Harry Potter pertenece a JK Rowling.

Star Wars pertenece a George Lucas (y a Disney)

Harén de Harry.

HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.

SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.

Star Wars: El Ataque de los Clones

Hay inquietud en el Senado Galáctico.

Varios miles de sistemas Solares han declarado sus intenciones de abandonar la República...

El movimiento separatista, bajo el liderazgo del misterioso Conde Dooku, han hecho difícil que el número limitado de Caballeros Jedi mantengan la paz y el orden en la galaxia.

La Senadora Amidala, la ex reina de Naboo va a regresar al Senado Galáctico para volar sobre la cuestión crítica de formar un EJÉRCITO DE LA REPÚBILICA para ayudar a los abrumados Jedi...

Capítulo 69

― ¡Vaya, Harry! ―decía Sheda, mientras bloqueaba, con su sable de luz azul, un intento del sable negro de su Padawan, por cortarla en dos. ― ¡Has avanzado mucho en la esgrima, tu forma V avanza a pasos agigantados, a mi forma II se le dificulta bloquearte! ―eran las palabras orgullosas de la Arkaniana. Ambos desactivaron sus sables de luz.

―Noté ciertos... toques de la forma III, de vez en cuando, maestra.

―Continuemos entonces, mi querido Padawan. ―Dio un empuje con La Fuerza a su alumno, quien voló por los aires, pero gracias a La Fuerza, giró y cayó de pie, ambos presionaron, y se movieron hacía atrás, a pesar de no querer moverse.

Se miraron fijamente, antes de lanzarse de frente,

Sheda aturdió con La Fuerza a Harry, quien recibió un golpe en el abdomen, haciéndolo gruñir.

Harry lanzó un grito de la Fuerza, aturdiendo a su maestra, corriendo hacia ella, saltando por encima, agarrándola del cuello, y haciéndola caer al suelo.

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Anakin Skywalker, estaba en la biblioteca, revisando algunas crónicas de antiguas batallas, que fueron emprendidas por Jedis de otras épocas, como, por ejemplo: De los tiempos de Las Guerras de la Fuerza, un evento ocurrido siete siglos, antes de la fundación de la Republica Galáctica. Fue considerado, como uno de los primeros conflictos de usuarios de la Fuerza Luminosa (en aquella época llamada Ashla) y Oscura (en aquella época llamada Bogan), cuando la orden aun llevaba el nombre de Orden Je'daii, cuando la orden usaba ambas fuerzas. Y a eso, le siguió la guerra contra el Imperio Infinito, de los Rakata.

Dirigir mis investigaciones, hacía la Fuerza Luminosa es fácil. ―Pensó Anakin, antes de mirar a la bibliotecaria Jocasta Nu. ―Pero imposible, rebuscar sobre la Fuerza Oscura. ―Anakin se sobresaltó, cuando una mano se posó en su hombro, al girarse vio a su maestro: Qui-Gon Jinn.

―Anakin, tenemos una misión en Ansion ―dijo Qui-Gon Jinn. ―Hay un Bloqueo Separatista.

―Entendido, maestro ―dijo Anakin, mientras se ponía de pie, dejaba su libro de historia, en un carrito y se retiraba junto al hombre.

―Esperamos un Bloqueo Separatista, y tener mucha resistencia. Por esto mismo, Obi-Wan y su Padawan, nos acompañarán. ―Dijo Qui-Gon Jinn.

Al lado de Obi-Wan, quien tenía el cabello largo hasta la nuca, y llevaba una túnica color beige, caminaba una joven Bothan de rasgos felinos y orejas ligeramente alargadas, que apuntaban hacía arriba, de pelaje corporal negro, tenía un par de pendientes en su oreja derecha y una túnica Jedi totalmente blanca.

(N/A: Imaginen una chica gata, y como la he descrito allí)

Pronto, estaban los cuatro en una nave, y de camino a su destino.

―En serio: le agradezco mucho, el haberme elegido como su Padawan, maestro Kenobi ―volvió a decir la chica.

―Aun, no nos has dicho tu nombre ―dijo el joven de cabello castaño. ―Anakin Skywalker.

―Soy Lin Bwi'kat.

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En otro lugar, la senadora Padme Amidala, estaba ante un holo-disco, miraba la figura holográfica ante ella: Un soldado de blanca armadura, y dos barras, una azul y una roja.

Se estaba realizando una votación senatorial, sobre si la Republica debía de tener o no, un ejército oficial. Le molestaba mucho, el hecho de que tantos colegas suyos, no votaran por lo mejor para la república, en vista de la guerra contra los Separatistas, sino que estaban votando a favor de lo que significaría para su economía personal. Eso la hacía enfadar.

Su corazón estaba dividido.

Y su deber también.

Ella representaba a Naboo y su planeta jamás desearía la guerra.

Pero ella, se había enamorado hace ya casi diez años de un joven Padawan, y ser un Padawan significaba ser un Jedi.

Ser un Jedi, significaba ser un soldado en un ejército.

Incluso cuando el ejército Jedi, buscaba y luchaba por la paz.

Pero una guerra estaba tocando a sus puertas, y los droides separatistas, estaban siendo en esos momentos, ensamblados por montones, y estaban siendo ya transportados.

No había forma alguna, de que los Jedi pudieran hacer frente a tantos enemigos, a tantos nuevos modelos de droides, que se estaban preparando (o eso decían los rumores), los droides de serie 01, eran los más simples. Incluso el ejército Gungan, había logrado derrotarlos.

El problema, eran los supuestos droides de series 02, 03 y 04, de los cuales tenían poca o nula información, pero todo parecía apuntar, a que habían estado desarrollando modelos aún más mortíferos, a lo largo de esa década.

El actual acuerdo del Conde Dooku... ¿es acaso seguridad, lo que quiere el Virrey Gunray?, ¿o solo está buscando el lado, que más pueda mantenerlo a salvo?, ¿o la Federación, podrá ofrecer a los Separatistas... más control, sobre algunos sistemas, a los cuales la Republica, no suele llegar? ―se preguntaba Padme. El hecho de no tener respuestas, solo parecía empeorarlo todo, para ella. ― ¿Y si el Conde Dooku, le ha ofrecido algún mercado lucrativo, como por ejemplo el control de armas, en el Mercado Negro?, ¿o la construcción y distribución de droides?, ¿o naves y rutas de comercio? ―entre más lo pensaba, peor se ponía todo. ― ¡Maldición! ―Gruñó frustrada, por no poder hacer nada.

Una hora después, estaba la Senadora Amidala, en el interior de una nave Caza, mientras que su piloto rápidamente surcaba los aero-caminos, de Coruscant, siguiendo a otras naves Caza. Transportaban a una pacifista, a una mujer que, en ningún momento, llegaría a apoyar la guerra. Eso la convertía en un blanco de los grupos belicistas del Senado.

Afortunadamente, llegaron a su objetivo, sin contratiempos.

La Senadora Amidala, descendió del transporte, después de que lo hicieran un grupo de guardaespaldas, fuertemente armados. Llevaba un vestido negro, con detalles blancos y perlas doradas, y un intrincado, pero bello vestido. Un minuto después, la nave que transportaba, hace menos de un minuto a la Senadora Amidala, explotó y tanto ella, como sus guardaespaldas acabaron en el suelo.

El atentado, ya fuera Separatista o de los Senadores Bélicos, había fracasado.

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El planeta Ansion, era uno de grandes llanuras, y ocultar aquella fábrica de Droides y Naves Separatistas, no era nada fácil.

―Síganme ―fue todo cuanto dijo Qui-Gon, y los tres jóvenes asintieron. Aun no desplegaban sus Sables de Luz. No hasta estar más cerca de sus enemigos, y el acercamiento fue agónicamente lento, para dos jóvenes Padawans, como Anakin y Lin.

― ¡Intrusos! ―alertó un Droide.

Destruirlo, no hizo ninguna diferencia, rápidamente, se estaban desplegando más droides de batalla 01, y pronto llegaron las series 02, los cuales eran más robustos físicamente y tenían brazaletes laser, para atacar.

Eso los hizo ponerse a la defensiva, teniendo que bloquear y devolver los disparos, de sus enemigos, hasta que una alarma comenzó a sonar, y tanques separatistas, y naves, comenzaron a ir en su dirección.

Anakin y su maestro Qui-Gon, arrojaron sus sables de luz, los cuales fueron girando en el aire, mientras que usaban el Empuje de la Fuerza, para causar abolladuras en los tanques, o para atraer las naves a tierra firme, y permitir que se destruyeran.

― ¡Si hubiera humanos en las naves o tanques, me preocuparía! ―dijo Obi-Wan a su nueva Padawan, quien enseñó una sonrisa.

La chica enseñó una sonrisa, solo para soltar un grito de susto, y bloquear el disparo de un droide, y devolverlo, acabando con la vida del droide, pronto los droides parecían rodearlos.

―Rayos ―gruñó Anakin, bloqueando otro ataque de un enemigo, antes de agacharse, tocar el suelo, y hacer que los altos prados de Ansion, adquirieran la dureza del metal, crecieran aún más, y comenzaran a cortar o atravesar, a los droides, los cuales parecían no acabarse. ― ¿No son demasiados, maestro? ―el joven, comenzaba a preocuparse, mientras revotaba el disparo de un droide, hacía otro.

―Sí Anakin, creo que tendremos que enfocar nuestros esfuerzos, en destruir la fábrica ―dijo Qui Gon, mientras balanceaba su sable de luz, y desviaba dos disparos droides, contra ellos mismos. Usando La Fuerza, levantó dos blaster droides y comenzó a disparar a los droides.

Anakin sonrío e imitó a su maestro, mientras que Obi-Wan y Lin, desviaban los disparos droides.

Los cuatro comenzaron a avanzar, hacía la base enemiga.

― ¿Hay algo que necesitemos de la base, maestro? ―preguntó Anakin.

―No. Solo necesitamos destruirla, ¿Por qué? ―preguntó Qui-Gon.

Anakin se concentró, y juntó sus manos, dejando un pequeño espacio entre ambas. El lado Oscuro, comenzaba a aflorar en Anakin, volviendo sus ojos color miel, mientras que una esfera de llamas escarlatas y negras, comenzaba a aparecer entre sus manos, elevó sus brazos, y comenzó a separar sus brazos, lentamente, mientras la esfera se iba haciendo cada vez más y más grande, antes de arrojarla contra la base enemiga.

―Sujétense ―ordenó Obi-Wan, mientras tocaba el suelo. Al ver lo que planeaba su ex-Padawan, Qui-Gon se agachó y también tocó con sus manos el suelo, hicieron temblar la tierra, mientras que las criaturas comenzaban a correr, y el suelo vibraba cada vez más, y más, hasta que Anakin y Lin, acabaron en el suelo, adoloridos, pero presenciaron, como la base se vino encima y fue destruida por completo, completando el trabajo de la llama. ―Tu madre te enseñó a hacer esa esfera de fuego, ¿verdad, Anakin?

―Sí. Fue ella. ―Corroboró Anakin, pensando en su otra madre Jeena Rish. Darth Shagra.

Con la base destruida, era momento de volver.

Personalmente, Anakin tenía un motivo para regresar: Padme Amidala, hace ya muchos años, que no veía a su querida amiga.