Harry Potter pertenece a JK Rowling.
Star Wars pertenece a George Lucas (y a Disney)
Harén de Harry.
HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.
SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.
Star Wars: The Lost Days of the War
Capítulo 76: Mantenemos el equilibro, gracias a la oscuridad.
En el planeta de Malakor V, en el interior de una perfecta e intacta Academia Trayus, Darth Vadrix, se reunió con Kunar, uno de los primeros Jedis Oscuros, uno de aquellos que arrimaron a Korriban, cuando se formó la primera legión de usuarios del lado oscuro.
― ¿Qué deseabas de mí, Kunar? ―preguntó Vadrix, con las manos en la espalda y manteniéndose calmado.
― ¿Por qué no estamos enfrentándonos, a los Jedis, Vadrix? ―cuestionó Kunar, mirándolo desafiante. ―Supimos sobre lo ocurrido en Geonosis, y sobre como sus fuerzas se han resentido.
―Actualmente Kunar, no buscamos la guerra abierta contra los Jedis. ―Confesó Vadrix. ―Solo reclutamos personas, y las entrenamos en todas las formas y estilos de la Fuerza Oscuras, para asegurarnos de mantener el equilibrio.
Kunar lanzó una risilla, y miró al anciano. ― ¿Me dices, que nos hemos vuelto simples monjes?
―Si así deseas verlo, entonces sí. Nos volvimos monjes, pero... nuestros maestros y padawans, tienen libertad de hacer lo que deseen, siempre y cuando sigan el camino oscuro, de Darth Bane. ―Explicó Vadrix, quien vio el ataque.
Kunar saltó hacía atrás, desenfundó su sable de luz, y se dispuso a caer encima de Vadrix, para partirlo verticalmente.
Pero el anciano levantó su mano, y Vadrix salió volando, por la Fuerza de Repulsión, hasta golpearse la espalda, con la pared.
―No eres nada. No son nada, Vadrix. No son más que tristes monjes. Jedis, que pretenden usar el lado oscuro, y nada más. ―Gruñó Kunar, enseñando los dientes.
―Mantenemos el Lado Oscuro a flote, y vivo. Mantenemos el equilibrio en el lado oscuro, y los Jedi hacen lo mismo, en el lado lumínico. ―Dijo Vadrix.
Kunar logró liberarse, y se lanzó al ataque contra Vadrix, con su sable de un bello rojo carmesí en manos.
Vadrix desenfundó una espada de metal, con la cual bloqueó, la espada de plasma de su oponente, haciéndolo abrir los ojos, debido a la sorpresa de que la hoja carmesí, no pudiera cortar una espada de metal. Aprovechando ese momento, Vadrix lanzó un corte, logrando causarle una futura cicatriz en el pecho a Kunar, quien lanzó un grito y retrocedió.
Kunar, hizo balancear la empuñadura del sable en su mano, la hizo girar una y otra vez, mientras miraba a su rival, y luego bajó la mirada a la hoja de metal. ― ¿Cómo? ―preguntó confundido.
Vadrix enseñó una sonrisa. ―Duroplástico, un metal blanco resistente, y empleado en armaduras de todo tipo, teniendo una perfecta resistencia ante granadas ligeras, armas de destrucción verpine, cañones láser ligero, e incluso contra sables de luz. Luego de haberla formado, adquirí de unos Mandalorianos, algo de metal beskar, el cual puede igualmente aguantar la cuchillada o el golpe de un sable de luz.
Kunar hizo una mueca de enfado, y apuntó al usuario del lado oscuro. ―Y fundiste ambos metales, en la hoja.
No necesitaba la respuesta, ya la tenía. ―Sobrevivimos en las sombras, y alimentamos el lado oscuro, con nuevos agentes quienes pueden ir a voluntad. Pero no entraremos en guerra directa con los Jedi. Si quieres iniciar una guerra contra los Jedi, entonces hazlo tú. Toma a aquellos que quieran seguirnos, hazte llamar como se te dé la gana, e inicia la guerra.
Kunar trató de atacar nuevamente, pero Vadrix lo Empujó con la Fuerza, y concentrándose, hizo que la roca comenzara a fundirse en la piel de Kunar, encerrándolo en la pared.
Vadrix salió del templo, y lo selló desde fuera, pero vio una nave que ya conocía. Se preocupó y se acercó corriendo, viendo a una mujer reptiliana, con un rostro que recordaba al de un murciélago, de ojos amarillos y reptilianos, que llevaba una armadura escarlata.
― "Zame" ―susurró.
― ¡Darth Vadrix, Gelin! ―dijo la Kaleesh, asustada y acercándose a él.
Una mujer de cabello negro y violeta, se acercó a ellos, empuñando un sable carmesí en una mano, y uno violeta en la otra, llevaba una armadura roja encima. ―No creo que salgamos ilesos, Vadrix ―dijo la mujer.
―Estamos de acuerdo, Revan ―dijo Vadrix, la mujer ya hacía mucho que no usaba ese nombre.
Pronto, fueron rodeados por usuarios del lado oscuro, quienes tenían sobre uno de sus ojos, el símbolo Sith quemado, como cuando se marca el ganado.
― ¿Los seguidores de Kunar? ―preguntó Vadrix, empuñando su sable de luz, colocándose espalda con espalda con Zame, también conocida como Lady Darth Faett, una de los tres miembros del Fuero Sith.
―Mataron a Eldos ―dijo Darth Faett, derramando una lagrima, por su ahora fallecido compañero.
―Muchos Aprendices y Maestros, han abandonado el planeta y tomaron la información de la Academia, ya saben: De la biblioteca ―dijo aquella mujer, que en el pasado se hizo llamar Darth Revan. ―Sobreviviremos.
―Gracias por tu apoyo linda, ahora debemos huir ―dijo Vadrix, mientras que todos los que apoyaban su camino, aquel que solo enfrentar a los usuarios del lado Luminoso, cuando auténticamente fuera necesario, y no solo por deseos de esclavitud de otros planetas, ascendieron a las naves, que tenían formas piramidales.
― "Kunar" ―susurró Harry, como Darth Koldin, mirando hacía una ventana. El reflejo de Daphne, Padma y Maris, acercándose a él le dio el apoyo espiritual, que en esos momentos necesitaba. Creyendo que nadie les prestaría atención, Padma retiró ligeramente, la máscara de Harry, besándolo en los labios, acción que Daphne y Maris imitaron. Entonces, Harry creyó entenderlo. ―Maestro ―Kaft lo miró. ―Siendo que tenemos usuarios del Lado Oscuro y Siths del pasado, ¿sería posible, que este traidor revolucionario, fuera Exar Kun?
―Imposible no creo que sea. ―Dijo Vadrix. ―Las leyendas cuentan, que su excesiva curiosidad, atrajo la atención del espíritu de Freedon Nadd, él lo guio, hasta que Kun destruyó el enlace oscuro del alma de Nadd. Luego, tuvo un combate contra Ulic Qel-Droma, quien era un Jedi Caído y líder de los Krath, para ver quien lideraría a esa raza, hasta que el espíritu de Marka Ragnos, detuvo el combate, entre ambos.
―Conocido por el Pogromo Jedi. Una matanza de Jedi, casi imposible de detener. ―Dijo Padma, quien ahora contaba con un permanente delineado de ojos. Afortunadamente para ella, su marca del lado oscuro no fue tan extravagante, como tener ojos rojos o dorados. ―Robó un Holocrón Sith, y lo usó para atraer a más Jedis hacía el lado oscuro.
―Gracias por la clase de historia, mi niña ―dijo la maestra del lado oscuro Padma, quien le colocó una mano en el hombro, para que se mantuviera fuerte. Era una Togruta, su nombre era Kitre Valiss, ella odiaba la idea de usar un alias.
―Maestra Valiss. ―Contestó Padma.
― ¿A dónde iremos, lord Vadrix? ―preguntó Daphne.
―Aun no lo sé...
―Al Espacio Salvaje. ―Dijo Harry, y Kaft enseñó una sonrisa.
Su Padawan, era un amante del conocimiento, y lo mismo con Padma Patil, pero en su alumno era casi enfermizo. Kaft sabía por qué deseaba ir al Espacio Salvaje: El chico quería convencerlos, de ir al planeta Groth XI, un planeta que perteneció a los Jedi Oscuros, y la leyenda contaba que se fundó una academia, llena de pergaminos de magia del lado oscuro, pero claro, no dejaba de ser eso: Una leyenda.
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El Conde Dooku, viajó al planeta Rattatak donde sabía, que un evento de gladiadores se había organizado. Fue guiado por un guía, hasta un palco desde el cual vio la arena de combate.
No se sorprendió, de ver caer a los gladiadores. Solo los dejó morir, Dokku no estaba sorprendido, pero esperaba llegar a atraer más, que solo unos cuantos caza-recompensas, y Jedis oscuros.
Hasta que un usuario de sables de luz, logró sorprenderlo. Llevaba una túnica escarlata, un sable verde y uno azul, la vio enfrentarse a todos los rivales, y ganarles a todos.
― ¡Tu, la usuaria de la Fuerza, la que ha quedado en pie, sube aquí! ―ordenó el organizador del evento, mientras que la mujer ascendía, levitando con la Fuerza e ingresaba en el palco.
―Eres fuerte. ―Dijo el Conde Dooku― De eso no hay dudas.
―El lado oscuro es fuerte en mí, porque soy una Sith ―dijo la mujer.
Aquello hizo reír a Dooku. ―Tus aspiraciones son grandes, pero al mismo tiempo, son infantiles. Peleas como un Sith, te mueves como se espera de un Sith, pero... los Sith carecen de miedo, y eso lo noto en ti.
―No sabes nada del lado oscuro, anciano ―dijo la mujer, activando sus sables de luz, azul y verde.
Dooku no pudo evitar reír. ― ¿Ah, ¿sí? ―La mujer corrió hacía Dooku, pero él se giró y la arrojó al suelo, gracias a los Rayos de la Fuerza, haciéndola gritar, hasta dejarla desmayada.
Cuando despertó, se encontró en una cómoda cama, se acercó a sus sables de luz, los agarró, y saltó, esquivando un tajo horizontal.
Al caer, comenzó a atacar a Dooku, pero él retrocedía y bloqueaba todos los ataques de la Arkaniana, incluso si ella poseía dos sables de luz, incluso con el avanzando estilo Jar'kai que ella manejaba, pero esa ventaja de un segundo sable de luz, no le servía, para cortar la carne, o los ropajes del conde Dooku, quien, además, la hacía retroceder con ligeros empujes de la Fuerza.
La Arkaniana, lanzó una de las estatuas de la habitación, hacía el conde, el cual se giró para cortarla, y luego se volvió al frente, para prestar atención a su rival, solo para verla desaparecer, y tratar de atacarlo por la espalda, pero de nada sirvió, pues una estatua de Freak, se interpuso y el plasma de un sable de luz, no puede cortar o dañar metales tales, como el Freak o el Cortosis.
La mujer salió volando, mientras que los sables fueron destruidos con un aplastamiento de La Fuerza.
―No serías tan fácil de derrotar, si verdaderamente el Lado Oscuro, fuera así de poderoso en ti, como tú misma reclamas. ―Dijo el Conde Dooku.
―Termina de una vez, anciano. ―Dijo la mujer.
― ¿Lo ha visto todo, maestro? ―Preguntó el Conde.
Un Holo-Disco Móvil apareció, bajando las escaleras, y la imagen Holográfica de alguien vestido con una túnica, se colocó en frente de ambos. ―Tyranus, sin lugar a dudas, has encontrado una joya rara. Su habilidad con el Sable de Luz es impresionante, jovencita. Y, como cualquier joya: estas pueden ser pulidas y embellecidas, todavía más.
―Aprenderé de las enseñanzas de lord Tyranus en ese caso, mi señor ―aseguró la mujer.
―Así lo harás. Pero debes de demostrar, que estarás lista para seguir las auténticas enseñanzas del lado Oscuro. ―Dijo el hombre en el holograma. ―Espero que ambos, puedan aprender el uno del otro.
