Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.

Será mejor que creas que ya vengo, más vale que creas lo que te digo. Será mejor que te aferres a tus promesas, porque te aseguro que conseguirás lo que te mereces. Ella va a dejarlo, ella va a llevarse su amor. Tanto por sus votos eternos, bueno de todas formas ya no importa. ¿Por qué no te puedes quedar aquí un momento? Quédate aquí un rato, quédate conmigo... - Promises, The cranberries.

"Corría lo más rápido que podía, mi corazón palpitaba y sentía la adrenalina y miedo correr por mi cuerpo, llegué al laboratorio, y encontré a mi bebé sentadito jugando sin entender el peligro en el que estábamos. No tenía mucho tiempo y debía despistar a ese desgraciado para que no encontrara a mi pequeño.

—Mi amor vamos a jugar un nuevo juego, te vas a quedar aquí escondido y no vas a salir sino escuchas que yo te llamo o que Nappa te llama, si ganas te prepararé un pastel de chocolate, ¿Si cariño?

—¡Pastel! Si mamá quiero pastel, ¡Sí! — decía mi pequeño aplaudiendo con mucha emoción.

Lo dejé escondido en el laboratorio y comencé a correr sabía que ese degenerado me seguía los pasos, no quise mirar atrás el miedo era demasiado, seguí corriendo y gritando desesperada llamando al resto de los saiyajines ¿Dónde estaban?

—¡Nappa, Radditz, Caulifla! — gritaba hasta cansarme pero nadie contestaba, mi corazón palpitaba furioso.

De pronto una mano como garra, atenazó mi pierna derecha haciéndome caer, desesperada intenté quitarme esa mano que se cerraba fuertemente sobre mí, sus dedos cuáles garfios lastimaban mi blanca piel, volteé solo para encontrarme esos horribles ojos rojos, inyectados de sangre y esa sonrisa cruel y despectiva. Grité con todas mis fuerzas, pero mis gritos murieron en su mano, pues me tapó la boca fuertemente dañándome con eso.

—Shhh nadie te va a escuchar ahora perra, vas a ser mía y nadie va a extrañarte, luego mataré al bastardo ese, le haré un favor a los príncipes ¡JA, JA, JA!

Mis gritos desesperados no eran escuchados por nadie mientras sentía esas manos y su cola tocarme brutalmente sin mi consentimiento..."

La ojiazul alterada despertó con el corazón en la boca alterada.

«Tranquila Bulma es solo una pesadilla, ¡NO ES REAL!»

Se repetía cansinamente mientras se hacía bolita y metía la cabeza entre sus rodillas, cerrando los ojos, tratando de controlar la respiración mientras los restos del infierno que soñó se desvanecía. La pesadilla en esta ocasión había sido muy vívida, demasiado intensa.

Habían pasado algunas noches después del incidente con la cámara donde se había asustado al hallar a Vegeta inconsciente. A partir de ese incidente, las pesadillas se habían recrudecido, como si su cuerpo esperara que algo malo pasara durante la convalecencia del saiyan.

Sabía que era una tontería y más porque el

saiyan se recuperó rápido, suspiró; no habría forma humana en que siguiera durmiendo, lo mejor era ir a la cocina, tomar un vaso con agua y tranquilizarse como había esta haciendo las últimas noches.

Se sentó en la cama, su pijama estaba completamente humedecida de lo mucho que había transpirado, culpa del terror nocturno que la había golpeado. Necesitaba buscar una forma de seguir, ya no se espantaba cuando los saiyans se acercaban a ella o cuando en forma no intencional sin querer invadían su espacio personal.

Suspiró, todo estaba quieto. —Venga Bulma, no eres cobarde, solo fue una maldita pesadilla, ¡Relájate!

Se masajeó las sienes, intentando que el miedo que la había recorrido se terminara de desvanecer. De pronto, la alarma de la nave sonó.

«¡Kami no por favor!»

Abrió los ojos espantada, ¿Acaso seguía soñando?

Se golpeó a propósito la mejilla, — ¡Auch!—

«Eso me dolió muchísimo para ser sólo un sueño»

La alarma sonaba violenta y las luces de emergencia se activaron y comenzaron a parpadear, haciendo más tétrica la situación. Su mayor a pesadilla se estaba volviendo realidad...

Aterrada no sabía qué pasaba, si alguien estaba atacando al planeta o si por fin Paragus y Kale habían convencido a Vegeta de matarla.

«¡Trunks!»

Asustada corrió rumbo a la habitación de su hijo, quién ante la alarma activada de la nave se encontraba despierto en su habitación, estaba sentadito con los ojos abiertos, alerta. Tan pronto la vio estiró sus manitas hacia ella.

—¡Mami!, ¡Mami! — chilló el pequeño, los ruidos de la alarma activada lo alteraron.

—Tranquilo mi vida no pasa nada — Tomó a su pequeño en brazos y salió corriendo al puesto de mando de la nave.

Tan pronto llego ahí, vio el escudo protector activado y las armas listas para atacar, eso solo significaba una cosa; alguien había intentado entrar a la nave.

Asustada, sentía su corazón golpear, mientras su pequeño niño abrazado de ella como si de un pequeño koala se tratara, no se alejaba de su seno, pero se mantenía alerta, cómo si quisiera atacar a lo que se sea que llegara a acercarse a ellos.

La infantil carita reflejaba el pánico que el pequeño crío sentía, los excesivos sonidos de la alarma lo alteraban más, aún así lo vio morderse el labio reprimiendo su miedo para no llorar.

De pronto, escuchó por el intercomunicador la voz de Vegeta, estaban fuera de la nave él, Nappa, Radditz y Tarble.

—¿Mujer, estás bien? — Escuchó la voz de Vegeta, pero ella estaba en shock, su corazón latía fuerte, tenía miedo.

«¿Y si por fin quiere deshacerse de mí?»

Asustada Bulma ya no sabía que pensar, no confiaba en nadie y menos en Vegeta, su voz se atoró en su garganta, sus manos temblaban mientras abrazaba a su hijo.

—Mujer contesta, ¿Estás bien? — Expectantes los saiyajines afuera sentían pesado el ambiente y nerviosos esperaban, puesto que a las preguntas del príncipe saiyajin solo respondía la estática y sólo eso.

Bulma escuchó a lo lejos nuevamente la pregunta, pero su mente febril trabajaba rápidamente pensando como poder despegar la nave y huir de ahí, de pronto las manitas de su hijo agarraron su cara, esa mirada azul, con el eterno ceño fruncido similar a la de su padre conectó con la suya.

—¿Mami? — fue la pregunta con duda que el pequeño saiyajin hizo.

—¡Bulma contesta! — Escuchó la voz del peliflama un tono más arriba de lo habitual como si estuviera desesperado.

Ella reaccionó, cerró los ojos y tomó control de la

situación de nuevo —Estoy bien mi amor— contestó la científica a su pequeño niño, antes de darle un beso en la frente, respirar y contestar al peliflama.

— Aquí estoy Vegeta.

Al escuchar la voz de la peliazul todos los saiyajines quienes estaban expectantes se relajaron, Radditz sintió como el alma volvía a él; había tenido que contenerse para no arrebatarle el comunicador a Vegeta y exigir él mismo que la terrícola contestara.

Sabía que a pesar de la buena relación que tenían con ella, la mujer seguía siendo la concubina de su príncipe por lo tanto como Nappa le había advertido, no debía confundir las cosas ni intentar nada, ella era intocable... pero había sentido que enloquecía al pensar que algo le pasara a ella o a Trunks.

Tarble, que era el que menos tiempo tenía de tratarla se había sentido aliviado al escuchar su voz, y eso le hizo entender porque tal vez sería muy difícil su cometido de alejarla de Vegeta, y entendía la preocupación de su cuñada; la mujer era excepcional y veía que no sólo él lo había notado.

Observaba a detalle la reacción de los otros dos saiyans y pensó que, si la fémina permanecía mucho tiempo más entre ellos, sería cuestión de tiempo antes que ocurriera una desgracia.

Bulma salió con Trunks en brazos —¿Estás bien? —fue la escueta pregunta de Vegeta, ella solo asintió con la cabeza — ¿Qué fue lo que pasó Vegeta?

—Alguien intentó entrar a la nave —Fue Nappa quién contestó — La mirada de la peliazul se llenó de dudas y de miedo, para después agresiva preguntar — ¿Quién ha sido?

Fue Tarble quién esta vez contestó —No sabemos quién lo intentó Bulma, no dejaron evidencias. — Por más que los saiyans buscaron no encontraron rastros de quién había intentado atentar contra ellos.

—Te prometí que estarías protegida mientras estés aquí y cumpliré mi promesa humana — Fue lo que serio comentó el príncipe.

Nappa creyendo que quería que la protegieran se adelantó a lo que Vegeta estaba por decir.

—Radditz y yo nos turnaremos para dormir en el cuarto de invitados de la nave, príncipe.

Vegeta solo le dio una seria mirada que el calvo saiyajin no supo cómo interpretar.

—Mientras esté en el planeta, seré YO quién duerma aquí, hasta que no encontremos quién intentó atentar contra ella, si tengo que salir será Tarble quien se quede, y si deben ser uno de ustedes custodiarán desde afuera — fue todo lo que el príncipe dijo.

Tarble se puso en guardia, eso no iba a ayudar a que las cosas mejorasen con Kale, y él necesitaba a toda costa cortar la cercanía entre su hermano y la terrícola. Vegeta tenía que empezar a ser más cercano a su consorte, por tal motivo se atrevió a sugerir algo que posiblemente le ganara una reprimenda del peliflama.

—No hace falta que tengas que ser tú quien los cuide hermano, ellos estarán bien. Las habitaciones de la nave no son tan cómodas como tu cuarto y sin duda extrañarás dormir cerca de tu familia. Yo me quedaré aquí a cuidarlos, así será alguien de la familia real quien cuide de ellos.

La mirada negra y penetrante de Vegeta se clavó en su joven hermano, era un mirada bélica y bestial, cualquiera que no estuviera preparado sentiría que perece al ser visto con tal intensidad.

Sentiría a su alma ser absorbida por la obscuridad reinante en ella, que se perdería para siempre. No hacía falta decir nada, y Tarble supo que su ofrecimiento ni siquiera sería considerado.

Sin embargo, quería evitar a toda costa que las fricciones entre la científica y la consorte escalaran y saber que Vegeta pasaría las noches en el mismo lugar que su concubina, no le sentaría nada bien a la saiyajin.

—Hermano, no necesitas perder tu tiempo en esto — intentó razonar el príncipe menor.

La científica trató de ayudar — Está bien Vegeta, con Tarble en la nave estaremos seguros — fue lo que la voz suave y musical de la humana confirmó.

Una gélida mirada lanzada por el príncipe saiyajin dejó a Tarble, Nappa y Radditz, fríos y sin poder decir nada más, entendieron al instante que la decisión no estaba sujeta a discusión. Bulma simplemente no entendía la actitud de Vegeta.

Resignada y molesta, por que tendría al saiyajin con ellos en la nave, entró junto con él a la misma. Acomodaron otra de las habitaciones, pero eso no hizo que las cosas cambiaran entre ellos, no dejaría que él entrara a su vida de nuevo, no de la forma en que había sido antes. Al menos con él ahí difícilmente atentarían contra ella y su hijo.

Durante su corto tiempo de convalecencia el saiyajin supo que seguir alejado de ellos no era opción...

Sonrío mientras me acuesto en esta cama, no estoy aún a su lado, pero poco a poco me acerco más a ella, mis acciones son vergonzosas, pero como mi padre me enseñó cuando era un crío, el fin justifica los medios ¿No?

Solo es una medida cautelar para protegerlos hasta no esclarecer quien intentó dañarlos al menos eso fue lo les dije, la vergüenza me cubre al saber que yo el príncipe de los Saiyajines tuve que recurrir a una artimaña tan baja... aunque yo prefiero llamarlo estrategia.

Maldigo mi poca fuerza de voluntad mientras sigo el camino que me lleva a su habitación e inhalo su delicioso aroma. —Maldita hembra del demonio... ¿Qué me diste que no puedo sacarte de mi mente? —me sigo haciendo la misma pregunta en voz baja, mientras siento el enojo conmigo mismo crecer por ser tan débil.

Debería acabar con ella de una vez, quitarme el lastre de mi debilidad y mi vergüenza, pero no puedo ¡Maldita sea! No puedo, no quiero que nadie la vea, que nadie le hable ni tenga contacto con ella.

Camino reprochándome a mi mismo el poco honor en mi actuar, jurándome a mi mismo que no volveré a cometer tal bajeza.

Aunque nadie lo sepa, lo sé yo y con eso me basta para sentir un fuerte desagrado por la falta que sé que estoy cometiendo. Ingreso en su habitación con el mayor sigilo posible, para poder velar su sueño y verla dormir.

Cómo deseo poder despreciarla, y que no me importe. Mientras veo su delicada figura dormir, analizo la multitud de emociones que últimamente tengo por esta bruja. Diferentes sentimientos me golpean y no me explico por qué, no debería sentir nada de esto.

Por ratos se me acelera el corazón y solo quiero abrazarla y besarla, pero también tengo momentos donde un enojo primitivo llega a mí, al recordar que ella es la causa de mi debilidad actual y solo quiero apretar su delicado cuello hasta apagar la luz de esos maldito zafiros azules, pero tan solo pensarlo me lastima y me acobardo a la idea de hacer semejante cosa.

Mientras batallo con mi conflicto interno, me quedo viéndola dormir, tan delicada, tan ajena a todo. Sumida en un mar de sueños, indefensa mientras navega en ese estado onírico en el que está.

Cuidando de no tocarla, acerco mi nariz a su cuello y aspiro su seductor olor, su aroma es delicioso y me embriaga. Sus suaves labios me tientan, se burlan de mí y reprimo todo mi ser para evitar hacer lo único que anhelo: Volver a poseer esa deliciosa boca.

No sé cuantas horas llevo viéndola dormir, de pronto algo pasa en la tranquilidad de su sueño, veo que sus ojos se mueven con rapidez debajo de sus parpados, comienza a agitarse mientras duerme, reconozco los signos.

«Está soñando»

Es lo que mi mente afirma... pero al ver la forma más violenta de moverse lo sé, esto no es un sueño cualquiera... tiene una pesadilla.

Balbucea entre sueños, siento su respiración acelerada, y la veo comenzar a sudar; frunzo el ceño al reconocer los signos, no es una pesadilla cualquiera, yo lo sé porque lo he vivido en carne propia:

«Es un terror nocturno...»

Me susura mi mente. De todos los seres de este universo, ella no debería ser capaz de soñar algo así de terrible, esto no tiene sentido. Solo un evento muy traumático podría generarte uno de estos terrores nocturnos.

De pronto entre balbuceos la escucho – No... por favor... ¡NO!

Está alterada, no puedo abrazarla ni confortarla y tampoco puedo dejar que se despierte o me descubrirá aquí, al verla moverse ensueños tan bruscamente, mi voluntad se pierde y estoy por tocarla suavemente para confortarla cuando de su boca sale algo que me deja frío.

— Por favor no, ¡No me toques!, ¡NO! — grita aun entre sueños y escucho aquello que me condena cuando entre suaves gimoteos escucho — No, por favor, no ... ¡Vegeta!

Mi cuerpo se paraliza y nosé que hacer, no supe como ni porqué pero el solo hecho de verla angustiarse y sufrir, fue demasiado para mí; de mi mano sale una pulsación de ki, la energía más cálida y suave que pude conseguir y se la transmito.

La veo tranquilizarse como si mi energía la hiciera sentir segura... Irónico si consideramos que ella suplicaba entre sueños que me alejara de ella, cómo si me temiera en sus pesadillas, me esfuerzo por evitar tocarla.

«Ella ¿Me teme?»

Frunzo el ceño, parte de mí sabe que lo mejor es alejarse ella, que lo que hago no es correcto y que no deberían importarme sus temores, pero otra parte de mi ser se retuerce de sólo pensarlo. No quiero aceptarlo, me hace sentir incómodo y siento punzadas de dolor que trato de ignorar.

Me hace sentir vulnerable... ¡NO! Sólo me gusta inhalar su esencia, no lo negaré su aroma es exquisito. Me estremezco de pensar que un día despierte y me encuentre aquí mirándola. Todavía no sé como reaccionaré si se atreve a mirarme en esa forma altiva y soberbia con la que me recibe cada vez, como si nunca hubiera existido algo. Cómo si todo fuera nada...

Bulma despertó con la certeza de que la esencia del saiyajin la rodeaba.

—Tengo que dejar de ser tan tonta, tenerlo cerca me pone nerviosa y me hace pensar en tonterías.

Se dejó caer sobre la almohada mientras resoplaba furiosa por la forma en que su cuerpo y su corazón reaccionaban al tener cerca a ese desconsiderado saiyajin.

Recordó por un momento cuando la alarma se activó que realmente se asustó, creyendo lo peor. Y sintió mucha confusión al ver que Vegeta dijo en forma resolutoria que para no exponerlos dormiría con ellos en la nave, su corazón iluso latió desbocado, era una estúpida que no entendía. Que como boba colegiala se emocionaba por quién la había lastimado.

Desde entonces, cada mañana despertaba sintiéndose segura. Era extraño ya que, a partir de que él se quedaba con ellos en la nave, sentía esa sensación de que la esencia del saiyan la envolvía. Y las pesadillas habían disminuido hasta hacerse casi nulas.

Se metió a bañar regañándose a sí misma por su poca dignidad.

—Eres una gran científica Bulma y justo cuando más necesitas usar tu cerebro dejas que tu tonto corazón te guíe. ¡Ahhhhh! ¿Cuándo aprenderé? Tengo que dejar de hacerme ideas estúpidas.

Seguía con su soliloquio interno mientras masajeaba su cabello lleno de espuma al bañarse. Para ella era un hábito hablar consigo misma mientras se bañaba.

Últimamente se encontraba muy de malas, pues el saiyajin realmente se había tomado muy en serio el cuidarlos y se mantenía con ellos todo el tiempo, pasando más tiempo del necesario en la nave.

—Controla tus malditas hormonas Bulma Briefs, caer en las manipulaciones de Vegeta definitivamente está fuera del plan. Estúpido saiyajin, viene y se pasea en la noche sin camiseta, cree que, por tener ese cuerpo perfecto o portarse amigable me hará ceder. ¡Ja! Como si me importara...

Siguo auto-terapeándose, mientras terminaba su baño relajante. Sabiendo que de no controlarse su voluntad podría ceder; tuvo que patearse mentalmente y recordarse que él tenía una mujer ya y no era ella. Y se recordó todas las humillaciones sufridas a manos del peliflama y del resto de los saiyajines.

Recordó que casi murió a manos del asqueroso Paragus y que Vegeta no estuvo ahí para ella, porque los desechó como algo inservible. Le dolió el corazón, pero si era la única forma de recordarse quien era Vegeta, se lastimaría las veces que fueran necesarias.

Al terminar de arreglarse fue a hacer rápidamente el desayuno, no sabía si el saiyan desayunaría con ellos, pero supuso que su "alteza" tenía mejores cosas que hacer que pasar más tiempo con ellos, además ella no era su cocinera que para eso ya tenían muchos sirvientes oriundos del lugar.

Despertó a Trunks y cuando iba saliendo con el pequeño rumbo a la cocina, lo halló sentado ahí esperándola, se le hacía extraño que él cada mañana, aunque no comiera nada los esperara y escoltara hasta el laboratorio.

El peliflama cada mañana buscaba la forma de entablar una conversación con la mujer, pero la frialdad y las respuestas monosilábicas de ellas le cerraban cada intento. Era terreno desconocido para el saiyan ésta nueva Bulma, caminaba sobre hielo quebradizo... no sabía cómo manejarlo.

—¿Dormiste bien? — Se reprendió mentalmente el saiyan por su estúpida pregunta al ver la forma fría y mal encarada en que ella lo miró.

—Trunks y yo dormimos bien Vegeta ¿Todavía no se sabe nada de quien intentó ingresar a la nave? — La voz esperanzada de la Peliazul fue claramente detectada por él.

—Quién haya sido se cuidó de destruir las cámaras de vigilancia de la nave desde su punto ciego. — Fue todo lo que tranquilo dijo, mientras Trunks feliz comía.

De pronto el niño dejó su plato y se lo acercó a su padre. — ¡Comida papá! — le decía alegre Trunks mientras compartía de su plato a su padre, quién seguía parado, el gesto de su hijo lo conmovió y no solo a él.

—¿Quieres desayunar? — Preguntó amable Bulma, mientras empezaba a servirle el desayuno también a él.

—No es necesario — no quería que ella lo hiciera por obligación, a pesar de que moría de hambre y deseaba comer algo preparado por ella no estaba dispuesto a que lo hiciera forzada.

—Si no comes Trunks no va a seguir comiendo, anda come... — algo en el pecho del saiyan se removió, al verla sonreírle en forma amable y sin poder evitarlo se sonrojó...

En otro lugar de la base un grupo de saiyajines discutían preocupados acerca de ese ataque perpetuado contra la científica:

—¿Quién crees que haya sido? —Celery fruncía el ceño mientras pensaba seriamente en ese asunto.

—Y yo que voy a saber, no sé y no me importa— Arrogante contestó Pepper.

—Debería importarte, pueden creer que fue alguno de nosotros, por nuestro bien mejor buscar al culpable — Basil confirmó mientras abrazaba a Celery por detrás y la sentaba en sus piernas.

—¡Pero nosotros no hicimos nada! ¡Además a quién le importa, no son nadie importante! — furiosa comentó Pepper mientras mostraba su puño iracundo.

—Están haciendo las preguntas equivocadas, el problema no es quién fue, porque eso tal vez nunca lo sabremos, sino a quién beneficia que esa mujer desaparezca... — Comentaba en tono afable Kyabe.

—Pues no hay que ser muy brillantes para saber eso Kyabe, a quien beneficia es a Kale — fue lo que Pepper contestaba de mala gana mientras veía a Kyabe como si le hablara a un niño de 3 años.

—Touché Pepper, Touché — fue todo lo que Kyabe dijo antes de mostrar una hermosa y enigmática sonrisa.

Pepper y él siempre habían sido muy cercanos, siempre creyeron que había algo entre ellos, tal como sucedía con Celery y Basil. Quienes eran una pareja no formal aún, pero lo eran. Ellos también creyeron que podrían estar destinados; sin embargo, desde que llegaron a la base con el resto de los saiyajines, era claro que lo de ellos no era más que una buena amistad.

—No creo que sea ella, no es tan tonta para hacer algo así sabiendo que pueden acusarla, además es la mujer de Vegeta, eso no cambiará, no importa cuantas mujeres más tome Vegeta o si quiere tener un harem — cuestionaba Pepper.

— ¡AHHHH! Necesitamos que ese tema quede pronto solucionado — abatida exclamaba Celery, mientras derrotada se tapaba la cara con las manos por la frustración.

Sintió al varonil saiyan acercarse más a ella —Este lugar será el correcto, te prometí que cuando tuviéramos un lugar al cual llamar hogar te marcaría, y eso pretendo hacer — la voz ronca del saiyan hizo sonrojar a Celery mientras sentía las fuertes manos de Basil rodear su cintura.

Mientras ambos Saiyajines se perdían en la mirada del otro. Una curiosa Pepper decidió externar sus dudas —El tema de la unión es más extraño de lo que pensaba. Eso es algo que me intriga, ¿A ustedes no?— Pregunto dudosa Pepper.

— Qué cosa te intriga con respecto a la unión?— Curioso Kyabe veía atento a Pepper, la menuda saiyajin con su cabello corto siempre parecía peligrosa a pesar de su tamaño y complexión, pero a él en general más que peligrosa se le hacía adorable. Y le encantaba decírselo para irritarla, llevaban una estupenda relación.

Pepper estaba exasperada por tener que explicar lo obvio —Vamos, ¿acaso no lo han notado? Vimos a tus padres, ellos tenían una unión completa, pero eran muy distinto a como se tratan Kale y Vegeta. Recuerdo que alguna vez tu mamá contó que aun cuando solo uno de los dos fuera marcado, quien lo había sido estaría fielmente respaldando al otro y el otro, aunque no hubiera completado la unión sentiría una predilección por su compañero si bien no le debía lealtad al no estar finalizada la unión, ese lazo a la mitad generaba sentimientos fuertes entre ellos.

Celery recordó las veces que su madre los sentaba a los 4 a platicarles, su padre nunca fue de muchas palabras, su mamá era quien siempre platicaba con ellos y les contaba cosas de su extinto planeta.

Sin poderlo evitar sintió un dolor en el pecho al recordar que su madre y su padre habían muerto a manos de esa maldita lagartija por protegerlos y ayudarlos a escapar la vez que los había detectado escondidos en un planeta, desde entonces se volvieron nómadas que no se asentaban más de unas semanas en un lugar.

Lo único que sabía era que debían ayudar a que las cosas se mantuvieran estables ahí. Habían vagado por tantos lados que solo querían poder tener una comunidad donde vivir, un lugar al cual llamar hogar.

—Tienes razón, Kale no trata Vegeta como debería. Al menos no como mi madre nos contó aun así ella tiene la marca, fue la elegida. Deberemos ayudar en lo que se pueda para que todo funcione en este lugar — pensativa comentaba Celery

—Sí, Kale es la elegida, pero no veo predilección por ella, y los otros saiyajines parecen inclinarse por la terrícola y su crío, necesitamos saber más, aunque tengo la impresión de que la humana desconfía de nosotros — fue todo lo que Basil decía mientras Celery y Pepper analizaban que era lo mejor que debían hacer.

Celery volteó a ver a su hermano, a pesar de ser tan joven y de parecer el más inofensivo de ellos era la mente estratega que le había permitido a los 4 sobrevivir tanto tiempo, era su hermano menor, pero lo respetaba mucho y admiraba, si alguien podía hacer un plan para asegurar su supervivencia sería él.

— Es tu turno de hacer tu magia hermanito, dinos que plan seguir – Feliz volteaba a verlo

Kyabe solo sonrió, —En eso estoy hermanita, en eso estoy...

La ojiazul necesitaba supervisar el avance de Trunks con Radditz pero parecía que Suzuke no tenía intención de dejar el laboratorio pronto.

— Hey Suzuke, necesito de tu apoyo, aun faltan estas muestras de minerales, y Kale dijo que quería que tuviéramos el equipo terminado par mañana temprano, sin esos minerales no lo conseguiremos ¿Puedes ir por ellos? – A pesar de la mirada amigable de la terrícola Suzuke desconfiaba.

—Puedo pedirle a Caulifla que vaya — En tono impasible contestó La tsufur.

Bulma sabía que a pesar del avance en su relación con la otra científica, esta no se la iba a poner fácil.

—Vamos Suzuke, Caulifla tal vez no sepa cuál es y si me trae la equivocada habremos perdido tiempo, ¿Acaso quieres que Kale se enoje con nosotras?

La tsufur abrió los ojos con miedo, a pesar de ser leal a la saiyan se notaba el miedo que esta le generaba, —Iré con Caulifla, pero tendrás que ayudarme con los pendientes que tengo.

Antes de decir nada más Bulma le sonrió, —Cuando regreses ya tendré tus pendientes terminados, gracias Suzuke.

La Tsufur le sonrió tímidamente antes de salir del laboratorio.

Con eso la Peliazul tenía vía libre.

—Hey grandote ¿Estás ahí? — Le llamó Bulma a Radditz por el rastreador.

—¿Ya me extrañas terrícola? — Bromeó él mientras entrenaba al pequeño Trunks

—Ven al laboratorio, Suzuke se ha ido y necesitamos ver el avance de Trunks.

El saiyan de larga cabellera no quería admitirlo, pero al igual que Nappa se había encariñado del pequeño Trunks; el niño era endemoniadamente bueno para su corta edad. Hasta Caulifla era feliz de ir a ayudar al entrenamiento del pequeño.

Además le encantaba cuando podía por algun motivo estar a solas con la ojiazul, por lo que no desaprovecharía la oportunidad.

—Voy para allá.

Nappa se hallaba desconcertado, tan pronto le habían asignado el entrenamiento del pequeño Chard había comenzado entusiasmado. Sin embargo, el encanto duró nada.

Kale no se alejaba del pequeño, lo cual, a pesar de no agradarle a él, prefirió hacer caso omiso. Nappa comenzó con el mismo tipo de entrenamiento con el que empezó con Trunks, daba por hecho que este sería rápidamente entendido por Chard, esto no fue así. Lo logró, pero el avance era más lento del que esperaba. Intentó presionarlo.

—Eso es todo lo que tienes mocoso — decía mientras lo empujaba, el pequeño cansado cayó al piso.

En un punto el niño se frustraba y no lograba avanzar.

—¡Eres demasiado bruto para entrenarlo adecuadamente! — estalló Kale quien ya estaba fastidiada de ver a ese animal gritarle a Chard.

El calvo guerrero estaba molesto, harto de las constantes interrupciones de la saiyajin.

—Tiene el potencial, ¿Cómo crees que lograremos sacar su máximo poder? ¿Cantándole una canción de cuna Kale? — Se mofó Nappa.

La saiyajin lo odiaba, estaba harta de que siempre se creyera superior a ella.

—Cuidado de cómo me hablas Nappa que no se te olvide quien soy — siseaba molesta.

Sin embargo, Nappa no se iba a amedrentar, despectivo se cruzó de brazos antes de sisear con asco en sus palabras. — Eres la mujer del príncipe, y si aprendes a ser inteligente y cerrar la boca tal vez un día seas la reina, yo me ocupare de entrenar a Chard, tu ocúpate de calentar la cama de Vegeta que en eso has fallado. — fue el burlón comentario.

—¡IDIOTA! ¿Quién te crees que eres para hablarme así?, ¡NO ERES NADIE!

Kale perdió el control enfadada, comenzó a gritarle tan fuerte a Nappa que atrajo con el escándalo a Paragus. El saiyan se hizo presente y mandó a llamar a Vegeta.

Todos se hallaban reunidos — ¿Qué demonios pasa aquí? — fue lo que siseó el príncipe molesto.

— Pasa que Nappa no está capacitado para entrenar a Chard— fue lo que molesta dijo Kale.

— Nappa está más que capacitado — fue la réplica cansada de Vegeta, sabía a donde iría esta discusión cada vez que Kale había tenido oportunidad en las últimas semanas se había pasado reprochándole los burdos entrenamientos de Nappa, ella quería que Paragus fuera quien entrenara a Chard, Vegeta no confiaba en el saiyan su instinto le decía que, aunque no había hallado falta alguna en él no era de fiar y su instinto jamás se equivocaba.

No dejaría que nadie más que él decidiera quien entrenaría a su sangre.

— Nappa no tiene idea de lo que debe aprender mi hijo — Fue la réplica de Kale; cansado volteó a verla, harto de la discusión avanzó amenazadoramente frente a ella.

—Mi decisión está tomada Kale; ¡Tooma!— llamó demandante Vegeta y el saiyan quién había estado entrenando con Vegeta cuando Paragus los interrumpió avanzó hasta llegar donde el príncipe se hallaba. – Acompaña a Kale al área de entrenamientos y comiencen la rutina.

—¡Paragus! — llamó, el saiyajin avanzó y esperó órdenes —Ve con Tottepo a la misión encomendada, Nappa, lleva a chard a su cuarto y luego ¡Ven conmigo! — y de esa forma el príncipe acabo con el intento de discusión.

Un Tarble bastante curioso miró toda la interacción que pasó de lejos, analizando todas las situaciones y como podía interpretarlas. Le alarmaba ver la forma en que Vegeta miraba con fastidio a Kale, definitivamente que él decidiera quedarse a dormir con la científica no estaba ayudando a mejorar las cosas entre Vegeta y Kale.

Nappa fue junto con él a su preciada cámara de gravedad una vez dentro, alejados de cualquier oído externo Vegeta decidió saber realmente la situación.

—Explícame por qué Kale estaba ahora tan molesta, ¿Qué pasó con el crío?

Frustrado, Nappa le dio una mirada cansada al peliflama. Sabía que recibiría una paliza por parte de Vegeta por lo que estaba a punto de decir, pero no le iba a mentir.

—El avance de Chard no es el adecuado — él ya se había percatado de que el pequeño tenía un menor nivel de pelea que Trunks, quien para su asombro era capaz de incrementar el nivel de ki que manejaba cuando lo requería y que ocultaba el suyo en forma estratégica. Era algo que tal vez pudiera aprenderse después de años de práctica, pero Trunks era un infante en los primeros años de vida y ya lo dominaba, había que admitirlo el niño era extraordinario, fascinante.

—Lo siento Vegeta, pero el nivel de Chard es menor que el de Trunks, he intentado incrementarlo, pero Kale se entromete en los entrenamientos y no me deja avanzar como se debe.

—¿Alguien más se ha dado cuenta de eso? — Fue lo que serio Vegeta dijo. Nappa se sorprendió de la tranquilidad de Vegeta, lo comprendió de inmediato, el príncipe ya lo sabía. Nada escapaba a su ojo.

—Nadie ni Radditz —Fue la réplica de Nappa.

De pronto, Vegeta quiso probar la reacción que podrían tener los saiyajines al hecho de que Trunks fuera reconocido como hijo legítimo.

—¿Qué opinión tienes de Trunks? — Preguntó tranquilo, Nappa solo le dio una profunda mirada antes de contestar.

—El crío tiene un gran potencial Vegeta, es un saiyan de clase alta, si se entrena adecuadamente podría llegar a ser el más fuerte de todos cuando crezca.

Vegeta se quedó un momento en silencio antes de seguir — Lo reconoceré ante todos como descendiente legítimo.

Nappa lo miró con los ojos desorbitados, si bien él adoraba a Trunks tenía claro que esa era una pésima idea.

Su consorte era Kale, para ser un descendiente legítimo solo podía ser de su consorte, así había sido y así sería siempre para los saiyajines.

Si Chard no tenía el potencial suficiente la realidad es que debían engendrar un segundo hijo. Por mucho que él quisiera a Trunks eso no podría ser y eso generaría divisiones en la diezmada comunidad saiyajin.

—Tú eres el príncipe Vegeta. Sin embargo, sabes también como yo que hay cosas que no deben alterarse. Como el hecho de que Kale es tu consorte y que, si Chard no tiene el potencial esperado, entonces un segundo hijo debe ser engendrado.

Vegeta lo entendió, a pesar de lo mucho que veía que Nappa apostaba por Trunks, no lo apoyaría y si él no lo hacía, ¿Qué esperaba del resto? Debía buscar la forma de lograr que las cosas pasaran. Decidió cambiar de tema.

— Es importante que el nivel de Chard incremente, yo me encargo de Kale y tu encárgate del niño, como heredero debe ser el más fuerte, y lo será — Dijo con determinación, necesitaba que la atención se centrara en Chard, al menos hasta lograr el lugar de Trunks como su descendiente.

Como acordaron, él se encargó personalmente de tener a Kale ocupada, decidió ir junto con ella de misión, conquistando diplomáticamente planetas cercanos e incluso acabando con algunas revueltas de exmercenarios de freezer que se atrevían a ser tan estúpidos como para ir a buscar problemas a los alrededores del planeta base.

Detestaba no poder tener más tiempo para pasar con la científica y aunque no quisiera aceptarlo extrañaba pasar tiempo con Trunks, sin embargo, hasta que no tuviera resultados positivos en el entrenamiento de Chard, no dejaría que Kale interrumpiera el entrenamiento del niño...

En otro lado, Kyabe comenzaba su propia investigación como había prometido a su hermana:

—Dime Caulifla ¿Por qué Vegeta tomo a Kale si tenía ya otra mujer? — soltó a bocajarro Kyabe, a quién la curiosidad lo mataba y es que aunque había tratado de entender a Vegeta había cosas que no simplemente no lograba comprender.

La saiyan se echo a reír — Si piensas que yo tengo respuesta a esa duda, me das demasiado crédito. No sé porque Vegeta hizo eso Kyabe, ¿Piensas acaso que soy su amiga o algo? No sé sus motivos personales, pero los familiares sí — mientras le sonreía alegre.

—¿Los sabes? — Preguntó curioso el saiyan.

—No hay que ser genio para saberlo, es el príncipe de la raza. ¿Como tomarías la noticia de que su reina es de otra raza, cuando existen mujeres Saiyajines que puedan tomar ese lugar? ¿Acaso no te sentirías insultado?

Se quedó viéndola largo rato. La saiyajin era una guerrera bastante bonita, alegre y que siempre estaba de buen humor. Después de la muerte de sus padres, nunca tuvieron un lugar al cual sentir que pertenecían. Nómadas errantes, apátridas; a eso fueron relegados, ellos que eran guerreros de una de las razas más poderosas y legendarias de ese universo. Fueron relegados a no ser nadie.

Por eso cuando supieron que Vegeta estaba vivo y que estaba reclamando su lugar en ese universo, decidieron seguirlo con fe ciega. Él representaba el orgullo de su raza, sus padres le contaron las hazañas y las proezas de su raza, lo seguirían hasta la muerte.

Se quedó viendo a Caulifla, le gustaba el resplandor rojizo que se veía en su piel, reflejando los destellos de ese sol rojo anaranjado, que le daba destellos cobrizos a la piel de bronce de la saiyan.

Era hermosa, y ese resplandor no hacía más que tentarlo, se preguntaba que se sentiría recorrer esa hermosa piel bronceada con su manos y con su cola.

La había convencido de salir, de escaparse un rato de las actividades en la base y ahora descansaban bajo un frondoso árbol de tonalidades amarillas y azules, en una de las pocas colinas cercanas que había, pues las planicies rojizas predominaban en ese lugar.

Definitivamente la saiyajin se le hacía muy atractiva, algo en ella lo llamaba. Celery le había dicho que lo que le convenía era una unión con Pepper, ambos eran guerreros de clase alta, pero día a día que pasaba afianzaba su convicción que entre él y la saiyajin no había más que una linda amistad.

—¿A ti te molestaría que la reina fuera de otra raza? — Cuestionó Kiabe mientras mordía una fruta exótica y se recostaba contra el árbol.

Caulifla lo miro largo rato, él sabía que ella analizaba cuidadosamente su respuesta.

—Antes de que Vegeta escogiera una pareja formal, ella ya existía — Sin necesidad de decir más, ambos sabían que hablaba de la científica terrestre.

—Él escogió por su deber y honor a una saiyan, su instinto reclamo a otra— Fue lo que la saiyan tranquila confirmó.

Por un momento Kyabe pensó que ella bromeaba.

Caulifla siguió —Trunks será un gran guerrero, es el más parecido de sus hijos a Vegeta a pesar de ser tan diferente físicamente. Y la humana es mucho más capaz que nuestra actual princesa. ¿A ti te importaría que fueran ellos, Kyabe?

Caulifla estaba realmente nerviosa con lo que había dicho, pues había reconocido abiertamente su preferencia por la concubina, pasando sobre Kale. Y la ponía nerviosa que Kyabe no aceptara su forma de pensar, él le llamaba la atención y deseaba que él la mirase como algo más que una amiga, aunque no estaba segura exactamente de qué era lo que él despertaba en ella.

—Nosotros solo queremos poder tener un lugar al cual llamar hogar, Bulma o Kale, nos da igual— contestó indiferente el saiyan.

Pero antes de que ella pudiera sonreír aliviada él continuo —Vegeta ha reclamado a una, Kale lleva su marca y sabes que eso es inalterable. El escogió, y mantener a las dos a la larga desembocará que una de ellas muera, Kale lleva su marca, ¿Quién crees que será entonces la que desaparecerá?

Caulifla lo miró angustiada, — No puedes hablar en serio, Bulma no hizo nada malo. ¡Ella no tiene la culpa de nada!

Kyabe sintió que el pecho se estrujada al verla tan alterada, esta saiyajin le gustaba y no quería verla enojada o alterada por su culpa.

—No somos el enemigo Caulifla, pero la unión es fuerte, la elegida es Kale, debemos buscar la forma de que Bulma y Trunks sean apartados de aquí. Ella me cayó bien, y Trunks es un gran niño y será un gran guerrero.

La saiyan estaba preocupada, sabía que Kyabe no estaba amenazando a la humana, solo decía las cosas como eran y eso la angustió, sabía que la calma actual no dudaría mucho. Intentó no pensar en eso, por el momento. Al menos hasta no poder hablar con Radditz y Nappa, estaba segura que ellos buscarían como ayudar a la ojiazul.

Mientras Vegeta se hallaba fuera, Radditz fue asignado junto con Nappa para salvaguardar a la científica. A pesar de saber que no era correcto, Radditz buscaba excusas para poder estar cada vez más cerca de ella.

Dichas intenciones no escapaban al ojo siempre vigilante de Tarble, ni eso ni como Paragus miraba con maldad a Bulma y como los demás saiyajines no la dejaban sola nunca, ni a ella ni al pequeño híbrido ni a sol ni a sombra.

Notó también la forma en que disimuladamente destellos de odio podían verse reflejados en los ojos de Paragus al mirar a su hermano, pero eran tan rápidamente reprimidos que no podía confirmarlo con certeza. Así como destellos de adoración que ese saiyan tenía por Kale, aunque jamás sospechó que hubiera alguna otra relación entre Kale y Paragus. Había sido maestro de ella, así que asumía que, lo celos que de repente afloraban no eran más que paternales

Radditz sentía un caos crecer en él, abrumado caminaba en círculos en su cuarto mientras pensaba lo que era mejor hacer. En un inicio se había sentido atraído a la científica por la sensualidad innata de la mujer que lo volvía loco a pesar de que se esforzaba en no mostrarlo abiertamente.

Sin embargo, su interés en ella fue tan notorio que Nappa le lanzó una advertencia.

"... —Quien diría que la humana tendría tanto carácter — decía Nappa. Radditz solo sonrió — a veces nos molesta a propósito, le gusta provocarnos — decía riéndose Radditz.

—No te olvides quién es ella, sigue siendo propiedad de Vegeta, salvo que quieras terminar pulverizado— fue la advertencia de Nappa..."

Y a pesar de saberlo se halló envuelto en un genuino interés en ella que excedía lo sexual, la mujer era completamente diferente a lo que él conocía, y por lo mismo pasaba más tiempo cercano a ella, no se explicaba porque sentía una necesidad de ella que no había conocido jamás.

Desde la última vez que habló con Radditz acerca del desempeño de Trunks había sino notificada por Vegeta que estaría fuera nuevamente, y era Tarble quien se quedaba a veces con ella y otra veces eran Radditz o Nappa quienes hacían guardia fuera de la nave.

Bulma no quería aceptarlo pero extrañaba tener al saiyan a su lado, algo era un hecho, con el ausente sus pesadillas y terrores nocturnos habían vuelto.

Lo extrañaba, no lo aceptaría a nadie, pero la seguridad que sentía al dormir solo la tenía cuando él estaba cerca de ellos.

Decidió obtener más información del paradero de Vegeta, pues éste le había contestado con evasivas cuando le notificó que se ausentaría de nuevo.

—Dime Radditz ¿Sabes a donde fue Vegeta? —El saiyan la miró fijamente antes de contestar — Solo me hablas para saber de él ¿No? — Ella solo giró los ojos al cielo.

—Te pregunté porque creí que éramos ¡Amigos! Pero ya vi que eres igual de idiota que Nappa — La ojiazul caminó a paso rápido alejándose de él, Trunks ahora estaba descansando, y Radditz había llegado antes de la hora acordada, al laboratorio.

La detuvo del brazo, — Espera humana deja de ser tan temperamental, fue de misión con Kale, ¿Contenta? — Por algún motivo le daba placer decirle que Vegeta estaba con la saiyajin. Ese tipo de actitudes no eran las correctas y aunque Vegeta estuviera con Kale, Bulma seguía siendo prohibida para él.

—¿Sabes cuánto tiempo estará fuera? — trató de no parecer ansiosa.

— mmm no más de una semana — fue todo lo que dijo antes de comenzar a explicarle el avance que llevaba con Trunks.

Terminó pronto la reunión con él. Ahora que sabía que Vegeta no estaba y que Nappa estaba ocupado se apresuró a intentar por fin establecer la comunicación que había sido imposible hasta ahora.

Su corazón se aceleró de la emoción, había enviado a Susuke de nueva cuenta lejos así que era ahora o nunca.

Una melodiosa voz se escuchó cuando por fin pudo hacer contacto — ¿Sí? — La voz sonada dudosa, nadie la podía contactar a menos que supiera de ese canal de comunicación, y solo habían dos personas que lo tenían y ambas personas estaban en la tierra.

Con el corazón latiéndole a mil por hora Bulma contestó —Hace mucho que no hablábamos...

Trató de que su voz no se rompiera, la felicidad la embargó al escuchar aquella voz, cómo la extrañaba.

—B.B ¿Eres tú?

Bulma simplemente sonrió mientras una lágrima de felicidad escurría por su mejilla, — ¡Oh Kami! Cómo te he extrañado — la voz de la peliazul se le quebró de la emoción, pero continuó hablando, pues la otra persona seguía expectante esperando su confirmación.

— ¡Sí! Soy yo...

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¡Hola a todos! Primero que todo una disculpa por el atraso, han sido días realmente pesados, y ayer regresé demasiado tarde por la noche al hotel y el capítulo no estaba completamente revisado, el sueño me vencía y me fue imposible.

Hoy entre junta y junta por fin pude terminar de revisarlo. Espero entiendan que a veces es un poco complicado, mi trabajo demanda mucho, pero ojalá y valga la pena.

Se qué tal vez quisieran ver más acción pero hay cosas que toman un poco de tiempo desarrollar de lo contrario se verían forzadas.

¿Que les pareció el cap? Espero les haya gustado. Un abrazo y gracias por su paciencia.

Rápidamente contestó comentarios:

An R. Tendo: Happy Birthday!!! Por ti me apure para lograr si o si entregar hoy el cap y dártelo de cumple. Espero te haya gustado el cap. Se que aún no vez a Vegeta sufrir agonizando pero todo lleva un tiempo ahí vamos ;)

Calay: X2 tampoco sentí pena por Vegeta. ¡Que le den! Y de Tarble tengo la misma impresión que tu...

Invitado 1: Si baby Trunks y Vegeta juntos serían genial.

Invitado 2: Vegeta empieza pagar su cuota a ver cómo le va y si por desgracia por Tarble ya cayó en las manipulaciones de Kale.

Invitado 3: oh Vegeta apenas empezó a pagar poquitito Karma jajajaja aún le falta...

NalleXF: Vegeta empezará a pagar su karma pronto y Kale... todos la odiamos es demasiado odiosa