generaban bastante peso extra y comenzaron a quejarse.
— Esto no sirve, solo nos hace lentos — Decía molesto Radditz. Nappa se veía igual de molesto, se sentía estafado.
Enojada ella replicó — Precisamente esa carga extra es la que necesitan, si la usan poco a poco se acostumbrarán y les ayudará a moverse más rápido en la gravedad de este planeta y podrán aprender a moverse en gravedades más pesadas, además conforme las muñequeras detecten que se van acostumbrando irán incrementando el peso a modo de que sigan mejorando.
Ambos lo meditaron, vieron el punto de usarlos y decidieron no quejarse más.
— Muy bien, aceptamos el trato humana. Pero deberás darnos más equipo después, ni creas que esto será todo lo que nos des, prometiste ayudarnos si te ayudamos con el crío.
Bulma sonrió, a pesar de lo que dijeran y rabiaran sabía que estaban interesados en el trato. No le asustaban sus palabras, no era el primer saiyajin con el que trataba y haber tenido a Vegeta de pareja la había curtido para tratar con saiyajines desconsiderados.
— Entonces empezaremos mañana el entrenamiento de Trunks... — Fue lo que dijo antes de retirarse de la sala de entrenamiento llevando en brazos a su hijo, muy alegre mientras sentía que Nappa le pisaba los talones acompañándola hasta el laboratorio...
Tal como Nappa prometió ninguno de ellos hizo referencia a nadie con respecto a los avances de Trunks. Sin embargo, sí informó a Vegeta con respecto a esa anomalía en el ki del niño, así como de los avances realizados por éste en el entrenamiento. Cómo ya le había dicho el calvo saiyajin a la humana era su derecho saberlo, pues no solo era su príncipe y sino padre de la criatura.
La ojiazul estaba muy feliz. Había aprovechado este tiempo para dominar las comunicaciones que había en el planeta base y con ayuda del virus que había lanzado a la red de comunicaciones, poco a poco iba reemplazando los satélites que tenían orbitando por los suyos, así tendría mayor y mejor control de la comunicación del lugar, así cuando por fin estableciera comunicación, la misma sería irrastreable...
— ¿Cuánto falta para que el príncipe regrese? —Preguntó fastidiado Tottepo, últimamente ellos habían estado siendo asignados a salidas menores, cercanas al planeta. En lo que Vegeta llegaba y daba claridad del próximo planeta con el cuál llegar a un acuerdo o conquistarlo.
— Casi el mismo tiempo que ayer Tottepo — decía fastidiada Caulifla quien no estaba de mejor humor, además le molestaba que el estúpido de Nappa no les decía nada, simplemente los mandaba de un lado a otro a planetas cercanos y asteroides y por ese motivo ni había tenido tiempo de poder ver a la concubina del príncipe, esa hembra le causaba a la saiyajin demasiada curiosidad.
Por error había escuchado una conversación el día anterior entre Nappa y Radditz que le habían dado más ganas de saber más de la hembra y del crío.
"... —La última lectura dada es imposible, ningún cachorro puede tener tal variación de ki en tan poco tiempo — decía asombrado el pelinegro, Nappa movía la cabeza en forma negativa.
—Lo mismo pensé Radditz pero los números no mienten, el crío es poderoso... — no terminó de hablar pues fue interrumpido por Radditz quien seguía sin creerlo.
—¡Pero es solo mitad saiyajin! — La incredulidad en la voz del saiyan más joven le decía que realmente no creía posible eso.
—Si este cachorro tiene esa fuerza, debe ser algo bastante impresionante Chard — comentó con completa seguridad Nappa, a lo que Radditz con un movimiento de cabeza confirmó. Para ambos era claro, no había de otra. Un hijo de Vegeta con Kale siendo ambos saiyajines de primera deberían de dar un resultado asombroso viendo a Trunks, quién solo por lado de su padre tenía sangre saiyajin.
—Quién como tú que serás quien lo entrene — decía con voz envidiosa Radditz. Nappa solo se rió — Bueno, demuestra que serás capaz de llevar el entrenamiento de Trunks tú solo y te dejaré de vez en cuando ayudarme.
Fue lo último que alcanzó a escuchar Caulifla antes de que los dos saiyajines se hubieran alejado hablando tranquilamente si darse cuenta que, ella había escuchado su conversación..."
La saiyajin frustrada hizo un puchero, moría de ganas de ver a la humana y al crío y simplemente era imposible.
Empezaba a pensar que tal vez tuviera más suerte hasta que Vegeta y Kale regresaran, pero nadie sabía con certeza cuando sucedería, excepto Nappa quién nunca le decía nada.
—¡Malditos Idiotas! — Se quejó en voz alta Caulifla.
—¿Y ahora porque estás tan enojada? — preguntó confundido Tottepo.
—Nada importante, andando vayamos a entrenar — fue la fría réplica de la saiyajin...
Bulma estaba realmente feliz, había estado viendo los entrenamientos de Trunks con los saiyajines en las semanas que habían pasado y estaba realmente contenta con el avance. Orgullosa veía como esos dos rudos guerreros ya no la veían como un pedazo de carne, poco a poco comenzaban a tratarla con más respeto, así que se decidió por dar un paso más para concretar sus planes.
— Oye Nappa, Quiero que Trunks y yo vayamos con ustedes a cenar, al comedor de la base. Ya sabes, junto al resto de los saiyajines ¿Nos llevarás verdad? — decía con voz delicada e inocente la científica mientras abría más sus hermosos ojos generando el efecto de ternura deseado sobre el saiyan.
Quién la miró como si fuera una pequeña niña curiosa, mientras escuetamente le decía —No —
Ella lo miró con mala cara.
«¡Ash! Estúpido mono»
No se rendiría tan fácilmente, comenzó a quejarse —¡Es injusto! Yo quiero conocer el comedor de esta base, tengo tanto derecho como ustedes de ir, o me llevas o voy por mi cuenta — Decía empecinada la peliazul mientras ponía sus manos en forma de jarro sobre sus caderas y exigía una respuesta para sus demandas.
El calvo guerrero la miró divertido, la humana era una criatura muy interesante, era el único ser débil que debía estar tan loca o no tener instinto de supervivencia para retarlos de la forma que lo hacía
— He dicho que no humana y no es ¡NO! — Fue su empecinada respuesta mientras la miraba divertido, pues de pronto la vió enrojecer de furia.
— Óyeme bien mono estúpido o me dejas ir o... — La científica no pudo terminar su amenaza cuando escuchó la voz de Nappa interrumpirla.
— ¿O si no qué, científica? ¿Que harás? Si sigues con tus insolencias dejaré que Raddtiz te tome... — Una malvada sonrisa se instaló en Nappa.
La peliazul había aprendido a conocer mejor a esos dos así que la amenaza que el calvo le dio no la asustó, pero antes de poder decir nada un emocionado Radditz se acercó demasiado a ella, haciendo ademán de quererla tomar por la cintura, pero sin llegar realmente a tocarla — Nos vamos a divertir mucho... — Una mirada de lascivia se vio en su rostro y ella sintió chocar contra ella el aliento varonil del saiyan.
Si lo que quería era amedrentarla definitivamente no sabía con quien se metía, sus amenazas vanas ya no la intimidaban y decidió darle a probar de su propia medicina.
— ¿Ah si Radditz? Venga vamos, diviértete conmigo y después veamos qué es lo que dice Vegeta cuando vea que me pusiste las manos encima.— Fanfarroneaba ella.
— ¡Vamos chico rudo! Demuéstrame que tan fuerte eres... — Decía divertida, mientras se colgaba del cuello del saiyan quien asustado y nervioso por la cercanía de ella y lo delicioso que olía la separó rápidamente de su agarre, como si quemara.
— ¡Estás loca humana! — gruñó el pobre Radditz nervioso, adelantándose con paso apurado.
Nappa vio a la osada mujer mirarlo con victoria, y sin decir más, se fueron riéndose a viva voz del saiyan de larga cabellera mientras iban rumbo al comedor.
Llegaron al lugar y un silencio sepulcral se hizo presente, ahí estaban Paragus, Caulifla y Tottepo.
Se sirvieron de la barra de comida que había y se sentaron en una mesa aparte, cercana a su mesa estaban comiendo Caulifla y Tottepo.
Mientras se servían comida de la barra estilo buffet pudo sentir los ojos de Paragus mirarla fijamente, ese saiyajin en especial le daba más recelo que el resto.
A pesar de no llevar mucho tiempo ahí notaba que era fiel a Kale, y Nappa en una de sus conversaciones se lo había confirmado, así que sentía escalofríos recorrerla al sentir su asquerosa mirada libidinosa sobre ella. De pronto lo vio salir del comedor fúrico y sin mediar palabras con nadie...
Conforme pasaron los días, Bulma siguió con la misma rutina acercándose a la hora de la comida a comer a la misma hora que lo hacían el resto de los saiyajines. Poco a poco el resto de ellos se empezó a habituar a su presencia.
Cuando ya llevaba casi dos semanas de estar yendo a ese comedor decidió dar un paso más en su plan, sentía su corazón latir fuertemente, pero trató de aparentar normalidad.
Y esta vez en lugar de sentarse en la mesa que habían estado usando ella Trunks y los dos saiyans, se acercó a la mesa donde estaban los otros dos Saiyajines.
—¿Podemos sentarnos con ustedes? — Una amable y cálida sonrisa se extendió por el rostro de la peliazul, haciendo que sus ojos azules resplandecieran más, si eso era posible.
Tottepo y Caulifla, la miraron intrigados, a pesar de que se sorprendieron con ese movimiento de la científica que no esperaban, pues recordaban las miradas de odio que ella había lanzado en un principio a ellos, estaban sumamente curiosos por tener mayor contacto con esa extraña pero cautivadora criatura que era la terrícola.
Antes de aceptar algo, voltearon discretamente a donde Radditz y Nappa los veían, el calvo saiyan dio un imperceptible movimiento de cabeza autorizándoles a dejarle estar con ellos.
Tottepo fue el que en forma ruda y torpe comentó — La mesa tiene mucho espacio — su voz sonó más como un gruñido, pero al final les estaban aceptando en su mismo lugar para comer.
Caulifla estaba intrigada con la humana, se le hacía una criatura extremadamente deliciosa, como una fina y frágil muñeca de porcelana y en parte estaba emocionada puesto que en esa base no tenía ninguna otra fémina con la cual hablar, Suzuke la otra científica no hablaba con nadie salvo con Kale, y la engreída de su princesa y futura reina, la había despreciado tan pronto la conoció.
Aun recordaba Caulifla cómo se emocionó cuando la conocieron. Kale se le hizo la más hermosa saiyajin que hubiese conocido, y extremadamente fuerte, sintió admiración inmediata por ella, pero pronto descubrió que lo que tenía de hermosa y fuerte, lo tenía de desagradable y soberbia.
Desde el minuto uno se dedicó a humillarla, cosa que le generó un fuerte malestar, pues ella había estado emocionada de poder convivir con otra mujer, pues a veces se sentía todo menos una de tanto que convivía con esos brutos llenos de testosterona.
Todavía recordaba cuando el príncipe llegó con la científica y de inmediato reconoció esa fragancia, era la misma que notó sobre él la primera vez que lo conoció, y ahora entendía que su presentimiento de que no importaba quien de ellas ganara el puesto de reina, jamás lo sería realmente, era cierto.
A pesar de que su futuro rey no dio una sola muestra de que le importara la científica, el que alguien tan déspota y cruel como él, se hubiese tomado la molestia de dejar a una simple esclava protegida por Nappa quien era su mano derecha y de haber advertido expresamente que nadie pusiera un dedo sobre ella o el mestizo, a ojos de la saiyajin de clase baja decía mucho más de lo que el príncipe quisiera.
Era curioso, para ella pues no esperaría que alguien como el príncipe de su raza permitiría que un bastardo real, un crío de sangre no pura, pudiese sobrevivir. Sin embargo, ahí estaba ese pequeño cachorro, recalcándoles que la mujer y él eran más importantes de lo que aparentaban.
Al inicio la saiyajin al igual que los demás miró con desprecio al pequeño, pues como el resto de los de su raza consideraba un insulto la estampa tan falta de rasgos característicos de su raza en ese cachorro, su tono peculiar de cabello, sus ojos que era tan raros, diferentes.
Poco a poco comenzó a observarlos de lejos, madre e hijo le intrigaban, pronto se dio cuenta de que con todo y su ridículo color de ojos y de cabello, ese pequeño era una copia más fiel de Vegeta que el actual pequeño que poseía el cargo de heredero.
Así que ahora que vio que la científica se acercaba a ella y a Tottepo no perdería la oportunidad de conocerla más, quería saber quién era esa misteriosa mujer y como con un poder tan débil de pelea lograba ser protegida de la forma en que la que lo estaba siendo por el príncipe.
Además, moría de ganas de molestar a la creída de Kale cuando viera a la científica conviviendo con todos como si ella fuera la mandamás de ese lugar, sería glorioso ver la cara de furia de la presumida princesa...
Pasaron los días y Bulma estaba feliz, ya había logrado que los saiyajines de la base la miraran con respeto y no como un pedazo de bistec, bueno todos con excepción de Paragus, quien seguía siendo un misterio.
A pesar de que ya todos convivían con la científica, Nappa no bajaba la guardia, pues aunque podía notar en todos buenas intenciones, no dejaba de percatarse que sin querer, la mujer era extremadamente sensual, por momentos hacía movimientos que la hacían ver tan deseable y que los provocaba, que él siendo quien debería cuidarla le costaba no saltarle encima y poseerla, no quería pensar en Tottepo o Radditz, y no se fiaba de Paragus quien aunque se mantenía lejos de ella, no dejaba de verla nunca con lujuria y un dejo de algo más en la mirada.
Tenían hambre, el entrenamiento con el crío había sido realmente bueno, Trunks ya no miraba con recelo a Radditz, había notado que el saiyan era juguetón, pero nunca había intentado lastimar a su mamá nuevamente, además Radditz y Nappa jugaban con él y veía la cara de satisfacción de ambos, lo cual lo emocionaba, seguramente su papá estaría feliz cuando regresara.
—¿Mira quién llegó? — Decía risueña Caulifla mientras cargaba en brazos al crío — Tenemos al saiyajin más guapo y poderoso — decía mientras lo alzaba al cielo y el pequeño se reía con las pirueta al aire que hacía al ser lanzado jugando por la saiyan.
—¿hablas de mí? — Juguetón comentaba Radditz, la saiyan detuvo su juego con el pequeño crío, para mirarlo burlonamente.
—Hablaba del único capaz de ser considerado poderoso y guapo dentro de esta base, hablaba de Trunks. Si estuviera hablando de ti entonces hubiera descrito a un bruto descerebrado saiyajin que solo piensa en fo... — Fue interrumpida de pronto por Bulma quién no quería que su pequeño escuchara semejantes palabras.
—¡Hey! Qué buena esta la cena ¿Ya la probaron? — Mientras tomaba a Trunks de los brazos de la saiyan mientras el pequeño niño se reía. Tottepo contento decidió unirse a Caulifla para molestar al saiyan de larga cabellera.
Después de todo ya conocía la larga y afilada lengua de la saiyan y era mejor esta a su favor que en su contra, o su orgullo de macho saldría lastimado como en otras ocasiones ya había pasado.
—Venga Radditz compórtate y deja de llorar porque Caulifla no te quiere en su cama... — Se rió Tottepo, mientras Nappa se carcajeaba estruendosamente.
—¿Cama mami? ¿Caifa va a mimir? — confuso preguntaba el inocente niño, mientras Bulma les lanzaba una mirada fúrica a esos brutos saiyajines, — No les hagas caso mi amor, come esto está delicioso.
Y con eso atrajo la atención del pequeño a la cena mientras se paraba y le jalaba las orejas a Tottepo y a Radditz — ¿Quieren comportarse malditos monos desconsiderados? Dejen de decir tonterías frente a Trunks.
Mientras los saiyans sentían sus orejas casi ser arrancadas — ¡Ay! Ya, si ya nos callamos ¡No te enojes terrícola! — Decía asustado Tottepo quien ya sabía que de enojarse los haría pasar un mal rato.
A pesar de conocer lo débil y frágil que era, su carácter era de cuidado como habían descubierto recientemente — No sé como el príncipe te soporta... — Decía en voz baja Tottepo mientras se sobaba sus orejas
— ¡¿QUÉ DIJISTE?! — gritó colérica, mientras Nappa se destornillaba de risa
—¡No dije nada! — Trataba de excusarse mientras sentía una gota de sudor recorrer al guerrero, Radditz divertido le susurró — Este es el momento en que salvas tu pellejo y huyes imbécil.
No lo tuvo que decir dos veces cuando el saiyan salió corriendo antes de que la humana le rompiera sus tímpanos con sus gritos enojados.
De pronto vieron a Paragus entrar al lugar a comer, no era algo usual, por lo general el saiyan se mantenía alejado de ellos y solo cruzaba palabras con Nappa cuando este le asignaba alguna misión por parte de Vegeta.
Paragus estaba furioso, no había hallado aún la forma de lograr el cometido que le había encargado Kale, y el tiempo apremiaba, cada vez faltaba menos tiempo para que volvieran.
Además estaba enojado, pues la última vez ella lo humilló y despreció por falta de resultados, y ver a la humana ahí riendo y conviviendo como si tuviera derecho con el resto de los saiyajines le revolvía el estómago.
Aún así no era ningún imbécil, sabía que un movimiento en falso y lo matarían, debía evitar que cualquier cosa fuera ligada a Kale, comenzaba a pensar un plan que tal vez pudiera funcionar.
Tal vez no necesitaban después de todo eliminarla, pudiera ser que si le daban las facilidades solita se fuera y quién sabe, afuera en el espacio hay muchas razas fuertes y violentas, podría toparse con alguna, sonrió mientras pensaba en el plan que podría darle el resultado que la saiyan le pedía...
Algunos días después Nappa se tardó más de lo habitual con el pequeño Trunks practicando, siendo justos el niño tenía muchísimo potencial y hacía mucho que él no disfrutaba tanto entrenando a un pupilo como lo hacía con el pequeño, le recordaba demasiado a Vegeta de niño. Y por estar tan metido en el entrenamiento, olvidó que le tocaba reemplazar a Caulifla en el laboratorio.
La saiyajin estaba aburrida, y pronto tendría que salir a un planeta cercano junto a Suzuke a recolectar los minerales indicados por las científicas, y Nappa no llegaba.
—¡Uff Muero de aburrimiento humana! — Se quejaba la saiyan mientras dramática se tiraba sobre una silla.
La peliazul al ver lo exagerada que a veces podía ser la saiyan sonrió.
—Váyanse tú y Suzuke a recolectar los minerales —la sonrisa cálida en el rostro de la científica le decía a Caulifla que la humana hablaba en serio — ¿Estás loca humana? Nappa se enfadará si te dejo sola.
Bulma torció los ojos al cielo, no entendía porque Nappa era tan quisquilloso, no le pasaría nada por quedarse un rato sola, ya otras veces se había quedado sola, bueno en presencia de Suzuke, pero sin saiyajines que la resguardaran, desde que habían comenzado a llevarse mejor, el calvo saiyajin se había vuelto cada vez más aprehensivo con su seguridad.
— Voy a estar bien, ve — Fue lo que la peliazul con una radiante sonrisa dijo.
— No quiero problemas con Nappa, pero de verdad estoy aburrida... — Fue lo que Caulifla comentó a modo de queja.
— De verdad no pasa nada — Insistió la peliazul
— Está bien, pero si me regañan será tu culpa — Dijo Caulifla antes de irse feliz, pues ya estaba muy aburrida de estar sin hacer nada en el laboratorio.
La ojiazul nunca entendió por qué Nappa la cuidaba tanto sin indicarle un motivo en específico, ella no sabía que el calvo saiyajin no confiaba en Paragus ni en los otros dos saiyajines a pesar de que Radditz y Tottepo parecían ahora inofensivos. Y pronto para su mala fortuna ella aprendería el porqué del extremo cuidado que ponía el calvo saiyajin.
Mientras estaba concentrada haciendo anotaciones para una nueva aleación de componentes para unas mejoras de la cámara de gravedad sintió un enorme escalofrío recorrerla al sentir a alguien tras de ella que la sujetó de la cintura y la pegó a su cuerpo.
—Vaya, vaya... ¿Qué hace la linda prostituta del príncipe tan solita? — fue lo que el guerrero dijo, dejando notar la fuerte libido que tenía en esos momentos. La ojiazul se aterró al sentir como esas fuertes manos la pegaban al hombre y sintió la asquerosa erección de éste ser restregada en su espalda...
-/-/-/-/-/-/
Hola a todos, espero estén teniendo una semana fantástica.
La semana pasada del lado del Viaje de Vegeta vimos que ya venían de regreso. Esta semana estamos viendo lo qué pasa del lado de Bulma.
Me gustaría saber que opinan en sus fabulosos comentarios :)
Aprovecho para comentarles que hice un OS de otro shipp que no es Vegebul, de lado de Pan. Ojalá que le puedan dar una la oportunidad y lo leyeran y me den sus comentarios. Se llama Cuando nadie Ve. (Lo pueden hallar en mi perfil)
Rápidamente contesto comments:
Calay: Si!!! Mucha inform el cap anterior, creo que alguien puede sufrir de celos por este nuevo príncipe que apareció... jejejeje ¿Qué clase de teorías tienes en mente? ;)
XXlalalulu: Ohhh sii hasta moni vidente te puede garantizar ese dramon... ;)
Airyisabel: jajajaja amé tu comentario muy acertado en efecto esa actitud de ya volví y fíjate que siempre si quiero le va a dejar muchos dolores de cabeza al saiyan. Y si merece sufrir un poco por lo desgraciado que se ha portado. ;)
Invitado: Tooooda la razón, finally ese cabeza dura terco empieza a entender, falta ver si no es demasiado tarde :O
Beccamarins como siempre un gusto leer tus análisis :3Es correcto de ambos lados allá donde están Vegeta y Kale se tejen alianzas lo mismo que va pasando del lado de Bulma. Diste en el clavo pobre Chard el no tiene la culpa y sin embargo tienes Razón Trunks tampoco lo está pasando muy bien, son bebés y los traen en entrenamientos exhaustivos para su edad.Tus teorías son muy interesantes, veamos qué pasa con Sekket (ese príncipe me altera por que es guapo e inteligente) veamos qué pasa cuando Vegeta vea que alguien pudiera querer comerle el mandado.Acertado tu comment de Kale ganándose a Tarble, esperemos Bulmita tenga oportunidad cuando lo conozca.
Belén.b189: Sería fantástico eso que comentas, te imaginas queSuzuke apoyará a Bulma, veamos qué pasa. De Tarble, de acuerdo contigo quisiera que conociera ya a Bulma antes de que la bruja de Kale siga envenenándolo más :(. Ahh Sekket es un muy buen personaje veamos que trae el consigo. Desde ya te digo que el me cae muy bien ;)
¡Nos leemos el otro miércoles!
