Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.

Ya no, lo siento tu hora pasó ya no te deseo entiéndelo. Ya no, palabra lo puedes creer no tenemos nada, nada que ver. Ya no, seguro tu faz se borró si alguna vez fui tuya olvídalo. Ya no, en serio tu tren se perdió todo se ha acabado entre tú y yo... — Ya no, Lucero

A partir del casi funesto acto que casi se había perpetuado, se había estado levantando todas las noches por culpa de las pesadillas constantes que tenía.

No era su culpa, le costaba aún cerrar los ojos y caer en la inconsciencia pues cada noche que lo hacía, acechando entre las sombras de ese estado onírico estaba aquel demonio que quería mancillarla, destruirla, inyectado con sus ojos rojos y aliento alcohólico.

Bulma se sentó aun con la respiración agitada en su cama, al abrir los ojos trato de calmar su pulso.

— Sólo fue una pesadilla — Se auto convencía —Nada es real, ¡Supéralo ya Bulma! — la frustración se reflejaba en sus palabras. Necesitaba dejarlo atrás.

—Voy a estar a salvo, ese infeliz no volverá a tocarme ni a hallarme desprevenida— Se levantó a paso tambaleante, no había tenido una buena noche de sueño en demasiados días. Prácticamente ese día no había dormido casi nada.

«¿De verdad estaré a salvo?»

Suspiró resignada, no había mucho que pudiera hacer. Aún era de madrugada, el sol anaranjado que alumbraba ese rojizo planeta, tardaría algunas horas en aparecer, y la noche cubría con su manto negro todo; puesto que ningún satélite natural acompañaba a ese planeta.

Sin luna, no existía riesgos de Ozarus descontrolados por parte de los saiyajines que no eran de clase alta. No podía salir al laboratorio a trabajar, no sin protección, pero sabía que no podría volver a conciliar el sueño, suspiró.

«Algún dia saldré de aquí...»

Ya eran menos frecuentes las pesadillas, pero todavía la acechaban; al menos había logrado tener una relación más fraternal con Radditz y Nappa.

Después de lo que sucedió había comprobado que ellos dos la respetaban y se esmeraban en tratar de hacerla sentir segura, tenía plena certeza que evitarían que algo así volviera a pasar.

Vegeta había informado a Nappa, justo el día en que debería de llegar, que se retrasarían dos semanas más, pues aprovecharon en pasar a recolectar ciertos materiales raros que se localizaban en planetas inhóspitos que se hallaban en su camino de regreso a la base.

Hacía dos días habían confirmado ya por fin que llegarían pronto.

«Mañana regresa Vegeta con su "familia", ¿Debería hacerle caso a Nappa y Caulifla y dejar que le digan lo de Paragus?»

La peliazul estaba en un constante conflicto interno, la insistencia de Caulifla casi la llevó a ceder y avisarle a Vegeta, pero las cosas habían mejorado tanto con los demás saiyajines y ella tenía miedo a que se alejaran de ella si el príncipe saiyajin los castigaba, porque su orden había sido "desobedecida".

Conocía bien a Vegeta y sabía que no pasaría por alto una omisión a sus órdenes, aunque sea por orgullo los castigaría y su enojo no solo sería contra Paragus, ella tenía miedo por el resto de los saiyans, los necesitaba desesperadamente de su lado. A su mente nuevamente le llegó la pregunta ¿Sería capaz de decirle al peliflama?

«No, no lo haré, no hay nada que cambie lo que pasó, necesito a los demás saiyans conmigo»

Además, con la casi tragedia que había ocurrido había sido imposible para ella poder hacer contacto. Ahora más que nunca Nappa, Radditz y Caulifla se turnaban para cuidarla, por lo que no la dejaban ni a sol ni a sombra sola, lo cual la limitaba. Necesitaba más tiempo para llevar a cabo su plan.

Suspiró, no había de otra, su decisión había sido tomada, ahora debía rezar porque su apuesta por quedarse callada fuera la mejor estrategia...

El regreso al planeta por parte de la familia real era algo que estaban todos ansiando por diferentes motivos: Kale para ver a Paragus, el pequeño Chard para poder tener un respiro de su exigente padre, quien le imponía con su presencia y al que por más que quería no lograba impresionar. Además, aunque él no quería le temía. No entendía por qué su papá no podía ser menos exigente y más amable como Paragus, el maestro de su madre.

Tooma quería regresar para poder tener un poco de calma, alejado de la familia real y de sus problemas. Tarble para conocer por fin la nueva sede del imperio que estaban erigiendo y Vegeta, porque a pesar de lo que dijera deseaba desesperadamente escuchar la infantil risa de Trunks y poder perderse en las profundidades marinas de esos ojos celestes de la mujer que día a día lo atormentaba en sus sueños.

Al descender de la nave notaron con agrado que todos estaban ahí esperándolos. Sin embargo, una molestia se removió dentro del peliflama al no ver presente en dicho recibimiento ni a ella ni al pequeño Trunks.

Solo estaban ahí los demás saiyajines, supuso que ella estaba en el laboratorio enfrascada en algún nuevo invento.

—Aprovechando que todos están reunidos, deben saber que Tarble mi hermano menor, sobrevivió y se unirá a nosotros.

Todos los saiyans se inclinaron en forma de respeto, todos sabían que la presentación era mera cortesía, al final de cuentas Vegeta no les preguntaría si estaban de acuerdo o no, simplemente tomaría las decisiones oportunas para él.

Los saiyajines lo miraron con curiosidad, a pesar de ser un saiyajin noble y de carácter más amable que su hermano mayor, era tremendamente parecido a éste y quién lo conocía por primera vez se sentía intimidado ante la profunda, obscura y penetrante mirada, bastante parecida a la del príncipe mayor.

Vegeta les dio una mirada de diversión antes de añadir ... — Además... llegará mañana otra nave con 4 saiyajines más — Esta noticia impactó a todos.

Toteppo y Caulifla miraron expectantes hacia Tooma, ya tendrían tiempo de bombardearlo con preguntas. El muy ladino no les había dicho nada.

Una vez acabado el recibimiento, el príncipe se fue con Nappa para recibir los informes y avances que existían a sus proyectos, el resto de los saiyajines se dispersó.

—...Y es ese el estatus actual de todo Vegeta— Nappa vió con suspicacia a su príncipe, a pesar de parecer que estaba poniéndole atención, él lo conocía y sabía que el otro saiyan estaba en este momento lejos de escuchar lo que le reportaba.

La mirada distante y el ceño fruncido le corroboraban esto.

—¿Pasa algo?- Preguntó dudoso Nappa. Vegeta lo miró un largo momento antes de preguntar.

—¿Hay algún incidente que reportar? — La voz del saiyan era suave, tranquila. Sin embargo, la pregunta desbalanceó a Nappa quien temeroso no sabía qué contestar.

«No es posible, no podría saberlo...»

Con cautela Nappa preguntó.

—¿Incidentes? — mientras alzaba una ceja y se hacía el desentendido.

Sabía que era la mejor táctica para usar con Vegeta, un paso en falso y él se daría cuenta de su nerviosismo y lo haría confesar a punta de golpes.

—Sí, incidentes, como por ejemplo si la científica intentó huir o hacer cosas raras, ajenas a lo que se le pidió — acotó el peliflama, dándole una mirada escrutadora al calvo saiyajin

Nappa sintió un alivio inmediato al escuchar a lo que se refería, eso significaba que Vegeta no sabía nada con respecto al "incidente entre Bulma y Paragus".

El saiyan estaba consciente de que le había hecho una promesa a la humana, pero al ver a su príncipe, le costó muchísimo refrenar su lengua para no terminar confesándole la realidad de los hechos.

En vez de eso, solo negó indiferente – Todo en orden Vegeta, la terrícola al parecer se resignó y no ha causado más molestias

Vegeta le dio una largo mirada a Nappa, sabía que él no le mentiría, asintió con la cabeza y decidió enfocarse en el otro ser que estaba constantemente en su mente y pecho con orgullo.

Preguntó por su primogénito — ¿Cómo va el entrenamiento de Trunks? — el calvo saiyajin a pesar de quererse mostrar indiferente no pudo evitar mostrar una sonrisa satisfecha — El cachorro es bastante fuerte para su edad y condición Vegeta, se nota la semilla de donde salió.

—¿Eso significa que te ha retado no? — decía divertido el príncipe saiyajin, bien recordaba él que cuando era pequeño y durante su entrenamiento osaba retar a Nappa y aun cuando este lo castigara se mostraba arrogante sin dejarle ver cuánto le dolían los golpes recibidos en el entrenamiento.

— Si no fuera por el tono del cabello y ojos tan diferente al tuyo, juraría que eres tú Vegeta — Una sonrisa satisfecha de engreído orgullo se mostró en el peliflama sin ser consciente de esta.

— Me imagino lo fuerte que debe ser Chard si Trunks siendo solo mitad saiyan tiene esa fortaleza— decía alegre Nappa. Y aunque el saiyajin entendía que ese era el acto más honroso que pudiera recibir de su actual príncipe, que lo siguiera creyendo capaz como para ponerlo a cargo del entrenamiento del heredero, algo se removió en el corazón del saiyajin

Ese pequeño híbrido pilluelo se había colado en su viejo y duro corazón de guerrero, y le generaba desencanto no poder seguir siendo él quien llevara su entrenamiento. Aun así, pensaba cada que pudiera supervisar a Radditz y el avance del cachorro.

Le encantaba ver la cara de enojo del pequeñín y cómo a pesar de ser tan joven lo retaba. Le recordaba tanto a Vegeta. Por ese motivo trató de sentirse feliz por su nueva asignación. Si la semilla del semisaiyan era tan fuerte, con mayor razón lo sería el pequeño saiyan de raza pura.

—Sin duda Chard será fuerte, pero ahora mismo su nivel no está donde debería — Una mueca se instaló en el apuesto rostro del peliflama. —Aun así confío que podrá en breve superar el nivel de Trunks — Añadió con tono indiferente el saiyajin.

Esto sorprendió a Nappa pues para él no cabían dudas Chard debía ser más fuerte que Trunks, y aun cuando se le hizo raro esa críptica información dada por su príncipe, decidió comenzar al día siguiente con el entrenamiento del pequeño para evaluarlo correctamente.

Vegeta estaba por retirarse cuando recordó el tema de su hermano — Por cierto Nappa, el nivel de Tarble no es el propio de la realeza y tú lo sabes, estarás a cargo de ponerlo en forma también.

Nappa solo hizo una reverencia — Cómo ordenes Vegeta — Y con eso el peliflama salió con rumbo a la nave, para esperar dentro de esta cuando la científica llegara.

Decidió esperarla en el cuarto que siempre usaban juntos. Se bañó, y se acostó en la cama, gratamente olía a ella, se sonrió a sí mismo. A pesar de saber que se hallaba en una nave que debía ser de uso temporal, se sentía como el lugar correcto donde realmente debía estar.

Y se sintió así por la presencia constante de olores de la mujer y de su crío. El estar rodeado de su aroma se sentía natural, se sentía correcto, sin decir nada más lo supo, había regresado a casa.

Ese pensamiento lleno de ellos, le permitió tener una siesta relajante, al dormir rodeado de la esencia de esa frágil hembra...

— Anda dinos quienes son esos saiyajines de los que habló Vegeta — Caulifla acorraló a Tooma mientras intentaba obtener más información. El pobre saiyajin estaba tan cansado que solo quería llegar a su habitación y descansar.

— Te diré todo después de dormir... — Trató de sonar razonable con la saiyan. Ella que ya lo conocía simplemente decidió que lo mejor es que de una vez le dijera las cosas.

—¡Tottepo que no se vaya! — fue lo que alegre dijo mientras el otro saiyan detenía el avance de Tooma.

—¡Ay ya dinos! Y te dejaremos en paz una semana — intentó la guerrera tentar al saiyan. A Tooma le brillaron los ojos, pero se aseguraría de sacar más provecho. —Un año sin burlas de tu parte — La guerrera ofendida porque quisiera abusar de su generosidad decidió presionarlo.

— O me dices Tooma o me aseguraré de contar las cosas vergonzosas que has hecho, a esos saiyajines cuando lleguen.

Cansado la miró, sabía que la saiyan era capaz de hacer semejante tontería así que decidió decirle lo que querían, solo quería descansar... — 2 machos y 2 hembras, solo sé el nombre de uno de ellos Kyabe, hablaron con Tarble, no sé nada más...

Ese día cuando Bulma regresó a la nave, era más tarde de lo usual, se entretuvo revisando con Nappa y Radditz el avance de su pequeño, puesto que ahora que había vuelto la "familia real", el calvo saiyajin estaría ocupado entrenando al "heredero" así que ella se aseguró lo mejor que pudo de captar las lecciones que Nappa le dio a Radditz con respecto al futuro entrenamiento del pequeño Trunks.

Así que, después de terminar sus labores en el laboratorio, había pasado tiempo con los saiyajines en el área de entrenamiento revisando como serían las próximas lecciones de su hijo. Mientras Nappa jugaba con Trunks, Radditz se acercó tímidamente a ella.

El saiyan de larga cabellera no quería aceptarlo ni a él ni a los demás, pero le encantaba la forma en como la fémina terrestre lo regañaba y amonestaba, había algo en la hembra que le hacía querer tener cada vez más y más de su atención.

Además, aunque no lo reconociera a nadie ni siquiera él mismo, se sentía incómodo con el hecho del regreso de la familia real, hasta ahora sin Vegeta presente había estado junto con Nappa atento a la seguridad de la hembra, lo cual le había dado la oportunidad de estar cerca de ella sin que se viera sospechoso.

De tan solo pensar que el príncipe tenía derecho de yacer con esa delicia de mujer que era prohibida para todos, lo volvía loco. Moría de ganas, no por tomarla a la fuerza, deseaba poder yacer con ella y disfrutar de su cuerpo y hacerla disfrutar. Ese sentimiento lo perturbaba, jamás le importó pensar en el disfrute y goce de las hembras, ¿porque el de ella si importaba?

Aprovechando que Nappa estaba con el crío se acercó a ella. —Entonces, ahora que vuelve el príncipe ... ¿Ya no nos hablarás? — Trató de sonar indiferente, la científica solo le dio una mirada divertida antes de decirle en tono juguetón.

—Awww Raddtiz ¿No me digas que tienes celos? Lo sé soy hermosa, pero hay Bulma para todos chicos — mientras vanidosa le guiñaba el ojo y se reía descaradamente del saiyajin.

El saiyan al notar la burla descarada de ella, torció los ojos al cielo, al menos le alegraba que había podido recuperar su sentido del humor después del horror vivido. Aunque definitivamente no le hacía feliz que lo usara contra él.

Puso su mejor sonrisa arrogante antes de decir—Ya quisieras humana, sé que mueres por fornicar conmigo...

Bulma agradecía que no la trataran diferente, como

Si fuera de cristal y fuera a romperse. En ese aspecto no hubiera soportado que fueran demasiado amables, sabría que solo sería lástima. En lugar de eso seguían molestándola en forma juguetona como siempre.

—Ja, ja, ja, ja Qué gracioso eres Radditz, ¿Insinúas acaso que eres mejor que tu príncipe? — La peliazul estaba divertida, si él pensaba que esa fachada la intimidaba no sabía lo desvergonzada que ella podía llegar a ser, mientras se seguía riendo de él.

Radditz malhumorado por las bromas de la fémina solo movió la cabeza en forma negativa antes de murmurar entre dientes —Eres insoportable humana...

Aun más divertida por la molestia del saiyan, se acercó a él para decirle en tono bajo —Lo sé... Pero así te gusto — Para luego guiñarle el ojo y alejarse alegre e ir por Trunks quien seguía jugando con Nappa.

Mientras dejaba a un Radditz malhumorado y sonrojado. Sabía que ella jugaba, que solo quería molestarlo pero eso no evitaba que su cuerpo reaccionara sonrojándose violentamente de sólo pensar que ella de verdad notara esa predilección por pasar más tiempo a su lado de lo habitual.

La ojiazul estaba cansada, la espalda le dolía a horrores, además de que sentía el peso de la falta de sueño de las últimas noches por las múltiples pesadillas que había tenido. Una vez en la nave, puso el campo de fuerza tan pronto Nappa desapareció de su vista.

Se encaminó a darle de cenar a su pequeño hijo, ¡Qué orgullosa se sentía de él! El pequeño niño no se quejaba por muy duros que fueran sus entrenamientos. Los cuáles solo duraban mediodía, puesto que la primera parte de la mañana ella se encargaba de desarrollar la inteligencia de su pequeño por medio de entrenamientos lógicos adecuados a la edad de Trunks.

Después de que cenaron, fue a llevarlo a que se bañara, aprovechó para acostarlo a dormir, estaba cansadísima. Ese día en especial habia sido duro, pero al menos no había visto a Vegeta. A pesar de entender que ellos ya no significaban nada para él, eso no quitaba lo doloroso al asunto, era una espina clavada en su corazón.

Le dolía saber que ni ella ni su hijo habían sido suficiente y que le generaban tanta vergüenza al príncipe como para procrear un hijo con otra, una saiyajin a la cual poder presentar como su mujer.

Últimamente ya no lloraba, sin embargo, el saber que él ya había regresado le traía el dolor de vuelta... sintió una solitaria lágrima traicionera escurrirse por su mejilla, se limpió la misma y se dirigió rumbo a su cuarto.

Al llegar se quedó fría al verlo ahí dormido, como si estuviera esperándola, como antes. Por un momento su corazón traicionero latió furiosamente al verlo, con emoción.

Ahí estaba el hombre que ella buscaba en sueños, al que invocaba para protegerla en sus pesadillas.

Ahí estaba aquel que ocupaba todos y cada uno de sus pensamientos, y al que volvía cada vez en forma inalienable.

No quería mover un solo músculo, por temor a que fuera solo una ilusión y que de pronto se desvaneciera ante sus ojos.

Viéndolo ahí dormido, parecía casi indefenso, tan diferente al guerrero furioso, embravecido y arrogante que se mostraba victorioso a todo el mundo.

Tenía la certeza que no era un sueño, para su desgracia era la realidad. Respiró profundamente y se quitó esas imágenes de antaño de la cabeza y decidió enfrentarlo.

— ¿Príncipe qué hace aquí? — fue la simple pregunta que la ojiazul hizo. Vegeta despertó en ese momento, frunció el ceño; se sentía desorientado. No entendía cómo no había sentido a qué hora ella había ingresado, definitivamente venía demasiado cansado del viaje donde casi no pudo dormir.

Al verla sus ojos se iluminaron alegres y la miró con aquella mirada juguetona y arrogante que solía darle y se levantó para acercarse a su encuentro, se sentía dichoso de verla de nuevo.

—Mujer... — fue todo lo que dijo antes de acercarse rápidamente a ella. Sus manos envolvieron con vehemencia a tan perfecta cintura, tan frágil y exquisita como siempre; ese dulce y delicado cuerpo encajaba perfecto entre sus fuertes brazos. Acercó su nariz al cuello de la fémina e inhaló profundamente, llenando sus pulmones de tan delicioso aroma.

Sus pupilas gustativas salivaron de lo delicioso y relajante que era, todos sus sentidos se activaron, y su cola demandante se enrolló en una de las piernas de la mujer, tenía tanto que no la tenía así que, sentía sus manos temblar de la emoción y empezaba a saborear de antemano el delicioso sabor que tendría el beso arrebatador que pensaba darle antes de perderse en ella.

De pronto, algo que jamás había pasado antes ocurrió. Al rodear su delicada cintura de inmediato sintió como ella se congelaba en su lugar, sintió el rechazo de su cuerpo. La sorpresa en la cara de ella y, como si de una de sus pesadillas se tratase, vio esa azul mirada transformarse en severa y que ahora con disgusto lo rechazaba.

— ¿Qué cree que hace majestad? — fue el reproche ante su conducta que recibió, mientras ella se separaba rápidamente de él. Aún confuso no entendía porque se comportaba así la ojiazul.

— ¿Sigues molesta conmigo? — fue lo que el saiyajin dijo titubeante, desconcertado. Sabía que era probable que ella siguiera enojada pero tan pronto pudiera explicarle todo, ella seguramente entendería, había pasado largo tiempo y estaba seguro que ella sentía la misma necesidad de él de estar juntos, de poseerse mutuamente, de perderse en los ojos del otro.

No dudó ni por un momento que tan pronto le explicara que él quería que siguieran juntos como antes; que, en cuanto él reconociera su error en no advertirle, ella aceptaría y podría volver a probar esos dulces labios que venía añorando largo tiempo.

—Bulma yo... — Fue todo lo que alcanzó a decir antes de ser fríamente interrumpido por la peliazul.

— Le pido por favor que no se tome libertades que no le corresponden "alteza". La última vez que hablamos dejó en claro que mis servicios solo eran requeridos como científica. Si no lo ha olvidado jamás acordé ser la prostituta ni la amante de nadie ni siquiera de su majestad.

Fueron las frías palabras con las que ella acabó cualquier intento de acercamiento del príncipe.

Eso, le dolió al peliflama. Pero más le dolió y aterró, el encontrarse de frente con la fría mirada que lo despidió antes de irse y que lo había estado cazando en sus constantes pesadillas noche a noche.

Esa fría mirada seguía ahí, esos ojos ya no refulgían al verlo, la mirada de amor ya no estaba, solo había vacío, ni odio ni tristeza; solo era fría como el hielo, la indiferencia encontrada en esos ojos azules era aplastante.

Vegeta lo intentó de nuevo, sabía que ella debía estar furiosa, aunque la indiferencia mostrada lo hacía dudar en más de un sentido, pues no lucía como una mujer despechada, y dolida sino como alguien ajeno completamente a tener sentimientos por él.

— Mujer, déjame explicarte, lo que pasó cuando llegamos aquí fue... — Y no pudo seguir diciendo nada más, pues la ojiazul imparable siguió hablando como si jamás hubiera sido interrumpida por él.

—¿Es por eso que estoy aquí, para ser la científica personal de su majestad, cierto? — volvió a atacar implacable.

— Mi hijo solo fue una forma de asegurarse que al ser yo de una ¿Cómo dijo? Ah, si... De una patética raza sentimental, tendría como garantizar el mantenerme leal a usted "majestad". Bueno le he prometido que cumpliré con mi deber, pero calentar su cama no está dentro de mis funciones si me permite deseo descansar; su cuarto junto con el de Kale están dentro de la base.

Bulma abrió la puerta de su cuarto mostrándole el camino de salida al saiyan.

Y de esa forma ella acabó con todo intento del príncipe de poder hablar y explicarse. Fue un corte frío y certero que lo dejó congelado.

Por primera vez el príncipe saiyajin no supo que decir, sintió su orgullo herido, sintiendo que la furia subía por la forma nada amable con que la mujer lo había tratado. Aun así, no le iba a dejar notar cómo sus palabras lo alteraron, puso en su cara la máscara de indiferencia, y solo dijo:

— Cómo quieras, terrícola, simplemente quise ser cortés contigo. Si lo que quieres es que no forniquemos nuevamente, me da igual. — Fue esa la fría e indiferente respuesta que se obligó a dar antes de salir de la nave.

Sentía una opresión en el pecho, lo que le dolía no era que ella siguiera molesta, él se lo merecía después de todo, sino la forma tan fría e indiferente de tratarlo como si a ella no le importase nada.

Mientras estuvo de viaje lo estuvo meditando y cayó en cuenta que la forma en cómo se dieron las cosas no fue lo mejor. Quería verla y explicarle las cosas, pero ahora que estuvieron frente a frente, al ver en esa mirada el vacío, la ausencia de sentimiento alguno: no había amor, ni dolor, ni odio. Eso fue lo que lo dejó fuera de combate, no supo cómo manejarlo.

Podía soportar y convivir con su odio pero no con el vacío, no con la indiferencia. Quiso pensar que tal vez estaba muy cansado y necesitaba solo descansar, que necesitaba darle más días para que se tranquilizara y pudieran hablar. Aun así, no aceptaría ni así mismo lo mucho que le afectó la actitud de la mujer.

—Tsk — fue todo lo que rumió entre dientes.

Tan pronto salió de la nave indignado, vio que ella puso el escudo protector, hecho que lo golpeó como una realidad. Pero lejos de hacerlo entender todo el daño que había generado en ella. Su orgullo le hizo ver que eso pasaba por dar tanta importancia a la hembra.

Que patético se había vuelto, no era más que una mujer sin importancia, sintió la bilis en la boca, estaba furioso, él era quien debía despreciarla y ella correr a buscar su amor. Ella no iba a tratarlo así.

Bien, ella quería jugar ese juego, le enseñaría que con él no se jugaba, la terrícola aprendería pronto su lugar. Quería indiferencia, entonces él se portaría más indiferente.

«Esa maldita humana solo está enojada, ¡Se atreve a tratarme así! Cuando le iba a permitir estar a mi lado, si quiere estar sola eso tendrá: Soledad. ¡Ya vendrá a suplicar que vuelva a tomarla!»

Cuando ella notara su falta de interés, volvería como hacía cada vez. La humana quería jugar ese juego... pues aprendería a no querer hacerse la lista con el príncipe saiyajin. Con las manos aun en puños fuertemente apretados y el enojo latente por la humillación sufrida, se fue a su habitación y se encerró para poder dormir por ratos...

Bulma estaba recargada contra la pared de la puerta principal de la nave, sus piernas temblaban y no la pudieron sostener más, se dejó caer al piso. Aún seguía alterada por el encuentro inesperado con Vegeta.

¿Qué hacía él en su habitación?

—Seguramente sólo venía a burlarse de mí, ¿Tan tonta me cree para volver a creerle?

Además cuando sintió el abrazo que ella no esperaba, su cuerpo se crispó. Aun era pronto para dejar que alguien se le acercara tanto. Incluído él, aunque después de la conmoción inicial, al sentir sus fuertes brazos rodearla, al inhalar el aroma varonil del hombre, dejó de sentirse amenazada se sintió a salvo entre los brazos del saiyan.

Por más que quiso negarlo ese firme abrazo la volvía loca. Necesitaba estar alejada de él. ¡Kami! Casi cedió a sus instintos al sentirlo rodearla.

Era tan natural el gesto, que le costó todo su autocontrol no dejarse embaucar, no dejarse llevar por la falsa sensación de seguridad que él le ofrecía. Era un espejismo que aguardaba una trampa mortal.

Y su corazón no estaba para aguantar más golpes.

—Kami, es el primer día— lanzó un suspiro mientras se cubría la cara con las palmas de sus manos.

La científica había sido siempre muy inteligente, sin embargo en cuestiones del amor sabía que la inteligencia la abandonaba.

Quería grabarse a fuego en su mente y su corazón que él no la amaba y que si lo hizo en algún momento decidió dejarlos de lado y hacer una nueva y mejor familia para él.

Pero era difícil, tan solo cuando lo vio su corazón latió con fuerza, ¿Cómo no iba a pasarle eso? Era el único hombre que en toda su vida con tan solo mirarla le hacia flaquear sus piernas y su voluntad.

Le costó cada onza de su voluntad no caer bajo el asedio de esos ojos color ónix que la invitaban a dejarse ir de cabeza, a no pensar, a solo sentir.

Pero no podía, no importaba cuan desesperadamente su corazón se violentara y reaccionara ante él, debía refrenarse. Ella lo amaba pero él a ella no, solo la había usado y debía grabárselo con fuego en el corazón y la mente.

Jamás volvería a caer ante él, ella y su hijo escaparían de ese infierno y nada ni nadie los detendría.

Tarble se encontraba ahora descansando en la habitación que le habían asignado en la base. Seguía analizando la interesante conversación que su "cuñada" le había revelado.

Cuando Kale fue a buscarlo le reveló la avergonzante situación en la que ella estaba:

"... - Al poco tiempo que Vegeta y yo decidimos unirnos él se marchó y estuvo fuera un largo tiempo. No volvió hasta que Chard nació.

Tarble se impresionó con lo dicho por su cuñada — ¿El no estuvo contigo durante tu embarazo?

Ella solo negó con la cabeza. El joven príncipe se sorprendió, pues sabía lo complicado que podría ser un embarazo saiyajin.

En la cápusula que viajó al planeta Tech Tech, venía muchísima información para la formación del saiyan y así cuando hiciera su reinserción al planeta Vegita no tuviera problemas por la falta de información de su raza.

—Cuándo regresó por fin, traía consigo a una concubina y no solo eso ... — La cara de Kale se tornó roja por lo que decía, la voz se le quebró como si un dolor fuerte la atravesara.

Notaba la vergüenza que cubría la hermosa cara de la saiyan. La vio buscar las fuerzas para recomponerse y decirle con la voz rota por el dolor — Mientras yo pasaba sola mi embarazo y le dí un heredero por el cuál estar orgulloso, él me trajo a cambio a su amante y al hijo bastardo de ambos.

La cara de Tarble era un poema, una oda a la vergüenza. Se había quedado sin habla. Escandalizado realmente por lo revelado por Kale..."

Él sabía que de seguir existiendo el planeta Vegita una situación así hubiera sido impensable, hubiera escandalizado al palacio entero.

Si bien si el rey así lo deseaba podía tener un harem a su disposición de así requerirlo, ninguno de los reyes anteriores incluido su padre habría hecho uso de este.

Cualquiera de ellos hubiese considerado eso un insulto y deshonra. Y en caso de haberse requerido alguno, las féminas de este o bien deberían ser de razas incompatibles genéticamente o hubieran sido medicadas para evitar el embarazo.

De acuerdo con las leyes del planeta Vegita, estaba estrictamente prohibido que pudieran existir descendientes que no fueran hijos legítimos del rey. Por tanto, le impresionó saber que su hermano no solo tenía uno, sino que aparte era su primogénito.

«Talvez el crío fue concebido antes de que Vegeta decidiera estar con Kale»

Entendía las razones de la consorte real de querer que el híbrido muriera. Pero necesitaría recabar más información para entender la situación y poder hablar con su hermano para que hiciera lo correcto.

Estaba absolutamente de acuerdo con la consorte real, ese crío mestizo representaba un verdadero dolor de cabeza, pero habría que ver todas las aristas del problema para ver cómo lidiar con el mismo.

Cuando decidió seguir a su hermano en esta travesía, dejó la vida que había tenido y todo lo que representaba esta atrás. Estaba absolutamente de acuerdo que ese pequeño vástago bastardo que tenía su hermano podría poner en jaque la tambaleante estabilidad que poco a poco estaban construyendo.

Ciertamente el no era amante de la violencia y creía que podría haber alguna forma de sacar de la ecuación a la concubina y a ese hijo ilegítimo. Por su cabeza pasaban distintos escenarios para poder enviarlos a diversos lugares, todos lejos del nuevo planeta Vegita.

En su mente estaba fuera de discusión dañar a un niño indefenso y a la mujer, por mucho que no los conociera y representaran un grave problema, erradicarlos de la faz del universo era algo que no contemplaría hasta que no hubiera otra opción.

Tarble cerró las manos en puños, estaba molesto.

«¡No voy a dejar que una maldita aventura de cama de Vegeta ponga todo en riesgo!»

Frustrado golpeó el escritorio en su nueva habitación, rompiéndolo.

Había decidido sacrificar mucho por seguir el sueño de ver resurgir a su raza de las cenizas junto a Vegeta, y estaba de acuerdo con Kale; no dejaría que la calentura de su hermano y su predilección sexual por otra hembra llevará el precario orden al caos.

Había convivido poco con su hermano, pero estaba bastante consciente de que no sería fácil que Vegeta aceptara una decisión diferente a lo que él quisiera hacer.

Así que, había que entender el problema de raíz y buscar la forma correcta de hacerle entender ese error fatal, para que aceptara deshacerse del pequeño bastardo y de ser posible de la concubina también...

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Bueno... porfin se volvieron a ver Bulma y Vegeta... ¿Ese tête à tête entre ellos, era lo que esperaban?

¿Que creen que vaya a pasar? Aprovecho para decirles que finalmente logré darme un tiempo para poder entregarles un cap extra esta semana. Lo publicaré el Sábado .

Aprovecho para contestar comentarios:

An. R tendo: Yo también quería que se enterara ya pero al parecer no será así ,( y siii grax Kamisama no logró su cometido Paragus.

Belen.9: Si ahora Bulma está muy frágil en su interior, trata de mantenerse fuerte pero definitivamente seguirá cargando con lo que sucedió, no es fácil para ella. Aunque con todo lo que está pasando ahora intentará canalizar todo a su escape. Lo bueno dentro de lo malo es que debe priorizar y eso le ayudará a no quedarse sumida en el horror de lo que casi pasó. Aprovecho para mandarte un fuerte abrazo y decirte que es loable que puedas hablar abiertamente del pasado, muestra madurez y fortaleza de carácter, lo admiro y respeto bastante. Este cap fue difícil por eso, tuve que hacer uso de vivencias pasadas mías y de otras personas para intentar hacerlo lo más verosímil posible. Gracias x ser como eres Belen, un honor para mi poder saber que el capítulo a pesar de lo fuerte fue de tu agrado y por compartirnos tus vivencias 3

NalleXF: En efecto lo mejor que ha obtenido a sido a baby Trunks. Y si el cap anterior fue ¡Horrible! Pero ahora que ya regreso Vegeta ¿cómo viste ese encuentro?

Beccamarins as always amo tus análisis son buenísimos, tiene muchísima razón en algo: algunos malos se hicieron más malos y otros dejaron de serlo. Y si por seguro cuando Vegeta se entere caerán cabezas, el tema es, ¿Cuándo sucederá? Un enamorado Saiyajin y un posible pretendiente príncipe de otra raza mmm eso se pone interesante no? ;)

XXlalalulu: Primero que todo un abrazo fuerte y mi más sincera admiración, son pocas las personas que abiertamente pueden comentar de su pasado sobre todo cuando hubo abuso y tener esa madurez emocional a la hora de expresarse, mis respetos y me alegra muchísimo saber que a pesar de lo que haya sido el pasado eso no te definió sino te dio más empuje para ser quien eres ahora. Si estaba un poco preocupada por la reacción que ese cal pudiera generar, te soy honesta me costó mucho hacerlo pues usé parte de las vivencias del pasado más vivencias de gente cercana para intentar hacerlo algo verosímil sin excederme y creo el propósito de logró. Agradezco tus comentarios son un placer leerlos 3

Calay: ese dicho tiene toda la razón del mundo y me ha encantado: en efecto lo que no la Mató la hará más fuerte, y eso lo iremos viendo en los próx caps. A mi también me preocupa esa dificultad de convivir con Vegeta y Kale pero veamos qué sucede.

Invitado: Gracias a tu por leer y tomarte el tiempo de dejarme saber que te va gustando el fic :)