Hola de nuevo, chicos :D Espero que no les moleste, pero me gustaría no responder reviews anónimas solo por este capítulo. Siento que ha pasado bastante tiempo y que tal vez ya perdimos un poco el hilo de las ideas. ¡Por otro lado, de verdad agradezco mucho que se hayan preocupado tanto por mí! ¡Espero que podamos vernos más seguido en el futuro!

¡Por favor, pasen a leer, que sé que tenían tiempo esperándolo!


—Evolucionó…

Los niños de Alola voltearon a ver a Lana, cuyos ojos brillaban como estrellas.

—Creo que ese no es el punto ahora…— murmuró Mallow, mirando nuevamente hacia el frente.

Pikachu, Cinderace, Sobble e Eevee tragaron saliva al ver el reencuentro.

Ash y Lucario se veían fijamente, el primero con una sonrisa en el rostro y el segundo con seriedad. Todos notaron la evidente tensión en el ambiente, la cual se hacía más obvia al ver los rostros de Go y Koharu.

—¿Puedo acercarme?— le preguntó Ash a su Pokémon, quien no hizo el más mínimo movimiento. Ketchum interpretó la falta de respuesta como una señal para moverse lentamente y así lo hizo.

Con pasos tranquilos y movimientos lentos, caminó hacia Lucario, quien estaba a pocos metros de él. Observaba atentamente el rostro de su Pokémon, esperando ver cualquier tipo de agresividad para detenerse, pero eso no pasó.

Mientras más se acercaba Ash, Lucario se veía más y más incómodo, cosa que hacía que el niño redujera la velocidad de sus movimientos. En ese momento, Kukui recordó lo que Go había hablado con ellos el día anterior.


Aunque… hay algo de lo que me gustaría hablar con ustedes, en especial ahora que Ash no está.

Una vez más, todos miraron a Go, quien volvía a lucir serio.

Es sobre el sueño… Aunque creo que deberíamos dejar de llamarlo de esa forma— los ojos de Go recorrieron todo el lugar, posándose sobre cada uno de los presentes—. Cuando se los expliqué, no quise entrar demasiado en detalles porque en ese momento no teníamos mucho tiempo—volteó a ver a Koharu— ¿Me ayudas?

Los dos niños de Carmín hablaron sobre la teoría que tenían. Hablaron sobre que posiblemente el "sueño" era algo mucho más complejo que solo eso; hablaron también sobre su teoría del mundo paralelo y explicaron claramente el por qué creían que era así. Al finalizar, todos lucían pensativos y serios.

Estoy seguro de que todos aquí pensamos desde un inicio que era algo más que un simple sueño— dijo Kiawe, hablando luego de varios segundos de silencio.

Los demás niños de Alola asintieron.

Y lo que acaba de pasar… Esa reacción de Ash…— Mallow veía al piso con amargura.

No puede ser solamente un sueño— aseguró Lana.

Es cierto que lo llamamos "sueño" para acortarlo, pero…— Burnet los miró a todos— creo que Go tiene razón. Seguir llamándolo de esa forma solo hará que nos apeguemos inconscientemente a la idea de que se trata de un simple sueño.

Rotom asintió.

No tengo dato alguno en mi memoria que diga que los sueños pueden hacer algo como eso-Roto…

No se trata solo de hacer que nosotros comprendamos que es algo más que una pesadilla— Go volvió a hablar, siendo nuevamente el centro de atención—. Se trata de hacer que Ash también lo haga.

Aquella vez… Cuando le dijimos a Ash que podría no tratarse de un sueño, él nos dijo que debía serlo; él dijo que no sabía qué haría si no lo era— contó Koharu, preocupando a todos.

Eso es malo…— murmuró Kukui, luciendo más serio— Si Ash se cierra a las infinitas posibilidades, si se estanca en la idea de que no es más que un sueño...

Entonces llegar al fondo de todo será mucho más difícil de lo que ya es— terminó de decir Burnet.

Go y Koharu asintieron, mientras que los niños de Alola voltearon a verlos con sorpresa.

Lo que Ash vio… Los recuerdos que llegaron a su mente… No son algo que alguien de nuestra edad deba ver— dijo Chris, claramente preocupado e incluso un poco asustado.

Kukui negó con la cabeza.

Una guerra es algo que nadie debería ver.

¿Entonces qué haremos, profesores?— preguntó Hau.

Es cierto que será difícil para Ash, pero él tiene que abrirse al resto de posibilidades— respondió Kukui con seriedad—. Hay que dejar de llamarlo "sueño"; hay que hacer que Ash acepte que es algo más que eso…

¿Y cómo lo haremos?— preguntó esta vez Kiawe.

Kukui frunció un poco el ceño.

Tratar de convencerlo con palabras tal vez no sea lo mejor, pero si no encontramos una solución, entonces no habrá de otra…


Kukui entonces le agradeció a los cielos por presentarle una potencial solución a dicho problema. En su cabeza, varias cosas comenzaron a cobrar sentido.

Lucario, el Pokémon Aura, especie reconocida por su gran lealtad a sus entrenadores, ¿atacando a su propio entrenador de la nada? No, había algo que definitivamente no cuadraba ahí y, como entrenador de un Lucario, Kukui sabía qué cosas podían alterar a uno.

Los Lucario eran Pokémon tranquilos y serenos, algo fríos en la superficie pero realmente caritativos en el interior. Ellos solo reaccionarían agresivamente ante una amenaza o por el contrario…

—Una perturbación en el aura…— murmuró con los ojos abiertos de par en par, cosa que no pasó desapercibida para su mujer. Rápidamente sacó una Pokéball de uno de sus bolsillos y la lanzó al aire. Un Lucario emergió.

Todos voltearon a ver con sorpresa al Pokémon de Kukui, incluso el propio Lucario de Ash, quien había mantenido un semblante serio desde que había aparecido. El Lucario de Kukui, por otra parte, tuvo una reacción digna de ver. Sus ojos se abrieron con fuerza y los sensores de su cabeza se levantaron; con rapidez, miró a Ash.

Tal y como Kukui esperaba, su Lucario también había reaccionado negativamente a la presencia de Ketchum, quien esta vez se veía realmente preocupado.

—Ahora lo entiendo… Ya veo— las palabras de Kukui hicieron que todos voltearan a verlo, incluso su Pokémon, quien no bajó la guardia en ningún momento.

—¿Profesor?...— murmuró Ash, viendo con preocupación la postura del Lucario del adulto.

Kukui caminó hacia su Pokémon y puso una mano sobre su hombro, tranquilizándolo.

—Es él. No sé qué estás sintiendo ahora mismo, pero puedo asegurarte que es él— le dijo, sonriéndole para que se calmara. Lucario pareció tardar un poco en aceptar ese hecho pero finalmente, lo hizo; se disculpó con Ash bajando un poco la cabeza por menos de un segundo.

—Kukui, ¿qué está sucediendo?— le preguntó Burnet, acercándose a él. Lei, en sus brazos, comenzó a despertar.

El profesor volvió a ponerse serio y vio como todos lo observaban con confusión y preocupación, por lo que no dudó más. Volteó hacia donde estaban Ash y su anonadado Lucario.

—Esto es la prueba, Ash— le dijo, poniéndole las manos sobre los hombros—. Esta es la prueba de que todo lo que está sucediendo, de que todos los recuerdos que llegan a tu mente, no son por un simple sueño; no pueden serlo.

Ketchum abrió los ojos de par en par y justo cuando estaba por abrir la boca, Kukui volvió a hablar.

—No es coincidencia que dos Lucario reaccionen de esa forma ante tu sola presencia, Ash— volteó a ver a ambos Pokémon, quienes también lo veían a él—. Los Lucario son realmente sensibles al aura y si hay algo fuera de lo común, lo notaran. Hay un viejo dicho que dice: "Tal y como Lucario, reconoce a las personas por el interior y no por el exterior", que toma como base precisamente el hecho de que lo primero en lo que se fija un Lucario sobre cualquier otro ser vivo es en su aura, antes incluso que en su apariencia. Creo que ahora mismo, para ellos, eres un impostor que está usando el rostro del Ash que conocen.

Ketchum claramente no podía comprenderlo, al menos, no del todo, pero había otras personas que si lo hacían. Burnet se llevó una mano a la boca.

—Kukui… ¿Estás diciendo que…?

El hombre asintió, frunciendo el ceño.

—Se cree que el aura es el reflejo del alma y creo que, lo que sea que sean esos recuerdos, alteraron el aura de Ash y por ende, posiblemente su alma— dijo, haciendo que todos sintieran repentinamente una enorme sorpresa.

Rotom levitó rápidamente hacia los Lucario y comenzó a hacerles varias preguntas que ellos respondían. No parecían dudar al hacerlo (excepto una vez), cosa que solamente pareció incrementar el nerviosismo de la Pokédex.

—¡¿Su alma?!— preguntó Kiawe, claramente exaltado. Caminó rápidamente hacia el profesor Kukui, quien lo volteó a ver con evidente angustia— ¡P-Pero eso quiere decir que…! ¡N-Ni siquiera sé qué es lo que eso quiere decir!

Como Kiawe, ninguno de los niños sabía realmente que significaba que el alma de Ash estuviera "alterada", ni siquiera los adultos lo sabían bien, pero todos estaban seguros de que era algo realmente malo.

—Esto es malo-Roto…— dijo, haciendo que todos voltearan a verlo.

—¡¿Qué te dijeron?!— preguntó Chris, acercándose.

—Ellos… dijeron que verlo es como ver a una abominación utilizando la piel del Ash que conocen como disfraz, tal y como el profesor Kukui dijo… Dicen que su aura por segundos es normal, pero que luego se deforma en una "masa extraña" e innatural-Roto…

Todos voltearon a ver a Ketchum, quien era el que más abatido lucía por lo que acababan de escuchar.

—¡R-Rotom, llamarlo abominación es…!— Mallow fue interrumpida por ambos Lucario. Los dos lucían apenados por lo que habían dicho, pero estaban convencidos de que era la palabra correcta. La niña retrocedió unos pasos.

—Ash…— murmuró Go, avanzando lentamente hacia él.

Ketchum miró sus manos y luego, las cerró con fuerza. Miró al profesor Kukui directamente a los ojos.

—¿Puedo… hacer que mi alma vuelva a ser normal?...— preguntó. Su mirada transmitía miedo e incluso un poco de desesperación, cosa que se sintió como una puñalada en el corazón para los profesores, quienes fueron los únicos en verlo a los ojos.

Burnet caminó hacia él y sin dudarlo, lo abrazó.

—No podemos asegurar nada, Ash, pero juro por lo que más amo que lo intentaremos… Intentaremos llegar al fondo de todo esto…— le dijo, sintiendo como su cuerpo temblaba un poco. Lei extendió su pequeño brazo, sujetando una de las mejillas del niño y estirándola con fuerza.

—Auch…

—Ash— lo llamó Kukui, haciendo que Burnet lo dejara ir—, sé que es difícil aceptar que las cosas horribles que viste pudieron ocurrir en realidad, aunque sea en otro mundo que de alguna forma logró tener contacto con el nuestro… pero, ¿podrías intentarlo? Si lo haces, Ash, entonces podremos avanzar más rápido… Podremos hacer que vuelvas a la normalidad antes.

El azabache lo miró y tras unos segundos, miró hacia el piso, cosa que preocupó a todos.

—Entonces… cuanto antes descubramos lo que quería decir la voz, antes me curaré, ¿verdad?— preguntó. Kukui rápidamente asintió.

—¡Eso es lo que creemos, al menos! ¡Descubrir el verdadero propósito de los recuerdos podría ser la clave para tu recuperación!— le respondió.

Ash entonces levantó la mirada y sonrió, haciendo que por inercia, todos los demás también lo hicieran.

—¡Entonces hay que irnos lo antes posible!


—Si Ash se siente seguro con eso, entonces yo también— dijo Hau, sonriendo.

Hala tenía una mano en el mentón y lucía pensativo. Finalmente, tras unos segundos, asintió.

—Lo que tenemos entre manos es un asunto delicado y por ende, tenemos que trabajar con rapidez— giró su cuerpo en dirección al bosque—. Los ayudaré con todo lo que esté en mi poder.

Todos sonrieron al escuchar eso.

—¡Gracias, señor Hala!— exclamó Ash. Parecía que el simple hecho de recibir ayuda era suficiente para aliviarlo todavía más.

—No hay de que, Ash. Síganme, por favor— les pidió, comenzando a caminar.

Por decisión unánime, los Lucario ahora formarían parte del grupo para mantener monitoreado a Ash. Si la perturbación en su aura se hacía más notoria, ellos lo avisarían en el momento. El grupo entero ahora caminaba detrás del Kahuna.

—Ash— llamó Go a Ketchum en voz baja, colocándose a un lado de él—. ¿Seguro que estás bien? Es normal si estás preocupado…

Ketchum volteó a verlo con una pequeña sonrisa.

—Estoy asustado, Go— admitió, sorprendiendo a su amigo—. Todo esto es realmente extraño y no me gustaría volver a ver algo como lo que vi la última vez, pero si me quedo deprimido no lograré nada… Aunque bueno, tal vez logre que te enojes conmigo.

Go se puso un poco rojo y se sobresaltó.

—¡¿Q-Qué clase de demonio crees que soy?! ¡Yo no me enojaría contigo si estás decaído!— aseguró rápidamente.

—¿Y esa vez que me sentía decaído porque perdí tres veces seguidas y bajé de clase?— le preguntó, riéndose— "¡Contrólate, Ash! ¡Estamos por ir a investigar!"

El sonrojo de Go aumentó.

—¡Pero te ayudé, ¿no?!

—¡Cin Cinderace!

—Lo hiciste— respondió, riendo más.

—¡Pika Pi!

Todos veían eso con una sonrisa, pero había cuatro personas en específico que tenían sentimientos encontrados con el momento. Lana, Mallow, Chris y Kiawe sabían que en ese momento Go estaba ayudando a Ash a sobrellevar la situación, cosa que realmente los alegraba, pero por otro lado estaba el hecho de que alguien tenía el rol de soporte emocional para Ash y no eran ellos. Se obligaron a sí mismos a alejar esos pensamientos egoístas, pues a fin de cuentas, lo único importante era que su amigo estuviera bien.

Tras varios minutos de caminata, se adentraron en lo profundo del bosque. En el camino, Ash y Go hablaron de forma animada, involucrando también a los demás presentes en sus charlas.

—¡Y-Ya te lo dije, eso también fue un accidente!— exclamó Ash.

—"Mira esto, Go, así es como se comen las cosas pequeñas que huelen bien"— dijo el niño, llevándose una mano al rostro y fingiendo una sonrisa engreída.

En el lugar se escucharon las risas de todos, quienes parecían realmente divertidos por la anécdota que los niños estaban contando.

—En serio, ¿qué son esas "cosas pequeñas que huelen bien"?— preguntó Koharu, terminando de reírse.

—Se llaman scones, los venden en la región de Galar— respondió Go, sonriéndole.

—¡Oh, oh, la próxima vez que vayamos a Galar deberíamos llevar a Koharu con nosotros!— sugirió Ash, comenzando a caminar de espaldas— ¡Las cosas pequeñas que huelen bien le encantarán!

Go sonrió ante la idea.

—¿Qué dices, Koharu? ¿Te apuntas?— le preguntó.

—B-Bueno… Está la escuela y eso, pero… creo que podría preguntar.

La sonrisa de la niña contagió a Ash y Go, quienes se sintieron ganadores.

—¡Entonces está decidido!— exclamó Ketchum.

—¡Pikachu!

—¡N-No, espera, todavía no está decidido, dije que podría…!

—¡Déjalo, Koharu! ¡Si está decidido, está decidido!— Go se rio, dándole unas palmadas en el hombro.

—¡Cinderace!

—Sobble.

Koharu los miró a ambos y finalmente, se rio.

—¿Qué pasa con esa lógica?

Kukui miró hacia atrás, solo para encontrarse con las expresiones de sus alumnos. Los cuatro tenían una amarga sonrisa en el rostro que claramente el investigador notó. Hablaría con ellos cuando tuvieran un tiempo a solas, pues sabía lo que seguramente estaba pasando por sus mentes. Miró hacia su izquierda, dándose cuenta de que su mujer también veía con preocupación a los niños.

Y entonces, las risas se detuvieron. Un poco confundidos por ello, todos miraron hacia donde estaban Ash, Go y Koharu, topándose con el primero, quien parecía especialmente alerta por algo. Fue cuestión de segundos para que los Lucario, quienes tenían sus sensores levantados en todo momento, detectaran una perturbación en el aura del niño.

—Estamos llegando— les dijo Hala, haciendo que todo cobrara sentido en un momento.

—Pase lo que pase ahora, Ash, recuerda que todos estamos aquí— Kukui redujo la velocidad de su caminar, poniéndose al lado del azabache—. Ninguno de nosotros dejará que te pase nada.

—¡Solo recuerda eso y todo saldrá bien!— le dijo Chris, extendiendo los brazos hacia los costados.

—Puede no ser tan fácil como Chris lo hace sonar, pero si eres tú, estarás bien— Lana le sonrió.

—¡Todos estaremos pidiendo por un recuerdo lindo y agradable!— Mallow dio un pequeño puñetazo hacia el frente.

—Estarás bien, Ash— Kiawe también le sonreía con seguridad—. Sabemos bien lo fuertes que eres.

—¡Y que lo digas!— exclamó Hau.

Ketchum los miró a todos y entonces, sonrió ampliamente.

—¡Gracias, chicos!— les dijo, corriendo hacia ellos mientras daba un pequeño salto.

Kukui supo que las risas y sonrisas que venían de Mallow, Lana, Chris y Kiawe eran completamente genuinas esta vez. Y entonces llegaron.

A consciencia, Burnet se puso delante de la mirada de Ash, cubriendo algo en particular. Vio al niño con preocupación.

—¿Seguro que estás listo?...— le preguntó, haciendo que Ketchum le sonriera.

—Lo estoy, profesora— respondió sin dudarlo.

Burnet entonces sonrió y le acercó un poco a Lei, quien se rio al verlo y extendió sus manitas hacía él.

—Si te vas por demasiado tiempo, este pequeño va a estirar tu cabello y no quieres eso, ¿verdad?— comenzó a apartarse del camino, permitiendo que el azabache viera. Él se rio.

—Jugaré contigo en otro momento, Le… i…

Todos escucharon como gruñidos eran emitidos por ambos Lucario, quienes rápidamente adquirieron una posición defensiva.

—¡Está comenzando!— exclamó Mallow.

Miraron fijamente a Ash, cuya mirada estaba perdida.


S-Sobre el lei… ¿C-Cómo se te ocurrió?— le preguntó, rascándose una mejilla.

Lillie, quien también miraba hacia otro lado, hizo un esfuerzo por mirarlo a la cara. Su colorado rostro dejó ver una sonrisa.

P-Pensé en que quería… tú sabes, demostrar mi amor y cariño por ti así que pensé en regalarte algo que…— miró hacia el cielo, riéndose y tapándose el rostro— ¡E-En este momento todo me da vergüenza!

¡V-Vamos, no me p-puedes dejar así!— Ash volteó a verla, riéndose.

Lillie se descubrió la cara y con lentitud lo miró.

Bu-Bueno, pensé en regalarte algo que… tú sabes, pudiera expresar mis sentimientos sin lugar a malinterpretaciones— se rascó una mejilla mientras reía—. A-Aunque debo admitir que creí que pensarías en el lei como un símbolo de amistad.

Ash volvió a reírse.

No sé si hubiera pensado eso, pues últimamente te has encargado de dejarme muy en claro lo que sientes— el sonrojo de su rostro comenzó a desaparecer, pero sus palabras hicieron que el de Lillie incrementara.

P-Perdón por ser tan intensa…— dijo, riendo de forma nerviosa. Ash negó ante eso.

¡No hay nada malo con ser intenso!– aseguró Ketchum con seguridad.

Lillie lo miró por unos segundos y finalmente, se rio.

Estoy hablando de ser intensa con el señor de la intensidad.

Aunque hay personas que son tan intensas que dan miedo— le dijo Ash de pronto, con los ojos bien abiertos—. ¡Personas realmente aterradoras!

La rubia retrocedió un poco por el repentino acercamiento de Ash. Sus ojos, al igual que los de Ketchum, estaban abiertos de par en par, solo que los de ella lo estaban por la sorpresa.

Aterradoras justo como tú en este momento— le dijo, poniendo una mano frente a su boca y riéndose—. Juro por Arceus que esa es una de las caras más graciosas que te he visto hacer.

En el rostro del azabache simplemente apareció una gran sonrisa.

¡Oh, créeme cuando te digo que hay muchas más! ¡Por ejemplo… esta!

Ash comenzó a hacer una cantidad insana de caras extrañas y Lillie se rio de todas y cada una de ellas. Para el chico, hacer esos gestos era divertido, pero el verdadero premio estaba en escucharla reír. Escuchar la risa de Aether era casi terapéutico pues cada vez que la oía, su corazón se sentía tranquilo y en paz.

¡Ah, y mira esta! ¡Es el doble de graciosa si Pikachu la hace conmigo, pero como él no…!

—… entonces él…

¡… está aquí, tendré que ser solo yo!

¿Ver tu atractivo rostro y reírme? ¿Qué clase de lotería me gané?— le preguntó la rubia, riéndose un poco.

Ketchum también sonrió y entonces, procedió a hacer el gesto. Puso ambas manos a un lado de su cabeza, trató de poner los ojos en blanco, estiró su cuello e hizo boca de pez.

Lillie soltó una carcajada en el momento, cosa que hizo sonreír todavía más a Ash.

¡E-En este momento tu rostro no se ve tan atractivo!— le dijo, doblándose un poco por la risa.

¿Verdad? Todos dicen que me veo raro cuando hago esas caras, aunque en realidad aprendí todos mis trucos del…

—… deberá ser…

—… mejor, y por el mejor me refiero claramente a Pikachu.

Lillie dejó de reírse luego de unos segundos y se secó unas pequeñas lágrimas que se habían formado en sus ojos.

Pikachu es todo un payaso, eso lo reconozco— dijo, volviendo a tomar la mano de Ketchum, quien aceptó de inmediato—. Aunque estoy segura de que no era así hasta que te conoció.

Ahora que lo dices, me cuesta un poco recordar a Pikachu en sus inicios— luego de pensarlo unos pocos segundos, Ash recordó algo—. ¿Sabes qué? Acabo de recordar cómo era Pikachu en sus inicios y no creo que sea algo de lo que realmente debamos hablar.

¿Era tan payaso como ahora?— le preguntó Lillie, volviendo a caminar.

Solo diré… que era gordito.

La risa de Lillie se escuchó por el lugar y por sobretodo, inundó la cabeza de Ash.


Ambos Lucario parecieron calmarse, cosa que hizo que todos miraran a Ash con expectación.

—Vamos, Ash…— murmuró Kiawe, frunciendo el ceño.

Con los nervios a flor de piel, vieron como Ketchum movía la cabeza luego de un momento. El niño volteó a verlos hacia atrás y entonces, un repentino sonrojo apareció en su rostro.

Todos tardaron unos segundos en procesarlo y finalmente…

—¿Eh?... Espera… ¡¿Eh?! ¡¿Por qué estás tan rojo?!— le preguntó Go, señalándolo— ¡Hace unos segundos estabas riéndote!

—Según mi análisis, Ash murmuró durante todo el tiempo que estuvo recordando; casi como estuviera sonámbulo-Roto.

—Yo lo escuché decir que Pikachu estaba gordito— añadió Lana, haciendo que el roedor volteara a verla con rapidez.

—¡¿Qué fue lo que viste, Ash?!— le preguntó Chris, realmente interesado.

—¡Esperen, esperen! ¡Tal vez es algo de lo que no puede hablar fácilmente, no lo presionen de esa manera!— los regañó Mallow, frunciendo un poco el ceño.

Kukui y Burnet voltearon a verse. Ambos sonrieron un poco.

—Oye, Ash— la mujer se acercó al azabache, haciendo que el resto de niños voltearan a verla— ¿De casualidad en el recuerdo…— se acercó a su oído y susurró— pasó algo entre Lillie y tú?

El sonrojo en el rostro de Ketchum incrementó y se alejó rápidamente.

—¡¿C-C-Cómo lo supo?!— preguntó, visiblemente sorprendido.

—¡¿De qué están hablando?!— Kiawe parecía estarse impacientando.

Burnet, por otra parte, reía un poco.

—Bueno, si Ash quiere contárnoslo…

Ketchum notó que en ese momento todos estaban viéndolo fijamente, a la espera de respuestas. Fue así que decidió jugar su as.

—¡E-Escuché a la voz!

Aunque eso desvió la mayor parte de la atención, todavía dejó una pequeña espinita de curiosidad en cada uno de ellos. No era muy común ver a Ash sonrojado, después de todo.

—Kukui— dijo Burnet, volteando a ver a su marido, quien asintió.

El investigador sacó el cuaderno de notas que Ash había comprado, así como su bolígrafo. Miró al azabache, indicándole que empezara a dictar.

Ash Ketchum no era una persona que se caracterizara por tener una memoria increíble, pero por algún motivo era completamente incapaz de olvidar todos los pequeños detalles que recordaba de la otra realidad.

—"Entonces él deberá ser…", eso fue lo que dijo la voz— repitió.

—¿No sabes si dijo algo antes que eso? Tal vez un pequeño sonido que te indique que no es el inicio de la oración-Roto— preguntó, acercándose a él.

El azabache se quedó pensando un momento y finalmente, ladeó un poco la cabeza.

—Puede que… ¿sí?

—¡Eso nos sirve!— la Pokédex sonrió, atrayendo la atención de todos— Solo es una sugerencia, ¿pero qué les parece esto?-Roto.

En su pantalla, todos pudieron leer: "… tiempo y también necesito un re… entonces él deberá ser…".

Sonrieron.

—¡Eso podría tener sentido!— exclamó Hau.

Un emoji que sonreía con orgullo apareció en la pantalla de Rotom.

—Podría ser un buen complemento para la primera frase, pero deberíamos considerarlo solamente una posibilidad— Burnet volteó a ver a Kukui y le dio a Lei, quien sonrió al ver a su padre.

—Quitémosle un poco de carga a mamá— murmuró el profesor, tomando a su hijo en brazos mientras hacía unos cuantos gestos para entretenerlo, cosa que funcionó.

Las miradas estaban atentas en Burnet, quien caminó hacia Rotom.

—¿Podrías poner el texto de nuevo?— la Pokédex así lo hizo— Verán, si se diera la posibilidad de que esta es la forma correcta en la que está dicha la oración, entonces se nos presentarían varias incógnitas. Voy a poner solamente ejemplos, para que vean la gran cantidad de probabilidades que habría de ser así. Si tomamos como base la palabra "receptor" entonces de ahí podríamos derivar un montón de cosas. El receptor entonces deberás ser… ¿transportado? ¿protegido? ¿oculto? ¿consciente? ¿estirado? ¿lanzado? Hay un montón de palabras que podrían llenar ese hueco.

Los niños dejaron salir un suspiro.

—Otro callejón sin salida por la falta de información…— murmuró Koharu, encorvándose un poco.

—Supongo que no tenemos otra opción más que seguir buscando— Kiawe se cruzó de brazos, mirando hacia la entra de las Ruinas de la Guerra. Ash también miró en la misma dirección, pero rápidamente se dio la vuelta, cosa que extrañó a Mallow.

—¿Pasa algo, Ash?— le preguntó con discreción.

Ketchum entonces abrió los ojos de par en par.

¡¿Verdad?! ¡Es la primera vez que hablamos por teléfono!

Se acercó un poco a Mallow con intención de susurrarle algo, cosa que ella claramente notó, acercando su oído a la boca de Ash.

—Es solo que últimamente la oscuridad me inquieta un poco— respondió, mirando a sus alrededores. Solo Lana parecía ser consciente de que estaban murmurando algo.

Mallow lo miró con sorpresa y luego, se acercó a él.

—Deberíamos decirle esto a los demás, Ash. Ocultar cosas no está bien.

Ketchum negó con la cabeza.

—No me da miedo, es solo que lo encuentro algo inquietante, ¿sabes? Hay muchas cosas raras que podrían acechar en la oscuridad y eso.

La morena se cruzó de brazos.

—Aunque sea el caso, de verdad necesitas decirle a los demás. Incluso la cosa más pequeña es importante.

Ash miró hacia el suelo y luego a Mallow, directamente a los ojos.

—Tienes razón…— admitió, girándose hacia todos— ¡La oscuridad…!— cuando las miradas se centraron en él, frunció un poco el ceño— ¡… es inquietante!

Tardaron un poco en reaccionar pero cuando lo hicieron, grandes gestos de sorpresa aparecieron en sus rostros.

—¡¿Le tienes miedo a la oscuridad?! ¡¿Tú?!-Roto.

—¿Q-Qué tan serio es, Ash?— preguntó Burnet, acercándose a él— ¿Sientes que te falta el aire, que te desvaneces?

Ketchum negó con la cabeza.

—Es más bien como… no querer ver la oscuridad.

Escucharon a alguien aclararse la garganta y al mismo tiempo, voltearon a ver a Chris. El pelirrojo tenía los ojos cerrados y estaba cruzado de brazos.

—¡L-La oscuridad es aterradora, ¿verdad, Ash?!— le preguntó, acercándose a él— ¡Pero no te preocupes, estoy seguro de que Pikachu podrá darte el suficiente cobijo por las aterradores noches! ¡Solo tiene que usar un poco de electricidad en el interior de su cuerpo para crear una gran linterna que te hará sentir calientito y cómodo!

Koharu volteó a ver a Lana, intrigada.

—¿Chris le teme a la oscuridad?— preguntó, recibiendo un asentimiento.

—Es un tanto serio ya que no puede moverse cuando está oscuro, pero trata de superarlo porque su sueño es ser astronauta— explicó, viendo a Chris con una pequeña sonrisa.

Koharu pensó en ese momento que Chris le parecía ahora mucho más admirable. Luchar contra sus propios miedos en aras de conseguir su sueño era algo increíble.

Go caminó hacia su amigo. Su rostro decía que ahora por fin comprendía algo y al mismo tiempo, mostraba un poco de preocupación.

—Me pareció raro que dijeras que la habitación del hotel estaba oscura y ahora, esto lo explica…

—Si sientes que en algún momento tienes mucho miedo, sabes que puedes decírnoslo— Kiawe le sonrió, poniéndole una mano en el hombro a su más grande rival—. El fuego de Turtonator siempre estará ahí cuando lo necesites.

Ketchum le correspondió el gesto.

—Gracias, Kiawe. Te lo diré si me siento demasiado incómodo.

El matrimonio de investigadores volteó a verse entre sí y luego de unos segundos, asintieron.

—Si tienes los recuerdos de Ash-2, entonces muy seguramente hayas adquirido más cosas de él— supuso Burnet, haciendo que su marido asintiera—. En este caso, tal vez la oscuridad te inquieta por los mismos recuerdos de Ash-2.

Hala abrió un ojo con sorpresa.

—Solo estoy suponiendo, pero si ese es el caso, ¿no quiere decir que Ash heredó también otras cosas de su otro yo?— interrogó, viendo a ambos profesores. Los niños miraron rápidamente, interesados por la respuesta.

—Si consideramos esto, entonces sí, es una posibilidad. Tal vez lo que Ash consiguió de Ash-2 no fueron solamente recuerdos, sino también parte de su identidad psicológica o en otras palabras, su mente— explicó Kukui, sorprendiendo a todos.

—Eso explicaría…— Koharu miró rápidamente a Go— ¡Aquella vez, en los Jardines de Melemele, cuando animó a Eevee!

El niño reaccionó de inmediato.

—¡Ash realmente sonó muy maduro en esa ocasión! ¡Quiero decir, es cierto que tiene sus momentos en los que es más maduro de lo normal, pero esta vez casi parecía que hablaba un adulto!— contó el moreno.

Los presentes sabían más o menos a lo que se refería Go. Los compañeros de clase de Ash pensaron en lo que solía decir Chris de vez en cuando: "A veces dices cosas bastante buenas, Ash".

—Esa vez… solo hice lo que mi consciencia mi dijo que hiciera— explicó Ketchum, rascándose la cabeza.

Los adultos abrieron los ojos de par en par.

—Kukui, Burnet…— Hala volteó a verlos a ambos.

—Sí… Esto podría significar que…

—Ash— Kukui, todavía con Lei entre brazos, lo miró directamente a los ojos—, esa "consciencia" tuya de la que hablas, podría tratarse de eso pero a la vez no... Podría ser el subconsciente de Ash-2, el cual se manifiesta de vez en…

Al escuchar eso, los ojos de Ketchum se cerraron con fuerza y se llevó las manos a la cabeza. Un quejido salió de su boca y su cuerpo se tambaleó. Ambos Lucario se alteraron inmediatamente, adquiriendo posiciones defensivas.

Abandonar a mi familia y a todos… No puedo hacer eso…

—¿Puedes jurármelo?... ¿Puedes jurarme que siempre estará ahí para ellos?...

—Debe existir en ambas… Algo que tenga significado para los dos…

—Sí… No puede ser nada más…

—Yo... Está bien… Hagamos esto.

—¡Ash!— exclamaron todos con preocupación.

Apenas levantó la mirada, Ketchum se abalanzó hacia el bolsillo derecho de la bata de Kukui, sacando así el cuaderno de notas. Los presentes observaron anonadados como el niño comenzaba a escribir con gran velocidad. Go, en concreto, se fijó en que Ash escribía tan rápido que incluso se salía de los renglones.

Tras algunos segundos, el azabache dejó de escribir y comenzó a sacudir su muñeca la cual estaba adolorida.

—Tenga, profesor— le dijo a Kukui, entregándole de vuelta la libreta en la misma página en la que había escrito.

El investigador comenzó a leer las notas y su esposa no tardó en hacer lo mismo. Abrieron los ojos con gran sorpresa.

—Ash, ¿todo esto…?

El niño de Paleta asintió.

—Lo escuché cuando mi cabeza dolió. Era la voz de mi yo del otro mundo— dijo, mirando fijamente a los profesores.

En el lugar, todos se quedaron boquiabiertos.


El reloj marcó entonces las ocho de la noche. Toda la familia Aether vio con el ceño fruncido como las puertas del tren se abrían, dando paso al exterior.

—¿Está segura de esto, señora?... No hay posadas cerca y mucho menos hoteles, es solo una estación de campo…— el empleado que ayudaba a cargar las maletas de Lusamine se veía realmente preocupado.

—Realmente agradezco su preocupación, pero debemos bajar por asuntos de fuerza mayor que espero pueda comprender— respondió la adulta, haciendo una pequeña reverencia.

El joven empleado asintió sin mostrarse muy convencido y comenzó a descargar el equipaje. Gladio y Lillie bajaron el suyo propio pues, al contrario que su madre, ellos solo tenían una maleta.

Luego de algunos minutos, el tren rugió con fuerza, indicando que volvería a andar en pocos segundos. El empleado se apresuró a entrar.

—Entonces, señora, le deseo buena suerte a usted y a sus hijos— inclinó su gorra en señal de despedida y tras recibir una pequeña reverencia de las dos rubias, las puertas se cerraron.

El tren partió y en pocos minutos, se perdió a la distancia.

—Justo a las ocho en punto…— murmuró Lusamine con el ceño fruncido.

—Lo que sea que sea esa voz no puede ser algo común y corriente— dijo Gladio, llevándose una mano al rostro. Luego de unos segundos, miró a Lillie— ¿Ahora qué debemos hacer? ¿Hay más instrucciones?

La rubia negó con la cabeza con sus ojos mostrando conflicto.

—Solo dijo que debíamos bajar a las ocho del tren— respondió, sudando un poco.

—Si no dio más detalles, supongo que solamente tendremos que actuar de forma natural. Ya conocen el dicho: "Todos los caminos conducen a…"— Lusamine ladeó un poco la cabeza— ¿A dónde era?

Gladio y Lillie sonrieron, cosa que también hizo sonreír a su madre. Había logrado relajar un poco el ambiente tan tenso que se había creado.

—Hagamos lo que dijo mamá. Por el momento, lo más adecuado sería buscar hospedaje en algún lugar cercano— sugirió Gladio, haciendo que las mujeres voltearan a verlo.

—El empleado del tren dijo que no había nada cerca, pero eso solo quiere decir que debemos buscar un poco más lejos, ¿no les parece?— Lillie mostró una sonrisa determinada. Sus familiares asintieron.

—De momento, creo que deberíamos seguir las vías— Lusamine miró hacia la izquierda, lugar por el cual se había ido el tren. Nadie estuvo en contra.

Con Zoroark cargando la segunda maleta de Lusamine y los Pokémon de Lillie siguiéndolos, partieron.

El sol se había comenzado a ocultar hace varios minutos y el cielo ahora estaba dejando paso a aquel hermoso tono anaranjada para comenzar a teñirse de colores oscuros. Con las estrellas como sus únicas guías, avanzaron.

Las estrellas eran, literalmente, sus guías.

—La estrella polar— señaló Lusamine con una sonrisa en el rostro—. Brilla con intensidad, guiando a los viajeros desde tiempos inmemorables.

—Aunque la estrella polar cambia cada cierto tiempo— dijo Gladio, haciendo que su madre volteara a verlo con una sonrisa todavía más amplia.

—¡Como se esperaba de mi pequeño!— acarició su cabello, haciendo que el joven se moviera rápidamente y comenzara a acomodarse de nuevo el pelo.

Lillie rio y entonces, miró hacia abajo a su izquierda. Shiron estaba caminando sobre las vías del tren, haciendo equilibrio para no caerse. Entonces, levantó la mirada.

El Área salvaje era un sitio hermoso que casi no se había visto afectado por la interferencia de los humanos. A Lillie ese sitio le recordaba enormemente a Alola y por ende, le daba una sensación nostálgica de estar en casa.

Ver a la vegetación crecer saludablemente bajo los rayos del sol y a los Pokémon moverse a sus anchas, jugando y disfrutando con sus amigos era algo que enternecía el corazón de la pequeña rubia.

Habían llegado a Galar siguiendo las instrucciones de Magearna para encontrar a su padre y ahora tenían una aventura como esa. Lillie se lamentó por no haber traído ropa para la aventura como si había hecho su hermano, pues ella creyó que no se verían en la necesidad de andar a pie hasta el final del viaje.

Gran error— pensó, riéndose para sus adentros.

—Cambiando de tema— Lillie espabiló antes las palabras de su madre, dándose cuenta de que se había perdido en sus pensamientos—. El mensaje que envíe a la Fundación Aether debió haber sido leído ya, de hecho, tal vez haya sido incluso respondido a estas alturas.

—Eso es algo que solo sabremos cuando seamos capaces de utilizar un teléfono— dijo Gladio, haciendo que Lusamine asintiera.

—Aunque también falta que contacten con Ash si es que sigue en Alola y luego deberían llevarlo al Paraíso Aether o llamarlo… No esperaría noticias muy importantes tal vez hasta mañana— incluso habiendo dicho eso, Lusamine tenía una sonrisita en el rostro—. Aunque sería bueno tener actualizaciones de Wicke, la echo mucho de menos— una idea se le pasó por la mente—. ¡Tal vez incluso podrías hablar con tus amigos, Lillie! ¡Mallow y Lana deben estar con Ash también! Hace unas semanas mencionaste que las extrañabas, ¿verdad?

Cuando la mujer se dio la vuelta, ella y Gladio se toparon con algo realmente inesperado que los sorprendió.

Lillie tenía el ceño ligeramente fruncido, la mirada gacha e inflaba un poco uno de sus mofletes. Era como si estuviera haciendo un berrinche.

—¿Lillie?...— murmuró Lusamine, haciendo que la niña reaccionara.

—¡L-Lo siento, me perdí en mis pensamientos!— ella se apresuró a sonreír mientras que su rostro se sonrojaba un poco— ¡Espero poder hablar con todos, no solo con Mallow y Lana!

La expresión de sorpresa de Lusamine se transformó poco a poco en una gigantesca sonrisa que medio cubrió con una de sus manos.

—Ignora el comentario de mamá— le dijo, volviendo la vista al frente sin dejar esa amplia sonrisa de lado.

Gladio suspiró. Creía comprender qué pasaba, pero era solo una suposición. No quería aventurarse a confirmar sus sospechas.

Lillie continuó caminando pese a ese pequeño ardor que sentía en el pecho. De pronto, sintió como Magearna le daba unos toquecitos en la espalda, como si le dijera que se calmara. Unas flores salieron de las manos del Pokémon, las cuales desprendían una fragancia deliciosa al olfato.

—No es como que esté enojada por algo, Magearna…— le dijo Lillie con un rostro complacido y relajado. El aroma de las flores hacía bien su trabajo.

Lusamine solo dejó salir una risita.

Continuaron caminando hasta que pronto se dieron cuenta de cómo los Hoothoot comenzaban a ulular, mientras que la gran mayoría de Pokémon pájaros habían desaparecido de los cielos. Una corriente de aire helado pasó, haciendo que Lillie se estremeciera por el frío. Gladio y Lusamine se detuvieron.

—Fue un error que se escapó de mis cálculos…— murmuró la niña, acuclillándose para abrir su maleta.

—Cielos… Con lo precavida que eres siempre, Lillie— Lusamine, quien al igual que Gladio, vestía ropa que abrigaba lo suficiente, veía a su hija con un poco de reproche.

—Lo siento, madre. Últimamente no puedo alinear bien mis pensamientos— admitió, sacando una capa corta hecha de una esponjosa tela celeste que se puso sobre los hombros.

Lusamine suspiró y entonces, sonrió un poco.

—Comprendo que estás preocupada, querida, pero si te enfermas no podrás ayudar a Ash tanto como te gustaría. Lo entiendes, ¿verdad?

Lillie asintió.

—Seré más cuidadosa de ahora en adelante, madre— tras decir eso volvió a cerrar su maleta.

-Antes de que alguien pudiera hablar, Zoroark levantó rápidamente la mirada y la fijó en unos arbustos que había a su costado derecho. Todos miraron sorprendidos eso y de inmediato, la mirada de Gladio se afiló.

—Retrocedan— les dijo a sus familiares, dejando su maleta de lado y poniéndose unos centímetros detrás de Zoroark.

El tipo Siniestro había alejado la maleta de Lusamine y ahora tenía una posición de batalla.

Pasó un poco de tiempo hasta que finalmente los arbustos comenzaron a agitarse violentamente, haciendo que las rubias retrocedieran un poco más. Lillie tenía el ceño ligeramente fruncido y estaba preparada para darle cobertura a su hermano junto a Shiron. Lusamine, por otra parte, había sacado una Pokéball de quién sabe dónde.

Luego de unos segundos más, algo salió disparado hacia ellos. Por la oscuridad y la velocidad a la que se movía esa cosa, solo pudieron distinguir que era una gran bola azul.

—¡Garra umbría!— exclamó Gladio apenas la vio salir, exhibiendo así unos increíbles reflejos.

Zoroark no vaciló en lo más mínimo y con sus garras envueltas en un aura oscura, golpeó directamente al enemigo, haciéndolo frenar. Fue en ese momento que todos pudieron ver con sorpresa que el tipo Siniestro había golpeado a un Miltank en el estómago, pero no era cualquier Miltank. El típico pelaje rosado de su especie era azul en este espécimen y el que debía ser negro ahora era café rojizo.

La vaca fue impulsada por el fuerte golpe y chocó contra un árbol cercano, haciendo que el mismo se estremeciera. Las hojas cayeron y los Pokémon que dormían ahí salieron huyendo tras unos segundos.

—Un… ¿Miltank?— murmuró Gladio, anonadado.

De pronto, los arbustos volvieron a moverse pero esta vez nadie fue capaz de reaccionar. Del follaje salió una joven mujer de unos veinte años, su cabello era castaño y estaba atado en dos trenzas que le caían por los hombros. Vestida con un overol de mezclilla; unas botas de campo amarillas y una camisa de cuadros verde, la chica mostraba una expresión cansada.

—¡E-Espera…, Mily!— rogó, encorvándose y apoyándose sobre sus rodillas. Su pecho subía y bajaba con fuerza mientras que el sudor corría por sus coloradas mejillas.

La mirada de la joven castaña y las de los rubios se encontraron. Ambos lados, al mismo tiempo, miraron lentamente hacia donde estaba la inconsciente Miltank.

—¡MILYYYYYYYYYYYYYY!


—Realmente me disculpo por lo sucedido…— Lusamine, con una mirada apenada en el rostro, estaba haciendo una reverencia.

Gladio y Lillie también tenían una expresión y postura similar a las de su madre. La chica los miraba con una sonrisa nerviosa mientras le daba unas hierbas a su Miltank, quien las comía con una expresión que decía claramente: "esto es una molestia".

—No, no. Mily es bastante inquieta y es peligrosa para ella estar sola a estas horas de la noche, así que me hicieron un gran favor al ayudarme a detenerla…— dejó salir una risa un tanto fingida— Aunque el método…

—N-Nos disculpamos nuevamente por eso…

—¡De todas formas!— tras dejar de darle las hierbas a su Miltank, la joven se puso de pie con una sonrisa— Mi nombre es Jody. Tal vez sea algo tarde, pero darle tu nombre a quienes te ayudaron es la cortesía básica.

Los rubios relajaron su expresión.

—Encantada de conocerte, Jody. Yo soy Lusamine y ellos dos son mis hijos; Gladio, el mayor y mi princesa, Lillie— la mujer señaló a sus dos hijos con una sonrisa.

—M-Madre…— murmuró Lillie con reproche, un tanto sonrojada.

Jody solamente dejó salir una risita.

—Entonces, ¿puedo preguntar qué hacen ustedes en esta parte de Galar y a esta hora del día?— se llevó una mano a la cintura— No hay nada cerca para hospedarse y a juzgar por sus ropas y equipaje, no creo que sean campistas.

La familia volteó a verse entre sí, sabiendo bien que no tenían una excusa para dar. O al menos, no una excusa que sonara creíble.

—Bueno… verá… Nosotros…

Antes de que Lillie pudiera seguir hablando, Jody se llevó una mano al rostro y extendió la otra en dirección a ella.

—¡No! Está bien si no me lo dicen— volvió a su posición normal. Sonrió nuevamente—. No es necesario que me digan sus motivos para actuar.

—Ya veo… Entonces…

—¡Sin embargo!— Jody esta vez interrumpió a Lusamine— ¡No puedo permitir que anden por ahí ustedes solos sin tener techo para dormir! ¡Síganme, yo me haré cargo de ustedes por hoy!

Sorprendidos por la inusual actitud de la joven, la familia de rubios volteó a verse entre sí.

—Quiere decir que estamos yendo a…

—Así es, Gladio— la castaña se señaló a sí misma con una radiante sonrisa en el rostro—. Vamos a la granja de mi familia.

Gladio entrecerró los ojos. Él quería decir algo como "hotel" o "posada".

Supongo que eso nos sirve.

—En situaciones normales negaría su hospitalidad, pero ahora mismo…— Lusamine se llevó una mano a la mejilla mientras sonreía— Realmente agradezco su ayuda.

—¡Entonces síganme!— tras decir eso, Jody volvió a adentrarse a los arbustos con Mily siguiéndole los pasos. Zoroark iba detrás de la vaca mientras parecía querer disculparse. Era totalmente ignorado.

Gladio la siguió sin problemas, pero Lillie y Lusamine dudaron un poco. Al final, tras tragar saliva, se recogieron los vestidos y empezaron a cruzar por entre las ramas.

—Antes dijo que era peligroso para su Miltank estar afuera por la noche— Gladio fijó la mirada en la vaca—. ¿Puedo preguntar por qué?

Jody lo miró de reojo y asintió.

—Bueno, supongo que se habrán dado cuenta desde hace un rato, pero Mily no es una Miltank común y corriente— explicó, haciendo que todos asintieran—. Ella es un Pokémon variocolor y solo por eso, es extremadamente valiosa para algunas… "personas".

Los rubios se miraron entre sí.

—Últimamente los trabajadores de la granja dicen haber visto a unas personas extrañas merodeando por las cercanías y algunos, entre ellos yo, tienen la sospecha de que podrían ser personas malas que quieren llevarse a Mily por la fuerza— no podían ver el rostro de Jody, pero solo por su tono de voz sabían que estaba realmente preocupada. La chica volteó a ver a Lillie, forzando una sonrisa—. Tampoco lo había mencionado, pero creo que sería mejor que no dejaras que tu Magearna se pasee libremente por ahí, al menos no mientras la situación siga siendo peligrosa.

Lillie, Gladio y Lusamine se sorprendieron.

—¿Sabe de Magearna?— preguntó la pequeña rubia con gran interés.

—Estoy segura de que la mayoría de personas de Galar sabe de ellas— le dijo, apartando una rama con una mano—. Una Magearna es la protagonista de una de las historias más famosas de la región.

Un extraño sentimiento de orgullo se apoderó de Lillie, pero fue rápidamente apagado por su preocupación. Asintió y sacó la Pokéball de su compañera.

—Es mejor tener cuidado, ¿verdad?— le dijo, sonriéndole. Magearna ladeó un poco la cabeza y luego, entró a la cápsula.

—Entonces, Jody, sobre su granja…— Lusamine fue quien habló esta vez.

—¡Ah, somos un lugar muy limpio, se lo aseguro!— tras saltar un pequeño tocón, vio a la adulta— Me daría pena invitarlos a un lugar que esté sucio y descuidado, pero me enorgullece decir que mantenemos buenos estándares de higiene. ¡Y por supuesto que tampoco los haremos dormir en paja ni nada parecido!

—Aunque no tendríamos problema con ello… Ya se está tomando todas estás molestias…

—No, no. Hay que ser hospitalarios con los invitados, en especial con la gente buena— tras decir eso, Jody continuó caminando sin mirar atrás.

Caminaron por cerca de media hora y tras dejar el bosque atrás, llegaron a una gran pradera. Ahí los esperaba una gran granja con hectáreas y hectáreas de terreno utilizado solamente en la crianza de los Miltank, además de otros Pokémon utilizados como ganado. Podían ver cultivos creciendo a lo lejos, entre los que se encontraban creciendo zanahorias, lechugas y patatas.

—Lamento que el camino fuera tan largo— Jody les sonrió, empezando a bajar una pequeña loma que llevaba directamente a la pradera—. Síganme para que puedan descansar de una vez por todas.

Los rubios y los Pokémon asintieron. Caminaron detrás de Jody, viendo atentamente el paisaje nocturno que había en la granja.

Si bien muchos Pokémon dormían dentro de corrales y establos, había otros que parecían pasarlo mejor durmiendo a la intemperie, recostados sobre el verde pasto. La primavera en Galar era fría, por lo que el viento nocturno también lo era así que eran principalmente los Tauros, cuyos pelajes eran realmente cálidos, quienes se veían con mayor abundancia en el exterior.

Gladio paseaba la mirada tranquilamente por los alrededores, apreciando la bella y rustica vista. Lusamine caminaba con la mirada hacia el frente, deleitándose con la brisa e intercambiando palabras con Jody. Por último, Lillie veía con una enorme sonrisa de nostalgia el panorama, recordando el rancho de Kiawe.

La pequeña rubia extrañaba despertarse por las mañanas y caminar hacia la puerta, donde su amigo la estaría esperando con botellas de leche recién ordeñada. Un vaso de esa leche era suficiente para activarla por las mañanas.

Me habría gustado que Hobbes me dejara tomar café más seguido— pensó ella, sonriendo y recordando a su mayordomo.

Miró hacia los Tauros, recordando las muchas veces que vio a sus amigos practicando con ellos. Recordó también la primera carrera que tuvieron después de que llegó Ash y se sintió un poco emocionada al rememorar lo cerca que había estado el azabache de derrotar a Kiawe.

Dejó salir un pequeño suspiro, recordando algo más.

Recordó el momento en el que Ash había destruido aquella gigantesca roca, aprobando así su examen para obtener su propio Buscamontura.

Entonces, se sobresaltó.

Frunció el ceño y negó con la cabeza. Ese recuerdo no era suyo. Eso no había pasado nunca; Ash jamás había tomado dicho examen.

Parpadeó un par de veces, cerró los ojos durante unos segundos y los volvió a abrir con la esperanza de despejar la mente. Fue cuando separó sus párpados que pudo volver a verla.

Era ella. No había duda de que era ella.

Lillie abrió la boca para decir algo, pero entonces, Gladio se posicionó enfrente de ella, cubriéndola con su propio cuerpo.

—¿También la ves?— le preguntó el mayor. Miraba a esa mujer de forma amenazante.

Los ojos de la niña se abrieron por la sorpresa pero al final, asintió. La veía.

Acuclillada enfrente de uno de los Tauros que estaba durmiendo, se encontraba la mujer rubia que Lillie había visto aquel día en el hotel. Ella les estaba dando la espalda y su mirada se centraba en el rostro del Pokémon.

—¿La viste aparecer?— volvió a preguntarle su hermano mayor. Lillie esta vez negó.

—Cuando abrí los ojos ya estaba ahí…

Gladio tragó saliva. Era innegable que estaba nervioso.

—Intentaré… hablar con ella— dijo, separándose de Lillie—. Adelántate con mamá y explícale la situación.

La niña asintió y sin apartar la mirada de la mujer fantasma, caminó rápidamente hacia Lusamine.

Gladio, con Zoroark a su lado, empezó a avanzar hacia la valla de madera que lo separaba de aquella persona.

—¿Quién eres?— preguntó, elevando un poco la voz pero no lo suficiente como para despertar a los Pokémon— ¿Qué buscas de mi hermana?

Eso pareció llamar la atención de la mujer, quien volteó un poco la cabeza. Aunque no lo suficiente como para poder verle el rostro.

Gladio miró de reojo como Lillie estaba hablando con su madre, quien abrió la boca con inmensa sorpresa al ver lo que estaba pasando. Devolvió la mirada al frente, pues no sabía en qué momento podría desaparecer aquella persona, si se le podía llamar así.

En ese momento, el joven pensó. Esa mujer; la mujer fantasma, era aliada de la misteriosa voz según las teorías de Lillie y si eso era cierto…

—¿Estamos en el lugar correcto?— preguntó entonces— ¿Es aquí donde él quiere que esté Lillie?

La mujer esta vez sí volteó a verlo. Gladio retrocedió por inercia al ver los ojos detrás de las gafas. Eran unos ojos que mostraban cansancio y pesar; la mirada de una persona que no ha descansado por años.

Tragó saliva de nuevo y justo cuando estuvo por abrir la boca de nuevo…

Explosión. Una fuerte explosión resonó por toda la granja, despertando a todos los Pokémon y haciendo que, instintivamente, la mirada de los presentes se girara rápidamente al lugar de origen.

Gladio miró asombrado la gran cortina de humo y polvo creada y entonces, volvió a mirar hacia donde estaba la mujer fantasma. Había desaparecido.

Con el ceño fruncido por la frustración, se alejó corriendo de la valla y llegó hacia su familia.

—¡¿Qué es lo que está pasando?!— preguntó.

Nadie supo darle una respuesta.

O bueno… Alguien pudo.

—Si preguntas "¿Qué?" o "¿Cómo?"…

Lillie reaccionó ante esa voz femenina, sabiendo que la había escuchado antes.

—¡Responderemos por simpatía al mundo!— esta vez, una voz masculina se escuchó.

Fue entonces cuando lo pudo confirmar.

—¡Team Rocket!

—¡¿Quién se atrevió a interrumpir el lema?!— preguntó otra voz, fastidiada. De entre la cortina de humo salió un robot con forma de Miltank. En el centro de su estómago había una gran "R" roja dibujada.

—¿Eh?... ¿Esa no es…?— preguntó la mujer.

—¡Ah! ¡La mocosa de blanco!— exclamó el hombre.

—¡Woobbuffet!

—¡¿Qué?!— al grito de la mujer, el rostro del Miltank robótico se abrió, dejando ver el interior de una cabina. En ella estaban Jessie, James, Meowth y Wobbuffet— Eso quiere decir… ¡¿Dónde están los demás?!

—¡Ellos no están aquí!— les dijo Lillie, frunciendo el ceño— Pensar que volvería a verlos… ¡¿A qué vinieron?!

Gladio y Lusamine voltearon a ver a Lillie. Habían escuchado cosas de esos tres por parte de la niña.

Todos habrían jurado que un suspiro de alivio salió de los miembros del Team Rocket. De inmediato, los cuatro recuperaron la compostura.

—¡Nos quedaremos con todos los Pokémon de este lugar y por supuesto que también con ese raro Miltank!— exclamó Jessie, señalando a Mily. La Pokémon le sacó la lengua, molestándola.

—¡Ya puedo ver el rostro del jefe cuando le entreguemos este grandioso regalo!— una sonrisa soñadora apareció en el rostro de Meowth.

Despertar todos los días con un buen vaso de leche Mu-mu es lo que todo hombre necesita para hacer prosperar el mal. Le daré un ascenso a Meowth y sus camaradas.

Por algún motivo, todos los miembros del Team Rocket parecían estar teniendo fantasías similares.

—Ese Meowth está hablando…— escucharon murmurar a Jody.

—¡No sea ridículos!— espetó Gladio, moviendo con fuerza un brazo— ¡Váyanse ahora mismo!

Lo vieron con una sonrisa engreída.

—¡De paso nos llevaremos también todos sus Pokémon, así que prepárense!— Jessie los señaló y entonces, la cabina volvió a cerrarse.

En ese momento, al menos una decena de granjeros llegó al lugar. Entre ellos pudieron encontrar a un hombre en ropas de dormir con un espeso bigote marrón.

—¡Jody, ¿qué es todo este alboroto?!

—¡Papá!— exclamó la joven y justo en ese momento, algo ocurrió.

Una de las ubres del Miltank robótico salió disparada como si fuese un misil y se abrió, dejando ver una gran red metálica que cayó sobre los granjeros, inmovilizándolos.

—¡No los dejaremos tener refuerzos!— la voz de James hizo que todos volvieran nuevamente la atención hacia el robot.

—¡Lycanroc, Umbreon, Silvally salgan!— exclamó Gladio, lanzando las Pokéballs al aire. Los tres Pokémon cayeron en la tierra y de inmediato tomaron una posición amenazante.

—¡Shiron, vamos!— Lillie señaló hacia el frente y su Pokémon saltó, alistándose para la batalla.

—¡Absol, Salazzle, los necesito!— Lusamine dejó salir a dos de sus Pokémon.

—¡Entonces, nos estaremos quedando también con esos Pokémon!— otra de las ubres de Miltank salió disparada y cuando estaba por aprisionarlos, Silvally actuó.

Con un fuerte zarpazo, la red metálica se rompió por la mitad, quedando inutilizable.

—¡¿Qué?!— exclamó Meowth, sorprendido— ¡Entonces veamos cómo se defienden contra esto! ¡Cañón Miltank, activado!

De una de las ubres inferiores emergió un poderoso chorro de agua a presión que golpeó directamente a la quimera, arrastrándola hacia atrás. Zoroark y Lycanroc se pusieron detrás de él para ayudarlo a sobreponerse al ataque.

—¡Shiron, usa Nieve polvo!— ordenó Lillie.

La pequeña Vulpix saltó a un lado del chorro de agua y comenzó a tratar de congelarlo, dándose cuenta pronto que la cantidad era simplemente demasiada. La rubia frunció el ceño con frustración.

—¡Absol, Rayo hielo al origen del agua!— ordenó Lusamine— ¡Salazzle, Carga tóxica!

El tipo Siniestro disparó un poderoso rayo helado que golpeó justamente el agujero por el que salía el agua, bloqueando así el paso de la misma. La ubre comenzó a hincharse hasta que finalmente estalló, dejando salir una gran cantidad de agua en todas direcciones y una gruesa cortina de humo negro.

—¡N-No puedo ver, no puedo ver!— se quejó Meowth. El Miltank robótico había comenzado a moverse de forma rara.

—¡C-Cálmate, Meowth!— le pidió James.

—¡Ellos siguen ahí, solo tienes que ir directamente contra ellos!— le dijo Jessie. Meowth pareció caer en cuenta de esto, por lo que comenzó a cargar hacia el frente.

Cuando el Miltank robótico terminó de dar el tercer paso, cayó de rodillas.

—¡¿Qu…?!

—¡Una de las patas está averiada! ¡¿Qué fue lo que pasó, James?!— interrogó el gato.

—¡¿Cómo puede ser posible?! ¡Fue corroída por el veneno!— informó.

Y en efecto, así había sido. La pata inferior derecha del robot estaba completamente corroída gracias a una sustancia morada expulsada por Salazzle. Había sido gracias a su habilidad: Corrosión.

—¡No podemos quedarnos atrás! ¡Mily, usa Desenrollar!— ordenó Jody, señalando a los enemigos.

La Miltank se veía un tanto reacia a aceptar la orden, pero finalmente lo hizo. Dio un salto y cuando volvió a caer en la tierra, estaba girando a toda velocidad en contra del robot, golpeándolo directamente en el vientre y haciéndolo caer de espaldas. Un sonoro ruido resonó por los alrededores.

—Ay, ay, ay…

—¡¿Qué pasa con este robot?! ¡¿De dónde lo sacaste, James?!— le preguntó Jessie con molestia.

—Lo intercambié por unos cupones que vienen en la caja de mis cereales favoritos…

—¡Tú…!

Mientras los villanos discutían entre ellos, Silvally se había recuperado así como el resto de los Pokémon de Gladio. Juntos liberaron a los granjeros de la red.

—¿Qué hacemos con ellos?— preguntó Gladio, mirando a Lillie de reojo. Los granjeros, Lusamine y Jody veían con el ceño fruncido a los derrotados oponentes.

—Solo hay una cosa que se puede hacer— respondió la rubia, mostrando la Pulsera Z que le pertenecía a su padre. El Criostal Z brillaba.

La cabina se abrió de nuevo y esta vez, los miembros del Team Rocket salieron al exterior, mostrando unas sonrisas confiadas.

—¡No somos los mismos de antes, mocosa de blanco!— aseguró Meowth, haciendo que sus compañeros asintieran en señal de estar de acuerdo.

—¡Gacha, ven!— gritaron los humanos al mismo tiempo, elevando sus manos hacia el cielo.

Escucharon un sonido similar a un silbido y entonces, dirigieron la mirada hacia el frente. Gladio cruzaba los brazos frente a su rostro y un símbolo apareció frente a él. Lillie había comenzado a hacer lo mismo.

—¡Luces deslumbrantes, bailen!

Lycanroc se posicionó al frente, con sus brazos extendidos y cruzados uno sobre el otro.

—¡Graba en el campo de batalla el nombre del último luchador!

Con fluidez, entrenador y Pokémon recogieron sus brazos, como si se estuvieran preparando para lanzar una gran energía. Posteriormente, volvieron a mover las extremidades hacia el frente. Con sus brazos imitaron una enorme mandíbula.

Cuando aquella aura morada los rodeó por completo, Gladio gritó.

¡DRACOALIENTO DEVASTADOR!

Una enorme bola de energía morada salió disparada gracias a Lycanroc. Segundos después, aquella bola se transformó en un dragón que volaba hacia el Team Rocket.

Pero eso no era todo.

—Nieve que ondea silenciosamente desde los cielos…

Lillie cruzó los brazos frente a ella y Shiron hizo lo mismo mientras pegaba su vientre en el suelo para así no caerse.

—Incontables cristales brillantes de hielo…

Elevó en diagonal su brazo derecho y con gracia, elevó luego el izquierdo. Al final, los unió frente a su rostro, creando una equis.

—Oh, Z congelante que cubre la tierra… ¡Junto con mi alma apasionada, regresa una vez más hacia el cielo!

La equis que había formado con sus brazos fue elevándose hasta pasar de estar frente a su rostro, a encontrarse por encima de su frente. Con velocidad, extendió sus brazos hacia los costados y luego, hacia el frente.

Un aura celeste salió del cuerpo de Lillie y rodeó por completo a Shiron, quien dejó salir un grito de guerra. El símbolo Z se formó frente a la pequeña.

¡CRIOALIENTO DESPIADADO!

Una enorme plataforma de hielo elevó a Shiron a varios metros de altura, quien reunió frente a su hocico una enorme cantidad de poder la cual posteriormente lanzó en forma de un gélido rayo que congelaba todo a su paso.

Al ver que nada pasaba por su parte y la velocidad a la que se acercaban los Movimientos Z, los miembros del Team Rocket comenzaron a impacientarse a una velocidad increíble.

—¡G-G-Gacha, ¿dónde estás?!— se preguntaron, comenzando a moverse rápidamente por la desesperación.

Fue entonces cuando una extraña máquina con cuatro patas cayó del cielo. En su interior podían verse varias Pokéballs moradas. El Team Rocket suspiró del alivio al ver eso.

—¡Me pregunto que sald…!

Y antes de que pudieran decir algo más, los ataques los impactaron, creando una inmensa explosión.

—¡Estuvimos tan cerca!— se quejó Meowth, mientras salía volando hacia el infinito horizonte.

—¡¿Dónde está ese tonto Pelipper?!— preguntó Jessie con evidente rabia.

—De todas formas no quería a esos Miltank…— mintió James.

—¡Woooobbuffeeet!

—¡El Team Rocket ha sido vencido otra vez!— gritaron al unísono, perdiéndose en el firmamento junto a su extraño robot.

Gladio suspiró y se llevó la mano derecha a la cadera.

—¡Eso fue increíble!— exclamó Jody, corriendo hacia ellos.

—En serio nos salvaron. No tenemos forma de agradecerlo— el padre de la joven se acercó.

—Oh, no, no. Hicimos lo que debíamos— respondió Lusamine, sonriéndoles.

—Entonces esto es el pan de cada día de Ash…— murmuró Gladio— Debe de ser agotador tener a esos tipos pisándote los talones todos los días.

Cuando levantó la mirada para fijarse en su hermana, se llevó una gran sorpresa.

Lillie tenía la mirada perdida.


Durante mucho tiempo hubo unos chicos que seguían persiguiéndonos a Pikachu y a mí— le contó Ash, acariciando la barbilla de su mejor amigo—. Eran realmente persistentes.

Pika— asintió el roedor.

Lillie puso una cara que mostraba un poco de miedo.

¡Eso…! ¡Eso es un crimen! ¡Debiste haberlos reportado con la oficial Jenny!— le dijo, frunciendo un poco el ceño.

Bueno, el problema no es que faltara gente para denunciarlos, ¿sabes?— Ketchum se rio mientras se rascaba la mejilla izquierda— Al final, todo se solucionó hablando un poco con ellos. Al final se sintió un poco nostálgico que dejaran de ir por mí, después de todo, tenerlos pisándome los talones todos los días se había convertido en una especie de rutina.

Lillie seguía en cama. Hasta que el profesor Kukui apareciera y no le dieran el informe correspondiente sobre el estado de la quemadura provocada por el Team Skull, ella no se movería del lugar en el que estaba. Ni pensarlo.

La rubia se preguntó si el pensamiento de Ash era producto de alguna especie de síndrome como el de Estocolmo o algo parecido. Agitó la cabeza, deshaciéndose de esas ideas.

(Es grosero pensar esas cosas sobre la persona que me salvó la vida)— pensó, volviendo a ver al joven azabache—. Entonces… ¿Qué pasó con ellos?

Ash volteó a verla.

Oh, se podría decir que nos volvimos amigos. Me fui de Kanto sin decirles nada, así que espero que no se hayan sorprendido demasiado— Ketchum volvió a reírse.

Lillie de verdad quería evitarlo, pero las palabras de Ash solo ayudaban a que ella se auto convenciera de que el chico de verdad tenía algún tipo de padecimiento psicológico.

Eres… una persona interesante, ¿eh?— murmuró, sin darse cuenta de que en realidad sí la habían escuchado.

¿Eso crees?— preguntó el adolescente— ¡Me lo han dicho antes!

Lillie se sonrojó de pronto, sorprendiendo al azabache.

N-No fue mi intención decirlo así…

¡No pasa nada, no pasa nada!— le aseguró, riendo una vez más— Creo que ser interesante es algo por lo que estar orgulloso, después de todo, ser interesante quiere decir que le doy curiosidad a la gente. ¿Y sabes a qué lleva la curiosidad?

Bueno…— se le ocurrían algunas cosas, pero decidió que era mejor seguirle el juego— No lo sé… ¿A qué lleva?

¡A que la gente quiera combatir contra ti!— respondió con una mirada llena de brillo— ¡Si las personas te ven y piensan: "Este sujeto es interesante", eso quiere decir que ellos definitivamente querrán desafiarte para poder deshacerse de su curiosidad!

Lillie se quedó en blanco por un segundo. No se esperaba para nada esa respuesta.

¡Imagina que estás caminando por la calle y entonces un Campeón Pokémon te ve, piensa que eres interesante y te desafía!— volteó a ver con rapidez a Pikachu— ¡¿No crees que sería asombroso, amigo?!

¡Pikachu!— exclamó el roedor, realmente emocionado por la idea.

Tú y Pikachu realmente se parecen, ¿eh?...

Bueno, tenemos muchísimo tiempo conociéndonos y hemos vivido un montón de cosas juntos— dijo, acariciando al tipo Eléctrico— ¡También somos expertos en freír bicicletas, por cierto!

¿Freír…?

¿Quieres que te cuente?— aunque Lillie era pésima para descifrar las emociones ajenas, supo por la simple mirada de Ash que este básicamente le estaba rogando porque le permitiera contar su historia.

Sin saber bien si ella se había vuelto mejor relacionándose con las personas o si Ash era realmente expresivo, asintió.

Si no es mucha molestia…

¡Entonces, escucha! ¡En su momento no nos dio mucha risa, pero ahora que lo recordamos, siempre nos reímos!

Con un apasionado tono de voz, Ash comenzó a hablar pero Lillie ya no podía escucharlo.

En ciudad Puntera, mañana a las 8:50 de la noche…


Y entonces, volvió a ser consciente de sus alrededores.

Gladio y Lusamine la veían con clara preocupación. Por otra parte, los granjeros lucían confundidos ante el silencio.

Lo que estaba claro en ese momento era que ella estaba siendo el centro de atención. Carraspeó un poco y entonces, habló.

—Creo que… quiero ir a ciudad Puntera…


—¿Este lugar? ¿Estás seguro de eso, Ash?— preguntó Go, viendo los alrededores.

Se encontraban en frente de un motel con forma de ele. El mismo se encontraba en mitad del camino. Tenía un gran y brillante letrero de un Slaking. En el estacionamiento no podía verse ningún automóvil y el lugar parecía estar sin clientes por el momento.

—Ese fwoosh que llega a mi mente nunca me falla…— murmuró Ketchum, realmente confundido— No sé por qué ahora no está pasando nada… Este es claramente el lugar que vi…

Todos voltearon a verse entre sí.

—Tal vez necesita ver algo más que solo el exterior, ¿no creen?— Chris los miró a todos y todos lo miraron a él. Eso tenía bastante sentido.

—Si le pedimos al encargado que nos deje ver las habitaciones, seguro que nos ayuda— dijo Kukui, sonriendo—. Vamos todos.

Al mismo tiempo, todos comenzaron a caminar hacia el mostrador. Un hombre de cabello y bigote canoso, vestido con una camisa rosa, volteó a verlos.

—Oh, ¿puedo ayudarlos el día de hoy?— preguntó, recargándose un poco en el mostrador. El collar que tenía colgando por fuera de la camisa titileo un poco.

Al escucharlo hablar, Ash se sintió misteriosamente irritado y dejó salir un "Tsk" que sorprendió a todos, haciendo que voltearan a verlo. De inmediato, el azabache se dio cuenta de lo que había hecho. Se cubrió rápidamente la boca.

—¡L-Lo siento mucho, fue accidental!— dijo, retrocediendo un poco.

El hombre, nervioso por el pensamiento de que pudo haber hecho algo para molestar al niño, suavizó un poco más su tono.

—E-Entonces, ¿hay algo que pueda ofrecerles?

—Sé que la petición puede ser rara, pero necesitamos ver las habitaciones. ¿Cree que podría ayudarnos con eso?— Hala se puso al frente de todos, sorprendiendo al hombre.

—¡Kahuna Hala!— exclamó, abriendo la boca por la sorpresa— Es una petición bastante repentina…

—Solo queremos verlas. Un rápido vistazo a cada una será suficiente— aseguró Burnet. Los niños asintieron.

El hombre dudó un poco pero finalmente asintió.

—No hará daño mostrarlas— dijo, tomando varias llaves y caminando fuera de la recepción—. Por suerte, no hay ningún cliente de momento. Por favor, síganme.

—Realmente agradecemos su ayuda— dijo Kukui, sonriendo.

Caminaron detrás del recepcionista, quien abrió la puerta de la habitación más cercana. Ash y Kukui miraron el interior.

—¿Y bien?— preguntó el profesor, viendo a Ketchum. El niño negó, haciendo que el investigador asintiera— La siguiente por favor.

Caminaron hacia otra puerta y volvió a ser abierta. Ash de nuevo no reaccionó ante esto. Volvieron a repetir el proceso.

La mirada de todos estaba fija en Ash, quien parecía estar realmente concentrado en identificar la habitación correcta.

Finalmente, tras cerca de diez minutos, solo quedaban tres habitaciones. En cuanto se acercaron a la puerta que estaba por ser abierta, Ketchum sintió un fuerte escalofrío y ellos reaccionaron.

Los Lucario elevaban sus sensores, viéndose alertas.

Todos lo supieron en ese momento. Supieron que estaban en el lugar indicado.

—Ábrala, por favor— pidió Kukui, haciendo que el recepcionista sacara la llave correspondiente a la puerta.

En cuanto el interior de la habitación se reveló para Ash, su mente fue rápidamente transportada a otro lugar o más bien, a un tiempo pasado de otro mundo.


Lo siento, Ash… Lo siento…

Él negó con la cabeza, apretándola un poco más contra su cuerpo.

Yo soy el que lamenta no haber estado ahí para ti, Lillie… ¿Puedes contarme lo que sucedió?— pidió, en un tono de voz gentil. Había explotado antes de una forma en la que parecía otra persona completamente diferente, pero al recordar el miedo que sintió al pensar que pudo haberle pasado algo a su compañera de viaje… Cuando las cosas se relajaran más, él definitivamente se disculparía por haberle hablado así.

La rubia asintió, haciendo que la camisa de Ash se moviera en la parte del hombro.

E-Estaba inspeccionando la habitación cuando de pronto… Shiron comenzó a flotar… Tratamos de ayudarlo, pero entonces…— esnifó y continuó secándose las lágrimas— todo comenzó a volverse loco y las cosas simplemente flotaban y… Shiron salió disparado por la puerta…

Lo perseguimos tan rápido como pudimos, pero se desplazaba a una velocidad totalmente anormal— añadió la Pokédex. Pikachu y Rowlet asintieron—. Lo que sea que haya hecho eso, nos llevó directamente al Cementerio de Hau'oli con el objetivo de tendernos una clara trampa. Una vez que llegamos al lugar, hordas y hordas de Pokémon nos atacaron-Rotom.

Ketchum lo vio con sorpresa, dándose cuenta de que la situación había sido mucho más seria de lo que había pensado.

Me arriesgo a decir que, sin el poder de Pikachu y la iniciativa de Lillie, definitivamente no lo habríamos logrado-Rotom.

Ash se separó de Lillie y la vio con sorpresa. La rubia, colorada por el llanto y ahora un poco por la vergüenza, le sostuvo la mirada.

Creí… que de esa forma terminaríamos el combate más rápido…— murmuró.

Ketchum continuó viéndola un poco más y finalmente la tomó de la mano.

Sería mejor si entramos a la habitación— le dijo, sonriéndole—. Es mejor que estar afuera.

Lillie, Rotom y los Pokémon asintieron. Caminaron hacia el interior del cuarto, no sin que antes Ash le dirigiera una mirada llena de enfado al recepcionista.

Aquel hombre hizo un gesto de complicidad, sin darse cuenta de que el enfado estaba dirigido hacia él y no hacia cualquier otra cosa.

Cerraron la puerta detrás de ellos.

Todavía tengo varias dudas sobre lo que sucedió en el cementerio y sobre lo que vieron, pero primero quiero decir que de verdad le doy las gracias a Arceus…— Ash se sentó en su cama, dejando salir un suspiro— Salieron de esa situación por ustedes mismos…

Al inicio fue complicado, pero en cuanto logramos sumarnos al ritmo del combate, todo fue mucho más sencillo-Roto.

Lillie asintió.

Tus Pokémon también lo hicieron muy bien, Ash. Todos ellos son muy fuertes— le dijo.

Yungoos, Rowlet, Rockruff y Pikachu sonrieron con orgullo. Shiron ahora descansaba en el buró junto a Peke.

Ketchum vio a la rubia. De nuevo sonrió.

Hasta el momento, sabía que ella era una chica tímida a la que le costaba horrores ser sincera consigo misma o con los demás, pero ahora que sabía esto, su opinión sobre ella había mejorado exponencialmente.

Ser capaz de asumir el liderazgo en una situación así de peligrosa y de hacer un enorme esfuerzo físico a pesar de no estar realmente acostumbrada al mismo… El azabache conocía a mucha gente que haría eso por sus Pokémon y todos ellos eran personas de primera categoría; las mejores personas entre las mejores.

Después de todo, no era posible que alguien que adoraba así a sus Pokémon fuera una mala persona.

Entonces, sobre los detalles… ¿Podrían decirme…?

Si se lo digo yo…

¿… todo lo que ocurrió?...

Entonces, el escenario comenzó a oscurecerse. Era como si las luces estuvieran apagándose lentamente; como si se estuviera quedando dormido.

Pronto dejó de ver a sus Pokémon o a Rotom. Pronto dejó de ver a Lillie.

Lo que más tardó en desaparecer fue esa brillante cabellera rubia que por unos segundos relució como el mismísimo sol.

—Está oscuro.

—Demasiado oscuro.

—Esto no está bien.

—No está bien, ¿cierto?

—No me gusta esta oscuridad.

—Es solo oscuridad.

—No quiero. Sal de aquí. Ve a la luz.

—No puedo. Estamos aquí porque fui a la luz.

—Tampoco quieres a la oscuridad.

—Nadie la quiere.

—Entonces, ¿por qué?

—Porque tampoco puedes odiarla.

—La odio.

—... Perdóname.

—¿Por qué?

—Por hacernos pasar por esto.

—¿Por qué lo haces?

—Porque necesito hacerlo.

—No lo entiendo.

—Perdóname.

—No entiendo. No lo entiendo.

—Perdóname.

—Yo… ¿Por qué tiene que estar oscuro?

—Perdóname.

—No quiero seguir aquí. Ya no quiero estar aquí.

—Perdóname.

—Deja de decir eso. Ayúdame a salir de este lugar.

—Necesitamos que estés aquí.

—No… No lo entiendo…

—Lo entenderás.

—¿Por qué tengo que estar aquí? No hice nada malo…

—No. Eres una persona increíble.

—Entonces, ¿por qué?...

—Porque… hay personas increíbles que están esperando.

—¿Cuándo va a terminar esto?

—Pronto.

—¿Cuándo es pronto?

—…

—¿Por qué no hablas?

—…

—¿Cuándo es pronto?

—… Pronto.

—¿Quién eres?

—…

—Por favor, dime algo…

—No tiene caso que lo haga.

—¿Por qué?...

—Porque de todas formas, vas a olvidarlo.

—No lo haré, te lo juro.

—Hay promesas que no siempre pueden cumplirse.

—Dime quién eres, por favor.

—Lo sabrás.

—… ¿Cuándo?

—Cuando recuerdes.

—¿Cuándo recordaré?

—… Pronto.

—…

—…

—Odio esto…

—Yo también…

—Quiero ir a casa…

—Yo también…

—Quiero estar con mis amigos…

—Yo también…

—Quiero salir de este lugar…

—… Yo también… y por eso… perdóname…

—... Está bien. Te perdono.

—Realmente eres… un buen chico…


Ash entonces regresó en sí. Retrocedió rápidamente y al hacerlo, terminó cayendo en un pequeño desnivel. Aterrizó de espaldas contra el suelo, haciendo que Lei comenzara a reírse; Pikachu tuvo que apresurarse a saltar de su hombro. Todos lo miraron con preocupación.

—¡Ash!— exclamaron.

Fueron Go y Kiawe quienes lo ayudaron a ponerse de pie. En cuanto lo hizo, Ketchum se llevó una mano a la cabeza.

—"Si se lo digo yo…". Fue eso lo que la voz dijo esta vez— dijo, haciendo que todos sonrieran con excepción del recepcionista, quien lucía confundido. Sonrieron pues eso significaba que estaban más cerca de resolver el misterio—. Pero…— la voz del azabache borró la sonrisa de los presentes— siento que estoy olvidando algo importante…

Voltearon a verse entre sí. El rostro de concentración de Ash era diferente al que hacía usualmente, cuando se sobresforzaba por tratar de recordar algo. Esta vez parecía que había olvidado algo realmente importante, pero era como si estuviera resignado a que, por mucho que lo intentara, no lograría recordarlo.

—Si puedes recordarlo, entonces nos ayudará mucho, pero no te obligues a hacerlo— le dijo Kukui, poniéndole una mano en el hombro—. Todavía tenemos varias horas antes de que anochezca, así que podemos seguir investigando. ¿Recordaste otra ubicación?

Ketchum subió la mirada luego de unos segundos de silencio y asintió, rascándose la cabeza con confusión.

—El Centro Pokémon cerca de la Jungla Umbría— dijo de pronto, haciendo que todos se sintieran confundidos.

—¿Jungla…?— antes de que Lana pudiera terminar de repetirlo, el niño de Paleta volteó a ver a Mallow.

—El lugar donde Olivia hizo que tomara la prueba contra Lurantis— le recordó, subiendo y bajando un dedo—. Tú sabes, ese lugar donde estaba la Semilla milagro.

La peliverde lo pensó por unos pocos segundos hasta que finalmente recordó.

—¡Ya recuerdo!— exclamó, levantando ella también un dedo— ¡Ese bosque súper oscuro!

Ketchum asintió con fuerza.

—Akala, ¿eh?...— murmuró Kiawe, cruzándose de brazos— Con la cantidad de personas que somos, deberemos tomar un ferry para llegar hasta allá.

—Aunque podríamos ir también con nuestros compañeros de los Ultraguardianes— sugirió Chris.

Lana negó con la cabeza.

—No podemos dejar atrás a los profesores, a Hau ni al señor Hala.

Todos estuvieron de acuerdo con eso.

—¿Ultraguardianes?— le preguntó Koharu a Go en un murmuro. El moreno negó con la cabeza, indicando así que él tampoco entendía bien de lo que hablaban.

—Entonces será mejor partir de una vez— dijo Burnet, volteando hacia el recepcionista—. Realmente agradecemos su ayuda.

El hombre se rascó la cabeza.

—Bueno, no entiendo muy bien que pasa, pero fue un gusto.

Y así, comenzaron a alejarse.

—Akala… Eso quiere decir que ahora verás el viaje que tuvieron Ash-2 y Lillie-2 por el lugar— Chris estaba pensativo—. Esto realmente es misterioso…

Kukui, quien acababa de terminar de escribir en la libreta, asintió.

—Pero llegaremos al fondo de esto. Eso es seguro.

Sin embargo, Ash no escuchaba. Sus pensamientos estaban en otra parte completamente diferente y todos lo sabían.

Dejarlo pensar y reflexionar era algo que tenían que hacer.

Por otro lado, el azabache se perdía en las memorias del otro Ash.

No pudo evitar ponerse rojo al recordar una en específico. Una en la que su yo del otro mundo y aquella Lillie estaban casi desnudos, besándose en una especie de lago que parecía ubicarse en el Cañón de Poni.

Agitó la cabeza. Aunque no tenía la menor idea de por qué estaban con poca ropa, seguía siendo realmente vergonzoso para él.

Y aunque trató de eliminar ese recuerdo de su cabeza, por algún motivo no se iba.

¿Había algo en el Cañón de Poni que querían que viera? No pudo evitar hacerse esa pregunta.

Entonces, luchó de nuevo contra ese recuerdo.

No era algo que un niño debiera ver, después de todo.


Pues finalmente terminé, chicos. He escuchado su cadena de oración y he vuelto del hiatus de casi tres meses… Es gracioso pensar que el inicio del capítulo y el final del mismo fueron escritos con tres meses de diferencia XD

Bueno… Estos últimos meses han sido realmente duros para mí en el ámbito personal. Tuve una persona especial que se alejó de mí de la peor forma posible y por lo mismo, mi cabeza ha sido un revoltijo durante todo este tiempo. Se sentía un poco raro escribir algo romántico cuando mi propia vida ha perdido gran parte de su romanticismo, pero he decidido que ya no dejaré que me afecte. Quería a esa persona, sí, pero hoy en día no siento por ella nada más que indiferencia y voy a admitirlo, un poco de rencor. Aunque estaría mintiendo si digo que no pienso en ella con frecuencia, pero estoy luchando contra los recuerdos.

Por cierto, no se preocupen porque mi vida personal vaya a cambiar en algo el flujo de mi historia. El fanfic se seguirá desarrollando como hasta ahora y eso no va a cambiar sin importar lo que pase en mi vida. Aunque voy a admitir que es gracioso que, de alguna forma, describí mi propia situación en los capítulos 98 y 99 XD

¡Y dejemos de lado al Ember emocional! ¡Volvamos a ser el Ember de siempre! No escribo esta historia para sentirme triste, lo hago para divertirme XD

Sobre el anime de Pokémon. En estos meses de ausencia han pasado bastante cosas interesantes, como que por fin Farfetch'd recibió un merecido protagonismo y logró alcanzar su siguiente fase evolutiva. Fueron capítulos realmente entretenidos los que le dedicaron.

Espero que con la llegada de Iris en unas semanas, podamos ver también más crecimiento en el Dragonite de Ash.

¡Y sobre Go! Este último capítulo con Drizzle fue realmente agradable de ver. Exploramos más a profundidad el personaje de Go y conocemos más facetas del personaje. También siento que el capítulo dejó un lindo mensaje el cual es que las cosas no siempre tienen que tener un por qué y obligar a alguien a que lo encuentre es realmente insensible. Por otra parte, espero la evolución de Drizzle a Inteleon, aunque será raro ver que sea más alto que Cinderace, quien actuó como su hermano mayor durante muchísimos capítulos XD Por cierto… ¡Voy a extrañarte muchísimo, Sobble! Era tan chiquito y tan adorable…

Cambiando de tema completamente a mi vida personal, otra vez. Últimamente he estado jugando Genshin Impact y el juego me está gustando muchísimo. Siento que me estoy metiendo muchísimo en la comunidad. Si alguien también lo juega y quiere ayudar a este manco a derrotar algunos bosses o necesita recolectar materiales, puede ponerse en contacto conmigo :D Soy AR 25, solo para que se den cuenta de que no soy realmente bueno.

Por cierto, otra cosa también. ¿Alguno de ustedes es jugador de Black Desert? El juego realmente me llama la atención y quisiera ver si alguien pudiera recomendármelo… Aunque ustedes saldrían perdiendo porque si me gusta mucho, podría viciarme demasiado XD

En fin, creo que no tengo mucho más que comentar. De verdad agradezco de corazón toda la preocupación que dejaron en la sección de reviews y lamento haberlos preocupado de esta manera. Espero volver a estar más activo por aquí. ¡Con suerte, ya solo quedarán cuatro capítulos más de este arco! ¡Estamos a punto de terminarlo!

¡Alola a todos y también…! Let's Go!