Todos los personajes y la historia pertenecen a Kohei Horikoshi y Masashi Kishimoto

En el penúltimo combate se enfrentaban Sakura e Ino. A decir verdad, era el primer combate que Bakugo veía que no sabía quien ganaría. Ayame le comentó anteriormente que Naruto y Sasuke estaban entrenando con Minato y Kakashi, así que sabía que el rubio había ganado antes de ver la pelea. Y no hacía falta ser un genio para saber que Hinata había perdido después de lo mal que la vio en el hospital. Pero del combate entre Sakura e Ino no tenía ninguna pista.

¿Quién ganaría?

En la televisión, Bakugo observaba con atención el combate entre las dos kunoichis que se desarrolló hace 9 días.

—Nunca pensé que pelearía contigo. O al menos que ocurriría tan pronto. Pero no esperes que sea blanda contigo, Sakura.—

—Mmmm.—

¡Empezad!

Ambas kunoichis se acercaron al centro corriendo y pelearon cuerpo a cuerpo alternando patadas y puñetazos que esquivaban con relativa facilidad.

Sakura se alejó de un salto y lanzó tres kunais con una mano a su oponente e Ino los repelió fácilmente con su kunai.

A la friki de las flores no la he visto pelear. Pero ..., a la frentona la he visto en acción en las misiones que hemos tenido y contra el trío del sonido y esto es una puta mierda en comparación. ¿A qué demonios estás jugando, Sakura?—pensó Bakugo, enfadado con su compañera porque no diera lo máximo.

Después de un intercambio más, Ino consiguió impactar a Sakura en la boca del estómago quedando aturdida momentáneamente.

¡Joder! ¡Eso te pasa por no dar el máximo, macrofrente!—pensó Bakugo apretando el puño izquierdo con rabia.

Lo siguiente que vio aún le irritó más. Ino estaba por darle un puñetazo en la cara a Sakura, pero en el último momento abrió la mano y le dio un débil tortazo.

—¡PERO QUÉ COJONES TE PASA A TI AHORA, FRIKI DE LAS FLORES!—gritó Bakugo al televisor, levantándose de la silla.

—Sabes qué le estás hablando a un televisor y qué no te pueden oír, ¿verdad?—dijo Shiori arqueando una ceja.

—¡Pues claro que lo sé, sirvienta! ¡Lo que pasa es que no aguanto ver esta pelea tan lamentable! ¡Si no quieren pelear en serio que abandonen de una puta vez!—exclamó Bakugo volviendo a su sitio cruzándose de brazos.

—No soy una ...Bah, olvídalo y mira el combate calladito.—dijo Shiori haciendo un ejercicio de autocontrol sobrehumano.

—Sirvienta molesta ...—susurró Bakugo entre-dientes.

En el combate, ambas contricantes habían dejado de luchar momentáneamente y estaban teniendo una discusión acalorada.

—De acuerdo, escucha Ino-cerda.—

—Grrrr ¿Qué has dicho, macrofrente?—

—No me voy a pelear contigo por Sasuke.

—Ja. ¿Me estás diciendo que ahora de repente ya no te gusta Sasuke-kun?—

—No es eso. Pero ya no soy la chica débil que conociste. Además, me di cuenta en el bosque de la muerte que nuestra disputa por Sasuke-kun se acabó. Porque a ti te gusta otro chico, ¿me equivoco, Ino-cerda?—

—¡TE EQUIVOCAS! A mí ... a mí ... ¡A MÍ ME SIGUE GUSTANDO SASUKE-KUN, MACROFRENTE!—

—Pues da igual que te guste Sasuke-kun o no. No eres del tipo de Sasuke ni del otro chico, Ino-cerda!—

—Grrrrr. ¡Sakura! ¡Piensa mejor lo que dices! ¿Acaso sabes con quién te estás metiendo? ¡Soy la heredera del clan Yamanaka! ¡No tientes a la suerte conmigo, pequeña frentona!—

Hubo una pausa en la que ambas kunoichis se miraban con intensidad. Sakura se quitó la bandana que la tenía como una diadema y se la colocó en la frente tal y como hacían Sasuke, Bakugo y Naruto entre otros.

Je. Vaya discusión de besugos, pero por lo menos ahora el combate sí se va a poner interesante. —pensó Bakugo mostrando los dientes, viendo la postura corporal de las kunoichis.

Ino parecía sorprendida al principio con el cambio de actitud de Sakura, pero luego con una sonrisa se quitó la bandana que la tenía en la cintura e imitó a su contrincante.

—Entiendo, Sakura. Daré todo para vencerte.—

—Siento decirte que la que va a ganar seré yo, Ino.—

Ambas volvieron a combatir y chocaron sus puños, esta vez con mucha más fuerza que antes. Cuando se separaron de nuevo, Sakura realizó el Bunshin no jutsu creando tres copias de ella misma.

—Esto no es un examen de graduación de la academia ninja, Sakura. ¿Crees de verdad que puedes vencerme con un jutsu tan básico?—

Lo que no había previsto Ino, es que Sakura enviaría chakra a sus pies para aumentar su velocidad para no dejarle pensar cual era la verdadera recibiendo un puñetazo que la mandó al suelo.

—Ya no soy ninguna llorona. Si juegas con fuego acabarás quemándote. Muéstrame lo mejor que tienes, Ino—

Bakugo vio como Ino se levantaba del suelo.

—No es que necesite tu invitación, ¿sabes?. Como desees. Te daré lo mejor que tengo, pero no te va a gustar—

La pelea estaba muy igualada. Llevaban 10 minutos combatiendo con todas sus fuerzas hasta que un puñetazo doble mandó al piso a ambas.

—¡Se supone que esto no debería ocurrir! ¿Cómo estás tan igualada conmigo, macrofrente?—

—Je. Lo que pasa es que estás obsesionada con tu apariencia y eso ha hecho que no progreses tanto como yo, que he estado entrenando mucho para estar a la par de mis compañeros.—

—¡Me las vas a pagar!¡ Ya estoy harta de que te burles de mí!—

Qué idiota. La friki de las flores está cayendo en la trampa de la frentona. Cuando en el combate te domina la ira no das lo mejor de ti. Aunque... ¡un momento! ¡Eso quiere decir que yo también fui un idiota cuando me enfrenté a Deku! —pensó alarmado Bakugo. —Mmm, supongo que un fallo lo tiene hasta el más grande de los genios. Bueno ..., quizás varios fallos—sus pensamientos sobre su mundo original quedaron interrumpidos al instante al ver que Ino se cortaba su larga melena con su kunai. —¿Pero ... qué ... demonios ...?—

—Je. ¿Crees que eso te va a ayudar, Ino?—

—¡Se acabó! ¡Ves! ¡No necesito preocuparme más por mi apariencia!—

Bakugo vio como Ino lanzaba su cabello a Sakura , cayendo al suelo entre ellas dos.

Mmmmm ... La friki de las flores no es la persona más cuerda del mundo, pero no me creo que las palabras de la frentona le hayan hecho tanto efecto. Aquí hay gato encerrado. —pensó Bakugo analíticamente.

—¡Voy a ponerle fin a esto ahora mismo! ¡Prepárate para contarle a todos que perdiste conmigo frentona!—

Colocó sus manos delante formando un círculo

—Conozco ese sello. Sé que te sientes frustrada, pero es inútil, Ino.—

—¿Ah, sí? Ya lo veremos.—

—El Shintenshin no Jutsu (N/A: técnica del traspaso mental) es un jutsu poderoso que te permite apoderarte del espíritu del adversario y arrebatarle el control de su cuerpo a través de la emisión de tu energía espiritual. Pero, a pesar de su poder hay grandes fallos en esta técnica que la hacen arriesgada. Primero, la energía espiritual que emites con el jutus solo puede fluir en línea recta a una velocidad lenta. Segundo, si la energía espiritual no impacta en el enemigo, tarda varios minutos en volver a tu cuerpo. Y eso implica que no puedas moverte en ese tiempo, convirtiéndote en poco más que una muñeca inanimada. Por tanto, si usas ese jutsu y no aciertas habré ganado. Es un jutsu más adecuado para espiar que para combatir, Ino. La esquivaré sin ningún problema—

—¡Cállate, Sakura! ¡Shintenshin no Jutsu!—

Sakura se movió para no estar en frente de Ino, quedando ésta arrodillada en el suelo. Bakugo arqueó una ceja confundido.

¿De verdad la friki de las flores ha actuado como una loca? En fin, vaya decepción. Mi instinto me ha fallado. —pensó Bakugo haciendo una mueca.

—Ja. Has caído en la trampa, Sakura.—

Ino había fingido caer desmayada al suelo, pero lo que hacía era crear un hilo de chakra con su cabello y atar los tobillos con él.

—Por fin te tengo, Sakura.—

—No puede ser ...—

¡Lo sabía! ¡Sabía que esa loca no estaba tan loca! —pensó Bakugo, orgulloso de que su instinto no hubiera fallado.

—Mi ira, cortarme el cabello, los sellos que he hecho ... Todo era un engaño para que cayeras en mi trampa y ha funcionado. Ahora no te puedes mover. —

Con su pie izquierdo sujetó el hilo para tener las manos libres.

—Ahora puedo apoderarme de tu cuerpo y hacerte decir que te rindes en este combate. Es imposible que no acierte con mi jutsu ¡Shintenshin no Jutsu!—

—¡NOOOOOO!—

El cuerpo de Ino cayó al suelo y el cuerpo de Sakura controlado por Ino levantó la mano.

—Yo, Sakura Haruno me rindo.—

—Por abandono, la ganadora del séptimo combate es Ino Yamanaka.—

—Ha sido un gran combate. Aunque ... Tsk. Ahora seguro que la frentona se deprimirá. —masculló Bakugo irritado.

Luego miró al techo de la sala y apoyó las manos en su nuca. Por un lado, le gustó el combate que había presenciado. Había sido una buena pelea y se alegraba que Ino hubiera aprobado. Pero por el otro lado, sabía que su compañera tenía problemas de autoestima, y esto podía afectarle más de la cuenta.

¿Debería decirle algo? Mmmm. Pensándolo bien, no puedo perder más tiempo. Ni siquiera sé donde está ahora ni donde vive.—pensó Bakugo, meditando las opciones. Vio que en el rincón de la sala había papel, plumas de escribir y tinta.—Quizás le debería escribir una carta de despedida. De todas formas estoy aquí esperando a que el viejo acaba con cejotas senior. Pero aún tengo el problema que no sé donde vive.—

Bakugo observó a Shiori con intensidad y ésta arqueó una ceja, sorprendida por la repentina atención del rubio.

—¡Ey, mujer! ¿Sabes donde vive la pelirrosa que acaba de perder?—cuestionó Bakugo

—Me llamo Shiori. —dijo la secretaria, molesta con el tono del rubio.

—Nadie te ha preguntado tú nombre. —

—Odio a este crío ...—susurró Shiori. —El Yondaime me las va a pagar...—

—¿¡Qué has dicho?!—dijo Bakugo, no habiéndola escuchado pero intuyendo que era algo sobre él.

—He dicho que sí sé donde vive Sakura Haruno. —dijo Shiori fingiendo una sonrisa.

—¡Perfecto! —cogió un papel, una de las plumas y el tintero negro y escribió en el papel. —Dale esta carta a la frentona. —Shiori la cogió y empezó a leerla.—¡Ey! ¿Quién te ha dado permiso para leer la carta?—cuestionó Bakugo, indignado

—...—después de leerla, Shiori miró a Bakugo seriamente. —No le voy a dar a Sakura esta carta. Bueno, carta. Yo no lo llamaría así a lo que has escrito.—

—¿Qué tiene de malo mi carta, mujer?—preguntó Bakugo, molesto.

—¿Me lo preguntas en serio?—Shiori pestañeó varias veces, incrédula. Viendo que Bakugo no decía nada continuó.—Está bien, te leeré en voz alta lo que has escrito a ver si así te das cuentas lo que has hecho mal. —carraspeó un poco la garganta para imitar la voz de Bakugo.— Frentona, supéralo. Firmado: el alucinante y asombroso King Explosion Murder. Fin.

—Es una carta perfecta. Ni Shakespeare podría haberlo hecho mejor.—se defendió Bakugo.

—¿Quién es Shakespeare?—arqueó una ceja Shiori.

—¡Y a ti quién te importa quién sea! ¡Tú haz tu jodido trabajo y manda la puta carta!—exclamó Bakugo, apretando los puños.

—En primer lugar, no soy tu sirvienta. Así que no me trates como tal. —dijo Shiori en tono serio.

—Tsk. —masculló Bakugo, volteando la cabeza y metiéndose las manos en los bolsillos.

—En segundo lugar, el cuerpo de tú solo carta contiene solo 2 palabras.—continuó Shiori mostrándole la carta

—¿Nunca has oído que lo bueno si breve, dos veces bueno?—cuestionó Bakugo, molesto porque se le criticara su obra maestra.

—Sí, claro. —dijo sarcásticamente Shiori. —¿Y por qué no has sido tan breve a la hora de firmar?—

—¡Quizás porque lo importante de la carta es que sepa que lo he escrito yo, mujer entrometida!—se defendió Bakugo.

—¡Pero si ni siquiera va a saber qué eres tú! ¿Qué diablos significa King Explosion Murder?—a Shiori se le estaba empezando a pegar las malas formas de Bakugo.

—El rey de las explosiones asesinas.—respondió Bakugo con orgullo y con una sonrisa arrogante.

—Ufff...—suspiró Shiori. —Me temía que iba a ser algo así. Con más razón que no se la voy a dar. Pero la conclusión es que no puedes escribirle dos palabras en las que una de ellas es un insulto y la otra una orden. Así solo conseguirás deprimirla más. —

—¿Es que además de secretaria era una jodida psicóloga?—preguntó retóricamente Bakugo.

—No. Pero como secretaria del Yondaime, soy experta en diplomacia y en mandar cartas a señores feudales y Kages. Déjame ayudarte. —la secretaria ya estaba escribiendo en otro folio sin esperar permiso de Bakugo.

—¡No necesito ayuda en mi carta! ¡Lo que necesito es que la envíes tal y como está!—exclamó Bakugo. —¿¡Y por qué demonios estás utilizando varios colores para escribirla!? —añadió al ver como cogía una pluma con tinta roja.

Shiori lo ignoró y acabó de escribir la carta. Al terminar, miró la carta con orgullo.

—Perfecta—susurró Shiori con alegría de su creación.

—¡Trae para acá!—Bakugo se la arrebató de las manos y comenzó a leerla.

Querida Sakura,

He visto tú combate contra Ino y quiero decirte que has luchado muy bien. Así que no te deprimas por haber perdido, porque has estado alucinante. Estoy super orgulloso de ti. La próxima vez ganarás, estoy seguro.

Un beso muy fuerte de tu compañero y gran amigo Katsuki Bakugo.

Bakugo puso los ojos en blanco. Tenía la vena de su frente hinchada a punto de estallar.

—Solo falta tu firma, Bakugo. —dijo Shiori con una sonrisa, orgullosa de lo que había escrito.

—¡Sobre mi cadáver!—replicó Bakugo, quemando la carta con su quirk.

—¿Pero qué haces? ¡Con lo bonita que había quedado?—dijo Shiori, apenada y con lágrimas en los ojos.

—Tsk. A la mierda la carta. Ya hablaré con ella si vuelvo algún día, ahora pon el último combate, secretaria inútil.—ordenó Bakugo, enfadado con Shiori.

—Grrrr. Qué ganas tengo de perderte de vista, mocoso maleducado.—expresó la secretaria, también molesta con el rubio.

—Ya somos dos.—dijo Bakugo cruzándose de brazos.

Después de la pequeña discusión, Shiori le dio al botón de reanudar y el vídeo mostró como los últimos aspirantes, Rock Lee y Gaara, se colocaban a los lados del examinador, Hayate Gekko.

—¡Empezad!—

Poco sabía Bakugo que su vida iba a dar un giro después de ver ese último combate. Bakugo se prometió no volver a subestimar al Yondaime, pero sin saberlo, lo hizo de nuevo. El as bajo la manga de Minato iba a ser definitivo para manipular emocionalmente al rubio ceniza.