Agradezco sus preocupaciones por mi y por mi familia, estamos bien y completos, espero ustedes también. Aunque hay muchas situaciones de la vida, distintas, por las cuales seguir dando batalla todos los días.


Stage 81: In GOD we trust?

Lelouch p.o.v.

Al abrir los ojos, esperé que se hubiera desvanecido la pesadilla. Pero todo seguía ahí, las paredes blancas y prístinas de mi habitación, el rotundo silencio. La maleta abierta en el suelo con todas mis pertenencias adentro, con la esperanza de que una llamada cambiara el rumbo de mi estadía aquí y solo la tuviera que cerrar. Acabar la pesadilla.

Pero debía ser realista, los cuentos de hadas no existían y las esperanzas que me hice cuando dije que vendría solo para aplacar las ansias de la federación, habían desaparecido por completo el día de hoy. Lo sabíamos desde el inicio. No había venido para ver si podíamos resolver algo, había venido para cumplir con el ultimátum de tiempo que le dieron a Clovis para poder unir a Britannia a la Federación y detener el destace del imperio.

¿Y ahora?

Gottwald llamó levemente a la puerta, no podía ser otra persona.

-Adelante- me senté bien en la cama y esperé pacientemente que se acercara. Traía una charola con el desayuno que de solo mirar hizo que mi estómago se cerrara la posibilidad de consumirlo y de paso hacerme suspirar.

-También viene con una nota- dijo el hombre maniobrando para poder sacarla de su lugar junto al vaso de jugo, había leído sin mucho esfuerzo mis pensamientos, pero la nota era lo intrigante. Me extendió el papel doblado a la mitad, literalmente era un fax del primer ministro de Japón, si su escritura a mano no era suficiente indicio.

"Buenos días Lelouch,

Por favor desayuna, no quiero excusas ni pretextos. Sabes que necesitas tomarte el medicamento, Gensai ha sido muy insistente en eso y con el estómago vacío solo te harías daño. No pienses que porque no puedo verte desayunar, no tengo ojos y oídos que no me lo pueden comunicar.

Te quiero hijo, te llamo más tarde"

Doblé la nota a su estado original con otro gran suspiro. Esto no iba a funcionar así. Sentía un vacío en el estómago peor que el sentimiento de confort que debió haber generado.

-El primer ministro sonaba preocupado por usted cuando hablamos- dijo Gottwald y puso la charola en la mesita para que pudiera empezar a comer algo. Tomé el tazón de fruta solamente, pero el hombre continuó –No está más contento que usted por esta situación-

-Eso lo sé Gottwald- contesté casi de inmediato, haciendo notar mi molestia –Pero te lo dije, no me quiero adaptar. Aunque no se qué será mas dañino al final, seguir negando que estoy atrapado en esto hasta nuevo aviso, o aceptarlo y dedicarme a lo que se supone que vine-

El hombre suspiró muy profundamente, pero me miró con simpatía.

-Elegirlo fue una jugada brillante, lo admito. Estoy tan en contra de este designio a la fuerza como lo está su familia y como puede estarlo usted- aseguró –Pero poner como condicionante para que Britannia sobreviva, al único ser que puede regir, hacer y deshacer el país por una mejor versión de sí mismo, a usted Lelouch-sama… fue lo más lógico. Porque la Federación tiene su confianza en que no levantará de nuevo las armas del país contra sus vecinos y será aplacado de una manera responsable-

-¿Sabes la cantidad de trabajo que es eso?- cuestioné olvidando de nuevo el tazón –Años Gottwald, por no decir quizás más de una década. Y yo renuncié al trono, yo no quería esto, no quería el poder, no lo quiero ahora, solo deseaba pasar un lapso de tiempo tranquilo para tratar de decidir qué hacer con mi futuro-

-A veces o la mayoría del tiempo, el futuro no es lo que planeamos- se sentó en la cama junto a mí y volvió a poner el tazón en mis manos de manera sutil –Solo nos adaptamos lo mejor posible a donde la vida nos va llevando, por necesidad o por una oportunidad-

-¿Cómo definirías esto Gottwald?- murmuré. Yo no veía la oportunidad, o la necesidad. Solo veía un designio oportunista en el que muchos se lavarían las manos de este enredo si yo solo felizmente aceptaba.

-Hay personas que nacen con un gran talento para dirigir- me miró y sonrió levemente –Además, un príncipe, un rey o un emperador no debe explicaciones de las decisiones de su país a otros. Un emperador no baja la cabeza y solo asiente a lo que el resto dice. El emperador debe ser obedecido, respetado y tomando en cuenta por sobre otras opiniones…-

Lo miré de tal manera que bien pudiera haberle crecido otra cabeza frente a mis ojos, parecía dispuesto a tratarme de convencer de aceptar el puesto como si le hubieran pagado por ello y eso encendía mis alarmas quizás por una traición-

-Su mente va demasiado rápido- me detuvo y levantó las manos en señal de paz –Sigo siendo fiel a lo primero que le dije- aclaró con suavidad –Solo digo, que si la Federación es tan incisiva en obligarlo a tomar el puesto o no hay otra solución, no creo que ellos estén tomando en cuenta en qué puesto lo están obligando y las capacidades que tendría como emperador-

Iba a dejar el tazón pero Gottwald hizo que lo sostuviera en mis manos firmemente y gruñí ante su ya no sutil orden.

-No es para convencerlo de que está bien lo que la FUN hace, pero es para que tome en cuenta los beneficios que tendría contra ellos al convertirse en emperador y el mayor representante aunque le príncipe Clovis siga siendo el primer ministro. Le darían un voto en la federación al anexar a Britannia y tengo entendido que el porcentaje del voto del país es influido por su poder, economía, territorio entre otras cosas. Bien podría obtener el mismo porcentaje que ostenta Japón y es obvio que ambos países son aliados con usted al frente-

-No lo están designando como un simple peón. Están designándolo emperador y yo se que usted tiene potencial para voltear eso a su favor si acepta el puesto. Ahora, desayune-

Se levantó y salió de la habitación para darme contados minutos para volver a revisar si había obedecido. Miré la nota de papá sobre la charola y suspiré otro poco.

Hacía unos días me preguntaba qué podía ser de mi vida después de cumplido de objetivo de destruir la Britannia que tanto odiaba, pero…¿Destruirla había sido suficiente?


Los días no se iban a detener por nuestras indecisiones y aunque había un evento que planear al no encontrar una salida mejor a este problema, no requería más allá de una invitación a los más cercanos y… a los que su emperador quería.

Clovis se movía incómodo en el sillón frente a mí, había llegado hacía diez minutos y le señalé el lugar para que se sentara mas no dije nada. Seguía escribiendo en mi agenda negra después de revisar la acostumbrada agenda imperial que no hacía más que ser un peso increíblemente innecesario.

Desde que había llegado a Pendragón solo me recibió en el palacio y se retiró a hacer los deberes de primer ministro que presionaban casi tanto como mi nombramiento, pero estaba en lo correcto al sentir que todo el clan Kururugi quería su cabeza después de su última y no tan agraciada visita.

No supe mucho que pasó en el momento exacto después del estallido de esa bomba de información, tenía todo derecho a resentirlo y cuerpo. Aunque casi podría jurar que en la inconsciencia escuché una cantidad generosas de groserías de parte de mi padre, Todou-san y Mei Sumeragi.

Después de eso desperté con el doctor Gensai, quien aún estaba tratando de calmar al resto sobre que no me había muerto pero si esa idea del nombramiento continuaba, podría ser un riesgo potencial. Eso no hacía nada para calmarlos en mi opinión. Yo tenía que estar en Britannia a más tardar la mañana siguiente a la que Clovis soltó la información, eso me daba un espacio de 12 horas para enfriar mis emociones y ser declarado apto para volar.

No tuvimos mucho tiempo de hablar entonces, y aun así nadie podía hacer nada para que se sintiera bien. Había una gran tensión en todos los ocupantes del templo mientras nos topábamos en los pasillos, en el comedor o la sala. Era como estar siendo enviado a la horca, al menos así se sentía.

Despedirme de todos en el aeropuerto con la compañía de Gottwald y la promesa de que eso no se quedaría así. Que volvería a casa de inmediato, que todos estaríamos juntos de nuevo.

Cerré mi agenda y miré a Clovis. No tenía la culpa del todo, pero dudaba que fuera seguro que pisara Japón al menos hasta que todo esto tomara su rumbo. Y con dos días para el vencimiento del segundo plazo forzoso, era hora de tomar una decisión.

-Sé que te gusta la organización de eventos más que la política- comencé en tono neutro, mi medio hermano se enderezó con su total atención en mí –Necesito las invitaciones a la coronación para esta misma tarde- sentí un nudo en la garganta al terminar la oración, alcancé mi taza de café para pasar la sensación.

-Pero Lelouch, creí que ibas a esperar a lo que tu familia pudiera lograr hasta el último momento…- intentó con un mayor miedo al notar mi decisión.

-Creo que es demasiado tarde para eso Clovis. Y si encuentran una solución antes de que le ceremonia se oficialice en dos días, estoy totalmente dispuesto a tomarla, pero un evento de esa índole no es algo que se deba ver improvisado para los medios, la ex-aristocracia de este país y la federación- levanté la vista para que quedara claro.

-Es un designio que yo tome el puesto quizás, pero eso no me hará menos a los ojos de la multitud de lobos dentro de Britannia y la FUN que creen que enmascaran su voto de confianza al nombrarme emperador, con la idea de que no tengo la capacidad de hacer este trabajo correctamente-

Clovis abrió y cerró la boca varias veces con eso último.

-Ese es un secreto entre nosotros- agregué para que no tratara de usar esa carta en ninguna situación –Y mi primera orden es esa. Quiero las invitaciones, con un espacio para poner yo los invitados a la recepción. Empieza las adecuaciones en la sala del trono para solo 50 invitados y los medios de comunicación, todo lo que tengamos que hacer para que tenga la visualización de una grandiosa ocasión-

Mi medio hermano asintió levemente, más inconforme de lo que creí que estaría.

-Y si te llaman de Japón, no digas nada. Yo me haré cargo por la tarde- prefería advertirle a que soltara una nueva bomba de noticia y notó la doble intención de mis palabras cuando solo rodó los ojos.

-No vi mejor momento para hacerlo- murmuró levantándose para cumplir con mis órdenes lo más rápido posible. Yo enarqué una ceja y bufé.

-Pudiste decirlo un día antes o si quieres hasta después de la ceremonia y la fiesta ¿Por qué precisamente 5 minutos antes de empezar la ceremonia? Y no me digas que porque Cornelia te tenía amenazado-

-Que te lo hubiera dicho antes o después no hubiera cambiado el hecho Lelouch, no era una noticia fácil de dar y el mundo de todas formas iba explotar en ese mismo caos-

Suspiré y lo dejé marcharse. Profundizar en algo que ya había sucedido no cambiaría nada, pero no pude evitar seguir hablando conmigo mismo.

-Te falta un poco de tacto, hermano- murmuré. Y dios me diera el suficiente para tratar el tema de la coronación más tarde con mi familia.


Genbu P.O.V.

Lelouch dijo que era imprescindible que nos viéramos por la tarde noche, aunque en Britannia sería incluso más tarde que aquí. Eso tenía mi cabeza dando vueltas desde el medio día, quizás se iba a rendir ya. Yo muy feliz acataría esa decisión e iría de inmediato por él para traerlo a su hogar, encontraríamos la manera de pelear en otro momento, de otra forma.

Pero en mi estómago había un sentimiento que no comprendía, que no sería tan fácil. Y solo pude esperar el resto de las horas que me separaba de la video-llamada con Lelouch. Incluso con tanto trabajo por hacer en el edificio de gobierno, no podía evitar que la expectativa de este encuentro saliera a flote cada que mi mente tenía un segundo para pensar en mi hijo.

Me pidió no decirle a Todou, eso era por sí solo extraño.

Me pidió tampoco contárselo a Suzaku, quería que fuera algo privado.

Así que encerrarme en la oficina después de cenar y pedir que no me molestaran porque tenía unas llamadas internacionales, no era del todo una mentira y evitaba la curiosidad de Suzaku. Se le pasaba día y noche leyendo cualquier documento que le pudiera arrojar una solución a la imposición de la FUN.

Abri mi laptop y me senté nervioso a esperar. Eran las 8 de la noche aquí, las 10 en Pendragón y hubiera preferido que Lelouch estuviera durmiendo ya. Gottwald me aseguraba que estos últimos días mi hijo comió y bebió lo suficiente, eso era una declaratoria un tanto neutral, yo lo conocía perfectamente. Empezaría a eliminar horarios estrictos de comida y descanso por falta de supervisión o porque no lo consideraba necesario.

Me tallé la cara para destensar los músculos en ella ¿Cuándo acabaríamos este infierno? Una leve alerta de mensaje me trajo de vuelta a la realidad.

Lelouch: ¿Estás ahí?

Recibí el mensaje directamente en mi celular. Me apresuré a contestar a sabiendas de entonces llamaría y tenía días sin verlo, me ponía ansioso.

Al aceptar la llamada confirmé que ni siquiera estaba en su habitación, sino en la oficina donde rondaba todo el día leyendo sobre la actual situación del país, fingiendo estar perfectamente de acuerdo con la coronación. Terminó de jalar su computadora y sentarse correctamente cuando por fin estábamos ambos en línea.

-Hola hijo- sonreí levemente –Deberías ya estar al menos en la habitación para conservar la esperanza de que te ibas a dormir temprano- traté de hacer este encuentro ligero.

Lelouch corrió en mechón de cabello detrás de su oreja y suspiró levemente.

-Supongo que aún tengo el horario de… Tokyo. No puedo dormir tan temprano – comentó levemente y me miró. Podía ser solo una pantalla, pero podía descifrar tantas cosas de solo verlo. Y era una mentira que siquiera se durmiera antes de la una de la mañana, Gottwald sospechaba lo mismo que yo.

-Pero sonaba importante lo que querías discutir hijo, dime- no quería que se arrepintiera por algún comentario mío de cualquier decisión que hubiera tomado. Se enderezó en su lugar, incluso volvió a pasar una mano por su cabello, un tic de nerviosismo.

-De acuerdo, estuve pensando estas últimas horas sobre la situación- empezó a teclear algo en la pantalla y nos dividió un recuadro negro en medio de la llamada, donde podía ver que estaba buscando algo para mostrarme. –Y sé que todos están haciendo lo posible aún por revertir este designio de la federación. Pero lo cierto es que el tiempo para la coronación oficial vence en dos días-

-Lo sabemos, no te preocupes por eso Lelouch, no dejaremos que-

Apareció un rectángulo elegante en tonos beige y dorados, con la bandera de Britannia y un sello rojo al final del escrito. Las letras del medio se me hacían muy pequeñas para leer en mi computadora pero Lelouch habló antes de que yo preguntara.

-Es la invitación a la coronación el día sábado- habló un poco más bajo de lo normal y mis ojos se ensancharon con la noticia –Le dije a Clovis que debíamos estar preparados y que eso tenía que planearse aunque yo esperara una solución hasta el último momento-

Empecé a negar tratando de que no lo tomara en serio ni siquiera si tenía que seguir aparentando estar de acuerdo, pero Lelouch solo ladeó su cabeza con una sonrisa resignada.

-No podemos no seguir adelante con los planes padre, no sin algo tangible aún. Hay que hacer un llamado a la prensa, reunir ciertos invitados para la ceremonia, la cena-

-Pero te prometí que no dejaríamos que lo hicieras- interrumpí de manera desesperada. Lelouch suspiró y se pasó ambas manos por el rostro -¡Te dije que no permitiríamos que hicieran eso! Tu no querías el trono de Britannia ni la responsabilidad de arreglar lo que pasó- parecía que lo hubiese olvidado.

-Eso no los detuvo de ponerme como la única condicionante para admitir a Britannia en la FUN y evitar el cobro por daños como querían ejecutarlo. Claro que no lo quiero- me aseguró -¿Pero tenemos una salida ya?-

-No, Lelouch. No sigas adelante con esto, tienes el derecho y la libertad de decidir, ¡Tienes que volver a casa!-

-El mundo no saber comportarse, te diste cuenta con el caos que provocó la Federación sobre el territorio japonés en pos de "salvarnos a todos" con un plan brillante. Y hay gente buena, gente que no merece lo que tienen planeado para el país si no tomo el trono como ellos quieren. Como Reuben Ashford…-

-Lelouch, pero eso no es tu responsabilidad, hijo- me estaba jalando el cabello levemente

-Si un segundo antes de que se oficialice todo este protocolo hay una solución, no dudes que la tomaré padre. Pero mientras tanto todo debe seguir adelante y es un evento el cual, si resulta verdadero y termino como…emperador, no podría tener menos que los medios internacionales, algunos representantes de la federación y a mi familia presente-

Quería seguir negándolo, que entrara un poco de razón en la cabeza de Lelouch y solo abandonara todo, como una vez el imperio lo abandonó, pero se miraba tan decidido como resignado. Cansado, no podía estar haciendo de este momento algo peor para él.

Así que me tocaba asentir levemente, jurándole de nuevo que no me daría por vencido y seguía buscando una solución antes de que fuera demasiado tarde.

-Las invitaciones llegarán por correo al templo- murmuró y sentí un gran escalofrío recorrerme. –Debo irme, tengo que revisar unos detalles mañana- me miró con apenas el bosquejo de una sonrisa –Buenas noches padre-

-Buenas noches, hijo-

¿Qué demonios estaba pasando aquí? ¿Era esto lo que seguía?


Lelouch P.O.V.

Sabía que decirle no sería nada fácil y por eso no había querido que nadie más lo acompañara. Su expresión fue tan transparente como suficiente, un enorme momento de confusión y decepción. Que mi interior deseó en todo momento que fuera porque la situación nos había rebasado a todos y tenía que hacerse a la idea de que podría ser el futuro del que estábamos hablando.

Una diferencia de horario de dos horas y miles de kilómetros de distancia.

Un hogar compartido con más de la mitad de la semana en Pendragón, a pesar de lo que quisiera y pudiera estar en Japón. Más llamadas como esta para poder compartir un momento o una noticia en lugar de hablar frente a frente, y adiós a las comidas familiares.

Por un tiempo indefinido.

Porque no había una solución viable a no sentirme culpable después por una masacre económica.

¿Entonces por qué tampoco se sentía como si estuviera haciendo lo correcto? Cerré la puerta de la habitación cuando Gottwald intentó preguntarme si todo estaba bien, pero es que nada lo estaba desde que puse un pie aquí. Este lugar era absurdamente grande, vacío, frío y los pensamientos podían rebotar en las paredes sin compasión.

No tenía una pizca de calor de hogar y tenía que usar un maldito mapa para saber dónde quedaban más espacios que no fueran mi habitación y la oficina principal. Incluso antes de mis once años jamás viví en el palacio y lo conocía poco, no podía solo hacer que este lugar se sintiera correcto y mío.

Había demasiados cuadros familiares por las paredes y ninguno nos incluyó o me hacía sentir algo que no fuera repulsión a todo este sistema que encontraba la manera de traerme de vuelta.

Yo no quería esto…

Lancé el celular fuerte y se estrelló con la lámpara sobre la mesa de noche. Hizo añicos la bombilla con un estruendo, dándole una extraña paz a mi estómago. Otra cosa estaba destruida, otra cosa estaba pagando este sentimiento.

-¡¿Lelouch-sama, se encuentra bien?!- Gottwald golpeó insistentemente la puerta y yo sin responderle solo causó que entrara. Corrió hasta que me encontró y me miró de pies a cabeza sin entender el sonido.

La lámpara comenzó a echar chispas porque seguía conectada y mi guardián se acercó de inmediato a desconectarla viendo la causa de la explosión en primer lugar. Si me celular se había salvado no lo sabía pero tampoco me quedé a averiguarlo, había un lugar que sí sabía cómo ubicar y me dirigí inmediatamente hacia allá.

Gottwald se había ocupado lo suficiente como para darse cuenta de que me había retirado de inmediato y sin idea de a dónde me dirigía después de eso me resultó fácil perderlo.

Para dar con el garaje solo ocupé una salida a los jardines y así podría rodear todo el palacio hasta dar con el área de herramientas y el cobertizo trasero. El palacio imperial siempre debía lucir prístino, elegante, impecable, sin fallas… y había muchas herramientas para lograr reparar cualquier defecto indeseado.

Encontré lo que buscaba y volví dentro del palacio. El vacío palacio de gente, solo servidumbre rondando y estas horas todos estaban fuera de labores excepto quizás los guardias. Pero mientras caminaba agitaba las latas con fervor, boté las tapas en cuando pude-

¿Iba a ser mi palacio? ¿Iba a ser mi hogar? Estaba condenando dentro de estas paredes por un tiempo indefinido lejos de mi familia, alguien debía pagar por ello.

Y no tenía que buscar mucho para dar con lo primero que me hiciera sentir mejor, un gran cuadro de la familia Eu Britannia que estaba en uno de los pasillos principales, sus miembros sonrientes, juntos…felices; agité la lata con fuerza y presioné la punta.

El sonido del aerosol interrumpió el silencio espectral del pasillo y el color de la pintura me hizo dar un paso hacia atrás. Era color rojo, una gran mancha centrada empezó a causar lágrimas de pintura correr desde el centro del cuadro, de manera hipnótica hasta causar unas gotas en el suelo. Solo había ensuciado un vestido…

Apunté más arriba en el maldito cuadro colgado demasiado alto para alcanzarlo, pero la fuerza del aerosol hacía lo suficiente para lograr pintarrajear más arriba. Una capa del fino aerosol me rodeó un momento antes de poder ver el cuadro vandalizado.

Todos ellos debían estar preocupados, pagando… y no seguramente en una casa de seguridad que consiguieron cuando este desenlace se vio cerca.

Corrí por el pasillo, no era suficiente. Éramos más de cien herederos en la larga lista de imperiales, yo era el que renunció, yo era el exiliado, quien no quiso nada que tener que ver con esto desde el inicio ¡Y estaba atrapado aquí! Con la exigencia de retribuciones de cosas que no provoqué pero debía subsanar ¿Por el bien del mundo?

Más cuadros fueron apareciendo en los pasillos, no había uno que no tuviera imágenes de la orgullosa familia imperial y sus herederos. Perfectos príncipes y princesas que se encargarían de la longevidad de la línea. Presioné la lata hasta cansarme, arriba, abajo, de un lado a otro, sin detenerme al cambiar de pasillo, de cuadro, al pasar por las paredes, sus perfectos tapices y alfombras.

Lancé la primera lata que estaba vacía y rompió un ventanal.

Corrí en otra dirección, jalar las cortinas, derribar floreros… el estruendo no era suficiente para lograr equiparar lo oscuro de tanta tranquilidad y silencio. Golpeé un par de espejos y arranqué costosas molduras, podía escuchar gente moviéndose confundida por el escándalo.

¿Pero era todo mío, no es así? Tenía el derecho a una pequeña remodelación y todavía tenía un objetivo más central que alcanzar. De los cuadros principales en el recibidor del palacio, ahí seguía colgado, la pintura del último máximo representante imperial y porque el tiempo no alcanzó a subir Schneizel.

El perfecto piso de mármol me recibió con el destello de la luna en el, el perfecto reflector para acabar con esto. Agité la lata restante, era color negro. No entendía la variante de colores que había para emergencias… ¿Pero hubiera podido tener uno color más perfecto? La inmaculada imagen del gran recibidor era el primer saludo de quienes vinieran a Pendragón, quienes tuvieran la dicha de entrar al gran palacio imperial.

Conocer la imponencia de su emperador antes de verlo en persona.

El aerosol no salía con la suficiente rapidez, era un cuadro demasiado grande y no alcanzaba a llegar a la cima por más que estirara mi brazo. Debieron quitarlo hace dos días, debieron quitarlo hace más de un mes-

La lata dejó de emitir más pintura y bajé con cuidado de la mesa en la que subí para alcanzar más alto. Había una densa nube de pintura que no se dispersaba, podía escuchar mi propia respiración a la espera, pero también las botas de alguien corriendo en mi dirección.

-¡Lelouch-sama!- Gottwald patinó con pintura fresca del piso pero alcanzó a detenerse, sorprendido. Lo miré un segundo antes de volver mi vista a la espera de que la nube de aerosol se esfumara. El hombre comenzó a toser por la concentración de químicos y se acercó a una ventana para abrirla y que se ventilara el espacio. Eso ayudó a la vista.

Tenía que haber logrado algo, tenía que ser suficiente para mi interior, tenía que…

La elegante pintura de Charles Di Britannia parecía haber recibido el golpe de un globo de pintura y después brochazos de lado a lado. Pero no alcancé su cara… sus ojos seguían intactos, indiferentes y fríos.

Solté la lata.

-¿Lelouch-sama?- Gottwald se acercó preocupado.

No había sido suficiente.

-Lelouch-sama ¡Lelouch-sama!-


anySuzuki