Harry Potter pertenece a JK Rowling.

Star Wars pertenece a George Lucas (y a Disney)

Harén de Harry.

HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.

SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.

Star Wars: Clone Wars

Más sistemas se unen a los Separatistas, dejando de lado la Republica. En una misión vital de paz, la Senadora Padme Amidala viaja al Borde Exterior, hasta Rodia. Desesperada por garantizar, que le siga siendo leal a La Republica.

Capítulo 85: Bombad Jedi.

Padme, recibió un mensaje del Canciller. —Senadora Amidala: me acaban de informar que se internó en territorio enemigo, en el Borde Exterior.

—El Senador Onaconda, solicita mi presencia, Canciller —dijo Padme. —Su planeta está en crisis. Su pueblo muere de hambre. Es un viejo amigo de la familia, no pude ignorar su petición desesperada.

—La entiendo. Pero en estos tiempos difíciles, debería de haber ido acompañada por una escolta de clones —dijo el Canciller, mostrándose preocupado.

—Esta es una misión de paz. Confío en la democracia. No podemos resolver todos nuestros problemas, lanzándoles tropas —dijo Padme. Se acercó al planeta, ingresó en el domo de la ciudad y aterrizó la nave, siendo recibida por el rey y sus más allegados políticos, siendo todos de ojos grandes y redondos sin pupilas, hocicos, orejas puntiagudas, antenas y el cuerpo cubierto por escamas verdes. —Es un placer volverte a ver, Onaconda.

—Me alegra verte Padme, pero... no como una representante. ¿Dónde estaba la Republica, cuando esos piratas destruyeron la mitad de mis naves? —preguntó duramente. — ¿Dónde está la Republica, que deja que mi gente muera de hambre? —Avanzó un par de pasos, Padme agachó la cabeza. —Nos han abandonado aquí afuera... sin ningún tipo de ayuda. —Se giró entonces, para encarar a su amiga. —Sé que no es tu culpa, pero, aun así: mi pueblo tiene hambre.

—El Senado Republicano, apoyará una misión de apoyo. —Juró Padme. —La votación se pospuso, pero recibirán provisiones...

— ¡Mi señor! —dijo un Rodiano llegando, su voz denotaba alegría, y señaló al cielo.

— ¿Pero que...? —alcanzó a preguntar Padme confundida, al ver una nave Republicana.

— ¡Una nave Jedi pide permiso para aterrizar! ¡dicen traernos provisiones! —dijo el Rodiano feliz.

—Déjenlos descender, pero preparen a una tropa, en caso de que sea una trampa. —Ordenó Onaconda.

— ¡De inmediato! —dijo el mismo Rodiano, sacando un comunicador. —Luz verde, Republica I.

—Copiado, estamos descendiendo —dijo Avar Kriss.

Onaconda y Padme, fueron al encuentro de la nave. Al llegar, un grupo de clones iban descargando unas cajas, Avar Kriss hacía descender tres grandes paquetes, con La Fuerza, y lo mismo hacía su Padawan: Susan Bones, quien sacó seis cajas diminutas de sus bolsillos, sacó lentamente un palito de madera y pronunció algo, en un idioma desconocido, las cajas aumentaron en tamaño, pronunció algo más en ese raro idioma, y chispas de color rosado y lila, se repartieron entre todas las cajas.

Las provisiones comenzaron a multiplicarse, cuando destaparon las cajas, comenzaron a traer carretillas y toda clase de cosas, para poder trasladar los alimentos, que casi parecían interminables.

— ¡Maestra Avar, Susan! —dijo Padme asombrada. — ¡Gracias por esto!

—A mí no me agradezca, senadora Amidala —dijo Avar sonriente. —Sino a mi muy rebelde alumna.

—Gracias por su hospitalidad, damas Jedi —dijo Onaconda, realizando una reverencia, pero su expresión facial, demostró que estaba arrepentido por algo. —Padme, maestra Avar, joven Susan. Gracias por esto, pero... Nute Gunray, el líder Separatista, se ofreció a apoyarnos, con una misión de apoyo muy generosa. Nos ha dado comida, naves y protección.

Padme tuvo que usar, toda su fuerza de voluntad, para no gritar y acusar de algo, a su viejo amigo. —Nute Gunray traerá la guerra a tu sistema, como lo hizo con el mío hace muchos años.

—Temo... que ya he hecho, lo que tenía que hacer por mi pueblo —dijo Onaconda, cuando las tres mujeres, fueron rodeadas por droides. El Rodiano extrajo un disco- holográfico, y el Neimodiano apareció, mirando burlonamente a Padme.

—Esta vez, no escapará Senadora. —Dijo Nute. —Su amigo hizo un trato conmigo, y usted es parte de él...

Los droides pronto, acabaron en el suelo. Avar y Susan, enseñaron sonrisas de superioridad.

—Desarmar a un droide... no es fácil —dijo Avar sonriente, antes de caminar hacía el asustado Onaconda. —intente venir por nosotros, Virrey. Defenderemos este planeta, a todos sus habitantes y a su estilo de vida.

— ¡Se arrepentirá de esto! —gritó Nute Gunray, mientras el mensaje terminaba.

Onaconda dio algunos pasos atrás. —Que... ¿Qué piensan hacer?

—Será positivo para ustedes, lo garantizo —dijo Avar, dándoles una sonrisa amable.

— ¿No planeará acaso, destruir los motores y propulsores de la nave Separatista, abrir su escotilla, extraer sus provisiones y luego destruir a los droides enemigos, maestra? —preguntó Susan, con un falso tono de inocencia.

— ¿Crees que soy un monstruo, mi querida Padawan? —preguntó Avar sonriente.

—Gracias —dijo Onaconda, arrodillándose ante ambas Jedi. —Yo... Padme...

—Conseguirás el alimento para tu pueblo, viejo amigo —dijo Padme, con un tono de voz tan serio y frio, que hizo al político arrepentirse de sus decisiones.

Varias explosiones se sucedieron, Onaconda y Padme, vieron los motores y propulsores, de la nave Separatista ser destruidos, vieron como la nave era conducida aun en esas condiciones y con gran lentitud, dándoles a ambas Jedi, el tiempo suficiente, para extraer los paquetes, y "entregarlos" en excelentes condiciones.

— ¡EL VIRREY ESCAPA! —Gritó Padme, al ver una especie de capsula de escape, salir de la averiada nave Separatista, hacía el espacio exterior.

Onaconda, logró convencerlos de quedarse en el planeta y en medio de la noche, una invasión Separatista tuvo lugar, con cientos de droides de batalla, descendiendo al planeta, principalmente Droides de tipo B2 y Droidekas.

Onaconda vio fascinado, como solo dos mujeres Jedi, apoyadas por Padme, hacían frente a los droides invasores de su planeta.

Ver como Avar se manejaba con su sable de luz azul, y a Susan usar su Cimitarra de luz amarillo, desviando los disparos láser de los droides y devolviéndolos, o como cortaban o incluso comprimían a los invasores, fascinó, pero también aterró por partes iguales a los Rodianos.

Un ataque, que en sus soldados daría como resultado muchas bajas y muertes, parecía no ser nada para las Jedi y la Senadora Amidala.

El Senador Rodiano, vio que tomó la decisión correcta, al escuchar a la Republica, y no traicionarlos, como lo propuso el virrey.

Comentó sobre los planes del Virrey, y le tendieron una emboscada, logrando hacerlo aterrizar en el planeta y capturarlo, luego lo entregaron a un escuadrón de Clones.

Pero Gunray les dijo, que su victoria sería efímera.

El comandante del escuadrón Clon, enseñó un Holo-Disco, y el Senador Palpatine aseguró que un convoy de naves con provisiones, se dirigían al sistema de Rodian.