Harry Potter pertenece a JK Rowling.
Star Wars pertenece a George Lucas (y a Disney)
Harén de Harry.
HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.
SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.
Star Wars: The Lost Days of the War
Capítulo 77: Una prueba inesperada.
Anakin y su escuadrón acababan de salir de una misión, especialmente difícil, solo para ser atacados por alguien muy habilidoso, que se encontraba en el interior de una nave caza, que logró acorralarlos, hasta el planeta Yavin VI.
—Prepárense para el combate, caballeros. —Alertó Anakin.
—Sí señor —dijo Rex, cargando si arma. —Vash, aterriza.
—Entendido, señor —dijo el clon piloto, mientras que descendían a tierra firme.
—Comandante —dijo Rex, pasándole unas gafas especiales, de visor plateado.
—Gracias Rex —fue todo lo que dijo Anakin, mientras se colocaba los lentes y encendía su Sable. —Alerta, pero con cuidado.
G-645, fue atacado. Trató de hablar, pero fue impedido por su enemigo invisible, quien lo hizo desaparecer.
R-684 volvió su mirada hacia atrás. —G-645... ¿Estás allí, amigo?
— ¿Desapareció? —fue la pregunta de A-7473.
—Sí —respondió R-684, antes de ser él quien desapareciera.
— ¿R-684? —preguntó A-7473, quien miró a su alrededor, pero no vio a su compañero. —Activando visor infrarrojo. —Llevó su mano a su auricular. —Capitan Rex, general Skywalker, aquí A-7473, he perdido de vista a R-684 y a G-645. Hay algo en este bosque.
Anakin llevó una mano a la oreja, donde tenía su comunicador. —El general Skywalker, al habla, ¡agrúpense! —ordenó Anakin, antes de soltar el comunicador, y ponerse de pie. —Algo está mal en este lugar. —Se escuchó el grito de otros dos clones. Anakin frunció el ceño, se sentó en pose de meditación, se concentró en sentir las presencias de los clones, once aún estaban vivos. Respiró hondo y luego exhaló lentamente, mientras envolvía a los once restantes, en burbujas protectoras de La Fuerza, mientras buscaba otras firmas, que estuvieran cercanas (o tal vez lejanas), finalmente logró sentir otra firma en La Fuerza, se puso de pie y corrió hacia el sur, desde donde provenía esa presencia, una vez allí, usó la telequinesia en La Fuerza, para hacer volar al atacante de su escuadrón, quien logró liberarse y caer lenta y delicadamente, ante él.
—Ven Jedi, tu caída será mi alzamiento como Sith —dijo una voz femenina y calmada, al quitarse la capucha, resultó ser una mujer de piel blanca, ojos azules y calva. La mujer empuñó dos empuñaduras de sables de luz, curvadas, antes de encenderlas, con hojas rojo carmesí.
Anakin, miró fijamente a su rival, antes de encender su sable de luz, con aquella bella hoja azul añil.
Su enemiga se lanzó a atacarle, usando sus sables de luz, para arrojar veloces golpes, con ambos sables.
— ¡¿UNA USUARIA DE DOS SABLES DE LUZ, QUE NO EMPLEA EL JAR'KAI?! —Se preguntó Anakin, mientras seguía bloqueando los embates de su enemiga, y enviaba parte de su poder, a sus brazos, para poder tener más fuerza física y resistencia, antes de lograr ver una abertura en el ataque, y ser él, quien contraatacara, logrando cortarla en el costado.
Su enemiga lanzaba cortes verticales descendentes veloces, justo para después, tratar de lanzar un corte horizontal. Pero Anakin siempre bloqueaba y contraatacaba.
Haciendo uso de La Fuerza lumínica, Anakin hizo que las lianas de los árboles, cobrarán vida y fueran contra su enemiga.
Ella usaba la Fuerza, usaba troncos del bosque, sí.
Pero no sabía cómo hacerlo, de tal forma que la propia Fuerza, atacara a su rival.
Como si lo hacía Anakin, quien lograba que simples y sencillas hojas de árboles caídas, se dirigieran hacía su enemiga, con la velocidad suficiente, como para poder provocarle cortes en el cuerpo, haciéndola gemir de dolor.
La mujer saltó muy alto, gracias a La Fuerza, perdiéndose en la espesura de las copas de los árboles.
Anakin la siguió en un salto, y se paró en un tronco, el cual fue cortado con la Fuerza, haciéndolo caer, pero él atrajo con la Fuerza, unas lianas y se balanceó, hasta el trono de un árbol, allí arrojó su sable de luz, contra el tronco sobre el cual estaba si rival, haciéndola caer y obligándola a saltar y caer sobre la entrada de un templo antiguo.
Anakin la siguió hasta allí, volviendo a atacarla con su forma V, mientras que ella usaba la firma VI Jar'Kai, para defenderse y tratar de darle una estocada a su rival, quien se agachaba o desviaba su cadera o giraba su torso, al tiempo que Anakin trataba de desarmarla, cuando las hojas de plasma se encontraban.
La mujer logró alejar a Anakin, y atacarle con baldosas del suelo del templo. Y al correr Anakin hacia ella, apenas y podía cortar algunas de las baldosas, para no ser herido, hasta que recibió el golpe de una baldosa en el rostro, cayendo a un lado del templo, y con un empujón de La Fuerza, fue desplazado por el suelo, dejando un surco en él.
Anakin arrojó su sable de luz, empleando La Fuerza, para maniobrarlo, haciéndolo girar e ir hacía su enemiga.
Ella se giró, colocó sus sables en X y bloqueó de esa forma, el sable azul de su enemigo, quien se acercó a ella, sin dejar de hacer presión, con el sable, antes de hacer que este se apagara, lo que a su vez provocó que su enemiga perdiera el punto de apoyo y se desbalanceara, dando un par de pasos hacia el frente, antes de recibir un golpe en la nariz, por parte de Anakin, quien a eso le dio un golpe en la mejilla derecha, otro en la izquierda, uno en el estómago, casi logrando que soltara sus armas, pero rápidamente trató de atacarlo; aquello fue previsto por Anakin y le agarró las muñecas a su enemiga, haciéndola soltar uno de sus sables de luz y empuñándolo él, para luego agarrar su sable original y comenzar a golpear la hoja de la mujer, hasta que la plataforma cedió y ella cayó desde las alturas, hacia una muerte segura. Anakin arrojó el sable de empuñadura curva, al precipicio, antes de soltar un grito de guerra, y tratar de usar la Fuerza para rescatarla.
La dio por muerta, al no poder sentir nada.
Perdió la perfecta oportunidad, para intentar saber más sobre Dooku o sobre el supuesto Lord Sith, que estaba en el gobierno.
—Muy buen trabajo, mi niño. —Dijo cierta lady Sith redimida.
—Madre —dijo él, girándose.
—Vamos, tengo lo que vine a buscar. —Ordenó Jeena, girando sobre sí misma.
— ¿Lo que viniste a buscar? —preguntó Anakin, sin entender nada. — ¿Ella era...?
—No la conocí en lo más mínimo. Ni me interesa conocerla ella, o a sus restos. —Sentenció Jeena fríamente. —Esta era su base de operaciones. Creo estar totalmente segura, de que el Conde Dooku, estuvo aquí, hace no mucho. —Enseñó un detonador, pero antes de irse caminando hacía la nave caza de Jeena. —Continuemos tu entrenamiento en el Lado Oscuro, aquí mismo, de camino a nuestro destino, donde te esperan tu enfadado maestro: Qui Gon-Jinn, y sus tropas. —La nave despegó y al salir de la atmósfera, vieron la nave en la cual habían llegado los clones, casi unas dos docenas de ellos, estaban vivos y a salvo.
Volvieron a Coruscant, donde Qui Gon-Jinn, les esperaba junto a Shmi.
— ¡Hablen! —ladró Shmi, cuando ambos bajaron de la nave.
—Annie persiguió una nave que lo atacó, arrasó con la mitad de sus hombres y luego, descubrió en ese mismo planeta, a la nueva agente de Dooku: Asajj Ventress. —Explicó rápidamente.
—Sí muy bien, ¿Y eso que tiene que ver, con que estuvieras en el mismo planeta que el niño? —preguntó Shmi, haciendo que su esposa tragara saliva.
— ¿Cuidando de él? —Pero el ceño fruncido de Shmi, le dijo que no creía ni una palabra, de lo que decía. Suspiró y sacó de su bolsillo una perla transparente. —Una perla de dragón Krayt, virgen. Es... Bu-bueno, usada como enfoque en algunos sables de luz y bueno... —palideció, ante la mirada cada vez más iracunda de Shmi. —Es... Transparente. —No entendía por qué no sencillamente se quedaba callada. Solo no podía. La mirada de su esposa, la obligaba a seguir hablando. —Cuando Annie vierta sus sentimientos negativos en ella, será el perfecto enfoque para su sable de luz, enfocado hacia el lado oscuro. —La respuesta no alegró, ni calmó los ánimos, ni de Qui Gon, ni tampoco de Shmi en lo más mínimo.
Jeena durmió en el sofá, y Anakin fue a dormir a casa de su esposa.
No les importó en lo más mínimo el castigo, y dos días después, Anakin vertió sus sentimientos negativos en la perla, y construyó un segundo sable de luz, lejos de miradas indiscretas, en Kashyyyk, luego de haber robado los materiales para la construcción y funcionamiento de un sable de luz ordinario, pero usando trozos de un árbol Wroshir, para el sable de luz oscuro, luego de haber colocado la perla, en el centro de poder del sable. ―El cristal, es el corazón del sable. El corazón es el cristal del Sith, el Sith es el cristal de la Fuerza. La Fuerza es el sable del corazón. Todo está conectado: El cristal, el sable, el Sith. Todos son uno. ―Recordaba, mientras que armaba el nuevo sable, usando solo la Fuerza, en dicha tarea de construcción. Solo cambiando, de las enseñanzas de Qui Gon, la palabra Jedi, por Sith. Cuando estuvo completado, lo activó y una hoja de luz plateada se activó. Se extrañó, cerró los ojos y se aseguró de estar empleando las enseñanzas del Lado Oscuro, de su madre en aquel momento. Recordó el significado de la luz plateada. ―Tranquilos y enfocados en la Fuerza viviente. ―Suspiró, antes de comenzar a entrenar un poco, enfocándose en las Katas de la forma VII: Juyo, y de la forma V: Shien.
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Shiev Palpatine, tenía un secreto que solo una persona en toda la Galaxia, estaba destinada a conocer.
Esa persona era Anakin Skywalker-Rish.
Solo el Elegido de la Fuerza, podía llegar a saber que él era Darth Sidious.
Y cuando lo supiera, iba a corromperlo, iba a engañarlo, a decirle que su esposa moriría, y que solo él, podía salvarla.
Iba a convertirlo en su propio sirviente oscuro.
¡Es más!
El Lado Oscuro de la Fuerza, ya le había revelado el nombre que usaría su discípulo.
Era un nombre, al cual todos temerían.
Darth Vader.
Y sabía cómo lograría llevar hacia el lado oscuro.
Sabía de las enseñanzas de los antiguos Sith.
Pero ahora, un nuevo problema había surgido: Había sentido una especie de... no podía explicarlo bien. Pero sabía, que no se trataba de un despertar en La Fuerza, pues eso se sentía muy diferente.
Era más bien, una especie de...
De...
Retumbar, del lado oscuro.
Como si una gran cantidad de usuarios oscuros, estuvieran dando inicio a un conflicto.
Pero eso era imposible: Solo quedaba él.
Él, quien había acabado con el gran Hego Damask, el mismísimo científico y alquimista Sith: Darth Plagueis, a quien apodaron "El Sabio".
Y él, tendría al mismísimo Elegido de la Fuerza, como su alumno, y dominaría la galaxia.
