Harry Potter pertenece a JK Rowling.

Star Wars pertenece a George Lucas (y a Disney)

Harén de Harry.

HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.

SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.

Star Wars: El Ataque de los Clones

Hay inquietud en el Senado Galáctico.

Varios miles de sistemas Solares han declarado sus intenciones de abandonar la República...

El movimiento separatista, bajo el liderazgo del misterioso Conde Dooku, han hecho difícil que el número limitado de Caballeros Jedi mantengan la paz y el orden en la galaxia.

La Senadora Amidala, la ex reina de Naboo va a regresar al Senado Galáctico para volar sobre la cuestión crítica de formar un EJÉRCITO DE LA REPÚBILICA para ayudar a los abrumados Jedi...

Capítulo 73: Batalla de Geonosis.

La situación en la oficina del Canciller Palpatine, era dura. Junto a él, tres de los Senadores de su mayor confianza, y del otro lado, tres de los maestros Jedi más honrados.

―Los Gremios de Comercio se preparan para la guerra. De eso, ya no queda duda, tras el informe de Obi-Wan Kenobi. ―Dijo Bail Organa.

―Siempre que el informe sea exacto. ―Dijo Ask Aak.

―Lo es, Senador ―aseguró Mace Windu, a lo cual Aak frunció el ceño y asintió.

―Canciller, ¿posible no es, que los Jedi enfrenten a los robots en Geonosis? ―preguntó Jar Jar Binks.

―Gracias por la propuesta ―dijo Palpatine, quien miró al Vingan. ―Maestro Yoda, ¿cuentan con los números, para apoyarnos, en la liberación de Geonosis, del control Separatista?

―Por toda la galaxia, mil Jedi hay ―contestó el maestro Yoda. ―Pero, en una misión, solo con cerca de doscientos contaremos, por la cercanía a Geonosis, en muy diversos y alejados sistemas, otros Jedi encontrarán.

―La paz es lo que busca la Orden Jedi, no la guerra ―dice Mace Windu.

―Con todo respeto: No serían suficientes Jedi, para hacer frente a lo que preparan los Separatistas en Geonosis. ―Dijo Bail Organa.

― ¡La hora de la negociación se ha acabado! ―gritó un furioso y frenético Ask Aak. ― ¡Lo que necesitamos ahora, es el ejército Clon!

―A no ser, que la amenaza Separatista sea algo táctil para muchos, entonces no actuarán. ―Dijo Bail Organa.

― ¡El Canciller necesita de poderes extraordinarios, y así podrá ordenar el despliegue de los Clones! ―dijo Ask Aak.

El Canciller Palpatine se echó hacía atrás. ―Comprendo totalmente la crisis, senador Aak, pero... no sé si tengo los nervios o la moral o inmoralidad suficiente, como para desplegar soldados, que sé que morirán en el Campo de Batalla.

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En Geonosis, Obi-Wan era electrocutado, y solo se detuvo cuando apareció Dooku.

― ¿Qué buscas aquí, Jedi? ―preguntó Dooku.

―He.… he venido... en busca de un caza recompensas.

―Los Geonosianos, no confían en ellos ―explicó Dooku.

―Te aseguro, que está aquí ―dijo Obi-Wan.

―Lamento, que nuestros caminos se entrecrucen así ―dijo Dooku. ―Pero desconoces la realidad. Desconoces lo que en realidad ocurre, y no solo en Geonosis: Sino en la Republica.

― ¿De qué hablas? ―preguntó Obi-Wan confundido, justo antes de que un sable de luz verde, destruyera la máquina que mantenía suspendido a Obi-Wan, y volviera a la mano de Qui Gon-Jinn.

―La Republica está bajo en control de un Lord Sith. Uno autentico, no uno de mi clase y estilo, que solo poseo unos cuantos trucos del lado Oscuro. Hablo de alguien, con grandes conocimientos del Lado Oscuro. ―Dijo Dooku, mientras encendía su Sable de Luz Rojo Carmesí.

Obi-Wan miró a Qui Gon-Jinn, mientras que uno activaba su sable Azul Zafiro, el otro su sable Verde Esmeralda, dando inicio a un combate triple, pero alguien apareció como una sombra veloz, y Qui Gon, alejó a Dooku con un empuje de la Fuerza, mientras colocaba su sable de luz verde, verticalmente, bloqueando el intento de corte, de una Dathomiriana, vestida de negro, calva, de piel blanca y ojos azules, que empuñaba un sable rojo.

Obi-Wan, comenzó a atacar a Dooku con la forma III, pero el bloque de la forma II de Dooku era increíble.

―Intenté advertir a la Orden, sobre Darth Sidious, aquel que está actualmente al mando de la Republica, pero no me escucharon. ―Decía Dooku, mientras únicamente bloqueaba los ataques de Obi-Wan, haciéndolo ver como un Padawan. ―Intenté en muchas ocasiones advertirles, pero vi como Sidious destruirá todo, la orden comenzaba a caer en la ignorancia, y decidí marcharme. Me uní a la Federación, los convertí en los Separatistas, creé la segunda generación de Droides, y estarán preparados para hacer frente a los Jedi.

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Al mismo tiempo, Jar-Jar estaba hablando, en nombre de la senadora Amidala, y para todos era desconocido, que Anakin y Padme estaban en Geonosis, intentando boicotear a los droides Separatistas. Pero R2-D2, recibió una señal y un mensaje holográfico se activó en él.

Mostrando una grabación, de Anakin y la senadora Amidala, quienes explicaban como habían descubierto lo que planeaba el Conde Dooku, junto a los Separatistas: La guerra se recrudecería, a causa de los Droides.

Rápidamente, el Senado al completo aprobó el uso de los clones. Y el Canciller Palpatine, ordenó a los Jedi que fueran a Kamino y reunieran las tropas: ellos los comandarían.

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Los tres, fueron llevados rápidamente al coliseo Geonosiano, y se hizo un gran espectáculo diciendo que serían condenados, por espionaje. El líder del planeta, dijo que el más indicado para ejecutarlos, era una criatura llamada Reek: Un cuadrúpedo, musculoso, que contaba con un cuerno encima de su hocico, y dos cuernos apuntando hacía el suelo, a ambos lados de la mandíbula.

Luego una criatura llamada Nexu: Era un felino musculoso, tenía una cabeza ovalada horizontalmente, tenía cuatro ojos y largos colmillos, así como poderosas garras y una cola dividida en dos.

Y, finalmente, una criatura llamada Acklay: Una especie de crustáceo, que caminaba sobre sus seis patas, que parecían terminar en puntas. Sus cabezas eran alargadas hacía atrás, y contaban con unas bocas llenas de dientes afilados.

Anakin, Padme, Qui Gon y Obi-Wan, tenían las manos atadas, a unas columnas, no muy altas.

― ¿Listos para luchar? ―preguntó Qui Gon.

― ¿Luchar? ―preguntó Anakin, siendo bastante escéptico. Tenían las muñecas encadenadas y tres feroces criaturas carnívoras, que se acercaban lentamente.

―Anakin, ve por el de la derecha, Obi-Wan, por el de la izquierda, y yo por el restante. ―Ordenó Qui Gon.

Anakin volvió su mirada a Padme, quien se liberó de un grillete gracias a un alambre oculto, y escaló la columna, liberándose de la cadena.

El Reek atacó por la espalda a Anakin, pero el joven Padawan saltó, usó la cadena atándola alrededor del cuello del Reek, mientras que él se convertía en su jinete. El Reek comenzó a moverse desesperado, hasta que logró quitarse a Anakin se encima, lanzándose con su quijada abierta y dispuesto a devorar al rubio, quien tiró de su cadena, y la criatura mordió la cadena, liberándolo.

El Acklay cargó contra Obi-Wan, quien estiró la cadena y la garra del Acklay, liberó a Obi-Wan, quien rápidamente usó la Fuerza, para calmar a la criatura.

El Nezu se lanzó contra Qui Gon, quien lo esperó y tiró su cadena, la cual fue mordida por el Nezu, liberándolo, Qui Gon siguió el ejemplo de su antiguo Padawan, y calmó a la bestia.

Anakin dejó inconsciente a la suya, cuando esta trató de atacar a Padme.

Los Droidekas salieron rodando, dispuestos a acabar con los cuatro.

Pero en los palcos, Mace Windu amenazó a Jango Fett con su sable de luz.

―Maestro Windu, que agradable sorpresa ―dijo Dooku. ― ¡Llegas justo a tiempo, para presenciar el espectáculo, de la muerte de tres d tus Jedi y de tu Senadora!

―No esté tan seguro, Conde ―advirtió Windu.

A lo largo de todo el estadio, unos doscientos Jedi aparecieron, y encendieron sus sables de luz, al unísono.

Pero Dooku enseñó una sonrisa, y Windu miró de reojo como dos centenares de Droides de combate, ingresaban en la arena. Windu se giró, y desvió los disparos de cinco droides de combate, que le atacaron, y usando la Fuerza, los desarmó a todos.

En el campo de batalla, los aullidos de los sables de luz, siendo empuñados para desviar los disparos láser de los droides, y para decapitar a los droides, comenzaban a escucharse, por toda la arena. Algunos Geonosianos trataron de dañar a los Jedi, pero murieron en el intento, mientras que otros simplemente escapaban.

Windu bloqueó con su sable purpura, el sable carmesí de Dooku, y luego rodó por el suelo, para esquivar las llamas que le arrojó Jango Fett. Con un movimiento de su brazo, Dooku salió volando, y el maestro Yoda, envió los sables de luz de los prisioneros, hacía ellos.

Azul claro para Obi-Wan, verde para Qui Gon y azul índigo para Anakin, pronto se unieron a sus compañeros, en la batalla contra los Droides.

Anakin desmontaba a los droides con la Fuerza.

Obi-Wan devolvía los disparos laser, a los droides.

Qui Gon mandaba a volar a los droides, o aplastaba sus cajas torácicas.

Padme disparaba a los droides, siendo ocasionalmente asistida por Anakin y Qui Gon.

Droides siendo decapitados, cortados verticalmente, horizontalmente, empujados con la Fuerza, desmontados, destruidos por disparos láser desviados.

Nadie parecía prestar atención a una joven Zabrak, que usaba Tonfas de luz rojo carmesí.

― ¿Maris? ―preguntó una Twi'Lek azul.

―Hola, Aayla ―saludó Maris, sonriente.

Una vara con una luz azul, cortó a seis droides que casi matan a la Twi'lek y a la Zabrak, la vara volvió a la mano de una chica rubia de ojos azules. Era Daphne. ―Chicas, concéntrense en el combate.

―Perdón por eso ―dijeron la Jedi y la Sith, mientras se ponían espalda con espalda y continuaban desviando disparos láser o cortando a sus enemigos.

Daphne cargó una esfera de llamas, que pronto usó, para despachar a un grupo numeroso de droides, que iban saliendo por la puerta tres.

―Nada mal, Daph ―dijo Susan parándose a su lado, dándole un buen susto a la rubia. La pelirroja, colocó su mano derecha en el suelo, y causó un ligero temblor, antes de que picos de piedra, surgieran del suelo y acabaran con un grupo de droides, antes de que pudieran salir por una de las puertas.

―Bien hecho, Susy ―dijo Daphne. ― ¡Hey!, ¿esa no es Hermione?

La castaña de sable verde, corría a gran velocidad, entre un tumulto de droides, atacándolos con su sable de luz, pero también arrojándoles múltiples y veloces Diffindos, invocaba cuerdas de ácido que salían de la nada, y destruían los droides.

― ¡Wow! ―dijeron las dos ex-alumnas de Hogwarts, la Twi'lek y la Zabrak, sorprendidas por cómo estaba manejando Hermione la situación.

Una decena de Droides, se volvieron polvo, gracias al Reducto de Harry, quien sonreía, desvió un disparo láser, guardó su varita, cerró su mano y los droides que le atacaban, se volvieron chatarra compacta.

A pesar de la ayuda mágica, con la que contaban, gracias a los Jedi y usuarios del lado oscuro, que se unieron a ellos, los Geonosianos y droides, los iban superando, y tuvieron que ir formando un circulo defensivo.

¡Protego Maxima! ―exclamaron Hermione y Padma, una cúpula transparente, pero con algunos brillos blancos ocasionales, apareció sobre los Jedi.

¡Repello Inimicum! ―exclamaron Susan, Daphne y Harry.

Ocasionalmente, algún disparo láser penetraba las protecciones, y estas se iban debilitando rápidamente.

La superioridad numérica era obvia, por parte del enemigo, aun y con la ayuda de los encantamientos y maldiciones, por parte de Harry, Padma, Susan, Hermione y Daphne.

― ¡Nos quedan pocas salidas! ―dijo Ki-Adi Mundi, quien se iba cansando de bloquear y contraatacar. ―Es un buen escudo, pero no durará por mucho tiempo, jóvenes.

―Lo lamento, maestro Mundi ―dijo Hermione.

Rápidamente, y no viendo otra salida, Harry, Daphne y Padma, usaron una triple Bombarda Máxima, pero nada parecía funcionar, parecía ser que los droides estaban reproduciéndose.

Una agotada y desesperanzada Padme Amidala miró al cielo. ― ¡MIREN!

Harry, las chicas y los Jedi presentes, reconocieron que eran naves republicanas, se miraron unas a otras, y a Harry, asintieron y bajaron el escudo, antes de que todas, usaran repelieran con la fuerza, a los droides.

Media docena de fragatas descendieron sobre la arena, mientras soldados clones comenzaban a disparar contra los droides.

― ¡En marcha! ―ordenó el maestro Windu, y todos ascendieron en las naves.

― ¿Y tú maestro, querida? ―preguntó Harry a Maris.

―Vine en cuanto supe, que estabas en problemas y me traje a las chicas. ―Dijo Maris, dándole una sonrisa.

Los soldados clones desembarcaban de sus naves, y abrían fuego contra los droides enemigos, mientras que los Jedi se elevaban en el aire.

― ¡Más batallones a la izquierda! ―decía el maestro Yoda. ― ¡Rodearlos debemos, dividirnos luego!

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― ¡Los Jedi han reunido un gran ejercito! ―se quejó Nute Gunray, furioso.

―Esto es imposible, ¿de dónde los han sacado? ―se preguntó el Conde Dooku, desconcertado. ― ¿De dónde han sacado un ejecito tan deprisa?

― ¡Debemos de enviar a todos nuestros Droides! ―dijo Nute.

―Son más que nosotros. Muchos más ―dijo Dooku.

―Debemos de deshacernos de los planos, o los Jedi sabrán lo que planeamos hacer. ―Dijo Poggle El Menor.

Dooku fue rápido, haciendo que los Holo-Discos con los planos se desactivaran, y llegaran a su mano por medio del uso de la Fuerza. ―Los planos estarán a salvo conmigo, y mi maestro.

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Los soldados clon, cruzaban el campo de batalla en motos Speeder.

La fragata en la cual estaban Harry, Anakin, Obi-Wan, Qui-Gon, Sheda, Padme, Hermione y Susan, sobrevolaban el campo de combate, donde ahora era una batalla Clones vs Droides.

― ¡Soldado, apunten a las células de combustión! ―ordenó Anakin, al piloto.

El Artillero clon, abrió fuego siguiendo las instrucciones del Padawan. Enormes explosiones, hicieron temblar la nave enemiga, haciéndola caer hacía el campo de batalla.

―Capturar a Dooku debemos, o más sistemas a los Separatistas se unirán ―dijo Yoda.

― ¡Capitán, aterrice en ese punto de allí! ―pidió Mace Windu.

―Entendido, general ―dijo el clon. De la nave saltaron Mace, Ki-Adi Mundi y una tropa de soldados clon, pero Yoda no fue con ellos.

―Al centro de mando de vanguardia llevadme, por favor ―pidió Yoda.

―Maestro Yoda, todas las posiciones de vanguardia siguen avanzando ―dijo el capitán Clon.

―Muy bien. En la nave estelar más cercana todo el fuego concentrad.

― ¡Sí señor!

El comandante clon echó a correr, organizando a sus tropas a medida que se alejaba. El fuego concentrado tuvo éxito allí donde no lo habían tenido las descargas esporádicas, derribando una nave estelar tras otra.

Las legiones 540, 675 y 111, se unieron a la legión que seguía al maestro Yoda, obteniendo una victoria aplastante.

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Qui Gon y Anakin, siguieron a Dooku, abrieron las puertas de la torre con sable láser en mano.

― ¡Vas a pagar por todos los Jedi que has matado hoy, Dooku! ―sentenció Anakin, cuando su maestro y él, lograron hallarlo.

Anakin atacó con su sable y con un salto, pero Dooku lo mandó a volar, con un Empujón de la Fuerza.

―Como pueden apreciarlo, aún tengo varios trucos de mi época de Jedi. Soy más fuerte que ustedes. ―Dijo Dooku.

―Ya lo veremos ―dijo Anakin, mientras tocaba el suelo.

Dooku se movió hacía su derecha, cuando el suelo cedió, elevó su mirada y bloqueó el sable de Qui Gon, para luego mandarlo a volar, y bloquear el sable de Anakin.

Qui Gon dirigió su sable verde esmeralda, hacía el vientre de Dooku con un estoque.

Pero el sable fue desviado hacía la derecha, por el sable rojo carmesí de Dooku.

Anakin cayó desde lo alto, con su sable de luz, el cual fue bloqueado por Dooku, al subir el suyo, por encima de su cabeza.

Dooku comenzó a usar la forma defensiva, de la forma de esgrima II: Makashi.

Qui Gon y Anakin, atacaban usando la forma V: Shien.

Qui Gon y Anakin, realizaban todo tipo de acrobacias, aparecían a la derecha e izquierda, por arriba y por abajo, saltando o deslizándose, alrededor de Dooku, quien esquivaba o paraba los intentos de los sables verde y azul, por dañarlo.

Qui Gon, convirtió rápidamente un golpe amplio, en uno más angosto.

Anakin se concentró en el combate, mientras que hacía un ejercicio mental de olvidar todo lo que le rodeaba, y solo centrarse en su maestro, y en su enemigo, y comenzó a demostrar ciertas pinceladas en el Shien, del Juyo que su madre Sith, le había enseñado, recientemente.

El cambio en el estilo de combate de Skywalker, se volvió aún más veloz, fuerte y feroz, y peligroso para Dooku.

Dooku desviaba el sable azul-índigo de Anakin, hasta que vio como bajó la guardia, logrando cortarle el brazo derecho a Anakin, quien a su vez logró atravesarle el cuello a Dooku, causando que sintiera su garganta en llamas.

Dooku retrocedió, mientras pensaba en escapar, teniendo que comenzar a bloquear los ataques de maestro y aprendiz, mientras retrocedía, una puerta se abrió a un lado de Dooku, quien causó un terremoto, con la intensión de aplastar a sus rivales, y logrando él escapar.

Pero los Jedi, lograron desviar las losas del techo, que amenazaban con aplastarlos, y escaparon, no sin que antes Qui Gon, hackeara algunas de las computadoras, y escaparan con la información, en un Holocron Sith virgen.