Harry Potter pertenece a JK Rowling.

Star Wars pertenece a George Lucas (y a Disney)

Harén de Harry.

HP: Hermione Granger, Daphne Greengrass, Padma Patil y Susan Bones.

SW: Aayla Secura, Ahsoka Tano y Maris Blood.

Star Wars: Clone Wars

El Virrey Gunray es capturado. La Senadora Amidala, ha logrado una victoria contra los Separatistas, en el remoto mundo de Rodian.

Asegurando el arresto del maligno líder de la Confederación: Nute Gunray.

El Consejo Jedi envío a la maestra Luminara Onduli y a su Padawan: Barriss Offee, para escoltar al Virrey bajo máxima escolta. Una vez allí, enfrentará un juicio por sus muchos crímenes de guerra.

Capítulo 86: Manto de Oscuridad.

Luminara Onduli, se acercó al capitán Clon. —Capitán, ¿logró hacer contacto con el crucero?

—Si general, la enlazaremos —dijo el capitán, quien presionó algunos botones en la pantalla.

—Crucero Jedi Tranquilidad. Habla la maestra Luminara Onduli, solicitando permiso para aterrizar —dijo la Mirial.

—Permiso concedido general. Esperamos la llegada de su prisionero —dijo el Jedi.

—Gracias capitán Ardi. Estoy ansiosa por entregárselo. —Dijo Luminara.

La nave ingresó a uno de los cruceros, y varios brazos robóticos, aseguraron la nave, mientras que un puente se conectaba a la nave y el Virrey era escoltado, por los clones, por la maestra y la Padawan.

— ¡Esta es una atroz y terrible injusticia! —gruñó el Virrey— ¡Exijo ver a mi abogado!

—Camine —ordenó Barriss, empujándolo.

Seis soldados del Senado aparecieron, tenían armaduras grises, sus rifles blasters listos para disparar, y unos cascos parecidos a los de los clones, pero con el símbolo del senado. —Maestra Onduli, gracias por esta captura.

— ¿Comandos del Senado? —preguntó Barriss. — ¿Por qué los necesitamos, para un gusano como Gunray? No parece tan peligroso.

—No permitas que tu percepción, le dé otra ventaja —dijo Luminara. —En estos momentos, sus aliados podrían estar conspirando contra nosotros.

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Al mismo tiempo, en una nave Separatista, Darth Sidious se comunicaba con Dooku. —La captura de Gunray podría representar una amenaza para nosotros. El Virrey no durará mucho, bajo la presión del Interrogatorio de los Jedi.

—Acabo de poner un plan en acción, mi lord —dijo Dooku. —Mi alumna: Asajj Ventress, se infiltrará en la nave, y liberará a Gunray, o lo silenciará.

—Ventress. Está depositando demasiada confianza en una persona, que ya nos ha fallado en el pasado. —Advirtió Sidious.

—Es una asesina muy hábil, tiene mi palabra. De que cumplirá su misión, mi lord... sin falla alguna. —dijo Dooku.

—No quiero fracasos —advirtió nuevamente el Lord Sith, cortando la comunicación holográfica.

La puerta se abrió detrás de Dooku, y Asajj Ventress ingresó en la habitación.

—Está vez, no puede cometerse ningún error —advirtió Dooku.

—No cometeremos errores, mi lord. Soy leal y soy digna de llegar a ser una futura lady Sith, como pronto lo verá —aseguró Asajj.

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— ¿Cómo va el interrogatorio? —preguntó uno de los guardias Senatoriales, a un clon.

—Aún no logramos hacerlo hablar, pero los Jedi lo lograrán —dijo el clon.

Dentro de la celda, estaban Barriss y Luminara, junto al Virrey.

—Detecto su angustia Virrey. Su temor a perder su poder y su riqueza —dijo Luminara. —El poder que le ha dado la guerra.

—La verdad es que no tengo idea, de qué está hablando —mintió el Virrey.

—Oculta muchas cosas —dijo Barriss, de brazos cruzados y apoyada contra la pared.

—Los nombres de sus aliados, la ubicación de sus bases —dijo Luminara, quien ahora usaba la Fuerza y tenía los ojos cerrados.

—Soy un peón inocente en todo esto —dijo el Virrey.

—Si solo es un peón, ¿a quién está protegiendo? —preguntó Luminara sonriente.

Barriss comenzaba a enfadarse. No lograrían nada, si seguían dándole tiempo, y dejándolo crear nuevas mentiras.

— ¡A nadie! —dijo asustado. —Yo... yo no sé nada.

— ¡Miente! —dijo Barriss —Dinos lo que queremos saber, ahora —sacó su sable de luz y se lo puso en el cuello al hombre. —O te degollaré como a una gallina Endoriana.

Luminara agarró del brazo a Barriss. —Los Jedi nunca usamos la violencia o amenaza, Padawan.

— "Lo sé maestra, pero solo asustándolo lo suficiente, lograremos hacerlo hablar" —susurró Barriss, justo cuando la nave era atacada.

— ¡¿Qué ocurre?! —preguntó uno de los soldados.

—Naves Separatistas. Son demasiadas —dijo el capitán.

— ¡Son naves de perforación! —dijo un soldado, solo para morir.

— ¡Prepárense para el contraataque! —dijo el comandante clon.

Todos los clones fueron por sus armas, y comenzaron a buscar cómo detectar donde serían los ataques. Donde perforarán y por esos mismos puntos, los droides de batalla descenderían al interior de la nave.

Eran droides de metal negro, de torso grande, cabezas pequeñas, y de disparadores láseres en los brazos. Eran los modelos B2, cuyo chasis y blindaje eran mayores, costándoles más a los clones para poder derribar, solo a uno de ellos.

Los clones estaban siendo masacrados, el comandante y la maestra Luminara, fueron para auxiliar, mientras que Barriss se tuvo que quedar, con tal de asegurarse de que nada le ocurriera al Virrey, ni llegara a escapar de ninguna forma.

Cuando Luminara y el comandante llegaron, solo encontraron los cadáveres de los clones y un agujero en los ductos. Un agujero creado, a partir de un sable de luz.

― ¡Hay súper droides de batalla, en toda la nave! ―alertó el capitán clon. ― ¡Procedan todos, a la bahía de detención, hay que proteger al prisionero!

Esto, fue escuchado por Asajj Ventress, quien agarró el comunicador de un soldado clon. Ahora, sabía a donde tenía que ir.

Cinco soldados clones habían sido abatidos en un pasillo, y del lado de los B2, solo dos fueron abatidos.

Justo cuando parecía que morirían todos, la maestra Unduli apareció desde un rincón, desarmando a dos droides, con el poder de la Fuerza, y reflejando los disparos de sus enemigos, mientras los láseres aliados les pasaban por el lado, logrando apenas y dar en algún Droide, o quizás en ninguno.

No parecía importar, eran demasiado droides.

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Asajj logró llegar a donde estaba el Virrey, teniendo que hacer frente a Barriss, quien no era como otros Padawan, ni como otros Jedi, ella la atacó de frente, con agresividad y velocidad, impropias del Soresu, recuperando por momentos la calma y forma defensiva de la forma de esgrima III, y por momentos, atacando con agresividad, al tiempo que usaba La Fuerza, para desatornillar algunas placas de metal, que arrojó con velocidad a la asesina Sith, obligándola a agacharse, o saltar para esquivar los ataques, incluso teniendo que esquivar los cables de la nave, que Barriss usó para atacarla. Era como hacerle frente, a serpientes eléctricas, y la agresividad de la chica y las sorpresas que le estaba dando a la Zabrak Dathomiriana, no parecían ser parte del entrenamiento Jedi. La chica no parecía ser una Jedi, en lo más mínimo, poniendo en peligro y ocasionándole problemas a Ventress, quien gritó de dolor, cuando Barriss logró pasar a su espalda y darle un corte ascendente con su sable de luz, para luego recibir un trozo afilado de metal, en las costillas ubicadas en la espalda.

Ante esto, la Zabrak Dathomiriana tuvo que huir rápidamente.

Al ver la destreza en combate, pero también lo que hizo su aprendiz, para hacer frente a la asesina Sith, Luminara no tuvo reparo alguno en comenzar un extenso regaño, sin importarle casi, que estuvieran ante el Virrey o que estuvieran rodeadas de clones.

Desde los ojos de Barriss, ella había hecho lo necesario para evitar, la muerte del Virrey, y había logrado herir a una peligrosa enemiga, que no los molestaría por un tiempo.

Pero Luminara creía que fue excesivo. Le recordó que los Jedi, debían de defender toda forma de vida. Que debían de velar por todos, incluso por sus enemigos.

Pero Barriss creía firmemente, que hizo lo correcto.