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Disclaimer: Personajes de Masashi Kishimoto-sama y la trama es de Hang Yu-rang unni –sazonada a mi manera–. (-u-)

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LA PRUEBA DEL DESTINO Pt.1


/Distrito Tamana/Bodegas/Al día siguiente/

— ¡Jefe! ¡Jefe! ¡Están aquí! —Deidara sonrió con placer y salió de su oficina.

— ¡Vaya! ¡Ya era hora, Sasuke! —gritó con emoción golpeando los puños delante del pecho. —Supongo que ya conseguiste el valor necesario para venir a que te dé tu paliza.

Sasuke se abrió paso entre el grupo de muchachos. Ambos quedaron uno delante del otro. Esa mirada en Sasuke emitía un brillo carmesí que podría matar si tuviera vida. Deidara sonreía con placer y los subordinados de ambos bandos se apartaron hasta rodearlos porque en esa silenciosa aura había un grito que les advertía lo peligroso de acercarse a uno de los dos.

—La loca de Sakura es linda, pero qué bueno no habérmela cogido. —dijo para provocarlo. Deidara quería que diera el primer golpe para sacarlo de su control, pero Sasuke seguía inmóvil. —Qué poco te importa esa perra ahora. Ese día parecías un ratón en la boca de un gato.

La tensión entre los subordinados se convirtió en murmullos que se perdían en la brisa de esa tarde nublada.

Sasuke respiró con suavidad y lanzó un puñetazo hacia el rostro de Deidara, éste lo esquivó y sonrió con placer. Deidara se agachó para dar un puñete en la mandíbula, pero Sasuke lo detuvo con la mano y lanzó una patada a las costillas que lo llevó al suelo con rapidez. Sasuke caminó un par de pasos hasta llegar a su lado con la frialdad en cada paso.

Deidara arrugó la frente con fuerza y forzó una sonrisa.

— ¡Hasta esa mosca de Hatake golpea más fuerte!

Sasuke endureció el rostro, lo agarró de la camiseta y el puñete en la nariz provocó ligeras gotas de sangre sobre la chamarra gris del rubio. La lucha no duró más de unos pocos minutos, pero la ira con la que Sasuke dio esos golpes provocó náuseas en cada uno de los espectadores.

—Sa... Sasuke. —Dijo Suigetsu para detenerlo o Deidara hubiera terminado peor.


/Distrito Tamana/Instituto/Al quinto día/

En cada uno de los salones corría el rumor de que Sasuke era la banda más temida de Japón. Habían crecido mucho por las pequeñas uniones provocadas por el temor y por más de cuarenta bandas de pandillas derrotadas en menos de cinco días. La reputación había crecido demasiado. Lo suficiente para que llegue a los oídos adecuados.

Hiro tomó asiento en el pupitre y unos minutos después Tobi hizo un poco de ruido en su silla para llamar su atención.

—Te quedan sólo dos días, eh.

Hiro lo escuchó, pero no le prestó atención. No perdía la guardia a su lado desde aquel incidente, pero tampoco estaba totalmente en sí mismo desde la visita al distrito de Fukuoka.

Un jovenzuelo de ultimo año entró al salón durante la segunda hora libre, hizo una reverencia delante de Tobi y aquello llamó la atención tanto del mayor como de Hiro.

—Tobi-sama, Sasuke-aniki solicita su presencia en la terraza.

Tobi miró a Hiro con una sonrisa, pero el pequeño Hatake continuó enfocado en sus tareas y la sonrisa de Tobi desapareció rápidamente; así como su presencia en el salón.

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Al dar un paso en la terraza empezó a aplaudir y Sasuke continuó observándolo en total hostilidad, pero Tobi lanzó una risa.

—Vaya, vaya. Conseguiste lo que te pedí y con suma rapidez. —Tobi llegó hasta la barandilla cercada sin apartar su mirada de la de él. —Ahora sí eres un digno rival.

—No eres mi rival, eres un enemigo. Te mandé a llamar para saber si te largas hoy o mañana.

La carcajada no cambió la ira en la mirada de Sasuke, pero aquello que lo sacó de la paz fue la frase entre tantas risas.

— ¡Y... y te lo creíste! —Tobi se calmó poco a poco y secó las lágrimas que salieron de sus ojos. —No será tan fácil deshacerse de mí.

Sasuke apretó la mandíbula con fuerza. Tobi miró hacia el horizonte unos segundos.

—En dos días un auto te irá a buscar —dijo regresando la mirada a Sasuke, pero con un toque diferente; parecía querer mostrar rencor— y te llevará a mi casa. Será una prueba para ti y para Hiro. Si ambos la pasan entonces me iré.

Sasuke entrecerró los ojos en su dirección y Tobi levantó la mano con un toque infantil y sincero.

—Juro que me iré si la pasan. —Tobi caminó hasta la puerta y se detuvo en la entrada sin dar la vuelta. —Sólo si la pasan.


/Distrito Tamana/Instituto/Dos días después/

La campana sonó y los estudiantes guardaban sus cosas en las mochilas luego de despedirse del maestro. Hiro contempló los zapatos de Tobi, pero cerró la mochila y se levantó.

—Hoy nos vamos juntos. —expresó Tobi con un toque juguetón.

Hiro le dio la espalda y la alegría de Tobi se fue, lo agarró del brazo y la seriedad en la voz continuó.

—No puedes ignorarme porque es la fecha límite. Tienes que darme una respuesta hoy.

Hiro volteó. —Suéltame, por favor. —Pero Tobi no lo soltó.

—La única regla que te di era no darme la espalda nunca y la olvidas siempre.

Hiro lo miró a los ojos. —Eso no me importa. Te daré la espalda las veces que quiera. Ahora te pido de favor que me sueltes.

Tobi endureció la mirada sin obedecer y sin apretar el agarre.

—Tienes que ir conmigo. No creo que Sasuke pueda pasara la prueba por sí mismo o fallará miserablemente. —La mirada de Hiro no cambió, pero al escuchar ese nombre Tobi supo que tocó algo en su interior. —La prueba es para ambos, si uno no va, el otro perderá. Y si uno pierde, pues...

Hiro bajó la mirada para ver el agarre, estuvo así un par de minutos hasta que la tensión en el cuerpo cambió por aceptación. Tobi sonrió y lo soltó. Hiro caminó hasta Sakura con ese aire indiferente para avisarle que no iría con ella en el auto.

—No, no puedes. No te lo permito. —expresó ella al ver a Tobi en la puerta observándolos.

—Sakura-san, no quiero desobedecerla, pero le pido que no me lo prohíba.

Sakura volvió a mirar a Tobi en la puerta, la sonrisa confiada y coqueta que le dio a la muchacha le causó escalofríos y asco.

—Hiro... —fue lo último que dijo Sakura antes de que su amigo diera media vuelta porque no podía dejar a Tobi esperando más tiempo. No podía dejar a Sasuke a solas con él.


/Distrito Nagomi/Avenida principal/

Llevaban en el auto algunos minutos en silencio. Hiro no estaba tenso ni alerta, Tobi podía saberlo con solo mirar.

—Me dijiste que Sasuke es tu destino. —inició sin apartar los ojos del camino, pero atrajo la mirada de Hiro— Así que quiero pruebas.

— ¿Pruebas? —dijo de forma inconsciente.

—Sí. Quiero pruebas de ello. Si él de verdad es tu destino como dices, entonces los dejaré tranquilos.

Hiro lo miró a los ojos en busca de la mentira.

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Al llegar al lugar descubrió una fiesta en el jardín principal. Varios meseros adecuaban las mesas con flores, manteles, bocadillos, cintas... Una mujer se detiene frente a Tobi.

—En diez minutos todo estará listo, Tobi-sama.

— ¡Perfecto! —dice con una sonrisa confiada, coloca la mano detrás de la espalda de Hiro y lo empuja un poco hacia la mujer. —Ve con ella.

Hiro la observa de pies a cabeza, era alta y bien vestida de mirada fría. Él se tensó.

—No. No quiero. —dijo de forma inconsciente dando un paso en dirección a Tobi porque sentía que la mujer podía ver a través de su máscara.

Tobi la miró a los ojos con suavidad.

—No te voy a obligar, pero lo voy a aceptar como una respuesta. —Hiro curvó las cejas y bajó la mirada. El rostro de Sasuke apareció en sus memorias, contempló el suelo varios minutos antes de fijarse en la mujer y avanzar hasta ella con pasos de concreto.

— ¡No lo incomodes! —dijo con una sonrisa brillante mientras Hiro caminaba con la cabeza agachada tras la mujer.

Tobi empezó a caminar por entre las mesas mirando los decorados. Tocando las sillas forradas con los dedos. Oliendo el aire fresco de la tarde. Se detuvo en la mitad del jardín trasero con los ojos cerrados.

— ¡Obito! —gritó animada— ¿Qué vas a celebrar? —Ella lo abrazó y él regresó el gesto. Detrás de ella apareció Kiba con bocadillos en la mano. Ambos se saludaron con una silenciosa mirada.

Tobi la suelta y agarra un bocadillo de una de las mesas.

—Es una fiesta para el destino. —contestó con una sonrisa confiada y dio la vuelta para caminar por el resto del jardín.

Rin y Kiba se quedan de pie en medio del jardín. Ambos se miraron con la misma mirada de confusión.


/Distrito Nagomi/Mansión/Noche/

Tobi salió de su habitación con un traje oscuro a rayas, acomodó un poco la corbata hasta llegar al pasillo en donde se encontró con la mujer alta y seria de antes.

—Ya está todo listo.

—Perfecto. —ambos hicieron una reverencia y la mujer se retiró.

Tobi caminó hasta el fondo del pasillo y puso la mano en la perilla pero no la giró. Se dio cuenta que le temblaban los dedos. "¿Qué me pasa?" Se dijo al sentir una gota da sudor creándose en la frente. "¿Por qué mierda estoy nervioso?" Agarró la perilla con fuerza y abrió la puerta.

Cerca de la ventana había una silueta fina, se podía ver el perfil de ese rostro suave tras la cabellera larga y azul ligeramente ondulada que llegaba hasta el mitad de su espalda, la cintura se acentuaba con un corsé bordado, el pecho estaba cubierto en su totalidad, pero era abultado y la caída amplia de la falda le daba un toque de princesa. Ella dejó de tener la mirada perdida en el exterior y posó sus ojos en Tobi con un toque indiferente aún cuando en el fondo sentía el corazón alterado.

El maquillaje suave resaltaba sus pestañas y labios, pero aquellos ojos blancos llegaron a su interior con un golpe. Ella empezó a acercarse con paso lento y el corazón se le hizo pequeño, consiguiendo que se le escape el aire de los pulmones sin darse cuenta.

La mirada indiferente no le restaba belleza su aspecto total y cuando ella se detuvo a un paso de distancia las mejillas de Tobi no lograron ocultar lo que su corazón sentía al verla como realmente debía ser.

—Te ves... muy bien.

Hiro cambió esa indiferencia por frialdad.

— ¿Por qué haces esto?

Tobi aclaró la garganta y serenó el ardor del rostro antes de continuar. —Ten paciencia. —Sacó del saco una botellita pequeña, la abrió y unas gotas de un fuerte perfume cayeron en el pecho de Hiro.

— ¿Perfume? —dijo confundida. Tobi le sonrió con emoción.

—Tienes un aroma suave natural y eso podría ser trampa. —Hiro curvó las cejas ligeramente. —Como te diste cuenta, afuera hay una fiesta. Contraté muchas personas similares a ti en contextura y tamaño, los he disfrazado como tu yo de hombre y como el tú de ahora. Si Sasuke es tu destino como dijiste, entonces te encontrará. Si así sucede entonces creeré en esa estupidez del "destino" y me iré de tu vida para siempre. Si él no te encuentra, entonces serás mi mujer.

El espanto en Hiro no tardó en aparecer porque en esa mirada oscura no había una pizca de broma.

—Estás loco. —comentó en un susurro.

Tobi echó a reír.

—Si no quieres participar te puedes retirar. Como dije cuando llegamos, no te voy a obligar, pero esa será la respuesta que quiero. Nos vamos a América y todo el sufrimiento para Sasuke. Si te quedas lo verás sufrir.

Las pupilas de Hiro vibraron entre las pestañas. Bajó la mirada y el rostro de Sasuke emergió entre viejas memorias. No quería irse, pero ya había visto lo que era capaz. Respiró profundo para calmarse y no darle el gusto de verla alterada, cerró los ojos y una idea le llegó a la mente.

Regresó la mirada con esa simpleza de siempre que le molestaba.

—Puedo acercarme a él.

—No lo harás. —dijo serio— Porque si lo haces, no habría pruebas del "destino" y, pues, sino no las veo... —Tobi se levantó de hombros y Hiro apretó los labios. La sensación de estar acorralada la hacía sentir menos que un ratón.

Él sacó del otro lado del saco una máscara y trató de ponérsela, pero ella dio un paso atrás y lo hizo por sí misma. Él dio un paso a un costado y realizó una corta reverencia.

—Las damas primero.

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Besos y abrazos a un monitor de distancia.

PD: Una pequeñísima parte de mi corazoncito siente pena por Tobi, pero luego recuerdo lo hijo de put4 que es al tratar a Hiro y me dan ganas de ahorcarlo! Espero que no vaya a pasar nada malo!