Han pasado dos días desde que Takuto se fue, obviamente lo extrañaban pero entendían sus razones y como tal los entrenamiento se reanudaron.
- Hay que seguir, no sabemos cuando pueda ser el siguiente partido. – Avisó Taiga, las chicas iban con sus entrenamientos de esa forma y todas colaboraban… bueno, casi todas.
Shinonome estaba parada en medio del campo, mirando al cielo, como tal no estaba concentrada para nada en el entrenamiento, los pensamientos del peligris seguían abundando su mente.
- ¡Shinonome-san! – Escuchó una voz que le llamaba.
- ¿Eh?
*SMACK*
Todo se puso negro para ella y no recordó nada más después de aquello. Un rato después despertó, estaba en la cama de la enfermería y se sujetó la cabeza.
- Duele…
- ¿Ya estás mejor? – Vio a Taiga a su lado, el castaño estuvo ahí todo el rato. – Ese fue un buen golpe con la pelota, todas realmente se preocuparon pero les dije que te llevaría a la enfermería.
- Ya veo… gracias… - Expresó por debajo.
- Obviamente no estás concentrada. – Expresó Taiga, cruzándose de brazos. – Necesito que me expliques que pasa.
- … No es nada. – Dijo con rostro serio, claro que él no se lo creía.
- Créeme, no estoy para tonterías, normalmente no cometerías un error tan estúpido como ese.
- Ya te dije que estoy bien, no sigas insistiendo. – Como tal Shinonome no diría nada, Taiga solo pudo suspirar en ese momento.
- Está bien, tampoco quiero ser un entrometido pero te diré algo, espero que a la larga no te arrepientas, eso hará más difíciles las cosas. – Taiga se fue en ese momento, Shinonome bajó la mirada, apretando su puño.
- Ya me estoy arrepintiendo… - Expresó en voz baja.
- Ey senpai. – Tsukishima estaba caminando por los pasillos cuando alguien le habló, volteó a ver encontrando a Ikki, este nuevamente estaba desarreglado, aterrando a la pelinegra.
- ¡Por qué vas de nuevo desarreglado!
- Que importa, es más cómodo así.
- No sigas… o me dará un ataque…
- Exageras ¿Qué tiene de malo ser algo desarreglado? Aunque para una estirada como tu debe ser algo terrible.
- ¡No soy una estirada! – gritó, apenas pasaron unos segundos y ella empezó a sentirse agotada. – No puedo más… ¿Qué puedo hacer para mejores tu estilo de vida?
- Nada, no soy bien conocido como alguien que le guste ser pulcro o el orden, deberías apreciar un poco el desorden.
- Eso nunca, jamás en mi vida. – Ella se cruzó los brazos, haciendo resaltar su pecho. – Un mundo sin disciplina es simplemente impensable.
- Vamos senpai, ser así nunca te ayudará a conseguir novio, ya te imagino sola con diez gatos. – Eso solo sacó una vena a la pelinegra.
- Sigue hablando y créeme, no te gustará verme enojada.
- Oye, solo estoy bromeando, es todo.
- Pues que risa, realmente me parto. – Expresó ella con sarcasmo. - ¿Acaso tengo que volver a arreglarte otra vez?
- Inténtalo, pero al día siguiente vendré como siempre. – Retó, Tsukishima entrecerró los ojos.
- … Olvídalo. – Eso sorprendió a Ikki.
- ¿Te estás rindiendo?
- Si volverás así, entonces parece que no hay caso seguir insistiendo, al final habrá quienes se rebelen contra el orden y disciplina.
- Wow, pensé que eras muy segura pero rendirte a la primera es nuevo.
- No lo hago por gusto tampoco. – Expresó por debajo. – No seguiré insistiendo, ve como desees al final. – Sin decir nada más, ella se fue, aquello dejó pensando a Ikki, si bien disfrutó de las reacciones de la pelinegra, que le deje en paz es algo que no aceptaría por mucho, tenía que hacer algo.
- … Quizás deba meter algo más de presión…
Shinonome había estado rondando por los alrededores sin rumbo, nunca pensó que sin Takuto cerca se sentiría tan vacía y es que haberse dado cuenta de lo que sentía le hizo ver que nunca valoró tenerlo cerca, a pesar de los momentos que le molestaba, le ayudó a ella más que a cualquier otra.
- (Por qué tengo que ser tan poco sincera…)
- Shinonome-senpai. – Sora se acercó a ella. – Vamos a almorzar juntas~ - Buscó comer con la peliazul pero esta siguió de largo. - ¿Eh? Senpai ¿estás ahí?
- ¿Eh? Ah… - Miró a la pelirroja. – Agatsuma-san.
- Hasta que finalmente te das cuenta de que estoy aquí. – Llevó sus manos a la cintura. – Comamos el almuerzo juntas.
- … Claro… - Sonrió por debajo. La pelirroja se puso muy alegre de poder almorzar junto a su adorada senpai. Fueron a las afueras de la escuela para sentarse en uno de los banquillos frente al jardín, Sora sacó un bento el cual quitó.
- Para ti senpai. – Se lo pasó a ella, la peliazul lo tomó y abrió, estaba bien hecho y tenía la figura de un corazón formada con cerdo empanizado. - ¿Qué tal? Practiqué mucho para hacerlo.
- Se ve lindo… - Tomó los palillos para comer un poco de arroz y luego el cerdo, Sora esperó a escuchar que diría ella. – Está delicioso.
- Me alegra. – Sonrió la pelirroja. Siguió comiendo en silencio durante un rato con Sora observándola.
- (Shimada-san seguro hubiera disfrutado una comida así… aunque él realmente solo compraba pan de melón en la tienda, no creo que se nutriera bien…) – Sonrió por debajo, Sora la observó.
- ¿Qué piensas senpai?
- No es nada… - Su sonrisa se borró. – (Aun sigo pensando en él… no puedo borrarlo…) – Sora sabía lo que su senpai tenía en mente y eso la lastimaba, quería animarla pero no podía.
- … Senpai.
- ¿Sucede algo? – Shinonome miró a su Kouhai, esta tenía la mirada en el suelo.
- … ¿Cuánto tiempo más vas a seguir mintiéndote?
- ¿Eh? – Aquello sorprendió a la peliazul. - ¿De qué hablas?
- Es por él ¿no? Por ese que siempre te molestaba, lo extrañas.
- Y-Yo… no realmente… - la peliazul se sonrojó, Sora conocía bien esa mirada, apretó los dientes con fuerza.
- ¡Deja de mentir! – gritó para sorpresa de Shinonome. – Senpai, te respeto mucho como jugadora y modelo a seguir, pero ahora mismo estás siendo una idiota.
- ¡¿Agatsuma-san!?
- ¿Crees que nadie en el equipo se ha dado cuenta? Todos saben que estás así desde que Shimada-senpai se fue de la escuela, él siempre te molestó y parecía desagradarte todo pero nunca lo alejaste, estabas cómoda a su lado y ahora que se fue, no me vengas conque lo extrañas, eso es hipocresía.
- Yo… no pensé que te sintieras así…
- Senpai, solamente tienes que decirlo ¿Qué es lo que sientes por él?
- Yo… yo… - Apretó los labios, le costaba mucho que las palabras salieran.
- ¡Dilo senpai!
- Yo… no…
- ¡Dilo!
- ¡No quería que se fuera! – Finalmente lo dijo, la peliazul empezó a respirar agitadamente. – Es un idiota, siempre se las arreglaba para sacarme de quicio pero igual fue alguien muy amable, me ayudó a mejorar, específicamente me prestaba más atención que al resto, no quería admitirlo pero es mejor que yo en todo, lo respetaba como jugadora, pero nunca pude decirle nada de eso porque soy una idiota nada sincera, y ahora que se fue, no puedo decirle nada de eso… que yo… realmente lo amo…
- Entonces ve tras él. – Expresó Sora, Shinonome la vio con asombro. – Tokio no está a más que de unas cinco horas de viaje en tren ¿no? Puedes ir.
- Pero yo… no sé si deba…
- Senpai, si nunca tomas la iniciativa, vas a ser así para siempre, escondiendo tus propios sentimientos, yo no quiero ver eso de la senpai que más admiro en el mundo.
- Agatsuma-san… - En eso ella asintió seriamente. – Lo haré. – La pelirroja sonrió.
- Será mejor que vayas y le digas todo lo que tengas guardado, no escondas nada, solo así entenderá.
- Si… - Ella empezó a acariciar el cabello de la pelirroja. – gracias por todo esto, ahora sé que es lo que debo de hacer.
- Todo sea por ti senpai. – Sonrió Sora, Shinonome lo hizo de igual manera. A los pocos minutos la peliazul se fue, quedando Sora ahí sola, entonces perdió la fuerza en sus piernas. – Yo… realmente perdí ¿no? Nunca tuve ese lugar especial en el corazón de Shinonome-senpai… - Se abrazó a sí misma, comenzando a sollozar. – Soy una idiota…
Ella lloraba en silencio en ese lugar, no muy lejos de ahí y escondido tras un árbol se encontraba Makoto, pasó por pura coincidencia y escuchó todo, quería animar de alguna forma a la pelirroja pero no era el momento adecuado, ya luego se encargaría de animarla con ir a comer juntos helado.
Llegó la noche, Shinonome había decidido que iría tras Takuto, tomaría el tren para viajar a Tokio, pero había un pequeño problema.
- No tengo dinero… - Revisó su cartera, incluso su alcancía y estaba vacía, saliendo solo polvo, la peliazul soltó un suspiro. – Tampoco quiero pedirle a mis padres ¿Cómo les explicaría que iré a Tokio a ver a un chico?
En ese momento sonó la notificación en su celular, vio que era un mensaje de Taiga, empezó a responderlo.
Taiga: Ey Shinonome ¿estás libre?
Shinonome: ¿Pasa algo?
Taiga: Solo quería saber si puedes venir aquí al centro de bateo, tengo algo importante que darte.
Shinonome: Si es importante ¿por qué no mejor mañana? Ya es tarde.
Taiga: No, debe ser ahora mismo.
Shinonome: Bien, ya iré.
Ella no sabía la razón por la cual le llamaba, ya como no podía dejarlo esperar, se vistió con una chamarra y pantalones cortos para salir. Tardó solo unos minutos en llegar cuando vio al castaño en la entrada.
-Hasta que llegas. – Expresó este saludando con la mano.
- ¿Sabes la hora que es? Espero que sea rápido. – Respondió ella con rostro serio.
- Claro, la razón de llamarte aquí es porque Agatsuma ya me contó todo. – La peliazul bajó la mirada, estaba avergonzada si le dijo todo. – Entendí fuerte y claro lo que sientes, así que igual se lo dije a las demás.
- ¡Que hiciste que! – Gritó ella con el rostro rojo como un tomate, Taiga empezó a reír.
- Antes de que me mates por ello, decidimos hacer algo al respecto y por ello entre todos juntamos para darte esto. – Le dio un boleto a la peliazul.
- Esto es… - Lo vio claramente, era un boleto de tren a Tokio.
- Si quieres ir tras Takuto, ve mañana, ya le avisaré a los profesores que te enfermaste y por eso faltarás. – Shinonome miró a Taiga con asombro.
- … Esto… no tenían que hacerlo por mí.
- ¿Qué dices? Eres parte del equipo y una gran compañera, apoyarnos los unos a los otros es lo mínimo que podemos hacer. – Shinonome realmente no podía creerlo, se sentía conmovida.
- Y-Ya veo… esto… gracias por todo… - Apenas y pudo decirlo por la vergüenza, Taiga sonrió.
- Espero que logres encontrarlo, puede ser tan aventado como parece pero igual es humano, se sorprenderá de ver tu llegada.
- Bien… prometo hablar con él. – La peliazul sonrió por debajo, extendiendo su puño, Taiga aceptó el choque de puños con ella. – No me guardaré nada.
- Danos los detalles después, petición especial de Nakano.
- N-No lo haré. – Expresó con sonrojo. Ya ahora con un boleto, podría ir a ver a Takuto y le diría todo lo que ella siente.
A la mañana siguiente ya se encontraba en la estación, llevando una blusa amarilla sin mangas y pantalones cortos de color azul así con zapatillas y un sombrero, entregó el boleto para entrar al tren, iría a Tokio a encontrarse con Takuto, en ese momento se sonrojó.
- (Rayos… estoy empezando a sentirse nerviosa… pero no puedo retroceder… Shimada-san, yo te diré lo que siento…)
El tren comenzó a moverse en dirección a Tokio, Shinonome se encontraría con Takuto para así decirle todo lo que ella siente, su aventura por Tokio apenas iba a comenzar.
Ninja Britten 11: Sí que ahí la familia fue primero y con Shinonome, ella perdió una oportunidad por ser terca, pero ya veremos como se podrá arreglar eso.
El Redentor 777: Pues ahí Honjou es muy libre de decir lo que ella siente jaja y pues ya se verá respecto a lo que pueda venir con Shinonome ahora.
Ya como ven, ella realmente estaba arrepentida de no haber dado una respuesta y solo haber huido, un empujón de Sora y el regalo del resto le irán a permitir el viaje a Tokio, ya veremos como le irá ahí en búsqueda de Takuto para finalmente expresarse como ella desea, nos vemos en el próximo cap entonces. Saludos.
