—¡Por aquí!
Al escuchar el llamado de los reclutas de Aether, todos se detuvieron.
—¡¿Dónde está la presidenta?!— preguntó Wicke, acercándose rápidamente a ellos.
—Es por eso que estamos aquí. Ella nos dijo específicamente que no dejáramos que nadie que no fuera Ash fuera al campo de batalla— respondió uno de los reclutas.
—Eso quiere decir que…
Asintieron.
—Es el lugar donde debe reunirse con la señorita Lillie.
Todos voltearon a verse entre sí.
—Llévennos ante Lusamine, por favor— pidió Burnet, mirándolos con seriedad.
De inmediato dieron media vuelta y comenzaron a caminar rápidamente hacia un lugar que Kukui, Hala, Chris, Lana, Mallow, Hau y Kiawe reconocieron de inmediato. Iban directo hacia las gradas.
Por la velocidad a la que caminaban no les tomó mucho tiempo llegar al destino y cuando lo hicieron…
—Presidenta Lusamine…— murmuró Wicke, sonriendo ampliamente. Al igual que Burnet, sus ojos se habían puesto algo vidriosos.
—Aunque las condiciones no sean las mejores, de verdad estoy feliz de volver a verlas— les dijo la rubia, levantándose de su asiento.
Wicke y Burnet se contuvieron mucho para no abrazarla pues sabían que estaban ahí por algo más.
—Es bueno verte de nuevo, Gladio— le dijo Kiawe, caminando hacia el rubio.
—Pienso lo mismo— Gladio extendió su mano hacia Kiawe, quien aceptó el apretón—. Me da gusto verlos a todos de nuevo— sus ojos se posaron sobre Go y Koharu, quienes de inmediato se sintieron fuera de lugar—. Los amigos de Ash, ¿verdad?
El niño de Carmín fue quien tomó la iniciativa.
—Soy Go y ella es Koharu. Realmente me gustaría presentarme con más detalle, pero…
—No. Lo entiendo— interrumpió el rubio, caminando hacia él y ofreciéndole también un apretón de manos—. Gladio.
—Un gusto— dijo el moreno, tomando su mano.
—Lillie…— escucharon murmurar a Mallow. Cuando miraron a la niña, se dieron cuenta de que estaba viendo fijamente hacia el campo de batalla.
En cuanto todos miraron en la misma dirección, varias reacciones ocurrieron.
Burnet y Kukui sonrieron al volver a verla. Después de todo, era una de las preciadas amigas de Ash y una estudiante de Kukui.
Los ojos de Mallow, Lana, Chris y Kiawe, por otro lado, se humedecieron un poco. De tener ojos como tal, los de Rotom también lo habrían hecho. Querían correr hacia su amiga y abrazarla, pero sabían que no podían. No todavía.
Go y Koharu, así como Hau fueron los que tuvieron reacciones más neutras. Todo el viaje hecho había sido para ese preciso encuentro.
Y mientras ellos pensaban eso, las cosas avanzaban en el campo de batalla.
—¡A-Ah, recibí tu carta, por cierto! ¡Veo que te estuviste esforzando por encontrar a tu papá!— le dijo Ketchum, sonriendo.
—Oh… ¿Pudiste leerla?... No sabía que estabas en Alola también esa vez— dijo en un tono de voz un tanto bajo pero que Ash alcanzó a escuchar.
—¡Nosotros también nos hemos estado esforzando bastante, ¿verdad, Pikachu?!— volteó a ver al roedor, quien asintió con fuerza— ¡Estamos compitiendo en el Pokémon World Championship! ¡Ya estamos en la clase Súper!
—¡Wow! ¡Eso es increíble, Ash! ¡Felicidades!
Ketchum se rio, halagado.
—Gracias.
Y entonces, se quedaron en silencio. Silencio que se prolongó por varios segundos.
—Vaya… Todo ha sido muy complicado, ¿verdad?— preguntó entonces Ash, rascándose la cabeza.
Lillie rio un poco.
—Ciertamente.
—Quiero decir, cuando estábamos con los Ultraguardianes pasaban cosas muy raras todo el tiempo, pero esto sí que es otro nivel— Ash también se rio.
—Aunque al menos las aventuras con los Ultraguardianes eran en parte divertidas…— Lillie comenzó a juguetear con sus dedos, mirando hacia otro lado.
—Sí, tienes razón…— Ketchum se rio de forma nerviosa.
Pikachu miró a su entrenador y a Lillie. Ambos lucían sonrisas pero claramente se notaban incómodos. El roedor se decidió en ese momento. Saltó del hombro de Ash y le dio un coletazo en la espalda, haciendo que avanzara torpemente hacia el frente.
—¡W-Woah!— exclamó el niño, recuperando el equilibrio— ¿Qué fue eso, Pikachu?...
Pero el tipo Eléctrico no le respondió, sino que se fue corriendo hacia las gradas. Ketchum se rascó la cabeza, extrañado y tras unos segundos se dio cuenta de algo.
—Yo…— al escuchar hablar a Lillie, volteó a verla, dándose cuenta de que en efecto, estaba "solo" con ella. Dejó de lado esos pensamientos al ver la triste mirada en los ojos de su amiga— creí que nos volveríamos a ver en una situación diferente… Lo siento, Ash. A pesar de que esta debería ser una ocasión feliz…
—¡No, no! La verdad, yo tampoco no sé bien qué decir— el azabache trató de mirarla a los ojos—. Es solo que… hemos visto tantas cosas que…
—Sí… Es un poco incómodo— asintió.
Se quedaron en silencio nuevamente y tras unos segundos, Ash habló.
—Cuando todo esto comenzó… Cuando comencé a escuchar la voz de Arceus y a ver los recuerdos que quería que viera— Lillie lo miró, luchando contra la vergüenza. Ash parecía divertido por alguna razón—, incluso antes de saber que tenías algo que ver con todo esto, pensé en ti.
—¿Eh?— el rostro de la rubia adquirió un notorio sonrojo.
—Recordé aquella vez que visitamos juntos todos los lugares de tu infancia, cuando querías recordar— Ash se rio—. ¿Recuerdas que Nebulilla nos llevó a toda clase de sitios?
Lillie tardó un poco en responder pero cuando finalmente pudo centrarse, también se rio.
—Es imposible que pueda olvidarlo— aseguró, llevándose las manos al pecho—. Ese fue uno de los días más divertidos de mi vida.
—¡También fue muy divertido para mí! ¿Te acuerdas de esa imitación que hice de Gladio? ¡Me salió bastante bien, ¿no?!
Lillie se rio con un poco más de fuerza.
—Casi hacías llorar a Nebulilla. Era tan pequeño antes de convertirse en Solgaleo.
Y al recordar eso, Ash también rio con más fuerza.
—Aunque nosotros fuimos más pequeños una vez— recordó Ash, llevándose las manos detrás de la cabeza.
Lillie lo recordó de inmediato.
—Las máquinas de Faba no suelen funcionar muy bien, ¿cierto?— dijo mientras sonreía.
—¡Y que lo digas!— Ketchum se cruzó de brazos— Ya ves lo que le hicieron a Nebulilla en su momento…
—Aún me cuesta perdonarlo por lo de aquella vez— Lillie asintió, frunciendo un poco el ceño.
—Aunque ha creado algunas que son muy divertidas— Ash chasqueó los dedos— ¿Viste la Carrera de Panqueques? ¡Fue hace unos pocos días!
—¡Sí, la vi!— exclamó la rubia, uniendo las palmas— ¡Fue una carrera realmente divertida! Fueron tus nuevos amigos quienes ganaron el segundo y tercer lugar, ¿verdad?
La sonrisa de Ketchum creció.
—¡Sí, fueron Go y Koharu!— asintió, mirando de reojo a los dos mencionados— Se los presentaré a ti y a Gladio cuando tengamos un poco más de… ¡Ah, me estoy olvidando de lo que iba a decir!— dijo de pronto, sorprendiendo un poco a Lillie— ¡Quería decir que la máquina de pegamento que inventó Faba fue usada en la carrera!
—Ohhh… Es cierto, la usaron— Lillie se veía pensativa y poco después, volvió a reírse—. Aunque parece que ya pensó en una forma de liberarse del adhesivo.
—No imagino las veces que debió caer en su propia trampa para lograrlo— Ketchum también se rio. Faba era un adulto un poco tonto, muy inteligente eso era cierto, pero también tonto—. Aunque sabes, creo que prefiero bastante más a nuestro Faba al Faba de Ash y Lillie-2.
La rubia asintió de inmediato.
—Definitivamente— su rostro se veía más serio—. Lo que le hizo al papá de Hau y a Joey…
Ambos niños voltearon a ver a Hau, quien se vio realmente confundido por esto.
—Es curioso…— murmuró Lillie, volviendo a ver a Ash— En nuestra realidad, Hau es una de las personas con las que menos hablé y al parecer, en la realidad de ellos, Hau era un gran amigo… Creo que debería empezar a hablar más con él.
—Sí… Es curioso pensar en todas las cosas que se perdió solo porque no iba a la escuela con nosotros— Ash se cruzó de brazos, pensativo. Un segundo después, rio de forma nerviosa—. Aunque realmente no entendí mucho lo de las realidades…
Lillie cerró los ojos y también rio de la misma forma.
—Para ser honesta, creo que yo apenas y entendí lo básico…— entonces abrió los ojos de par en par, sorprendida— Espera, ¿Arceus ya te contó sobre las realidades?
Ketchum arqueó una ceja y tras pensarlo un poco, se rascó la sien.
—¿No lo ha hecho?— preguntó, pasando a lucir confundido— Que raro… Juraría que alguien me habló de todo esto antes…
Lillie entrecerró los ojos y entonces, encontró una respuesta.
—Creo que…— un tanto insegura, lo dijo— son los recuerdos de Ash-2. Los recuerdos de justo antes de venir a esta realidad.
Ketchum se sorprendió al escuchar eso.
—¡¿En serio?! ¡Pero si ni siquiera sentí nada de lo que suelo sentir al recordar cosas!— Ash se llevó las manos a la cintura— Esto es rarísimo…
Lillie lo miró fijamente y luego, avanzó. Ash vio con un poco de sorpresa e intriga dicho acercamiento.
—Creo que ya es hora…— dijo la rubia, confundiendo todavía más al azabache— Ash… ¿confías en mí?
Ketchum miró fijamente los ojos verdes de Lillie. Eran ojos llenos de determinación y eran ese tipo de ojos los que más le gustaban al niño.
—Lo suficiente como para confiarte mi vida— aseguró, sonriendo.
Al escuchar eso, el labio inferior de Lillie tembló un poco. Se sintió conmovida y triste por partes iguales. ¿Era Ash hablando o era Ash-2, confundiéndola a ella con la persona que amaba? No lo sabía, pero lo que haría a continuación, aclararía todas las dudas.
—Voy a recitar un juramento— Ketchum se sorprendió al escuchar eso—. Cuando yo termine de hablar, por favor continúa tú con la parte siguiente.
—Pero, Lillie… Yo no conozco el juramento completo— le informó. Ash de pronto parecía nervioso de arruinar algo.
—Lo recordarás— la rubia le sonrió—. Te lo aseguro.
Y con esa sonrisa y esas palabras, toda la duda se fue. Ash giró rápidamente su brazo derecho y con fuerza, asintió.
—¡Si tú lo dices, te creo!— dijo, bufando— ¡Hagamos esto!
Lillie, con la misma mirada determinada pero que ahora mostraba un poco de tristeza, abrió la boca.
—Aquí y ahora, con el sol y la luna de Alola como mis testigos— miró directamente a los ojos de Ash—. Yo, Lillie Aether…
Ash tragó saliva y por pura inercia, dijo lo que él creía, era lo siguiente.
—Y yo, Ash Ketchum…— no lo dijo con un tono que mostrara seguridad, sino que parecía estar dudando de si de verdad lo había dicho bien.
—Juro permanecer a tu lado en todo momento.
Ash pensó que eso era algo que dirían las parejas y se sonrojó un poco al pensarlo. Era un tanto vergonzoso, pero dijo lo primero que se le vino a la mente, sin saber siquiera si estaba bien o no.
—Estar ahí para ti cuando más me necesites.
—Cederte mi hombro cuando más cansado estés— siguió diciendo Lillie con toda la fluidez del mundo. Parecía saberse el juramento de memoria, como si lo hubiera estudiado con la diligencia con la que uno estudiaría para un examen importante.
Ash se rascó la nuca y volvió a decir lo primero que se le ocurrió.
—Creer siempre en ti, sin importar lo que pase.
—Y por sobretodo…— los ojos de Lillie se pusieron llorosos, cosa que realmente movió algo dentro de Ash. Inconscientemente, sus ojos también comenzaron a humedecerse. Ambos entrelazaron sus meñiques derechos.
—Y por sobretodo…
—Volver a ti siempre.
—Sin importar donde estés— Ash había dicho eso al instante. Le había salido tan naturalmente como respirar y ni siquiera se había dado cuenta de ello.
Una enorme sonrisa apareció en el rostro de Lillie.
—¡Y si llego a faltar a mi promesaaa…!— su voz se escuchaba un poco quebrada pero nunca perdió la sonrisa.
Ash también hizo su mejor esfuerzo por sonreír y lo logró.
—Mil agujas me… tragaré— terminó de decir.
La unión de los meñiques comenzó a subir y a bajar, luego se apretó más fuete para finalmente, deshacerse.
Antes de que Ash se diera cuenta, Lillie ya lo estaba abrazando. Sintió las lágrimas caer sobre su hombro.
—Regresa pronto, Ash…
Y apenas escuchó eso, su visión se nubló.
Abrió los ojos y con lentitud, se separó del verde césped. Miró sus alrededores y entonces encogió las piernas, abrazándolas. Estaba donde mismo, bajo la sombra de un gran y frondoso roble. No en un restaurante.
Luego de unos segundos se puso de pie, abandonando la sombra y en su mano apareció un plato lleno de croquetas. Comenzó a comerse una por una con lentitud y entonces, lo notó.
—¿Por qué…?— preguntó, sintiendo como su cuerpo temblaba un poco— ¿Por qué mostrarme eso?... ¿Por qué enseñarme una vida tan bella que jamás podrá ser?...
—Puede que en la primera vida no, pero sí en la segunda.
—Sabes a lo que me refiero…— murmuró, haciendo desaparecer el plato con comida. Volteó a verlo— Tú sabes… exactamente a lo que me refiero…
Arceus lo miró fijamente y luego, encogió exponencialmente su tamaño. Pasó de medir más de sesenta metros de alto a medir solo cinco.
—Originalmente, planeaba mostrarte solo una cena en la que estuvieras con aquella familia que puede ser salvada. Pero subestimé tu subconsciente— cerró los ojos—. Tu corazón anhelaba con tanta fuerza que Samuel Oak estuviera también en esa ilusión que terminaste deformándola.
Bajó la cabeza, apretó los puños con fuerza y entonces, lo miró.
—¿Pero por qué?...
—Para que funcione como incentivo— le respondió. Su cuerpo de pronto se transformó en el de Rayquaza y ascendió hacia los cielos.
—¡Espera!— le gritó y al ver que no se detendría, también extendió sus alas. Transformado en un Dragonite, lo persiguió.
Fue tras lo que se sintieron como minutos que finalmente logró alcanzarlo. Estaban tan arriba que podían ver los miles y miles de kilómetros de vegetación que se extendían a lo largo y ancho del lugar.
Arceus volvió a su forma original y lo miró.
—Sígueme— indicó, comenzando a caminar por el aire con toda la naturalidad del mundo.
Sin alguna opción más que obedecerlo, voló detrás de él.
—Aunque no lo parezca, el tiempo existe aquí. Fluye de maneras extrañas e imprecisas, pero fluye— Arceus miraba hacia el frente, sin detenerse—. Incluso para mí es complicado el comprender sus principios. Con eso en mente, ¿cuánto tiempo dirías que ha pasado desde que la guerra finalizó?
Entrecerró los ojos.
—Se han sentido como décadas…
—Tiene sentido. El alma de tu sobrina ya maduró, ¿no es así?— le preguntó, esta vez mirándolo de reojo.
—Cuando llegaron aquí…— sintió tristeza al recordar ese día— Amber apenas tenía unos cuantos días de nacida… Ahora se ve de la misma edad que yo.
—Aunque aquí pasó el tiempo suficiente como para que pudieran ver su crecimiento de forma natural, allá solo han transcurrido siete años.
Al escuchar eso, volteó a verlo con rapidez.
—¿Solo siete?...
Arceus asintió.
—Lo viste el otro día, cuando visitó tu lugar de descanso simbólico. Gladio Aether apenas tiene veintiséis años— al escuchar eso, cerró los ojos con fuerza.
—Ellos no son felices… Si tan solo yo no hubiera muerto…
—Ellos pueden ser felices— Arceus lo miró fijamente—. Solo que eligen apegarse a quien fuiste una vez y eso les impide avanzar. Los esfuerzos que hizo un día Lillie Aether por construir una forma de hacerte volver a la vida; la desmotivación que Elio y Selene Asutoro excusan como "luto"; la carga autoimpuesta que Hau Mahalo lleva a cuestas y también, la inseguridad del propio Gladio Aether; inseguridad que confunde con indecisión.
—Ellos no…
—Si Lillie Aether decidiera avanzar de verdad, saliera de ese laboratorio suyo y volviera a integrase en la sociedad, aún te recordaría pero podría ser feliz— lo interrumpió—. Si Elio y Selene Asutoro dejaran de pensar que, sin importar lo que hagan, jamás podrán igualar el legado que dejaste, entonces podrían ser felices. Si Hau Mahalo dejara de culparse a sí mismo por tu muerte, entonces podría ser feliz. Si Gladio Aether actuara de verdad en lugar de solamente pensar en lo que pudo ser, entonces podría ser feliz— la mirada de Arceus caló profundo en él—. Ellos pueden ser felices pero deciden no serlo.
Entonces se detuvo, obligando a Arceus a detenerse también. Aterrizó sobre el pico de una montaña nevada y le devolvió la mirada.
—¿Qué es lo que quieres?... Quiero decir… ¿Qué es lo que de verdad quieres?— le preguntó, entrecerrando los ojos con tristeza— ¿Por qué aparecer tras todo este tiempo y de pronto, decirme estas cosas; mostrarme lo que me mostraste?... ¿Por qué?...
El cuerpo de Arceus se transformó en el de un humano. Su largo cabello y piel eran tan blancos como la nieve, mientras que sus ojos eran rojos. Los rasgos de su rostro lo hacían parecer un ser andrógino y no se podía decir con certeza si era hombre o mujer. Su vestimenta era una especie de túnica blanca.
—Hace siete años, junto a tus camaradas, luchaste con valentía y tenacidad. Diste todo cuanto estaba en tu poder y más, por este mundo— en la palma de la mano de Arceus apareció el planeta tierra solo que en escala miniatura. Se veía sorprendentemente real e incluso rotaba de la misma forma que el cuerpo celeste lo hacía— que en el futuro, recordará tu sacrificio— Arceus hizo una pausa y entonces, frunció el ceño—. ¿Pero tú estás bien con esto? ¿Estás de acuerdo con este final?
Abrió la boca y luego, la cerró. Desvió la mirada
—¿Estás de acuerdo con saber que tus sueños y esperanzas murieron junto a ti? ¿De acuerdo con que nada de lo que quieres será realidad? ¡¿Estás de acuerdo sabiendo que el mundo pudo ser mejor si estuvieras en él?!
—¡NO!— gritó de pronto. Al seguir teniendo el cuerpo de un Dragonite, se llevó las patas a la cabeza y cayó de rodillas. Su cuerpo entonces volvió a su forma original— ¡Esto no está bien! ¡No hay forma de que lo esté! ¡¿Pero qué puedo hacer?! ¡NO PUEDO HACER NADA!
Al verlo así, Arceus sonrió. El planeta que tenía en su mano desapareció y se cruzó de brazos.
—Lo suponía. Quieres vivir; celebrar la victoria con tus aliados y seres amados. A lo largo de tu vida, has dado más que nadie por nuestra existencia y sin duda, mereces una segunda oportunidad.
Al escuchar las palabras de Arceus, miró rápidamente hacia arriba.
—¿Q-Qué quieres decir?...
—Alégrate, Ash Ketchum. Estoy dispuesto a devolverte a la vida— le dijo, con una sonrisa todavía más grande.
El azabache se puso rápidamente de pie y con un gesto que mostraba una clara confusión y esperanza, miró directamente a los ojos de Arceus. Quería saber si le estaba diciendo la verdad o no.
—¡E-Entonces mi familia y yo podríamos…!
—Tu familia no. Solo tú— Arceus puso un rostro más serio al ver el de Ketchum, quien lucía como si lo acabaran de abofetear—. Hacer que alguien que perdió la vida vuelva a la misma es algo que consideraba completamente tabú hasta hace unos cuantos años. Solo estoy dispuesto a revivirte a ti por todo lo que has hecho por la tierra, como bien dije antes.
Ash bajó la cabeza. Su mirada estaba un tanto perdida.
—Esta segunda oportunidad… ¿Qué harías exactamente?...— escuchó el chasquido de los dedos de Arceus y lentamente, miró hacia arriba.
Se encontraba en lo que parecía ser el espacio exterior solo que obviamente, no lo era. Aunque el paisaje a su alrededor era llamativo, no fue eso lo que atrajo la atención de Ketchum.
Un árbol lo suficientemente grande como para compararse con un universo entero se alzaba frente a él. Un árbol gigantesco con ramas tan largas y numerosas que se perdían de la vista, y eso que el límite era el propio infinito.
Ash se quedó boquiabierto al verlo y Arceus, a su lado, comenzó a caminar.
—Esta es una representación del tiempo mismo— dijo de pronto el dios, señalando hacia un punto específico del árbol—. El tiempo echó raíces cuando yo comencé a existir y a partir de ahí, creció. ¿Ves esas ramas de ahí?
Ketchum asintió y con un poco de precaución, avanzó. Era como si hubiera un suelo bajo sus pies, lo que lo hizo sentirse realmente descolocado.
—Son líneas de tiempo— al escuchar eso, Ash se frotó los ojos y las miró bien—. Originalmente, el tiempo era una línea recta, pero en cuanto comenzaron a tomarse decisiones distintas, surgieron ramificaciones. Tu línea del tiempo, aquella que conoces y que para ti es "la única que existe", es en realidad solo una más de las innumerables ramas de este gigantesco árbol.
Arceus volvió a chasquear los dedos y de pronto, aparecieron sobre un páramo desolado y completamente quemado.
—¿Qué es este…?
—Una línea de tiempo en la que Groudon vence a Kyogre y extiende la tierra por todo el mundo. Una línea de tiempo que existe al mismo tiempo que la tuya— Arceus volvió a chasquear los dedos.
Esta vez se encontraban frente a una casa. Una casa que Ash reconoció inmediatamente.
—Mi...
La puerta se abrió, dejando ver a Delia quien cargaba entre sus brazos a un niño de pelo castaño y ojos verdes. Ver eso confundió enormemente a Ketchum.
—¡Querido!— exclamó su madre, atravesando el cuerpo del propio Ash.
Cuando el azabache volteó hacia atrás, se encontró con que Delia había corrido al encuentro de un hombre alto y de pelo castaño que estaba vestido de traje. Ash abrió los ojos de par en par pues reconocía a esa persona.
—Volví a casa, amor— le dijo el hombre, dándole un beso en los labios—. Por todos los cielos… ¿Este es quién creo que es?... ¡Ven con papá!
Al ver como el hombre extendía los brazos hacia él, el niño se abrazó más fuerte de Delia.
—Vamos, Green… Es papá— le dijo Delia, sonriéndole. Con algo de temor, el niño se refugió en su madre.
El hombre se rio y luego, tomó a Delia de la cintura.
—Entremos. Hay muchas cosas de las que hablar— le dijo, acercándola más a él.
—Espero que me cuentes historias del trabajo.
—Eso tenlo por seguro, cielo.
La puerta de la casa se cerró detrás de ellos y Ash solo podía ver con confusión la escena.
—En esta línea de tiempo, Samuel Oak hizo que tu abuelo, Hitoshi Ketchum, recapacitara y replanteara su vida. Por consecuencia, Hitoshi nunca descuidó a Delia y ella nunca buscó inconscientemente una pareja que le recordara a su ausente padre— explicó Arceus, cruzándose de brazos—. En esta línea del tiempo, tu madre nunca le dio una oportunidad a tu padre y en cambio se casó con…
—El hijo del profesor Oak… El señor Yukinari…
Arceus asintió.
—Como es evidente, ni tú, ni Red, ni Gary y Daisy Oak nacieron. En su lugar, nació Green Oak— dejó salir un suspiro—. Green era la reencarnación del primer Representante del día y uno de los que se suponía, derrotaría a Necrozma. Desafortunadamente, le dio cáncer a la edad de diez años y murió dos años después, sin salir de aventuras ni una sola vez.
Ash se quedó congelado al escuchar eso y solo empeoró cuando escuchó lo siguiente.
—Esta línea del tiempo pereció en la guerra contra Necrozma, por eso te estoy enseñando el pasado de la misma y no el presente. Al no haber Representante del sol, no hubo posibilidad alguna de victoria. E incluso si Green no hubiera muerto de cáncer, como pasa en muchas otras líneas de tiempo, tampoco habrían ganado— le dijo, cerrando los ojos—. Él siempre moría al inicio de la guerra, a mediados de esta o cuando todo estaba por terminar. Solo hubo cinco líneas de tiempo en las que fue capaz de utilizar la Bendición del Guardián junto a Tapu Koko y de esas cinco, solo hubo dos en las que utilizó Embestida solar con Solgaleo. Tras eso, muere las dos veces, una por agotamiento y la otra por los ataques de Necrozma.
Ketchum sintió un fuerte escalofrío.
—Oh, créeme cuando te digo que hay otras líneas de tiempo en las que tú también mueres. Muchísimas de hecho— eso no ayudó a calmar a Ash—. Hay una en la que mueres nada más empezar tu viaje tras quedar cinco años en coma. Hay una en la que mueres durante el choque entre Mewtwo y Mew. Hay una en la que mueres incluso antes de nacer pues tu madre es atropellada durante su embarazo. Nuestra línea de tiempo, en la que existimos, es literalmente la mejor línea de tiempo que existe; una en la que sí derrotamos a Necrozma.
Ash tragó saliva con fuerza.
—¿De todas estas ramificaciones, solo nosotros…?
—No. Hay una que otra línea de tiempo en la que Necrozma también es derrotado, pero tú no existes en ninguna de esas.
El azabache se quedó en blanco por un momento. Ni siquiera se había dado cuenta del momento en el que habían vuelto a aparecer frente a aquel gigantesco árbol.
—El que me revivas… ¿qué tiene que ver con todo esto?
—Me alegra que no hayas olvidado el tema central— Arceus tomó a Ash del hombro y con una velocidad vertiginosa, se acercaron a un punto específico del gigantesco árbol—. La forma en la que voy a revivirte es mandándote a este punto del pasado— el lugar al que señalaba Arceus era el extremo de una rama, la cual, se dividía en muchísimas otras ramas—. Este es el único punto del tiempo que reúne las dos condiciones escenciales. La primera, obviamente, es que Necrozma haya sido derrotado. La segunda es que, en este punto exacto, tú vives lo suficiente como para que tu muerte pueda ser evitada.
Ash centró bien la mirada y vio claramente lo que sucedía justo en ese punto. En ese momento, el caía moribundo sobre la superficie de aquel planeta, a solo metros del Ultraumbral.
—Y… ¿cómo vas a hacer eso?...
—Dos almas idénticas no pueden existir en el mismo espacio y tiempo, pero eso es algo que puedo solucionar— Arceus señaló al Ash que caía moribundo y al Ash actual—. Él y tú son la misma persona. Hasta cierto punto, han vivido exactamente las mismas experiencias y eso es lo que me permite el poder fusionar sus almas. Volverlas una sola.
—Si haces eso… ¿entonces qué va a pasar con él o conmigo? ¿Sería como si los dos existiéramos en el mismo cuerpo?...
Arceus negó con la cabeza.
—Dado que tú eres quien tiene más memorias y vivencias, tu alma sobrescribiría la suya y serías tú quien obtenga el control del cuerpo— lo miró a los ojos—. Piensa en esto como cuando "guardan partida" en los videojuegos y la partida nueva toma el lugar de la antigua.
—¡Entonces me niego!— Ash retrocedió unos cuantos pasos— ¡No hay forma de que le quite su vida!
Arceus entonces, suspiró pesadamente.
—No esperaba que dijeras algo tan estúpido…— admitió, llevándose una mano a la cara. Tras unos segundos, frunció el ceño y se descubrió el rostro— ¿Ves todas las ramificaciones que parten de ahí? Obsérvalas atentamente y dime qué ves.
Ash, un tanto a regañadientes, obedeció. Fue fijándose en las líneas de tiempo que tenía más cerca y con cada una que veía sentía como su sangre se helaba más y más… Aunque era un decir, puesto que él no tenía sangre al estar muerto.
—¿Muero… en todas?...
—En algunas avanzas más, en algunas mueres por un infarto repentino producto del miedo, en algunas dices unas últimas palabras distintas, en algunas empiezas a llorar en lugar de moverte e incluso hay una en la que te orinas encima— Arceus se veía un poco molesto—. Pero en resumen, sí. Mueres en todas ellas. ¿Ahora lo entiendes? No estarías tomando el lugar de ese Ash, estarías retrocediendo a un punto de tu propia historia y si logras salvarte, entonces crearías una ramificación completamente nueva. Una en la que vives.
Ash, al escuchar eso, sintió mucha menos duda. Sintió que una sonrisa se formaba en su rostro.
—Si me mandas ahí y logro sobrevivir… ¿entonces todo esto se borraría? ¡¿Podría eliminar todo el sufrimiento por el que tuvieron que pasar mis familiares y amigos?!— los ojos llenos de esperanza de Ash desaparecieron en cuanto vio el rostro un tanto molesto de Arceus.
—Acabo de decirte que crearías una ramificación diferente de tiempo. En nuestra realidad, si modificas algo del pasado, solo se crea una línea de tiempo distinta, no alteras toda la historia.
Ash bajó la mirada y entonces, frunció el ceño.
—¡Pero aquella vez que te ayudamos con la Joya de la vida!...
Arceus suspiró.
—Creo que también tendré que explicar eso…— murmuró, rascándose la cabeza— No soy el único Arceus que existe en nuestra realidad. Hay tantos Arceus distintos como ramificaciones tiene el tiempo.
Ash se quedó de piedra al escuchar tremenda revelación.
—En aquella ocasión, tú, Dawn Chiba, Brock Ishihara y la descendiente de Damos solo pudieron viajar al pasado gracias a que sus almas todavía no existían en ese tiempo. Cuando ayudaron al Arceus del pasado, crearon una ramificación en la que el malentendido era arreglado y la Joya de la vida me fue devuelta. En esa línea de tiempo, pueblo Michina se vuelve un lugar estéril sin la Joya de la vida pero gracias a los esfuerzos de los habitantes, se convierte en una tierra próspera en el futuro. ¿Recuerdas que pasó con el pueblo luego de que me llevé la Joya de la vida?
Ash recordaba. Recordaba ver como todas las plantas morían y los ríos se secaban. En aquella ocasión, Sheena les había dicho que ella y su gente harían hasta lo imposible porque la vida floreciera de nuevo en pueblo Michina y mientras viajaba por Kalos, Ketchum había recibido noticias de que habían logrado dar el primer paso para lograrlo.
—¿Entonces por qué dejaste de atacar?...
—Porque el Arceus de aquella línea del tiempo nos informó a todos los demás sobre el malentendido— respondió.
—Ya veo…— Ash bajó la mirada y entonces, pensó en algo que había pasado por alto— Dijiste que mandarías mi alma hacia el pasado… De ser así… ¿entonces qué pasaría con esta? ¿Qué sucedería con Ash Ketchum en esta línea del tiempo?
—Tu alma dejaría de existir aquí, por supuesto. Ninguno de tus seres queridos podría volver a verte nunca, ni siquiera en esta vida— Arceus hablaba como si fuera lo más lógico del mundo y en cierta parte, tenía razón.
—¿No puedes… revivirme en esta línea del tiempo?...
—Eso es algo imposible. Un alma que entró al cielo nunca podrá volver a su tierra original. Es el orden natural de las cosas y es algo que no debe de ser cambiado nunca. Si se hiciera, catástrofes horribles podrían ocurrir y…
—Entonces hemos terminado— lo interrumpió Ketchum, dando media vuelta—. Abandonar a mi familia y a todos… No puedo hacer eso. No voy a desaparecer egoístamente así como así solo para tener la oportunidad de vivir de nuevo. Cuando Lillie llegue al cielo y me busque sin encontrarme… No. Definitivamente no puedo hacerlo.
Fue entonces que sintió como su rostro se giraba bruscamente en otra dirección. Se dio cuenta entonces de que estaba de vuelta en la cima de la montaña nevada. Miró hacia la persona que lo había golpeado, topándose con un Hitmonchan.
—Joey…— murmuró Ketchum. Le había dolido pero en menos de un segundo, dicho dolor había desaparecido.
Un segundo después de que dijo ese nombre, el Hitmonchan se transformó en un niño de pelo café que lo veía con una sonrisa que ocultaba su molestia.
—¡Wow, estaba tan tranquilo con Absol y de pronto escuché una plática muy interesante así que vine a ver lo que estaba pasando!— le tiró otro puñetazo en el rostro, solo que esta vez sin transformarse— ¡Y tras escuchar esa jugosa oferta, te escucho rechazarla como idiota! ¡Perdóname si no me siento de muy buen humor al ver como desperdicias una oportunidad literalmente única en la vida!
—Yo… no puedo abandonar a mi familia así, Joey…— le dijo Ketchum. Su expresión lucía triste— Deberías entenderlo…
—¡Oh, y claro que lo hago! ¡Lo que no entiendo es la forma en la que te rindes tan fácilmente! ¡Dios mismo vino aquí a decirte que te va a devolver a la vida y lo rechazas sin hacer todas las preguntas que puedes hacer! ¡Si yo estuviera en tu lugar, no me rendiría por nada e intentaría encontrar una solución que nos dejara a todos contentos! ¡Si yo estuviera en tu lugar…!
—¡Pero no lo estás, Joey!— y apenas terminó de decir eso, otro puñetazo fue conectado contra su rostro.
—¡Y ES POR ESO QUE ME ENFADA TANTO VERTE DESPERDICIAR LA OPORTUNIDAD, IMBÉCIL!— le gritó, sujetándolo de la camiseta— ¡Qué no daría yo por estar en tu lugar! ¡Qué no daría yo por la oportunidad que tienes ahora! ¿¡Recuerdas lo que te dije cuando estabas muriéndote?!
Ash cerró los ojos con frustración.
—"¿De verdad vas a irte así?"…
—¡Y lo hiciste! ¡Cerraste los ojos como ahora y estás aquí, arrepintiéndote todos los días!— Joey acercó su rostro al de Ash y zarandeó con fuerza su cuerpo— ¡Ahora que tienes la oportunidad de cambiar la respuesta que me diste, decides tirarla a la basura! ¡¿Crees que no te arrepentirás después de esta decisión?!
Los ojos de Ketchum se cerraron con más fuerza. Las palabras de Joey le dolían, pues él de verdad quería tomar la oportunidad, pero su familia…
—A veces de verdad no te entiendo, tío…— escuchó que dijeron a su costado. Cuando abrió los ojos de nuevo, la vio justo frente a él. Era una joven de unos diecisiete o dieciocho años. Su pelo era negro azabache, sus ojos eran marrones y debajo de sus mejillas había unas marcas parecidas a rayos. Era un poco más bajita que él.
—Amber…— murmuró Ash, sorprendido.
—Yo he vivido toda mi existencia en el cielo— la sobrina de Ash se cruzó de brazos— ¡Y no me quejo! Como lo que quiera comer, tengo el cuerpazo que desee, tengo muchísimos amigos y nunca tengo sueño o siento dolor como tal, sin mencionar que tengo a mi maravillosa familia.
—E-Es precisamente por eso que…
—Pero sabes, a veces de verdad me gustaría saber qué se siente estar viva. Me gustaría saber qué se siente sentir un dolor que no dure solo dos segundos o un hambre que haga que me rugan las tripas. Me gustaría saber cómo son los combates Pokémon reales de los que tanto hablan papá y tú… Me gustaría ser capaz de poder llevar una nueva vida en mi vientre…— con una sonrisa, Amber se tocó el estómago— Así que no entiendo… Si tienes la oportunidad de experimentar la mayoría de esas cosas, ¿por qué no la tomas?
Ash abrió la boca para responder pero entonces, alguien más habló.
—Uno de mis objetivos al sacrificarme— el azabache volteó a ver rápidamente al profesor Oak, quien estaba parado justo detrás de él, con los ojos cerrados y las manos detrás de la espalda. Ya no era un hombre viejo, sino que había vuelto a tener la apariencia de cuando era joven— fue que tú y Red pudieran tener un futuro brillante. ¿Cómo crees que me sentí al verte aquí, muchacho? ¿Cómo crees que me sentí al ver a Red y al resto de tu familia llegar a este lugar tan solo semanas después de que tú lo hicieras?
Ash entrecerró los ojos, recordando aquel momento. Recordó como Samuel se había desplomado en el suelo, rompiendo en un desgarrador llanto parecido al suyo.
—Entonces, muchacho, ¿cómo crees que me siento al saber que planeas desaprovechar una oportunidad para volver a vivir?
—¡Pero, profesor…!
—Yo tuve una oportunidad de vivir, Ash— con rapidez, el mencionado volteó hacia su derecha. Ahí estaban Red y Yellow, mirándolo con una sonrisa—. Pude haber vivido mi vida pero fui débil. El dolor de haberte perdido devastó mi corazón. Eras mi orgullo y mi adoración, así que perderte fue como perder una parte de mí… y por ello, descuidé mi todo— Red miró hacia su hermano, dándole una sonrisa comprensiva—. Si hubiera vivido como tú hubieras querido que lo hiciera, entonces habría podido luchar contra el Team Rocket. Yo pude haber protegido a mamá, a Yellow y a Amber, pero fui débil. Tú, en cambio, no tuviste esa oportunidad.
—Hermano… Yo…
—El día que te fuiste, Ash…— con los ojos ahora llenos de lágrimas, volteó a ver a su madre, quien también le sonreía—, fue el peor día de mi vida. Aunque todos creían que el mundo se había salvado, yo sentí como el mío se caía a pedazos. No pude comer ni dormir bien durante días… ¿Cómo hacerlo si mi bebé ya no estaba?... Quería morir, Ash. Quería darme prisa y perder la vida fuera de la forma que fuera. Quería venir contigo, pues aunque sabía que estabas junto al profesor, no podía aguantar el pensamiento de saber que tenías que soportar tanto… Que tenías que lidiar con el hecho de que tu amor no sería posible; de que tus sueños nunca serían realidad… Y cuando finalmente morí, no fue para nada como lo creía. No me recibiste con un abrazo y un beso como imaginé… Me recibiste entre lágrimas y gritos de desesperación así como a Red y a Yellow… Querías que viviera. Tú querías que viviera hasta que el mundo decidiera reclamar mi alma… Y yo siento lo mismo, Ash. Quiero que tú tengas la oportunidad de vivir hasta que la naturaleza dicte que tú hora llegó… Eso es lo que quiero para mi bebé…, para mis bebés…
—Y dado que yo no tengo la oportunidad, tú deberías aprovechar la tuya, Ash— Red nunca le había dejado de sonreír—. Cumple el deseo de mamá, niño cabezón.
Ash apretó con fuerza los puños y bajó la mirada. Las lágrimas salían de sus ojos.
—¡Lillie está esperándote ahí, Ash!— sintió una fuerte palmada en la espalda. Cuando se giró, encontró el sonriente rostro de Paku— ¡Siempre supe que ustedes dos terminarían juntos, así que no me decepciones de nuevo y de verdad cásate con ella!
Sintió como su tristeza aumentaba. Él sabía que Paku también quería la oportunidad que él estaba recibiendo…
—Esto que voy a pedir podrá ser egoísta, Ash…— al escuchar la voz de Hala, se volteó rápidamente. Ahí estaban él, su esposa Aolani y Hal. Los tres parecían tener la misma edad biológica, pero cronológicamente era otra historia— Pero te lo ruego… Si existe aunque sea una línea de tiempo en la que mi Hau no tenga que llevar el peso que está llevando…, por favor, hazla realidad…
En el rostro de Ash se veía como él claramente estaba conteniendo las ganas de romper en llanto.
—Hapu de verdad quería esa Liga Pokémon…— escuchó hablar a un hombre. Volteó a verlo de inmediato, topándose con un adulto moreno y fornido de casi el metro noventa. Su pelo, corto y oscuro, estaba siendo revuelto por su mano— ¿Crees que podrías hacer que funcionara para ella?
—Señor… Sofu'u…
—¿Recuerdas lo mucho que dijiste que apreciabas a Gladio?— Amapola habló a un lado suyo— Entonces te lo pido… Crea un futuro donde pueda vivir una vida brillante…
—Oye, Ash. No has olvidado cuando di mi vida para salvar la tuya, ¿no?— Ash miró hacia Álvaro, el guardia de seguridad que había sido asesinado en su lugar— ¡Si tienes la oportunidad, vive! ¡Piensa en eso como una forma de pagarme el favor que me debes!
—Hoja… Después de tu muerte, la vida de Hoja ya no fue lo mismo— Ash se giró hacia Toucannon, quien veía a la lejanía—. Prometiste hacerlo fuerte por mí. Cumple tu promesa aunque tenga que ser en una línea del tiempo diferente o lo que sea.
—Por favor… Si puedes evitar el dolor que mi hijo sufrió al perderte, entonces hazlo— Stoutland lo miraba desde abajo—. Vive por ti y por él.
Sintió un golpecito en el pecho. Ahí estaba Zoe, sonriéndole.
—¡Mi amorcito dio su último aliento para enviarte un regalo! ¡Incluso si tiene que ser en otra línea del tiempo, asegúrate de recibirlo!— le dijo, cruzándose de brazos y riéndose.
—Esta es una de las primeras veces que estoy de acuerdo con Zoe— asintió Darius. Él también le sonreía.
—Esto no es solo por tu vida. Piensa que también puedes salvar la mía, aunque sea de otra línea de tiempo— Tapu Koko volaba frente a él, mirándolo fijamente a los ojos.
Entonces, más y más personas aparecieron ante él. Los Oricorio de los Jardines de Melemele. Reclutas de Aether y entrenadores que habían prestado su servicio en la guerra. Dos reclutas Skull a los que conocía bien. La madre de cierta amiga suya que pertenecía al Team Rocket. Lucario y Sir Aaron. Latios. El propio Absol de Joey. Los padres de Nanu. El padre de Lana. Los abuelos maternos de Lillie y Gladio. Los abuelos de Kiawe. Los Representantes y Flautistas originales. Había tanta gente diciéndole que viviera que Ash simplemente dejó de ser capaz de procesarlo.
—Tengo una posible solución— escuchó hablar a Arceus. Volteó a verlo, tratando de secarse las lágrimas sin éxito alguno—. Tus familiares y seres queridos podrían tardar un poco en volver a verte, pero no dejarían de hacerlo por completo.
—T-Te… escucho…— murmuró Ketchum, sin dejar de llorar.
—Puedo crear un sustituto tuyo. Una especie de réplica que contendría tu esencia original, tus recuerdos y todo lo que te hace ser tú. En otras palabras…
—¿Un duplicado?...
El Dios Pokémon asintió.
—Un duplicado de tu alma es algo que puedo hacer… Pero necesito un poco de tiempo y también necesito un recipiente para mantenerte sellado.
—¿Cuánto tiempo y… cómo que un recipiente?...— las sonrisas de sus seres queridos y amigos hicieron que Ash comenzara a tranquilizarse.
—En cuanto al tiempo, depende de la cantidad de tu esencia que tome, pero calculo que aproximadamente más de un siglo— Ash se sobresaltó al escuchar eso—. También dependerá de la velocidad y el grado de detalle que ponga en el duplicado. Es una labor realmente complicada por lo que no se puede tomar a la ligera. Sobre el recipiente… — Arceus extendió sus manos. En la derecha apareció un Ash versión miniatura y en otra, una especie de niebla azulada que flotaba sobre su palma— Piensa en tu alma como un gas. Dicho gas puede ser puesto en un recipiente y dicho recipiente sería tu cuerpo. Todas las almas van a la tierra con uno por defecto que es creado mediante la gestación. Este está hecho especialmente para contener tu alma y no puede crearse uno igual a otro que ya fue hecho. Nunca.
Ash se vio pensativo.
—¿Qué es lo que podría funcionar como recipiente?...
—¿Recuerdas lo que te dije antes? Que dos almas no pueden existir en el mismo espacio y tiempo— Ash asintió—. Bueno, dado que todos los otros Ash que existen en las diferentes líneas de tiempo de nuestra realidad tienen la misma alma que tú, entonces ninguno de ellos sirve.
—Entonces…
—Y ahí es donde entra lo de "de nuestra realidad"— el Ash miniatura y el gas azulado desaparecieron de las manos de Arceus y en el cielo, creó dos líneas paralelas que se extendían hacia el infinito pero sin tocarse nunca—. Esto podría ser algo difícil de entender para ti pero haz tu mejor esfuerzo.
Ash y todos los que estaban ahí para darle su apoyo, escucharon atentamente la explicación de Arceus. Solo unos pocos parecían haber entendido lo suficiente como para mostrarse realmente interesados, entre ellos, el profesor Oak.
—Creo que… entiendo…
—¿En serio?
—… No…
—Lo suponía… De cualquier manera lo único que necesito que entiendas es que los Ash que existen en otras realidades tienen un cuerpo idéntico al tuyo, por lo que pueden contenerte. Además de eso, su alma no es la misma que la tuya; son parecidas, pero no son la misma, por lo que no habría problema alguno con las reglas primordiales.
Ash se rascó la cabeza, confundido.
—¿No sería más fácil solo mandarme a una línea de tiempo en la que no existo?...— preguntó, ladeando un poco la cabeza.
Arceus negó.
—El único motivo por el que habías podido viajar en el tiempo en ocasiones era porque tenías un cuerpo. Si te envío a un mundo distinto en el que simplemente no existes, tendría que dejar tu alma vagando por el lugar por casi un siglo y eso no es algo que pueda permitir. No puedo arriesgarme a que algo te pase en ese tiempo— respondió, cruzándose de brazos.
—Esto es demasiado complejo…— murmuró Ketchum, rascándose la nuca.
—Es lo que tiene hacer el duplicado de tu alma. Incluso para mí, esto es un evento increíblemente raro y solo he tenido que hacerlo en una ocasión antes de esta— Ash sintió un poco de curiosidad por eso pero no indagó más—. Originalmente mi objetivo solo era lanzarte a ese punto del pasado y con eso sería suficiente pero ya que eres tan terco…
Ash asintió rápidamente.
—¡Y-Y lo agradezco muchísimo, en serio! ¡De verdad aprecio las molestias!— dijo, un tanto exaltado— Pero cuando me lleves al cuerpo de ese otro Ash… ¿Qué va a pasar conmigo?... ¿Estaré en su cuerpo el siglo entero que tardes en hacer el duplicado?... Y ahora que lo pienso, un siglo es…
—No te lo explicaré con detalle porque no lo entenderías pero te aseguro que, para cuando yo termine el duplicado de tu alma, para ti solo habrán pasado unos pocos minutos y si tienes mala suerte, tal vez sean unos cuantos días— Arceus miró hacia un punto desconocido. Ash miró en la misma dirección y no vio nada—. En cuanto a tu pregunta. Tu alma quedará en un estado de hibernación en el momento en el que entres a su cuerpo. Podrás pensar de vez en cuando, pero básicamente será como si estuvieses atrapado en una celda de confinamiento. No podrás controlar el cuerpo de ese otro Ash ni nada por el estilo.
—¿Y cómo me sacarás de esa "celda"?— cuestionó, curioso.
—Ya que estaremos en otra realidad que no es la nuestra, mi poder se verá drásticamente reducido. Para poder separar tu alma del cuerpo del otro Ash, entonces él deberá ser consciente de esta conversación.
Ketchum arqueó una ceja, ahora confundido.
—No… entiendo…
—Cuando te introduzca en el cuerpo del Ash que funcione como tu recipiente, sus almas, al ser tan parecidas, se "unirán". Dicha unión será débil y puede ser rota con facilidad. El único problema es que encontrarla no es una tarea sencilla pues para que el otro Ash sea consciente de la unión, tiene que saber que hay dos almas coexistiendo en su cuerpo. Solo al saber eso podrá ser capaz de distinguir su alma de la tuya y cuando lo haga, la unión se romperá y dado que ya no te verás atado a su alma podré extraerte de su cuerpo.
—Entiendo eso, pero ¿por qué tiene que recordar la conversación que estamos teniendo ahora mismo? ¿No sería más fácil si aparecieras ante él y le dijeras que estoy dentro de su cuerpo?— interrogó, frunciendo un poco el ceño.
—No es tan sencillo. Si se lo digo yo o se lo dice alguien más podría no funcionar; incluso podría haber graves consecuencias. Él tiene que recordar por sí mismo. Él tiene que creer que de verdad dos almas existen dentro de su cuerpo.
—¿Graves consecuencias?... ¿C-Cómo cuáles?...— el rostro de Ketchum mostró un claro nerviosismo.
Arceus hizo aparecer de nuevo la niebla azulada solo que esta vez, también apareció una celeste.
—Empecemos con lo más básico. Imagina que yo simplemente voy y le digo a ese Ash que, dentro de su cuerpo, existen dos almas. Habría dos posibilidades. La primera es que simplemente no me crea e ignore lo que le dije. La segunda y la más peligrosa es que sí lo haga— de pronto, la niebla azulada y la celeste comenzaron a girar en torno a la otra, como si estuvieran bailando o algo parecido—. Al ser espontáneamente informado de que dos almas coexisten en su interior, el shock natural podría ser tan fuerte que existe la posibilidad de que ese Ash presente secuelas permanentes. También está la posibilidad de que tu alma y la suya colisionen entre sí, causando que se fusionen y, al ser almas distintas, se destruyan a la par o que, por otro lado, una destruya a la otra— la niebla azulada terminó por consumir y desaparecer a la celeste—. Tengo el ojo puesto sobre cierta realidad y dado que si la elijo, tú serías más experimentada y fuerte que él, terminarías destruyendo su alma y por ende, ganando el control de su cuerpo. Es por ello que, al recordar esta conversación, su alma asimilará tus propias memorias de forma instintiva, haciendo que sea capaz de resistir cualquier efecto negativo que pueda presentarse.
Ash tragó saliva con fuerza y todos notaron como su rostro se había llenado de duda. Todos sabían que él nunca pondría en riesgo otra vida solo para hacer algo que le beneficiara.
—Te sugeriría que no pienses demasiado en ello. Si de verdad te preocupa que alguien pueda decirle algo, entonces tu alma debería emitir inconscientemente una alerta en cuanto sientas que está en peligro— Arceus lo miró directamente a los ojos e hizo desaparecer la niebla azulada.
Ketchum frunció un poco el ceño.
—¿Estás… seguro de eso?...— le preguntó, desconfiado.
Arceus asintió.
—Pudiste distorsionar mi ilusión solamente con el deseo de tu corazón. Claramente podrás proteger a ese otro Ash sin problema alguno— aseguró.
El azabache también se le quedó mirando fijamente a los ojos y tras algunos segundos, asintió.
—Entiendo…
—Entonces, hablando ahora sobre la forma en la que el otro Ash recordará esta conversación…— Arceus volvió a mirar hacia un punto desconocido— Ya que como bien dije antes, tu alma y la suya estarán unidas, podrán acceder a los recuerdos del otro solo que de diferentes maneras. Como tú estarás en un estado de reposo todo el tiempo y serás consciente de que estás junto a él, podrás ver todas sus memorias libremente. Él, por otro lado, solo podrá acceder a tus recuerdos de forma involuntaria.
—¿Será como una especie de deja vú?— preguntó Ketchum tras reflexionarlo un poco.
—Preferiría verlo como una relación de estímulo/respuesta. Al vivir experiencias similares a las que tú viviste, entonces él podría acceder a tus recuerdos— Arceus dirigió su mirada esta vez hacia él—. Aunque claro, no pueden ser experiencias cotidianas; tienen que tener cierto peso o relevancia. El recuerdo de ti respirando, por ejemplo, no impactaría lo suficiente en su alma como para que llegue a su mente.
—Bueno, creo que también entiendo eso. Al menos un poco
—También debo advertirte que si ese Ash no se interesa en recordar esta conversación, entonces yo no podré hacer nada. Te quedarás atrapado en su cuerpo hasta el día que él muera.
El ceño de Ash se frunció y entonces, asintió. Que Arceus le explicara la existencia de dicha posibilidad era algo que él de verdad agradecía.
—Digamos que por ejemplo, ese Ash va a la Oficina de Turismo de Hau'oli— Arceus asintió, indicándole que procediera—. ¿Entonces él vería el recuerdo de cuando conocí a Lillie?
—Si es un recuerdo realmente significativo para ti, sí.
Ash se cruzó de brazos.
—Y él tiene que recordar esta conversación, ¿cierto?— preguntó, recibiendo un asentimiento en señal de confirmación— ¿Pero cómo lo hará? Quiero decir, no es como que pueda visitar la otra vida o que pueda encontrarse contigo fácilmente…
—Recuerda que no necesariamente tiene que visitar lugares o ver seres vivos. Cualquier tipo de persona sirve— Arceus hizo aparecer un Glalie en miniatura—. Imagina que ve un Glalie. Él podría recordar una de las ocasiones en las que observaste a tu Glalie desde aquí. Por lo que tengo entendido, miras mucho hacia abajo.
Ash no pudo decir nada para negar eso.
—Imagina también que entre a un lugar oscuro. Todavía albergas un poco de miedo hacia la oscuridad, ¿no es así?— Ash asintió, un tanto molesto al recordar los remanentes de su nictofobia— La última vez que viste la oscuridad fue momentos antes de llegar aquí. Si se adentrara en la oscuridad, podría recordar ese momento también— Arceus dejó de hablar y se le quedó mirando fijamente—. Te he dado todos los datos esenciales. No seguiré hablando de los detalles hasta que me confirmes tu participación.
Ash se sorprendió por lo repentino que había sido pero supo que Arceus tenía razón. Era inútil que planearan todo si ni siquiera iba a participar.
Se quedó pensativo por un momento y luego, miró a su alrededor. Ninguno de sus familiares o amigos hablaba. Todos ellos lo veían fijamente, sonriendo. Eran sonrisas que le decían: "Vamos, solo vete":
—Después de todo, ¿qué son cien años en este lugar?— le preguntó Amber, riéndose.
Cerró los ojos con fuerza y entonces, miró a Arceus.
—¿Puedes jurármelo?... ¿Puedes jurarme que siempre estará ahí para ellos?...
—Puedo jurarlo, pero como tal eso no depende de mí. El duplicado de tu alma será un ente autónomo que será capaz de tomar sus propias decisiones. Eso sí, ya que será literalmente tú, actuará de la forma que tú lo haces.
Ash asintió.
—Entonces siempre estará junto a ellos— dijo, sonriendo ampliamente.
—Dicho eso, ¿puedo confirmar tu participación?— interrogó Arceus, mirándolo con seriedad.
Ash se le quedó viendo un momento y entonces, suspiró.
—Sí. Decido vivir— Arceus estuvo a punto de hablar cuando Ash lo interrumpió— ¡PERO! Debes hacer primero el duplicado de mi alma antes de enviarme al pasado. ¡Y cuando termines el duplicado de mi alma y vayas a recogerme a la otra realidad, quiero que me prometas que me dirás qué fue lo que pasó con todos!
Arceus se le quedó viendo, suspiró y luego, sonrió un poco.
—¿Por qué crees que no sugerí hacer eso?— le preguntó, cruzándose de brazos— Pude haberte enviado al pasado y al mismo tiempo hacer el duplicado, pero soy consciente del tipo de persona que eres. No te habría gustado la idea de ser feliz antes de que tu familia tuviera a tu reemplazo con ellos, ¿verdad?
—¡Exacto!
Arceus volvió a suspirar.
—Pareciera que de verdad te estás empeñando en hacer las cosas más complicadas…— y tras decir eso, asintió— Te lo prometo. Serás el primero y posiblemente el único al que le cuente todo.
Ash entonces sonrió ampliamente.
—¡Te lo agradezco! Entonces ahora…
—No. Antes de continuar, necesito que hagas lo que necesites hacer— Ketchum se sorprendió al escuchar eso—. Despídete de quien debas despedirte, come lo que tengas que comer y piensa lo que tengas que pensar. Necesitamos movernos mientras planeamos y aquí no lo haremos.
Los ojos de Ash perdieron parte de su brillo y entonces, apretó fuertemente los puños. Levantó la cabeza y todos pudieron ver su sonrisa.
—¡E-Entonces, me voy yendo, chicos!— les dijo, extendiendo sus brazos hacia los costados— ¡Realmente disfruté muchísimo el tiempo que pasé aquí junto a ustedes, puede que crean que no porque siempre estaba mirando a la tierra, pero de verdad lo hice! ¡Me encantó pasar tiempo con mi familia, conocer mejor a personas y Pokémon que no pude conocer tan bien, así como hacer nuevas amistades con algunos de ustedes! ¡No importa al lugar al que vaya ahora, tengo la esperanza de que definitivamente los volveré a encontrar a todos y bueno, ustedes podrán volver a verme en unos cien años!— dejó salir una carcajada— Esto… ¡Juro que de verdad me esforzaré por vivir! ¡Haré todo lo que esté en mis manos por crear un mundo mejor! ¡Voy a cuidar de Lillie, de Hau, de Gladio, de Decidueye, de Incineroar, del señor Yukinari, de Gary, de Daisy, de Lana, de Kiawe, Kea y Omaha, también del señor Nanu, de Acerola, de Elio y de Selene, de Brock, de Iris, de…!— rio de forma nerviosa— ¡C-Conocí a muchísima gente aquí! ¡Y-Yo no esperaba ser… tan afortunado! ¡Yo…! ¡Yo de verdad…! Guh… ¡Muchas gracias! ¡Muchísimas gracias!
Sintió como era abrazado por un montón de personas y entonces, su rostro fue levantado. Con los ojos llenos de lágrimas vio a una mujer realmente parecida a su madre solo que ella tenía el pelo corto.
—Abuela Hana…— murmuró, entrecerrando los ojos al ver la dulce sonrisa de la mujer.
—Sin importar lo que pase… no te conviertas en una basura como tu padre y tu abuelo, ¿sí, cariño?— le dijo, acariciando su rostro.
Ash se rio y entonces, asintió.
—¡T-Te lo juro! ¡Mis hijos serán mi mayor prioridad, antes que las aventuras, los combates o los Pokémon! ¡A mi esposa…! ¡No! ¡A Lillie! ¡Protegeré a Lillie con todo mi ser y con todas mis fuerzas! ¡Amaré y veré siempre por mi familia, tal como tú, mamá, el profesor Oak, Red y Yellow siempre lo hicieron!
Vio las sonrisas de su familia y entonces, no pudo evitar caminar hacia ellos.
—Red, Yellow… Juro que cuidaré por siempre de Amber— miró a la mencionada, quien le devolvió una sonrisa tan grande como las que siempre hacían él y Red— No dejaré que mueran. Definitivamente no lo permitiré… ¡Y Red! ¡Yo… Yo definitivamente voy a derrotarte! ¡Te venceré a ti y luego a Cynthia! ¡Me convertiré en el entrenador más fuerte del mundo y de la historia! ¡Ya lo verás!
Red abrió la boca para decir algo pero un sollozo lo interrumpió.
—Y-Yo sé que sí… Sé que lo harás, Ash…— le dijo, dándole su mejor sonrisa. Lo abrazó con fuerza y tras casi medio minuto en el que Ash también le correspondió el gesto, se separaron.
Tras mirarse una vez más, se dieron la mano y asintieron.
—Te deseamos la mejor de las suertes, Ash— le dijo Yellow, también lagrimeando.
—¡Ve y patéale el trasero al mundo, tío!— exclamó Amber, secándose las lágrimas que caían por sus mejillas.
Ash les levantó el pulgar a las dos y les sonrió.
—Profesor Oak… Yo de verdad quiero…
—Solo… ven aquí, muchacho— Samuel lo jaló hacia él y lo envolvió entre sus brazos—. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que abracé así a mi nieto…
Ketchum asintió.
—Desde que llegue aquí…— murmuró.
—Y ahora te vas. No hay nada que me haga más feliz que eso— le aseguró.
Siguieron abrazados durante un rato más y entonces, se separaron. Ash vio a Matsuko, la esposa del profesor y también le sonrió. Ella le devolvió la sonrisa.
Y entonces, pasó al último miembro de su familia.
—Mamá— al escucharlo llamarla, Delia no pudo evitar derramar lágrimas al instante—. Lamento mucho tener que dejarte otra vez, pero te juro que volverás a verme. Antes de que te des cuenta, estaré aquí… Yo… Cumpliré tu…
El repentino abrazo de Delia lo interrumpió. Ash simplemente pudo sonreír y devolverle el abrazo.
—Forma la familia que quieras formar. Ama a quien quieras amar. Sueña lo que quieras soñar y por sobretodo, vive como quieras vivir…— acarició su cabello con ternura— Mi bebé…
Ash apretó con un poco más de fuerza a su madre y luego, le dio un beso en la mejilla.
—Voy a ser un Maestro Pokémon, te lo aseguro.
Sin dejar de llorar, Delia asintió.
—Lo sé.
Ash miró sus manos y luego a su familia.
—Entonces..., me voy yendo— les dijo, retrocediendo unos cuantos pasos.
—Que te vaya bien— le dijeron al unísono, conteniendo el llanto lo mejor que pudieron.
Antes de llegar hacia donde estaba Arceus, Ash se detuvo. Miró hacia su derecha y sonrió.
—Voy a darte la respuesta que querías escuchar desde un principio, Joey— le dijo al niño, quien lo veía con una sonrisa mientras estaba cruzado de brazos.
—Déjame oírla.
Ash cerró los ojos y entonces, con determinación los abrió.
—Por supuesto que no.
Joey se rio un poco y entonces, negó con la cabeza.
—Vamos, vete de aquí— le dijo, subiéndose a la espalda de Absol.
—¡Sí!— mientras avanzaba hacia Arceus, Ash subió sus manos al aire y comenzó a agitarlas— ¡Adiós a todos! ¡Muchas gracias por darme la oportunidad de vivir! ¡Gracias por ser mis amigos! ¡Gracias por quererme!
Al mismo tiempo, en el pico de aquella montaña nevada, se escucharon montones de gritos que resonaron como uno solo.
—¡CUÍDATE!
Y de un momento a otro, todo lo que estaba a su alrededor desapareció.
Arceus lo había sujetado por un hombro, llevándolo a un lugar desconocido. Estaban en una habitación completamente blanca, llena de nada y vacía de todo.
Ash vio con tristeza que los había dejado atrás a todos pero supo que no podía arrepentirse. Iba a vivir por todos los que no podían hacerlo.
—¿Qué es este lugar?— le preguntó a Arceus, quien había vuelto a su forma original antes de que se diera cuenta.
—Mis aposentos. No le des importancia— le dijo, alejándose un poco de él—. Ahora, sobre los detalles…
—Estábamos hablando sobre una forma de hacer que el otro Ash recuerde nuestra conversación… ¿Qué podríamos hacer?— le preguntó a Arceus, cruzándose de brazos y tratando de despejar su mente.
—Necesitamos algo— Ash lo miró con una ceja arqueada. Era obvio que necesitaban algo—. Algo en particular que haga que ese Ash recuerde. Una palabra clave, un lugar, una persona; lo que sea. Debe de ser algo que exista en ambas realidades; algo que guarde significado para los dos.
Ash se llevó una mano al mentón.
—Debe existir en ambas… Algo que tenga significado para los dos…— repitió— Espera, ¿por qué tiene que guardar significado para los dos?
—Para crear un impacto más fuerte. Algo que nos garantice que recordará sí o sí— respondió.
Ash asintió y luego comenzó a pensar en cualquier cosa que se le viniera a la mente. Fue luego de un par de segundos que Arceus pareció llegar a una solución.
—Tengo una forma. Una forma de hacer que ese Ash recuerde nuestra conversación.
—¡Oh, ¿en serio?! ¿Vamos a usar una palabra, un lugar o una persona?— Ash se veía claramente interesado y se interesó todavía más con la respuesta de Arceus.
—Todas ellas— Ketchum guardó silencio, esperando que continuara—. Tenemos que visitar a cierta persona que se encontrará en un lugar específico. Dicha persona te dirá unas palabras clave. Una vez que te transporte hacia el cuerpo de ese Ash, haremos que él se encuentre con la persona específica en el lugar específico y que esta le diga las palabras específicas.
Ash se mareó un poco. No había entendido del todo bien, pero…
—Antes de entrar en detalles, déjame contarte sobre la realidad y el Ash en específico en el que me fijé— Arceus hizo aparecer entre todo el blanco de sus aposentos una especie de pantalla que mostró una gran cantidad de imágenes. Era Ash, solo que de niño—. Este es Ash Ketchum de pueblo Paleta. Tiene diez años.
—Ohhh… Una versión joven de mí, ¿eh?...
—Todas las aventuras que tú has vivido...
—Ajá.
—Él las vivió en menos de un año.
—… ¿Eh?
—De alguna manera que no alcanzo a comprender del todo, el viaje que a ti te tomó seis años hacer, él lo hizo en menos de un año.
—Viajó por Kanto, las Islas Naranja, Johto, Hoenn, la Batalla de la Frontera, Sinnoh, Unova, las islas Decolora, Kalos y Alola en… ¿menos de un año?— Ash se talló los ojos y entonces, miró atentamente a su versión infantil— ¡¿EHHHHHHHHHHHHHHH?!
—Con una gran diferencia— Arceus volteó a ver al incrédulo Ash—. Su estadía en Alola y la tuya fueron completamente diferentes. En su mundo, no existen los Capitanes y tampoco existen las Familias Fundadoras. En su paso por Alola fue estudiante de la Escuela Pokémon y ahí, hizo grandes amigos. Sus compañeros más cercanos ahí fueron Kiawe, Chris, Lana, Mallow y Lillie. Además del hecho de que vivió junto a Kukui y Burnet. Hay más cosas en las que se diferencia su viaje por Alola del tuyo pero no son de mención relevante.
Ash miraba fijamente a su versión de otro mundo. Estaba realmente sorprendido por lo que había escuchado pero lo que más calaba en su mente era que, con solo diez años, hubiese hecho todas esas cosas.
—Supongo que con lo que acabo de decir, te habrás dado cuenta de la persona que tengo en mente.
Ketchum se sobresaltó y asintió rápidamente.
—¡A-Ah, sí, claro que sí, por supuesto que lo sé!... No, disculpa, la verdad me perdí en mis pensamientos— se reverenció ante Arceus, realmente apenado. Lo escuchó suspirar y lentamente, subió la mirada.
—Hablo de Lillie Aether— Ketchum se sorprendió enormemente—. En el mundo de ese Ash, ella es una persona muy especial para él. En nuestro mundo, luego de tu familia, ella era la persona más especial para ti. ¿Entiendes a dónde quiero llegar?
Ash asintió y luego, bajó la mirada.
—Sí…
—No podemos usar a ninguno de tus familiares porque todos ellos han muerto en nuestro mundo y necesitamos crear un recuerdo en el que dicha persona se encuentre en un lugar específico que ese Ash pueda visitar— explicó Arceus, como si todavía tuviera sospechas de que Ash no lo había comprendido.
—Sí, no puede ser nada más… O más bien, no puede ser nadie más… Mi persona más especial. La mujer a la que más amo luego de a mamá, Amber y la abuela Hana…
Arceus asintió.
—Debe ser ella. Tiene que ser Lillie. Pero antes de eso…
—¿Antes de eso?...
—Antes hay que discutir el plan de acción. Escucha bien, Ash. Si queremos hacer que la revelación de que hay dos almas coexistiendo en su cuerpo sea más suave y fácil de digerir para el otro Ash, entonces debemos preparar un camino— comenzó a explicar. Ash se quedó en silencio, en señal de que continuara—. Si dejamos una serie de recuerdos específicos para que el otro Ash busque, entonces podré dejar en ellos partes de esta conversación. Partes clave que sirvan para despertar en él la sospecha de que algo no está bien. Partes que le permitan deducir por sí mismo que hay algo en su interior de lo que no es completamente consciente. Sin mencionar que ver tus recuerdos, por sí solo, ya lo hará sospechar. Una vez que el otro Ash haya seguido todo el recorrido de recuerdos, utilizaremos la carta de triunfo. Haremos que se reúna con la Lillie de su mundo en el lugar correcto y que esta le diga las palabras concretas.
—¡Espera! ¡¿También involucraremos a su Lillie?!— preguntó, sorprendido. Arceus asintió.
—Es parte clave del plan. Si ella no se reúne con él y no cumple con las condiciones adecuadas, entonces no podríamos obtener el máximo impacto que nos garantice el resultado deseado— respondió.
—¿Y cómo vamos a hacer que ella coopere? A mí me vas a meter en el cuerpo del otro Ash pero Lillie…
—Discutiremos la participación de la otra Lillie en un momento, antes tenemos que hablar sobre los recuerdos que utilizaremos para el recorrido.
Con un mal sabor de boca, Ash accedió a cambiar el tema.
—Bueno… Supongo que podríamos usar lugares en los que viví momentos muy especiales con Lillie. Lugares de Alola que el otro Ash pueda visitar…, o bueno, lugares que al menos se les parezcan.
—Esa es una buena forma de pensar. No sabemos qué tan cambiada esté la Alola de esa realidad, por lo que no seas demasiado quisquilloso con el parentesco de las localizaciones.
—Aunque me digas eso, ¿no se supone que yo voy a estar hibernando?…
—Solo no seas quisquilloso.
—A la orden…— Ash se rindió. Aunque no sabía cómo lo haría, intentaría obedecer a Arceus.
—Además de tu idea, me gustaría sugerir una propia— Ash despejó su cabeza y miró a Arceus—. Sugiero que se utilicen recuerdos en los que también sea mencionado mi nombre. De esa forma, el otro Ash podría intuir que yo estoy relacionado con todo este asunto y así, hacerse a una idea de la naturaleza del conflicto. Seguramente ha pasado un tiempo desde que escuchó mi voz, por lo que escuchar mi nombre en cada uno de los recuerdos tal vez lo haga sacar la relación entre ambas cosas.
Ash asintió y luego, se quitó la gorra, la cual desapareció.
—Bueno, adelante…
—¿Qué estás haciendo?
—Vas a escanear todos mis recuerdos en busca de alguno que cumpla las condiciones, ¿cierto?— preguntó, arqueando una ceja.
—Sí, pero no sabía que conocías el proceso.
Ash rio, nervioso.
—Bueno, digamos que lo adiviné...
Arceus cerró los ojos y entonces, los abrió.
—Listo. Elegí los que creo más convenientes y añadí pedazos de la conversación que hemos tenido hasta el momento— once imágenes aparecieron flotando alrededor del inmenso blanco que los rodeaba—. Obsérvalos y dime tus opiniones.
—Eso haré— dijo Ash, fijándose en el primer recuerdo.
Fue reproduciendo los recuerdos como si se tratasen de simples vídeos. Todos ellos se veían bastante bien y no pudo evitar sonreír al recordarlos… Eso fue hasta que llegó a uno en específico.
—¡NO, NO, NO, NO!— con el rostro realmente colorado y los ojos abiertos de par en par, miró a Arceus— ¡No puedes enseñarle esto a un niño! ¡Imposible, y mucho menos a mi yo de diez años! ¡Escoge otro recuerdo!
—Me niego. Ese recuerdo es más que apto para la situación actual y además, no le veo lo malo. Es a esa edad que los niños comienzan a ser educados formalmente sobre la sexualidad y ver a dos adolescentes ejerciéndola no es nada sorprendente o de otro mundo— Arceus no parecía comprender la urgencia de Ash.
—¡S-Sí, quiero decir, es lo normal que empiecen a enseñarles a esa edad, pero no hay forma de que ese Ash lo sepa y menos considerando que tiene diez años!— trató de explicar, visiblemente exaltado— ¡Yo acabo de comprender todas esas cosas hasta hace realmente poco, cuando Yellow, Red y mamá le enseñaron sobre eso a Amber! ¡Y Amber ya parecía tener como quince años en ese momento!
Arceus suspiró y luego, miró de forma autoritaria a Ash.
—No hagas esto más difícil de lo que ya es. Este recuerdo fue elegido según mi criterio y mi criterio debe de ser respetado. No dejaré que me hagas elegir un recuerdo de peor calidad solo por tus opiniones sin fundamento— le dijo, haciendo que Ketchum se encorvara.
Tras unos segundos, suspiró.
—Bien…
—Bueno, entonces ahora es momento de que te encuentres con Lillie— Ash rápidamente se enderezó al escuchar eso—. Dejaré que ustedes discutan el lugar y las palabras que utilizarán. Luego de eso intervendré yo para discutir la forma en la que haremos colaborar a la otra Lillie. ¿Preparado? Aquí…
—¡ESPERA!— el grito de Ash confundió a Arceus— ¡¿De verdad puedes hacer eso?! ¡¿De verdad puedes hacer que vaya a la tierra?!
—Por supuesto que puedo. Conozco tu situación y no es algo que no pueda solucionar con un poco de esfuerzo. Entonces, si no tienes más preguntas…
—¡N-No, espera!
—¿Ahora qué?— preguntó Arceus, un poco irritado por todas las interrupciones.
—¡Y-Yo…! Solo… déjame prepararme mentalmente… Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que vi a Lillie en persona y… no creo que esté muy contenta cuando nos encontremos de nuevo…
Arceus lo miró fijamente y luego, asintió.
—Entiendo. No tardes más de lo debido.
Ash se llevó una mano al pecho y entonces, tomó aire. Con los ojos cerrados, parecía estarse tranquilizando a sí mismo.
—Yo…— habló tras un tiempo. Minutos, segundos u horas, quién sabe cuánto tiempo se tardó— Está bien… Hagamos esto.
—Bien.
Y entonces, la habitación en blanco perdió a los dos únicos habitantes que había en su interior.
—¿Dónde está?... Vamos, ¿dónde está?... ¡Es solo una jodida célula cancerosa, no puede ser tan difícil de encontrar!— al decir eso se apartó del microscopio que estaba utilizando y se llevó las manos a la cabeza— ¿Qué diablos pasa con este colorante? Estoy segura de que utilicé el…— revisó una pequeña botellita de vidrio en la cual había un líquido oscuro. Leyó la etiqueta, abriendo los ojos de par en par— ¡¿azul de metileno?!— exclamó, dejando salir un fuerte suspiro. Tras dejar la botella en la mesa, quitó la placa del microscopio— En serio necesito dormir, cada día mi cerebro carbura menos… Mira que confundir de esa manera los colorantes…
Se sentó en su silla y se recargó lo más que pudo en esta.
—Mi hermano de verdad se está tardando una jodida eternidad en volver de Kanto… Visitar una tumba tampoco es tan tardado, ¿sabes?— hizo girar su silla— Dijo que me traería una muestra del Munchlax que atrapó… Un Munchlax que corre a la velocidad de un Lycanroc… Eso definitivamente no es normal— extendió sus brazos hacia arriba y tras unos segundos, abrió un cajón de su escritorio, sacando una bolsa cuyo contenido era un sándwich partido en triángulos— ¡Ah, carajo! ¡Los guantes!
Con rapidez soltó la bolsa con su almuerzo y se quitó ambos guantes de látex, arrojándolos hacia una bolsa de basura roja en la cual también tiró la placa de vidrio. Se acercó con rapidez a un fregadero cercano y se lavó las manos a profundidad. Miró con resignación la bolsa de su sándwich.
—Contaminada…— murmuró, tomándola con unas pinzas y arrojándola también a la bolsa roja— Mierda, ese era el último… No quería tener que hablar con mamá o papá hasta mañana... Qué remedio…
Con las manos en la bata de laboratorio, caminó hacia un botón cercano y lo presionó. Tras unos segundos, se escuchó una voz.
—¡A-Ah, Lillie, hija! ¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?— escuchó hablar a una voz masculina. Sonaba nervioso.
—Ah, así que hoy eres tú— se rascó la mejilla. Parecía incómoda—. Me quedé sin comida. Manda más, por favor.
—¡Claro, Lillie!... E-Esto… sobre lo que te habló tu madre la otra vez, tú sabes, lo del…
—Ah, sí. El psicólogo, ¿verdad?— se cruzó de brazos. Tenía un rostro que mostraba un evidente fastidio— No irás a decirme también lo mismo, ¿verdad? Mamá tiene insistiéndome con la misma mierda como unos… seis años o algo así.
—En realidad…— la voz masculina tomó una pausa, un tanto indeciso— Lillie, creo que de verdad es hora de que aceptes la idea de tu madre... El estilo de vida que llevas no es nada sano y…
—Mira, Mohn, agradezco en serio la preocupación, pero mejor ahórratela, ¿sí? No necesito un psicólogo, terapeuta, loquero o lo que sea. ¿Sabes qué si necesito? ¡Comida! Así que si te dieras prisa…
—Lillie, te lo digo porque de verdad no quiero hacer nada que complique más nuestra relación, pero esto ya hace mucho tiempo que llegó a un límite. No quiero tener que derribar esa puerta y sacarte del…
—¡Ah, ¿quieres intentarlo?!— Lillie se apoyó sobre la mesa en la que estaba el botón, con una sonrisa desafiante que nadie podía ver— ¡Entonces te reto! ¡Vamos, derriba la puerta y arrástrame a un manicomio! ¡No es la primera vez que alguien lo intenta! ¡Solo te advierto que no te sorprendas cuando un Código Cero salte encima de ti!
—¡LILLIE!
—¡SOLO TRAE LA COMIDA O NO ME HAGAS PERDER EL TIEMPO, MOHN!— gritó con fuerza, volviendo a presionar el botón y cortando la comunicación— Olvidar a su maldita hija y luego querer actuar como un padre… ¿Quién se cree que es?— refunfuñó, caminando hacia su escritorio de nuevo y recargándose en él— Vamos, demuestra que eres un hombre y cumple tu palabra… Derriba esa puerta de un golpe, ¿o no eres capaz?… Darte esos aires de grandeza y luego no hacer lo que dices… Por favor…
Se quedó en silencio por unos cuantos minutos y entonces, suspiró.
—Esto es una pérdida de tiempo…— murmuró, poniéndose de pie otra vez— Si tengo tiempo para quejarme, tengo tiempo para crear un medicamento preventivo para el cáncer. Así que ánimo yo… ¡Tú puedes! Lilliesfuérzate y esas ridiculeces…
Se dio la vuelta hacia unos libreros en los que tenía ordenados varios documentos y se quedó congelada. Frente a dichos libreros había una persona a la que no había visto en muchísimo tiempo. Una persona que había muerto hacía… Curioso, justo se cumplían siete años.
Se talló los ojos y luego, se fijó bien.
—Sigue ahí… Ah, esto es malo… De verdad no estoy durmiendo bien…— murmuró, caminando por sus lentes y poniéndoselos— Sí, está justo ahí… Me mira con una cara de lástima y tristeza… Como si se sintiera mal por lo que soy hoy en día…
Y no se equivocaba. Ash tenía una mirada llena de tristeza en su rostro. No lástima. Tristeza.
—Lillie, yo…
—¡No, no, espera! ¿Por qué aparece ahora de repente? Después de siete años en los que rogué porque apareciera frente a mí… Siete años en los que lloré y supliqué por verlo de nuevo…— pareció comprender algo y chasqueó los dedos, señalándolo— ¡Ya recuerdo! ¡Le gustaba el número siete porque creía que daba buena suerte como las herraduras de Ponyta y las patas de Bunnelby!
—No… Elegí la habitación número seis porque no creía mucho en la suerte y porque era el número de Pokémon que puedes llevar en tu equipo…— corrigió y entonces, el librero que había a su lado se tambaleó violentamente.
Lillie había golpeado el librero con todas sus fuerzas, aprisionándolo entre ella y la madera.
—Gigantesco trozo de mierda…— lo miró con ojos llenos de ira y el ceño fuertemente fruncido— Eres el real… El mismo que no respondió a mis llamados y suplicas ni una sola vez… ¡Eres tú!
—Yo…
—Durante tanto tiempo… Había querido verte… desde hace tanto tiempo…— la mirada de Lillie se suavizó un poco y su labio inferior tembló.
—Lillie, de verdad te juro que…
—¡¿Por qué ahora?! ¡¿Por qué apareces ahora?!— le gritó, volviendo a lucir molesta— ¡Te esperé durante tanto tiempo! ¡Te anhelé durante años! ¡Sufrí por ti día y noche! ¡¿Por qué apareces ahora?! ¡¿Por qué me miras con lástima?! ¡¿Por qué no estás abrazándome y besándome?! ¡¿Por qué?! ¡¿POR QUÉ?!
El rostro de Ketchum se arrugó un poco. Parecía que iba a empezar a llorar en cualquier momento.
—De verdad quiero hacerlo… De verdad quiero tomar tu mano y besarte de nuevo, Lillie… Pero no puedo…— le dijo, poniendo la mano en su hombro. Lo atravesó— Porque estoy muerto…
Los ojos de Aether se abrieron lenta pero constantemente hasta que empezó a retroceder a tropezones. No miró a Ash, sino que su mirada se perdió en el techo.
—Cierto… Estás muerto… Estás muerto, ¿verdad?... Eres… Eres solo un fantasma, ¿cierto?...— entonces, lo miró a él— Y si eres un fantasma… ¿por qué no viniste a verme? Si me hubieras visitado… Si me hubieras dicho cómo construir una máquina del tiempo… Hace… años que me rendí… Hace años que me resigné a que no podría traerte de vuelta… ¿Estás aquí para avivar la esperanza?... ¿Estás aquí para decirme que todavía estás esperando que te reviva? Porque no voy a hacerlo… No voy a revivirte… Es imposible que…
—Lillie… Yo… Yo si voy a revivir…— aunque dijo eso, sus puños estaban apretados con fuerza y miraba en otra dirección. Después de todo, los brillantes ojos de la rubia lastimaron cada parte de su ser.
—¿Eh?... ¿En serio?... ¡¿En serio?!— sonrió ampliamente, corriendo hacia él— ¡Dime que hay una forma! ¡Una forma de hacer que vuelvas! ¡Y no solo me digas cuál es, dime cómo llevarla a cabo y yo lo haré! ¡Vas a poder volver! ¡Vas a…!
—Yo no voy a revivir… aquí— la interrumpió, frotándose el brazo. Se obligó a sí mismo a ver como los ojos llenos de esperanza de Lillie cambiaban a confusión— Arceus me ofreció la oportunidad de revivir en un punto del pasado… y yo acepté…
—¿Eh?... No entiendo… ¿Eh?... ¿Qué es lo que…?
—Escucha, Lillie… Quiero que escuches todo lo que te voy a decir— la miró con tanta seriedad como pudo pero la tristeza simplemente lo superaba.
Y así, comenzó una charla unilateral. Ash hizo el mejor esfuerzo por explicar las cosas como él las había entendido. Le costó mucho; demasiado, el explicar todo sin usar sus expresiones habituales. Pero lo logró y cuando terminó…
Lillie tenía la mirada perdida. Veía pero al mismo tiempo no lo hacía. No parecía ser capaz de procesar todo lo que le habían contado.
—Lillie…— le murmuró. Ash quería volver a verla; de verdad quería hacerlo— (Pero no en esta situación…)
La rubia le dio la espalda y caminó hacia su silla, dejándose caer sobre ella.
—Bueno, ¿entonces qué sigues haciendo aquí?— le preguntó, pasándose las manos por la cara y mirándolo con indiferencia. Esa mirada hizo que Ash sintiera que podía derrumbarse en cualquier momento pero no lo hizo. No sentía que tuviera el derecho a hacerlo— ¿Quieres unas palabras y un lugar? Bueno, pues toma este como el lugar. ¿Las palabras?...— sonrió y luego, lo señaló— ¡Ah, sí! ¡Tengo unas muy buenas que podrían servirte!— de pronto, su rostro cambió completamente— ¡VETE A LA MIERDA!
El microscopio atravesó el cuerpo de Ash, chocando contra la librería que había detrás de él y haciendo un desastre. Ketchum solamente fue capaz de fruncir el ceño con amargura.
—Te debo una…
—¡SIETE AÑOS! ¡HE ESPERADO VERTE POR SIETE! ¡PUTOS! ¡AÑOS! ¡Y AHORA QUE LO HAGO, ¿ME DICES ESTO?!— comenzó a reírse de pronto y entonces, se paró de su silla, pateándola con fuerza— ¡Disculpa si no me lo tomo de la mejor manera, señor "te amo, ahora simplemente me voy a morir y a dejar que te hundas en la miseria"! ¡¿Qué esperas que te diga?! ¡¿"Adelante, ve y vive una vida feliz que yo estaré bien"?! ¡Si eso es lo que esperas, entonces olvídalo, idiota! ¡Por mí ve y haz tu vida normal! ¡Ve y dale tan duro a mi versión de diecisiete años que hasta se le olvide el maldito nombre!— su rostro cambió al de una persona que hablaba con un niño— ¡Oh, cierto, no sabes nada de eso, ¿verdad?! ¡Qué error de mi parte!— se llevó las manos a la cabeza— ¡Pensar que me guardé para ti!... ¡Bien, ya lo decidí! ¡Aprovechando que no tienes ni puta idea de lo que te estoy diciendo, quiero que sepas que voy a llamar a unos cuantos empleados ahora mismo y seguro que ellos…!
Una risa la interrumpió. Se fijó con rabia en Ash, quien reía mientras se secaba unas lágrimas
—… ¿Qué es lo que te causa tanta gracia?...
—No has cambiado nada, ¿eh?— le dijo. Su voz estaba quebrada y de hecho, apenas era capaz de hablar sin llorar— Cuando te enfadas no dejas hablar a las demás personas y empiezas a gritar… Aunque eres mucho más grosera, pero aún pienso que es algo lindo.
La rubia se sobresaltó al escuchar eso y se sonrojó. Se dio cuenta al instante de que su cara estaba caliente por lo que la golpeó varias veces.
—¿Qué mierda te pasa, enfermo?... Estoy hablando de tener una orgía con empleados de la Fundación ¿y piensas que es lindo?... H-Había una palabra para los desviados como tú. Sé que definitivamente la había…
Ash negó con la cabeza.
—No, de hecho esa parte me hizo sentir muchísima impotencia pero no puedo hacer nada para detenerte y tampoco puedo reclamarte— admitió, llevándose las manos a la cintura—. Lo que me parece lindo es que sigas siendo tú.
Lillie apretó los puños con fuerza y luego, suspiró.
—Soy una mujer en sus veinticuatro que se encierra en su propio laboratorio, comiendo solo sándwiches y más comida basura que hago que me traigan. Trato pésimo a las personas que quieren llevarse bien conmigo y a mi hermano apenas le dirijo la palabra cuando necesito algo de él; ni mencionar a los profesores con los que ya perdí todo el contacto. Lastimé a nuestros amigos y me alejé de ellos por voluntad propia— se apoyó sobre su escritorio—. Posiblemente tengo más de un trastorno mental y soy una masturbadora compulsiva. ¿Sigues opinando que eso es… "lindo"?
Ketchum se rascó la cabeza y tras unos segundos, asintió.
—Es cierto que has cambiado mucho en estos años, Lillie, pero todavía sigues siendo tú. Te he visto todo este tiempo y sé mejor que nadie lo que has hecho— le dio una de sus típicas sonrisas sin saber el efecto que tenía en la rubia—. Todo el tiempo que has estado en tu laboratorio te la has pasado investigando formas para ayudar a los Pokémon y la humanidad. El medicamento para dormir hecho con gas onírico; la investigación sobre cómo hacer florecer con mayor facilidad las flores de los Flabébé y Floette; la clonación de órganos, la cura de las jaquecas de los Psyduck; esos problemas que los Pokémon ratón tenían en los ojos; el reuma… reumateuma en los Pokémon viejos; la cura del cáncer que quieres encontrar… ¡El transportador de materia! ¡Has hecho muchas cosas increíbles y todavía me faltan por mencionar!
—… Solo creé el transportador de materia y la clonación de órganos por accidente… Fueron intentos fallidos de revivirte— murmuró Lillie, bajando la mirada.
—¡Aún con eso, son inventos que salvan vidas humanas! ¡Eso es impresionante, Lillie!— la elogió. Sonaba auténticamente feliz— Y no solo eso. Aunque no ves muy seguido a tus Pokémon, siempre que lo haces los tratas de la mejor forma que puedes e incluso les sonríes. ¡Todavía los amas tanto como hace siete años!— Ash se cruzó de brazos— Sí, es cierto que te has alejado del mundo exterior y eso es muy malo. Sí, es cierto que tu alimentación no es la correcta. Sí, es cierto que le hablas mal a tus padres y pienso que eso tampoco está bien. Sí, es cierto que deberías dejar de evitar a las personas que te quieren. Sí, es cierto que necesitas ayuda de un doctor y que no está mal si la recibes. Y sí…— se sonrojó un poco y miró hacia otra dirección— es cierto que tal vez… te tocas demasiado ahí abajo… ¡A-Ah, pero estoy muy feliz de que pienses en mí cada vez que lo haces, en serio!— cuando dijo eso, notó un claro sobresalto en Lillie y se apresuró a cambiar de tema— ¡Lo que quiero decir es que me alegra que en el fondo, detrás de todo el dolor que has vivido estos años, sigas siendo la amable Lillie de siempre! ¡La Lillie que siempre me apoyó y de la que me enamoré! ¡Mi querida Lillie Aether!
La rubia se quedó en silencio y tras unos segundos, se separó de su escritorio. Caminó lentamente hacia él y cuando estuvo a solo centímetros de su rostro, lo miró a los ojos. Había lágrimas.
—¿Por qué… no pudiste decirme eso hace siete años?...
La sonrisa de Ash desapareció y finalmente, asintió.
—Lo siento, Lillie. Me equivoqué— admitió, arrodillándose ante ella y pegando la frente al suelo—. Te dije las cosas en el orden equivocado. Debí… Debí empezar dándote las explicaciones que siempre quisiste…
La rubia lo miró hacia abajo y dejó caer el pie sobre su cabeza. Ash levantó la mirada, confundido.
—Solo quería ver si podía pisarte…— explicó, mirando hacia otro lado y alejándose unos pasos— Siento que de verdad te lo mereces, pero… continúa.
Ash pegó de nuevo la cabeza contra el suelo.
—Te lo agradezco muchísimo…— y se obligó a verla a los ojos— No es que no quisiera verte, Lillie. Al contrario, era lo que más quería en el mundo. Quería ser capaz de aparecer frente a ustedes; de hablar con mi familia y amigos, de decirles que estaba bien…
—Entonces ¿por qué…?
—Porque no podía— la interrumpió, frunciendo el ceño—. Las almas no suelen tener la capacidad para venir a la tierra, solo por medios externos como una invocación y en casos muy extraños, hay algunas que se fugan gracias a emociones fuertes como el arrepentimiento o el dolor.
—Visité la cueva de Tapu Fini. Hice lo posible porque aparecieras. No solo yo. Gladio, Hau, Elio y Selene también lo hicieron— el ceño de la rubia se frunció—. ¿Por qué no apareciste si ese es un medio externo?
—Por el mismo motivo por el que no pude fugarme del cielo el tiempo suficiente como para verlos…— Ash tenía un rostro lleno de amargura— Porque no morí en la tierra…
Los ojos de Lillie se abrieron de par en par y entonces, parpadeó varias veces. Se veía bastante confundida.
—¿Eh?...
—Las personas solo pueden observar su dimensión de procedencia sin importar el lugar en el que murieron. Es por eso que podía ver todo lo que pasaba aquí en el planeta— los ojos de Ash le dijeron todo a Lillie.
—Pero lo mismo no pasa con el lugar donde puedes manifestarte…— murmuró, haciendo que Ketchum asintiera.
—Una persona solo puede aparecer en lugares cercanos al sitio de su muerte. Es por eso que no aparecí aquella vez que fueron a buscarme en la cueva de Tapu Fini— Ash cerró los ojos—. Recuerdas que Hau si pudo ver al señor Hala, ¿cierto?...
Lillie se quedó callada, recordando el momento en el que Hau había salido llorando de la cueva, diciendo que había podido ver a su abuelo.
—Hau se olvidó por completo de mí en cuanto vio al señor Hala y antes de que se diera cuenta, ya había conseguido salir de la cueva— Ash se puso lentamente de pie—. Si él hubiera preguntado en ese momento, estoy seguro de que el señor Hala le habría explicado mi situación.
—Ese hijo de…— al ver como el rostro de Lillie comenzaba a mostrar una gran cantidad de rabia, Ash se apresuró a acercarse a ella.
—¡NO! ¡No es culpa de Hau!— le gritó— ¡Es normal que se olvidara de todo lo demás al ver a su abuelo! ¡El señor Hala era la persona a la que Hau más quería ver y viceversa! ¡No puedes culparlo, Lillie!
—¡Entonces Joey…!
—¡Si te preguntas por Joey, él perdió todo el poder que ganó cuando estuvo en la tierra durante la guerra! ¡Lo último que pudo hacer fue aparecerse unos segundos ante mí cuando estaba a punto de morir!
La rubia abrió la boca para hablar pero no encontró palabras. Cerró los ojos con fuerza.
—Entonces… ¿solo puedes aparecer en ese planeta mierdoso y abandonado?...— le preguntó, temiendo la respuesta.
—Sí… Aunque realmente, el planeta explotó junto con Necrozma…
—Pero espera…— el rostro de Lillie mostraba que había reparado en un detalle que antes había pasado desapercibido— ¡Eso no tiene sentido! ¡El papá de Hau! ¡El papá de Hau no murió en la tierra y por ello no debería…!
—Sí lo hizo— interrumpió Ketchum—. O más bien, técnicamente sí lo hizo…— Aether parecía confundida por lo que Ash tuvo que pensar la mejor forma de explicarlo— Verás…, el interior de los Guzzlord no cuenta como un planeta o una dimensión como tal. Es cierto que ese espacio tan extraño existe independientemente de si ellos están vivos o no, pero siempre están junto a ellos… Es como si… Como si una especie de portal invisible los persiguiera a todos lados, quedándose en la dimensión en la que Guzzlord esté. Y ya que Guzzlord todavía estaba en la tierra cuando el señor Hal murió…
—El portal también estaba en la tierra y por ello, la muerte del papá de Hau contó como si estuviera en la tierra… Ya… Ya veo…— murmuró la rubia— Eso tiene sentido…
Lillie miró hacia el techo. Ash supo que ella estaba evitando el mirarlo a la cara. Supo que estaba tratando de evitar que viera sus lágrimas.
—¿Por qué… ahora sí pudiste venir?...— preguntó en un tono de voz realmente bajo.
—Gracias a Arceus… Él fue quien me dejó venir…
—¿No pudiste pedírselo… antes?...
Ash negó con la cabeza.
—Desde el día que morí, él nunca apareció ante mí. El momento en el que me contó sobre su plan fue el momento en el que volví a encontrarme con él— le respondió. Fue entonces que se dio cuenta de que debía hacerle una pregunta muy importante al dios Pokémon.
—Ah, sí… El plan en el que te vas y dejas un sustituto que estará listo como en un siglo… El plan en el que tengo que vivir toda una vida sin ti y luego esperar como otros veinte o treinta años para volver a verte allá arriba… Si es que voy arriba…
—Puede que no estés haciendo las cosas del todo bien, pero definitivamente irás al cielo, Lillie. ¡Has hecho tantas cosas buenas que…!
—¡NO DESVIES…!— tomó aire, intentando calmarse— No desvíes el tema…— lo miró a los ojos. Su ceño estaba fruncido y tal como Ash imaginó, por sus mejillas fluían las lágrimas.
Ketchum se sintió impotente ante la situación.
—Yo… te estoy pidiendo todo esto porque necesito que ese duplicado exista, Lillie… Todo esto es para que en un futuro tú también puedas…
—Quedarme con las sobras, ¿verdad?— la rubia se abrazó a sí misma, desviando la mirada.
—¡No son las sobras! ¡Será una parte de mi alma! ¡Seré yo!— trató de explicarle. Aunque intentó hacerlo, la mirada de Aether no cambió en lo más mínimo. Tras unos segundos de silencio apretó con fuerza los puños y dejó salir un suspiro. Sonrió— Está bien— cuando dijo eso, Lillie lo miró de reojo— ¡Está bien, Lillie! ¡No me iré a ningún lado!— los ojos de la rubia mostraron una enorme sorpresa— ¡Es egoísta de mi parte el esperar que aceptes esta tonta decisión! ¡Tendré que disculparme con Arceus y decirle que tendremos que cancelar el plan! ¡Voy a esperar por ti todo el tiempo que…!
—¿Estás siendo sarcástico?— le preguntó con una mirada de incredulidad que ofendió un poco a Ash.
—¡Por supuesto que no! ¡Nunca bromearía con algo como…!
—¡Entonces solamente eres idiota!— la rubia lo miró como si estuviera loco— ¡¿De verdad vas a desaprovechas la oportunidad de revivir?! ¡¿De evitar todo esto?!
Ash se sintió realmente confundido.
—¡Pero si fuiste tú quien…!
—¡S-Sé lo que dije, pero eso no quiere decir que de verdad lo piense!
Ash se sintió todavía más confundido.
—N-No entiendo…
—¡Yo tampoco!— Lillie se llevó las manos a la cabeza— ¡Ni siquiera yo entiendo lo que quiero, maldición! ¡Quiero que vivas y seas feliz, pero tampoco quiero que te vayas a ser feliz con otra Lillie diferente! ¡Yo…! ¡AH, MIERDA! ¡Dame…! ¡Solo dame un segundo para pensar!— Aether se cruzó de brazos y bajó la mirada, cerrando los ojos.
Ketchum, por su parte, sintió que conocía esa sensación. Él mismo la había vivido cuando se dio cuenta de que estaba enamorado de ella.
Lillie estuvo callada por casi media hora en la que Ash no dijo absolutamente nada y como ella había pedido, la dejó pensar. Tras el tiempo antes dicho, la escuchó suspirar.
—Al carajo…— dijo, abalanzándose sobre él.
Antes de darse cuenta, sus labios se estaban tocando con los de Lillie aunque realmente, no lo hacían. Si Aether se moviera solo un centímetro más hacia adelante lo atravesaría completamente. Solo estaba lo suficientemente cerca como para que pareciera que se estaban besando.
Pero eso era suficiente para Ash, quien dejó que las lágrimas que había estado conteniendo salieran. Tras casi cinco minutos en los que estuvieron en esa posición, Lillie se separó de él.
—No hubo calor ni humedad… Fue… como besar el aire… Y aun así… A pesar de eso…— Lillie entonces lo miró a los ojos, sorprendiéndolo. Eran ojos llenos de amor y alegría—, sentí una calidez que no había sentido en siete años… Me sentí viva después de tanto tiempo…
Ash entonces no pudo soportarlo más y rompió en llanto.
—¡L-Lillie, oh Dios, Lillie!... ¡Lo siento tanto!... ¡Lo lamento muchísimo!... ¡A pesar de que te dije que volvería!... ¡A pesar de que dijiste que me odiarías si no regresaba!... ¡A pesar de que te lo prometí!... ¡Durante todos estos años yo…!
Entonces Lillie se acercó a él y envolvió su cuerpo con sus brazos lo suficiente como para que pareciera que lo estaba abrazando.
—Eres tan… cruel…— dejó salir una pequeña risita que fue acompañada por un sonrojo— Idiota…— las lágrimas escurrieron por su rostro.
—¡Te… Te amo tanto, Lillie!— exclamó y con desesperación, intentó abrazarla sin éxito. Solo logró atravesar su cuerpo.
Ash perdió la noción del tiempo. Lloraba desconsoladamente entre los brazos de Lillie, sin poder sentir su calor pero sintiéndose protegido y amado. Era igual que aquella vez. Igual a cuando Lillie se había dado cuenta de que lo quería. A pesar de que era ella quien más estaba sufriendo, era ella quien lo consolaba a él. A pesar de que tenía que ser al revés… A pesar de eso…
—Sé que me estoy contradiciendo, pero esto que voy a decir es la verdad…— se separó de él, haciendo que de nuevo se sintiera solitario y vacío— Quiero que vivas. Quiero que evites que se repita la historia. Yo… Yo he tenido una oportunidad de vivir. Tuve el regalo de la vida y si ahora soy como soy es porque yo lo elegí… Al contrario que tú, yo he tenido la oportunidad de ser feliz y la he estado desaprovechando todo este tiempo…— le sonrió— Quiero decir, desde cuando la gran Lillie Aether necesita a un hombre para ser feliz, ¿verdad?
Ash intentó secarse las lágrimas y también intentó reírse.
—Verdad…— murmuró con la voz un tanto ronca.
—Quiero que también tengas la oportunidad de ser feliz— esos ojos que transmitían tanto amor volvieron a aparecer—. Quiero que tengas la oportunidad que siempre debiste tener… Así que…, dame instrucciones. Haré lo que digas. Aunque sea lo último que haga, voy a ayudarte. Te ayudaré a que persigas tu propia felicidad.
El azabache sintió que podría comenzar a llorar de nuevo pero se contuvo. No podía darle más carga a Lillie, no cuando estaba accediendo a dejarlo ir de esa manera.
—Arceus dijo que necesitamos una persona, una o varias palabras y un lugar… Tú eres la persona y este laboratorio… Bueno, supongo que es el lugar— miró en varias direcciones, rascándose la cabeza— Este no es el Paraíso Aether de antes, ¿verdad?
Lillie negó, caminando hacia su escritorio.
—Aquella isla fue convertida en un gigantesco monumento para los caídos en combate. Es visitada como… muchísimas veces al día por un montón de personas y principalmente turistas. Tienes un monumento enorme y exclusivo para ti mismo, ¿sabías eso?— le preguntó, sonriendo.
Ash se mostró un tanto disgustado.
—Aunque no soy diferente o especial a las otras personas que murieron en la guerra…
—No seas modesto. Eres conocido como "El Asesino de Dioses"; "El Sol de la Humanidad", "El Trueno Divino" y otros apodos más extravagantes— Lillie dejó salir un suspiro y luego, sonrió—. Incluso escribieron una biografía tuya que tuvo el sello de aprobación de Elio y Selene… "Sol y Luna: La leyenda del héroe". O algo así creo que se llamaba.
Ash se rascó la nuca, avergonzado.
—En fin, me estoy desviando del tema— Lillie se cruzó de brazos—. El nuevo Paraíso Aether fue construido en una isla artificial creada específicamente con este objetivo. Se encuentra relativamente cerca de la isla anterior. ¿Crees que este lugar funcione o quieres que vayamos a otro?
—No, este lugar está bien— respondió Ash de inmediato. Lillie lo vio con un rostro de sospecha— ¡E-En serio este lugar está bien!
—No me da miedo el exterior, ¿sabes? Puedo salir de este lugar cuando me dé la gana, solo no quiero hacerlo— Lillie parecía un poco molesta, cosa que asustó un poco a Ash.
—¡Y-Y te creo, solo que…!
Ella suspiró.
—Lo siento, es un problema— se llevó el índice derecho frente a la sien y lo giró en círculos. Se rio—. Estoy un poco cucú.
Ash frunció el ceño.
—No estás loca, Lillie. Solo necesitas ayuda— le dijo con seriedad.
La rubia perdió la sonrisa y luego, volvió a suspirar.
—¿En qué momento te hiciste tan aguafiestas, hombre?...— entonces, volvió a reírse— Es broma. Gracias por eso, creo que lo necesitaba.
—Estoy aquí para…— pero se calló. Se dio cuenta de que iba a decir una mentira.
—Oh, lo estarás. En cien años, tal vez, pero lo estarás— Aether se cruzó de brazos—. Ahora que decidimos el lugar, creo que solo quedan las palabras clave, ¿no?
Ash asintió.
—¡Ah, lo tengo! ¡Tengo el conjuro perfecto!— escuchó decir a Lillie a los pocos segundos. Volteó a verla, un tanto sorprendido por su velocidad— ¿Recuerdas aquel juramento que hicimos antes de que nos separáramos dos semanas?
—En el Centro Pokémon de Kantai… Lo recuerdo perfectamente— asintió.
Lillie contuvo una sonrisa de felicidad y entonces, se dio unos golpecitos en la cara.
—Usemos eso. Además de que tiene un montón de impacto es bastante romántico, ¿no lo crees?— preguntó.
Ash se rio.
—Completamente. Es algo que solo a nosotros se nos pudo haber ocurrido.
—Entonces honremos a ese otro tú y a esa otra yo con nuestra brillantez. ¿Quién sabe? Igual y logramos que se gusten o algo parecido— bromeó, comenzando a caminar por el lugar.
—Tienen diez años, Lillie— Ash rio de forma nerviosa.
—¿Y qué? Tristán se enamoró de mí más o menos a esa edad— arqueó una ceja—. Ahora que lo pienso, ¿qué fue de él?... ¡Bueno, da igual! ¡Sobre el juramento…!
—Estoy de acuerdo con los detalles concretados— escucharon decir de pronto. Miraron en todas direcciones, sin encontrarse con nada ni nadie.
—¿Qué cara…?
—Es Arceus— respondió Ash rápidamente, sin dejar de tratar de encontrarlo.
—Wow, esta mierda sí que es rara… No he caído tan bajo como para drogarme, ¿verdad?— se preguntó, llevándose una mano a la cabeza.
—No bromees con eso, Lillie…— Ketchum la miró con reproche.
—Aburridooo…— abucheó, cruzándose de brazos.
—Discutamos la forma en la que haremos participar a la otra Lillie— escucharon decir a Arceus—. Tengo una idea en mente pero quiero saber si…
—Ah, en realidad yo ya tengo una— interrumpió Lillie, mirando hacia el techo. Era de ahí de donde imaginaba que venía la voz de Dios.
—¡¿Tan rápido?!
—No subestimes a una de las mentes más inteligentes del siglo. ¿Puedes creer que hay gente que me compara con el estirado de Go?...— Lillie parecía particularmente irritada.
—¿Go?... ¿Dónde escuché yo ese nombre?— se preguntó Ash, pensativo.
—Quiero escuchar tu plan, Lillie Aether— se olvidaron por un momento de que Arceus estaba ahí.
—Ah, sí. Bueno, había pensado que simplemente tomes mis recuerdos de alguna manera con tus poderes de Dios y entonces se los implantes a ella— miró hacia el techo con ciertos aires de superioridad— Si es peligroso que tantos recuerdos le lleguen de golpe, entonces prioriza los más importantes. Deben estar relacionados con este tipo de aquí, claro está.
—Lillie, ahora mismo tú estás actuando como una estira…
—Cállate.
—Sí…
—Ya veo… Es una propuesta interesante. Tomar tus recuerdos será tarea sencilla pero implantarlos en esa Lillie será un poco más complicado pues mis poder se verá menguado al estar en una realidad que no es la mía— Arceus hizo una pausa para pensar—. He decidido mi plan de acción.
—¿Crees que puedas contarnos?— preguntó Ash, también mirando al techo.
—Primero iré a dejarte a esa otra realidad pero antes de eso tomaré el fragmento de tu alma necesario para hacer el duplicado, ya que es probable que no pueda hacerlo una vez que estemos ahí. Cuando lo haga, regresaré a nuestra realidad con dicho fragmento y crearé el duplicado. Eso me dará tiempo suficiente como para ahorrar energías y cuando lo haya hecho, transportaré los recuerdos de Lillie Aether, asegurando de esta manera que no haya ningún problema a la hora de implantarlos en la otra Lillie. Aprovechando también la energía que ahorraré, me será más sencillo sacarte del cuerpo del otro Ash una vez que todo esté terminado. De esta forma, cumpliré mi palabra hacia ti y las probabilidades de éxito estarán casi garantizadas.
—Ya veo… ¡Eso tiene mucho sentido!— Ash sonrió ampliamente.
—Aunque, sobre los recuerdos que el otro él despertará… ¿No es un tanto peligroso?— preguntó Lillie, arqueando una ceja.
—¿Eh? ¿De qué hablas, Li…?
—Tienes razón.
—En serio, ¿de qué están…?
—Los recuerdos que planeamos para el recorrido del otro Ash solo se deben de activar cuando yo llegue a esa realidad con los recuerdos de Lillie Aether.
—¡¿En serio?! ¡¿Cuándo decidimos eso?!
—Justo ahora. Sería peligroso si la unión se rompe y yo no estoy ahí para separar sus almas.
—Eso… también tiene mucho sentido…
—Ahora, busquemos una manera de maximizar la efectividad con respecto a la participación de la otra Lillie. Sugiero que…
—Ah, también se me ocurrió algo para eso— la rubia se aclaró la garganta y junto ambas manos frente a su pecho— Por favor… Hazlo volver. Ayúdalo a volver… Por favor, Lillie… Cuando lo veas, dile…— se quedó callada y luego, miró a Ketchum— ¡Dile que es un idiota! ¡Listo, fin de la actuación! Añade eso que acabo de decir con excepción de la última parte a los recuerdos que vas a implantarle y de seguro eso aumentará las probabilidades de que coopere. El solo pensar en que su tonto amigo esté en problemas debería ser suficiente para que se mueva y si a eso le sumamos el factor misterio que también está adjunto a la oración, entonces de seguro lo lograremos.
—Lo pensaste mucho y en muy poco tiempo…— Ash se veía ciertamente sorprendido.
—Aunque ahora que lo pienso… ¿No sería mejor decirle el juramento de una vez? Tal vez solo haga las cosas más complicadas si no lo hago y luego tiene que averiguarlo por su cuenta.
—No será necesario. Estoy seguro de que me llevaré entre tus recuerdos el momento en el que reciten el juramento por lo que también debería ser capaz de verlo sin problemas.
Lillie se rascó la cabeza, no muy convencida del todo.
—Bueno, si tú lo dices…— se encogió de hombros. No le iba a dar más vueltas— ¡Pero si se te olvida no me eches la culpa!
—Entonces, con esto dicho, es hora de que nos movamos
Al escuchar eso, Ash y Lillie se sobresaltaron.
—¡¿T-Tan pronto?!— preguntó Ketchum, mirando al techo.
—Cuanto más pronto te lleve, más pronto podré terminar el duplicado y por ende, más pronto terminaremos nuestra misión.
Ash miró a Lillie, quien también lo miró a él.
—P-Pero yo…
—Entiendo. Despídete de Lillie Aether y haz lo que consideres necesario hacer. Dado que no es importante que la otra Lillie vea esto, tomaré los recuerdos de Lillie Aether de una vez— avisó Arceus.
Lillie dio una cabeceada mientras miraba fijamente a Ash. Al estar tan centrada en el alma del azabache no le dio importancia al impulso que le decía que algo estaba mal. Terminó olvidándolo.
—Listo, he tomado los recuerdos de Lillie Aether. Llámame cuando estés dispuesto a irte.
Ketchum asintió y entonces, se acercó más a la mujer.
—Entonces…, es hora del adiós, supongo— la rubia se cruzó de brazos, sonriendo. Ash volvió a asentir.
—Yo de verdad lo siento, Lillie… Había tantas cosas que te prometí y no pude cumplir ninguna de ellas…
La rubia bufó, riéndose.
—Por ejemplo, estoy segura de que vas a tener una familia con mi yo del pasado… A pesar de que dijiste que no verías el pecho de nadie más que no fuera yo— la rubia lo miró con una media sonrisa.
—¡To-Todavía puedo cumplir esa promesa! ¡Podría vendarme los ojos durante…!
—Era una broma— le dijo, negando con la cabeza—. Como técnicamente todavía soy yo no hay problema. Te lo permito… Aunque… ¿no tienes como veinticinco años?... No sabía que te gustaban así de menores…
—Guh…
—¡También es una broma! Dios, en serio eres fácil de engañar…— se rio con un poco más de fuerza, molestando un poco a Ketchum.
—Yo no soy quien intentó abusar de su inocente pareja— murmuró, mirando hacia otro lado. Lillie se sobresaltó y se sonrojó al escuchar eso.
—¡E-Eran cosas diferentes, imbécil!— le gritó, dándole un puñetazo que lo atravesó. Frunció el ceño— ¡¿Y sabes qué?! ¡Debí haberlo hecho! ¡Ahora estoy frustrada sexualmente por tu culpa!
Ketchum la miró y entonces, se rio.
—¡Era una broma!— exclamó, comenzando a reírse.
Las cejas de Aether temblaron un poco y finalmente, suspiró.
—Sheesh… Eres tan seso muerto como el día en el que moriste…
—Lillie, todo este tiempo solo me has estado diciendo que soy un idiota o un tonto…— Ash la miró con los ojos entrecerrados— ¿No puedes ser un poquito más amable y decirme cosas bonitas como…?
—De momento, no— se llevó las manos a las caderas—. Eres bastante tonto, eso es cierto. Incluso mi yo del pasado lo creía.
Ketchum se llevó una mano al corazón.
—¿Eso era necesario?...
—¡Considéralo como un regalo de despedida!
Ash recordó en ese momento de qué se trataba toda la situación actual. Bajó la mirada y entonces, la mano de Lillie atravesó su torso.
—¡Anímate! ¡Yo voy a estar bien!— le aseguró, sonriéndole.
—Eso es lo opuesto a lo que dijiste al inicio…— murmuró.
La rubia pareció no haberlo oído o directamente lo ignoró.
— ¡Cuando te revuelques con mi yo del pasado, no sientas remordimiento, ¿okay?!— Ash se sobresaltó y sonrojó— Créeme cuando te digo que tu duplicado no va a tener descanso cuando me lo encuentre…— abrió los ojos con lo que parecía ser temor— Espera, ¿se puede tener sexo en el cielo?
—¿N-No crees que piensas demasiado en…?
—¡Responde la pregunta!
—¡C-Creo que sí, no lo sé, nunca lo he intentado!— dijo, claramente nervioso— ¡P-Podrías preguntárselo a Red o a Yellow si alguna vas a la cueva de Tapu Fini!
Ella lo miró como si fuera un bicho raro.
—No voy a preguntárselos, ¿eres idiota?— arqueó una ceja para luego suspirar con resignación— Tendré que aferrarme a la pequeña esperanza de que sea posible… ¡Por cierto, me gusta saber que tampoco intentaste juguetear con otras mujeres muertas!
—Bueno… No sé muy bien qué responder a eso…
Lillie se rio de nuevo y tras unos segundos se quedó seria.
—Supongo que ya es hora de apresurar más las cosas, ¿verdad?...— Ash supo a lo que se refería— Todavía ni hemos recitado el juramento…
Ketchum asintió.
—Te juro que nunca te olvidaré, Lillie. Sin importar cuanto tiempo pase, yo siempre te recordaré…
Las mejillas de la rubia se sonrojaron un poco y sonrió.
—No me refería a ese juramento pero también me sirve— su sonrisa se amplió y entonces, Ash creyó haber visto por un momento a la misma Lillie de hace siete años—. Gracias.
Ash se quedó en silencio. No quería irse todavía pero sabía que tenía que hacerlo.
—Escucha— vio como Lillie se rascaba la cabeza—. Sé que ya lo dije y puede ser repetitivo, pero en serio, escucha. Quiero que vivas. Vive. Por ti, por los que no tienen la oportunidad y por los que la desperdiciaron. Crea un futuro brillante para todos y brilla junto a él… No permitas que ella sufra lo mismo que yo, ¿de acuerdo?
El rostro de Ash se arrugó un poco y entonces, asintió con fuerza.
—¡Por supuesto! ¡No lo permitiré! ¡Eso también te lo juro!
Lillie sonrió.
—Ese es mi chico— su sonrisa pasó a mostrar ternura y afecto—. Te amo, Ash.
Fue cuando escuchó eso que las lágrimas volvieron a salir pero rápidamente las contuvo. Se rio.
—Creo que es la primera vez que dices mi nombre desde que llegué…
Lillie se rascó la cabeza.
—Eso no es lo que se dice en este tipo de situaciones…— murmuró, haciendo que Ketchum se diera cuenta.
—¡Por supuesto que yo también te amo, Lillie! ¡Y es por lo mucho que te amo que me aseguraré de hacerte muy feliz y de nunca verte sufrir! ¡Amo a todas las Lillie que existen!
La rubia se quedó viéndolo con seriedad y entonces, soltó una carcajada.
—Recuerda que la otra Lillie tiene diez años…
—¡NO! ¡No me refería a…!
—Ya lo sé, tranquilízate— comenzó a caminar hacia el centro de la habitación. Se giró en du dirección con el meñique derecho extendido— Entonces, ¿lo hacemos ya?
Ash se quedó en blanco por un momento. Suspiró.
—Siento como si estuvieras tratando de deshacerte de mí lo más pronto posible…
Lillie volvió a reírse.
—Son imaginaciones tuyas. Ahora, sobre lo que te dije antes…
—Sí. Hagámoslo— le dijo, acercándose a ella y extendiendo su meñique derecho.
Lillie cerró los ojos y respiró profundamente. Repitió ese proceso unas cuantas veces más. Abrió los ojos, decidida.
—Aquí y ahora, con el sol y la luna de Alola como mis testigos. Yo, Lillie Aether…
—Y yo, Ash Ketchum…— el azabache recibió un fuerte golpe de nostalgia.
—Juro permanecer a tu lado en todo momento— Ash no pudo evitar pensar que había roto ese juramento.
—Estar ahí para ti cuando más me necesites— ese también lo había roto.
—Creer siempre en ti, sin importar lo que pase— se alegró de saber que ese no lo había roto.
—Y por sobretodo…— en ese momento, los meñiques se unieron.
—Y por sobre todo…
—Volver a ti siempre.
—Sin importar donde estés— Ash no supo si también había roto o no ese juramento. La línea era muy delgada.
Entonces, Lillie sonrió con amplitud y Ash por fin pudo verlo. Pudo ver directamente sus ojos.
—¡Y si llego a faltar a mi promesaaa…!— exclamó, sin lograr evitar que su voz se quebrara.
Ash le devolvió la sonrisa. Era lo único que podía hacer en ese momento.
—Mil agujas me tragaré— terminó de decir, recordando la primera vez que habían dicho esas palabras.
La unión de los meñiques entonces comenzó a subir y a bajar, luego se apretó con más fuerza para finalmente, deshacerse. En menos de un segundo, Lillie estaba sobre él, tratando de abrazarlo.
Ash pudo sentir como las lágrimas de Lillie atravesaron su hombro y tuvo que contenerse tanto como pudo. Había visto en sus ojos el esfuerzo sobrehumano que estaba haciendo para no arrepentirse de su decisión. Aunque antes Ash había creído por un momento que Lillie estaba apresurándolo para que se fuera, ahora se daba cuenta de que lo hacía para que no existieran posibilidades de que lo retuviera.
Y Ash correspondió la fortaleza que Lillie había mostrado.
—Es hora…— murmuró, viendo como la rubia se alejaba.
—Cuídate— le dijo, sonriéndole lo mejor que podía.
—Tú también, Lillie— Ash se dio cuenta de que había dejado salir sus propias emociones por un momento, en aquel desafinamiento.
—De verdad pareces un adolescente— se rio ella, dando unos cuantos pasos más hacia atrás. Ash se preguntó el porqué de esa acción hasta que se dio cuenta de que estaba elevándose hacia el techo.
Sintió que quería decirle más cosas. Sintió que no había dicho suficiente. Quería decirle algo… Algo que le transmitiera todos sus sentimientos… Y no se le ocurrió nada mejor.
Sus pulmones no necesitaban oxígeno pero sentía que si no inhalaba con profundidad, entonces no podría gritarlo. Y cuando sintió que había reunido el suficiente aire, lo dejó salir.
—¡VOY A SER UN MAESTRO POKÉMON!— gritó con fuerza, buscando conectar su mirada con la de ella. Y lo logró.
El rostro de Lillie se deformó un poco al tratar de contener el llanto y milagrosamente lo consiguió..
—¡SÍ!— respondió con fuerza y una enorme sonrisa.
Esa era la forma que tenía Ash Ketchum de decirle que viviría para cumplir su sueño y de decirle a ella que viviera para cumplir el suyo.
Y entonces, la imagen de la mujer que tanto amó desapareció.
Y entonces, lloró.
—Llegaremos en poco tiempo. Es mejor que te prepares y preguntes ahora lo que quieras preguntar— le dijo Arceus. El Dios Pokémon corría a toda velocidad mientras que Ash simplemente estaba parado a su lado, tratando de controlar el llanto. Parecía como si estuvieran viajando a la velocidad de la luz pero era incluso más rápido que eso.
Ketchum hizo el mayor esfuerzo posible y entonces, asintió. Ya habían llegado a ese punto. Ya no había marcha atrás. Ahora solo le quedaba esperar y luego, vivir.
—Ten-Tengo unas cosas que decir…— le dijo, secándose las lágrimas que insistían en caer— Primero que nada… ¿Por qué ahora?... ¿Por qué viniste a contarme todo esto después de tanto tiempo?...
—Eso. Me preguntaba cuándo lo preguntarías— Arceus veía todo el rato hacia el frente, como si estuviera conduciendo—. Pensé en este plan unos pocos meses después de tu muerte pero sabía que no podría llevarlo a cabo. El combate contra Necrozma me debilitó considerablemente y puede que no lo comprendas, pero para un dios como yo, es mucho más complicado recuperarse de heridas como esas. Dado que no se espera que algo pueda hacerme tanto daño y de hecho, nada ni nadie lo había hecho antes, entonces me tomó un poco de tiempo el conseguir reponer mis energías. Fue una coincidencia que tuviera mi poder listo el día de tu aniversario luctuoso.
—Por poco tiempo… ¿te refieres a siete años?...
—Soy el creador de todo. Siete años es un tiempo insignificante para todo lo que he vivido.
—P-Puesto así…
—¿Algo más?— preguntó, volteando a verlo.
Ketchum se quedó pensativo. Frunció el ceño luego de algunos segundos.
—Cuando vayas a recogerme, una vez que tengas terminado el sustituto… Habrán pasado unos cien años, ¿verdad?...
—¿Es sobre la promesa de antes? Te dije que te diría que fue de ellos cuando llegara el momento.
—¿Eso incluye a mis amigos de la tierra?...
Arceus pareció quedarse pensativo.
—Entonces también te prometo contarte qué fue de todos tus amigos que se encuentran con vida.
Ash asintió y sonrió. Le alegraba haber preguntado eso.
—Estamos llegando, prepárate— cuando le dijo eso, Ketchum rápidamente volvió la mirada hacia el frente.
Pasaron unos pocos segundos hasta que finalmente, llegaron a una especie de pared. Era algo parecido a un cristal en el que se veían reflejados. Un cristal ciertamente raro…
—¿Y ahora qué?...— preguntó Ketchum, mirando a Arceus.
—Ahora tomo una parte de tu alma— le respondió, girándose hacia él. Del arco que estaba en su espalda salieron diez largas manos hechas de Unown que lo sujetaron con fuerza.
—E-Esto no va a doler, ¿verda…?— y entonces, gritó con fuerza. Miró rápidamente hacia el lugar donde solía estar su pierna izquierda y vio que le había sido arrancada. Los brazos de Unown lo soltaron y regresaron junto con la pierna de Ash hacia Arceus. Ketchum cayó sobre algo que se sintió como el piso aunque no había nada debajo de él— ¿Por qué… tenía que ser esa pierna de nuevo?...— le preguntó. Lágrimas de dolor salían de sus ojos.
—Cuando vuelvas atrás en el tiempo, no tendrás esa pierna. Es una forma de acostumbrarte. Además, cuando vuelvas a morir en un futuro no quedarás cojo para toda la eternidad, tu alma se adaptara a su nueva forma así que no te preocupes— respondió e informó por igual, volviendo su mirada hacia el cristal—. Ahora bien…
Ash miró como pudo hacia arriba pero el dolor era tan fuerte que apenas y podía pensar correctamente. Pensó que Necrozma había sido incluso más delicado al calcinarle la pierna.
Vio como los múltiples brazos de Arceus tomaban el cristal y comenzaban a agrietarlo. Parecía ser una labor difícil pues el Dios Pokémon se veía realmente concentrado. No fue hasta tiempo después que logró romper el cristal, fragmentándolo.
Arceus se quedó quieto para sorpresa de Ash. No pasó mucho hasta que descubrió el por qué.
—¡ALTO!— escuchó a una voz resonar con fuerza— ¡¿Quién osa romper las reglas primordiales?!
—¡Mi identidad es conocida por ti! ¡Ruego tu cooperación con la problemática que ha surgido en mi realidad!— exclamó con fuerza Arceus.
Fue entonces que, del otro lado del roto cristal, apareció otro Arceus. El Dios Pokémon de la otra realidad miró hacia abajo, hacia él.
—Ash Ketchum…— miró al Arceus que Ash conocía— Habla, transgresor. Te concedo el permiso para que trates de convencerme de unirme a tus burdos planes.
—Te sugiero dejar de emplear ese tono, pues lo que tengo que contarte también es de tu beneficio— el otro Arceus no dijo nada y simplemente siguió viéndolo—. Escucha atentamente.
Ash se sintió agotado. Por alguna extraña razón, no podía escuchar nada de lo que los Arceus estaban hablando.
Había pasado muchísimo tiempo desde la última vez que se sentía así y no pudo evitar querer dormir. Solo faltaba un poco más para su hibernación, pensó.
—Ya veo… Entonces, si yo coopero con tu problemática, ¿juras unirte a mí?— le preguntó el otro Arceus, haciendo que el nuestro asintiera. Ketchum ni siquiera se había dado cuenta del momento en el que habían terminado de hablar.
—Esa es mi oferta. Considérala como una que jamás se volverá a repetir.
El otro Arceus pareció quedarse pensativo. Tras meditarlo un rato, aceptó.
—Permitiré tu paso a mi realidad, así como la maquinación de tus planes— sus ojos se afilaron—. Pero tendré siempre mi mirada sobre ti. Si noto que haces algo sospechoso, no dudaré en aprovechar mi ventaja para exterminarte.
—Como gustes— dijo Arceus con simpleza.
—Y asegúrate de que mi Ash Ketchum no salga herido por tus planes. No me importa qué debas hacer, solo asegúrate de que nada le ocurra.
—Eso haremos.
—Bien. Ahora entra. Dejar abierta la barrera entre realidades más tiempo hará de la situación algo más peligroso de lo que ya es.
Fue entonces que, entre todo el dolor que sentía, Ash también sintió como su cuerpo era transportado. Vio como volaban a toda velocidad hacia una gran masa de tierra, luego notó que se trataba de una ciudad. Alcanzó a ver un edificio, posteriormente una habitación y por último, a una versión más joven de sí mismo que se encontraba durmiendo.
Y entonces, todo se oscureció.
Ash volvió en sí. Miró en ambas direcciones y luego, la miró a ella.
—V-Vaya…— dijo, riéndose y rascándose la nuca— ¡Eso fue… realmente extraño, ¿no?!
Lillie, aún con lágrimas en los ojos, le asintió.
—Había… Había muchas cosas que no comprendí… Por ejemplo, ¿qué es eso de una…? ¿Cuál era la palabra? ¿Or… Orquilla?...— interrogó, volviendo a reírse— ¡Fue realmente… complicado!
La niña extendió sus brazos hacia él y no necesitó nada más para aceptar su invitación. La abrazó y en cuanto lo hizo, lloró.
Escuchó cómo de pronto Lillie también había comenzado a llorar y simplemente se perdió en sus pensamientos.
Así que Ash-2 estaba dentro de él… Todo ese tiempo, sus sospechas habían sido ciertas…
Dentro de él estaba esa persona. Esa persona que tanto había amado, que tanto había dado y que tanto había perdido. Esa persona que, para tener la oportunidad de ser feliz, tuvo que abandonar a todos los que una vez amó.
¿Él habría hecho lo mismo?... ¿Él habría tomado la misma decisión si el tiempo de su realidad fluyera como fluía en la realidad de Ash-2? Posiblemente, si toda su familia y amigos le pedían que priorizara su propia felicidad… Ash supo que nunca tendría la respuesta. Por mucho que se tratara de auto convencer de que lo haría o de que no lo haría, en realidad sabía que nunca tendría que tomar la decisión.
—¡Ash, Lillie!— escucharon gritar con fuerza. Ambos se tranquilizaron tanto como pudieron y con los ojos todavía llenos de lágrimas, voltearon a ver hacia la entrada del campo de batalla.
Vio la rapidez con la que corría Kukui hacia él y entonces, trató de llamarlo.
Quería contarle todo. Quería hablarle de todo lo que había pasado. Quería…
Sintió como algo lo sujetaba fuertemente de los hombros y cuando sintió que jalaban algo de su interior, abrió los ojos con enorme sorpresa.
—¡Ash!— escuchó gritar a Lillie mientras caía de cara al suelo.
—¡ASH!— gritaron todos los demás.
Ketchum sintió como Pikachu lo tocaba con sus patitas y de pronto, el movimiento se detuvo. Todos se habían quedado en un sorpresivo silencio.
—E-Estoy bien, amigo… Solo me dolió un poco la caída pero… ¿Pikachu?— vio con confusión la forma en la que su mejor amigo veía hacia arriba, a sus espaldas. Miró en la misma dirección y adquirió un gesto idéntico al del roedor— No puede ser…
Ahí, enfrente de todos, estaba él.
Ash-2. Parecía sentirse avergonzado pues evitaba mirar a cualquiera de ellos.
No fue hasta que Lillie le tendió la mano que Ash se puso de pie y apenas lo hizo, siguió viendo con incredulidad al fantasma.
—De verdad eres tú…— murmuró, observando fijamente a su versión adolescente.
—No hay palabras— todos se sorprendieron más de lo que ya estaban al oírlo hablar. Su voz definitivamente era distinta a la del Ash que conocían— para describir la vergüenza y el agradecimiento que siento… Ash, Lillie… Todos…— su ceño se arrugó— Hice… Hice que pasaran por todo esto solo para ayudarme a mí y a mi egoísta deseo… De haber sabido todo lo que sucedería, definitivamente no habría…
Pero Ash sabía. Él sabía que sus palabras no eran verdad. Él de verdad quería decir algo, ¿pero qué?...
—No tienes que disculparte— miró hacia su izquierda, encontrándose a Lillie. La rubia se estaba secando los ojos con la mano izquierda— Yo… Es cierto que al principio la situación me daba miedo y sentía que estaba en peligro pero cuando Arceus me mostró todo… ¡Me sentí realmente feliz! ¡Me sentí muy feliz al saber que te había ayudado a ser feliz de nuevo! ¡Así que…! ¡Así que…!— la rubia cerró los ojos con fuerza— ¡No digas que te arrepientes! ¡No después de todo lo que ha pasado!
—Lillie…— escucharon decir a Lusamine.
Ash miró hacia Ash-2 y notó como una gran sonrisa aparecía en su rostro. El fantasma se agachó un poco ante Lillie, haciendo que ella se sobresaltara un poco.
—Al parecer, sin importar la realidad que sea, Lillie siempre será un sol…— murmuró. Le sonreía con ternura y fue esa sonrisa la que hizo que casi todos en el lugar se sonrojaran un poco. Era un gesto realmente expresivo, pensaron.
—A-A comparación de tu Lillie, creo que yo no…— la rubia bajó la mirada, apenada.
—No. No es así. Eres muy madura, siéntete orgullosa de ello— Ash-2 volteó a ver a Ash con una pequeña sonrisa—. Al menos, eres más madura que yo cuando tenía tu edad.
Ash se rio al escuchar eso y se rascó la nuca.
—Eso es cierto— admitió.
—D-Disculpa…— fue Koharu quien habló. Todos voltearon a verla.
—¡Ah, Koharu!— exclamó Ash-2, sonriéndole. La niña se sorprendió al escucharlo hablar— Cuando obtuve los recuerdos de Ash, supe de inmediato que te había visto en otro lugar. Apareciste ante mí en la cueva de Tapu Fini cuando entré a hacer mi…— se dio cuenta de lo confundida que se veía la niña y entonces, se rio— Perdona por eso. ¿Había algo que querías decir?
Koharu asintió. Movía las manos con algo de timidez y parecía estar evitando el contacto visual.
—S-Sí… Yo quería saber… Si no es mucha molestia me preguntaba sí… Sí tal vez podrías…— en un momento dado, sus ojos se encontraron con los de Ash-2. Bajó la mirada, apenada.
—Ahhh, ya veo— al escucharlo decir eso, volvió a mirarlo—. Quieres que te cuente lo que vieron Ash y Lillie, ¿verdad?
Todos se sorprendieron al escuchar eso.
—¡¿C-Cómo lo supiste?!— preguntó Koharu, realmente asombrada.
—Bueno…, ¿cómo decirlo?... Supongo que soy bueno identificando cómo se sienten las personas— respondió, riéndose.
—Eso es totalmente opuesto a nuestro Ash…— murmuró Chris, viendo a su amigo.
—¡Eso no es cierto!— exclamó un tanto ofendido el niño azabache.
Ash-2 volvió a reírse y entonces, miró a Koharu.
—No sé cuánto tiempo me esté dando Arceus para hablar, así que me daré prisa— dijo, mirando hacia el cielo—. Verán…
Comenzó una explicación lo mejor relatada posible por parte de Ash-2. Tanto Ash como Lillie asentían ante cualquier cosa dicha, confirmando que ellos habían visto eso. Durante el relato, los únicos que lograron evitar lagrimear fueron Hala, Kukui y Gladio.
—Y fue así que llegué a este lugar— terminó de decir, cruzándose de brazos—. Antes de darme cuenta, podía ver unas cuantas cosas de las que Ash estaba viendo y traté de aconsejarlo según la situación. Después me empezaron a llamar "el Fwoosh", descubrieron más cosas nuevas y aquí estamos.
—Incluso apesta explicando cómo nuestro Ash— dijo Lana, sonriendo mientras se secaba las pocas lágrimas que todavía tenía en los ojos.
Todos se rieron al escucharla decir eso.
—Yo tengo una duda— Kukui alzó la mano—. ¿Por qué Arceus no pudo hacer que Lillie recordara directamente el juramento como era la intención de Lillie do… de tu Lillie?
Ketchum rio de forma nerviosa y entonces, desvió la mirada.
—N-No tengo una respuesta clara, pero creo que…— expectativa creció en torno a su respuesta— creo que simplemente se le olvidó tal y como Lillie dijo…
—Wow, ¿tu Arceus es tonto?
—¡C-Chris!— le gritaron los niños e incluso los adultos se sobresaltaron al escuchar eso. El pelirrojo rápidamente se cubrió la boca.
—¡¿Lo dije en voz alta?!— preguntó, haciendo que Ash-2 se riera.
—Bueno, ahora que respondí…
—No, espera, yo tengo otra duda— todos voltearon a ver a Burnet, cuyo ceño estaba fruncido. Lei estaba extendiendo sus brazos hacia Ash-2 mientras se reía—. Pero… ¿te importaría venir conmigo un momento?
Ash-2 se quedó pensativo un momento y finalmente, lo comprendió.
—A-Ah… Sobre… Sobre eso, ¿verdad?...— preguntó. Los niños, Rotom, Lusamine y Wicke vieron con confusión la forma en la que Ash-2 pareció avergonzarse de pronto. Kukui y Hala, por otra parte, lo entendieron.
—Sí… Tengo la misma duda que Burnet— el profesor se cruzó de brazos, caminado al lado de su esposa.
Hala asintió.
Ash-2 cerró los ojos con fuerza y finalmente, se rindió.
—Vamos…— murmuró, caminando hacia detrás de los profesores. Su cuerpo atravesó el de Kiawe, quien sintió un enorme escalofrío.
Una vez que llegaron a la esquina más alejada del campo de batalla, formaron un círculo cerrado. Notaron como todos los estaban mirando.
Finalmente, llegó el momento.
—¡¿Qué pensabas al enseñarle algo como eso a un niño de diez años?!— le preguntó Burnet en un tono de voz moderado. Era claro que estaba molesta.
—¡Entiendo que era con el propósito de ayudarte, ¿pero de verdad tenía que ser ese?! ¡¿No podía ser otro más?!— interrogó Kukui. También estaba enojado.
—Piensa que, en espíritu, eres un adulto de veinticinco años… ¿De verdad comprendes el alcance de tus acciones?...— le preguntó Hala. Era el que se veía más sereno pero definitivamente lucía molesto.
—¡Y por si fuera poco, las niñas se la pasaron preguntándonos sobre ese recuerdo! ¡Fue incluso más difícil hacer que perdieran el interés!— continuó diciendo Burnet.
—Guh…— Ash-2 se encorvó, aceptando el regaño— De verdad lo lamento… Sé que Arceus eligió los recuerdos, pero debí haber insistido más…
Los tres adultos voltearon a verse y sus expresiones se suavizaron.
—Solo era eso— cuando escuchó hablar a Kukui, volteó a verlo. Le estaba sonriendo—. Queríamos sacárnoslo del pecho, así que ahora todo está bien.
Burnet asintió.
—Creo que lo mejor sería que volvamos con los demás. Deben querer hacerte muchas preguntas— comenzó a caminar hacia donde estaban los demás, pasando a su lado. Lei alcanzó a tocarlo con una de sus manitas y de inmediato comenzó a carcajearse.
—Hay mucho que deben de querer saber— dijo Hala, también volviendo a donde los demás.
Ash-2 vio cómo se alejaban y sonrió.
—Así son los niños…— murmuró, corriendo detrás de ellos. Si era honesto, él también quería decir unas cuantas cosas.
—¿De qué hablaron?— preguntó Lana con curiosidad apenas regresaron.
—¡De nada!— se apresuró a decirle Ash-2 con nerviosismo. Hala, Burnet y Kukui asintieron, complacidos— ¡Ahora bien! ¿Harían el favor de escucharme?
Todos intercambiaron miradas y entonces, asintieron.
—¡Habla tanto como quieras!— le dijo Ash, haciendo que asintiera con fuerza.
—¡Muchas gracias!— exclamó, dirigiéndose hacia Kiawe, Mallow, Lana y Chris— Mallow lo comprendió un poco por su cuenta, pero lo digo por todos los demás— cerró los ojos, confundiéndolos y con fuerza, separó los párpados— ¡Ash no prefiere a Go y Koharu sobre ustedes!
Burnet, Hala y Kukui voltearon a ver rápidamente Ash-2, quien se había cruzado de brazos. Por otra parte, todos los demás habían dirigido sus miradas hacia los cuatro niños.
—¿Eh?... ¿Chicos?...— murmuró Ketchum, impactado. Kiawe, Lana y Chris veían en otra dirección. Mallow solo se veía avergonzada— ¿Ustedes creyeron eso todo este tiempo?...
Go y Koharu parecían sorprendidos. En ningún momento sintieron estar recibiendo un trato preferencial.
—Es que…— murmuró Chris, rascándose la mejilla— parecía que cuando hablabas con Go, no había sitio para nosotros en la conversación…
—Hablaban con Koharu sobre las aventuras que querían tener y era como si nosotros estuviéramos olvidados— añadió Lana, miraba fijamente el piso.
—Y aunque queríamos ser nosotros los que te apoyaran… Parecía que solo necesitabas a Go y a Koharu para animarte— Kiawe lucía realmente apenado.
—Por eso me sentí tan feliz cuando me di cuenta de que me necesitabas al igual que a ellos…— Mallow trató de mirarlo a los ojos pero no pudo hacerlo.
Ash se quedó en silencio por un momento. Todas las miradas estaban posadas sobre él. No tardó mucho más tiempo en abrir la boca.
—¿De qué están hablando?... ¡Por supuesto que eso no es verdad!— exclamó, frunciendo el ceño— ¡Fueron las palabras de ánimo que me dieron ustedes, Go, Koharu y Hau las que me permitieron seguir adelante! ¡SI no hubieran estado todos ustedes conmigo, no lo habría soportado como lo soporté!
—Pero…
—Nosotros también nos sentimos así en ocasiones— Go interrumpió a Mallow, haciendo que lo miraran a él—. Cuando ustedes hablaban de sus aventuras con los Ultra Guardianes; de los amigos que tenían aquí en Alola y de las cosas geniales que habían hecho, Koharu y yo nos sentíamos realmente fuera de lugar.
La niña asintió. Parecía sentir un poco de vergüenza.
Kiawe, Mallow, Lana y Chris se dieron cuenta en ese momento. Se dieron cuenta de que también solían excluirlos a ellos dos cuando hablaban. Bajaron la mirada, apenados.
—Ustedes son mis viejos amigos de Alola y he hecho un montón de recuerdos divertidos a su lado— voltearon a ver a Ash. Les estaba sonriendo—. Go y Koharu son mis nuevos amigos y nuestro viaje juntos apenas comienza. No prefiero a nadie sobre nadie. Todos ustedes me importan muchísimo.
—Ash…— murmuró Kiawe. Tanto sus ojos como los de sus amigos se pusieron lagrimosos al escuchar esas palabras.
—Yo…— voltearon a ver a Koharu, quien fruncía un poco el ceño— ¡Yo realmente he disfrutado de su compañía! Al principio, creí que me sentiría incómoda al estar entre tanta gente que no conocía, pero todos fueron siempre tan amables y gentiles… Es cierto que como Go dijo, a veces me sentía un poco perdida, pero disfruté todo el tiempo que hemos pasado juntos… Así que… Bueno…
—Koharu…
Go se llevó las manos a la cintura.
—Opino lo mismo. Al principio cuando los conocí, me sentía bastante nervioso pero cuando terminó el viaje y regresamos a Kanto, supe que quería regresar a Alola algún día— les sonrió—. Porque tengo amigos aquí.
—Go…
Los cuatro niños de Alola se pasaron los brazos por los ojos y tras algunos segundos, se descubrieron los rostros. Estaban sonriendo.
—¡S-Sigamos llevándonos bien!— exclamó Mallow, haciendo que sus otros tres amigos asintieran.
—¡Sí!— exclamaron Go y Koharu al mismo tiempo.
Tanto los nuevos amigos de Ash como los viejos se veían entre sí mientras sonreían. Ash-2, Ash, Hau, Rotom, Burnet, Kukui, Hala, Wicke y Lusamine veían con satisfacción la escena. Eso fue hasta que cierta personita habló.
—Ahora creo que soy yo la que se siente excluida— escucharon decir a Lillie, quien reía de forma nerviosa.
Todos se rieron ante el comentario de la rubia, incluido Ash-2.
—Lillie, ¿verdad?— Go se acercó a ella— Oí hablar mucho de ti cuando vine por primera vez a Alola y ni se diga estos últimos días— la rubia rio nuevamente—. Soy Go, de ciudad Carmín. Un gusto.
—El gusto es mío, Go— le sonrió la niña.
—Yo soy Koharu, también de ciudad Carmín. Un placer— la niña se presentó, también sonriendo.
—Digo lo mismo, Koharu— Lillie también le sonrió a ella.
Ketchum sonrió y entonces, elevó los brazos hacia el aire.
—¡Mis amigos de Alola conocen a todos mis amigos de Kanto!— exclamó, contento. La alegría pasó a ser confusión cuando notó que había movido algo. Miró hacia su izquierda, dándose cuenta de que su mano y la de Lillie todavía estaban unidas.
—¡L-Lo sien…!— iban a decir al unísono cuando alguien comenzó a reírse. Voltearon a ver a Ash-2, quien tenía una mano en el estómago.
—L-Lo siento, es solo que…— sonrió con cierta nostalgia— me recuerda a algo que solía pasarme con mi Lillie.
El niño azabache y la niña rubia voltearon a verse. También se rieron y soltaron la mano del otro.
Todos veían ese momento con una pequeña sonrisa aunque ciertas personitas tuvieron que contener un gritito de emoción.
Fue entonces que Ash-2 sintió algo. Un sentimiento de urgencia. Como si debiera darse prisa… Era hora, supuso.
—Hau— llamó, atrayendo la atención del moreno—. ¡Eres realmente diferente a mi Hau!— le dijo, riéndose— No tienes un Primarina, no recuerdo haberte visto comiendo Malasadas ni una sola vez y también eres mucho más listo que mi Hau.
El niño se rio, sin saber muy bien qué decir.
—Pero aún con eso…— volteó a verlo, intrigado— ¡Aún con eso, eres como él! ¡Eres un gran rival y estoy seguro, te convertirás en un gran Kahuna! ¡No hay nadie que no confíe en ti!
Todos se quedaron en silencio por un momento, incluso el propio Hau. Se preguntaron a qué venía todo eso de repente y no tardaron en darse cuenta. Supieron que era la hora de la despedida.
—¡Muchísimas gracias!— exclamó, sonriendo ampliamente. Estaba levemente sonrojado— ¡Daré mi mayor esfuerzo!
Ash-2 asintió y entonces miró hacia otra dirección.
—Gladio…— el rubio se sobresaltó. No creyó que fueran a hablar con él— Eres realmente afortunado, ¿verdad? De la mano de tus Pokémon, de las personas que te importan y de tu determinación, cumple tus sueños. Estoy realmente feliz de saber que, incluso si es en otra realidad, tú eres el rival contra el que luché para conseguir el título de Campeón…
Al escuchar esas palabras, Gladio sonrió por instinto.
—Me esforzaré.
—Lo sé— le dijo con una sonrisa. Entonces, se giró hacia los profesores Kukui y Burnet—. ¡Ustedes dos son mucho menos románticos que los profesores de mi realidad!— eso sorprendió al matrimonio, quienes se voltearon a ver— ¡Ellos nuuuunca se decían por sus nombres! Todo el tiempo era "amorcito" o "cielito" o "terroncito" y cosas así— ambos adultos se sonrojaron al escuchar eso.
—Bueno… Es solo que no estamos acostumbrados a llamarnos de esa forma…— dijo Kukui, claramente nervioso.
—Sí… Estoy acostumbrada a llamar a Kukui por su nombre…— Burnet miraba hacia otro lado.
Lillie, Wicke, Lusamine, Mallow, Lana y Koharu contuvieron su emoción.
—Pero aunque sean menos románticos que ellos, siguen siendo personas realmente buenas— Ash-2 les sonrió ampliamente, haciendo que ambos se pusieran un poco más serios—. Cuando vuelva a la vida, haré todo lo posible por convivir más con ustedes. El tiempo que Ash pasó a su lado… Bueno, es una de las cosas que más envidio de él.
Burnet y Kukui se sintieron profundamente conmovidos.
—Espero que no te decepciones— bromeó Burnet.
—Por supuesto que no. No siendo consciente del bien que hicieron por mi Lillie— centró su mirada en el pequeño bebé que le sonreía—. El pequeño Lei… En mi realidad, tú eres la pequeña Lillie, así que no sé muy bien que decir sobre ti…— ese dato sorprendió enormemente a los profesores— ¡Espero que, en la nueva línea de tiempo que voy a crear, podamos conocernos!
Hala no esperaba ser el siguiente.
—Compartí recuerdos hermosos con el Hala de mi realidad y si lo conozco bien, puedo saber que sin importar la realidad, sigue siendo tan fuerte y sabio como siempre— Ash-2 le levantó un pulgar— ¡Asegúrese de ver como Hau se convierte en Kahuna!
Hala sonrió y asintió.
—Tenlo por seguro.
Fue entonces que miró a Lusamine.
—Cuando la conocí en mi realidad…— Ash-2 frunció el ceño— ¡Bueno, cuando la conocí en mi realidad, usted me dio una golpiza!— la adulta se sorprendió enormemente al igual que Gladio. Ash entonces se rio— Pero había sido controlada por Nihilego así que no hay problema. Me habría gustado que la Lusamine de mi realidad hubiera criado a mi Lillie y a mi Gladio como usted los crió a ellos… Puede que en un futuro ellos dos comiencen a creer que son muy grandes para abrazar a mamá, pero usted no se rinda. ¡El amor de una madre es eterno!
Lusamine y Burnet asintieron con fuerza, haciendo que tanto Ash como Lillie y Gladio se rieran.
—Recordaré esas palabras— le dijo la adulta, con una mano en el pecho. Ash-2 asintió y miró a Wicke.
—¡En mi realidad y en esta, usted sin duda alguna es la más adecuada para acompañar a la presidenta guiando a la Fundación Aether! ¡Siga haciendo un gran trabajo!
Wicke se sonrojó un poco e hizo una reverencia.
—Guardaré esas palabras con aprecio— dijo, sonriendo.
Entonces, los niños de Alola y Kanto se vieron nerviosos. ¿Era su turno?... No, faltaba alguien más.
—Rotom…— la Pokédex notó como los ojos de Ash-2 se ponían brillosos al verlo— Eres igual a él, pero a la vez, tan diferente… Te gusta el detective Lacky como a él; siempre quieres aprender más y más como él y eres tan gracioso como él… Solo que tú no eres un bully.
—¡¿Soy un bully en otra realidad?!-Roto— preguntó la Pokédex, sorprendida.
Ash-2 se rio con fuerza y entonces, volvió a sonreírle.
—Eres el mejor invento del mundo. No importa la realidad— le respondió.
La Pokédex se quedó callada. Solo por un segundo.
—¡¿Escucharon eso?! ¡Un viajero de otra realidad dijo que soy el mejor invento del mundo!— un emoji orgulloso apareció en su pantalla— ¡Esto es histórico!-Roto.
Ash-2 volvió a reírse y esta vez, si miró a uno de los niños. Miró a Kiawe.
—Perdón por dejarte en suspenso, pero puedo decírtelo yo mismo— los ojos llenos de pasión que Ash-2 le mostró hicieron que el cuerpo de Kiawe temblara—. ¡Kiawe, tú eres mi rival!
Conmovido, el niño comenzó a llorar.
—¡LO SABÍA!— gritó con fuerza. Todos se rieron al verlo ponerse así.
—¡Lana también es mi rival!— dijo, mirando a la niña, quien se sorprendió de nuevo— Puede que aquí no seas una Capitana, pero tu determinación y pasión es tan fuerte que no tiene nada que envidiarle a nadie. Descubrir Pokémon que nadie ha descubierto… ¡Sigue adelante con ese sueño y sin importar lo que pase, no dejes que nadie te diga que no puedes! ¡Eres la persona que pescó a un Kyogre, después de todo!
Gladio, Lusamine, Go y Koharu se sobresaltaron en demasía al escuchar eso.
Los ojos de la peliazul se convirtieron en dos ardientes llamas.
—¡Sí, señor!— exclamó.
—Mallow— la morena se sobresaltó al ser llamada. Entonces, cuando vio como el alma de Ash-2 salivaba, se sintió más tranquila— ¡Tu sueño es delicioso y hará felices a montones de personas y Pokémon! ¡Cocina…! ¡Digo, esfuérzate al máximo y no solo Tapu Koko te reconocerá, sino que lo hará el mundo entero!
Las mejillas de la niña se sonrojaron y una gran sonrisa apareció en su rostro.
—¡Lo haré lo mejor que pueda!— exclamó.
Ash le sonrió y luego, dejó salir un suspiro.
—Chris— el pelirrojo también parecía nervioso—. Si hay algo más admirable que alguien que lucha contra sus miedos por su sueño, entonces no sé qué sea. Lo que sí sé es que la oscuridad no podrá derrotarte y al final, la conquistarás.
Los ojos del niño brillaron.
—¡¿Lo dices en serio?! ¡¿T-Tú superaste tu miedo a la oscuridad?!— interrogó, claramente interesado.
—Algo así— le respondió, riéndose—. Cuando ves la mayor de las oscuridades, las demás ya no dan tanto miedo.
El pelirrojo ladeó la cabeza, confundido. El resto de los niños se veían igual. Solo los adultos comprendieron bien a lo que se refería.
—Lillie…— Ash-2 se acercó a la niña, quien parecía estar esperando su turno. El fantasma se le quedó viendo fijamente, sin expresión alguna, cosa que puso un poco tensos a todos. Pensaron que debía tener sentimientos encontrados al verla ahí, frente a él— ¡Lillie es tan linda a los diez años!— exclamó Ketchum con un pequeño sonrojo en el rostro y una sonrisa llena de ternura. Todos se sintieron confundidos— ¡Ella nunca me mostró fotos de cuando era así de pequeña así que nunca pude verla, pero ahora por fin pude hacerlo! ¡Eres tan adorable! ¡Presidenta Lusamine, Gladio, cuiden a Lillie toda su vida! ¡Merece ser protegida!— volteó a ver a los demás— ¡Ustedes también, por favor! ¡Siempre que esté en su poder, traten de cuidar de ella!
Todos se quedaron en silencio, viendo como Ash-2 observaba a Lillie desde varios ángulos. De verdad se veía fascinado al ver a la versión pequeña de la mujer que amaba. Fue entonces que rompieron en carcajadas.
Ash-2 aprovechó ese momento para hablarle a la niña.
—No hay palabras para describir lo que siento al verte y sinceramente, tampoco las necesito. Puede que no seas mi Lillie, pero sigues siendo Lillie— la rubia dejó de reírse al escuchar eso—. Y precisamente porque eres Lillie sé que eres imparable. Así que, ¡Lilliesfuérzate!
Los ojos de Lillie se abrieron de par en par.
—¡Me Lilliesforzaré!— dijo, sonriendo ampliamente.
Ash-2 se alejó de la rubia y se acercó a donde estaban Go y Koharu. Por un momento ambos creyeron que él no tenía nada que decirles.
—Casi todo lo que sé de ustedes, lo sé gracias a los recuerdos de Ash… Y los recuerdos de Ash me dejan saber las maravillosas personas que son— miró a Go, quien estaba un tanto sorprendido—. Cuando el profesor Sakuragi me contó sobre tu sueño de atrapar a Mew, me sentí fascinado. "No hay forma de que alguien con ese sueño pueda ser normal", fue lo que pensé— apretó un puño con fuerza frente a su rostro— ¡Eres una persona asombrosa, Go! ¡Cuando regrese a mi realidad, voy a buscarte y voy a encontrarte! ¡Porque no hay forma posible de que me pierda todas las aventuras que Ash ha vivido a tu lado! ¡Mew está esperándote!
Los ojos del niño de Carmín brillaron y sus mejillas se sonrojaron. Justo cuando Ash-2 estaba por hablar con Koharu, él habló.
—¡P-Puede que Tapu Fini haya dicho que tu destino era morir en la guerra!— el fantasma volteó a verlo, sorprendido— ¡Pero yo creo que no es verdad! ¡Yo creo que todos podemos elegir nuestro destino!...— frunció el ceño, determinado— Si viste los recuerdos de Ash, entonces debes conocer esta frase...— el moreno vio la palma de su mano derecha y con fuerza, la cerró— ¡El destino está en la palma de mi mano!
Los ojos de Ash-2 se abrieron de par en par e, igual que como habían hecho los de Go hacía unos segundos, brillaron. Él también cerró con fuerza la mano derecha.
—¡El destino está en la palma de mi mano!— exclamó, sonriendo ampliamente. Go le devolvió la misma sonrisa.
Ash-2 miró con gran alegría su mano. Cuando escuchó a Lillie hablar de Go, nunca lo relacionó con aquel joven que lo había ido a visitar en su tumba el mismo día que Gladio. Fue hasta que tuvo acceso a los recuerdos de Ash que pudo relacionar ambas cosas con toda certeza y en ese momento, pensó que quería conocerlo. Ahora tenía la seguridad; estaba seguro de que conocería a Go sin importar qué.
Y lo ayudaría con cierta personita.
—No saber lo que quieres hacer está bien, Koharu— le dijo a la niña, quien de inmediato sonrió—. ¿No es lo maravilloso de ser joven? ¡Saber que tienes una vida entera por delante llena de oportunidades maravillosas! ¡¿No te emociona?! ¡Podrías ser jardinera, podrías ser coordinadora, podrías ser luchadora de artes marciales, podrías ser ciclista, podrías ser investigadora, podrías ser minera, podrías ser entrenadora, podrías ser maestra! ¡¿Pensar en todas las cosas que puedes hacer no acelera tu corazón?!
Koharu antes pensaba en ese mar de oportunidades como su mayor miedo pero ahora, viendo la emoción con la que Ash-2 lo describía…
—Creo… Creo que sí…— respondió, manteniendo la sonrisa.
—Llegará el momento en el que encontrarás algo que te enamorará perdidamente— le aseguró—. En mi caso, fueron los combates Pokémon…
—¡Yo doy fe de ello!— exclamó Ash, asintiendo con fuerza. Todos en el lugar se rieron.
—Así que, Koharu…— la niña volvió a ver a Ash-2— ¿Qué será lo que te enamore a ti? ¡Tu viaje apenas comienza y de verdad te envidio por ello!
Todos notaron lo feliz que esas palabras habían hecho a la niña, quien simplemente pudo dar una fuerte cabeceada.
Entonces, Ash-2 vio a una última persona.
—Eres realmente un buen niño, ¿sabías?— le dijo, haciendo que Ketchum se riera mientras se rascaba la cabeza— En mi realidad era "El Veterano más Joven"… Con las cosas que has vivido y visto a tu edad, no quiero ni imaginar cómo te llamarían a ti— Ash-2 parecía emocionado por una razón—. Diste antes que yo el primer paso para llegar a nuestro sueño y ahora, planeas codearte con los más fuertes del mundo… Leon, ¿verdad?...
—¡¿Conoces a Leon también?!— preguntó Ash. Se veía también muy emocionado— ¡¿Es igual de fuerte en tu realidad?!
—¡Por lo que he oído, es fuertísimo! ¡Aunque claro, no tanto como mi hermano mayor!— aseguró, con una sonrisa llena de orgullo.
—¡Increíble! ¡Tu hermano mayor debe ser alguien sorprendente!— exclamó. Sus ojos parecían dos grandes linternas.
Entonces, la sonrisa de Ash mostró cierta nostalgia.
—Lo es. Definitivamente lo es— aseguró. Trató de acariciar la cabeza de Ash y por algún motivo milagroso, lo consiguió—. Felicidades, Campeón. Tienes muchas cosas por delante y a partir de ahora, solo irás descubriendo más y más. Harás nuevos amigos, conocerás nuevos rivales, visitarás lugares que llenarás de recuerdos y tal vez, en un futuro, encuentres como yo a una persona que te haga sentir el más fuerte del mundo— cuando dijo eso, miró a Lillie. Ella y Ash se sonrojaron, apartando la mirada del otro. Ash-2 se rio al ver eso—. Si yo voy a ser un Maestro Pokémon, sé que tú también lo serás. Cumplamos nuestros sueños, Ash.
El niño azabache dejó la vergüenza de lado y entonces, asintió.
—¡Vamos a lograrlo, Ash!— aseguró, extendiendo su puño hacia el frente.
Ash-2 imitó el gesto. Fue luego de que su sonrisa se hizo más pequeña que sintió como su cuerpo se hacía más ligero. Notó que lentamente, todos ellos comenzaban a alejarse y supo que era el momento.
Cerró los ojos, sintiendo alegría, tristeza y nostalgia al mismo tiempo. Nunca volvería a ver a esas personas pero siempre las llevaría en el recuerdo.
Fue entonces que los escuchó gritar.
—¡ADIÓS!
—¡CUÍDATE!
—¡VE A SALVO!
—¡LA OSCURIDAD NO NOS DOMINA!
—¡TÚ PUEDES!
—¡CONFIAMOS EN TI!
—¡LILLIESFUÉRZATE!— cuando escuchó ese grito, abrió los ojos y pudo verlos.
Todos lo despedían entre lágrimas. Rowlet, Incineroar, Wimpod, Lycanroc y Pikachu lo despedían… Se grabó a fuego la imagen de Melmetal, Dragonite, Gengar, Lucario y Farfetch'd. Algún día, de nuevo, los encontraría.
—¡ADIÓS!— gritó a todo pulmón, finalmente, perdiéndolos de vista.
—Hola de nuevo. ¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Casi una semana?— preguntó al verlo a su lado. Estaban de nuevo en esa especie de viaje híper veloz.
—Para ti fue como una semana. Para mí, fueron ochenta y dos años— Arceus tenía la mirada fija al frente.
—¿Ochenta y dos?... Creí que dijiste que tardarías un siglo— dijo, sonriendo.
—Puse más empeño de lo normal— dijo a secas.
—¿En serio?... Lo agradezco entonces— veía tranquilamente el trayecto, sin dejar de sonreír— ¿Cuándo fue que llegaste a esta realidad?... ¡Adivinaré! ¡Fue hace tres días, ¿verdad?! ¡Durante la Carrera de Panqueques! Fue a partir de ese día que inició el recorrido de recuerdos.
Arceus asintió.
—Esa ilusión que vio el Pikachu del otro Ash durante la carrera, la que lo hizo perder el equilibrio, era yo. Después de eso me trasladé a Galar para acompañar a la otra Lillie y guiarla— respondió.
Ash se rio y entonces, hizo una pregunta que realmente le había dado curiosidad.
—Oye, ¿de verdad olvidaste darle a Lillie el recuerdo donde mi Lillie y yo hicimos el juramento?— la idea parecía divertirle.
—Dado que mi mente estaba muy ocupada realizando ciertas planificaciones, así fue— eso hizo que Ash soltara una carcajada—. Tuve que implantarle esos recuerdos de mi propia memoria por lo que fue necesario guiarla para que nos encontráramos en un lugar y hora específica.
—Ya veo— Ketchum entonces, decidió dejar de aplazar las cosas—. Sobre tu otra promesa…
Arceus asintió.
—Justo eso planeaba hacer— dijo. Siguió sin voltear a verlo—. Misty Kawanami fue líder de gimnasio hasta los veintisiete años para luego formar parte del Alto Mando de Kanto. Vivió una vida feliz y se casó a los treinta años. Tuvo tres hijas y un hijo. Tras su retiro como miembro del Alto Mando a los sesenta y cuatro años, se mudó a una ciudad costera en la que vivió el resto de sus días. Murió a la edad de ochenta y siete años por complicaciones en los pulmones.
—¿Ehhh?... La marimacha de Misty casada y viviendo una vida familiar…— se rio— ¡No me lo esperaba!
Pese a haber dicho eso, saber que Misty había muerto lo sacudió enormemente.
—Brock Ishihara, luego conocido como Brock Konikoni, se convirtió en Doctor Pokémon y decidió hacer su pasantía en Alola. Ahí fue donde, en una de sus sesiones de terapia, conoció a la Kahuna Olivia Konikoni. Intercambiaron contactos y tras unos pocos años, contrajeron matrimonio. Tuvieron un niño y una niña. El niño, al ser el primogénito, heredó el título de Kahuna, rompiendo así la racha que llevaba la familia Konikoni puesto que quince generaciones de Kahunas de dicha familia fueron mujeres. Murió a los setenta y nueve años por cáncer de próstata.
—¡¿Brock se casó con Olivia?!— preguntó Ash, visiblemente asombrado— ¡Eso sí que no me lo esperaba! ¡Me esperaba muchas cosas pero definitivamente no eso!
A pesar de eso, no dejó de pensar en ese cáncer. Rogaba porque Brock no hubiese sufrido demasiado.
—Tracey Sketchit. Siguió ayudando a los nietos de Samuel Oak como su asistente. Fue cuestión de unos pocos años para que terminara casándose con Daisy Oak, tomando el apellido de su esposa en parte, como homenaje a quien fue su maestro. Tuvieron una hija que siguió los pasos de su madre, de su tío y de su abuelo. Tracey y su esposa fueron muy unidos a Gary Oak, quien terminó casándose con una tal Blue. Murió a la edad de ochenta y tres. Fue muerte natural. Un día fue a dormir y al siguiente no despertó.
—Tracey y Daisy…— luego de eso, puso un gesto un tanto de desagrado— Y Gary con Blue… Eso es realmente raro… ¡Por cierto, cuéntame sobre Gary, Daisy y Blue después!
—Seguro. Hay tiempo— prosiguió—. May Asano. Fue una gran coordinadora y se retiró a la edad de treinta y nueve años. Se casó con su eterno rival, Drew, y tuvieron tres hijos. Dos hombres y una mujer. Dejó un gran legado e incluso se inauguró una competencia en su honor. Tras su retiro creó su propia línea de moda la cual contó con un gran renombre y popularidad. A los setenta años sufrió un infarto fulminante que terminó con su vida.
Ash se vio claramente sacudido por eso. May había sido, de momento, quien moría más joven.
—Parece que vivió una buena vida…— murmuró.
—Max Asano. Él logró destacarse en el entrenamiento Pokémon y no tardó en suceder a su padre como Líder de Gimnasio. Fue considerado como el rival más duro de vencer en la región de Hoenn y lo llamaron "El Acantilado de Petalburgo". Su inteligencia y fuerza a la hora de combatir lo hacían un oponente formidable. Se casó a la edad de veinticinco años y tuvo una sola hija. Tras retirarse a la edad de sesenta años de su puesto, se dedicó a viajar por el mundo los siguientes quince años y finalmente, descansó en casa otros siete años hasta fallecer a los ochenta y dos por un derrame cerebral.
—Max también… parece que vivió una buena vida— aquel niño al que había conocido ya hacía tiempo que había muerto…
—Dawn Chiba. Ella es igual que May Asano. El impacto que dejó en el mundo de la coordinación fue impresionante y también se hicieron competencias en su honor. Tras su retiro como coordinadora se convirtió en una busca talentos famosa, así como evaluadora en concursos Pokémon y escritora en una revista de moda Pokémon. Se casó con su amigo de la infancia, Kenny, a la edad de veintinueve años. Debido a problemas de fertilidad que Dawn presentaba, se vieron en la necesidad de adoptar un hijo al que nunca le faltó nada. Falleció a los noventa, tras años de complicaciones del corazón.
—Dawn…— murmuró Ash. Esperaba que el no poder tener hijos no le hubiese afectado demasiado. Aunque supo que, posiblemente si debió ser el caso.
—Iris Holt. Campeona de Unova hasta los cuarenta y tres. Fue reconocida como la entrenadora tipo Dragón más fuerte que se haya conocido hasta la fecha y adicionalmente, fue reconocida como una de las entrenadoras más poderosas del mundo. Se casó con su rival, Georgia, a la joven edad de veintitrés años. Como es obvio, no pudieron tener hijos propios así que tuvieron que adoptar a un niño. Cuando tenía sesenta y siete años, un incendio forestal azotó una zona cercana a su casa de retiro por lo que fue junto con sus Pokémon a intentar contener el incendio. Falleció ahí mismo, presa de un árbol que se derrumbó.
Ash cerró los ojos con fuerza al escuchar eso. Le sorprendía que Iris se hubiera casado con Georgia, pero eso no era lo más importante.
—¿Podrías decirme la fecha exacta de cuando sucedió eso?…— le preguntó, haciendo que Arceus asintiera.
—Veinte de febrero del 2064— respondió para después, proseguir—. Cilan Barnes. Siguió siendo Líder de Gimnasio hasta los veinticinco años para luego dedicarse de lleno en su propio restaurante que además servía como consultorio en el que llevaba a cabo sus evaluaciones a Pokémon. Fue un hombre de múltiples pasiones pues también destacó en la pesca y logró abrir una compañía de ferrocarriles. A la edad de veintiséis años ya estaba casado con su novia, Burgundy. Tuvieron tres hijos, quienes heredaron el restaurante de su padre, así como su compañía. Cilan Barnes murió a los ciento diez años por vejez.
—¡¿CIENTO DIEZ?!— Ash se veía realmente incrédulo, sin ser capaz de procesar bien lo que acababa de escuchar. Arceus asintió como única respuesta.
—Clemont Blanchet. Continuó como Líder de Gimnasio hasta los treinta y cinco años, tiempo en el que fabricó varios aparatos que fueron considerados muy importantes en el desarrollo humano. También, debido a un fallo en uno de sus proyectos que derivó en una explosión, logró descubrir un tipo muy potente de explosivo. Para tratar de compensar el "haber descubierto algo tan peligroso", creó los premios Blanchet, que premian a las personas más destacadas en diversos ámbitos del estudio. Por cierto, entre tus amigos que ganaron un premio Blanchet están Brock Konikoni, Gary Oak, Daisy Oak, Cilan Barnes, Kukui Sorba, Burnet Sorba, Elio Asutoro, Lillie Aether y RotomDex. Se casó dos veces y tuvo tres hijos, resultado de ambos matrimonios. Falleció a los ochenta años por insuficiencia renal.
Ash pensó que la vida de Clemont realmente había sido interesante. Había hecho varias cosas de destacable mención…
—Bonnie Blanchet. Ella se convirtió en una Performance a la edad de trece años y tras ganar experiencia en distintos ámbitos a través de los años, logró arrebatarle el título a la Reina de Kalos, Serena Fontaine. Se casó con un hombre inteligente que luego se convirtió en socio de Clemont. Gracias a los inventos de dicho hombre y a su propia habilidad en el performance, amasaron una gran fortuna… Aunque de hecho, todos tus amigos eran casi ricos. Ella no tuvo ni un solo hijo por decisión propia. Murió a los noventa y tres, apenas unos minutos después de que su esposo también muriera.
—Bonnie es hermana de Clemont sin duda alguna…
—Serena Fontaine. Fue una reconocida coordinadora pero se retiró pronto para dedicarse completamente al Performance. Se convirtió en la Reina de Kalos a los veintitrés años hasta que fue derrotada cinco años después por Bonnie Blanchet. Luego de eso, incursionó como actriz y alcanzó un gran éxito. Aunque nunca se casó, tuvo varias aventuras y producto de estas, nacieron tres hijos. Murió en su cama a los setenta y ocho años, debido a problemas cardiorrespiratorios.
Ash se dio cuenta de que los problemas del corazón eran una de las causas más frecuentes de muerte en sus amigos… Eso le preocupó un poco. También le pareció raro el hecho de que Serena nunca se casara.
—Ahora bien… Hau Mahalo. Él se convirtió en Kahuna de Melemele a los veintiún años. Se casó con la Kahuna de Ula-Ula, Acerola Malíe a los veintidós y tuvieron dos hijos, una niña y un niño. Ni Hau ni Acerola cambiaron sus apellidos por el del otro. La niña heredó el trono de Melemele, así como el apellido Mahalo y el niño, el de Ula-Ula, así como el apellido Malíe. Hau Mahalo fue Kahuna hasta que su hija tomó el relevo a la edad de treinta años. Durante su reinado y junto a los Kahunas Hapu Honua, Acerola Malíe y Olivia Konikoni, llevaron a Alola a una gran época de paz y prosperidad. Convirtieron la región no solo en un destino turístico, sino que, mediante diversas estrategias que incluyeron la revitalización de la Liga Pokémon, lograron aumentar el nivel de poder de Alola para convertirla en una de las regiones más competitivas del mundo. Murió a los noventa y cuatro por causas naturales.
Ash abrió los ojos con gran sorpresa. ¿Eso era en serio? Pero…
—Elio Asutoro, más tarde conocido como Elio Honua. A los veinticinco años se convirtió en miembro del Alto Mando de la región de Alola y entró más de una vez a la clase Master en el Pokémon World Championship. También ganó el torneo más de una vez. Se casó con Hapu Honua a los veinticinco años. Cuando se retiró del entrenamiento Pokémon a los sesenta años, abrió su propia fundación de ayuda al medio ambiente. Fue eso lo que le valió el premio Blanchet. Junto a su esposa, tuvo una sola hija que heredó el trono de Poni. Murió a los setenta y tres años, defendiendo a su nieto del ataque de un Tyranitar.
Elio tampoco moría por causas naturales… Cuando abrió la boca para pedir la fecha, Arceus se adelantó.
—Él y su nieto solo estaban en el lugar porque habían ido a hacer una peregrinación en tu honor. Si no mueres, no sucederá.
Y Ash guardó silencio. Más motivo para no morir, entonces.
—Selene Asutoro, más tarde conocida como Selene Aether— Ash se sorprendió enormemente al escuchar eso. Recordaba las palabras de Gladio—. Ella, al igual que su hermano, se hizo miembro del Alto Mando de Alola a los veinticinco años y entró más de una vez a la clase Master en el Pokémon World Championship, ganando también más de una vez. Cuando ella se retiró del entrenamiento Pokémon, abrió su propio dojo en el que enseñó el llamado "Camino de la Ceniza". Se convirtió en una de las corrientes marciales más influyentes del mundo y la valió una gran popularidad. Se casó con Gladio Aether a los veintiséis años y tuvieron dos hijos, una niña y un niño; gemelos. Murió a los setenta y tres años, cuando fue a tomar venganza contra el Pokémon que asesinó a su hermano. Ambos cayeron en combate.
—¿S-Selene se enfrentó sola a un Tyranitar?...— preguntó Ash, con los ojos bien abiertos. Arceus asintió.
—Con mucha paciencia, estrategia y esfuerzo, logró acabar con él.
—Ya… veo…— murmuró, un tanto intimidado y angustiado porque el mismo Pokémon se hubiese llevado la vida de sus dos amigos. Entonces, recordó algo que le había dado curiosidad.
—Gladio Aether. Coronado como Campeón de Alola cuando ganó la primera Liga Pokémon de Alola. Mantuvo su título por años pero fue tras casi nueve años que por fin lo ejerció. Se volvió realmente poderoso, tanto que fue reconocido como el entrenador más fuerte del mundo y no fueron raras las veces que ganó en el Pokémon World Championship. Fue el primero en derrotar a casi todos los que se conocieron como "Los Campeones de la Luz", que serían Red Ketchum, Lance Ryutaro, Steven Stone, Cynthia Kunashir, Alder Moore, Dianta Legrand y Leon MacKay. A obvia excepción de Red Ketchum, venció a todos los demás. Él se casó a los treinta años y la cantidad de hijos la conoces. Murió a los setenta y siete años por la depresión que le causó perder a su mujer.
Ash estaba genuinamente sorprendido. A excepción de lo del Tyranitar, no parecía que su muerte les hubiese seguido afectando. Se sentía muy feliz por ello, pero todavía quedaba una persona…
—Lillie Aether— se puso mucho más atento—. Ganó tantos premios Blanchet que su presencia era casi obligada en todas las ceremonias que hubo. Hizo grandes descubrimientos y revolucionó la ciencia tantas veces que su nombre sobrepasó todas las leyendas. Nunca se casó y nunca tuvo hijos propios, pero sí adoptó un niño al que llamó Ash Aether— al escuchar eso, los ojos de Ketchum se abrieron de par en par—. Fue realmente respetada y admirada por colegas y aficionados. También fue conocida por la bondad y amabilidad que mostraba a todos aquellas personas que intentaban acercarse a ella, aunque nunca dudó en rechazar a todos los hombres y mujeres que se acercaron con otras intenciones. Murió a la edad de noventa y dos años por vejez.
Ketchum, al escuchar eso, terminó de asimilarlo todo. Al igual que él, todos sus amigos ya estaban muertos… No pudo evitar sentir como sus ojos se ponían llorosos.
—¿Cómo pasó?...— preguntó— Quiero decir… ¿Cómo fue que superaron mi muerte? ¿Qué les dio la fuerza?...
—Gladio Aether— respondió Arceus, sorprendiendo de nuevo a Ash—. Unas semanas después de que fui a dejarte a la otra realidad, Gladio Aether se hartó de la situación y comenzó a actuar. Tras obtener el apoyo de Lillie Aether, quien se había sometido a terapia, pudo retomar el contacto con Hau Mahalo. Juntos, los tres lograron volver forjar su amistad con Elio y Selene Asutoro. El resto, bueno, es una historia larga. ¿Quieres que te hable de alguien más?
—Sí. Por favor— y aunque dijo eso, sus pensamientos siguieron en ellos. En que sus amigos, gracias al actuar de Gladio, habían sido felices… Y él se sintió, inevitablemente, inmensamente feliz.
Y así, Arceus le habló de muchos de sus amigos, así como de su familia. Le contó los detalles más importantes y resumió sus vidas. Fue hasta que terminó de hablar de Bianca que el Dios Pokémon guardó silencio. Ash decidió aprovechar eso.
—Agradezco que me hayas contado todo…
—Lo prometí.
—No, en serio lo agradezco. A pesar de que eras tú quien me estaba dando la oportunidad y de que me lo estabas dando todo, aun así cediste a mis exigencias…— Ash miró a Arceus a los ojos y este lo miró de reojo— Esto va a sonar muy grosero, pero… ¿por qué me ayudas de esta manera?... ¿Por qué tomarse tantas molestias conmigo?...
El Dios Pokémon se quedó callado un momento y luego, suspiró.
—Ejemplifiqué el tiempo como un gran árbol y las líneas de tiempo como ramificaciones, ¿verdad?— Ash asintió— Llegará un punto en el que el tronco y las raíces de ese árbol no soporten el peso de tantas ramas y cuando ese momento llegue, será necesario podar las que no sirvan.
Ash se quedó en blanco por un momento y luego, sus ojos se abrieron de par en par.
—¿Q-Qué quieres decir con…?
—Me refiero a que las líneas de tiempo inservibles serán destruidas. Todas aquellas en las que la vida no es próspera como por ejemplo, aquellas que te enseñé cuando te expliqué todo, serán eliminadas. Al final, solo quedarán las líneas de tiempo que alberguen vida humana y Pokémon en su interior— explicó Arceus, haciendo que Ash se quedara mudo—. Tú, Ash Ketchum, eres una pieza clave para mis objetivos. Allá donde vayas y vivas, siempre prospera la vida, Mi objetivo al revivirte, además de los motivos que te mencioné, es el de crear una línea de tiempo todavía más perfecta. Dado que nuestra línea de tiempo original y la que vas a crear cuando viajes al pasado serán parte de la misma rama, cuando sea hora de eliminar las líneas de tiempo innecesarias, las nuestras se podrán combinar. Todas las almas idénticas, incluída la mía, serán fusionadas.
Ash no sabía bien qué decir. Estaba totalmente en blanco y eso solo empeoró cuando escuchó lo siguiente.
—Eventualmente, lo mismo pasará con las realidades. Llegará un momento en el que habrá tantas que será necesario hacer borrón y cuenta nueva.
Ketchum recordó entonces la conversación que los dos Arceus habían tenido y su boca se entreabrió.
—No me digas que…
—Este plan también me sirvió para crear aliados para cuando el momento llegue. Ese Arceus y yo ahora estamos en el mismo bando y cundo la guerra entre las realidades estalle, ambos lucharemos codo a codo— Arceus pareció notar el rostro de Ash por lo que volvió a hablar—. Aunque no tienes que preocuparte por eso. Pasarán eones hasta que llegue el momento.
—Y-Ya veo…— murmuró Ketchum, mirando hacia otra dirección.
Hubo un silencio realmente incómodo entre los dos. Silencio que no intentaron eliminar.
Eso hasta que Arceus dijo las siguientes palabras.
—Hemos llegado. Prepárate.
El azabache, al escuchar eso, se sintió todavía más nervioso. Era hora… Era hora de que el plan entrara en su fase final y más crítica. Ash se puso de pie y miró con seriedad al futuro.
—Aunque antes de eso, debo borrar el recuerdo de la conversación que acabamos de tener— dijo, haciendo que Ash volteara a verlo con rapidez—. No se supone que un humano conozca detalles tan importantes ni tampoco que tenga tal conocimiento del futuro lejano.
—¿Qué estás diciendo?... ¡Pero prometiste que…!
—Prometí contarte cómo estaban tus amigos y familiares. Lo hice, ahora debo borrar tus recuerdos. Deberías comprender que, si te permito tener este conocimiento, podría haber consecuencias totalmente inesperadas. No puedo permitir eso— los brazos hechos de Unown emergieron de Arceus, sujetando con fuerza a Ash, quien intentaba liberarse del agarre del Dios Pokémon—. Espero que no haya rencores, Ash.
—¡ESPERA!— seguía agitándose con fuerza, siéndole totalmente imposible el liberarse— ¡ARCEUS, ESPERA! ¡TENGO QUE SALVAR A IRIS! ¡NO PUEDO DEJAR QUE ELLA…!
—Lo siento.
Y cuando dijo eso, las manos sujetaron con fuerza su cabeza.
Abrió los ojos. Todo su ser dolía. Sentía tanto dolor que no tardó en vomitar por el mismo. Sus ojos apenas y podían ver correctamente, sin mencionar el constante pitido en sus oídos.
¿Qué estaba haciendo en ese lugar? ¿Qué era ese sonido? ¿Por qué había tanta luz?...
Y entonces, recordó. Y cuando recordó, comenzó a reírse pese a que todo el cuerpo le dolía como el infierno.
Ese dolor. Era ese dolor el mismo que le decía que estaba vivo y sabía perfectamente dónde estaba. Miró hacia atrás, viendo como los múltiples haces de luz salían disparados de un lugar extremadamente brillante. Miró hacia el frente y vio un gran portal blanquecino. Vio su objetivo.
Intentó ponerse de pie pero no lo consiguió. No tenía su pierna izquierda, lo recordaba bien. Todos sus huesos crujían con solo moverse un poco y le producían un dolor insoportable. Sonrió al sentirlo y entonces, trató de arrastrarse.
No podía moverse lo más mínimo. Lo intentó un poco más y tampoco lo logró. Fue entonces que cayó rendido. No podía avanzar; su cuerpo simplemente no lo dejaba.
Creía haberse mentalizado para ese momento pero al parecer, no era suficiente…
¡Era el destino, después de todo! ¡Ash no podía vencer de esa manera al destino! Estaba bien, pensó. Solo tenía que empezar de nuevo, ¿no? Tal vez Arceus le daría otra oportunidad para revivir… Sus amigos podrían ser felices, ¿no?...
No. Sus amigos no serían felices si él moría en ese momento. Recordaba el dolor que había hecho que todos ellos sintieran y recordó la forma en la que su familia moría. Recordaba todo lo que había tenido que hacer, incluido lo que le había tenido que hacer a los pobres e inocentes niños de esa otra realidad.
Y fue al pensar en ellos que recordó algo importante.
—El destino…— murmuró, viendo hacia un lugar en concreto— está en la palma de… mi mano…
No iba a morir. Ni de broma iba a morir de nuevo. Usó todas sus fuerzas y entonces, logró levantarse.
Tenía mucho por lo que vivir. Tenía mucho por lo que luchar.
Valía la pena el esfuerzo que estaba haciendo. Porque ellos lo valían.
Fue con ese pensamiento en mente que avanzó a tropezones.
Veía cada vez más cerca el Ultraumbral y justo cuando estaba por tocarlo…
Explosión.
Ash alcanzó a escuchar el poderoso estallido y en un acto reflejo ocasionado por toda la adrenalina, dio un salto que lo hizo atravesar el Ultraumbral. Viendo la forma en la que dejaba atrás a Necrozma y a esa planeta mierdoso y abandonado, sonrió.
Y entonces, todo se oscureció.
JODER ¡¿PERO QUÉ ES ESTO?! ¡30 MIL PUTÍSIMAS PALABRAS! ¡WOAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH! ¡EL CAPÍTULO MÁS LARGO Y POR MUCHO EN LA HISTORIA DE ESTE FANFIC! ¡86 PÁGINAS DE UN DOCUMENTO DE WORD!
Puffff… Son como las 7:33 de la mañana en mi país y no he dormido nada así que de verdad, de verdad, debería irme a dormir. Pero tengo unos cuantos pensamientos por expresar primero.
¡Primero que nada! ¡El arco de la otra realidad por fin termina! ¡A partir de ahora, gente, volvemos a lo que estábamos acostumbrados! Originalmente quería dejar el capítulo con el cliffhanger de "Explosión", pero sabía que posiblemente algunos de ustedes se alterarían y siento que ya los he troleado demasiado últimamente, así que dejémoslo así por el momento XD
Espero haber aclarado todas las cosas que debían aclararse y espero que mis explicaciones sean mínimamente entendibles… Bueno, no dudo que alguien piense que me fumé algo para hacer eso, pero pues… fue todo esto lo que planeé desde hace como unos dos años o así. La verdad ni me acuerdo de cuanto tengo planeando esto.
Algunos creían que Lillie era la antagonista, aunque tampoco es como que yo diera muchas pistas de ello o de que hubiera antagonista, otros creían que el fic se terminaba con este capítulo aun cuando tampoco dije nada al respecto… ¡Gente, ustedes asumen muchas cosas, ¿eh?! XD ¡Es broma! Salvo lo de que el fic se acababa este capítulo que no sé de dónde salió, lo de las teorías no me molesta nada. Era muy divertido leerlas todas.
Bueno… Hay muchas cosas que quedaron por ver pero no tendría sentido mostrarlas siendo que estamos moviéndonos junto con Ash. Podría escribir, por ejemplo, la fiesta de bienvenida de Koharu o lo que pasó después de que Ash se fuera de su línea de tiempo original a modo de especiales… Aunque de hecho, ahora que saben cómo terminan las cosas en la línea de tiempo original, ¿les llama más la atención el spinn-off que les comenté hace un tiempo? XD
Hablando de especiales… ¡Es hora de que empiecen los preparativos para el siguiente especial! El primer especial que hice fue el capítulo 95 "Un recuerdo del pasado". Esa vez, la review número 1000 (unnamed guy), eligió el tema del especial. Esta vez, la review número 2000 podrá elegir nuevamente el tema del especial. ¡Aunque tranquilos, todavía falta! Faltan como unas… 172 reviews o así. Solo les digo para que vayan preparándose XD
¡Bueno, eso es todo por el momento! Si se me ocurre algo o no, pues ya se verá luego XD
¡Espero que el capítulo les haya gustado! ¡Nos vemos luego y Alola!
