Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.
Te gusta ir con unos y con otros y pasas de mí, te olvidas de mí, te la armas bien con todos, menos conmigo. Tus ojos son dos verdes bofetadas y los miro yo y gritan que no y andas por ahí, con todos menos conmigo. He llegado a pensar más de una vez, que burlarte de mí te produce placer... — Con todos menos conmigo, Timbiriche
Al día siguiente Tarble decidió que era momento de conocer a la concubina de su hermano, le generaba demasiada intriga esa situación. Aprovechando que, el príncipe estaría entrenando junto con Kale y Nappa, decidió pedirle a Radditz que lo llevara a conocerla.
Para intentar ahondar en el tema primeramente la noche anterior durante la cena había tratado de hablar con Vegeta.
"... —Sabes hermano, platicando en el día con los demás saiyajines, escuché que aparte de Chard existe otro crío que es hijo tuyo y de una mujer de otra raza... — El joven príncipe dejó la oración inconclusa esperando que su hermano hablara, mientras se llevaba un pedazo de comida a la boca.
Vegeta solo le dio una larga mirada para después continuar comiendo. Sin desanimarse Tarble hizo un nuevo intento — Entonces... ¿Es cierto? —Preguntó suavemente, empujando a su hermano de alguna forma a darle información.
—Tu hermano tiene una zorra de otro planeta a su disposición y a un bastardo, eso hasta yo te lo puedo confirmar — Una mueca despectiva se plantó en Kale por el disgusto de tener que hablar de esa mujer y su vástago durante su cena.
Una fría mirada implacable fue todo lo que Vegeta le dio a Kale, quien a pesar de saber que era su derecho expresarse, no fue capaz de sostenerle la mirada, y para evadir esa penetrante mirada, siguió comiendo —Ella es mi científica Tarble y sí tiene un crío conmigo el cual tiene mucho potencial...— Fue todo lo que dijo Vegeta.
Reconociendo así la existencia del híbrido y de la mujer, pero de esta forma zanjando cualquier intento de retomar la plática..."
Así que, si la mujer era una gran científica, de ser así había un solo lugar donde seguramente la hallaría, por ese motivo era que se dirigía rumbo a los laboratorios para poder conocerla.
El príncipe menor quedó impactado al verla, entendía ahora mejor la situación, solamente con ver a la enigmática y hermosa hembra que estaba frente a él, le causaba una intriga mayor pues era muy parecida físicamente a la raza saiyajin, disimuladamente prendió su rastreador y se dio cuenta de que Kale no mentía, la mujer tenía un nivel de ki risible. Lo cual le confundía e intrigaba más.
Bulma al notar su presencia se turbó bastante. Frente a ella tenía un nuevo saiyajin que no conocía pero que era físicamente casi un clon de Vegeta; el parecido era demasiado y sin embargo, al mirarlo detenidamente había varias diferencias: Si bien la penetrante mirada que parecía traspasar era casi idéntica, la de Vegeta llevaba algo de insondable, salvaje y peligrosa que no tenía la de este saiyajin. Era un poco más delgado y ligeramente más bajo que el padre de su hijo. Fue Radditz quién hizo las presentaciones.
—Bulma este es el príncipe Tarble, el menor de los hijos del fallecido Rey Vegeta y hermano del príncipe Vegeta — Fue la formal presentación.
Ella se quedó perpleja, Vegeta jamás le mencionó nada de tener un hermano y con amargura pensó que al final era solo una prueba más de lo poco que significaba para el saiyajin y de lo mucho que seguramente se divirtió a costas de la ingenua humana que creyó ciegamente en él.
—Mucho gusto príncipe — Dijo en tono formal la aun pasmada ojiazul.
— El gusto es mío, por favor solo dime Tarble — La voz y la mirada, aunque similares a las del padre de su hijo transmitían calidez haciéndolo menos imponente que su hermano.
—Radditz, necesito hablar a solas con ella, te importaría que tú y Suzuke se retiren para dejarnos solos ¿Por favor?
El saiyan de larga cabellera lo miró perplejo, a pesar de saber que la pregunta era solo retórica y que era en si un mandato absoluto, se sentía reacio a cumplir la orden, pero sabía que no había forma de desobedecer al hermano menor de Vegeta.
—Como ordenes Tarble, Suzuke acompañame —fue todo lo que el hermano de Gokú dijo.
A pesar de no sentir un aura amenazadora por parte de Tarble, después de lo que vivió a manos de Paragus, Bulma no confiaba en nadie solo porque sí, así que decidió mantener a su hijo alejado de él hasta no conocerlo más.
—Espera Radditz, antes de irte, ¿Te importaría empezar un poco antes el entrenamiento con Trunks?
Aun reacio, pero sin tener más opciones el saiyan confirmó moviendo su cabeza positivamente.
Fue en ese momento donde la científica buscó al pequeño en el cuarto anexo que tenía el laboratorio que ella había transformado en una habitación de juegos para su hijo y donde justamente ahora Trunks jugaba tranquilamente. Tarble quedó impactado al ver al niño.
Si bien distaba mucho de tener la apariencia por lo general propia de un saiyajin, le impresionó el parecido que el pequeño tenía con su hermano. Tan pronto Trunks reparó en la presencia del extraño, lo miró con una mirada desconfiada y retadora, muy característica de Vegeta.
Un escalofrío recorrió la espina dorsal del príncipe menor, al recibir una calculadora mirada escrutadora del crío, quién entrecerraba los ojos mientras lo miraba para luego alzar la ceja derecha. Realmente ese pequeño niño tenía toda la estampa de Vegeta en él, no cabía dudas que provenía de su semilla.
Trunks a pesar de su tierna edad vio curioso a ese sujeto tan parecido a su padre y sin poder evitarlo preguntó a su mamá.
—Mami... ¿Quién es? — La científica suavizó su mirada al ver la seria y confundida mirada de su pequeño hijo, a quien notaba la curiosidad lo tenía expectante.
—Mi amor, este es el príncipe Tarble, hermano menor de tu padre — Tuvo que refrenar su lengua y casi mordérsela para no decir tu tío. A pesar de verse amigable seguía siendo un saiyajin y no sabía si para él, su pequeño hijo era un insulto a esa raza como había sido para todos en un principio.
Muy apropiadamente el pequeño hizo una reverencia como su mamá le habia enseñado. Tarble lo miró curioso, pues el crío a pesar de saludarlo le dejaba ver que no confiaba en él. Ambos se perdieron mirándose a los ojos, reconociendo la huella de la sangre familiar que en ambos corría.
De pronto, el duelo de miradas fue detenido cuando Bulma solicitó a Radditz llevárselo. Por algún motivo la afable mirada del saiyajin le causaba desconfianza a Trunks y sin saber por qué, el pequeño por primera vez contradijo la instrucción de su madre.
—¡No mamá! Tunks aquí — Fue todo lo que con decisión el semi saiyan dijo, sin dejar de ver en ningún momento a Tarble
Eso puso a la científica más nerviosa, pero era importante que ella mantuviera el orden. Le dio una mirada seria y enojada al pequeño y en el tono más autoritario que pudo le dijo — Jovencito te vas con Radditz es una orden.
—Sí mamá —fue lo que muy enojado tuvo que decir el pequeño semisaiyan, le gustara o no debía obedecer a su madre, esa voz autoritaria nunca había sido dirigida a él, pero conocía sus límites y su madre podría ser tan imponente como su padre cuando se enojaba.
Aún con el rostro adusto y el ceño fruncido partió junto con Radditz no sin antes lanzar una mirada de claro desafío a Tarble. Aquella escena sorprendió gratamente al príncipe menor.
El pequeño tenía cierta ferocidad que ni siquiera Chard que era el hijo legítimo y heredero tenía. Y la mujer a pesar de ser tan débil se notaba que tenía una fiereza y carácter escondido que era altamente atrayente.
Sin haber pasado más que unos minutos con ellos, ya podía ir entendiendo el encaprichamiento de Vegeta por esa misteriosa concubina y ese vástago bastardo. Una vez que se quedaron solos la científica decidió ser ella quien comenzara la plática.
—No sabía que Vegeta tuviera un hermano menor —La voz de la ojiazul lo sacó de sus cavilaciones. Y él en ánimos de que viera su buena voluntad decidió ser el primero de contar información para ganarse la confianza de la mujer.
— Mi padre me envió siendo muy joven a purgar un planeta, debido a que mi nivel de pelea no era el adecuado para ser parte de la familia real, si sobrevivía reivindicaría mi lugar, mi hermano no supo hasta hace poco que seguía vivo...
Estuvieron platicando un promedio de dos horas. Tarble se había llevado una grata sorpresa de la mujer, quien también una vez que platicó con él, había sentido que el hermano menor de Vegeta no era una amenaza para ella y su hijo.
— No quiero inmiscuirme en tus asuntos Bulma, pero que Trunks sea el primogénito de mi hermano puede ocasionar problemas, y al afectar de forma directa a mi familia me siento en obligación de ayudar a aclarar la situación — Le dijo en forma clara el sayajin antes de continuar — ¿No has pensado regresar a la tierra? No me lo tomes a mal, pero Vegeta ya tiene una familia.
Ella lo miró sorprendida «Pero qué demonios...»
Cautelosa decidió cuestionarlo — Tarble, no sé qué te hayan comentado, pero no estoy aquí por voluntad propia.
La obscura y profunda mirada la analizó — ¿Acaso no viniste por tu voluntad? Tengo entendido la nave y toda la tecnología que traen es tuya.
Se sintió incómoda al tener que evidenciar lo que sucedió — Tu hermano nunca me dijo nada de Kale ni de su otro hijo, no sabía que tenía otra familia. Cuando llegué aquí y me enteré quise volver a mi planeta, pero solo permitió que me fuera yo sola, Trunks se tenía que quedar y sin mi hijo no me iré.
—Entiendo... — Fue todo lo que el joven saiyan dijo, la miró inquisitivamente antes de continuar — Si Vegeta acepta que tú y Trunks se vayan, ¿Estarías dispuesta a no volver?
Ella lo miró seria, no sabía si esto era una trampa de Vegeta para saber si ella tramaba algo, pero debía jugarse el todo por el todo.
Con el corazón en la mano decidió correr el riesgo — Tarble, si Vegeta acepta que mi hijo y yo nos vayamos, jamás volveré a cruzarme en su camino, ni yo ni mi hijo.
El joven saiyan recordó que el día anterior Vegeta habló de ella como su científica personal, así que dedujo que la mujer estaba ahí por su enorme inteligencia y decidió que tal vez hubiera alguna otra forma de acabar con el problema sin tener que derramar sangre.
Su pensamiento inicial antes de conocerla, fue creer que era una mujer advenediza con ansias por un poder que no le correspondía y que como buena trepadora buscaba hacerse de éste al ser protegida por su hermano.
Descubrió en cambio una aguerrida mujer de una raza débil pero bastante inteligente que estaba claramente en contra de su voluntad en ese lugar.
Meditaría bien el próximo paso a dar, pero precisamente por esa falta de interés en el poder, era que ella era más peligrosa para la consorte real, entendía perfectamente el peligro que ambos representaban para Kale y su sobrino legítimo.
Aun así, sentía simpatía por esa valiente mujer; por lo que se fue rumbo a las salas de entrenamiento para comenzar el suyo con Nappa, una sonrisa se dibujó en su apuesto rostro, tal vez esto podría servirle para sus propios fines e intereses. Lo meditaría cuidadosamente, siguió caminando tranquilo en lo que un plan se desarrollaba en su mente...
Cuando la nave con los nuevos saiyans llegó todos estaba expectantes, Vegeta esperaba para recibirlos, los cuatro saiyajines miraron curiosos a los demás saiyans, absolutamente todos estaban emocionados.
Fue Kyabe quien se acercó para saludar a Vegeta y a Tarble y presentar a sus compañeros.
— Príncipes, estamos muy felices de estar por fin con ustedes, para vivir en armonía y no tener que seguir siendo nómadas. Como saben yo soy Kyabe — Decía alegre el joven saiyan, mientras volteaba a su lado y tomaba del brazo a una hermosa saiyajin de largo y frondoso cabello color negro – Y esta preciosura es mi hermosa hermana Celery.
La saiyan volteó a verlos y les hizo una profunda reverencia — Un gusto majestades — fue la forma respetuosa de dirigirse.
La Saiyajin era bastante guapa , su hermosa y delicada cabeza estaba enmarcada por ese frondoso cabello de un negro intenso y con ondas, sus rasgos eran finos: Con cara ovalada y delicada, sus ojos color de la noche eran grandes mientras su nariz era respingada y pómulos bien marcados y una boca pequeña enmarcada de labios rojos carnosos.
Su cuerpo era sumamente bien proporcionado además de atlético, se notaba que estaba en excelente forma y su ki era bastante fuerte, una guerrera de clase alta.
Los Saiyajines pasearon alegres su vista regodeándose en lo que veían, sumamente interesados en convivir más con ella.
Ella notando la forma en que el resto de los Saiyajines la miraban, les sonrió alegre — Un gusto conocerlos a todos.
Se acercó a ellos el otro Saiyajin que los acompañaba y Kyabe siguió con las presentaciones:
— El es Basil un excelente guerrero de clase alta — fue su forma de introducir al otro saiyan que lo acompañaba. Quien dio una profunda reverencia.
— Mucho gusto majestades— fue la forma respetuosa de dirigirse a Vegeta, Tarble y Kale.
El saiyan era alto, tan alto como Radditz con el cabello no tan largo, a la altura de los hombros sujetados en una varonil coleta, bastante musculoso e imponente.
Si aun existiera el planeta Vegita, el varón saiyajin hubiera sido catalogado como atractivo para el estándar de su raza, y lo mejor de todo tenía un ki bastante fuerte.
— Y por último les presento a la intrépida Pepper— Una menuda y bajita saiyajin de cabello corto negro y muy lacio los saludó con mirada desafiante y sonrisa arrogante.
Tooma y Tottepo sintieron que sus ojos les brillaban, ambas saiyajines era hermosas de formas diferentes. Celery era cautivadora, seducía con sus formas tan bien proporcionadas, Pepper por el contrario a pesar de ser tan pequeña y menuda destilaba peligro y ese peligro era el que los excitaba. Querían conocerlas.
Caulifla también analizaba a los recién llegados, a pesar de que Basil era atractivo y musculoso (como usualmente le gustaban los especímenes masculinos), su mirada estaba sobre el otro saiyan que afable sonreía. Era muy diferente a Basil, de complexión delgada, algo bajo de estatura muy parecido en complexión física a Tarble, pero con un buen ki de pelea a diferencia del príncipe menor.
Sí, todos en la base estaban contentos con los nuevos saiyajines que llegaban, Kale se veía muy alegre al acercarse a ellos y en forma exageradamente amable para el gusto de Caulifla les dio la bienvenida.
Sobre todo, a las dos saiyajines. Que eran bastante hermosas, pero sobre todo poseían un ki de clase alta.
«¡Claro! ellas si están a su nivel...» Pensaba amargamente Caulifla.
Recordaba la forma poco bondadosa en que Kale la trataba a ella a diferencia del caluroso recibimiento que estaba presenciando. Solo esperaba que ellas no fueran tan engreídas como la fastidiosa princesa saiyajin.
Aunque algo en la mirada de las saiyans le hizo entender que ellas no eran del tipo de ser unas muñecas que se dejarían manejar por su caprichosa princesa.
Vegeta quien deseaba volver a su entrenamiento simplemente dijo — Nappa encárgate de mostrarles el lugar y de que se instalen, muestrales todo y las reglas que deben de cumplirse, Tarble acompáñalo.
De esa forma daba por terminado el recibimiento y se aseguraba que supieran las reglas y prohibiciones, entre ellas el molestar a la científica. Por mucho que estuvieran en malos términos no dejaría que nadie pudiera representar un peligro para ella o para Trunks.
Mientras ingresaba a su cámara de gravedad iba ensimismado, preocupado, analizando la mejor forma de comunicar sus intenciones de que Trunks sería considerado como su descendiente legítimo, aunque ahora se sentía inseguro de cómo proceder, debía pensar bien la estrategia.
Muy en el fondo él sabía que la peliazul no estaría de acuerdo, esperaba pronto poder hablar bien con la humana para poder seguir con su plan acerca de Trunks, pues a pesar de todo no quería hacer algo que la alejara aún más de él.
Conforme los días pasaron las cosas no mejoraron como Vegeta supuso que pasaría, mantuvo una firme indiferencia con la científica, pero en lugar de que esto molestara a la mujer parecía mantenerla aliviada, lo cual lo frustraba más.
Decidió que durante las juntas que tenía con ella trataría de molestarla llevándole la contra, provocándola como siempre había hecho, pero ella no respondía a sus intentos de enojarla, si él pedía algo lo aceptaba.
Por ese motivo comenzaba a desesperarle la situación, ella no estaba siendo ella, era como si la mujer que él había conocido, la científica con alma de guerrera con la ferocidad en sus venas jamás hubiese existido.
—Necesito más salas de entrenamiento para que las ocupen el resto de saiyajines — La voz de Vegeta resonaba ruda.
—Como ordene majestad — Fue la simple respuesta de la peliazul.
— ¿Cuánto tiempo tardas en hacerlo? — Fue la simple pregunta, mientras se recargaba con fastidio en la pared.
— Depende cuanto tarden en traerme los materiales, una vez que consigan estos necesitare de 3 a 4 semanas majestad.
La forma tan educada de hablar de la ojiazul comenzaba a irritarlo.
— Que sean dos semanas mujer y más te vale que acabes pronto — Él sabía que en cualquier momento ella explotaría por la forma en que la trataba.
La mirada azul conecto a la profunda mirada color de la noche, pero no detectó en la fémina enojo ni rencor, solo vacío, indiferencia.
— Como ordene su majestad — fue todo lo que ella dijo antes de hacer una reverencia y retirarse de ahí.
El saiyan quedó paralizado con un regusto amargo en la boca. Lo que más lo intrigaba y afectaba era ver en cada ocasión, cómo esos ojos lo miraban sin verlo realmente, que por más que lo intentaba no podía ver a través de ellos ni podía conectar con su diáfana mirada azul.
Esos ojos color del cielo terrestre, ya no refulgían para él, que todo el fuego que existía antes y esa fiereza de carácter no estaban, era como ver un robot, un autómata, un cascarón hermoso pero vacío, sin nada de fuego en el interior.
Toda su vida el príncipe saiyajin había estado solo y se mantuvo alejado incluso de los otros dos saiyajines que lo acompañaban que, si bien él sabía que lo respetaban, estaba consciente de que era por su rango y por ser superior a ellos en fuerza.
Nunca conoció la ternura, ni el amor antes de ella, nunca conoció a nadie que se preocupara desinteresadamente por él, por su persona, por Vegeta y no porque fuera el príncipe saiyajin.
Nadie se preocupó por él sinceramente, siempre lo hacían porque su deber era preocuparse por el príncipe o porque eso generaría un interés mayor a la persona.
Jamás conoció a un ser como ella, que sin pedir nada a cambio le diera todo: Amor, cuidado, preocupación y ternura infinitos: sin pedir nada, absolutamente nada.
Siempre se rió de ella, pensaba que era tan crédula y débil, no se dio cuenta de que su alma había estado sedienta de ese amor y ternura infinita que ella le daba y que sin ser consciente él tomó todo eso que ella ofrecía para sí mismo. Con desconfianza en un principio, para después hacerse ávido amante de su amor y ternura.
Ahora con la actitud actual e indiferente de la mujer con él y a pesar de su siempre orgulloso carácter, y que no quería reconocerlo y aceptarlo, todo su ser comenzaba a sentir el desasosiego llegar... La incertidumbre de no saber si el brillo en los ojos de la fémina volvería alguna vez.
El príncipe de los saiyajines llegó a la conclusión de que se estaba obsesionando con una estupidez. Mientras entrenaba en su cámara se detuvo.
—Patético, simplemente patético... Cuando vea que mi atención no está en ella, que me importan más el resto de saiyajines que ella, volverá sin duda.
Era más fácil engañarse para no aceptar el dolor que comenzaba a herirlo en lo profundo de su ser. Una sonrisa de autosuficiencia se instaló en su rostro y comenzó a idear la mejor forma de conocer más al resto de los saiyajines.
— Sí, mi atención debe estar en eso y no en las estupideces de la humana.
Se sintió más en calma, recuperando el control de su ser, ese era un tema mejor para tratar, así que decidió acallar lo que comenzaba a sentir y decidió que, para conocerlos más, comería con el resto de los saiyajines...
Se hallaba solo, meditando alejado del planeta base, había decidido salir a sobrevolar los alrededores, necesitaba soledad y silencio para intentar acallar la intensa revolución que había en su interior.
— ¡ARGH! — fue el grito frustrado que dejó salir ahora que estaba en completa soledad, la cosas no habían salido como lo había planeado y comenzaba a sentir que estaba perdiendo el control de la situación. Algo que muy pocas ocasiones había pasado y cada vez que eso había sucedido el resultado era desastroso.
Vegeta había esperado a la hora en que sabía se reunían el resto de los saiyajines a cenar, confiado se acercó al lugar para poder comenzar a platicar con ellos, sabía que los nuevos saiyans habían sido invitados por Kale a comer con ellos, así que luego buscaría conocerlos más a ellos.
Por mientras su objetivo eran los otros los 5 saiyans, pero tan pronto coincidió con todos ellos en el comedor, se congeló al notar que la científica terrestre se sentaba con todos ellos a comer, como si de viejos amigos se tratasen.
«¿Qué hace esa endemoniada mujer aquí con ellos?»
Pinchazos de celos le llegaron ¿Desde cuándo Radditz y Nappa eran tan cercanos a la mujer? Hasta el pequeño Trunks se veía feliz con ellos, escuchaba su pequeña vocecilla infantil reír.
Normalmente Kale y Chard comían antes, los demás saiyajines sabían los horarios de ella y evitaban coincidir con ésta en el comedor.
El príncipe primero intentó comer con Kale, su hijo y Tarble, pero le desconcertaba la poca química con ella incluso con su pequeño hijo.
Su hermano menor siempre diplomático llevaba casi siempre el peso de la conversación, agradecía que así fuera o sería extremadamente difícil tener esas comidas.
Recordaba que tampoco su padre pasó mucho tiempo con él cuando era un niño, pero las pocas veces que el rey le llegó a prestar atención, vegeta intentó obtener la aprobación de su padre a como diera lugar.
Para su amarga sorpresa tenía la firme certeza de que su hijo le temía y por tanto le rehuía, lo cual le dejaba un regusto realmente amargo en la boca, pues tampoco él hallaba como hacer conexión con el crío.
Ahora que se había fijado conocer más al resto de los saiyajines, su prioridad ni siquiera era Raddtiz y Nappa con quienes había convivido sino Tottepo, Tooma y Caulifla.
Grande fue su sorpresa al llegar al comedor y verlos a ellos, a Radditz y a Nappa, felices riendo y conviviendo con la científica que con él ahora se había vuelto la mujer de hielo.
Le asombró ver la facilidad con que la terrícola había logrado hacerse un espacio entre aquellos rudos y fieros guerreros, se notaba que no les temía, es más estaba en ese momento regañando a Tooma con quien tenía menos tiempo de convivir pues acababa de regresar junto con él de la misión y ahí estaba ella bromeando con el saiyajin como si de viejos amigos se tratase.
— Te dije que perderías la apuesta Tooma — Se burlaba Tottepo alegre, mientras Radditz y Nappa aullaban de la risa.
— ¿Me creías tan estúpida como para creer que ese material era el que te pedí? — Regañaba molesta la ojiazul al saiyajin mientras le agarraba la oreja y jaloneaba de ella.
— ¡Ay! no vuelve a pasar Bulma, no te enojes — decía Tooma quien desesperado imploraba por ayuda a Tottepo, mientras Caulifla se reía a carcajadas.
—Tonto Tooma — decía el pequeño Trunks riéndose y aplaudiendo al ver a su mamá regañar al rudo guerrero saiyajin.
— Hasta Trunks lo sabe Tooma, eres tonto — Decía Nappa divertido. Radditz llorando de la risa solo dijo a Caulifla — ¿Cómo sobreviviste conviviendo con este inútil?
Ella riéndose solo respondió — No es como que tuviera alternativa es tonto, pero de buen corazón.
Y la risa colectiva estalló.
Vio a Caulifla cargar a Trunks y como éste divertido jugaba con ella, mientras la ojiazul reía alegre; sintió pinchazos de celos y de dolor recorrer su pecho, al ver que la que había sido su mujer sonreía y sus ojos refulgían con ellos, les regalaba las sonrisas que debían ser para él.
Por primera vez sintió el dolor y la desesperación que en algún momento sintió Yamsha al saberse excluido del cielo azul.
Ninguno de ellos se había percatado de su presencia, estaban felices riendo, disfrutando de una comida juntos, fue el pequeño Trunks quien volteó y gritó — ¡Papi!
Y con eso el encanto se rompió.
Todos los saiyajines al verlo se pararon de inmediato e hicieron una reverencia, la misma científica al verlo tomo a su pequeño en brazos, y le llamó la atención — Trunks ya hablamos de esto, debes dirigirte correctamente a tu padre — Fue todo lo que ella dijo antes de volver hacia él con una mirada fría y vacía y haciendo una formal reverencia en señal de respeto — Majestad — Fue todo lo que dijo.
Bajó al pequeño Trunks quien de inmediato se acercó a él para darle una reverencia y decir — Disculpa pade...maestad.
Eso fue más de lo que el saiyan pudiera soportar, un pinchazo de dolor se instaló, pero no podía demostrarlo.
— Vegeta no te esperábamos, de saber que vendrías a comer a esta hora, hubiera pedido que te prepararan algo especial — Fue lo que Nappa comentó.
—Estuve entrenando y se me pasó el tiempo, lo que coman es lo mismo que comeré —comentó el peliflama, mostrando una tranquilidad que realmente no sentía.
Los saiyajines esperaron atentos a que él se sirviera de comer y por más esfuerzos que él hacía, se sintió un intruso entre su misma gente, pues en cuanto ellos notaron su presencia y a pesar de los intentos del príncipe la camaradería acabó.
Aunque aún tenía hambre, la ojiazul decidió que lo mejor era retirarse de allí y se llevó a su hijo antes de que él siquiera pudiera servirse de comer. Cuando él regresó a la mesa ella ya se había retirado. Lo que lo lastimó más.
El resto de los saiyajines con excepción de Radditz y Nappa lo veían con temor y respeto, aquello le hizo saber que debía buscar una forma de tener una convivencia más cercana con ellos, comenzó a sentir el cansancio golpearlo.
Por primera vez se hallaba rodeado de una cantidad grande de saiyajines y por primera vez en la vida se sentía más solo que nunca.
Ahora sentado en la obscuridad de la noche que lo cobijaba, y sin nadie más que él, dejó de pretender que no le importaba la situación, sus manos se cerraban en puños fuertemente mientras sentía que quería explotar, con un grito frustrado dejó salir una ráfaga de ki, tras otra, tras otra, hasta que el dolor menguó solo un poco.
¿Por qué la maldita terrícola tenía que ser así con él?
Se rió con amargura, el cazador había sido cazado... se sentía patético. No, no solo se sentía, lo era.
Era una vergüenza de guerrero, que estaba dejando que emociones estúpidas lo controlasen.
La obscuridad y silencio reinante de la noche de ese planeta rojo no le daban respuesta a sus preguntas...
— ¿Es cierto lo que Kale nos dijo entonces? — Preguntó curioso a Kyabe a Caulifla. Últimamente la saiyan se había acercado bastante a él. De todos los nuevos guerreros, era el más amigable, y no porque el resto no lo fuera pero Basil estaba a menudo entrenando con Paragus y Vegeta y las otras dos saiyans habían sido acaparadas por Kale con quien continuamente entrenaban.
Kyabe por el contrario, aunque entrenaba con frecuencia con Vegeta estaba más tiempo curioseando y conociendo mejor la base y en términos generales había algo en él que le hacía tenerle confianza.
— No sé qué les haya dicho — contestó tranquila, aunque ella intuía que pudo decir la caprichosa princesa.
Kiabe volteó a verla, realmente disfrutaba de platicar con ella, no solo era que quisiera obtener información, disfrutaba realmente de su compañía.
— Nos comentó que Vegeta tiene una amante de otra raza y un crío bastardo e híbrido con ella. — Tiempo atrás escuchar la forma tan despectiva en que se refirió de Trunks y la peliazul le hubiera dado igual. Pero ambos se habían metido profundo en su corazón sin poderlo evitar, así que la molestia llegó a ella,
—Sus nombres son Trunks y Bulma; y sí, son la otra familia de Vegeta. El pequeño es muy bueno aunque sea híbrido, deberías verlo entrenar antes de sacar conclusiones y ella es la que ha hecho que este lugar se levante y tenga tanta tecnología y comodidades.
Sin poder evitarlo los defendió. Kyabe sonrió y solo dijo — Ahora tengo curiosidad, creo que eres una extraordinaria saiyajin y si tú les tienes tanta estima quiero conocerlos para poder tener la misma percepción. — mientras le hacía una pequeña reverencia a modo de disculpa por sus rudas palabras.
La calidez en los ojos de Kyabe sonrojaron a Caulifla, quien estaba acostumbrada a ser tratada como un hombre más, así que esas muestras de caballerosidad por parte de ese guerrero la descolocaron.
— Verás que te caerán muy bien... — fue todo lo que ella dijo antes de irse juntos rumbo al ala científica a conocer a la peliazul...
Conforme pasaron las semanas la irritabilidad del saiyajin creció, no dormía nada bien y le quemaba ver que ella seguía siendo "ella" con todos menos con él. Se sentía herido y no sabía cómo manejar eso que revoloteaba en su pecho y que le empezaba a lastimar.
En un intento desesperado él le había extendido más incluso el horario de las juntas diarias para ver los avances científicos. Pretextos para verla, pero ella siempre era un témpano de hielo e indiferencia.
Vegeta notó que la peliazul había hecho recientes mejoras a la cámara de gravedad que había instalado en la base. Gratamente notó que los niveles de dificultad incrementaron mucho, así que después de la desastrosa comida decidió enajenarse en un exhaustivo entrenamiento que sostuvo en largas jornadas.
Entrenó durante varios días y por su falta de cuidado, por primera vez en mucho tiempo terminó con varias heridas.
Recordó como en el pasado ella le peleaba cada vez que lo veía herido,
«Si me ve herido se enfadará como antes por mi poco cuidado...»
Ese día el entrenamiento fue feroz, sin duda bastante satisfactorio. Se acercó al área científica. — Avísale a la humana que necesito curaciones — Fue la forma escueta con la que exigió la atención de Bulma.
Suzuke quien le temía solo se retiró para buscar a la terrícola, sin embargo, grande fue el desencanto del príncipe al notar que quién volvía con todas las cosas para curarlo era la científica tsufuru-jin
Tuvo que morderse la lengua para no preguntar por ella. Su indiferencia le dolía.
Su corazón comenzó a golpear con fuerza al entender que para su horror lo que estaba sintiendo era algo sumamente diferente a lo vivido hasta ahora para él. Por más que quiso rebelarse cayó en la cuenta que, no sabía desde cuando había comenzado a desarrollar un sentimiento demasiado fuerte, demasiado profundo por la terrícola.
Un sentimiento que nunca tuvo antes y al que no sabía cómo hacerle frente.
El dolor emocional lo golpeó fuerte mientras sentía las manos de la otra científica curarlo, alterado ante ese terrible hecho: Que el príncipe saiyajin, el más desalmado y cruel de los guerreros, había caído preso de su propia trampa, se levantó de la camilla de curación, empujó a Suzuke y salió serio y desencajado por el enojo de ese lugar.
Frustrado ante esta revelación, se metió a un entrenamiento todavía más intensivo, autocastigando su cuerpo para tratar de alguna forma de sacar la furia y el dolor que crecía en él.
Perdió de vista cuantos días llevaba dentro de la cámara hasta que su cuerpo ante la falta de comida y de sueño flaqueó y fue alcanzado por uno de los robots lastimándolo gravemente.
El sistema de escaneo de soporte vital que la científica agregó en la misma al saber lo maniaco que podía ser el príncipe en sus entrenamientos, lanzó la alerta a la científica, la cuál por primera vez en mucho tiempo se asustó.
— Nappa te necesito urgente en el laboratorio ¡AHORA! — Fue todo lo que la peliazul dijo por el comunicador e hizo que el saiyajin llegaran jadeando de lo rápido que corrió imaginándose lo peor.
Al llegar, Bulma ya había armado un maletín médico y al verlo llegar pasó a su lado corriendo rumbo a la máquina de gravedad.
La siguió alarmado — ¿Qué demonios sucede humana?
La peliazul sin disminuir el paso, solo fue capaz de decir — Es Vegeta, algo pasó en la cámara, recibí una alerta de daño grave en él mientras entrenaba.
Nappa estaba en shock, él no sabía cómo reaccionar al saber que Vegeta podría haberse lastimado entrenando. No que le extrañara que eso pudiera pasar, pero desde que el peliflama había regresado no había sido él mismo realmente y todavía no sabía entender el porqué de esa actitud.
Lo hallaron desmayado y fuertemente herido a la altura del hombro izquierdo. Lo llevaron a la enfermería y por primera vez fue la científica quien lo atendió personalmente.
«Un hombre hecho de fuego, de furia y de tempestad eso es Vegeta. Sé que debería verlo como un asesino, un conquistador de mundos. Como un ser que no sabe crear, que solo toma lo que quiere por placer y sin embargo al verlo lastimado e inconsciente mi corazón se estruja, sin su eterno ceño fruncido con la cara serena mientras descansa inconsciente parece más joven...»
Bulma lo miró con tristeza, a pesar de todo lo seguía amando tanto, era una tonta ella lo sabía, pero al corazón no se manda y aun así con todo el amor que le tenía no pensaba flaquear, su hijo merecía un futuro mejor, ella misma merecía algo mejor que esto, además que la vida de ambos seguía en peligro y todo porque ella fue llevada con engaños a ese lugar.
Cuando notó que él comenzaba a despertar lo miró fijamente, había aprendido a verlo sin mostrar su amor, a mirarlo sin verlo realmente, cuando el saiyajin abrió los ojos la encontró a su lado y por un momento sintió que todo era como antes. Pero fueron solo segundos antes de caer a la realidad, antes de enfrentarse a esa mirada vacía y esa voz de hielo que le dijo en forma tranquila:
— Ha despertado, debe comer a intervalos de entrenamiento o volverá a tener un accidente como el que tuvo, comida y descanso son necesarios. Veo que ya está estable, Suzuke estará monitoreándolo ahora que está restablecido, he mandado a avisar a Kale para que pueda venir a visitarlo — Fue todo lo que ella dijo antes de irse sin darle oportunidad a decir nada.
Dolía como nunca le había dolido al guerrero, ni las heridas que tenía ahora le dolían tanto como su fría indiferencia. Un dolor quemante se instaló en su pecho que no se iría. Sin embargo, su orgullo podía más y no se rebajaría ante nadie, se resignaría a vivir sin el amor de ella, así debía ser y así sería.
Aun así, era consciente de que necesitaba descansar y eso no podría hacerlo si no la tenía a su lado. Desde que no dormía con ella las pesadillas habían vuelto y cada vez era peor. Se sentía desesperado así que empezó a considerar sus posibilidades y después de algunas noches supo lo que tenía que hacer.
— ¿Cómo está Vegeta? — Preguntó Tarble a su cuñada. Kale le dio una larga mirada antes de decirle — Bastante más gruñón que de costumbre, pero se recuperará pronto; a veces tu hermano es muy terco y no acepta un no para su entrenamiento.
— ¿Has considerado lo que te dije? — preguntó la saiyajin a su cuñado mientras se sentaba tranquila en la salita de su habitación donde tranquilamente ambos hablaban.
— Sí... Pero no creo que a Vegeta le haga feliz deshacerse de ella, está encaprichado Kale — El plan de su cuñada no era malo de hecho, le gustaba pues se podía realizar sin derramar sangre, aun así tenía que encontrar la forma de que la científica accediera a él.
— Yo me encargo de tu hermano Tarble, tu ayúdame a lograr el encuentro entre Sekket y ella, el Zerkiano estará aquí en pocas semanas...
Kale vio la duda en el rostro de Tarble, le molestó lo débil y blando que el hermano menor de Vegeta era, la fastidiaba tener que mostrarse amable ante alguien tan pusilánime como él.
«Seguramente la maldita zorra humana intentó convencerlo de estar de su lado, ¡Maldito blando bueno para nada!»
Si no fuera porque realmente necesitaba a Tarble de su lado, ella hubiera buscado la forma de eliminarlo en cuanto comenzó a vivir con ellos.
Decidió que era momento de usar sus propias artimañas, se acercó a Tarble, puso la mirada más desprotegida y triste que puso y lo tomó de las manos.
— ¡Por favor Tarble ayúdame! Te doy mi palabra, no quiero hacerle daño, ella es tan inocente como yo; me explicaste que ella no sabía nada y te creo pero no podemos seguir así. ¿Y si Vegeta decide en algún punto que Trunks sea su heredero?
Soltó las manos de su cuñado y se abrazó a ella misma mientras sollozaba asustada. — ¿Qué va a ser de mí y de Chard? Tu hermano no me toca, no me quiere cerca y yo temo por mi hijo y por mí.
Tarble salió de su estupor y de su indecisión. Le dolió ver a Kale tan desprotegida, le caía muy bien Bulma y las pocas veces que había visto a Trunks de lejos le había encantado el pequeño, no quería que nada les pasara, entendía que ellos eran inocentes. Sin embargo, ambas madres e hijos no podrían vivir demasiado tiempo bajo el mismo techo sin que una de las dos terminara siendo eliminada.
Miró al cuello de Kale, la mordida de su hermano estaba ahí. Inhaló aire, Bulma era una gran persona, pero la decisión había sido tomada por su propio hermano. No dejaría que Bulma y Trunks sufrieran daño al final ellos eran inocentes, pero tenía que ayudar a que el balance se mantuviera.
Vegeta escogió a Kale y ahora debían buscar la forma de alejar a la científica y al pequeño Trunks de él.
Kale vio la decisión en los ojos de Tarble aunque aún dudaba, decidió empujarlo un poco más para evitar que él desistiera en su decisión.
— Te doy mi palabra, Bulma estará bien cuidada. Si logramos que Sekket la tome como pareja, ella será princesa, podemos negociar para garantizar la seguridad de Trunks. Ellos jamás lo lastimarán si saben que con eso tendrán la furia de Vegeta.
El joven príncipe asintió y sonrió, mientras aceptaba que el plan que su cuñada tenía era lo mejor para resolver en forma rápida la situación.
— Está bien Kale haremos esto a tu manera.
Una sonrisa genuina de alegría se formó en el rostro de la saiyajin mientras abrazaba feliz a su cuñado.
— Gracias hermano, sabía que podía contar contigo...
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¡Hola a todos! este capítulo fue larguísimo, lo siento por eso, me encantaría saber que opinan del mismo.
¿Sintieron pena por Vegeta? ¡Espero que no!
Me encantaría saber que opinan.
Aprovecho para comentarles que el próx miércoles actualizare súper tarde en la noche, la hora no la sé. Por trabajo estaré fuera de mi lugar de residencia y lo más probable es que pueda hacerlo hasta tener algo de calma y en el hotel. Posiblemente para Mexico serán como las 10 u 11 pm y en argentina tú a a lo mejor de madrugada. ¡Sorry por eso, pero espero el cap de hoy ayude a no sentir tanto las horas.
Rápidamente contesto sus comentarios:
Becammarins: Amo tus análisis y si en efecto el Radditz ahí anda cayendo ante unos ojazos azules, pero ¿Que tan viable sería eso? Alguien puede salir herido :(. Con respecto a Tarble, míralo de cerca ese chico en efecto juega para su lado, ¿Será su lado beneficioso para Bulma o para Kale?
Airyisabel: siii al final si mostró su temple la ojiazul y si Radditz tendrá su parte en esta historia, es un saiyajin que aún puede dar bastante:)
Calay:ahora que has visto más de Tarble, que crees que hará? :O
Belen.9: En efecto estos capítulos usaron esa canción como inspiración, aunque no lo aclare deja te comento Vegeta no duerme con Kale, solo para darte paz mental en ese sentido. Y si Vegeta se pasó de jerk con su actitud. No ha entendido todo el daño que hizo, y de Radditz, recuerda que el tampoco conocía el amor así que pobre y justamente empieza asentir cositas por quien no debe :(
XXlalalulu: En efecto no quedara ni huella de Vegeta jajajaja
